Perspectivas Económicas de la OCDE Foco en América Latina
Junio/Junho de 2025
Perspectivas Económicas de la OCDE
Perspectivas Econômicas de la OCDE
Textos seleccionados en español y portugués
Textos selecionados em espanhol e português
Este trabajo se publica bajo la responsabilidad del Secretario General de la OCDE. Las opiniones e interpretaciones que figuran en esta publicación no reflejan necesariamente el parecer oficial de la OCDE o de los gobiernos de sus países miembros.
Tanto este documento, así como cualquier dato y cualquier mapa que se incluya en él, se entenderán sin perjuicio respecto al estatus o la soberanía de cualquier territorio, a la delimitación de fronteras y límites internacionales, ni al nombre de cualquier territorio, ciudad o área.
Los datos estadísticos para Israel son suministrados por y bajo la responsabilidad de las autoridades israelíes competentes. El uso de estos datos por la OCDE es sin perjuicio del estatuto de los Altos del Golán, Jerusalén Este y los asentamientos israelíes en Cisjordania bajo los términos del derecho internacional.
Nota de Turquía
La información del presente documento en relación con “Chipre” se refiere a la parte sur de la Isla. No existe una sola autoridad que represente en conjunto a las comunidades turcochipriota y grecochipriota de la Isla. Turquía reconoce a la República Turca del Norte de Chipre (RTNC). Mientras no haya una solución duradera y equitativa en el marco de las Naciones Unidas, Turquía mantendrá su postura frente al “tema de Chipre”.
Nota de todos los Estados Miembros de la Unión Europea que pertenecen a la OCDE y de la Unión Europea.
Todos los miembros de las Naciones Unidas, con excepción de Turquía, reconocen a la República de Chipre. La información contenida en el presente documento se refiere a la zona sobre la cual el Gobierno de la República de Chipre tiene control efectivo.
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Editorial: Afrontar la incertidumbre, reactivar el crecimiento
Durante los últimos meses hemos observado un incremento considerable de las barreras comerciales, así como de la incertidumbre en torno a las políticas económicas y comerciales. Este pronunciado ascenso de la incertidumbre ha afectado negativamente a la confianza de las empresas y los consumidores y frenará el comercio y la inversión.
En esta coyuntura complicada e incierta, hemos revisado a la baja nuestras proyecciones de crecimiento. Ahora prevemos que el crecimiento mundial disminuya del 3,3% de 2024 a un modesto 2,9% en 2025 y 2026. El deterioro de las perspectivas económicas se dejará sentir en todo el mundo, prácticamente sin excepciones. La desaceleración del crecimiento y la contracción del comercio mermarán los ingresos y ralentizarán la creación de empleo.
Aunque la inflación ha descendido recientemente en la mayoría de los países, la inflación de los servicios continúa siendo muy persistente y la de los bienes ha repuntado ligeramente en muchos países como consecuencia del encarecimiento de los alimentos. El proteccionismo está agravando esas presiones inflacionistas, y las expectativas de inflación han subido considerablemente en varios países. Además, aunque todavía creemos que la inflación descenderá hasta los objetivos de los bancos centrales para 2026 en la mayoría de los países, ahora prevemos que tarde más en alcanzar esas metas. En los países más afectados por los aranceles, la inflación podría incluso aumentar antes de disminuir.
Los riesgos también se han acentuado de manera significativa. Existe el riesgo de que el proteccionismo y la incertidumbre en torno a la política comercial aumenten aún más y se introduzcan barreras comerciales adicionales. Según nuestras simulaciones, los aranceles adicionales reducirán más las perspectivas de crecimiento mundial y causarán un ascenso de la inflación, lo que lastrará aún más el crecimiento.
Los riesgos fiscales también están aumentando. Los niveles de deuda pública ya son elevados en muchas economías avanzadas y emergentes y las presiones sobre el gasto están creciendo en ámbitos como la defensa, la inversión en la transición verde y los costos relacionados con el envejecimiento de nuestras sociedades. Los costos del servicio de la deuda también se están incrementando, lo que intensifica las presiones sobre las finanzas públicas. El abultado endeudamiento y las condiciones financieras más restrictivas plantean riesgos específicos a los países en desarrollo, muchos de los cuales tendrán que hacer frente en un futuro próximo a grandes necesidades de refinanciamiento de deuda. Las valoraciones de las acciones históricamente elevadas exacerban igualmente la vulnerabilidad ante perturbaciones negativas en los mercados financieros.
En este contexto, las políticas económicas son fundamentales para hacer frente a la incertidumbre y estimular el crecimiento. Ante todo, es esencial evitar un aumento de la fragmentación y las barreras comerciales. Los acuerdos que permitan calmar las tensiones comerciales y reducir los aranceles y otras barreras comerciales serán sumamente útiles para reactivar el crecimiento y la inversión y evitar ascensos de los precios. Esta es, con mucha diferencia, la prioridad más importante de las políticas económicas. En segundo lugar, dadas las recientes presiones inflacionistas, la política monetaria debe permanecer vigilante. No obstante, si las tensiones comerciales no se intensifican y las expectativas de inflación permanecen ancladas, las tasas de interés de política monetaria pueden reducirse allí donde se prevea que la inflación descienda o se mantenga bajo control.
En tercer lugar, restablecer la disciplina fiscal es clave para que los países eviten problemas de sostenibilidad fiscal y generen márgenes para hacer frente a futuras perturbaciones. Habida cuenta del elevado endeudamiento y de las tremendas presiones sobre el gasto, los países deberían asegurarse de que la deuda pública sigue efectivamente una senda sostenible. Se necesitan planes fiscales a medio plazo claros y creíbles que muestren cuál es la respuesta que los países prevén dar a las presiones sobre sus finanzas públicas. Por lo tanto, reducir los gastos no esenciales o ineficientes realizando revisiones periódicas del gasto, focalizar las políticas y elevar los ingresos públicos reformando los sistemas tributarios o ampliando las bases imponibles son medidas fundamentales para ayudar a garantizar la sostenibilidad fiscal.
Por último, para reactivar nuestras economías y mejorar las finanzas públicas será clave estimular la inversión. Como demostramos en nuestro capítulo especial, la inversión es excesivamente baja desde la crisis financiera mundial. Su escaso dinamismo ha reducido el crecimiento, la productividad y el nivel de vida. La inversión empresarial ha disminuido no solo por la incertidumbre y la caída de la demanda, sino también debido a factores estructurales. Estos incluyen la reducción de las presiones competitivas, así como las tensiones de financiamiento que se han hecho más evidentes al incrementarse la proporción de la inversión que se dedica a los activos intangibles (como el software, la I+D, etc.). Al mismo tiempo, la inversión en vivienda ha sido demasiado escasa para evitar un retroceso sustancial de la asequibilidad de la vivienda en muchos países. Y la inversión pública también lleva demasiado tiempo siendo demasiado débil en muchas economías.
En estas Perspectivas, ofrecemos recomendaciones para que los países fomenten la inversión y el crecimiento, incluidas reformas que intensifiquen la competencia y reduzcan los costos regulatorios, incrementen la inversión pública en infraestructuras energéticas, digitales y críticas, aborden la escasez de personal cualificado y los desajustes de habilidades y agilicen la concesión de permisos y licencias de construcción, además de relajar las restricciones de uso del suelo, planificación urbana y regulación del alquiler, con miras a estimular la oferta de vivienda.
En resumen, en el contexto actual, los gobiernos deberían colaborar para hacer frente a la incertidumbre y poner en práctica reformas que fomenten el crecimiento y el empleo. Los acuerdos comerciales para resolver las actuales tensiones y reducir o eliminar barreras deberían estar acompañados de más esfuerzos para intensificar la cooperación multilateral. Los gobiernos también deben afrontar los retos internos con el fin de impulsar el crecimiento y elevar de manera sostenida los niveles de vida, promoviendo la inversión empresarial y pública y ejecutando reformas estructurales que incrementen la productividad para mejorar la competitividad de sus economías.
Las políticas económicas tienen un papel crucial en esta época complicada e incierta
3 de junio de 2025
Álvaro Pereira Economista en Jefe de la OCDE
Editorial: Combater a incerteza, relançar o crescimento
Nos últimos meses, assistimos a um aumento significativo das barreiras comerciais e da incerteza em torno da política económica e comercial. Este aumento acentuado da incerteza teve um impacto negativo na confiança das empresas e dos consumidores e deverá travar o comércio e o investimento.
Neste contexto difícil, marcado pela incerteza, a OCDE reviu em baixa as perspetivas de crescimento. De acordo com as previsões atuais, o crescimento mundial irá abrandar de 3,3 % em 2024 para 2,9% em 2025 e 2026. A deterioração das perspetivas económicas far-se-á sentir em todo o mundo, quase sem exceção. O crescimento reduzido e o menor volume de trocas comerciais irão afetar os rendimentos e desacelerar o crescimento do emprego.
Apesar da recente descida da inflação na maioria dos países, a inflação dos preços dos serviços continua persistentemente elevada e a inflação dos preços dos bens aumentou ligeiramente em muitos países devido à subida dos preços dos bens alimentares. Estas pressões inflacionistas são agravadas pelo protecionismo, tendo causado um aumento significativo das expectativas de inflação em diversos países. Embora as previsões da OCDE ainda apontem para uma descida da inflação para níveis próximos das metas dos bancos centrais até 2026 na maioria dos países, será agora necessário mais tempo para atingir esses objetivos. Nos países mais afetados pelas taxas aduaneiras, a inflação poderá mesmo subir, antes de descer novamente.
Os riscos também aumentaram significativamente. Existe o risco de, por um lado, o protecionismo e a incerteza da política comercial se agravarem ainda mais e, por outro, de serem introduzidas novas barreiras comerciais. De acordo com as simulações da OCDE, a imposição de direitos aduaneiros adicionais reduzirá ainda mais as perspetivas de crescimento mundial e alimentará a inflação, contribuindo para um maior abrandamento do crescimento mundial.
Verifica-se igualmente um aumento dos riscos orçamentais. Muitas economias de mercado avançadas e emergentes já enfrentam elevados níveis de dívida pública, a que se somam pressões crescentes do lado da despesa em domínios como a defesa, o investimento na transição ecológica e os custos associados ao envelhecimento demográfico da sociedade. Os custos do serviço da dívida também estão a aumentar, exercendo pressões acrescidas sobre as finanças públicas. Os elevados níveis de endividamento e a maior restritividade das condições financeiras colocam riscos específicos aos países em desenvolvimento, muitos dos quais terão grandes necessidades de refinanciamento da dívida num futuro próximo. Os níveis historicamente elevados de valorização do mercado acionista aumentam igualmente a vulnerabilidade a choques negativos nos mercados financeiros.
Neste contexto, as políticas públicas têm um papel crucial a desempenhar para combater a incerteza e promover o crescimento. Em primeiro lugar, e acima de tudo, é fundamental evitar uma maior fragmentação do comércio e novas barreiras comerciais. A celebração de acordos com vista ao alívio das tensões comerciais e à redução dos direitos aduaneiros e de outras barreiras comerciais será indispensável para relançar o crescimento e o investimento, bem como para evitar a subida dos preços. Esta é, sem dúvida, a prioridade política mais importante.
Em segundo lugar, e tendo em conta as recentes pressões inflacionistas, a política monetária deve manter-se vigilante. Ainda assim, se as tensões comerciais não se intensificarem e as expectativas de
inflação permanecerem ancoradas, as taxas de juros podem ser reduzidas caso se projete que a inflação caiga ou permaneça contida.
Em terceiro lugar, o regresso à disciplina orçamental é fundamental para que os países possam evitar problemas de sustentabilidade orçamental e criar reservas para fazer face a choques futuros. Tendo em conta os elevados níveis de dívida e as enormes pressões sobre a despesa, os países devem tomar medidas para garantir que a dívida pública se encontra, de facto, numa trajetória sustentável. Terão de adotar planos transparentes e credíveis de consolidação orçamental a médio prazo para mostrar como tencionam fazer face às pressões sobre as finanças públicas. Por conseguinte, a realização sistemática de análises da despesa pública para reduzir as despesas não essenciais ou ineficientes, um melhor direcionamento das políticas e o aumento das receitas através da reforma dos sistemas fiscais ou do alargamento da base tributária constituem instrumentos de política fundamentais para ajudar a garantir a sustentabilidade orçamental.
