Introducción ................................................................................................ 1
El contexto del estudio: Qué se hizo y cómo lo hicimos .......................... 3 Qué hicimos ........................................................................................... 3 Cómo hicimos el estudio .......................................................................... 3 Estructura del documento ........................................................................ 6
CAPÍTULO 1. EL HORIZONTE CONCEPTUAL ........................................... 8
Introducción .......................................................................................... 8
1.1 Mujer rural ........................................................................................ 9 1.2 Autonomía económica ..................................................................... 10 1.3 Empoderamiento económico ............................................................ 10 1.4 División sexual del trabajo ................................................................ 11 1.5 Trabajo productivo y reproductivo ..................................................... 11
CAPÍTULO 2. LAS ASOCIACIONES Y LAS MUJERES RURALES QUE LAS INTEGRAN: QUIÉNES SON Y QUÉ HACEN ............................................. 14 Introducción ........................................................................................ 14
2.1 En dónde están y qué hacen las asociaciones de las mujeres rurales ... 15 2.1.1 Asociaciones vinculadas a actividades agropecuarias ................ 15 2.1.2 Asociaciones vinculadas a la transformación de alimentos y productos agrícolas ......................................................................... 21 2.1.3 Asociaciones vinculadas a actividades artesanales y textiles ...... 27
2.2 Características de las mujeres rurales asociadas: un análisis cuantitativo ........................................................................................... 30 2.2.1 Características sociodemográficas de las mujeres participantes .................................................................................. 30 2.2.2 Uso del tiempo ........................................................................ 36
CAPÍTULO 3. LOS SIGNIFICADOS DE MUJER RURAL, ESTAR ASOCIADA Y AUTONOMÍA ECONÓMICA ....................................................................... 45
Introducción ........................................................................................ 45
3.1 Los significados de ser mujer rural .................................................... 45 3.2 Los significados de estar asociadas .................................................... 49
3.3 La autonomía económica: un largo camino que se construye .............. 51 3.4 El “entre nos” que necesitamos para construir la autonomía económica ........................................................................................... 53
3.5 Los factores que limitan y obstaculizan lo asociativo .......................... 55 3.5.1 Factores impuestos y externos ................................................. 56 3.5.2 Factores intrínsecos ................................................................ 63
Contenido
CAPÍTULO 4. LA ASOCIACIÓN HA SIGNIFICADO COGER MÁS ALITAS. LOS APORTES DE LAS ASOCIACIONES A LA AUTONOMÍA ECONÓMICA Y A LA ECONOMÍA LOCAL .................................................................................... 67
4.1 La fuerza asociativa ha permitido alcanzar cierto nivel de empoderamiento .................................................................................. 69
4.2 Transformación en la vida de las mujeres: algunos relatos .................. 71
4.3 La asociación sirve para activar un poquito la economía de las familias y la seguridad alimentaria ........................................................................... 72
4.4 Juntar fuerzas entre mujeres asociadas para aportar al sector productivo local ..................................................................................................... 75
4.5 La defensa y cuidado de los recursos naturales y de la selva amazónica garantiza la sostenibilidad de los proyectos productivos........................... 76
CONCLUSIONES A MANERA DE RECOMENDACIONES ........................ 81
Referencias ................................................................................................. 85
Mapas
Mapa 1. GAMURER, Florencia ................................................................ 16
Mapa 2. ASMUCOCA (La Montañita) ....................................................... 17
Mapa 3. ASOMUPIEL (San Vicente del Caguán) ....................................... 20
Mapa 4. ASMERVACACO (Valparaíso) ...................................................... 21
Mapa 5. ASMUJIMA (Albania) ................................................................ 22
Mapa 6. Asociación de Mujeres Emprendedoras del Caguán (Cartagena del Chairá) ................................................................................................. 23
Mapa 7. Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná (Belén de los Andaquíes) ........................................................................................... 23
Mapa 8. AMEC (Curillo) ......................................................................... 24
Mapa 9. MUJERCAPAZ (El Doncello) ....................................................... 25
Mapa 10. CHOCOAMAZONIC (El Paujil) .................................................. 26
Mapa 11. Lácteos Mady (Milán) .............................................................. 26
Mapa 12. ARMERA (Morelia) .................................................................. 27
Mapa 13. Warmi Awadurkuna (San José del Fragua) ................................. 28
Mapa 14. Canasto de la Abundancia. Moniya Kirigay (Solano) .................. 29
Mapa 15. Mapa del presente. Taller con Mujeres Emprendedoras Ayakuná de Belén de los Andaquíes, agosto de 2022 ................................................... 78
Índice de imágenes
Imagen 1. Dibujo del espacio rural realizado por las mujeres ................... 46 Imagen 2. Mural Caseta Asociación Canasto de la Abundancia. Solano ..... 79
Tabla 1. Asociaciones participantes en el estudio ...................................... 4
Índice de Tablas
Introducción
El presente documento es el informe final de un proyecto de investigación sobre la autonomía económica que están generando las mujeres rurales en procesos asociativos en el departa mento del Caquetá, titulado: “Entre nos”, vamos construyendo autonomía económica. Mujeres rurales en expresiones asociativas, sus aportes a la autonomía económica y a la economía local en Caquetá - Colombia
Este informe fue desarrollado por parte del equipo de trabajo del Observatorio Departamental de Equidad de Género del Caquetá con el fin de contribuir a la implementación de la Política Pública desde, con y para las Mujeres del Caquetá, en particular a su eje número cuatro deno minado Autonomía económica de las mujeres, cuyo propósito es fortalecer las capacidades de las mujeres a través del fomento de las expresiones asociativas y el establecimiento de mecanis mos institucionales que hagan posible la generación de ingresos y empleabilidad.
El estudio tuvo entre sus propósitos realizar una descripción analítica de las contribuciones que las mujeres rurales, participantes de expresiones asociativas, están generando desde sus diferentes actividades a la economía propia y local en cada uno de los 16 municipios del de partamento. Esta descripción comprende la realidad de las mujeres rurales en Colombia, en particular del Caquetá, que tienen en común una serie de obstáculos en el goce efectivo de los derechos humanos, producida por las disparidades y desigualdades propias de la estructura patriarcal de la sociedad rural y por su permanente exposición a las violencias de su entor no cotidiano y del conflicto armado1. Por ello, intentamos hacer un reconocimiento a lo que muchas mujeres rurales vienen pensando, haciendo y construyendo con esfuerzo y tenacidad desde sus asociaciones, las cuales funcionan estrechamente con sus propios lugares de vida, sus hogares, sus fincas y el campo.
El trabajo se desarrolló entre julio y octubre de 2022 en los 16 municipios del departamento: Albania, Curillo, Belén de los Andaquíes, Cartagena del Chairá, Curillo, El Doncello, El Paujil, Florencia, La Montañita, Milán, Morelia, Puerto Rico, San José del Fragua, San Vicente del Caguán, Solano, Solita y Valparaíso. En ellos se hizo la selección de una asociación por mu nicipio que respondiera a algunos criterios como el hecho de que se tratara de experiencias y actividades rurales diversas situadas en el plano económico y localizadas en zonas rurales; que tuvieran un tiempo maduración y despliegue, cuya experiencia permitiera aprendizajes útiles para la formulación de políticas públicas, y también que contaran con intencionalidad e interpretación sobre las oportunidades territoriales.
Sin embargo, durante esta estrategia de identificación y selección de las asociaciones, que se realizó a través de los enlaces de género (lideresas de la Red Departamental de Mujeres y algunas otras mujeres encargadas de procesos sociales en los municipios) se identificó que había asociaciones desintegradas y otras muy afectadas desde el confinamiento que hubo por la pandemia del COVID-19. Ante este panorama, que inicialmente parecía desalentador, se fle xibilizó la selección de modo que se pudieran seleccionar asociaciones con tiempos diversos de funcionamiento y asociaciones de zonas urbanas.
1 Para profundizar en esta cuestión recomendamos revisar el estudio titulado Brechas de género y oportunidades para la garantía y restitución de derechos de las mujeres del Caquetá (2018-2021), elaborado por el Observatorio Departamental de Género para la Mujer en el Caquetá.
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Al final, nos asistió la convicción de que lo central era indagar por la persistencia de las mu jeres rurales en su trabajo asociativo. Así se tuvo la posibilidad de un acercamiento con una muestra diversa de asociaciones con tiempos contrastantes de funcionamiento y localizadas en zonas rurales y urbanas. Algunas con una reflexión política y ambiental profunda sobre su proyecto productivo, su territorio y la injusticia social; otras que recién se están reconociendo en su hacer y en su iniciativa económica, y asociaciones que, en el marco de este estudio, en contraron una motivación para volver a encontrarse, conversar y animarse a seguir creyendo en su fuerza asociativa.
En este proceso de selección, las mujeres nos hicieron saber cómo se han relacionado, desde formas asociativas, con el interés de crear proyectos productivos y colectivos para afrontar y resolver problemas económicos, familiares, comunitarios, culturales y productivos. Estas asociaciones de mujeres han sido apoyadas por la presencia de entidades locales, nacionales y por recursos de cooperación internacional que han promovido la dimensión de género y la identidad territorial.
Hoy en día se reconoce como una gran fortaleza la cantidad de asociaciones lideradas o con formadas por mujeres con posturas políticas o ideológicas particulares para concebir la cultu ra, lo ambiental, el modelo económico y la identidad. En los 16 municipios existen alrededor de 185 organizaciones sociales de mujeres, integradas por 5.930 asociadas. Lo asociativo es un énfasis que ha sido promovido por las mujeres como una estrategia para promover la unión y la fuerza colectiva bajo necesidades comunes, de modo que puedan acceder a recursos econó micos y sociales que no se les facilitan cuando no están asociadas.
Aun cuando lo organizativo se sitúa en un contexto socioeconómico y laboral que afecta des proporcionadamente a las mujeres rurales, ellas continúan con la gestión de sus recursos y buscan cotidianamente posibilidades para incentivar sus iniciativas y proyectos productivos. Todo esto lo hacen a la par del desarrollo de sus actividades reproductivas, asunto que nos llevó a comprender que existe una frontera muy porosa entre lo productivo y lo reproductivo para las mujeres rurales, sus roles y responsabilidades se traslapan entre su participación en el trabajo remunerado y la realización del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Por esta razón, sus contribuciones a la economía local deben valorar ámbitos reconocidos y no reconocidos socialmente.
Este estudio reconoció experiencias de mujeres con expresiones asociativas que en su mayoría se autorreconocen rurales, quienes desde su hacer cotidiano, su esfuerzo y sus capacidades aportan a la construcción de una autonomía económica de las mujeres y a la contribución a la economía local de sus municipios.
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El contexto del estudio: Qué se hizo y cómo lo hicimos
Qué hicimos
Diferentes estudios han evidenciado que en Colombia históricamente ha existido una serie de obstáculos sociales y económicos que han limitado las condiciones de participación económi ca de las mujeres rurales. Al mismo tiempo expresan sobre la pertinencia de realizar estudios e investigaciones que permitan identificar las situaciones económicas de las mujeres rurales desde territorios específicos y particulares; así mismo, instan a reconocer en estas mujeres todas aquellas formas que contribuyen al bienestar de las familias y comunidades mediante actividades de cuidado y trabajo no remunerado, además de sus esfuerzos para acceder a for mas de trabajo en los que reciban remuneración económica.
En este sentido, el estudio ““Entre nos”, vamos construyendo autonomía económica. Mujeres rurales en expresiones asociativas, sus aportes a la autonomía económica y a la economía local en Caquetá – Colombia responde a la pregunta: ¿De qué manera las mujeres rurales, participantes de expresiones asociativas, contribuyen desde sus diferentes actividades económicas2 a su au tonomía económica y a la economía local de los 16 municipios del departamento del Caquetá?
De acuerdo con esta pregunta, el estudio tuvo como objetivo principal identificar experiencias de mujeres rurales participantes de expresiones asociativas en cada uno de los municipios del departamento, con el fin de realizar una descripción analítica de las contribuciones que, desde diferentes actividades rurales asociadas, están generando a la economía propia y local. Para orientar ese propósito se fijaron los siguientes objetivos específicos:
• Identificar 16 experiencias asociativas de mujeres rurales en las diferentes actividades económicas en los dieciséis municipios del departamento.
• Describir los modos en que aportan a la economía local del departamento las activida des realizadas por las mujeres rurales desde la expresión asociativa.
• Analizar los aportes a la economía local que constituyen las expresiones organizativas de mujeres rurales asociadas.
• Identificar acciones de política pública que recojan las realidades particulares de las mujeres rurales con miras a fortalecer sus condiciones sociales, económicas y educati vas.
Cómo hicimos el estudio
El estudio se abordó desde una perspectiva de género que nos permitió reconocer que no nos estábamos refiriendo a todas las mujeres, sino en particular a aquellas que se autorreconocie ran como rurales y que estuvieran en asociaciones. De modo que con sus relatos pudiésemos saber lo que significa para una mujer rural del departamento estar asociada, es decir, cuáles
2 Distintas formas de trabajo remunerado y no remunerado.
3
son sus motivaciones, sus intereses e historias y, en vínculo especial con esto, escuchar cuáles son las concepciones sobre la autonomía económica que se despliegan y los modos en que consideran que han venido accediendo a ella.
Por otra parte, quisimos indagar cómo ellas, desde las asociaciones, contribuyen a la vida y al bienestar de sí mismas, de otras mujeres y al de sus comunidades a través de formas creativas y persistentes en medio de un contexto territorial con problemas de violencia, de derechos humanos, de salud y pobreza.
Desde una mirada cualitativa nos acercamos a las mujeres y a sus procesos asociativos para detallar en aspectos microsociales, como sus significados y percepciones de estar asociadas, las formas de usar sus tiempos y las acciones cotidianas que desde lo productivo y reproduc tivo están generando y que por la fuerza del patriarcado son invisibilizadas y dotadas de poco valor. Adicionalmente, se complementó el estudio desde una mirada cuantitativa mediante la aplicación de una encuesta a las mujeres de modo que se pudieran conocer algunas caracterís ticas sociales y demográficas, y la distribución que hacen de los usos del tiempo.
En el inicio del estudio se identificaron y seleccionaron 16 asociaciones con el apoyo de los enlaces de género y de lideresas del territorio, lo que luego permitió establecer contacto y con versación directa con las presidentas, representantes legales o lideresas de las asociaciones para contarles el objetivo del estudio y así saber su interés y disponibilidad para participar. Finalmente, logramos contar con la participación de las siguientes asociaciones: Tabla 1. Asociaciones participantes en el estudio
Municipio
Albania
Nombre de la asociación
Asociación de Mujeres Impulsadoras del municipio de Alba nia (ASMUJIMA)
Belén de los Andaquíes Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná
Cartagena del Chai rá Asociación de Mujeres Emprendedoras del Caguán
Curillo Asociación de Mujeres Emprendedoras de Curillo (AMEC)
El Doncello
El Paujil
Florencia
Mujeres Campesinas Protectoras del Ambiente Forjadoras de Paz y Desarrollo Social (MUJERCAPAZ)
Corporación de Productoras y Transformadoras de cacao amazónico del departamento del Caquetá (CHOCOAMAZO NIC)
Grupo Asociativo de Apoyo Mutuo de Mujeres Rurales con Enfoque Reconciliador (GAMURER)
La Montañita Asociación de Mujeres Rurales de Colombia y el Caquetá (ASMUCOCA)
Milán Lácteos Mady
4
Morelia
Puerto Rico
Asociación Rural de Mujeres Emprendedoras Rochela Alta (ARMERA)
Asociación de Mujeres Activas por Puerto Rico (ASOMACP)
San José del Fragua Mujeres Tejedoras de Yurayaco- Warmi Awadurkuna
San Vicente del Ca guán
Solano
Solita
Valparaíso
Asociación de Mujeres en Pie de Lucha por la Equidad, la Paz y la Defensa del Territorio (ASOMUPIEL)
Asociación Canasto de la Abundancia Moniya Kirikay
Asociación de Mujeres Víctimas Emprendedoras de Solita
Asociación de Mujeres Emprendedoras Rurales de Valparaí so Caquetá Colombia (ASMERVACACO)
Para la elaboración del informe construimos y desarrollamos técnicas cualitativas y cuantitati vas, tales como:
Entrevistas semiestructuradas a mujeres que lideran las asociaciones. A través de estas se pudo conversar con ellas y escuchar las distintas formas de trabajo remunerado y no remune rado de las mujeres asociales; de este modo se logró dimensionar la contribución real a la eco nomía, su aporte a la provisión de bienes y servicios, y reconocer el valor social de su trabajo no remunerado. Se realizaron 16 entrevistas que tuvieron lugar en sus casas, en las sedes de las asociaciones y en otros sitos de encuentro.
Talleres de investigación Mujeres rurales asociadas: mapeando nuestros usos y apropiación de los espacios cotidianos. En estos talleres participaron parte de las integrantes de las asociaciones. A través de ellos se identificaron las diferentes actividades realizadas, las localizaciones de las asociaciones, el entorno cercano y los lugares representativos.
Se lograron realizar 16 talleres en los que se produjeron mapas actuales de la asociación y mapas del futuro que posibilitaron construir con ellas sus concepciones alrededor de tres no ciones clave en el estudio: ser mujer rural, lo asociativo y la autonomía económica. Así mismo, el mapa fue una técnica usada para recordar, conversar y representar con dibujos aquello que las mujeres querían contar sobre sus experiencias vividas en las asociaciones, su vivencia y significado de estar trabajando con otras mujeres y las limitaciones que perciben para soste ner sus apuestas asociativas. Si bien se trató de una técnica que contó con la disposición de la mayoría de las mujeres asociadas participantes, con algunas pocas, el taller se orientó más como grupo focal para hacerlas sentir más a gusto y con disposición para conversar.
Entrevistas con funcionarios y organizaciones sociales del territorio. Se realizaron alrede dor de un poco más de 18 entrevistas semiestructuradas con distintos funcionarios del orden municipal y departamental para comprender el potencial productivo de la ruralidad caque teña e identificar el aporte de las mujeres organizadas. De igual manera, se buscó identificar oportunidades y acciones de la política pública dirigidas a mejorar las condiciones asociativas de las mujeres rurales. También se realizaron aproximadamente 5 entrevistas a profesionales y representantes de organizaciones sociales no gubernamentales de la región para visualizar su perspectiva sobre el panorama de la mujer rural.
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Encuesta realizada a mujeres pertenecientes a 16 asociaciones participantes. Esta encuesta fue contestada por 126 mujeres y tuvo la finalidad de indagar sobre las características sociode mográficas del territorio y sobre los usos del tiempo de ellas: enfocado hacia el tiempo dedica do a las actividades de trabajo remunerado, trabajo no remunerado y al cuidado personal.
