Osbin y su conejo abandonado
En cierta ocasión, un niño llamado Osbin iba a la escuela cuando, de repente, se le cruzó un conejo muy bonito. Le gustó tanto, que lo correteó hasta que lo atrapó. El tío de Osbin le preguntó qué sexo tenía su conejo. El niño le respondió que era macho. Le construyeron una jaula, bien protegida. Y así pasaron los días.