Por último, será indispensável estimular o investimento para relançar as nossas economias e melhorar as finanças públicas. Tal como se demonstra no capítulo especial das Perspetivas Económicas da OCDE, o investimento tem registado níveis demasiado baixos desde a crise financeira mundial. O fraco investimento fez baixar o crescimento e a produtividade e deteriorou as condições de vida. A redução do investimento das empresas deve-se não só à incerteza e ao abrandamento da procura, mas também a fatores estruturais. Aqui se incluem a diminuição das pressões concorrenciais e os obstáculos no acesso ao financiamento que se tornaram mais evidentes à medida que a percentagem do investimento consagrado a ativos incorpóreos (tais como software, I&D, etc.) tem vindo a aumentar. Simultaneamente, oinvestimento no setor da habitação tem sido insuficiente para evitar uma redução significativa da oferta de habitação a preços acessíveis em muitos países. Além disso, os níveis de investimento público têmse mantido muito baixos há demasiado tempo em muitas economias.
A presente edição das Perspetivas Económicas contém recomendações para os países promoverem o investimento e o crescimento, nomeadamente reformas que visam reforçar a concorrência e reduzir os custos regulamentares, aumentar o investimento público em infraestruturas energéticas, digitais e críticas, solucionar o problema do défice de competências e da incompatibilidade de habilidades, agilizar a concessão de autorizações e licenças de construção, bem como flexibilizar as restrições ao nível do ordenamento e planeamento do território e a legislação em matéria de arrendamento, de modo a estimular a oferta de habitação.
Em síntese e à luz do contexto atual, os governos deveriam colaborar no sentido de combater a incerteza e levar a cabo reformas que promovam o crescimento e o emprego. A par da celebração de acordos comerciais com vista a resolver as tensões atuais e reduzir ou eliminar as barreiras, deveriam redobrar esforços para melhorar a cooperação multilateral. Por outro lado, os governos também têm de fazer face aos desafios no plano interno para impulsionar o crescimento e a melhoria duradoura das condições de vida, promovendo o investimento empresarial e público e levando a cabo reformas estruturais para aumentar a produtividade, de modo a reforçar a competitividade das suas economias.
Cabe às políticas públicas desempenhar um papel crucial nestes tempos de incerteza e desafio.
3 de Junho de 2025
Álvaro Pereira
Economista-Chefe da OCDE
Convertir la incertidumbre global en oportunidad: una agenda de competitividad para América
Latina1
El contexto global, marcado por una alta incertidumbre política y fragmentación, plantea nuevos desafíos para América Latina, pero también abre nuevas oportunidades para fortalecer su competitividad y reducir vulnerabilidades.
Se espera que el PIB en América Latina crecerá 2.1% en 2025 y 2% en 2026, lo que refleja una desaceleración generalizada en la región. Estas cifras son más bajas que las previstas a fines del año pasado y se sitúan por debajo del promedio de otras economías emergentes. Aunque se espera una fuerte recuperación en Argentina, el crecimiento se mantiene débil en la mayoría de los países, con revisiones a la baja para Brasil, México y Colombia (Cuadro 1), en un contexto generalizado de una débil demanda externa y la alta incertidumbre.
Cuadro 1. Perspectivas económicas para los países de América Latina
Nota: América Latina 7 es la media ponderada por el PIB a valores de paridad del poder de compra de los 7 países en la tabla para el PIB. América Latina 6 es la media simple de los países incluidos en el cuadro para la inflación excluyendo a Argentina. Fuente: OCDE Perspectivas Económicas No. 117, junio de 2025.
1 Jens Arnold, Aida Caldera, Priscilla Fialho, Paula Garda, Alberto González Pandiella, Michael Koelle, Alessandro Maravalle, Dimitris Mavridis, Claudia Ramírez y Adolfo Rodriguez-Vargas.
La desinflación avanza, pero persisten las presiones inflacionarias. La inflación se mantiene por encima del objetivo en muchos países. En cambio, Argentina ha logrado avances significativos gracias a una combinación de consolidación fiscal y una política monetaria más restrictiva. Con la excepción de Argentina y Brasil, los bancos centrales de la región deberían continuar con su flexibilización monetaria prudente y gradual para asegurarse que la inflación se acerque al objetivo, manteniéndose alerta ante riesgos de salidas de capitales y nuevas presiones inflacionarias.
Los riesgos para las perspectivas son a la baja. Un aumento de los aranceles comerciales y menor dinamismo al previsto en socios comerciales clave podría debilitar aún más las exportaciones y presionar a la baja los precios de las materias primas. Los costos comerciales podrían ralentizar más de lo esperado la desinflación en las economías avanzadas y prolongar tasas de interés globales más altas. Una elevada deuda pública y unas condiciones financieras globales más restrictivas de lo previsto, podrían retrasar la tan necesaria inversión. Si se intensifican las salidas de capital, los bancos centrales podrían tener menos margen de maniobra para flexibilizar la política monetaria.
Una agenda de competitividad para tiempos inciertos
En este complejo entorno global, la región necesita más que nunca mejorar sus políticas domésticas. Un área donde es posible avanzar, y urgentemente necesario, es en competitividad, comercio e inversión. Estas no son prioridades nuevas, pero los cambios globales en el comercio, las cadenas de suministro y la transición hacia economías más sostenibles aumentan su relevancia estratégica. Los países que ofrezcan estabilidad institucional, apertura y baja carga administrativa estarán mejor posicionados para atraer inversión y expandir sus mercados.
Mejorar los procedimientos aduaneros representa una oportunidad clara. Según los Indicadores de Facilitación del Comercio de la OCDE, América Latina aún enfrenta altos costos comerciales debido a procedimientos aduaneros complejos, inspecciones redundantes y poca coordinación entre agencias fronterizas (Figure 1). Hay amplio margen para mejorar el procesamiento, levante y despacho de mercancías, en particular mediante una mayor automatización y una mejor coordinación entre las agencias aduaneras, sanitarias, tributarias y otras agencias fronterizas. Medidas prácticas como la cooperación entre agencias de distintos países en la frontera, la agilización de los procesos judiciales y una mayor digitalización pueden beneficiar a los exportadores, especialmente a las pequeñas empresas, y atraer inversión. Además, estas medidas reducen los costos de operar formalmente, lo que incentiva a más empresas a salir de la informalidad.
La facilitación del comercio debe ir acompañada de reformas más amplias que fomenten la productividad. Impulsar la competitividad de las exportaciones y la productividad empresarial también requiere un entorno empresarial más dinámico, una mayor competencia doméstica, un mejor acceso a la financiación, más capacitación y capacidad de innovación. Estas reformas se refuerzan mutuamente: las empresas más productivas tienen mayor probabilidad de exportar, invertir y formalizarse.
El fortalecimiento de la integración regional sigue siendo relevante en América Latina, especialmente en un mundo donde las cadenas de valor están cambiando y los centros regionales cobran mayor importancia. El enfoque debe centrarse en la cooperación: mejorar la cooperación entre organismos fronterizos, el reconocimiento mutuo de normas, el intercambio de datos, los sistemas interoperables y el reconocimiento de estándares técnicos comunes. La región también cuenta con un potencial sin explotar en el comercio de servicios, gracias a idiomas compartidos y husos horarios similares; sin embargo, el comercio interregional de servicios sigue siendo bajo en comparación con los estándares mundiales.
Figure 1. Las políticas de facilitación del comercio pueden mejorarse en América Latina 2 = Mejor desempeño
Disponibilidad de la información y uso de consultas públicas
Eficiencia del marco jurídico Tasas y gastos Simplicidad de los procedimientos Eficiencia de las agencias fronterizas
Nota: Disponibilidad de la información y uso de consultas públicas es la media de los indicadores de la facilitación del comercio (TFI, por sus siglas en inglés) A y B. Eficiencia del marco jurídico es la media de los indicadores TFI C y D. Simplicidad de los procedimientos es la media de los indicadores TFI F, G y H. Eficacia de las agencias fronterizas es la media de los indicadores TFI I, J y K. ALC-7 es la media de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México y Perú.
Fuente: Estadísticas sobre los Indicadores de Facilitación del Comercio de la OCDE (TFI, por sus siglas en inglés).
América Latina debe adoptar una visión más orientada hacia el exterior. Acuerdos comerciales como el de la UE-Mercosur, y la participación en marcos plurilaterales como la Alianza del Pacífico o el CPTPP pueden ayudar a diversificar mercados de exportación, atraer inversión, fortalecer la participación en las cadenas globales de valor y aprovechar nuevas tecnologías. Sin embargo, para aprovechar al máximo los beneficios de estas iniciativas, los países deben mejorar su capacidad de implementación y garantizar la coherencia entre las políticas comerciales, de inversión y regulatorias.
América Latina cuenta con ventajas reales: vastas reservas de minerales críticos, abundante energía renovable, una fuerza laboral joven y cada vez más cualificada, y proximidad a mercados clave. Al impulsar reformas concretas que mejoren la competitividad, reduzcan las barreras comerciales y atraigan inversión de calidad, la región puede convertir los desafíos actuales en oportunidades y sentar las bases para un crecimiento más sólido y resiliente.
Referencias:
OECD (2025), OECD Economic Outlook, Volume 2025 Issue 1, OECD Publishing, Paris,DOI - Reporte completo en inglés con las proyecciones macroeconómicas, los principales desafíos estructurales e información detallada por país.
Perspectivas económicas de la OCDE para países de América Latina, Junio 2025
Información detallada por país: Argentina | Brasil | Chile | Colombia | Costa Rica | México | Perú
1 Textos seleccionados en Español
PERSPECTIVAS
Argentina
Se prevé que el crecimiento del PIB sea sólido, del 5,2% en 2025 y del 4,3% en 2026. El consumo privado y la inversión seguirán recuperándose, sostenidos por unas rentas reales disponibles más elevadas, unas condiciones de financiamiento más favorables y una mejora del entorno empresarial. La reciente eliminación de las restricciones al capital contribuirá a mejorar aún más la confianza en la economía y la inversión. La inflación seguirá disminuyendo, aunque a un ritmo más lento. En un contexto de aumento de las importaciones, el saldo por cuenta corriente se deteriorará.
La política monetaria debe seguir siendo restrictiva para mantener la inflación en su senda claramente descendente. La política fiscal debe priorizar medidas más sostenibles para profundizar los ajustes positivos realizados recientemente y mantener unos resultados fiscales sólidos. Esto incluye la eliminación gradual de los subsidios y el aumento de la eficiencia en el sector público, al tiempo que se sustituyen los impuestos distorsionadores por unas bases impositivas más amplias sobre la renta y el consumo. Los recientes esfuerzos por reducir la carga regulatoria impulsarán la productividad y deben mantenerse, complementados con mayores incentivos para impulsar la formalización de trabajadores y empresas.
Se está forjando
una sólida recuperación económica
Tras la fuerte contracción registrada en el primer semestre de 2024, la actividad se recuperó hasta alcanzar un crecimiento superior al 18% en términos anualizados en el tercer trimestre y superior al 5% en el último trimestre de 2024. La recuperación se vio impulsada por la inversión privada, el consumo y las exportaciones. Los indicadores a corto plazo apuntan a nuevas mejoras. El crédito al sector privado se está recuperando. La confianza empresarial y de los consumidores han mejorado. La inflación interanual ha caído desde el 211% a finales de 2023 al 47% en abril de 2025. El desempleo se situó en el 6,4% en el cuarto trimestre de 2024, frente al máximo del 7,7% registrado a principios de 2024. Los salarios reales ya han superado los niveles de octubre de 2023.
Argentina
1. Media de los valores mensuales de cada trimestre. Fuente: Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella; Vistage; y base de datos de Perspectivas Económicas 117 de la OCDE.
Argentina: demanda, producción y precios
Cambios porcentuales, volumen (precios de 2004)
Formación bruta de capital fijo
de existencias¹
de informe
Saldo por cuenta corriente (% del PIB)
1 Contribución a las variaciones del PIB real, cantidad en la primera columna 2. Calculado a partir de promedios anuales.
Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas 117
El saldo por cuenta corriente registró un superávit del 0,9% del PIB en 2024, tras el déficit del 3,0% de 2023. La nueva producción de gas está contribuyendo a reducir la dependencia de las importaciones de energía, y el sector presenta ahora un superávit comercial. Las exportaciones a Estados Unidos apenas representan el 9% del total de las exportaciones de Argentina, es decir, en torno al 1% del PIB, y hasta ahora no se han visto demasiado afectadas por el aumento de los aranceles estadounidenses. Los aranceles de importación y las barreras comerciales no arancelarias de Argentina se han reducido en 2024 y se esperan nuevos recortes en 2025.