Estructura del documento
Finalmente, con la información cualitativa y cuantitativa se realizó la sistematización e in terpretación para realizar la descripción analítica sobre la autonomía económica, lo que dio lugar a un informe estructurado en cuatro capítulos. El primero, presenta el marco conceptual que orientó el estudio; el segundo, presenta las asociaciones de mujeres rurales, quiénes son y qué hacen de acuerdo con las actividades económicas en las que se devuelven: agropecua rias, de transformación de alimentos, sector artesanal y textil. A la par, se presenta el análisis cuantitativo con el que se hace un acercamiento a las condiciones de vida de ellas. En el tercer capítulo nos acercamos a las concepciones y sentidos que construyen las mujeres alrededor de los conceptos clave de este estudio: ser mujer rural, lo asociativo y la autonomía económica. Esto obedece a la importancia de reconocer los aprendizajes y comprensiones de los cuales se derivan reflexiones muy potentes sobre las situaciones de desigualdad que atraviesan a las mujeres, las violencias, lo productivo y reproductivo. Este capítulo incluye los obstáculos y limitaciones percibidas por las mujeres en su proceso asociativo: obstáculos pro pios del territorio y de sus condiciones sociales, culturales, económicas y geográficas; obstá culos asociados a la estructura de género que sigue perpetuando estereotipos que encasillan a las mujeres en ciertos roles y escenarios de lo reproductivo. Todo esto se hace con un especial énfasis en relatos de ellas, en lo que quisieron recordar, decir y nombrar.
En el cuarto capítulo se desarrollan las contribuciones que las mujeres y sus asociaciones hacen a la economía propia y a la economía local. Ubicamos los sentidos, emociones y valora ciones que ellas tienen frente a su trabajo asociativo y cómo este se constituye en un aporte a la seguridad alimentaria de las comunidades, a la subsistencia de las familias y a la dinamiza ción del sector productivo. Además, se visibiliza cómo desde la experiencia asociativa se van tejiendo capacidades y oportunidades para pensar, construir y defender el territorio.
El informe termina con las recomendaciones construidas a partir del análisis sobre los relatos de las mujeres, nutridas con otras de índole institucional; su finalidad es identificar acciones de política pública requeridas para garantizar la continuidad, sostenibilidad y fortalecimiento de las asociaciones.
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1. EL HORIZONTE CONCEPTUAL
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CAPÍTULO 1. EL HORIZONTE CONCEPTUAL
Introducción
Para describir de qué manera los procesos asociativos permiten que las mujeres accedan a su autonomía económica y aportan con ello a la economía local, consideramos dos cuestiones centrales que permitieron orientar la reflexión en torno al tema tratado. La primera tiene que ver con la perspectiva de género y feminista desde la cual se aborda el estudio; la segunda, con el significado de los conceptos centrales de autonomía económica de las mujeres, empodera miento económico y división sexual del trabajo.
La perspectiva de género en la que se basa esta investigación sostiene que:
La cuestión de los géneros no es un tema a agregar como si se tratara de un capítulo más en la historia de la cultura, sino que las relaciones de desigualdad entre los géneros tienen sus efectos de producción y reproducción de la discrimi nación, adquiriendo expresiones concretas en todos los ámbitos de la cultura: el trabajo, la familia, la política, las organizaciones, el arte, las empresas, la salud, la ciencia, la sexualidad, la historia. (Gamba, 2008, p. 3)
Esta comprensión ha sido fundamental para la reflexión y construcción de conocimiento críti co dentro de disciplinas como la Economía. De hecho, la economía feminista crítica ha cues tionado los enfoques ortodoxos y heterodoxos de la economía por reducirlos a la economía de mercado.
Los distintos enfoques económicos –sean más keynesianos o más neoliberales–, aunque con diferencias entre sí, mantienen sus análisis centrados exclusivamen te en la producción, el consumo y la distribución mercantil, sin considerar el trabajo y las diversas actividades que caen fuera de los márgenes del mercado. Como resultado, dichos análisis no solo son parciales, sino que pueden ser erró neos. Si solo se tiene en cuenta y se analiza una parte de la realidad, pero bajo el supuesto de que es la totalidad, nada asegura que los resultados –estadísticos o de políticas por implementar– sean los adecuados. (CEPAL, 2015, p. 15 en Bide gain & Vaca Trigo, 2020, p. 312)
En ese sentido, es importante mencionar que durante los últimos decenios se han construido diferentes debates acerca de las mujeres rurales y su participación en la economía y desarro llo rural. Dentro de estos nos interesa mencionar el que enfatiza la importancia de reconocer los aportes que las mujeres rurales pueden realizar (y de hecho están haciendo) a la economía y al desarrollo rural. Las geógrafas feministas Sabaté Martínez & Díaz Muñoz (2003) plantean sobre esto lo siguiente:
En un nivel empírico se puede constatar que las mujeres están llevando a cabo aportaciones específicas al desarrollo rural al poseer una serie de recursos y habilidades adquiridas socialmente (por ejemplo, la gestión del turismo rural y el trato personal con los visitantes. (p. 143)
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1.1 Mujer rural
En Colombia se ha venido creando un marco normativo de reconocimiento de la ruralidad, en el que la Ley 731 de 2002 tiene por objeto mejorar la calidad de vida de las mujeres rurales con priorización en las de bajos recursos, además consagra medidas específicas encaminadas a acelerar la equidad entre el hombre y la mujer rural. Esta Ley define que la mujer rural:
es toda aquella que sin distingo de ninguna naturaleza e independientemente del lugar donde viva, su actividad productiva está relacionada directamente con lo rural, incluso si dicha actividad no es reconocida por los sistemas de informa ción y medición del Estado o no es remunerada. (Ley 731, 2002, art. 2)
Desde esta conceptualización se entiende que la mujer rural puede estar localizada en áreas rurales o urbanas, es decir, su condición no está determinada por lo geográfico, lo cual puede obedecer, entre otras razones, a fenómenos como la guerra que han desplazado a miles de mujeres rurales hacia los cascos urbanos. En ese sentido, el significado de mujer rural guarda complejidades al entenderse como una construcción social que nace de la diversidad en la que están dadas las interacciones culturales y territoriales que las mujeres experimentan.
Por otro lado, según la FAO (2010), una de las categorías complementarias de las mujeres del sector rural, según sus clasificaciones, es que son: productoras intensivas, hace referencia a las que trabajan en la tierra y tienen un papel importante a la hora de tomar decisiones y no intensivas, quienes no traba jan directamente con la tierra pero son las encargadas de comprar insumos y cui dar el huerto; habitantes rurales, no poseen tierra propia pero se dedican princi palmente al trabajo doméstico; con vinculación a la pesca; asalariadas agrícolas permanentes, que trabajan todo el tiempo en el sector agrícola, y temporales, quienes trabajan en época de cosecha, proceso y empaque de los productos para exportación; artesanas; microempresarias, que hacen parte de la producción y comercialización de productos procesados y recolectoras quienes se encargan de la venta de frutos de la zona donde se encuentren ubicadas. (Rodríguez Collante, 2020, p. 3)
De acuerdo con lo anterior, las actividades de la mujer rural pueden ser plurales, y ello coinci de con lo que plantea la Ley 731 sobre la actividad rural:
Las actividades tradicionales, tales como las labores agropecuarias, forestales, pesqueras y mineras, hasta las no tradicionales, como el desarrollo de agroin dustrias y microempresas, además de otras actividades realizadas en el marco de una perspectiva más amplia de la ruralidad, como son las relacionadas con la integración a cadenas agroproductivas y comerciales en todas sus expresiones organizativas, el turismo rural y ecológico, las artesanías, la transformación de metales y piedras preciosas y otros nuevos campos de oportunidad, incluyendo las actividades de mercadeo, transformación de productos y prestación de servi cios que se realicen en torno a ellas. (Ley 731, 2002, art.3)
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1.2 Autonomía económica
La autonomía económica se explica como la capacidad de las mujeres de generar ingresos y recursos propios a partir del acceso al trabajo remunerado en igualdad de condiciones que los hombres. Considera el uso del tiempo, la contribución de las mujeres a la economía y su parti cipación en la educación. Así mismo, se considera que la autonomía económica:
es un pilar fundamental de la autonomía de las mujeres y, por definición, requie re que estas perciban ingresos que les permitan superar la pobreza y disponer de su tiempo libremente para capacitarse, acceder al mercado laboral, desarrollarse profesional y personalmente, participar de manera activa de la vida social y po lítica, y dedicarse a sus seres queridos sin que ello se transforme en una barrera para el logro de sus propias aspiraciones. Los ingresos monetarios y el tiempo son recursos finitos y muchas veces escasos; la evidencia empírica indica que no se reparten en forma igualitaria en los hogares, como tampoco en la sociedad. Las mujeres tienen menor acceso al dinero y a otros recursos productivos como la tierra, la capacitación y las tecnologías. A su vez, disponen menos de su propio tiempo por dedicarse al cuidado y el bienestar cotidiano de los miembros de sus familias. Esto atenta contra su autonomía y no permite alcanzar la igualdad dis tributiva en los hogares ni en la sociedad en su conjunto. (CEPAL, 2016, p. 39)
1.3 Empoderamiento económico
Existe una relación entre la autonomía económica y el empoderamiento económico, ya que la primera constituye la culminación del segundo. El empoderamiento económico está vincula do al acceso y disfrute de derechos sociales que permiten el desarrollo de actividades econó micas, el acceso a servicios de salud, a tener los conocimientos y las habilidades que aporta la educación básica y especializada, a disponer de previsiones sociales para la vejez y, en gene ral, a todo aquello que conlleve a un desempeño productivo en condiciones de igualdad entre mujeres y hombres.
De acuerdo con la feminista Bidegain Ponte (2017), el concepto de empoderamiento surge de la comprensión de que las relaciones de poder funcionan a muchos niveles de la sociedad, desde el más personal al más público, e impiden a las mujeres vivir plenamente:
Se reconoce que las relaciones de poder restringen las posibilidades de las muje res a una vida sana y plena y esto se manifiesta en el limitado poder de decisión que tienen respecto a su vida sexual y reproductiva. Más aún, las relaciones de poder están en la base de la desigual división del trabajo que limita el tiempo y la participación de las mujeres en múltiples ámbitos. En este sentido, también se reconoce que la violencia contra las mujeres es una manifestación de las relacio nes de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres. En consecuen cia, el empoderamiento surge de la necesidad de transformar las relaciones de poder de género en los diferentes ámbitos y contextos en que se manifiestan. Los procesos de empoderamiento son individuales y colectivos, buscan cambios en la distribución de los recursos materiales y simbólicos y en las oportunidades y también implican una expansión de las capacidades y del poder para tomar deci
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siones estratégicas a quienes antes se les había negado esa posibilidad. (Bidegain Ponte, 2017, p. 23)
Así pues, la autonomía económica constituye un atributo estratégico y esencial para que las mujeres puedan alcanzar la plenitud en su vida individual, comunitaria y social; asimismo, fortalece su autoestima, lo que apoya el desarrollo de su autonomía física y favorece su acceso a una vida libre de violencia. La autonomía económica impulsa también su autonomía en la toma de decisiones; al saberse depositaria del poder que le otorga su autosuficiencia económi ca, se posiciona y se permite participar del diseño de su propio destino y el de su comunidad.
1.4 División sexual del trabajo
Las desigualdades entre los géneros son, esencialmente, producto de sistemas culturales y normas sociales dominantes, a los que se suman otros factores de índole política o económica (Sucarrat et al., p. 6). Lo económico es el elemento central en la base de la desigualdad entre hombres y mujeres. Ello tiene que ver con la división sexual del trabajo, toda vez que, desde la teoría económica tradicional, este ha estado vinculado al trabajo remunerado. La socióloga Danièle Kergoat señala que:
La división sexual del trabajo se caracteriza, por un lado, por la asignación prio ritaria de los hombres a la esfera productiva, y de las mujeres a la esfera repro ductiva; y por el otro, por el acaparamiento por parte de los hombres de las fun ciones con un alto valor social agregado (políticas, religiosas, militares, etcétera). Esta forma de división social se halla regida por dos principios organizadores: el principio de separación (hay trabajos de hombres y trabajos de mujeres); el prin cipio jerárquico (un trabajo de hombre “vale” más que uno de mujer)” Advierte la autora, que aunque ambos principios se hallan presentes en todas las sociedades conocidos y son legitimados por la ideología naturalista, ello no significa que la división sexual del trabajo sea un dato inmutable. Por el contrario, sus modalida des concretas varían de manera considerable en el tiempo y en el espacio (Ker goat, 2003, p. 847, citada por Molinier, 2011, p. 47)
Esta división del trabajo subordina y subvalora a las mujeres, lo que limita la participación económica y acceso a oportunidades, minando su autonomía.
1.5 Trabajo productivo y reproductivo
Uno de los escenarios más importantes en el estudio de las desigualdades de género es el tra bajo como actividad fundamental para la sobrevivencia de la especie humana. Se debe des tacar que el enfoque de género ha llamado la atención sobre la definición misma del trabajo, sobre las visiones tradicionales que se limitan solo a la producción de bienes y servicios para el mercado. En razón a esto, el enfoque de género propone una concepción más amplia que reconozca también las actividades realizadas por las mujeres en la esfera doméstica, que por lo general no se intercambian por dinero (como el cuidado de la vida), pero que no por ello son menos indispensables para la reproducción de la fuerza de trabajo en una sociedad y para el funcionamiento del sistema económico (Jaramillo Guerra, 2013).
Un aporte fundamental de concepto de trabajo desde el enfoque de género es la distinción entre trabajo productivo y trabajo reproductivo. El primero se refiere a la producción de obje
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tos y servicios, por lo general, fuera del hogar y con fines de intercambio monetario; el se gundo está relacionado con las actividades de reproducción de la especie y de sostenimiento de la fuerza de trabajo vinculada al mercado dentro de los hogares, sin remuneración alguna. Es decir, se entiende por trabajo reproductivo todas las actividades o tareas necesarias para el mantenimiento de las personas, que no son tenidas en cuenta dentro de las actividades pro ductivas (Jaramillo Guerra, 2013).
Estas actividades de trabajo no remunerado o reproductivo vinculadas culturalmente a las mujeres están relacionadas con la economía del cuidado. Esta perspectiva se interesa por el valor económico del cuidado y por la relación entre el sistema económico y la organización del cuidado.
Se han identificado cuatro tipos de trabajo no remunerado: de subsistencia, realizado espe cialmente en los hogares campesinos en condiciones de pobreza extrema para sobrevivir; trabajo doméstico, son las tareas necesarias para la reproducción cotidiana del núcleo familiar y para satisfacer las necesidades físicas y psicológicas de sus miembros; trabajo de cuidados, comprende tanto el cuidado material como inmaterial, o sea el vínculo afectivo en el cual intervienen aspectos relacionados con las emociones, los sentimientos y el afecto (aunque en ocasiones se pague por realizar el trabajo de cuidado, no es valorado socialmente); y el trabajo comunitario o voluntario como la transferencia de conocimiento y desarrollo de habilidades de subsistencia para la alimentación y el cuidado del medio ambiente (Castaño, 2015; Villami zar, 2011, Borderías, 1992 en Ministerio de Salud y Protección Social, 2015).
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2. LAS ASOCIACIONES Y LAS MUJERES RURALES QUE LAS INTEGRAN: QUIÉNES SON Y QUÉ HACEN
CAPÍTULO 2. LAS ASOCIACIONES Y LAS MUJERES RURALES QUE LAS
INTEGRAN: QUIÉNES SON Y QUÉ HACEN
Introducción
Alrededor de las mujeres rurales ha estado fluctuando la actuación de diferentes actores insti tucionales, educativos, sociales y organizativos de nivel internacional, nacional y departamen tal que de alguna manera han incidido e influenciado la conformación de las asociaciones. Esto no quiere decir que se trate de una actuación articulada y sinérgica en el tiempo, pero sí indica que hay fuentes diversas en las que se fundamenta lo asociativo.
Se reconoce que desde algunos programas implementados por el Gobierno nacional para el fortalecimiento del campo y la construcción de paz en el marco del PDET (Programas de De sarrollo con Enfoque Territorial), se han establecido requisitos de participación para la pobla ción en general, entre los cuales está la figura asociativa como un requerimiento para acceder a proyectos, asistencia técnica, financiera, entre otros. En estos programas está la intermedia ción de las administraciones municipales, quienes hacen la gestión y administración de los proyectos.
Lo que pasa es que cuando el Ministerio hizo la convocatoria, pues vinieron a socia lizarnos el proyecto3 como tal: cómo era, cuál era la ayuda que era lo que daba el proyecto. Entonces, la primera dificultad que todos decían era, bueno, este es un proyecto asociativo, más de uno pensaba que nos dan a todos, pero yo me llevo lo mío para la finca. El punto más crítico: que tenían que asociarse y que siempre iba a ser complicado trabajar en la asociatividad porque cada quien quería coger para su lado […] Y se empezaron a crear los grupos y ya empezaron a mostrar un poquito más de interés. (Entrevista a funcionario - Albania, julio de 2022)
También está la actuación de instituciones educativas, como el Sena y la Universidad de la Amazonía ofreciendo cursos, capacitaciones y talleres que han fortalecido los conocimientos de las asociaciones y sus capacidades técnicas. Adicionalmente, están las organizaciones no gubernamentales con asiento en la región que, con recursos propios o de actores de coopera ción internacional, han aportado a la construcción de tejido social mediante el fortalecimien to de emprendimientos a partir de las cadenas productivas de las comunidades, basadas en el cacao, el caucho, el fríjol, los frutales amazónicos, derivados de la leche, entre otros.
También han hecho un trabajo intenso para fortalecer emprendimientos que son lide rados y desarrollados por mujeres de diferentes lugares, no solamente emprendimientos vinculados a lo agropecuario o a la agricultura, si no emprendimientos diversos, como
3 Se refiere especificamente al proyecto del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural denominado El Campo Emprende, desarrollado con el objetivo de incrementar el capital social, humano, físico, financiero y natural de las familias rurales en extrema pobreza de las áreas de intervención, a través del contribuir a mejorar las condiciones de vida, ingresos y empleo de las familias en condiciones de extrema pobreza en los territorios rurales del país. Los municipios focalizados por el proyecto corresponden a territorios focalizados acorde a cada convocatoria, entre los que se encuentran municipios posconflicto, municipios en el marco de la estrategia PDET, municipios en el marco de la estrategia ZOMAC, donde se ha destruido la confianza y el capital social, con alta presencia de población víctima y niveles de vulnerabilidad. Tomado de https://www.minagricultura.gov.co/Paginas/CONSTRUYENDO-CAPACIDADES-EMPRESARIALES-RURALES,-CONFIANZA-Y-OPORTUNIDAD%E2%80%93--EL-CAMPO-EMPRENDE.aspx
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la elaboración de alimentos, de artesanías, costuras; con el interés de recoger lo que tengan las mujeres para seguirlo fortaleciendo como parte de un proceso social y econó mico, orientado hacia la seguridad, soberanía y autonomía alimentaria. (Entrevista a directora CorpoManigua - Florencia, agosto de 2022)
Este tipo de vínculos de las organizaciones sociales con las asociaciones ha ido marcando un importante camino en la construcción de conciencia de género, el reconocimiento y la defen sa de los derechos humanos que históricamente han sido negados a las mujeres. Este tema también ha sido parte de las agendas de las administraciones municipales, aunque quizás de una manera más tímida.
Bueno, a partir de un tiempo acá hemos estado haciendo reuniones, hemos estado creando proyectos de formación, de conocimiento y de empoderamiento en el tema de los derechos de mujeres rural de la mujer campesina y, pues, estamos avanzando bas tante […]. Bueno, una parte es el empoderamiento económico, la formación que hemos tenido, muy escasa, pero sí se ha tenido, nos llevan temas de política social y económico para el empoderamiento de la formación de la mujer rural. (Entrevista a representan te mujer rural departamental, septiembre de 2022)
Sin duda, los procesos asociativos de las mujeres no podemos verlos por fuera del entramado social y relacional del que hacen parte y en el que se originan, pero sí es importante enfatizar que las mujeres y sus asociaciones aun con sus fluctuaciones y decaimientos, también se han movilizado por sus propias fuerzas y esfuerzos. Son sujetos activos.
2.1 En dónde están y qué hacen las asociaciones de
las mujeres
rurales
El énfasis en lo asociativo ha sido originado por las mujeres como una estrategia para pro mover la unión en un grupo de personas, y, con la fuerza colectiva, bajo necesidades comu nes, poder acceder a recursos económicos y sociales que no se les facilitan estando solas. Así mismo, la asociatividad ha permitido a las mujeres cualificarse, incursionar en procesos de formación política, reconocer las violencias, los micromachismos cotidianos y conocer sus derechos.
Desde esta investigación nos acercamos a la experiencia de 16 asociaciones ubicadas en 3 sec tores de la economía: agropecuario, producción de alimentos y artesanal.
2.1.1 Asociaciones vinculadas a actividades agropecuarias
Este sector conserva el lugar más importante en el desarrollo económico del país y del Caque tá, en él se concentra la obtención de materias primas a través de la explotación de recursos suministrados de forma espontánea o por la acción del ser humano sobre la naturaleza. Desde este sector se proveen insumos básicos a las zonas urbanas y a otros sectores económicos sin realizar algún proceso de transformación.
Las mujeres y sus procesos organizativos han venido aportando a la producción agrícola y pecuaria desde su trabajo cada vez más tecnificado: en la siembra, la cosecha y el cuidado de plantas y animales. Aquí se destacan proyectos productivos encaminados a la obtención de
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alimentos provenientes de especies propias de la Amazonía y plantas aromáticas, la creación y el mantenimiento de huertas caseras, y el desarrollo de la piscicultura y la porcicultura.
En este estudio nos acercamos a cinco asociaciones ubicadas en los municipios de Florencia, La Montañita, Puerto Rico, San Vicente del Caguán y Valparaíso.
Grupo Asociativo de Apoyo Mutuo de Mujeres Rurales Con Enfoque Reconciliador (GAMURER)
Mapa 1. GAMURER, Florencia
Esta asociación se encuentra en las veredas Rosenvaller y Alto Caldas de Florencia; cada una ubicada a más de una hora de la cabecera municipal. La conforman 17 mujeres y un hombre, y están constituidos legalmente desde hace aproximadamente 2 años. Se dedican al cultivo de productos no maderables del bosque amazónico (sacha inchi, copoazú, castaño y arazá) y a su multiplicación por medio de semilleros agroforestales que permitan apuntar a la reforestación y al fortalecimiento de huertas caseras y comunitarias para el afianzamiento de los productos (aves, huevos, pan coger, leche) en los mercados campesinos y supermercados de Florencia4
La asociación nace como un grupo de apoyo y acompañamiento mutuo de mujeres rurales en donde convergen la unión para el trabajo y el respeto por la diversidad de pensamiento, ideas y formas de vivir gracias a la intervención del IRD (International Relief & Development)5
A partir de ese trabajo colaborativo se buscó visibilizar a las mujeres rurales, sus actividades cotidianas y gestionar así recursos para el fortalecimiento de la economía familiar y local a partir de las labores desempeñadas en sus propias casas y parcelas, es decir, con la utilización de los recursos a su disposición.
Indiscutiblemente, esta forma organizativa se ha posicionado como una herramienta funda
4 Vale la pena señalar que en el momento en que se realizó el levantamiento de información con esta organización acababa de pasar la temporada de lluvias más fuerte del año, razón por la cual muchos de los cultivos se habían perdido y la capacidad productiva se vio fuertemente estancada.
5 Organización no gubernamental con acción en el Caquetá que busca la formación de actores locales a través del acompañamiento psicosocial, su trabajo lo han desarrollado con la UARIV (Unidad para las Victimas) y GIZ (Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit).
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mental para la capitalización de proyectos, alianzas, recursos y materias primas que se dis tribuyen entre las asociadas y el asociado. Por ejemplo, a través de la alianza estratégica con Agrosolidaria Florencia han logrado conseguir las semillas y plántulas para cosechar los frutos amazónicos y han podido acceder a la planta para secar y tostar el sacha inchi.
Además, por medio de distintos proyectos, programas y alianzas desarrollados en compañía de diferentes entidades (gubernamentales y no gubernamentales), GAMURER cuenta con un lote en la vereda Rosenvalles que esperan convertir en un centro de acopio de los productos y en una planta de transformación de las materias primas en productos comerciales (jabones artesanales o producción de derivados de la leche); un vivero que han utilizado principalmen te como semillero de plántulas de productos no maderables pero que esperan vender en el futuro; y dos huertas circulares (una en cada vereda) de uso comunal en donde trabajan las asociadas y otras personas de las comunidades.
Asociación de Mujeres Rurales de Colombia y el Caquetá (ASMUCOCA)
Esta asociación concentra sus acciones e incidencia en el municipio La Montañita, en las veredas Luz de la Esperanza, Semillas de Paz, La Patagonia y El Cedro, cada una a más de 45 minutos de la cabecera. No obstante, es importante resaltar que en estos momentos cuenta con asociadas en más de 8 veredas del mismo municipio.
En total son 86 asociadas quienes desde hace 8 años le apuestan al empoderamiento de las mujeres rurales y sus familias en el territorio municipal, departamental y nacional, por lo que han hecho de la asociación una importante herramienta para el afianzamiento de las capaci dades de las mujeres, mejoramiento de las condiciones de vida de las familias de las veredas en donde inciden y el acompañamiento de gestión a otras organizaciones de base de mujeres.
Mapa 2. ASMUCOCA (La Montañita)
La actividad productiva de la asociación se concentra en la obtención de distintos productos agropecuarios y agroforestales de manera individual y colectiva: la producción de aves y cer
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dos de engorde, huevos de gallina y codorniz, la piscicultura, productos para el mantenimien to de la seguridad alimentaria (yuca, plátano, hortalizas, mandarina, limones, caña y aguaca te), la reforestación a través de la agroforestía y, más recientemente, la cosecha de canangucha para la elaboración de aceite y otros. De todas estas actividades, la piscicultura ha sido su actividad principal, con la que han conseguido más ganancias, beneficios para las asociadas (y sus familias) y el posicionamiento como productoras de pescado y organización rentable en el departamento.
Ya vendemos [pescado] por toneladas, empezamos a vender por arrobas, tienda a tienda, ahora el termoking va hasta la vereda […]. Entre los piscicultores compramos un cuarto de hectárea de tierra a uno de los mismos asociados, de las mismas asociadas y se construyó la caseta de eviscerado, entonces en conjunto van. Por ejemplo, nosotros tenemos para esta semana que viene, por ahí el martes o el miércoles, van a hacer co secha, van a cosechar 3 mujeres que hacen parte de ASMUCOCA en la caseta de evis cerado, a veces pescamos ese mismo día 6, dependiendo. Entonces por turno, primero va uno, todo como organizadito y en la tarde se asigna a uno que no haya colaborado anteriormente con aseo y deja todo limpio. (Entrevista a asociada de ASMUCOCALa Montañita, julio de 2022)
ASMUCOCA ha logrado mejorar las condiciones de vida en las veredas donde concentra la mayoría de sus actividades por medio de la consecución insumos y la convocatoria para el tra bajo comunitario para la instalación redes eléctricas y la construcción de vías de acceso (placa huella), esto gracias a la buena administración de recursos (materiales, financieros y gestión alianzas estratégicas con entidades gubernamentales y no gubernamentales). Al mismo tiem po han comprado un cuarto de hectárea de tierra para la adecuación de una finca-granja en donde tienen un cuarto de eviscerado de pescado y pollo, una planta para la fabricación del aceite de canangucha, una granja con varios animales (aves y cerdos) de cría, engorde y venta colectiva, y un par de piscinas para el cultivo de cachamas y mojarras.
Asociación de Mujeres Activas por Puerto Rico (ASOMACP)
Es una asociación originada por la amistad de 4 mujeres con diferentes vocaciones y profesio nes que, en la búsqueda por generar ingresos propios y alternativos, decidieron organizarse y constituirse para alcanzar y disponer de los recursos que llegan al municipio de manera más eficiente. La apuesta de estas mujeres desde hace casi 3 años, momento en que empiezan a trabajar juntas, fue unirse para centralizar esfuerzos y potenciar las ganancias de la venta de productos alimenticios preparados (refrigerios y comidas para eventos), la comercialización de diferentes artículos en el municipio y “cualquier cosa que saliera” (Taller con mujeres ASO MACP - Puerto Rico, julio de 2022).
Sin embargo, desde su constitución legal, hace poco más de 2 años, ASOMACP se ha dedicado principalmente a la piscicultura. La vinculación a este proceso productivo fue inicialmente como socias capitalistas al inyectar capital para el mantenimiento y la producción de los pozos de un familiar de una de ellas. Con el paso del tiempo, esta inversión se ha convertido en gusto por el trabajo de cuidado de los peces y las piscinas, la cosecha, limpieza y comercialización de los pescados. De igual forma, es importante anotar que para las integrantes de ASOMACP, la organización contribuye a la generación de empleos temporales para las jornadas de evis cerado de los pescados, y empleos permanentes para las personas encargadas de cuidar los pozos y los peces permanentemente.
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Entonces, nosotros miramos, nos asociamos y ponemos la plata, y estamos visitando constantemente los lagos; vamos, miramos, sacamos, ¿cuánto va?, ¿cuánto tiene?, ¿qué peso tiene?, ¿cómo va la cosa? Y así nos hemos metido en el cuento de eso. A veces no sale tan bueno, pero, pues, más ganamos, se mira el capital no se pierde, unas que pierde, otras no. Pero se mira el capital, no se pierde. (Taller con mujeres ASO MACP - Puerto Rico, julio de 2022)
Aunque apenas están iniciando y aún no se han visto mayores beneficios (la cosecha ha sido poca: dos al año, es decir, cuatro en total), las asociadas sienten que por medio de su buena gestión en la promoción y comercialización del producto, este se ha posicionado en el muni cipio. En este sentido, tienen la percepción de que ha sido una actividad altamente rentable porque, aunque les vaya mal, el capital base se mantiene.
En estos momentos, la asociación se encuentra beneficiada por el proyecto de la gobernación para fortalecimiento de unidades productivas, donde esperan la llegada de una mesa de evis cerado y otros insumos que les facilite y movilice su unidad. Asociación de Mujeres en Pie de Lucha por la Equidad, la Paz y la Defensa del Territorio (ASOMUPIEL)
Esta asociación está integrada por 30 mujeres del casco urbano y de la zona rural de San Vi cente del Caguán, específicamente, de las veredas Sinaí, La Novia y Troncales.
Inició por medio de procesos de formación para que las mujeres se conocieran a sí mismas, el trabajo para la garantía de los derechos humanos de las mujeres, el conocimiento de la Ley 1259 y la erradicación de la violencia de género. De igual forma, se han estado formando en temas sociales, participación política y temas ambientales, lo que les ha permitido incursio nar en distintos asuntos; de hecho, intentaron incidir políticamente a través de la gestión para que una de sus asociadas fuera electa en el Concejo municipal. Además, diversas mujeres de la asociación han acompañado luchas ambientales que se han generado desde la comunidad como forma de hacer frente a los proyectos extractivistas que existen en la zona.
Pues en tantas cosas que ASOMUPIEL ha venido trabajando, participando, pues surgió la idea a la que estamos vinculadas: un proyecto que se llama ambientes para la Paz, vida digna y reconciliación. Estando allí nos dicen: ASOMUPIEL debe presentar un proyecto enfocado al medio ambiente, entonces, bueno, fue toda la lucha de ideas que esto sí, que esto no. De ahí surge la idea de plantas aromáticas y medicinales, y hoy en día las transformamos y las cultivamos. Su logo es “Aromas del Caguán”, pero es de ASOMUPIEL. Entonces nosotras en la práctica ASOMUPIEL hace formación, organiza y, a la vez, tiene proyectos productivos. (Entrevista a asociada de ASOMUPIEL - San Vicente del Caguán, julio de 2022)
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Mapa 3. ASOMUPIEL (San Vicente del Caguán)
Es así como la asociación se ha orientado al proyecto productivo “Aromas del Caguán”, que consiste en la siembra, la cosecha y la transformación de plantas aromáticas y medicinales para la comercialización de aromáticas a nivel departamental. Es importante señalar que si bien el proyecto apunta a mejorar las condiciones económicas de las asociadas y sus familias, también tiene como propósito aportar a la protección y la conservación de la naturaleza.
Las asociadas han diseñado estrategias conjuntas y colaborativas para desarrollar sus activi dades, una de ellas es que las mujeres del casco urbano se encargan de la transformación de las plantas, mientras que las mujeres de las zonas rurales envían las plantas aromáticas por medio de la lechera6 , con lo cual garantizan menos gastos a las mujeres más alejadas. Ellas señalan que su trabajo es artesanal porque todo el proceso lo hacen a mano: el secado de las plantas aromáticas, la postura del hilo en las bolsas de té y de los stickers con el nombre de la marca.
Adicionalmente, la asociación cuenta con una planta para el tratamiento, el empaquetado y venta de las plantas aromáticas y medicinales, la cual han logrado tener gracias a las alianzas con personas y entidades gubernamentales y no gubernamentales. Particularmente, obtu vieron dos locales (uno que utilizan como planta de transformación y otro que utilizan como 6 El carro que recoge y transporta la leche en las zonas rurales.
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cafetería) a través de la alianza con el mercado campesino, lograda por una de las asociadas que pertenece a dicho colectivo de agricultores.
Asociación de Mujeres Emprendedoras Rurales de Valparaíso, Caquetá, Colombia (ASMERVACACO)
Mapa 4. ASMERVACACO (Valparaíso)
Es una agrupación de mujeres rurales y sus familias de diferentes veredas de Valparaíso, aunque su centro de actividades y tierra propia se encuentra en la vereda El Topacio. Esta asociación está dedicada a la cría, levante, ceba y venta de cerdos, lo que además las ha lleva do a incursionar en la elaboración de concentrado porcícola para el autoconsumo a base de productos orgánicos.
Su actividad productiva se concentra en el cuidado de un par de cerdas de cría, el resto de los cerdos son para levante y engorde, los cuales venden, por ahora, a clientes fijos; aunque tie nen como propósito ofrecer con mayor facilidad sus productos y convertirse no solo en distri buidoras de materia prima (cerdos), sino también proveedoras de carne. De este modo, esta asociación busca formar a sus asociadas, fortalecerlas económicamente y acompañarlas en su consolidación como empresarias con capacidades de sostenibilidad y gestión.
2.1.2 Asociaciones vinculadas a la transformación de alimentos y productos agrícolas
En este sector nos encontramos con siete asociaciones de los municipios de Albania, Belén de los Andaquíes, Cartagena del Chairá, Curillo, El Doncello, El Paujil, Milán y Morelia. Desde su trabajo estas asociaciones preparan productos alimenticios para el consumo humano y para el consumo de animales de granja.
Asociación de Mujeres Impulsadoras del municipio de Albania (ASMUJIMA)
Integrada por 30 mujeres de diferentes veredas del municipio que se dedican desde hace siete años a la elaboración de productos lácteos como queso, yogur y arequipe. Las mujeres de la asociación relatan lo que les motivó a asociarse, sus aprendizajes y formas de relacionamiento entre ellas, basadas en la tolerancia, el sentido de pertenencia y el amor.
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Yo creo que el aprendizaje, cuando hicimos toda la formación y aprendimos a elaborar estos productos fue muy bueno, porque nos emocionamos de saber que nosotras hici mos eso, ¡uy, ese arequipe! Por ahí tenemos muchas fotos de esos productos, y nosotras decimos cómo hicimos eso tan rico. La gente venir a decir, no le quiten ni le ponga, ese producto está súper, la contextura, el sabor, el olor, bueno, todo me atrae. Entonces, eso es satisfactorio para nosotras y nos llena mucho de felicidad.
Y también, pues, el servicio que hemos prestado; por ejemplo, tuvimos el punto de venta donde por dos años estuvimos muy juiciosas brindando leche cruda fresca de buena calidad, y no solamente leche y queso: arequipe. Siempre los productos hicieron diarios ahí y la gente disfrutó de esa oportunidad de adquirir esos productos. También hemos participado en casi todas las reuniones que tienen que ver con género, que ahí debemos hacer incidencia las mujeres.
La verdad, hemos sido tolerantes, tanto la una con la otra; y lo más importante es lo que viene para nosotras, y si vamos a dañar lo que nosotras podemos lograr, pues aquí es unir esfuerzos y valorarnos, y como coger de cada una lo bueno, lo visible; lo que no, simplemente, se ignora, se deja que se vaya para un lado, y ya hay que ponerle más sentido de pertenencia, más humanidad, más amor y para poder salir adelante. ¿Sí? (Taller con mujeres ASMUJIMA - Curillo, julio de 2022)
22 Mapa 5. ASMUJIMA (Albania)
Asociación de Mujeres Emprendedoras del Caguán
Mapa 6. Asociación de Mujeres Emprendedoras del Caguán (Cartagena del Chairá)
Es una asociación de mujeres rurales ubicada en la vereda Nupias, dedicada a la producción de panela que comercializan con sus vecinos y en el mercado campesino de Cartagena del Chairá. Estas mujeres han aprendido a sembrar, cultivar, cosechar y moler la caña de azúcar, así como todo el proceso de cocción y empaquetado de la panela; al ser un trabajo “tan duro”, muchas veces son acompañadas por sus esposos y demás familiares. Nace como alternativa para jalonar recursos para la vereda con el ánimo de mejorar las condiciones de vida familiar y posibilitar la visibilización de las mujeres a través de la generación de ingresos, la autoges tión y el trabajo remunerado.
Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná
Mapa 7. Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná (Belén de los Andaquíes)
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Es una organización fundada bajo la idea del rescate de conocimientos de las mujeres, el apro vechamiento de los productos no maderables del bosque (semillas, frutas, lianas, cogollos, entre otros) para la elaboración de productos alimenticios, el cuidado del medio ambiente y la generación de ingresos propios. Se concentran en la producción de mermeladas, galletas, arequipe y, recientemente, yogures a base de frutos amazónicos como copoazú, arazá, cocona, canangucha, castaño y asaí que ellas mismas cosechan y despulpan, o que en ocasiones com pran a productores del municipio. Además, dedican buena parte de sus esfuerzos al monito reo ambiental comunitario y al repoblamiento de árboles de la región, especialmente, en el parque Mauritia.
Asociación de Mujeres emprendedoras (AMEC)
Mapa 8. AMEC (Curillo)
Conformada por 15 mujeres que habitan en el corregimiento Núcleo Horizonte y se dedican a la producción de pan caqueteño, como el pan de yuca, pandequeso, galletas y pan de pizza. Ellas nos cuentan que han venido aprendiendo diferentes recetas y mejorando la calidad de sus productos desde hace varios años. Su lugar de encuentro para la preparación y horneo de los panes está en la sede prestada por la escuela de la vereda, pero sueñan a futuro tener un lotecito y una caseta propia.
Comenzamos más que todo a trabajar el pan que está compuesto con queso, como el pan de yuca y el pan de queso. Ya después, ya vinieron del SENA y nos fueron ayudan do a elaborar diferentes productos como la galleta. Hemos tenido la oportunidad de que nos han brindado unos talleres para ir implementando mejor esto y mejorar la calidad. Ya en estos días aprendimos a hacer el pan de pizza, las almojábanas, aprendimos el pan de trigo. Entonces, son cositas que, en este momento, pues, vamos aprendiendo, y vamos siendo mejores, a ser mejor y, pues, en el futuro sería uno tener el lotecito con su casetica, con sus vitrinas y hornos, más grandes o algo así, para uno poder ir avanzan do y no quedarnos así, como estamos. (Taller con mujeres AMEC. Curillo, julio de 2022)
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Mujeres Campesinas Protectoras del Ambiente, Forjadoras de Paz y Desarrollo Social (MUJERCAPAZ)
Es una asociación de mujeres de la Inspección Maguaré de El Doncello, dedicadas a la pro ducción de chorizos de cerdo. Esta producción se consolida por medio de un proceso forma tivo del SENA y se convierte en una unidad productiva, gracias a la ayuda económica del DPS. Aunque su actividad económica se ha visto disminuida por la dificultad de conseguir el regis tro Invima y el encarecimiento de la materia prima, estas mujeres han logrado posicionar sus chorizos en las cercanías de la inspección El Doncello y algunos lugares de Florencia.
Esta experiencia asociativa se conforma inicialmente como parte de una asociación de mu jeres de la cabecera de El Doncello, sin embargo, las distancias y las diferencias especificas entre lo urbano y la ruralidad, las motivó para conformar MUJERCAPAZ.
Corporación de Productoras y Transformadoras de Cacao Amazónico del Departamento del Caquetá (CHOCOAMAZONIC)
Es una asociación de mujeres de los municipios de El Paujil y El Doncello que se dedican a la transformación del cacao en productos comerciales (barra de chocolate y chocolate de mesa), con tal éxito que no solo han logrado posicionar sus productos en locales y almacenes en toda la región (El Primo, Súper Mio, en el aeropuerto de Florencia y en diferentes municipios), sino que han logrado vincular de manera indirecta a diferentes productores de cacao y llevar sus chocolates hasta Bogotá. Más que una organización, se reconocen como una familia de apoyo para la autonomía de las mujeres y el fortalecimiento de la región a través de la compra de cacao local, con lo que además pretenden promover la reforestación, transformación del uso del suelo y cuidado de ambiente.
25 Mapa 9. MUJERCAPAZ (El Doncello)
La asociación cuenta con la participación de cuatro mujeres que hacen parte de una misma fa milia, quienes nos cuentan cómo ha sido de importante el apoyo de sus familiares y sus espo sos en su proceso; lo que se ve reflejado en las transformaciones que se han dado de manera paulatina en los hogares respecto a lo cultural y al machismo.
Yo digo que eso se ha venido transformando harto [el machismo]; por ejemplo, en mi caso, yo con mi esposo no tengo problemas de eso, porque, por ejemplo, él trabaja. En tonces, entre los dos hacemos eso. De pronto con los padres eso no era así, que mi papá nunca le daba plata ni nunca le daba cuentas a mi mamá. Ella no sabía que había ni que tenía, pero ya eso también ha cambiado bastante. Porque hubo un tiempo en el que prácticamente se quedó sin animales, entonces, ya mi mamá también como tratando de tomar el liderazgo de esa forma. Entonces, eso ha ido cambiando también. (Taller con mujeres Lácteos Mady - Milán, agosto de 2022)
26 Mapa
CHOCOAMAZONIC (El
10.
Paujil)
Lácteos Mady Mapa 11. Lácteos Mady (Milán)
Asociación Rural de Mujeres Emprendedoras Rochela Alta (ARMERA)
Es un grupo de 16 mujeres habitantes del corregimiento Rochela Alta que, desde hace seis años, se juntaron con la idea de montar una idea de negocio para poder tener ingresos adicio nales con los que ayudarse a sí mismas y a otras mujeres. Ellas nos cuentan que la fortaleza de la asociación está en motivarse mutuamente para sacar adelante diferentes iniciativas que han desarrollado, como la producción de alimentos para las gallinas y animales de granja. Además, están buscando aportar a la seguridad alimentaria de sus familias mediante el cultivo que hacen en sus huertas y a través del trueque.
El proyecto de producir comida para las gallinas es que tenemos parcelas con sembrados de varias especies que los animales comen, por ejemplo, botón de oro, yarumo, guamo, yuca, bore y banano. Todas esas hojas hay que picarlas, secarlas, luego se muele, se hace la purina, vuelve y va al secadero. Entonces, yo pedí molino y picadora, nos las dieron. Ahorita andamos en gira aprendiendo a hacer bien la purina, para ya luego instalar las maquinas. Eso también nos vale, la instalada, y no hemos tenido para instalarla.
Nos mantiene unidas la misma intención de ser lo más autosostenibles, y lo miramos también por el tema saludable, no solo es por el tema económico, sino de producir para calidad de vida. Soñamos con mejorar y aumentar el proceso de producción de alimen tos para las gallinas y animales. Soñamos con producir para exportar. También soña mos con satisfacer esa necesidad de la región del desempleo para que los mismos de la región no tengan la necesidad de tener que irse para otra parte y que puedan producir acá mismo. (Taller con mujeres ARMERA. Morelia, agosto de 2022)
2.1.3 Asociaciones
vinculadas a actividades artesanales
y textiles
En este sector nos encontramos con 3 asociaciones de los municipios de San José del Fragua, Solano y Solita. Estas mujeres y hombres se dedican a la manufactura de objetos mediante la transformación de materias primas (naturales y no naturales) de forma no industrial, en la que no solo involucran sus manos y herramientas simples, sino que utilizan máquinas para la elaboración de textiles. De esta forma, nos encontramos con organizaciones dedicadas a la
27 Mapa 12. ARMERA (Morelia)
confección de bisutería y accesorios, canastos tradicionales y trazado, corte y confección de prendas.
Warmi Awadurkuna, Mujeres Tejedoras de Yurayako
Es una iniciativa de mujeres que, en su mayoría, pertenecen al resguardo Inga Yurayaco (San José del Fragua), quienes elaboran tejidos con chaquira checa (manillas, collares, aretes, ves tidos, pulseras, tobilleras y aderezos) y lana (chumbes7) en los que plasman la simbología del pueblo Inga, y muestran la biodiversidad biológica y étnica del territorio donde se encuentra el Parque Nacional Natural Alto Fragua Indi Wasi.
La asociación nace como un espacio para el encuentro de mujeres, para compartir conoci mientos y experiencias de los tejidos, y se consolida como un emprendimiento reconocido departamentalmente que, además de aportar a la economía femenina y familiar, acompaña el proceso de reforestación del cabildo y del parque nacional natural que apuesta a consolidarse como un lugar turístico de renombre. La asociación sueña con la construcción (y adecuación) de su propio local.
Asociación Canasto de la Abundancia Moniya Kirigay
Es una asociación organizada por mujeres indígenas artesanas de la comunidad Murui Muina que se juntan para tejer canastos y tejer la memoria; a su vez buscan fortalecer la transmisión de los saberes ancestrales y fortalecer las económicas propias de las mujeres y las familias.
Para ellas, esta asociación se trata de un tejer espiritual y material que se inicia desde el om bligo o la vida del ser humano; cada tejido es una etapa de la vida, es cada enseñanza, cada pensamiento y conocimiento. Ellas relatan que entre los tejidos con mayor significado está el canasto emblemático, por representar el tejido de la vida y el conocimiento.
Todo este conocimiento lo quieren seguir transmitiendo, por ello también conformaron un semillero de niños y niñas para que aprendan las historias de vida, mitos y leyendas: Son puras historias de vida para que el niño, el joven, la niña vaya teniendo en cuenta cómo puede formarse y llegar hasta grande y ser una buena mujer o ser un buen hombre (Taller con mujeres Moniya Kiri
7 Es una especie de cinturón o faja, principalmente, usado por las mujeres.
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Mapa 13. Warmi Awadurkuna (San José del Fragua)
gay - Solano, agosto de 2022).
Cada tejido es una etapa de vida, desde ahí inicia. Cada enseñanza, cada conoci miento, cada pensamiento. Entonces esto es un tejido fino, ¿qué quiere decir? Que la persona que tejió este canasto lo tejió con buen pensamiento, con buena sabiduría, con buenas orientaciones, porque es un canasto bien tejido, tiene sus cuatro esquinas y en la maloca también las cuatro esquinas tienen un significado, y también se transmite a través del canasto. Tiene sus materiales también bien alistados, cuando ya los traen del bosque.
Cuando empezamos, nos sentamos y dijimos que nosotros queríamos seguir fortalecién donos de acuerdo con los cambios que nos ha tocado. Ahora el mundo ha dado tantas vueltas que es necesario también generar y fortalecer todo lo que tiene que ver con la economía propia de nosotros. Entonces, veíamos esa problemática y vimos que, den tro de las prácticas artesanales, podríamos generar eso, sin olvidar nuestra identidad y nuestra cultura propia. (Taller con mujeres Moniya Kirigay - Solano, agosto de 2022)
Asociación de Mujeres Víctimas Emprendedoras
Es una asociación de mujeres rurales y del casco urbano de Solita que se reconocen como víc timas del conflicto armado y de otro tipo de violencias, por lo que también hacen parte de la Mesa municipal de Mujeres Víctimas. Desde este escenario, las mujeres encontraron un cami no posible para juntarse y gestionar proyectos propios.
En esa búsqueda por construir sus proyectos de vida, ellas han participado en capacitaciones de modistería con instituciones como el SENA, en las que fueron adquiriendo conocimientos y destrezas indispensables para el trazado, corte y confección de prendas. Con el tiempo logra ron gestionar con la administración la adquisición de máquinas de coser y una sede en como dato. El reto actual de la asociación es activarse de nuevo, luego de haber vivido un tiempo en el que mermaron sus encuentros y el liderazgo necesario para emprender y coordinar accio
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Mapa 14. Canasto de la Abundancia. Moniya Kirigay (Solano)
nes conjuntas.
2.2 Características de las mujeres rurales asociadas: un análisis cuantitativo
Para esta investigación se aplicó una encuesta con 126 preguntas. La encuesta se realizó a mujeres pertenecientes a 16 asociaciones de diferentes veredas del departamento del Caquetá, por tanto, es importante mencionar que esta no corresponde a una muestra representativa para todas las mujeres del departamento, sino para aquellas que pertenecen a las respectivas asociaciones que fueron estudiadas. La encuesta se realizó con base en la Encuesta de Uso del Tiempo (ENUT 2020-2021) del DANE.
A continuación, el documento se dividirá en dos secciones principales: i) la caracterización de las mujeres por sus condiciones sociodemográficas, y ii) el uso del tiempo de las mujeres. Esta última sección se enfocará en el uso del tiempo para tres grandes grupos: el primero es el tiempo dedicado a actividades de trabajo remunerado, el segundo es el tiempo dedicado a ac tividades de trabajo no remunerado y el tercero es el tiempo dedicado a actividades de cuida do personal. Más adelante será explicado el proceso metodológico por medio del cual fueron calculados estos tres aspectos.
2.2.1 Características sociodemográficas de las mujeres participantes
En esta sección se presentan los resultados frente a las características sociodemográficas de las mujeres participantes de la encuesta, cada una de ellas pertenece a una de las 16 asociacio nes, las cuales tienen diferentes actividades económicas: actividades agropecuarias, de trans formación de alimentos y de artesanía del departamento.
Asociaciones y municipios participantes
La mayor representación en la aplicación de la encuesta fue de ASOMUPIEL con un 14,3 % de las encuestadas; ASMUCOCA con un 8,7 %; Warmi Awadurkuna y Chocoamazonic tuvieron una participación de 7,9 % cada una. Las que menor representación tuvieron dentro de la muestra son ASOMACP con 3,2 % y Lácteos Mady de Milán con 1,6 %, esto se debe sobre todo a que son asociaciones que están integradas por una menor cantidad de mujeres (máximo 4).
Los porcentajes de participación por asociaciones los podemos ver en la Gráfica 1.
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Gráfica 1. Asociaciones participantes
Fuente: Elaboración propia
Los municipios más representativos en la encuesta son San Vicente del Caguán con un 14,3 % de participación, seguido de El Doncello con un 11,9 %. Los municipios con menor represen tación en la encuesta son El Paujil con 2,4 % y Milán con 1,6 %, como se muestra en la Gráfica 2.
Gráfica 2. Municipios participantes
Fuente: Elaboración propia
Distribución etaria
El 33 % de las mujeres encuestadas pertenecen al grupo etario de 36 a 50 años, seguido de un 26,2 % de mujeres entre los 50 y 60 años. Por su parte, la población joven es la que menos par ticipación presenta en la encuesta: las mujeres pertenecientes a la franja etaria de los 18 a los 28 años representan el 11,1 % de la muestra, y las que están entre los 26 y 35 años representan el 14,3 % como se observa en la Gráfica 3.
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Estado civil
Del total de las mujeres encuestadas, el 39,7 % son mujeres que están en unión libre con su pareja, seguido por un 27 % de mujeres que se encuentran casadas y un 21,4 % de mujeres solteras. Por su parte, las mujeres separadas y viudas representan una menor proporción en la muestra con un 7,1 % y un 4,8 % respectivamente.
Gráfica 4. Estado civil
Autorreconocimiento de mujer campesina, rural y grupo étnico
El 96,8 % de las encuestadas se autorreconocen como mujeres campesinas, mientras que el 3,2 % no se considera como tal (Gráfica 5). Por otro lado, el 99,2 % se reconoce como mujer rural y el 0,8 % no lo hacen (Gráfica 6). Además, la mayoría de las mujeres encuestadas (61 %) no se reconocen como pertenecientes a ningún grupo étnico, mientras que el 24 % se reconocen como mestizas y el 15 % como indígena (Gráfica 7). Lo anterior se puede deber a las diferen tes conceptualizaciones que se han dado desde la ruralidad y desde las diferentes normativas como la Ley 731 de 2002 de Mujer Rural.
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Gráfica 3. Distribución etaria de las mujeres encuestadas
Fuente: Elaboración propia
Fuente: Elaboración propia
Gráfica 5. Autorreconocimiento de mujer campesina
Fuente: Elaboración propia
Gráfica 6. Autorreconocimiento de mujer rural
Fuente: Elaboración propia
Gráfica 7. Autorreconocimiento de grupo étnico
Fuente: Elaboración propia
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Víctimas del conflicto armado
Un aspecto relevante dentro del análisis que cobra especial importancia dentro de la ruralidad es la situación de seguridad en los territorios. En este sentido, el 66,7 % de las mujeres encues tadas manifestó ser víctima del conflicto armado, mientras el 33,3 % no se consideraba como tal (Gráfica 8). De las mujeres que manifestaron ser víctimas del conflicto armado el 77 % afir mó estar inscrita en el RUV (Registro único de víctimas), mientras que el 23 % de las víctimas no posee este registro.
Gráfica 8. Víctimas del conflicto armado
Fuente: Elaboración propia
Nivel educativo de las mujeres encuestadas
Se indagó por las mujeres que según su nivel educativo culminaron o no sus estudios. Se en contró que el 52 % de las mujeres no culminaron sus estudios: en su mayoría, el nivel que no culminaron fue el técnico con un 86 %, seguido del nivel profesional con un 67 %, el bachille rato con un 57 % y primaria con el 33 % (Gráfica 9).
Gráfica 9. Mujeres que según su nivel educativo culminaron o no sus estudios
Fuente: Elaboración propia
El 36 % de las mujeres que no culminaron sus estudios afirman que fue por falta de apoyo familiar, el 28 % dicen que fue por problemas económicos y un 12 % expresan que se debió al
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matrimonio y la maternidad, cifra de alta importancia porque en términos de TDCnR (traba jo de cuidado no remunerado) podría mostrar una sobrecarga de cuidados que incidió en la disponibilidad de tiempo para continuar con los estudios. Otras menores proporciones fueron por violencia, distancia y problemas escolares. Del total de las mujeres encuestadas, la mayor proporción posee un nivel educativo de secun daria y primaria, con un porcentaje de participación de 38,9 % para ambos casos. El porcen taje de las mujeres que posee un nivel educativo profesional es inferior al del nivel técnico, con un 9,5 % y un 11,1 %, respectivamente (Gráfica 10). Sin embargo, una menor cantidad de la población mencionó que no posee ningún nivel educativo, esto es equivalente a un 1,6 % de las respuestas.
Gráfica 10. Nivel educativo de las mujeres encuestadas
Fuente: Elaboración propia
Acceso a servicios e infraestructura básica
Sumado a las características presentadas hasta ahora, es preciso evidenciar las condiciones de vulnerabilidad que presentan las mujeres encuestadas. Por ejemplo, frente al acceso a servi cios e infraestructura básica se observa que en su mayoría no cuentan con acueducto, alcanta rillado, recolección de basuras, internet y gas natural, exceptuando el servicio de electricidad, donde el 92 % de las encuestadas tienen acceso (Gráfica 11).