Las políticas macroeconómicas se han vuelto más restrictivas
Se ha logrado un impresionante ajuste fiscal, que ha dado lugar a un superávit fiscal general del 0,3% del PIB en 2024. El gobierno mantiene su compromiso de alcanzar un saldo primario positivo en 2025, en consonancia con la adopción de un equilibrio presupuestario general. La política monetaria también ha contribuido a la estabilización actual al poner fin a la excesiva creación de dinero. La tasa de interés real de referencia se ha vuelto positiva y se prevé que se mantenga en esa línea. Se ha anunciado un nuevo régimen cambiario, en el que el tipo de cambio fluctuará dentro de unas bandas de fluctuación que se ampliarán un 1% al mes. El acuerdo adoptado recientemente con el FMI proporcionará financiación adicional y ayudará a reconstruir las reservas de divisas. La eliminación de las restricciones monetarias ha mejorado la confianza y los incentivos a la inversión.
La economía va camino de una sólida recuperación, pero sigue habiendo importantes retos por delante
Se prevé que la recuperación económica continúe, con un crecimiento del PIB del 5,2% en 2025 y del 4,3% en 2026, impulsado por el aumento del consumo privado y la inversión. La inversión privada cobrará un mayor impulso ahora que se levantó el cepo cambiario y los controles de capitales. Los salarios reales seguirán mejorando a medida que disminuya la inflación, lo que respaldará el consumo privado. El crecimiento de las exportaciones se ralentizará en comparación con 2024. Las exportaciones se han visto
afectadas por la reciente apreciación real de la moneda. Las importaciones continuarán su fuerte recuperación, sostenidas por el aumento del poder adquisitivo y la reducción de las barreras a la importación. Se prevé que la inflación general continúe lentamente su trayectoria descendente, hasta situarse en el 37% en 2025 y el 15% en 2026, gracias a la reducción de los costos de importación, el equilibrio de las cuentas públicas y las tasas de interés reales positivas. El aumento de las tasas de interés internacionales podría dificultar la acumulación de reservas internacionales. El incremento de los aranceles estadounidenses podría dar lugar a un menor crecimiento de las exportaciones, si bien que las perspectivas de las exportaciones del sector agrícola y ganadero podrían llegar a beneficiarse de los cambios en la estructura del comercio mundial.
Se necesitan esfuerzos adicionales para mejorar la posición fiscal de forma sostenible
Para mantener mejores resultados fiscales a medio y largo plazo serán necesarias más reformas tributarias y de gasto público. La ampliación de la base del impuesto a las ganancias de las personas podría aumentar los ingresos de forma progresiva y permitiría reducir los impuestos distorsionadores e ineficientes que obstaculizan la inversión. La eliminación de las exenciones del IVA podría generar también ingresos adicionales. A pesar de los avances conseguidos recientemente, las barreras comerciales siguen siendo elevadas por lo que la reducción de las barreras a las importaciones de bienes intermedios y de capital podría impulsar la inversión y la competitividad de las exportaciones. Se han simplificado los procesos regulatorios, pero podrían reducirse aún más las barreras de entrada en los sectores de servicios.
Brasil
Se prevé que el PIB real crezca un 2,1% en 2025 y un 1,6% en 2026. El consumo de los hogares seguirá siendo el principal motor del crecimiento, aunque a un ritmo más lento, impulsado por el sólido aumento de los salarios. La inversión privada experimentó un marcado repunte en 2024 y se espera que mantenga su dinamismo a pesar de la gradual desaceleración. Se prevé que el ritmo de las exportaciones mejore moderadamente, aunque en un contexto de importante exposición a la demanda de China. La inflación se mantendrá previsiblemente por encima de la meta del 3% tanto en 2025 como en 2026, impulsada sobre todo por el sector servicios.
Se espera que la política fiscal siga siendo ligeramente expansiva en 2025. La reforma propuesta del impuesto sobre la renta diseñada para tener un efecto tributario neutro probablemente no aportará un mayor margen fiscal para hacer frente a las crecientes presiones sobre el gasto. El gasto social seguirá creciendo, ejerciendo así una mayor presión sobre las finanzas públicas. Se prevé que se mantenga el endurecimiento de la política monetaria durante algún tiempo. La reducción de las barreras de entrada y salida en los mercados, la flexibilización regulatoria, el impulso de las inversiones en infraestructura y el fomento de la competencia ofrecen un importante potencial para impulsar la productividad y el crecimiento.
La actividad económica se está ralentizando
A pesar del sólido crecimiento del PIB del 3,4% en 2024, hacia finales de año comenzaron a aparecer los primeros indicios de una desaceleración económica. La demanda interna se debilitó, motivada por una disminución del consumo de los hogares y una caída de la inversión, a medida que el aumento de la incertidumbre y de las tasas de interés oficiales, así como la persistencia de la inflación, minaron la confianza tanto de las empresas como de los consumidores. La producción industrial sigue siendo moderada, pero tras cinco meses consecutivos de estancamiento, creció un 1,2% en marzo. Las ventas minoristas se han moderado tras un aumento anual del 4,7% en 2024. Por el contrario, el sector servicios mantuvo su fuerte ritmo de crecimiento a principios de 2025, impulsado por el sector de la información y las comunicaciones. En la agricultura, se prevé que la cosecha de 2025 supere con creces la de 2024, que se vio afectada por la sequía. Aunque el desempleo ha ido aumentando lentamente hasta el 6,8% en febrero desde los mínimos históricos registrados en noviembre el mercado laboral sigue mostrando su resiliencia, como indican los niveles récord de empleo e ingresos del sector formal.
Brasil 1
1. Media móvil.
Source: CEIC; Banco Central do Brasil; base de datos de Perspectivas Económicas 117 de la OCDE; y cálculos de la OCDE.
Brasil: demanda, producción y precios
Brasil
Precios corrientes, en BRL mil millones
Cambios porcentuales, volumen (precios de 2000)
Partidas de informe
del consumo privado
Balance financiero del gobierno² (% del PIB)
Deuda bruta del gobierno² (% del PIB)
Saldo por cuenta corriente (% del PIB)
1 Contribución a las variaciones del PIB real, cantidad en la primera columna
2. Los datos se refieren al gobierno general.
Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas 117
La inflación aumentó hasta el 5,5% en abril. Este aumento se debió principalmente al incremento de los costos de la electricidad, los alimentos y las bebidas, además de las persistentes presiones sobre los precios de los servicios. La inflación subyacente también aumentó y las expectativas inflacionarias se mantienen persistentemente por encima de su objetivo para 2025. Las exportaciones a Estados Unidos representan el 12% del total, si bien no llegan al 2% del PIB. Los productos manufacturados representan más del 78% de los envíos a Estados Unidos y están sujetos a un arancel adicional del 10%, mientras que el acero, el aluminio y las piezas de automóviles se ven afectados por un aumento mayor de los aranceles (hasta el 25%) y por la eliminación de las cuotas y las exenciones. Brasil podría beneficiarse del aumento de la demanda de materias primas y productos agroalimentarios por parte de terceros países, sobre todo de China.
Brasil 2
1. El área sombreada corresponde a la banda de tolerancia de inflación.
2. Flujos acumulados en 12 meses.
Fuente: Base de datos de Perspectivas Económicas 117 de la OCDE; y Banco Central de Brasil.
Una complicada combinación de políticas macroeconómicas
El banco central ha continuado su ciclo de endurecimiento monetario, subiendo la tasa de interés cuatro veces desde noviembre, del 11,25% al 14,75% en mayo de 2025. Este endurecimiento tiene por objeto hacer frente a las presiones sobre los precios derivadas de una brecha de producción positiva, un mercado laboral ajustado con un fuerte crecimiento de los salarios, una expansión fiscal en curso y una depreciación de la moneda factores, todos ellos, que están impulsando al alza las expectativas de inflación. A pesar del aumento de la incertidumbre sobre las políticas, las proyecciones incluyen nuevas subidas de la tasa de interés, que se situará en el 15% a finales de 2025, antes de que se adopte una reducción gradual hasta alcanzar el 12% a finales de 2026, a medida que vayan remitiendo las presiones inflacionistas.
Se prevé que la política fiscal siga siendo moderadamente expansiva, creando desafíos para el cumplimiento del objetivo de saldo primario. Según la regla fiscal vigente, el gobierno debe alcanzar un presupuesto primario equilibrado en 2025 y un superávit primario del 0,25% del PIB en 2026. Sin embargo, las persistentes presiones sobre el gasto derivadas de las prestaciones sociales y los estrictos requisitos de gasto mínimo en sanidad y educación plantean importantes retos para alcanzar estos objetivos. Además, es probable que la ralentización de la actividad económica limite el crecimiento de los ingresos públicos. Este déficit de financiación podría terminar cubriéndose con medidas puntuales, como el aumento de los ingresos por dividendos y royalties, o con congelaciones generales del gasto. Además,
los pagos de intereses, que actualmente se estiman en torno al 8% del PIB, seguirán aumentando en consonancia con las tasas de interés, lo que incrementará el crecimiento de la deuda pública bruta.
Se espera una ralentización del crecimiento
Se prevé que el crecimiento económico se modere, pasando del 3,4% en 2024 al 2,1% en 2025 y al 1,6% en 2026. Esta moderación se debe en gran medida a la desaceleración de la demanda interna. El consumo de los hogares se debilitará previsiblemente a medida que pasen factura el aumento de la inflación y la baja confianza de los consumidores. Tras el fuerte repunte registrado en 2024, es probable que la inversión privada se reduzca durante 2025 y 2026 por el debilitamiento de la demanda exterior y el impacto de unas tasas de interés más elevadas. Por el lado de la oferta, el sector manufacturero se enfrenta a los retos del aumento de los aranceles en Estados Unidos, que sigue siendo el principal destino de las exportaciones manufactureras brasileñas. Se prevé que la inflación anual se sitúe en el 5,7% en 2025, reduciéndose ligeramente en 2026 hasta el 5,0%. Esto refleja que las lecturas trimestrales de la inflación van convergiendo poco a poco hacia la meta, situándose en torno al 4% en el último trimestre de 2026, aunque podrían producirse repuntes intermitentes en el caso de shocks comerciales y arancelarios.
Las proyecciones están sujetas a distintos riesgos. Un incumplimiento de las metas fiscales podría frenar la inversión y erosionar la confianza. Los riesgos de inflación se orientan ligeramente al alza, a medida que las persistentes tensiones de los mercados financieros y una nueva depreciación de la moneda podrían intensificar las presiones sobre los precios. Además, el deterioro adicional de la confianza en las perspectivas fiscales probablemente prolongaría el actual episodio de desanclaje de las expectativas de inflación y requeriría unas tasas de interés más elevadas durante más tiempo, socavando aún más las perspectivas económicas.
Consolidar el gasto público al tiempo que se aumenta la inversión en infraestructuras
Es fundamental que se adopte una consolidación fiscal para situar la deuda pública en una senda descendente. La reforma de las reglas de gasto automático, sobre todo en educación y salud, aportaría una mayor flexibilidad para abordar los retos prioritarios, y el ajuste de la fórmula de indexación de las pensiones públicas y las prestaciones sociales reduciría su lastre en las finanzas públicas. Las estrictas regulaciones y las elevadas cargas administrativas que pesan sobre los mercados de bienes y servicios obstaculizan la competencia y dificultan la entrada de nuevas empresas, frenando el crecimiento de la productividad y la inversión. Aunque las medidas recientes han reducido los trámites burocrácticos innecesarios, es fundamental seguir reduciendo las cargas regulatorias y los requisitos para la concesión de licencias. Si se flexibilizaran las restricciones de entrada en los servicios profesionales incluida la supresión de los derechos exclusivos para determinadas tareas auxiliares se podrían reducir los costos de la actividad empresarial, impulsando así la competencia y la productividad. Asimismo, la reducción de las barreras comerciales existentes podría permitir un mejor acceso a los mercados extranjeros y una mayor integración en las cadenas de valor mundiales. El gasto público en infraestructuras podría resultar más eficaz si se subsanaran las deficiencias en materia de planificación y ejecución de proyectos, dado que más del 30% de los proyectos de infraestructuras públicas sufren interrupciones temporales o permanentes. Si se ampliara la asistencia técnica a los gobiernos subnacionales que a menudo se enfrentan a limitaciones de capacidad para la preparación y contratación de proyectos de infraestructuras mejoraría de forma considerable la planificación y la ejecución de estas inversiones. Por último, es fundamental movilizar fuentes adicionales de financiamiento privado para paliar el déficit de infraestructuras a medio plazo. La reevaluación exhaustiva de los actuales mecanismos de distribución de riesgos y la adopción de un esfuerzo concertado para minimizar los riesgos políticos y la incertidumbre jurídica podrían mejorar las condiciones marco para impulsar las inversiones privadas en el ámbito de las infraestructuras.