Gráfica 11. Acceso a servicios públicos
Fuente: Elaboración propia
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Ocupación de las mujeres encuestadas
Dentro de los resultados es posible observar que la mayoría de las encuestadas no tienen un empleo formal. Se encuentra que el 54 % de las encuestadas son amas de casa, el 21,4 % son trabajadoras independientes y el 14,3 % son agricultoras; solo el 5,6 % son trabajadoras depen dientes, 4 % estudiantes y menos del 1 % se considera desempleada (Gráfica 12)
Gráfica 12. Ocupación de las mujeres encuestadas
Fuente: Elaboración propia
Mujeres que están afiliadas al sistema de salud
Respecto a la afiliación al sistema de salud, el 90,5 % de las encuestadas se encuentran afilia das al régimen subsidiado, mientras que las que están afiliadas a los regímenes contributivo y especial solo son del 7 % y 2,4 %, respectivamente (Gráfica 13).
Gráfica 13. Porcentaje de mujeres que están afiliadas al sistema de salud por régimen
Fuente: Elaboración propia
2.2.2 Uso del tiempo
Este apartado muestra los resultados de la encuesta respecto al uso del tiempo en tres grupos
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de actividades: trabajo remunerado, trabajo no remunerado (actividades domésticas y de cui dado) y actividades de cuidado personal relacionadas con el ocio, la educación, etc.
Estos resultados pretenden evidenciar el nivel de autonomía económica de las mujeres en cuestadas y su contribución al desarrollo social y económico del departamento del Caquetá. Para esto fueron utilizados algunos elementos y cuestiones de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, diseñada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Uso del tiempo y grupos de actividades
Históricamente son las mujeres las que se han encargado de las labores de trabajo de cuidado debido a estereotipos y roles de género (más marcados en lo rural) donde se evidencia una organización social más inequitativa, lo cual se debe, entre otros aspectos, a la doble carga de trabajo para las mujeres, a la limitante del tiempo y a las tendencias en la feminidad de las mujeres rurales, así como a la dedicación de otras actividades no remuneradas, como la cría de animales, los cultivos de autoconsumo y la preparación de alimentos para trabajadores agropecuarios ajenos al hogar.
De acuerdo con los resultados, es posible observar que las mujeres encuestadas dedican una mayor proporción de su tiempo semanal (54 horas) a trabajos domésticos y de cuidados no remunerados (TDCnR). Además, dedican un promedio de 16,1 horas a la semana a actividades remuneradas como las actividades asociativas, venta de alimentos, venta por catálogo, arre glos de ropa y negocios familiares, y tan solo 3,4 horas a la semana a actividades de cuidado personal (ocio y esparcimiento).
Lo anterior indica una sobrecarga del tiempo de las mujeres a actividades sin remuneración al interior de sus hogares, al tiempo que se expresa una menor autonomía económica por no tener una mayor participación en las actividades productivas. Esto afecta su calidad de vida ya que tampoco disponen de un tiempo adecuado para el autocuidado (Gráfica 14).
Gráfica 14. Tiempo semanal en promedio dedicado a grandes grupos de actividades
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Fuente: Elaboración propia
Uso del tiempo según grupos de edad
El tiempo promedio semanal dedicado en actividades de trabajo remunerado presenta sus me nores valores en las mujeres más jóvenes (18 a 25 años) con un promedio de 12 horas, seguido por las de mediana edad (36 a 50 años) con 14 horas. Las mujeres de entre los 26 y 35 años y las mujeres mayores de 60 años son quienes más tiempo semanal en promedio dedican a activida des de trabajo remunerado, ambas con un promedio de18 horas. Según esta muestra, se puede indicar que las mujeres más jóvenes en edad de trabajar (PET) tienen una mayor sobrecarga de cuidados, con un costo de oportunidad para la economía y la sociedad mucho más alto. Así mismo, se ve afectada su autonomía económica, su posibilidad de generar ingresos propios y participar en espacios de asociatividad, políticos, de ocio y educativos, lo que las ubica en una posición más desfavorable frente a los hombres e incluso frente a las mujeres urbanas.
Frente al TDCnR es preciso resaltar que todas las mujeres encuestadas dedican al menos una proporción de su tiempo semanal a su realización. Los tiempos promedios semanales dedi cados a actividades de trabajo no remunerado presenta su mayor carga en las mujeres que tienen entre 36 y 50 años con un promedio semanal de 58 horas; las mujeres que dedican menos tiempo semanal en dichas actividades son las mujeres mayores de 60 años. Es impor tante mencionar que hay un fenómeno llamado “abuelas cuidadoras”, son mujeres mayores de 60 años (consideradas adultas mayores) que son demandantes de cuidado y que, sin embargo, siguen con cargas de TDCnR.
Por otro lado, se pudo extraer que los grupos etarios de 18 a 25 años y de 36 a 50 años son los que más tiempo dedican a actividades de cuidado personal como actividades de recreación (caminar, pasear, hacer algún deporte) y religiosas, con un promedio de 5 horas semanales. Es importante decir que las mujeres rurales son las que menos tiempo dedican a estas activida des, por debajo del promedio de actividades de autocuidado a nivel nacional y urbano.
Gráfica 15. Tiempo semanal promedio dedicado a grupos de actividades según grupo etario
Fuente: Elaboración propia
Uso del tiempo según presencia de infantes y personas mayores en el hogar Es importante conocer si las mujeres de las asociaciones tienen en su hogar, niños, adoles centes o adultos mayores, que son quienes usualmente mayor tiempo demandan en temas de
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cuidado. De acuerdo con los resultados, el 80 % de las mujeres convive con alguna de estas personas en condiciones de cuidado. Las mujeres que conviven con niños menores de 5 años son el 25 %; aquellas que conviven con niños mayores de 5 años y jóvenes en edad escolar son el 60 %, y 20 % conviven con adultos mayores.
Respecto a los tiempos dedicados a actividades de trabajo, se destaca que las mujeres con niños menores y personas adultas en el hogar dedican más horas semanales a actividades de trabajo no remunerado (Gráficas 16 y 17), además, son quienes también dedican más horas al trabajo remunerado y presentan una menor dedicación de tiempo a las actividades de cuidado personal. Esto tiene un impacto negativo sobre la calidad de vida de las cuidadoras (síndrome de la cuidadora), quienes tienen doble carga de trabajo y disfrutan menos tiempo de ocio y de autocuidado, lo que las conlleva a un deterioro de su salud física y mental.
Gráfica 16. Tiempo promedio semanal dedicado a grupos de actividades según la presencia de infantes en el hogar
Fuente: Elaboración propia
Gráfica 17. Tiempo promedio semanal dedicado a grupos de actividades según la presencia de personas mayores en el hogar
Fuente: Elaboración propia
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Funcionalidades de trabajo no remunerado
Todas las mujeres encuestadas dedican tiempo a las actividades de trabajo no remunerado. El caso de suministro de alimentos (cuidado indirecto)8 es la actividad a la que las mujeres dedi can más tiempo de acuerdo con la encuesta, en promedio a esta actividad destinan 21,4 horas semanales, seguida de las actividades de limpieza y mantenimiento del hogar con 17,6 horas semanales. A las actividades de cuidado directo a personas menores y mayores de edad se les dedica 14,2 y 10,7 horas en promedio semanales. Los voluntariados y sus actividades conexas representan la menor representación en horas en promedio dedicadas semanalmente con 2,85 horas (Gráfica 18).
Gráfica 18. Tiempo promedio semanal dedicado en actividades de Trabajo No Remunerado. Total poblacional
Actividades personales
Para las actividades personales relacionadas con educación, religión, cuidado personal y vida social y cultural, entre otras, se encuentra que la educación es la actividad a la que dedican más tiempo con un promedio semanal de 6,13 horas (Gráfica 19). Las actividades conexas a las actividades personales, como realizar diligencias en el casco urbano, acompañar a familiares en diligencias, etc., representa en promedio semanal 2,25 horas. A los otros grupos de activi dades de cuidado personal dedican 1,2 horas semanales, y en actividades culturales y religio sas 2,12 horas.
8 Las actividades de cuidado directo son ayudar a comer, bañar y vestir. Las actividades de cuidado indirecto son las que satisfacen las necesidades del cuidado del hogar, es decir, limpieza y mantenimiento, suministro de alimentos, mantenimiento de vestuario, compras y administraciones del hogar.
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Fuente: Elaboración propia
Fuente: Elaboración propia
Percepción sobre las tareas domésticas y de cuidado del hogar
El 55 % de las mujeres afirma que hacen más de lo que les corresponde en las tareas domés ticas y el cuidado del hogar. Esto se puede explicar porque las mujeres históricamente se han encargado de las tareas del cuidado y, según los datos de la encuesta, esta tendencia se man tiene. Es importante enfatizar que a nivel de país estos estereotipos permanecen y se acen túan mucho más en la ruralidad. Esta percepción se confirma con los datos presentados en la Gráfica 14 en la que se evidencia un mayor porcentaje en la dedicación de tiempo a labores de trabajo no remunerado.
En este aspecto de la percepción, el 42 % de las encuestadas afirma que hace lo que le corres ponde, mientras que solo el 3 % afirma que hace menos (Gráfica 20).
Gráfica 20. Percepción sobre las tareas domésticas y de cuidado del hogar
Fuente: Elaboración propia
Toma las decisiones sobre el hogar y la vivienda
De acuerdo con la encuesta, el 42 % de las mujeres toman las principales decisiones sobre el
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Gráfica 19. Tiempo promedio semanal dedicado en actividades personales. Total poblacional
hogar junto con su pareja, mientras que el 30 % las toman solas. En una proporción más pe queña (17 %) es la pareja quien toma las decisiones (Gráfica 21). Esto significa que las mujeres de las asociaciones están involucradas en gran medida con las decisiones que se toman en el hogar, lo que es muy importante para el fortalecimiento de la autonomía y empoderamiento de la mujer.
Respecto con la toma de decisiones más personales como tener un trabajo remunerado, es tudiar, ser amiga de alguien, regalar dinero a su familia, planear e invertir en asociaciones o en la unidad productiva, se puede observar un alto porcentaje de independencia, ya que más del 69 % de las mujeres respondieron que ellas mismas eran quienes tomaban las decisiones sobre estos asuntos, y una proporción más baja afirmó que tomaban estas decisiones en con junto con su pareja.
Por otro lado, las preguntas referentes a temas como pedir préstamos, planear y realizar inver siones financieras y tomar decisiones de grandes gastos, todas estas en el contexto del hogar, alrededor del 50 % tomaban estas decisiones junto con su pareja, mientras que alrededor del 30 % las toman por cuenta propia, y solo el 10 % afirmaron que estas decisiones eran tomadas por su pareja.
En relación con las decisiones del uso del hogar, el 49 % respondió que ellas solas las tomaban y un 34 % afirmaron que las decisiones se tomaban en pareja.
La única pregunta donde la decisión más representativa era elegida por la pareja es la que está enfocada a si la pareja debería tener un trabajo remunerado, la cual tiene un 57 %. El 28 % afirmaron que esta decisión era tomada entre ambos, y solo el 15 % expresó que esa decisión era tomada por las mujeres.
En todas las preguntas las opciones de respuesta donde otro familiar era el que tomaba las decisiones fueron poco representativas (Gráfica 22).
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Gráfica 21. La persona que toma las decisiones sobre el hogar y la vivienda
Fuente: Elaboración propia
Gráfica 22. Quién toma las decisiones
Fuente: Elaboración propia
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3. LOS SIGNIFICADOS DE MUJER RURAL, ESTAR ASOCIADA Y AUTONOMÍA ECONÓMICA
CAPÍTULO 3. LOS SIGNIFICADOS DE MUJER RURAL, ESTAR ASOCIADA Y AUTONOMÍA ECONÓMICA
Introducción
Los talleres de mapeos sociales con las mujeres permitieron un acercamiento a sus concepcio nes y sentidos alrededor de tres conceptos clave en el estudio: ser mujer rural, lo asociativo y la autonomía económica. Los conceptos no fueron una construcción de diccionario y tampoco normativa, porque el interés fue justamente activar la pregunta y la conversación con y entre las mujeres, de tal modo que se sintieran en la tranquilidad para expresar y relatar sus propias formas de comprensión. En ocasiones había silencio en ellas, no tanto por sentirse incómo das con la pregunta, sino más bien porque se trataba de poner en palabras la experiencia y la cotidianidad vivida muchas veces de manera naturalizada.
En este capítulo nos vamos a acercar a las diferentes comprensiones que tienen las mujeres a través de sus relatos, los cuales tienen un vínculo estrecho entre sus sentidos y valoraciones; en ellos también expresan los obstáculos que perciben para sostener sus proyectos producti vos en la asociación.
3.1 Los significados de ser mujer rural9
La que se levanta primero y la última que se acuesta (Mujer rural del municipio de Valparaíso)
Los relatos de las mujeres de las asociaciones expresan la multiplicidad de formas de com prender lo que significa ser mujer rural, hay en ello un estrecho vínculo entre el concepto y el espacio social cotidiano vivido por ellas, con sus historias y los lugares que han asumido dentro de la familia y su comunidad. El significado de ser mujer rural expresado por ellas no es producto de un diccionario ni es solo el recuento de actividades que las particularizan, es sobre todo la experiencia vivida en medio de la desigualdad y de la injusticia social, y los es fuerzos que día a día realizan por mantenerse en pie y persistir. Se entiende que el concepto de mujer rural no está determinado por su localización en un espacio geográfico, es decir, su condición de ruralidad no está condicionada por el lugar que habita, ya que por fenómenos o contextos sociales como el desplazamiento, las mujeres rura les pueden encontrarse en los cascos urbanos. Es por esto que entendemos que el significado de ser mujer rural es producto de una construcción social que nace de la diversidad en la que están dadas las interacciones culturales y territoriales que las mujeres experimentan. En este sentido, las mujeres asociadas que participaron en el estudio son de las zonas rurales y urba nas del departamento del Caquetá, y se autorreconocieron como mujeres rurales.
Los relatos sobre el significado de ser mujer rural expresan que este tiene que ver con varias dimensiones: con un espacio físico, con una forma de habitar y de hacer, y con ciertas emo cionalidades y valoraciones sobre sí misma.
9 En este apartado se encuentran frases y palabras entre comillas que corresponden a las expresiones propias de las mujeres.
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El espacio físico está relacionado con su materialidad, sus formas y características, para mu chas mujeres el campo es el espacio que mejor describe y define a una mujer rural o, por lo menos, es el lugar que más aparece en sus significados, sea porque lo habiten actualmente o porque lo hayan habitado.
Imagen 1. Dibujo del espacio rural realizado por las mujeres
En sus relatos, el campo “es el que nos da la comida”, y se lo valora como un espacio “bendito y completo” al permitir el sustento alimenticio diario. En el campo las mujeres hacen una valora ción especial de los patios, las fincas y las huertas como espacios de producción, pero también de experimentación y domesticación de especies.
No obstante, también hay otra percepción del campo, esta vez más asociada a las difíciles con diciones que se viven en él, que tienen que ver con el hecho de que se encuentre apartado de los centros urbanos, lo que genera dificultades para acceder a derechos sociales como la salud y la educación; también se encuentran las limitaciones en la infraestructura para disponer de servicios básicos como el agua, la energía y vías en buen estado: “No hay atención en salud, menos si hay pésimas condiciones de salud, falta de recursos económicos y altos costos de desplaza miento, falta de entradas económicas, sociales y políticas, no hay apoyo económico sostenible para mejorar la calidad de vida” (Testimonio de mujer de La Montañita).
Pues una de las cosas que vivimos en el campo […] es que la vida no es igual a la que se vive en el pueblo, digamos acá no hay acceso a luz, las carreteras no son para uno andar en tacón, sino en bota. O sea, la vida es totalmente diferente, la verdad, la del campo a la de la ciudad. (Taller con mujeres Asociación de Mujeres Emprendedo ras del Caguán - Cartagena del Chairá, julio de 2022)
De manera similar, para una funcionaria del municipio de Curillo, la mujer rural que vive en el campo enfrenta serias restricciones frente a las ventajas y privilegios que gozan mujeres y hombres en las áreas urbanas:
La mujer que vive con más dificultad para acceso a algunos programas, o pues así mismo a necesidades básicas, que son muy insatisfechas en el campo, son las que están más retiradas, las que el transporte es más dificultoso, que la comunicación también
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es de dificultad, que para el mismo acceso a la salud también es complicada. La mujer rural se ha abierto muchas puertas, pero todavía tiene muchas brechas tanto sociales, como económicas para afrontar. (Entrevista a funcionaria - Curillo, julio de 2022)
A la desigualdad y a estas necesidades básicas que la institucionalidad no logra satisfacer, se suman las trágicas consecuencias que ha dejado el conflicto armado en el campo caqueteño, lo que ha traído consigo efectos sobre la relación entre la mujer y el campo. Una de tantas con secuencias del conflicto tiene que ver con las dificultades que han sufrido algunas mujeres en sus emprendimientos económicos. En un relato, una mujer cuenta que una pariente propieta ria de una finca y de un emprendimiento fue víctima de secuestro y extorsión:
Desde hace un tiempo que nosotros vivimos el conflicto como a toda plenitud, de que fuimos muy, muy afectados, particularmente mi mamá que la secuestraron. Acá esta ban esos grupos de las autodefensas y mi mamá tenía finca acá, y tenía otro negocio y estaban los otros grupos, entonces los otros grupos dijeron que era que mi mamá tenía nexos y la involucraron, fueron cosas que la enredaron y fue un tiempo muy difícil. (Taller con mujeres rurales)10
Desde la dimensión del habitar y del hacer, los relatos de las mujeres cuentan que en el campo ellas han ido construyendo un espacio de vida en el que realizan labores reproductivas y pro ductivas según sea la necesidad, la mujer es: “la que hace todo en el hogar, lavar, planchar, coci nar, comida, cuidado de animales y niños, emprendedoras en el campo” (Testimonio de mujer de Valparaíso). De hecho, muchas definen que son “todoterreno” y que “hacen de todo”. Ese “todo” reúne, como veremos más adelante, una importante cantidad de labores en las que se ocupan, y explica la razón por la cual una buena cantidad de mujeres perciben que “hacen más de la cuenta”, y más aún cuando son mujeres cabeza de familia.
La expresión “hacer más de la cuenta”, además de que permite apreciar una sobrecarga en las labores de ellas, también deja ver (sin buscar romantizar) que las mujeres reconocen y valo ran lo que hacen en un intento por desnaturalizar y sacar de la sombra su aporte al campo, a la economía y a la familia: “la mujer del campo le gusta tener la familia unida siempre con un chocolatico” (Taller con mujeres Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná - Belén de los Andaquíes, agosto de 2022).
Lo productivo y lo reproductivo son labores que se desarrollan en una frontera muy porosa. En lo reproductivo, realizan diferentes labores o trabajos que no son remunerados, como el cuidado del hogar y la familia, que incluye la realización de los alimentos, el mantenimiento del hogar, el cuidado a los hijos y a los demás integrantes de la familia: “la que hace todo en el hogar: lavar, planchar, cocinar, comida”. Además, están también las actividades en espacios como los patios, las fincas o predios donde hacen siembra y domesticación de especies, cuya destinación es en buena parte para el autoconsumo.
Dentro de las actividades productivas, se han reconocido aquellas que tienen que ver con los proyectos productivos que desarrollan en las asociaciones, y por las cuales reciben cier to recurso monetario. En este aspecto, también se reconocen como actividades productivas aquellas que ejercen de manera informal: venta por catálogo, confección, venta de huevos, leche, así como la elaboración de alimentos como panes y pasteles. De acuerdo con esto, se puede decir que la mujer realiza una pluriactividad rural, entendida como la combinación de 10 No se indica el lugar por motivos de seguridad.
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actividades agrícolas y no agrícolas para la generación de ingresos (Loughrey 2013 en Jarquín Sánchez, Castellanos Suárez, & Sangerman-Jarquín, 2017).
Algunas mujeres en los talleres expresaron:
Las mujeres rurales son personas que hacemos de todo, somos todoterreno. No tenemos como algo definido, sino que hacemos diferentes oficios. A uno del campo nos dedica mos a la agricultura, a la yuca, el plátano, el pasto. Sembramos todo lo de la huerta, orégano, jengibre. También se le da el cuido al ganado, la comida de los animales. Aprender uno a vacunar, y en sí a lo de la comida de los animales. Poder uno defen derse, queda uno solo y el marido no está, saber qué droga necesita el animal. (Taller Asociación Curillo, julio de 2022)
La economía de nosotras es dependiente de la finca, todas. Adicionalmente, pues, todas hacemos cositas de más. Johana tiene su estética, la otra vende tenis, comerciantes, salón de belleza, contratistas con el Estado, ¿si me entiende? (Taller con mujeres ASO MACP - Puerto Rico, julio de 2022)
Y con esto, no se pretende indicar que hay cosas innatas en las mujeres rurales como si ellas nacieran con ciertos atributos y habilidades para estar y subsistir en donde sea que estén. Ser mujer rural hace parte de un aprendizaje: “la mujer en el campo tiene que aprender de todo” (Testimonio de mujer de Curillo). Y es de ese estar y hacer cotidianos que se derivan ciertos saberes, habilidades y destrezas:
Digamos que uno tiene que aprender de todo. Aprender de todo un poquito, ser vete rinario, ser papá, ser mamá, ser hermano, ser todo, ¿cierto? Tener como ese cuidado hacia los animales, porque digamos el campesino, tiene saber que un animal siente, es un animal sintiente. En sí el concepto de mujer rural es, digamos, que uno a veces se cierra, se cierra a muchas cosas que yo no, yo no puedo hacer tal cosa, pero si uno se propone, uno lo puede lograr, y digamos uno aquí uno aprende como digamos lo que es ganadería, lo que es agricultura, pero una persona que de vaya para otra parte como una zona cafetera, si usted tiene las ganas de aprender aprende, así sea donde sea y como sea, ¿por qué?, porque esa es la mujer rural, no hay dificultad, es ganas de apren der y hacer las cosas. (Taller con mujeres AMEC - Curillo, julio de 2022)
Muchos de los relatos expresan lo “duro” de vivir en el campo porque allí “no hay descanso”. Expresiones como “fuerza”, “esfuerzo” y “persistencia” de vivir, de estar y trabajar en el campo, corresponden a la dimensión de sentido y a la emocionalidad con que las mujeres se refieren a este. Aun así, ellas han ido respondiendo y resolviendo por sí mismas necesidades específicas de manutención, de seguridad alimentaria, aprovisionamiento de agua, construcción de casas y de carreteras, etc. en convites con sus esposos y familiares.
A su vez, lo “duro” de ser mujer rural, también tiene que ver con que su libertad para ser, hacer y pensar se ha visto afectada por las situaciones de discriminación y exclusión que han vivido dentro de sus hogares, esto debido a la estructura patriarcal de la sociedad rural. En efecto, “la brecha de género está muy marcada en el área rural, los roles de género se imponen sobre las personas, siendo el hogar donde más se acentúan las disparidades de género, dada la asignación inequitativa de los recursos” (Silva Jiménez et al., 2020, p. 83).
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Sin embargo, ante lo “duro” del campo, la mujer rural construye una percepción positiva sobre sí misma. Sentirse como mujer “dinámica”, “dinamizadora”, “entregada al trabajo”, “guapa”, “llena de sueños e ilusiones”, “ganas de salir adelante”, define la fortaleza de la mujer en sus terri torios y el valor que tiene para seguir soñando y “persistir” en las cosas que se propone y em prende.
3.2 Los significados de estar asociadas
El énfasis en lo asociativo ha sido promovido por las mujeres rurales como una estrategia para incentivar la unión en un grupo de personas (Puñal, 2001) para tener la fuerza colectiva, bajo necesidades comunes, para acceder a recursos económicos y sociales que no se les facilitan estando solas. Así mismo, la asociatividad ha ido permitiendo a las mujeres cualificarse, incur sionar en procesos de formación política, reconocer las violencias y micromachismos coti dianos experimentados y conocer sus derechos. Respecto a esto, una profesional, enlace de género municipal, manifestó:
Las mujeres organizadas pueden jalonar más recursos. Las mujeres organizadas em piezan a tener el conocimiento y el empoderamiento. Empoderamiento sano, un em poderamiento donde se enseña a que no es que la mujer mande más que el esposo, sino que las decisiones se toman entre los dos, que las cosas son compartidas, que se debe respetar el cuerpo de ella. Entonces, nosotros hacemos comparaciones de las mujeres que no han querido vincularse a los procesos asociativos y miramos mujeres con proble mas, con traumas, mujeres que no pueden salir de sus casas. Mujeres que todavía están viviendo ese machismo, esa violencia intrafamiliar, porque no han tenido como salir. (Entrevista a enlace de género, noviembre de 2021)
En los relatos de las mujeres rurales encontramos diversos significados sobre lo que repre senta estar asociada, pero en la multiplicidad de voces podemos encontrar algunas cosas en común que han atravesado y marcado su camino asociativo. En este sentido, haremos men ción de dos cuestiones: la primera es que entre querer asociarse, estar asociada y continuar estándolo hay un camino extenuante, y “una lucha que ha sido muy dura” (Testimonio de mujer de Albania). En el paso de asociarse las mujeres se encontraron con impedimentos de fami liares y esposos, limitaciones de tiempo para asistir a reuniones debido a la carga de labores domésticas y de cuidado no remuneradas, y de dificultades económicas para poder empren der sus proyectos productivos, ya que la base de estos son los recursos propios:
Entonces, pues nosotras ahí, con todas las mujeres que tenemos, pues lo que queremos es, digamos, de pronto hace más o menos un año que hemos venido como trabajando y hemos estado haciendo rifas: rifamos gallinas, rifamos 100 mil pesitos, que rifamos una cosita, otrica, pues para ver cómo nos hacemos unos recursos, ¿cierto? (Taller con mujeres Asociación de Mujeres Víctimas Emprendedoras - Solita, agosto de 2022)
Luego, cuando han logrado algo más estable como asociación (legalizadas o no), se enfrentan con dificultades en la cadena productiva, algunas relacionadas con el manejo técnico de la elaboración de los productos, el limitado acceso a servicios financieros para la continuidad de sus proyectos, falta de espacios y equipamientos para el desarrollo del proyecto y falta de canales de comercialización.
Además, han encontrado un panorama institucional con limitaciones para asumir los retos
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de la ruralidad, se ha tratado de una búsqueda constante y de esfuerzo permanente para ser escuchadas y apoyadas. Se percibe entonces poca presencia institucional, planes y programas que verdaderamente creen oportunidades a mediano y a largo plazo para las mujeres rurales, las cuales les puedan garantizar espacios de participación, información y apoyo a la sostenibi lidad de las iniciativas.
Por otra parte, las mujeres asociadas se refieren a la sobrecarga de actividades que también implica el trabajo asociativo, y más cuando es el caso de las mujeres que lideran la asociación, ya que su tiempo deben distribuirlo entre las actividades reproductivas en el hogar, y activida des productivas entre las cuales están las de la asociación, y la importante asistencia a reu niones y eventos en los que también hacen gestión para la asociación. Esto de algún modo, ha tenido sobre algunas mujeres un impacto negativo sobre su bienestar, ya que la doble carga de trabajo conlleva a que disfruten menos tiempo de ocio y de autocuidado, lo que con el tiempo puede representar deterioro de su salud física y mental. Por tanto, permanecer como asociada es un esfuerzo constante producto de la tenacidad de las mujeres.
Con todo, las mujeres rurales encuentran en el hecho de estar asociadas una fuerza colectiva y unos “escenarios de empoderamiento” que les permite ganar un espacio para sí mismas. Una idea muy potente sobre esto la expresan las feministas Karsten & Meertens (1992), cuando afir man que el espacio también puede ser base de poder femenino. Con esta afirmación, se refie ren a que en algunas sociedades encontramos que la mujer ha tenido que conquistar su propio espacio, una <<habitación propia>>, crear sitios de encuentro y de coordinación de lucha.
Esto tiene sentido cuando las mujeres rurales destacan que la asociación es para ellas base de fortaleza porque les “inculca que somos más y podemos más”. Y en ese “ser más”, han dinamizado el “acompañamiento, apoyo y cercanía” para tener encuentros con “nuevas experiencias y tiempo de esparcimiento”. También han hallado la posibilidad y oportunidad de “aprender a elaborar proyectos para la producción” y de “unirse para el trabajo” en búsqueda de “mejorar la calidad de vida de las familias”, “tener beneficio para muchas cosas” y “mejorar nuestras condiciones económi cas y sociales”.
En el camino asociativo, las mujeres han generado múltiples aprendizajes, han reconocido la importancia de culminar su educación básica y secundaria, han comprendido la importancia de “valorarse como mujeres”. Para muchas ha sido la posibilidad de fortalecerse a nivel personal y de integrarse con otras personas. Además, el contexto asociativo ha sido una oportunidad para reconocer las habilidades e inteligencias particulares de unas y otras, y saberlas orientar a las necesidades y propósitos de la asociación:
Inicialmente uno va viendo quién es el económico, quién es el que se proyecta, quién es el que subordina o tiene como más visión. Uno le va viendo como la habilidad a la persona; entonces, más o menos, por la parte legal teníamos que organizarnos y pues ya cómo vamos viendo las habilidades de cada una. Si usted sabe cantar cómo la voy a poner a bailar; entonces como uno le va viendo la habilidad a la persona a raíz de eso. Esta es bien calculadora para gastar, ella le echa lápiz a todo, ella sabe mandar, porque hasta para eso. Pero, realmente, entre nosotras no hay presidente, eso es algo legal porque nosotras todas hacemos de todo. (Taller con mujeres Asociación de Mujeres Activas por Puerto Rico- ASOMACP - Puerto Rico, julio de 2022)
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El apoyo entre mujeres y la compañía ha sido para ellas una fuerza potente para persistir y de no perder su impulso y esperanza:
De pronto, uno va haciendo amigas, de pronto algún problema y uno le comenta a la amiga, así entre chismes. Entonces, eso es un apoyo, psicológicamente de que una per sona tenga problemas, no falte que uno le cuente a esa persona y que esa persona le dé un consejo a uno. (Testimonio de mujer - Curillo)
Como lo platean Karsten & Meertens (1992), no podemos quedarnos solamente en las dimen siones opresivas y restrictivas del espacio, en tanto que la solidaridad y la ayuda recíproca entre mujeres vecinas constituyen la espina dorsal de las estrategias de supervivencia. Para estas autoras, la mujer que participa en un espacio colectivo se enfrenta con “más firmeza a los problemas de la vida diaria, porque encuentra apoyo y solidaridad reciproca en la lucha de supervivencia económica o en la rebeldía contra la restricción de su movilidad laboral o re creativa” (1992, p. 188). Esta es, pues, según las autoras, la posibilidad transformadora y gene radora de cambios que se encuentra en la asociatividad y en la mujer misma. En este sentido, la mujer rural, en sus múltiples ires y venires asociativos, genera rupturas, rehace y cultiva formas de ser, de estar, de vivir y convivir, es decir, se transforma a sí misma y al contexto que habita.
Algunas mujeres pertenecientes a los procesos asociativos construyen sus propios relatos sobre la autonomía económica. Para algunas, la autonomía económica es la posibilidad de acceder y de contar con “plata en los bolsillos” para resolver parte de las necesidades básicas propias y de la familia:
Pues en parte lo miro bien, pues no vamos a decir que son cantidades de plata, pero en parte sí nos ayuda mucho, no nos vamos a llenar los bolsillos de plata, pero con eso vamos a solucionar, se cubren algo de necesidades. (Taller con mujeres GAMURERFlorencia, agosto de 2022)
Se reconoce que la situación de vida de cierta parte de las mujeres rurales ha venido cambian do en la medida que han adquirido capacidades y conocimientos con los cuales dinamizar sus ideas de emprendimiento económico. Estas mujeres se perciben como productoras con el derecho a distribuir los recursos al interior del hogar; además, es para ellas la posibilidad de “no estar dependiendo de un hombre”, pero más relevante aún es la capacidad de decisión sobre el uso y distribución de esos recursos. Unas asociadas de los municipios de El Doncello y San José del Fragua afirman que:
Otra cosa, por ejemplo, ya ahora es diferente ya ha mejorado eso, porque la mujer en el campo no tenía remuneración, en cambio ahora ya la mujer se integra, o sea que yo ya produzco otras cosas para ayudar también para mis propias cosas, porque antes hasta las gallinas eran propiedad del esposo, tocaba venderlas y darle a él; el esposo las ven día, él era el dueño porque él era que manejaba la plata, que manejaba la economía, tocaba dársela al señor porque él era el que iba a negociar. (Taller con Asociación Mu jeres Capaz - El Doncello, julio de 2022)
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3.3 La autonomía económica: un largo camino que se construye
Para mí, eso es una autonomía económica, poder uno generar un ingreso para el hogar, o sea, también aportar en un momento dado, yo cultivo algo y aporto, no depender totalmente del esposo, si tienen esposo; en este caso, pues, yo nunca he tenido un espo so, ¿cierto?, pero, entonces, me parece que la autonomía económica en un hogar es de esa manera, que la mujer también parte que no esté dependiendo de un hombre, porque el hecho de depender de un hombre o de un hijo o de una hija o lo que sea, hace que la persona esté ahí sumisa o por debajo, es eso para mí. (Taller con mujeres Tejedoras de Yurayaco- Warmi Awadurkuna - San José del Fragua, julio de 2022)
Sin embargo, tener cierta capacidad adquisitiva no es del todo una garantía para que las muje res puedan tomar decisiones sobre la forma en que usan y administran sus recursos, ya que el compañero es quien continúa tomando la decisión: Pero esto de administrar también tiene que ver con poder tomar la decisión. Que es a veces lo que no sucede, porque usted puede tener su dinero, pero no porque tenga su di nero usted tome la decisión de lo que usted quiera hacer con su plata, que eso también les pasa a muchas mujeres. Administrar, entonces, pasaría por que ella puede comprar se lo que ella dice que se va a comprar. Yo lo trabajo y lo gasto en yo. (Taller con muje res ARMERA - Morelia, agosto de 2022)
En este sentido, los mismos relatos de las mujeres destacan que la autonomía económica im plica un conjunto de capacidades y de derechos que deben defenderse para garantizar que la mujer pueda actuar con libertad. A continuación, se expresan esos derechos y capacidades:
i) Acceder a su derecho al trabajo remunerado. Para muchas mujeres la decisión de tener un trabajo remunerado queda supeditada a la decisión de sus compañeros, aun cuando ellas lo desean hacer. Esto es una forma de ejercer control sobre la mujer, porque el hecho de trabajar representa para el hombre perder el dominio sobre ella:
Cuando yo me fui a vivir con el papá de mi hija, a él no le gustaba que yo trabajara, mi papá me dio la primera máquina que yo se la mostré. La primera máquina que mi papá me dio, él me la quería dañar para que yo no fuera peluquera y no ganara plata, y a él no le gustaba que yo arreglara uñas, no le gustaba que yo hiciera nada. (Entre vista a asociada de AMEC - Morelia, agosto de 2022)
ii) Contar con el recurso económico permite a la mujer comprender su capacidad adquisitiva producto del trabajo emprendido, además le indica que cuenta con la habilidad para trabajar. De hecho, para algunas mujeres la autonomía económica va de la mano con la motivación de hacer algo, de crear algo:
Si uno no trabaja y no se gana nada, pues todo es estar pidiendo, y a mí no me gusta eso, yo por eso les digo hagan algo, así sean gallinas, pollos, lo que sea, para que tengan alguito de plata. (Entrevista a asociada de AMEC - Morelia, agosto de 2022)
iii) Además, está el derecho de administrar el dinero, con el cual la mujer accede a su poder de decidir sobre la destinación que hace del recurso. Para muchas mujeres, tener el dinero no es suficiente, necesitan contar con su derecho a administrarlo y a decidir sobre su destinación. Ello permite entender que la autonomía económica también se relaciona con las elecciones
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para la vida práctica, como la decisión en la manera de vestir. Así lo expresan algunas inte grantes de asociaciones:
Él era el que lo manejaba y compraba la ropa. […] ahora esa gallinita ya la tengo para un pantalón que me gusta, ya es diferente el cambio, antes toda la economía de la casa la manejaba era el hombre. (Taller con mujeres Asociación Mujeres Capaz - El Don cello, julio de 2022)
Trabajar uno, tener sus propios recursos y administrarlos uno mismo, lo que yo le decía a usted, por ejemplo, más de una vez se trabaja, pero se tiene que hacer la cuenta de qué es lo que hizo, en qué lo va a gastar, o a veces hasta se lo quitan, o no le dan nada, ¡no, pues, cómo así! Se ha visto. O no las dejan trabajar, por ejemplo. (Entrevista a asociada de AMEC - Morelia, agosto de 2022)
iv) La capacidad de ahorrar es aún difícil para muchas mujeres, pero otras relatan hacerlo jus tamente en caso de tener que resolver necesidades de la propia familia o de la familia extendi da.
Yo a veces compraba lo que yo necesitaba para mí, pero uno a veces ahorra; ¿por qué circunstancias va a ahorrar?, porque a veces a uno se le enferma el nieto, a veces hasta un cuñado o el papá, una hermana, y si ellos no tienen, pues uno saca, le presto, para una urgencia, ¿si mira? Yo soy así, yo soy una mujer muy ahorrativa. No, yo no me considero, aunque mi marido me dice que sí, que yo soy machucha, (risas), pero yo no me considero machucha, porque cuando yo voy a Morelia yo compro pollo, yo compro plátano, o sea, o quiero hacer algo especial, lo compro, yo tengo un zapatico de mi hijo, tengo una cajita, bueno. Entonces yo digo esto es… por ejemplo, no teníamos cama, entonces yo empecé a ahorrar, en ese tiempo yo vendía yogur, pero vendía más que todo pollo blanco, pollos pequeñitos, también vendo huevos, todo eso así. (Entrevista a aso ciada de AMEC - Morelia, agosto de 2022)
La autonomía económica también tiene que ver con la distribución y uso del tiempo de las mujeres en las labores de trabajo de cuidado no remunerado dentro del hogar, porque su cre ciente carga de trabajo les limita la posibilidad de dedicar su tiempo a proyectos o iniciativas de interés productivo. De hecho, la gran mayoría de las mujeres rurales asociadas que parti ciparon de este estudio relataron que deben “adelantar labores del hogar para poder estar en la asociación”. En este sentido, para muchas mujeres ha sido muy difícil la redistribución de las tareas domésticas entre otros miembros del hogar, porque desde lo cultural, es decir, desde las creencias y costumbres, se asume que este escenario es responsabilidad directa de la mujer.