Chile
Se prevé que la producción crezca un 2,4% en 2025 y un 2,5% en 2026. El consumo de los hogares se verá favorecido por el aumento de los salarios reales y la creación de empleo, mientras que la inversión se verá respaldada por la caída de los costos de financiamiento y la mejora de la confianza empresarial. Se espera que el crecimiento de las exportaciones siga siendo sólido, a pesar de la incertidumbre que sigue rodeando el comercio mundial. El aumento generalizado de los aranceles mundiales podría afectar a las exportaciones de Chile. Se prevé que la inflación disminuya gradualmente hasta situarse en el 3,3% en 2026.
Se espera que la política monetaria converja de forma paulatina hacia su posición neutral, a medida que la inflación se mantenga en una senda descendente. La política fiscal seguirá siendo prudente, guiada por la regla fiscal y centrada en mantener la sostenibilidad de la deuda, al tiempo que respalda unas inversiones y un gasto social bien definidos. Para impulsar el crecimiento de la inversión y la productividad, será fundamental avanzar en las reformas estructurales destinadas a simplificar la regulación, mejorar los procedimientos de concesión de permisos y potenciar las competencias y la innovación.
El crecimiento mantiene su resiliencia a pesar de los riesgos mundiales
La actividad se ha fortalecido desde mediados de 2024, con un crecimiento anual del PIB desestacionalizado que alcanzó el 2,4% en el primer trimestre de 2025. El indicador económico mensual apunta a una continuación de la fase expansiva y a una revisión al alza del crecimiento a principios de 2025, impulsada sobre todo por los componentes ajenos al sector de la minería. La producción industrial se está recuperando, ayudada por la solidez de la demanda exterior y el repunte de la confianza empresarial. La inflación general ha repuntado ligeramente en los últimos meses hasta situarse en el 4,9% en marzo, reflejando así el ajuste de las tarifas eléctricas tras varios años de congelación para alinear los precios con los costos reales de generación y distribución y el aumento de los costos energéticos. Sin embargo, la inflación subyacente ha continuado su tendencia a la baja, situándose en el 3,7% en abril de 2025. Se prevé que el impacto del aumento de los precios de la energía en la inflación sea temporal y que los efectos de base vayan remitiendo a lo largo del año. Las expectativas inflacionarias a dos años siguen firmemente ancladas en torno al objetivo del banco central del 3%. Los salarios reales están aumentando de nuevo y crece el empleo, si bien el ritmo de creación de empleo sigue siendo desigual entre los distintos sectores.
1. Índice de Precios al Consumidor (IPC) excluyendo energía y alimentos.
Fuente: Banco Central de Chile; e INE.
Chile: demanda, producción y precios
Chile
Precios corrientes, en CLP mil millones PIB a precios de mercado*
Cambios porcentuales, volumen (precios de 2018)
Partidas de informe
financiero del gobierno central (% del PIB)
Deuda bruta del gobierno central (% del PIB)
Saldo por cuenta corriente (% del PIB)
*Basado en datostrimestralesdesestacionalizadosyajustados por díaslaborables; puede diferir de losdatosanualesoficiales no ajustados por días laborables
1 Contribución a las variaciones del PIB real, cantidad en la primera columna Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas 117
Las condiciones externas no son del todo uniformes. La mejora de las perspectivas de China ha sostenido la demanda de materias primas chilenas, impulsando los ingresos por exportaciones. La afluencia turística se ha recuperado, lo que ha beneficiado al comercio minorista y los servicios. Sin embargo, la incertidumbre mundial se ha intensificado debido a los nuevos aumentos arancelarios en Estados Unidos, el segundo socio comercial de Chile. Estados Unidos representa solo el 16% de las exportaciones chilenas y el 45% de esos envíos entre los que se incluyen el cobre, otros minerales y productos derivados de la madera están actualmente exentos de los aranceles estadounidenses.
En general, la política monetaria adoptará una posición neutral, en paralelo al proceso de consolidación fiscal
Se espera que la política monetaria converja hacia los niveles neutrales estimados del 4%, tras una pausa en el ciclo de relajación, y que la brecha de producción se reduzca. Se prevé que el banco central reduzca gradualmente las tasas de interés en 2025, acercándose a una posición neutral en 2026. En el plano fiscal, se asume que la política seguirá siendo prudente en 2025 y 2026, en consonancia con el compromiso del gobierno con la regla fiscal. El gobierno anunció medidas adicionales de consolidación fiscal en el primer trimestre de 2025, con aumentos selectivos del gasto en infraestructuras y salud. Se prevé que el saldo primario mejore gradualmente y que la deuda se estabilice durante el período de proyección. Se han previsto medidas estructurales, entre ellas un nuevo royalty a la minería, para respaldar los ingresos y ayudar a financiar programas clave durante el período de proyección.
El crecimiento se mantendrá sin grandes cambios en un contexto de incertidumbre comercial
Se prevé que el PIB crezca un 2,4% en 2025 y un 2,5% en 2026, respaldado por el aumento de los ingresos reales, la recuperación de la confianza de los consumidores y la inversión, a medida que la política monetaria converja hacia su posición neutral. La confianza empresarial ha mejorado y, aunque el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales sigue siendo un riesgo, las condiciones financieras internas se han relajado, lo que respalda las perspectivas de inversión. A pesar de la mejora de los salarios reales, el consumo privado seguirá siendo moderado, al tiempo que la elevada incertidumbre y la creación desigual de empleo lastran la confianza. El aumento de las tensiones comerciales, sobre todo entre Estados Unidos y China, podría debilitar el crecimiento en los principales mercados de exportación. La inflación general debería converger hacia el 3% a finales de 2026, reflejando la disminución de los shocks de la oferta, el anclaje de las expectativas y la contención de las presiones salariales. La inflación subyacente seguirá disminuyendo, gracias a una política monetaria prudente y a la estabilidad del tipo de cambio. La volatilidad de los precios de la energía y de las materias primas, así como las alteraciones relacionadas con las condiciones meteorológicas, podrían provocar fluctuaciones temporales de la inflación. Entre los riesgos para las perspectivas figura una desaceleración más pronunciada de la demanda mundial de cobre, que podría verse provocada por el debilitamiento de la actividad en China. Si se prolongara la incertidumbre mundial, podría minar la confianza y lastrar la inversión. Por el lado positivo, un avance más rápido de los grandes proyectos mineros y un mayor crecimiento de los salarios reales en los hogares podrían impulsar la demanda interna más de lo previsto. Si bien por ahora se mantienen contenidos los efectos de contagio financiero, el aumento de la volatilidad en los mercados mundiales podría endurecer las condiciones de financiación.
La racionalización de la regulación mejoraría el clima de inversión
Para garantizar la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de la deuda pública es necesario equilibrar la consolidación fiscal con los esfuerzos por impulsar el crecimiento a largo plazo. Además de una gestión presupuestaria prudente, es fundamental seguir avanzando en la reducción de las barreras regulatorias y el fomento de la competencia, entre otras medidas, simplificando los procedimientos que reducen las barreras de entrada a las nuevas empresas en los distintos sectores. El avance de la reforma del sistema de permisos, actualmente en curso, simplificará, estandarizará y agilizará la expedición de múltiples permisos sectoriales, impulsando la inversión al tiempo que se mantienen los mecanismos de protección medioambiental. La reforma de las pensiones de 2025 contribuirá a profundizar los mercados de capitales en los próximos años. La promoción de infraestructuras verdes y resilientes requiere la adopción de unos volúmenes significativos de inversión al tiempo que se fomenta la innovación, sobre todo en materia de tecnologías limpias.
El crecimiento repuntará al 2,5% este año y al 2,6% en 2026. La inversión seguirá creciendo al recuperarse de una caída histórica y ante el alivio de las condiciones financieras, aunque la incertidumbre y un mercado inmobiliario débil la mantendrán en niveles moderados. El consumo y las exportaciones se ralentizarán debido a los aranceles de Estados Unidos y a la desaceleración económica global. La inflación reanudará su descenso, tras una interrupción temporal a principios de 2025, pero se mantendrá por encima del objetivo del 3% durante todo 2026.
La política monetaria debe continuar con un ciclo de relajación prudente y dependiente de los datos para asegurar una desinflación sostenida hacia la meta. Se prevé que el déficit fiscal se mantenga en niveles elevados en 2025 y 2026, lo que requerirá una consolidación fiscal adicional para garantizar el cumplimiento de las reglas fiscales, la estabilización de la deuda y la reducción de los elevados costos del servicio de la deuda derivados de primas de riesgo elevadas. A mediano plazo, se necesita reducir las rigideces presupuestarias y emprender una reforma tributaria integral para reconstruir el espacio fiscal. La reducción de las cargas administrativas y la mejora de las infraestructuras contribuirían a revitalizar la productividad y el crecimiento de la inversión.
El crecimiento mantiene su impulso
En 2024, el crecimiento promedió 1,6% interanual, pero repuntó hasta el 3,7% (tasa anual desestacionalizada) en el último trimestre. Este impulso se mantuvo en gran medida en el primer trimestre de 2025. La inversión continuó recuperándose tras la fuerte caída registrada en 2023 y siguió siendo uno de los principales motores del crecimiento. Indicadores adelantados muestran señales contradictorias, con una confianza empresarial que fluctúa en torno a una tendencia ligeramente al alza de los últimos 12 meses y el debilitamiento de la confianza de los consumidores desde febrero. El mercado laboral mantiene su solidez, con una tasa de desempleo del 9,1% en marzo. La inflación se ha situado en torno al 5,2% desde noviembre, aunque la inflación subyacente ha seguido bajando. Con una trayectoria de desinflación más lenta de lo previsto, las expectativas inflacionarias para finales de 2025 han aumentado, pasando del 3,9% en octubre al 4,8% en mayo.
Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia, representando el 28% de sus exportaciones de bienes. La mayoría de las exportaciones (60%) son minerales y productos petrolíferos que siguen estando exentos de aranceles, lo que implica una tasa arancelaria aranceles de EE.UU. sobre las importaciones desde Colombia de alrededor del 5%. Colombia ha mantenido sus aranceles del acuerdo bilateral de libre comercio con Estados Unidos. El peso se depreció con fuerza (alrededor del 5%) en abril, pero se recuperó en gran medida en mayo. La caída de los precios del petróleo frenará las exportaciones y los ingresos fiscales, aumentando las presiones sobre una posición fiscal ya ajustada.
Colombia
1.Los datos de EPU representan medias móviles de 3 meses e incorporan la cobertura de la prensa nacional.
2. Los diferenciales ajustados a las opciones de los bonos soberanos de mercados emergentes emitidos en USD del ICE BofA son la diferencia de rendimiento con respecto a los bonos del Tesoro estadounidense, en puntos básicos. Las opciones implícitas son cláusulas incluidas en algunos valores de renta fija que permiten al inversor o al emisor realizar acciones específicas, como rescatar la emisión. El OAS ayuda a los inversores a comparar los flujos de caja de un título de renta fija con los tipos de referencia, al tiempo que valora las opciones incorporadas frente a la volatilidad general del mercado.
Fuente: Base de datos de Perspectivas Económicas 117 de la OCDE; Banco de España; y cálculos de la OCDE.
Colombia: demanda, producción y precios
Precios corrientes, en COP billones
Cambios porcentuales, volumen (precios de 2015)
Colombia
Partidas de informe
del PIB
Tasa de desempleo (% de fuerza laboral)
Balance financiero del gobierno central (% del PIB)
Deuda bruta del gobierno central (% del PIB)
Saldo por cuenta corriente (% del PIB)
1 Contribución a las variaciones del PIB real, cantidad en la primera columna
2 Índice de precios al consumidor excluyendo alimentos primarios, servicios públicos y combustibles
Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas 117
Los déficits fiscales y la tasa de política monetaria se mantendrán elevados por más tiempo
La posición fiscal se ha deteriorado marcadamente en 2024, con un déficit total del 6,8% y un déficit primario del 2,4%. Se prevé que los déficits se mantengan en niveles elevados, en el 6% en 2025 y el 5,6% en 2026, según los planes de gasto actuales y las proyecciones de ingresos a mediano plazo El gobierno prevé un aumento de ingresos tributarios de corto plazo equivalente a 2,4% del PIB por medidas no especificadas. A menos que haya evidencia de una mejora significativa en la recaudación, serán necesarios recortes del gasto de al menos 0,9% del PIB para cumplir con la regla fiscal en 2025. El banco central pausó el ciclo de relajación monetaria en el primer trimestre al estabilizarse la inflación, pero lo reanudó en abril con un recorte de 25 puntos básicos. Se proyecta que, con una trayectoria de relajación prudente y dependiente de los datos, la tasa de política monetaria se reduzca a 7% a fines de 2026.