3.4 El “entre nos” que necesitamos para construir la autonomía económica
Con todo lo anterior, hay mujeres rurales que en sus relatos expresan que para alcanzar su au tonomía económica es sumamente importante hacer las cosas “entre nos”, es decir, compartir, aportar, distribuir y repartir las labores reproductivas y productivas es una forma de vivir y convivir en el hogar que les permite un transitar de empoderamiento individual, entendido como el sentido de autovaloración y reconocimiento de lo que hace y lo que quiere emprender (Kaaber, 2012, como se citó en Goyes et al., 2018).
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En este sentido, el “entre nos” ha sido para muchas mujeres algo que se construye y que se demanda en la medida que conocen sus derechos y dan valor a las labores domésticas y pro ductivas que hacen en sus fincas o en el entorno cercano.
Qué le digo, yo hago lo que es de la casa, por ejemplo, ahí tiene el pescado, yo voy y le ayudó a echar comida, voy a la huerta, pero esa huerta no es mía, esa huerta es de él, y yo voy y se la limpio, voy y siembro. Él no podría hacer todo lo que hace sin mí, o sea, si él tuviera que preparar sus alimentos todo el tiempo no le alcanzara, para que esté di ciendo que la plata es de él […] No, eso es un derecho y lo tienen que discutir antes, son cositas de hablar, porque entonces no viven bonito. (Entrevista a asociada de AMEC – Morelia, agosto de 2022)
“Entre nos” en el hogar es la búsqueda compartida por solventar, decidir, resolver las cosas y los gastos del día a día entre varios, lo que implica valorar las contribuciones que la mujer hace y puede hacer, así como respetar su decisión cuando quiere emprender algún proyecto productivo. Entonces, el “entre nos” también significa la ayuda que el compañero puede brin darle a ella para realizar alguna actividad de emprendimiento.
Yo, por ejemplo, yo soy muy independiente, pero de todas maneras mi esposo me ayuda mucho. El vende, lo que yo haga él lo lleva a vender, pero lo que yo necesito y quiero yo lo compro porque yo tengo mi platita, pero de todas maneras yo no voy a dejar que mi marido sea tacaño y yo siempre (risas). (…) O de pronto a veces él no tiene, o él tiene y uno no tiene, pues uno le dice, y si uno tiene y él no tiene… como ayudarse. (Entrevista a asociada de AMEC - Morelia, agosto de 2022)
Yo digo que eso se ha venido transformando harto [relaciones desiguales]. Por ejemplo, en mi caso yo con mi esposo no tengo problemas de eso. Entonces entre los dos hacemos. (Entrevista a asociada de Lácteos Mady - Milán, julio de 2022)
La autonomía económica implica un empoderamiento, el cual hace hincapié en el acceso y control sobre recursos, incluido el trabajo, además de la capacidad de la mujer para ejercer un mayor control sobre los aspectos clave de su vida y participar en la sociedad (Kabeer, 2012, como se citó en en Goyes et al., 2018). “El hombre en el campo tenía el poder económico y se apode raba del dinero de las mujeres. Ahora las mujeres tomamos decisiones sobre nuestro dinero, antes no podíamos” (Entrevista a asociada de Asociación Mujeres Capaz – El Doncello, julio de 2022).
Este cambio que se va percibiendo ha incidido de alguna manera en la idea de bienestar. Es decir, la autonomía económica es relacional con la concepción del bienestar de la familia, no es una autonomía que excluya el cuidado de quienes se aman. Para algunas mujeres, como la líder de municipio de Morelia, la autonomía económica es un proceso relacional, un proyecto colectivo que involucra a otras y otros:
Sí, yo digo que todas las mujeres tenemos que valorarnos y no depender de nadie, que nosotras mismas trabajemos, nos ganemos nuestro propio recurso y, pues, que también los ayudemos a ellos, porque ahorita tengo un marido que, gracias a Dios, después de ocho años que duré sola, ahorita llevamos ocho años ya también, [Risas], con él, y él trabaja, yo trabajo, y entre los dos vamos metiéndole a la casa, metiéndole a todo. (Tes timonio de mujer de Morelia)
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La construcción de la autonomía económica también se ha ido gestando desde lo colectivo y con otras mujeres, o en un “entre nos” entre mujeres que se juntan con un interés compartido. Es quizá una manera de buscar un empoderamiento colectivo, relacionado con una conciencia compartida de las desigualdades estructurales que enfrentan y la capacidad de actuar colecti vamente para abordarlas (Kabeer, 2012, como se citó en Goyes et al., 2018). En este sentido, la figura de asociación les ha permitido alcanzar autonomía en espacios institucionales, como el reconocimiento en distintos escenarios locales, pero también subjetivos, íntimos, de cuidado.
La autonomía económica hizo que, en el caso de nosotras, como asociaciones, sí nos lleva a un progreso por las razones de que para nosotros poder lograrlo debemos estar organizadas, primero que todo, si nosotras somos una asociación organizada, legali zada, podemos lograr muchas cosas, porque lo importante no es solamente reunirnos, pero y estar cada una por su lado lo importante es organizarnos, legalizarnos para poder ser escuchadas. (Taller con mujeres ASOMUPIEL - San Vicente del Caguán, julio de 2022)
Este proceso de la autonomía ha conllevado también a que las voces de las mujeres sean más visibles en escenarios de la vida productiva y reproductiva:
Hemos aprendido un poquito más como a dejar un poquito la pena, porque nosotras éramos penosas. Ya estamos menos penosas, estamos mejorando en ese sentido. Como desenvolvernos más frente el público, o habilidades también en atención al cliente, porque anteriormente nosotras no éramos ni capaz de saludar ni nada sino decíamos nomás a la orden y ya nomás. Y ya con todo eso que hemos estado con Territorio, con Creata también y hemos ido a Cuéntame un poquito. (Taller con mujeres Tejedoras de Yurayaco- Warmi Awadurkuna - San José del Fragua, julio de 2022)
Ante la pregunta por la autonomía económica, las mujeres de la asociación presentan un hori zonte de expectativa desde los deseos propios, territoriales, soberanos. Sus palabras pactan un sueño donde hay un propósito claro, como cuando mencionan que la autonomía económica pasa por la apuesta de un buen vivir:
El buen vivir, esto que haya alimentos que se pueda pagar todo lo que se necesita para vivir bien, que haya posibilidades de estudio, que haya para los hijos, para el hogar, para todas las personas. (Taller con mujeres ASOMUPIEL - San Vicente del Caguán, julio de 2022)
Construir y lograr autonomía necesita también del otro, de su capacidad de comprensión, de su reconocimiento a las labores emprendidas por la mujer, además de su acompañamiento en realizar las labores de forma compartida. Entonces, la autonomía es una construcción que no depende únicamente de la mujer, sino del espacio social que la rodea, de su compañero, de sus familiares y del Estado que a través de programas y políticas públicas incentiva los proyec tos y emprendimientos femeninos.
3.5 Los factores que limitan y obstaculizan lo asociativo
De acuerdo con Kaaber (2012), la autonomía económica está ligada al proceso de empode ramiento, y se encuentra constreñida por dos tipos de limitaciones: las impuestas, donde el Estado y el mercado reproducen los estereotipos de género; y las intrínsecas, asociadas con las
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reglas, creencias y costumbres (Kaaber 2012, como se citó en Goyes et al., 2018).
En los relatos de las mujeres pudimos encontrar factores asociados a la limitación impuesta, factores externos a ellas que se imponen más allá de su voluntad y que están relacionados con condiciones propias del territorio junto con sus dinámicas sociales, económicas y geográficas. Cuando planteamos el concepto de condiciones, hacemos alusión al conjunto “de relaciones de producción, de reproducción y por todas las demás relaciones vitales en que están inmer sas las mujeres independientemente de su voluntad y de su conciencia” (Lagarde, 2005, p.78).
3.5.1 Factores impuestos y externos
En las conversaciones con las mujeres de los 16 municipios nos encontramos con varios impedimentos que dificultan el óptimo desarrollo de las iniciativas econó micas y proyectos productivos, impedimentos que son ajenos a las posibilidades de acción de las mujeres y sus formas asociativas: fenómenos ambientales y climáticos, falencias estructurales del país y la falta de acceso oportunidades.
Respecto a los impedimentos relacionados con el terreno, hemos organizado estas limitantes en cuatro categorías: vocación del suelo y condiciones climáti cas; costos de materia prima y comercialización de los productos; tenencia y uso de la tierra; y relación con la institucionalidad y acceso a programas y beneficios.
Vocación del suelo y condiciones climáticas
Por las características geográficas y ambientales, es decir, por las condiciones estructurales del suelo y el clima, el Caquetá “debería concentrarse más en explorar su vocación agroforestal y turística” (Entrevista con funcionario departamental. Florencia, septiembre de 2022). Estas condiciones, la baja fertilidad de la tierra (por su acidez), la temperatura, la exposición del sol, la cantidad de precipitaciones al año, la amplia variedad de cuencas hidrográficas, el cambio climático y la acrecentada deforestación, dificultan fuertemente los usos agropecuarios de la tierra en el departamento. Por lo que las apuestas de las diferentes instituciones, entidades y comunidades deberán apuntar cada vez más a “la recuperación del bosque, rehabilitación de las cuencas de agua y frenar un poco el cambio climático” (Entrevista a funcionario de la Secretaría de Ambiente y Agricultura Departamental - Florencia, septiembre de 2022).
Si bien el uso tradicional de la tierra en el departamento tiende a ser agropecuario, lo cierto es que la mayoría del suelo caqueteño se ha ocupado para la ganadería extensiva y los cultivos utilizados para fines ilícitos. Estos y otros fenómenos han generado cambios fuertes que se manifiestan en la pérdida de biodiversidad, en cambios microclimáticos, en el empobreci miento de los suelos por la pérdida de nutrientes y en una mayor susceptibilidad a la ocurren cia de incendios forestales. Todo esto dificulta la producción de materias primas, el cultivo de alimentos y empobrece las posibilidades de mejorar la seguridad alimentaria. Aunque desde hace años se ha incentivado el cultivo de alimentos y la frontera agrícola se ha ampliado, con las implicaciones negativas que conlleva la tala desmedida de bosque, aún hay mucho por hacer en este sector de la agricultura:
No hay suficiente área sembrada, ni mucho menos producción de alimentos […] ¿En
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tonces qué pasa? Nos toca importar alimentos, teniendo tierra. [Hay producción agrí cola] pero no en la cantidad que nosotros necesitamos, necesitamos mucho trabajo y nos toca importar, traer, de otro departamento los que nos sirva. (Entrevista a funcio nario departamental - Florencia, septiembre de 2022)
Nuestra dificultad es el mismo trabajo de lo que es la tierra, desarrollar lo que son los proyectos y, en este caso, pues no hemos tenido como mucha ganancia, porque, pues, no sé lo que ha pasado, pero a través del tiempo es lo que nos ha molestado, pues está el sector de los pescados, de los lagos y en la cuestión de la huerta. (Taller con mujeres GAMURER - Florencia, julio de 2022)
A estas condiciones del suelo se suman las problemáticas asociadas con el agua que, por distintas razones, ha tenido como consecuencia la perdida de cultivos o contratiempos en los procesos de producción en las diferentes unidades productivas.
Por un lado, las zonas rurales del departamento presentan la dificultad del acceso al agua. Aunque muchas comunidades han venido trabajando en la construcción de acueductos comu nitarios, en la práctica de las unidades y proyectos productivos es un tema que no termina de resolverse y que se materializa en la ausencia de sistemas de riego adecuados para los cultivos o el acceso al recuso para la transformación de productos alimenticios. Para el caso de muchas de las organizaciones, esto significa un aumento en la carga de trabajo de las mujeres asocia das porque implica “echarse al hombro las canecas de agua y subir esa loma para poder regar los sembradíos de caña, porque el agua se saca de esa quebrada de abajo” (Taller con Mujeres Empren dedoras del Caguán - Cartagena del Chairá, julio de 2022).
Allí en el caso de Campohermoso se nos complicó con el caso del agua, porque eso no se les colocaba riego pronto, y eso fue algo difícil unos días. Después, cuando ya quisieron prender los palos y todo eso, nosotros nos abrimos y dejaron morir todo. (Taller con mujeres ASOMUPEL - San Vicente del Caguán, agosto de 2022)
La falta de acceso a fuentes hídricas propone una cuestión adicional, y es que para la elabora ción de productos alimenticios, como el caso de los chorizos, dulces, galletas, etc., se deben cumplir las normas sanitarias; por lo tanto, no contar con el recurso hídrico para tener las condiciones óptimas de producción de estos productos puede frenar drásticamente los permi sos y certificados para poder comercializarlos.
Lo que pasa es que aquí un acueducto bueno […] No hay agua potable. Aquí tienen es como una planta, una motobomba que succiona el agua. De donde la sacan no sé si esa agua es apta para el consumo, y lo que hacen es bombear, no sé si en un día o en cuán tos días; porque el agua que estamos manejando aquí en esta unidad es agua de un nacimiento. Sí es difícil acá en el caserío el agua. (Taller con mujeres MUJERCAPAZ - El Doncello, julio de 2022)
Por el otro lado, se encuentra la propensión a inundaciones de buena parte del territorio ca queteño por la cantidad de cuencas hidrográficas y condiciones climáticas propias de la Ama zonía, riesgo que se multiplica en las temporadas de lluvia por el crecimiento de los ríos y las quebradas. El desbordamiento de las cuencas hídricas y el fenómeno de la niña han afectado drásticamente a las poblaciones en el departamento y generado pérdidas importantes para proyectos productivos de varias asociaciones que tardaran en recuperar.
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Obstáculo es el invierno, porque nos ha sucedido qué hay mucha agua y se rebozan los lagos y sé nos han perdido los pescados, por ejemplo, donde están los tres lagos, pasa una quebrada y póngale que sea a cuatro metros. (Taller con mujeres de ASOMACPPuerto Rico, julio de 2022)
La inundación también como que ha perjudicado un poquito, pero no, de todas ma neras, ahí vamos, hay que ponerle amor, como dice el cuento, a las cosas y no dejarnos vencer […]. En la asociación luchamos para conseguir un lote en común para la asocia ción, y allá se instaló un vivero, pero también por motivos de inundación y, de pronto también, por algo de descuido, el vivero está como un poquito abandonado, porque, pues, es difícil que una sola se encargue de todo el proceso de las plantas. (Taller con mujeres de GAMURER - Florencia, julio de 2022)
Costos de materia prima y comercialización de los productos
Las condiciones estructurales del territorio significan, para las productoras dedicadas a los sectores agropecuario y agroindustria, costos altos en los insumos y en el mantenimiento. Estos costos, muchas veces, sobrepasan las ganancias generadas. Es por ello que las asociacio nes deben disponer de un dinero extra para gastar en insumos o servicios, porque estos pue den subir inesperadamente. Lo cual dificulta a las asociaciones encontrar un punto de equili brio, asunto que se complica aún más para aquellas que son más nuevas o que tienen menos experiencia:
Las dificultades económicas son los costos de los insumos. Nosotros éramos fuertes en piscicultura, pero a raíz de los costos de los insumos se nos cayó esa producción que teníamos. Nosotros teníamos aquí una producción de pescado altísima, básicamente cachama, sábalo y bocachico. Pero a raíz de los costos, en este momento hay muchos lagos que se encuentran desocupados, están de pronto por ahí llenos para consumo de agua del ganado. Pero como tal, esa actividad se nos fue a pique por los costos de los insumos. (Entrevista con funcionario - El Paujil, julio de 2022)
El problema de los precios no solo es su variabilidad, sino que en el último año han aumenta do drásticamente, lo que ha generado la necesidad de inyectar más dinero propio de las aso ciadas para la producción y gastos administrativos, lo que ha dificultado la sostenibilidad.
Estoy preocupada, estoy muy apretada, la economía sabemos que depende de la leche, todo subió de precio y no ha habido como la solvencia económica para uno decir ve “dejamos esto para la asociación”, antes hace falta en la casa para uno y por eso hay maridos que han dicho “no en vez de esa asociación darnos, antes tener que ir a apor tarle allá”, pero no tienen como una visión de que lo que se ha inyectado. (Taller con mujeres Asociación de Mujeres Emprendedoras del Caguán - Cartagena del Chai rá, julio de 2022)
Además, el problema de los elevados costos de las materias primas e insumos limita la capa cidad de producción, las posibilidades de diversificar el mercado y lograr la independencia económica, ya sea individual o colectivamente.
El obstáculo es lo financiero, porque muchas veces hay algunas que dicen yo quisiera tener estos pollos, pero si tengo para los pollos no tengo para la purina o cerdo, o sea,
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económicamente, si tienen para una cosa no tienen para la otra y económicamente como está tan costoso todo, entonces, prácticamente es la economía nuestra mayor difi cultad. (Entrevista a asociada de MUJERCAPAZ – El Doncello, julio de 2022)
En el departamento se presenta una problemática adicional, “la poca maquinaria agrícola espe cializada disponible para realizar trabajos en los municipios, ya sea a pequeña o gran escala” (Entre vista a funcionario de la Secretaria de Ambiente y Agricultura Departamental - Florencia, sep tiembre de 2022). Esto impone la necesidad de ejercer mayor fuerza de trabajo y mano de obra humana, lo que demora la producción y la comercialización, porque todo se hace de manera muy tradicional: “Los recursos son muy limitados y las necesidades son muy grandes” (Entrevista a funcionario - El Paujil, julio de 2022).
A las limitaciones anteriores se suma la precariedad de las vías, especialmente, las terciarias que conectan las cabeceras municipales con los corregimientos, núcleos y veredas. El proble ma de las vías siempre está en el ojo público y es “un tema de urgencia para mejorar el desa rrollo productivo y competitivo del departamento” (Rozo Grisales, 2019, párr. 1). Esta es una condición importante para la circulación y movilidad de las materias primas y la comercializa ción de los productos.