Crecimiento será moderado, con riesgos a la baja al alza
La economía crecerá un ritmo moderado del 2,5% en 2025 y del 2,6% en 2026. La inversión seguirá recuperándose tras caer por debajo del 17% del PIB, pero la incertidumbre y la desaceleración del mercado inmobiliario impedirán volver a la tasa de inversión prepandemia de 21%. La incertidumbre también moderará el consumo privado en 2025. Con un crecimiento cercano a su potencial, el desempleo se mantendrá en torno a los niveles actuales. El crecimiento de las importaciones seguirá siendo sólido, impulsado por los bienes de inversión, si bien las exportaciones se moderarán, dada su elevada exposición a Estados Unidos y la desaceleración económica global. La inflación irá descendiendo de forma gradual hasta situarse en el 4,5% interanual a finales de 2025 y en el 3,8% a finales de 2026. La solidez de las remesas entrantes y las utilidades reinvertidas mantendrán contenido el déficit por cuenta corriente. Los riesgos están sesgados a la baja. La incertidumbre ya ha presionado el tipo de cambio a la baja, lo que podría intensificarse y añadir presiones inflacionistas. Un aumento de los déficits fiscales y el incumplimiento de la regla fiscal incrementarían aún más las primas de riesgo y los ya elevados pagos por intereses de la deuda soberana, lastrando así la confianza de los inversores.
La disciplina fiscal contribuiría a mitigar la incertidumbre
Para reforzar la consolidación fiscal, cumplir con la regla fiscal y garantizar la sostenibilidad de la deuda, se requieren recortes en el gasto previsto. Se podrían eliminar las subvenciones al diésel siguiendo avances previos para la gasolina y focalizar mejor el gasto social. Las revisiones del gasto podrían ayudar a identificar márgenes para mejorar la eficiencia del gasto. La adopción de una reforma tributaria integral que incluya recortes en los gastos tributarios, un reequilibrio que traslade la carga impositiva del impuesto de sociedades al impuesto sobre la renta de las personas naturales, una mayor lucha contra la evasión tributaria y una reducción de las rigideces presupuestarias contribuiría a aumentar el espacio fiscal. Entre las medidas que se pueden adoptar para reactivar la inversión y el crecimiento de la productividad se incluyen la reducción de la carga administrativa de las empresas, la mejora de las infraestructuras de transporte, el desarrollo de las capacidades de los gobiernos subnacionales y el fortalecimiento de la gobernanza macroeconómica, la transparencia y la certidumbre de las políticas.
Costa Rica
El crecimiento del PIB se ralentizará hasta el 3,1% en 2025 y 2026, tras situarse en el 4,3% en 2024. La demanda interna impulsará el crecimiento, al tiempo que la demanda exterior se debilita tras la introducción de un arancel del 10% a las exportaciones de productos costarricenses a Estados Unidos, su principal socio comercial. El consumo privado se mantendrá en niveles sólidos gracias al incremento gradual de la renta disponible y del empleo. La inflación se está incrementando gradualmente hacia el objetivo del 3% y alcanzará el 1,8% en 2025 y el 2,5% en 2026, a medida que la mejora de las condiciones internas motive un aumento gradual de las presiones inflacionistas internas.
La situación fiscal ha mejorado, pero para garantizar su sostenibilidad es necesario aplicar estrictamente la regla fiscal para contener el gasto público, realizar revisiones del gasto para mejorar su eficiencia y ampliar la base impositiva. La tasa de interés oficial se mantendrá estable a medida que la inflación se vaya acercando gradualmente a la meta del 3%. Continuar ampliando oportunidades comerciales mediante la firma de acuerdos comerciales para abrir nuevos mercados contribuiría a diversificar el destino de las exportaciones de Costa Rica que presenta una elevada concentración.
El crecimiento se mantiene sólido en un contexto de baja
inflación
Fuertes exportaciones netas y una robusta demanda interna impulsaron el crecimiento del PIB en el segundo semestre de 2024. El consumo de los hogares se vio respaldado por el sólido crecimiento del crédito al consumo (8,8% interanual en noviembre de 2024) y el aumento de los salarios reales (5,6% interanual en marzo de 2025) y del empleo (2,5% interanual en marzo de 2024). La inversión también se benefició de fuertes entradas de inversión extranjera directa, que crecieron un 14% en diciembre con respecto al año anterior. La actividad económica sigue siendo sólida. En marzo de 2025, el Índice Mensual de Actividad Económica creció un 3,6% (interanual) impulsado tanto por los sectores del régimen definitivo (servicios públicos, transporte) que por los sectores del régimen especial (industria manufacturera). La inflación general sigue aumentando lentamente y alcanzó el 0,4% (interanual) en abril de 2025. La inflación subyacente es positiva, pero se mantiene en niveles bajos (0,9% en abril).
Costa Rica
1. La línea negra horizontal discontinua indica la meta de inflación de la política monetaria y el área sombreada la banda de tolerancia alrededor de la meta (2-4%). La inflación general y la subyacente indican, respectivamente, la tasa de inflación de los precios al consumo y la tasa de inflación subyacente de los precios al consumo, que excluye los alimentos y la energía.
Fuente: Banco Central de Costa Rica.
Costa Rica: demanda, producción y precios
Precios corrientes, en CRC billones
Cambios porcentuales, volumen (precios de 2017 )
Costa Rica
Partidas de informe Deflactor del PIB
Índice de precios al consumidor
Índice de inflación subyacente²
Tasa de desempleo (% de fuerza laboral)
Balance financiero del gobierno central (% del PIB)
Deuda bruta del gobierno central (% del PIB)
Saldo por cuenta corriente (% del PIB)
1 Contribución a las variaciones del PIB real, cantidad en la primera columna
2 Índice de precios al consumidor excluyendo alimentos y energía
Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas 117
Desde abril de 2025 se aplica un arancel del 10% a las exportaciones de bienes de Costa Rica a Estados Unidos, que representan alrededor del 16,2% del total de las exportaciones y el 47% de las exportaciones de bienes. Los servicios (turismo y servicios empresariales) y los semiconductores, que constituyen una parte importante de las exportaciones de Costa Rica a Estados Unidos, están excluidos de este arancel. El riesgo país percibido, medido por el Diferencial de Rendimientos del Índice de Bonos de Mercados
Emergentes (EMBIG), se situó en promedio en el 2,1% a principios de mayo de 2025, ligeramente por encima del mínimo histórico de 10 años de alrededor del 2% registrado en el primer trimestre de 2025.
La política monetaria mantendrá una posición neutral, al tiempo que la política fiscal seguirá siendo prudente
Se espera que la tasa de política monetaria se mantenga en el 4% durante el período de proyección, a medida que la inflación aumente de forma gradual hacia la meta del 3% , en línea con la tasa de interés neutral (estimada entre el 1% y el 1,9%). Se prevé que el superávit primario del gobierno central siga siendo positivo (1,3% del PIB en 2025 y 2026), a medida que la regla fiscal limite el crecimiento del gasto corriente. El déficit presupuestario del gobierno central alcanzará previsiblemente el 3,3% del PIB en 2025 y el 3,1% en 2026, lo que refleja unos elevados costos del servicio de la deuda, que se situarán en torno al 4,7% del PIB en 2025 y al 4,5% en 2026. Se espera que la deuda pública siga disminuyendo hasta situarse en el 59,4% del PIB para finales de 2026.
Las tensiones comerciales ralentizarán el crecimiento
El crecimiento del PIB se ralentizará hasta el 3,1% en 2025 y 2026. El crecimiento de las exportaciones se debilitará en 2025 debido al arancel del 10% impuesto por Estados Unidos a las exportaciones de productos de Costa Rica y se espera que se mantenga en niveles moderados en 2026, lo que refleja una demanda mundial moderada y el aumento de los costos comerciales. La inversión privada se moderará en 2025, a medida que el aumento de la incertidumbre de la política económica afectará negativamente a las entradas de inversión extranjera directa, y la inversión pública seguirá siendo moderada por la falta de espacio fiscal. El consumo privado se moderará a medida que el aumento de la incertidumbre afecte negativamente a las decisiones de gasto y lastre el crecimiento del empleo. Los riesgos para estas perspectivas están orientados a la baja. El aumento de la violencia y la criminalidad puede afectar negativamente al turismo y a las entradas de inversión extranjera directa. El alto grado de dolarización de la economía de Costa Rica con el reciente aumento del crédito en dólares y con dos terceras partes de la deuda dolarizada sin cobertura expone al país a riesgos de financiamiento externo y de tipo de cambio, sobre todo frente al dólar estadounidense. La escalada de las tensiones geopolíticas o comerciales podría provocar perturbaciones en la actividad comercial y reducir aún más la demanda exterior. Por el lado positivo, los renovados esfuerzos por profundizar en la integración comercial podrían fortalecer las exportaciones netas.
La perseverancia en las reformas contribuirá a garantizar la sostenibilidad fiscal y respaldará la inversión
Las perspectivas fiscales han mejorado, pero es necesario seguir aplicando estrictamente la regla fiscal para limitar el gasto público y reducir aún más los riesgos para la sostenibilidad fiscal. Es necesario introducir revisiones del gasto y ampliar las bases impositivas para aumentar la eficiencia del gasto público y conseguir un mayor espacio fiscal. La continuación de los esfuerzos por abrir nuevos mercados para las exportaciones mediante acuerdos comerciales contribuiría a diversificar las exportaciones. Eliminar restricciones y límites a la participación del sector privado en la generación y el suministro minorista de electricidad, así como la supresión de las barreras a la inversión extranjera en el sector eléctrico, contribuirían a captar la inversión necesaria para satisfacer la creciente demanda de electricidad. Reorientar la formación profesional hacia las competencias más demandadas (digitales y técnicas) y aumentar el número de graduados en disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) respaldaría la inversión, crearía mejores puestos de trabajo y potenciaría el crecimiento.
Se prevé que el crecimiento del PIB real se sitúe en 2,4% en 2025 y en 1,9% en 2026. El crecimiento se verá impulsado por la demanda interna, con un consumo respaldado por la solidez del mercado laboral, el aumento de los ingresos reales y la caída de la inflación. Se espera que la inversión se recupere durante el periodo 2025-26, respaldada por unos costes de financiación más bajos y por la aplicación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). El crecimiento de las exportaciones se desacelerará, reflejando la débil demanda de los socios comerciales, la creciente fragmentación comercial y el efecto restrictivo de los aranceles estadounidenses. Los riesgos para el crecimiento económico están sesgados a la baja, entre ellos la escalada de las tensiones geopolíticas y comerciales, nuevas subidas de los aranceles a las exportaciones de la UE, mayor incertidumbre y el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales.
Se prevé que el déficit fiscal descienda al 2,8% del PIB en 2025 y al 2,3% en 2026, gracias al sólido crecimiento económico. En 2026, el menor crecimiento del gasto debido a la eliminación gradual de los subsidios al transporte público y de las ayudas tras la DANA respaldarán aún más los esfuerzos de consolidación, situando la deuda pública bruta en una tendencia a la baja. La reducción de las barreras de entrada en el sector servicios, la simplificación de la regulación a todos los niveles de la administración y la aceleración de las asociaciones público-privadas en el marco del PRTR impulsarían la inversión y el crecimiento potencial.
La actividad económica sigue siendo sólida
El crecimiento alcanzó el 2,8% interanual en el primer trimestre de 2025, impulsado por la sólida formación bruta de capital y el consumo privado. La fortaleza del mercado laboral y el crecimiento de los salarios respaldaron el aumento gradual de la renta real disponible. Las afiliaciones a la seguridad social se incrementaron un 2,3% en el año hasta abril de 2025, mientras que la tasa de desempleo se situó en el 10,9% en marzo de 2025. Las expectativas de las empresas siguieron apuntando a una expansión en abril, aunque con signos de moderación. La inflación general anual se moderó hasta el 2,2% en abril de 2025 debido al descenso de los precios de la energía, tras el repunte temporal registrado a principios de año por el vencimiento de la rebaja del IVA sobre la electricidad. La inflación subyacente se situó en el 3,0% en abril, impulsada en gran medida por una inflación de los servicios más persistente de lo previsto.
España
Fuente: Eurostat; y base de datos de Perspectivas Económicas 117 de la OCDE.
España: demanda, producción y precios
España
Precios corrientes, en EUR mil millones PIB a precios
Cambios porcentuales, volumen (precios de 2020)
Partidas de informe Deflactor del PIB
Índice armonizado de precios al consumidor
Índice armonizado de inflación subyacente²
Tasa de desempleo (% de fuerza laboral)
Ratio deahorro neto de los hogares (% del ingreso disponible)
Balance financiero del gobierno general (% del PIB)
Deuda pública bruta (% del PIB)
Deuda pública bruta, definición de Maastricht³ (% del PIB)
Saldo por cuenta corriente (% del PIB)
1 Contribución a las variaciones del PIB real, cantidad en la primera columna
2 Índice armonizado de precios al consumidor excluyendo alimentos, energía, alcohol y tabaco
3.La definición de Maastricht de la deudade lasadministracionespúblicasincluyesólocréditos,títulos dedeuda ydepósitos en moneda, con la deuda a valor nominal y no a valor de mercado.
Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas 117
El crédito a los hogares para vivienda y el crédito a las empresas crecieron un 1,4% y un 1,5%, respectivamente, durante el año hasta marzo de 2025, respaldados por la relajación monetaria. En febrero de 2025, el déficit comercial de bienes se amplió, impulsado por un crecimiento de las importaciones del 3,5% interanual, mientras que las exportaciones solo crecieron un 0,4%. Por su parte, el superávit de servicios aumentó hasta el 6,7% del PIB, respaldado por el aumento del turismo. Estados Unidos ha
impuesto un arancel del 10% a las importaciones de productos de la UE, si bien la exposición directa de España es limitada ya que las exportaciones españolas a Estados Unidos solo representaron alrededor del 1% del PIB en 2024.
Se mantiene el proceso de consolidación fiscal
El déficit fiscal se reducirá al 2,8% en 2025 y al 2,3% en 2026, desde el 3,2% en 2024, gracias a una moderada consolidación fiscal. La mayoría de las medidas temporales de apoyo introducidas durante la crisis inflacionista se han ido eliminando, incluida la finalización prevista de los subsidios al transporte público en junio de 2025. La consolidación se sustenta en el aumento de los ingresos gracias a la fuerte creación de empleo y a las medidas tributarias anteriormente anunciadas. La disminución del gasto refleja la eliminación gradual de las medidas de apoyo relacionadas con la energía y la DANA. Las proyecciones también incorporan un aumento gradual del gasto en defensa en 2025 y 2026, así como iniciativas gubernamentales para ayudar a los sectores afectados por las tensiones comerciales, por un importe de 14 000 millones de euros (0,88% del PIB en 2024), si bien estas se canalizarán en gran medida a través de programas de avales y préstamos.
Factores internos impulsan el crecimiento a medida que aumentan los riesgos externos
El crecimiento del PIB seguirá siendo sólido, pero se moderará gradualmente, hasta situarse en el 2,4% en 2025 y en el 1,9% en 2026. El crecimiento se verá impulsado por la demanda interna, respaldada por la solidez del mercado laboral, el aumento de los ingresos reales y el elevado ahorro de los hogares. Los desembolsos del PRTR y la bajada de los tipos de interés respaldarán la inversión, aunque los retrasos en la ejecución y el endurecimiento de las condiciones financieras a nivel mundial podrían limitar la recuperación. Se prevé que el crecimiento de las exportaciones se ralentice por la débil demanda de los principales socios comerciales y por los aranceles efectivos del 10% impuestos recientemente por Estados Unidos a los productos de la UE, así como por determinadas tasas sectoriales adoptadas, que alcanzan el 25% en el caso del sector automotriz y del acero. Si bien España es menos activa en estos sectores que otros países de la UE, las exportaciones de maquinaria y productos agroalimentarios podrían verse afectadas. La inflación general se situará en el 1,9% en 2026, por la bajada de los precios de los alimentos y la energía y por las limitadas presiones salariales. Los riesgos a la baja siguen siendo elevados, sobre todo por la escalada de las tensiones geopolíticas y comerciales, que podrían lastrar aún más la demanda exterior, aumentar la incertidumbre y retrasar las inversiones vinculadas al PRTR.
Es fundamental impulsar el crecimiento potencial y cumplir los objetivos fiscales
Aunque el déficit fiscal y la relación deuda pública/PIB han disminuido, sigue siendo esencial proseguir la consolidación para situar la deuda pública bruta en una senda descendente, cumplir las reglas fiscales de la UE y hacer frente a las crecientes presiones sobre el gasto derivadas del envejecimiento de la población y la transición verde. La ampliación gradual de la base del IVA, el aumento de los impuestos medioambientales y la mejora de la eficiencia del gasto público apoyarían los esfuerzos de consolidación y aportarían un mayor margen para financiar partidas de gastos que fomenten el crecimiento. La formación bruta de capital fijo por persona en edad de trabajar se ha mantenido muy por debajo de la media europea desde la crisis financiera mundial, y la recuperación de la inversión ha sido lenta desde la pandemia. La reducción de las barreras de entrada en el sector servicios, la simplificación y armonización de la normativa a todos los niveles de la administración y la aceleración de las asociaciones público-privadas en el marco del PRTR estimularían aún más la inversión e impulsarían el crecimiento potencial.
México
Se prevé que la economía crezca un 0,4% en 2025 y un 1,1% en 2026. El bajo nivel de desempleo y la moderación de la inflación respaldarán el consumo. El consumo público y la inversión seguirán siendo moderados, habida cuenta del actual proceso de consolidación fiscal. Las exportaciones se verán lastradas por los aranceles, la incertidumbre y el debilitamiento del crecimiento mundial. La inversión se verá respaldada por el descenso de las tasas de interés, aunque se espera que se recupere solo gradualmente, debido a la elevada incertidumbre.
La aplicación de un plan fiscal a medio plazo podría ayudar a reducir gradualmente el déficit, creando margen para inversiones que impulsen la productividad, como en educación. Para asegurar que la inflación siga disminuyendo hacia el objetivo, el banco central debería continuar su ciclo de flexibilización prudente y gradual. La ampliación de los programas de formación profesional dual mejoraría la disponibilidad de competencias técnicas, lo que impulsaría la competitividad y facilitaría el acceso al empleo formal.
La agricultura se ha recuperado pero la inversión se está ralentizando
Los indicadores a corto plazo apuntan a una mejora parcial de la actividad económica durante el primer trimestre de 2025, con un crecimiento del PIB del 0,2% (trimestral), tras la contracción del 0,6% registrada en el trimestre anterior. La mejora se debió exclusivamente al repunte del sector agrícola, tras las alteraciones climáticas registradas a finales de 2024, mientras que la producción industrial se contrajo y los servicios se estancaron. La construcción no residencial está perdiendo fuerza tras la finalización de importantes proyectos de infraestructuras en el sur, mientras que la inversión en maquinaria y equipos también se está moderando en un contexto de gran incertidumbre. El consumo privado se ha desacelerado, en línea con la ralentización de la creación de empleo formal. Las exportaciones se mantienen en niveles reducidos, limitadas por la persistente incertidumbre relacionada con la actividad comercial. El desempleo, que se situó en el 2,6% en marzo, se mantiene en niveles históricamente bajos, aunque la participación laboral ha disminuido recientemente. Las presiones inflacionistas están remitiendo, aunque la inflación general y subyacente aumentaron hasta el 3,9% (interanual) en abril, impulsadas por la volatilidad de algunos precios de alimentos y las variaciones estacionales de los servicios asociados al turismo.
México
1.El área sombreada representa el rango de la meta de inflación del banco central. Fuente: INEGI; y Banxico.
México: demanda, producción y precios
Cambios porcentuales, volumen (precios de 2018)
México
privado
del gobierno
Formación bruta de capital fijo
de existencias¹
de desempleo³ (% de fuerza laboral)
financiero del gobierno⁴ (% del PIB)
Deuda bruta del gobierno⁴ (% del PIB)
Saldo por cuenta corriente (% del PIB)
1 Contribución a las variaciones del PIB real, cantidad en la primera columna
2. Índice de precios al consumidorexcluyendoartículosvolátiles:agricultura,energíaytarifas aprobadaspor variosniveles de gobierno.
3. Basado en la Encuesta Nacional de Empleo.
4. Índice de precios al consumidorexcluyendoartículosvolátiles:agricultura,energíaytarifas aprobadaspor variosniveles de gobierno.
Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas 117
México es una economía abierta con fuertes vínculos comerciales con Estados Unidos, que representa más del 80% de sus exportaciones. En consecuencia, México se ve especialmente afectado por el aumento de las restricciones comerciales y la incertidumbre actual. Las proyecciones asumen que las exportaciones de México a Estados Unidos que cumplan el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) afrontarán un arancel del 0%, mientras que las exportaciones que no cumplan con el tratado afrontarán un arancel del 25%, tanto en 2025 como en 2026. Alrededor del 50% de las exportaciones de México a Estados Unidos cumplen actualmente con el tratado. Se prevé que el grado de cumplimiento aumente poco a poco hasta alcanzar el 75% en 2026, tras la adopción de las medidas necesarias, como la emisión de certificaciones de origen. Se prevé que los automóviles y las piezas de los mismos estén sujetos a un arancel del 25% en 2025 y 2026, quedando excluida de este arancel la parte correspondiente al contenido estadounidense. Las proyecciones también asumen un arancel del 25% sobre las importaciones estadounidenses de productos de acero y aluminio procedentes de México.
La relajación de la política monetaria y la consolidación fiscal deben ser graduales
El banco central ha proseguido su ciclo de relajación monetaria, bajando la tasa de interés oficial al 8,5% en mayo. La disminución de las presiones inflacionistas, el debilitamiento de la actividad económica y el sólido anclaje de las expectativas de inflación respaldan una nueva reducción gradual, basada en los datos, de la tasa de interés oficial hasta el 7% a finales de 2025, con recortes adicionales en 2026. Tras ampliarse hasta el 4,9% del PIB en 2024, el nivel más alto en 35 años, se prevé que el déficit
presupuestario se reduzca al 3,5% en 2025, sobre todo mediante recortes en la inversión pública, y al 3% en 2026. Para finales de 2026, se espera que la relación deuda pública/PIB se sitúe en torno al 52% del PIB.
El crecimiento se ralentizará en un contexto de gran incertidumbre
Se espera que la economía crezca un 0,4% en 2025, repuntando hasta el 1,1% en 2026. El consumo privado se verá respaldado por el bajo desempleo y el descenso de la inflación. La inversión privada se beneficiará gradualmente de la bajada de las tasas de interés, aunque seguirá viéndose limitada por la elevada incertidumbre interna y mundial. La inversión pública se mantendrá en niveles moderados en el marco de los esfuerzos por reducir el déficit fiscal. El crecimiento trimestral de las exportaciones se verá frenado por los aranceles comerciales y la elevada incertidumbre mundial. Tanto la inflación general como la subyacente seguirán disminuyendo gradualmente. Sin embargo, las perspectivas tanto para el crecimiento como para la inflación siguen siendo inciertas. Habida cuenta de la elevada exposición de México al mercado estadounidense, la desaceleración prevista en Estados Unidos para 2025-2026 y el endurecimiento de las condiciones financieras podrían lastrar aún más la demanda exterior y la inversión. Además, el aumento de la aversión al riesgo a nivel mundial y la volatilidad de los tipos de cambio podrían elevar los costos de financiamiento soberano y limitar aún más el margen fiscal. Por el lado positivo, una reducción de la incertidumbre por ejemplo, mediante una renegociación rápida y satisfactoria del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá podría respaldar la inversión y las exportaciones con más fuerza de lo previsto en la actualidad.
Impulsar la productividad y adaptarse
al cambio climático, cuestiones prioritarias
Aumentar la recaudación del impuesto sobre bienes inmuebles y mejorar la administración tributaria mediante la digitalización, entre otras medidas podría contribuir a impulsar los ingresos tributarios y generar un mayor margen fiscal para acometer gastos adicionales en ámbitos que aumenten la productividad, como la educación o la digitalización. Hacer un uso más sistemático de los análisis costobeneficio mejoraría la eficiencia del gasto público. La adopción de un sistema integral de educación de primera infancia y cuidado infantil facilitaría la participación de la mujer en el mercado laboral. Asimismo, al impulsar la inversión privada en el sector de las energías renovables a través de regulaciones más favorables, se podrían convertir los ingentes recursos renovables del país en una ventaja competitiva. La mejora de la gestión del agua reforzaría la adaptación de México al cambio climático, reduciendo los riesgos operativos y contribuyendo a captar inversiones.
Perú
Se prevé que el crecimiento del PIB se desacelere hasta el 2,8% en 2025 y el 2,6 % en 2026, reflejando la incertidumbre política global y doméstica. El gasto público se moderará con la reanudación de la consolidación fiscal. La inversión privada seguirá siendo moderada, limitada por la persistente incertidumbre y condiciones financieras globales más restrictivas. El consumo privado se verá respaldado por los bajos niveles de inflación. El crecimiento de las exportaciones será moderado, reflejando el impacto directo de los nuevos aranceles de Estados Unidos sobre productos peruanos y un menor crecimiento global. Se prevé que la inflación se mantenga en niveles cercanos al objetivo del 2% del banco central.
Una posición monetaria neutral del banco central es adecuada y debería mantenerse prudente y dependiente de los datos disponibles. El gobierno prevé una consolidación gradual en 2025 y 2026 para alinear el déficit a las reglas fiscales, pero las presiones crecientes sobre el gasto y previsiones optimistas de ingresos dificultan su cumplimiento, exigiendo medidas adicionales para alcanzar las metas fiscales. Agilizar permisos, reducir la carga regulatoria y fortalecer las capacidades subnacionales de inversión pueden contribuir a atraer inversión privada.
La fuerte demanda interna impulsó la
recuperación económica
El PIB creció un 3,3% en 2024, impulsado por la sólida demanda interna y el repunte de las exportaciones agrícolas y mineras. La inversión pública aumentó un 14% y el consumo privado se vio respaldado por los retiros extraordinarios de los fondos de pensiones. La inversión privada comenzó a recuperarse moderadamente, ayudada por la mejora de la confianza empresarial, la relajación de las condiciones financieras y la adjudicación de nuevos contratos de asociaciones público-privadas. Los términos de intercambio, históricamente elevados, respaldaron el saldo por cuenta corriente. Los indicadores mensuales del PIB muestran que el crecimiento se mantuvo firme en el primer trimestre de 2025, con una expansión del PIB del 3,9% en términos interanuales. La inflación permanece anclada dentro del rango meta del banco central (del 1% al 3%), con tasas de inflación general y subyacente de 1,6% y un 1,9% en abril con respecto al año anterior, respectivamente, y expectativas cercanas al 2%. A pesar de un aumento del empleo de 0,8% en 2024, los salarios reales en el sector formal siguen por debajo de los niveles de 2019, mientras que persiste una elevada informalidad y baja participación, especialmente en mujeres y jóvenes.
En abril de 2025, Estados Unidos impuso un arancel del 10% a las exportaciones peruanas, lo que afectó especialmente a los productos agrícolas, que representaban más del 45% de las exportaciones de Perú a ese mercado en 2024. Las exportaciones de cobre, que representan menos del 10% del comercio bilateral con Estados Unidos, quedaron exentas, pero sufrieron una caída media de los precios del 3% en abril en términos interanuales. El oro, una de las principales materias primas para exportación, registró un aumento de los precios, mientras que la moneda se depreció moderadamente desde mediados de marzo. Las amplias reservas internacionales y un bajo nivel de deuda pública otorgan resiliencia frente a posibles choques externos.
Perú
1.Sector público no financiero. Los datos de 2025 se refieren al déficit fiscal acumulado en 12 meses a partir de abril.
Fuente: Base de datos de Perspectivas Económicas 117 de la OCDE; y Banco Central de Reserva del Perú.
Perú: demanda, producción y precios
Perú
Precios corrientes, en PEN mil millones PIB
del gobierno
de existencias¹
interna total
Partidas de informe
Tasa de desempleo (% de fuerza laboral)
financiero del gobierno³
del PIB)
Deuda bruta del gobierno³ (% del PIB)
Saldo por cuenta corriente (% del PIB)
1 Contribución a las variaciones del PIB real, cantidad en la primera columna
2 Índice de precios al consumidor excluyendo alimentos y energía
Cambios porcentuales, volumen (precios de 2007)
3 Los datos corresponden al sector público no financiero, que incluye el gobierno general y las empresas estatales
Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas 117
Déficit fiscal se reduce, pero quedará por encima de la meta, mientras la política monetaria se mantiene neutral
Se prevé consolidación fiscal para el periodo 2025-2026. Si bien los elevados precios de los metales respaldarán los ingresos públicos y reducirán el déficit fiscal, se requieren medidas adicionales equivalentes al 0,3% del PIB en 2025 y al 0,4% del PIB en 2026 para alcanzar las metas de la regla
fiscal. El déficit fiscal de Perú alcanzó el 3,5% del PIB en 2024, lo que supone el segundo año consecutivo en el que se incumple la regla fiscal a pesar de la recuperación económica. Las presiones fiscales van en aumento debido a crecientes presiones de gasto, la reciente introducción de nuevas exenciones fiscales, incluidas las aplicables a las zonas económicas especiales, a una reforma de las pensiones insuficientemente financiada, y el posible apoyo adicional a Petroperú (la empresa petrolera estatal). La política monetaria neutral sigue siendo adecuada, dado que las expectativas de inflación están bien ancladas. Tras el reciente recorte a 4.5%, se espera que la tasa de referencia se mantenga sin cambios durante el resto de 2025–2026.
Se crecimiento del PIB se modera
El crecimiento del PIB se desacelerará hasta el 2,8% en 2025 y el 2,6% en 2026, mientras que la inflación se mantendrá en torno a la meta del 2%. La incertidumbre global y doméstica afectará la confianza de las empresas y de los consumidores. Los esfuerzos del gobierno por acelerar las asociaciones públicoprivadas y agilizar la concesión de permisos, así como la baja inflación, compensarán parcialmente la incertidumbre al apoyar la inversión y el consumo privado. La consolidación fiscal limitará la inversión y el consumo públicos. En un contexto de elevada incertidumbre, han aumentado los riesgos a la baja para el crecimiento, sobre todo por el debilitamiento de la inversión y la demanda exterior. La incertidumbre política doméstica puede intensificarse en el periodo previo a las elecciones generales de 2026, y el aumento de la inseguridad y el crimen podría frenar el crecimiento económico. Un crecimiento menor al esperado en China principal socio comercial de Perú y precios más bajos del cobre podrían perjudicar a las exportaciones, los ingresos públicos y la inversión.
Garantizar la sostenibilidad fiscal requiere mayor eficiencia, movilización de ingresos y la formalización
La adopción de un control más estricto del gasto corriente, en particular de la masa salarial, la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles y los gastos tributarios contribuirían a cumplir con las reglas fiscales. De lo contrario, podría erosionarse la confianza de los inversores, aumentar los costos de endeudamiento y empeorar las perspectivas de la deuda. Para salvaguardar la sostenibilidad fiscal en un contexto de creciente demanda de gasto social e infraestructura, Perú debe incrementar su recaudación tributaria y mejorar la eficiencia del gasto. Para ello, será necesario fortalecer la planificación presupuestaria, mejorar la gestión de la inversión pública y reforzar la capacidad de ejecución a nivel subnacional. Para ampliar la base de impuestos es fundamental abordar la informalidad, mejorar la administración tributaria y eliminar las exenciones tributarias. La simplificación de los regímenes tributarios de las pequeñas empresas podría impulsar la formalización, apoyar el crecimiento de las pymes y generar ingresos adicionales. La eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles y la introducción de un impuesto sobre el carbono contribuirían a los objetivos fiscales y ambientales. En un contexto de condiciones financieras más restrictivas e incertidumbre elevada, restaurar la confianza de los inversionistas es fundamental. Establecer una agenda amplia para la formalización que incluya la reducción de los costos laborales no salariales para los trabajadores con bajos ingresos, la simplificación de los permisos y las regulaciones, reforzar el cumplimiento legal y mejorar la educación y la formación profesional impulsaría la inversión, la productividad y ampliaría la base impositiva.
2 Textos selecionados em Português
Brasil
A projeção é de que o PIB real cresça 2,1% em 2025 e 1,6% em 2026. O consumo das famílias continuará sendo o principal motor do crescimento, mesmo que desacelere, impulsionado por aumentos salariais significantes. O investimento privado teve uma recuperação acentuada em 2024 e deve permanecer dinâmico, apesar da desaceleração gradual. Espera-se que o ritmo das exportações melhore um pouco, embora em um cenário de exposição significativa à demanda da China. A inflação deverá permanecer acima da meta de 3% ao longo de 2025 e 2026, impulsionada predominantemente pelo setor de serviços.
Espera-se que a política fiscal permaneça ligeiramente expansionista em 2025. Uma proposta de reforma do imposto de renda, com o intuito de ser neutra em termos fiscais, provavelmente não gerará espaço fiscal adicional para acomodar as crescentes pressões de gastos. O gasto social seguirá crescendo, pressionando ainda mais as contas públicas. A política monetária seguirá apertada por um período prolongado. Diminuir os obstáculos para entrada e saída do mercado, aliviar as exigências regulatórias, investir mais em infraestrutura e estimular a concorrência podem contribuir significativamente para aumentar a produtividade e o crescimento econômico.
O ritmo da atividade econômica está perdendo força
Mesmo com um crescimento sólido de 3,4% do PIB em 2024, os primeiros indícios de desaceleração econômica apareceram no fim do ano. A demanda interna perdeu força devido à queda no consumo das famílias e à redução dos investimentos, em um cenário de incertezas elevadas, juros em alta e inflação persistente, que afetaram a confiança dos consumidores e das empresas. A produção industrial continua contida, após o quinto mês consecutivo de estagnação, tendo crescido 1,2% em março. As vendas no varejo moderaram após um aumento anual de 4,7% em 2024. Por outro lado, o setor de serviços manteve seu forte impulso no início de 2025, em virtude do setor de informação e comunicação. Na agricultura, a safra de 2025 deverá ser muito mais forte do que a de 2024, que foi afetada por uma seca. O desemprego teve uma leve alta, passando de seu menor nível histórico em novembro para 6,8% em fevereiro, mas o mercado de trabalho segue mostrando força, com recordes tanto no número de empregados com carteira assinada quanto nos salários.
Brasil 1
1.Média móvel.
Fonte: CEIC; Banco Central do Brasil; base de dados das Projeções Económicas 117 da OCDE; e cálculos da OCDE.
Brasil: demanda, produção e preços
Brasil
Por memória
Deflator do PIB
Índice de preços ao consumidor
do consumo privado
Saldo financeiro das administrações públicas² (% do PIB)
Dívida bruta das administrações pública² (% do PIB)
Saldo da balança corrente (% do PIB)
1 Contribuição para variações no PIB real, valor atual na primeira coluna
2. Os dados referem-se ao governo geral.
Fonte: Base de dados Perspectivas Económicas da OCDE, n° 117
Preços correntes, em BRL bilhões
Variação percentual, volume (preços de 2000)
A inflação subiu para 5,5% em abril. Esse aumento foi impulsionado principalmente pelos custos mais altos de eletricidade, alimentos e bebidas, além das pressões persistentes sobre os preços dos serviços. Houve alta nos núcleos de inflação, e as expectativas para 2025 permanecem consistentemente acima da meta. As exportações para os Estados Unidos representam 12% ao todo, mas menos de 2% do PIB. Produtos manufaturados representam mais de 78% das remessas para os Estados Unidos e estão sujeitos à tarifa adicional de 10%, enquanto aço, alumínio e peças automotivas são afetados por um aumento tarifário maior, de 25%, e pela eliminação de cotas e isenções. O Brasil pode se beneficiar da maior demanda de commodities e agroalimentos por terceiros países, especialmente a China. Brasil 2
1.A área sombreada corresponde à faixa de tolerância da inflação.
2.Fluxos acumulados em 12 meses.
Fonte: Base de dados das Projeções Económicas 117 da OCDE; e Banco Central do Brasil.
Uma combinação desafiadora de políticas macroeconômicas
O Banco Central continuou seu ciclo de aperto monetário, elevando a taxa básica de juros quatro vezes desde novembro, de 11,25% para 14,75% em maio de 2025. A medida busca conter a inflação causada por demanda aquecida, salários em alta, expansão fiscal contínua e desvalorização da moeda, que vêm pressionando as expectativas inflacionárias. Apesar da maior incerteza sobre as políticas, as projeções incluem novos aumentos de taxas, levando a taxa básica de juros para 15% no final de 2025, antes de uma redução gradual para 12% no final de 2026, à medida que as pressões inflacionárias diminuem.
Espera-se que a política fiscal permaneça modestamente expansionista, colocando desafios para alcançar a meta de saldo primário. De acordo com a regra fiscal atual, o governo deve zerar o déficit primário em 2025 e atingir um superávit equivalente a 0,25% do PIB em 2026. Contudo, as despesas contínuas com benefícios sociais e os pisos obrigatórios de gastos em saúde e educação dificultam bastante o alcance dessas metas. Além disso, a atividade econômica mais lenta provavelmente restringirá ocrescimento da receita do governo. O déficit de financiamento pode ser coberto por medidas excepcionais, como elevação de dividendos e royalties, ou pela adoção de um contingenciamento amplo de gastos. Os pagamentos de juros, que hoje representam aproximadamente 8% do PIB, seguirão subindo junto com as taxas, aumentando o ritmo de crescimento da dívida pública total.
O crescimento deve desacelerar
Espera-se que o crescimento desacelere de 3,4% em 2024 para 2,1% em 2025 e 1,6% em 2026. A moderação é, em grande parte, motivada pela desaceleração da demanda interna. Espera-se que o consumo das famílias diminua à medida que a inflação mais alta e a confiança do consumidor mais fraca se agravam. Embora tenha havido uma recuperação robusta em 2024, o investimento privado tende a diminuir em 2025 e 2026, influenciado pela queda na demanda externa e pelos efeitos das taxas de juros elevadas. No que diz respeito à oferta, o aumento das tarifas nos Estados Unidos, principal comprador dos produtos manufaturados do Brasil, representa um desafio para o setor industrial. A inflação anual está prevista em 5,7% em 2025, antes de cair ligeiramente para 5,0% em 2026. Isso reflete as leituras trimestrais de inflação convergindo gradualmente para a meta, atingindo cerca de 4% no último trimestre de 2026, embora aumentos intermitentes devido a choques comerciais e tarifários ainda sejam possíveis. As projeções estão sujeitas a vários riscos. O incumprimento da meta fiscal pode reduzir o investimento e minar a confiança. Os riscos de inflação tendem a subir, pois as tensões no mercado financeiro e a depreciação cambial podem aumentar a pressão nos preços. Além disso, uma deterioração maior da confiança no cenário fiscal pode estender o período de expectativas inflacionárias instáveis e demandar juros elevados por mais tempo, prejudicando ainda mais a economia.
Consolidar os gastos públicos e simultaneamente expandir o investimento em infraestruturas
Um ajuste fiscal é essencial para colocar a dívida pública em uma trajetória decrescente. Reformar as regras automáticas de gastos, especialmente as relacionadas à educação e saúde, permitiria maior flexibilidade para enfrentar desafios prioritários, enquanto ajustar a fórmula de indexação das aposentadorias públicas e benefícios sociais reduziria o impacto desses gastos nas finanças públicas. Regulações restritivas e altos encargos administrativos nos mercados de bens e serviços dificultam a concorrência e dificultam a entrada de novas empresas, prejudicando o crescimento da produtividade e o investimento. Embora medidas recentes tenham reduzido a burocracia desnecessária, reduções adicionais nos encargos regulatórios e requisitos de licenciamento continuam sendo essenciais. Facilitar as restrições de entrada em serviços profissionais, inclusive a abolição de direitos exclusivos para certas tarefas auxiliares, poderia reduzir o custo de fazer negócios, aumentando a concorrência e melhorando a produtividade. Além disso, o acesso ampliado aos mercados externos e uma maior integração nas cadeias globais de valor podem ser alcançados por meio da redução das barreiras comerciais existentes. Os gastos públicos em infraestrutura poderiam se tornar mais eficazes ao solucionar desafios no planejamento e na execução dos projetos, considerando que mais de 30% dos projetos públicos de infraestrutura são interrompidos, seja temporária ou permanentemente. A expansão da assistência técnica aos governos subnacionais, que frequentemente enfrentam restrições de capacidade para preparação e aquisição de projetos de infraestrutura, melhoraria significativamente o planejamento e a execução desses investimentos. Por fim, viabilizar mais fontes de financiamento privado é essencial para cobrir as necessidades de infraestrutura no médio prazo. Uma reavaliação abrangente dos atuais mecanismos de compartilhamento de riscos e um esforço conjunto para minimizar os riscos políticos e a incerteza judicial poderiam melhorar o cenário para investimentos privados em infraestrutura.
Portugal
O crescimento real do PIB deverá fixar-se nos 1,9 % em 2025 e 2026. A restritividade do mercado de trabalho, os aumentos do salário mínimo e a descida dos níveis históricos de poupança farão aumentar o consumo privado. Uma execução mais célere do Plano de Recuperação e Resiliência (PRR) impulsionará oconsumo e o investimento público. O crescimento das exportações deverá continuar a desacelerar devido ao abrandamento da procura global, ao aumento das barreiras comerciais e à taxa aduaneira de 10 % imposta pelos EUA às importações de produtos portugueses, nomeadamente aço e automóveis. Com a subida dos preços das importações e a manutenção da elevada procura de mão de obra, a inflação abrandará apenas ligeiramente para 2,1 % em 2026.
A política orçamental irá manter a orientação expansionista. A execução do PRR e a redução dos impostos sobre as famílias e as empresas farão aumentar a procura interna, enquanto os excedentes orçamentais persistentes potenciarão uma descida da dívida pública para 89.8 % do PIB em 2026 (definição de Maastricht). A redução das barreiras à entrada no setor dos serviços, nomeadamente do comércio retalhista, uma maior simplificação da regulamentação, a melhoria dos serviços de aconselhamento aos estudantes e trabalhadores, e da oferta de serviços de cuidados para a infância, estimulariam o investimento e a produtividade. A médio prazo, a realização sistemática de análises da despesa pública permitiria fazer face às pressões crescentes sobre a despesa decorrentes do envelhecimento da população e das grandes necessidades de investimento.
O crescimento está a abrandar
O crescimento homólogo aumentou para 2,8 % no quarto trimestre de 2024 e voltou a abrandar para 1,6 % no primeiro trimestre de 2025. O emprego continuou a registar um crescimento sólido de 2,2 % em relação ao período homólogo em março de 2025, e os custos da mão de obra por trabalhador sofreram um aumento de 5,4 %, em termos homólogos, no primeiro trimestre de 2025. A robustez do mercado de trabalho, as reduções de impostos e a desinflação propiciaram ganhos contínuos em termos de rendimento disponível real. Apesar do aumento da poupança das famílias, o consumo privado e o investimento na habitação aceleraram no final de 2024. Contudo, no primeiro trimestre de 2025, a procura interna estagnou, enquanto que o saldo da balança comercial piorou. A deterioração das perspetivas económicas internacionais e a elevada incerteza fizeram cair a confiança das famílias em março e abril de 2025, embora a confiança das empresas tenha permanecido acima da sua média de longo prazo.
Portugal
Fonte: Base de dados das Projeções Económicas 117 da OCDE.
Portugal: procura, produção e preços
Portugal
Preços correntes, em EUR bilhões
Variação percentual, volume (preços de 2021)
Por memória
Deflator do PIB
líquidas¹
Índice harmonizado de preços no consumidor (IHPC)
IHPC, excluindo alimentares e energéticos²
Taxa de desemprego (% da população ativa)
Rácio de poupançalíquida das famílias (% do rendimento disponível)
Saldo financeiro das administrações públicas³ (% do PIB)
Dívida bruta das administrações públicas (% do PIB)
Dívidabruta das administraçõespúblicas,definição de Maastricht⁴ (% do PIB)
Saldo da balança corrente (% do PIB)
1 Contribuição para variações no PIB real, valor atual na primeira coluna
2 Índice harmonizado de preços no consumidor excluindo alimentação, energia, alcool e tabaco
3 De acordo com a definição das contas nacionais
4. Adefinição de Maastricht para adívida da administraçãopúblicainclui apenas empréstimos,títulos de dívidaedepósitos em moeda, com dívida pelo valor de face e não pelo valor de mercado
Fonte: Base de dados Perspectivas Económicas da OCDE, n° 117
O crédito às empresas e às famílias recuperou ao longo de 2024 e continuou a aumentar no início de 2025 graças à flexibilização das condições financeiras. Em 2024, a balança corrente continuou a evoluir de forma positiva com ganhos de termos de troca significativos e um excedente comercial historicamente elevado. As empresas exportadoras portuguesas são confrontadas com uma tarifa base de 10 % imposta pelos Estados Unidos e com direitos aduaneiros específicos aplicáveis ao aço, ao alumínio e à indústria automóvel. Embora as exportações diretas de bens e serviços para os Estados Unidos representem apenas 2,8 % do PIB, Portugal enfrenta também uma menor procura externa por parte dos seus principais parceiros comerciais europeus.
A política orçamental manter-se-á expansionista
Portugal deverá manter uma política orçamental de orientação expansionista, prevendo-se um alívio fiscal de cerca de 1.5 % do PIB entre 2024 e 2026. As despesas financiadas por subvenções do PRR deverão aumentar de 0,7 % do PIB em 2024 para 2,3 % em 2025 e 1,7 % em 2026, impulsionando o investimento e o consumo público, sem afetar o equilíbrio orçamental. Os excedentes orçamentais persistentes potenciarão uma descida da dívida pública para 89.8 % do PIB em 2026 (definição de Maastricht). O maior número de desembolsos dos financiamentos do PRR, os aumentos salariais na função pública, a indexação das pensões e o novo desagravamento da fiscalidade que incide sobre os rendimentos das pessoas singulares (IRS) e das empresas (IRC) também irão favorecer a atividade económica. O aumento dos impostos com relevância ambiental e os esforços para combater a evasão fiscal contribuirão para o aumento das receitas públicas. Ao mesmo tempo, o salário mínimo aumentou de 6,1 % em 2025, e um novo aumento previsto para 2026 irá reforçar os rendimentos das famílias.
O crescimento irá abrandar
As previsões apontam para um crescimento do PIB de 1,9 % em 2025 e 2026. A despesa financiada por fundos europeus tem impulsionado o investimento, mas as previsões de abrandamento da atividade económica mundial e do crescimento europeu afetarão as exportações e o investimento privado. O crescimento sustentado dos salários e a robustez do mercado de trabalho farão aumentar o consumo, em especial porque a inflação e os custos do serviço da dívida deverão permanecer moderados. A redução dos impostos, bem como o aumento das prestações sociais e dos salários da função pública irão reforçar os rendimentos das famílias, mas também abrandar a descida da inflação. Com o aumento dos preços das importações e o abrandamento da diminuição das pressões sobre os preços dos serviços, a inflação global dos preços no consumidor abrandará para 2,1 % em 2025 e 2026. Uma nova redução da taxa de poupança das famílias e um crescimento salarial mais forte do que o esperado poderiam dinamizar o consumo, mas também aumentariam a inflação. Uma despesa pública superior à prevista, nomeadamente no setor da defesa, poderia também impulsionar a procura interna. O contexto de restritividade financeira e de elevada incerteza a nível internacional poderá ter um impacto maior do que se supõe atualmente no investimento privado e na confiança, obrigando a uma eventual revisão em baixa do crescimento e da inflação.
As políticas públicas devem promover um crescimento mais robusto e mais sustentável
Para fazer face ao rápido envelhecimento da população e às necessidades significativas de investimento, nomeadamente em capital humano, será necessário promover o crescimento sustentado da produtividade, criar mais emprego e tornar a despesa pública mais eficiente, mantendo simultaneamente a dívida pública numa firme trajetória descendente. Importa dar continuidade à adoção de novas normas contabilísticas, desenvolver a orçamentação baseada no desempenho e reduzir a despesa fiscal, de forma
a melhorar a eficiência da despesa pública e ajudar a reorientar a sua estrutura para o investimento. O aumento dos impostos com relevância ambiental e sobre o património, protegendo ao mesmo tempo os grupos vulneráveis, ajudaria o país a alcançar objetivos climáticos ambiciosos e concederia margem para reduzir os impostos sobre os trabalhadores com salários mais baixos. A redução das barreiras à entrada no setor dos serviços, nomeadamente do comércio retalhista, aumentaria o investimento e a produtividade. Um melhor aconselhamento para orientar a escolha dos estudos e dos programas de requalificação profissional e o reforço das políticas ativas de emprego direcionadas para as pequenas empresas permitiriam reduzir a escassez de competências e de mão de obra. Uma melhor oferta de serviços de cuidados para a infância prestados às famílias com baixos rendimentos poderia promover uma maior participação das mulheres no mercado de trabalho e atenuar ainda mais a escassez de mão de obra.
Más información:
OECD Economic Outlook, Junio de 2025
Reporte completo en inglés con las proyecciones macroeconómicas, los principales desafíos estructurales e información detallada por país.
Perspectivas económicas de la OCDE para países de América Latina Junio de 2025.
Información detallada por país:
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