Considero que el acceso al departamento es un tema muy complejo, digamos que ten gamos que exportar algo y la carretera esté dañada como suele ser constantemente que hay derrumbes y deslizamientos. Colocan pañitos de agua tibia que invierten un jurgo de dinero y yo no sé qué lo hacen, y digamos que nosotros tenemos una exportación y la tenemos que sacar hoy. Hoy salen mil barras, digamos, y embarrada porque está cerrado, entonces, para salir del departamento tendríamos un problema muy grande en cuestión de vías. (Taller con mujeres CHOCOAMAZONIC- El Paujil, julio de 2022)
El desequilibrio causado por los elevados costos de materias primas e insumos, junto con las dificultades para el transporte de los productos, frena la cadena de comercialización y limitan las posibilidades de acción de las asociaciones para ampliar el mercado y llevar los productos a los públicos proyectados.
Hacemos las cosas, pero no tenemos el comercio, entonces no hay nada. Por lo menos ahorita en este momento tenemos gallinitas, nos están empezando a poner, pero es un problema para vender una los huevos, empezando que todo el mundo los quiere rega lados, y si usted los tiene y vienen y le dicen “fíeme una cubeta, dos cubetas”, y se la llevan hasta el sol de que vuelvan a pagar, y la purina está muy cara, está a ciento y pucho el bulto de purina ¡imagínese!, y todo el mundo quiere, entonces, regalado. […] Tenemos gallinas ponedoras, pero necesitamos un comercio para decir uno, usted tiene 10, 15 bandejas de huevos, así sean cinco, pero dice usted, ya las voy a extender, porque tengo el negocio abierto para uno sacar el producto. (Taller con mujeres de GAMU RER - Florencia, julio de 2022)
También aparecen otras perspectivas más allá de la espera que se convierten en una fuerza movilizadora para seguir sosteniendo las asociaciones:
Nuestro cuello de botella es un impulso económico donde nosotros podamos crear nuestro centro de investigación científico de humedales, donde a partir de eso podamos nosotros desarrollar todo el plan de nuestro semillero, nuestra zona de germinación de semillas; entonces, digamos, eso nos está limitando en estos momentos, pero sin em
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bargo, estamos haciéndolo con otras alternativas, no nos podemos quedarnos ahí, […] estamos buscando otras instituciones que puedan cooperar con nosotras y poder al canzar la meta. (Entrevista a asociada de Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná - Belén de los Andaquíes, agosto de 2022)
Otro asunto importante es la cualificación de los productos en un sentido económico y, al mismo tiempo, cultural, pues la calidad conlleva a incrementar los costos y los precios de cara al consumidor, quien de acuerdo con sus condiciones económicas opta por lo más asequible aunque ello conlleve a sacrificar el consumo de productos de alta calidad y que pueden afectar menos el medio ambiente o su salud.
Hay mucha gente que dice, “es que un chorizo vale 1000 pesos y los chorizos que uste des venden salen a 2000 por unidad”; entonces, hay gente que uno les explica: “mire, la calidad de ese chorizo es muy diferente los procesos son muy diferentes”. Hay gente que lo entiende y lo consume, y si uno le sube un poquito el precio nos van a seguir comprando; pero hay gente que no entiende, pero tampoco el bolsillo le va a colaborar. (Entrevista a asociada de Asociación Mujeres Capaz - El Doncello, julio de 2022)
Por último, un gran condicionante para alcanzar la autonomía económica, tanto de las asocia ciones como de quienes la integran, ha sido tener una capacidad instalada y fluida en la cade na productiva:
Todavía nos limita mucho el flujo económico, es decir, para que seamos completamente sostenibles y no tengamos que estar buscando diferentes entradas del flujo económi co, nos limita un poco es el tema del mercado, como llegar a otros mercados que nos permitan a nosotros poder producir más y, obviamente, sostenernos todas. En estos momentos nos sostenemos algunas, las de producción, y, aun así, pues, no es tan del todo sostenible. (Entrevista a asociada de Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná - Belén de los Andaquíes, agosto de 2022)
Tenencia y uso de la
tierra
Otro obstáculo que presentan las mujeres rurales en los procesos asociativos es el de la tenen cia y uso de la tierra, la cual ha estado mediada por representaciones de género, estructura de clases, pertenencia étnica, rango etario o configuración identitaria. La política de tierras en Colombia ha estado atravesada por un orden social jerárquico que actúa en detrimento de lo femenino y el beneficio de lo masculino, es decir, opera para que sean ellos quienes accedan, principalmente, a los capitales que les permitirán alcanzar y posicionar sus intereses, lo cual sustenta la estructura de tenencia de la tierra en el país (Sañudo Pazos, 2014). En Colombia, este asunto de tenencia y uso de la tierra tiene un marco jurídico en la formulación de la polí tica de tierras (Ley 30 de 1988 y Ley 160 de 1994); sin embargo, las dinámicas históricas en los territorios persisten.
Las asociadas narran cómo el conflicto por la tenencia de la tierra es un obstáculo para el tra bajo asociativo y para sus propias vidas; y a pesar de que son ellas las que sostienen la repro ducción de la vida humana y la vida productiva de la tierra, no pueden acceder a la titulación de ella. Así lo expresan:
Eso siempre ha sido así, juntos y trabajan, la esposa trabaja, pero el dueño del título
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del bien raíces es el compañero. En la mayoría de esta zona eso pasa, entonces, como yo leía por ahí un artículo “tiene más tierra una vaca que una mujer”, pues en el Caquetá una vaca tiene una hectárea y una mujer no tiene nada. Tiene el día para traba jar. Las mujeres nunca hemos tenido derecho a tener la tierra, siempre por el machis mo, el patriarcado, el hombre siempre es el que es dueño de las tierras. A las mujeres no nos han dado esa oportunidad, así como muy legal, antes de tener el derecho a la tie rra, Siempre se la titulan al esposo. (Entrevista a asociada - San Vicente del Caguán)
Estamos hartas de que el esposo tenga la tierra, aquí resultó un proyecto, no sé, estando ya Gladys o estando nosotras, y que necesitaban que la esposa tuviera la tierra, o sea el título de la tierra, pero en una ocasión una señora no pudo participar porque el esposo no quiso darle, algunos sí les cedieron [a sus esposas] como en calidad de arrendamien to o de compraventa dos hectáreas o una hectárea, pero él que no y no, y no la dejó, o sea que ahí todavía siguen habiendo hombres muy machistas, que la tierra y los títulos son de ellos, y ellas no tienen derechos. En cuanto a la propiedad de terreno y a título, sí se ve mucho ese problema por acá. (Taller con asociación, El Doncello)
En este sentido del obstáculo de la tenencia de tierra, el no contar con espacios propios tam bién se configura como una gran dificultad:
A nosotras en este momento nos limita el tema del desarrollo de nuestra planta física, tenemos un lugar donde estamos trabajando, pero estamos en arriendo, todavía esta mos haciendo adecuaciones, pero no es nuestro lugar, […] o sea, no es todavía propio. Entonces creo que es una de las limitantes en temas de producción. (Líder AyakunáBelén de los Andaquíes)
Relación con la institucionalidad y acceso a programas y beneficios
Los obstáculos en relación con lo institucional tienen diferentes matices. En los relatos de algunos funcionarios se evidenció que sus perspectivas, sobre las dificultades que presentan las asociaciones de mujeres, legitiman configuraciones políticas propias del Estado como, por ejemplo, los discursos sobre la asistencia a las necesidades, el responsabilizar a la gente y no a la manera de ejecutar los programas o el cortoplacismo en las ofertas dirigidas a las asocia ciones. Estos discursos develan la precariedad para sostener en el tiempo el acompañamiento que garantice el mejoramiento de las condiciones, de los servicios y las ofertas para lograr procesos estables y duraderos. Así, los lugares de poder del Estado, frente a los procesos asociativos, marcan una distancia que genera desconocimiento de las relaciones, horizontes y particularidades que sostienen cada asociación.
El relacionamiento entre la institucionalidad y los procesos asociativos está mediado por una narrativa que lo obstaculiza. Esta narrativa comprende tres aspectos: homogeniza la experien cia de las mujeres y las dificultades que generan los obstáculos para la permanencia, es decir, desconoce la multiplicidad de experiencias, tanto de las mujeres como de las asociaciones; algunas funcionarios inscritos a una esfera política asumen las asociaciones desde un lugar de la racionalidad económica y no desde la realidad concreta de su experiencia situada y, por último, algunas perspectivas expresan que los obstáculos en las asociaciones tienen que ver por razones no estructurantes, sino más bien por la poca capacidad para trabajar en equipo, lo que le transfiere la responsabilidad a las mujeres y reproduce estereotipos basados en género:
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Uno de los principales, y no solo las mujeres, si no de todas las organizaciones, es como falta de, no de capacitación, falta de aprender a trabajar en grupo, esa es la falencia, porque siempre nos ha gustado trabajar individual. De hecho, nosotros presentamos un proyecto el año pasado a la convocatoria de la Alianza Para La Vida en 2021, y desa fortunadamente no dieron la oportunidad, un proyecto muy bueno; allá en el Ministe rio nos decían: “vea, organicen las mujeres”, las organizamos, pero cada una sí, pero como son proyectos asociativos, “no, qué es lo que me toca a mí, yo mejor me voy”, “yo trabajo es en mi casa”, “que yo no trabajo en grupo”, ¿sí me entiende?, esa es una de los…, no digamos en todos, pero es uno de los mayores retos que se tiene que acabar es eso, es aprender a trabajar en grupo. (Entrevista a funcionario público - Belén de los Andaquíes, agosto de 2022)
Sin embargo, las mujeres tienen claro que, aunque las condiciones para sostener las asocia ciones son precarias, es posible una vida económica más allá de los programas y proyectos del Estado. La responsabilidad estatal por asegurar condiciones dignas para las asociaciones no se cumple, y, aunque las asociaciones estén sobre ofertadas, se necesita pensar en planes y programas de larga data, que particularicen las necesidades de las mujeres asociadas y tenga en cuenta sus contextos y sus deseos.
Las mujeres asociadas recalcan la importancia de que los procesos institucionales partan por reconocer las capacidades de la asociación, así como sus requerimientos específicos, para que de este modo la actuación estatal sea pertinente y enfocada en las cuestiones esenciales que requieren ser fortalecidas.
Trabajar, querer hacer uno las cosas, nosotros somos mujeres campesinas y somos muje res que trabajamos y aportamos, estamos ahí para lo que nos toque, pero si no tenemos un apoyo, porque vienen y nos visitan una o dos veces y no vuelven a aparecer, pues entonces todo se cae. Sí usted siembra una matica, tiene que estarle echando agua todos los días para que ella se sostenga. Entonces buscamos un apoyo grande que a nosotros también nos den moral. (Taller con mujeres GAMURER - Florencia, julio de 2022)
No nos van a dar las mismas cosas, pero la idea es que nos den algo que en verdad ne cesitamos. Nosotras lo que necesitamos es el lugar, que nos ayuden a encontrar el lugar dónde procesar, porque los equipos con eso que tenemos nos defendemos, pero lo que necesitamos verdaderamente es el lugar. Entonces hicimos la propuesta [les dijimos]: “nosotras de verdad les agradecemos a ustedes que nos quieran dar esas cosas, pero lo que nosotras queremos como organización es un lugar”. (Taller con mujeres ASMUJI MA - Albania, julio de 2022)
Por otro lado, las administraciones en sus prácticas instituidas abren caminos pedregosos, ya que la manera de ver las necesidades es inmediatista, pues no hay una perspectiva que actúe a la medida de las necesidades en el tiempo, aunque existan ofertas de acceso a capacitaciones y convocatorias de financiación de manera permanente. No obstante, es necesario señalar cómo a través de la presencia de programas y proyectos institucionales y no institucionales, las mu jeres deciden organizarse. Esto ha generado que las obligaciones institucionales se conviertan en la semilla para crear y abrir caminos que las mujeres deciden sostener a pesar de la dificul tad económica y la ausencia de acompañamiento constante:
Las mujeres empiezan a través de esas ayudas a crear independencia y a decir “venga,
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nosotros podemos, somos capaces”, y sabiendo que, hoy por hoy, todos los proyectos y las ayudas que vengan del Gobierno nacional no se direccionan a título personal o a título veredal, sino que se debe de hacer a través de organizaciones, las mujeres dicen: yo puedo. (Entrevista a funcionario - El Paujil, julio de 2022)
Algo importante de mencionar son las perspectivas territoriales que articulan planes y proyec tos desde las diferencias culturales, como el caso de un funcionario indígena del municipio de Solano, quien desde su posicionamiento como habitante del territorio, permite unas compren siones más cercanas que nutren la ejecución desde una lógica institucional:
Nosotros somos quienes direccionamos, nosotros somos quienes hacemos los proyectos de acuerdo a los planes de inversión, de acuerdo a los convenios administrativos que se manejan. Teniendo en cuenta que esto es un recurso del Estado que envía a los territo rios indígenas, comunidades indígenas, legalmente constituidas. Reconocidos a través de las resoluciones que tienen ellos y, pues ahí, se manejan los recursos de acuerdo a los usos y costumbres, de acuerdo a los planes de inversión, de acuerdo a la visión que tienen los diferentes pueblos. (Entrevista a funcionario - Solano, agosto de 2022)
Finalmente, la presencia de ofertas y programas abre un camino de acción, inclusión y opor tunidad económica, pero también produce condiciones insuficientes y precarias en sus for mas de ejecutar, ya que los ritmos de las asociaciones no están configurados por los ritmos de los programas institucionales. Lo que genera en algunos procesos la espera, el no poder seguir ejecutando las ideas productivas por falta de recursos y voluntad de acompañamiento basado en las necesidades de cada asociación.
Otro asunto que aparece en relación con la institucionalidad es la desatención por parte de esta en las zonas más alejadas del centro, lo que genera menos posibilidad de un devenir autó nomo de las mujeres y las asociaciones. Así lo expresan algunas mujeres entrevistadas: La dificultad con los espacios, porque también no todas vivimos acá, por ejemplo, a veces vemos que no se dan capacitaciones porque es difícil, porque todas tenemos nues tras fincas lejos y las unas no tienen transporte y las otras tienen el bebé chiquito o que el marido no las deja venir. (Entrevista a María Gladys Sanabria, asociación Mujer Capaz)
Necesitamos que nos apoyen más, digo yo, y que nos avisen con tiempo para uno salir a las reuniones, porque, digamos yo, no me queda tan difícil salir de acá, pero hay mu chas mujeres que sí les queda más difícil salir. Otra cosa es que, si ellas no saben mane jar moto, el marido está trabajando y no las puede sacar, entonces también eso es otro inconveniente […]. Por ejemplo, está Virginia, Bolivia, Bruselas, todas quedan lejos y le llega a uno la convocatoria de cosas así el mismo día, entonces, no se puede, no se puede. (Entrevista con asociada ARMERAS – Morelia, agosto de 2022)
3.5.2 Factores intrínsecos
Los factores intrínsecos que se han evidenciado en este estudio están relacionados con facto res de género y sobrecarga de trabajo de cuidado reproductivo no remunerado. Así lo expresa una de las mujeres:
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Somos la zoila, soy la que lava, la que plancha, la que ordeña, la que barre, que recoge los huevos, la que hace aseo, la que paga, soy la que hace todo. (Mujer rural asociada – El Doncello)
Las mujeres rurales que participaron en el estudio, además de asumir labores de cuidado que hacen posible sostener una economía familiar, cuidan también sus procesos asociativos casi con la misma maniobra y fuerza que depositan en los espacios reproductivos. Ellas disponen tiempo para el cuidado, el trabajo doméstico,11 la vida familiar, a los hijos/as, a las huertas, a los animales y también a la producción en sus contextos asociativos. Esto se traduce en que las mujeres de Caquetá asumen los roles productivos y reproductivos, y con ello la no remunera ción digna si se considera todo el tiempo invertido en el cuidado. Frente al rol vital que desa rrollan las mujeres rurales, la FAO menciona que:
las mujeres rurales son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos, desempeñan un papel importante en la preservación de la biodiver sidad, y garantizan la soberanía y seguridad alimentaria (…). Sin embargo, viven en situación de desigualdad social, familiar, política y económica con apenas el 30 % de titularidad de la tierra, el 10 % de los créditos y el 5 % de la asistencia técnica en la región. (FAO, s.f)
Sin relaciones de producción no hay relaciones de reproducción, es una frase clave que se conoce para visibilizar las labores de cuidado que históricamente no han ocupado un lugar central en la economía oficial. Sin embargo, las mujeres del Caquetá no son solo reproducto ras para sus esposos, las empresas u otros actores, sino que son ellas mismas productoras y protagonistas de sus proyectos económicos, pero, al mismo tiempo, viven una sobrecarga del trabajo que se convierte en un obstáculo generalizado:
Yo cuando me vengo de la casa, les dejo desayuno, almuerzo y cena. Entonces, el mari do dice: vaya, pero me deja arreglado todo en la casa; y usted sabe que cuando a uno le gusta, pues trata de hacer todo, dejarles todo acomodado y, pues, ahí sí Chao. (Mujer asociada de ASOMUPIEL - San Vicente de Caguán)
Sin desconocer este contexto, las mujeres van generando grietas que se convierten en nuevas posibilidades de cambiar una expectativa de género de la mujer rural; aquella consagrada úni camente al trabajo de la tierra y a la familia, ahora es la mujer rural que decide dónde poner una fuerza que ocupa nuevos sentidos de vida. Así, cuando una mujer decide asociarse, está decidiendo por su tiempo de vida, entra en una negociación que transforma rutinas cotidia nas, de los lugares del cuidado, de ellas mismas o los acuerdos con sus esposos y familias, como lo mencionan algunas asociadas:
Ahorita el marido tiene que quedarse en la casa y las mujeres a trabajar, porque a veces nos invitan a ferias, a reuniones, a encuentros, entonces así nos turnamos, va una, una vez, después va la otra, y así. (Taller en San José de Fragua)
Eso ha sido un poco duro, cuando yo me voy a reuniones, por ejemplo, yo le digo: “usted cuida el niño porque yo tengo que ir a una reunión”, muchas veces me dice: “no, llévelo”. Yo le digo: “no, cuando usted va a una reunión yo me quedo con el bebé y yo
11 El trabajo doméstico difiere del trabajo denominado económico, no solo por el hecho de que no se remunera, sino por la naturaleza y forma que asume el proceso de generar bienes y servicios para que los consuman los miembros del hogar sin pasar por el mercado (Campillo, 2000, p. 101).
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no le digo nada, entonces, cuando yo voy, usted quédese con bebé”. (Taller con muje res ASOMUPIEL - San Vicente del Caguán, agosto de 2022)
El trabajo reproductivo de las mujeres rurales y el trabajo asociativo se componen de forma articulada, es decir, el que ocupen escenarios que antes no ocupaban social y culturalmente, como ser partícipes de una cadena de producción y comercialización, no indica que haya un abandono radical en sus formas históricamente generalizadas, ancladas al cuidado de la vida, la familia, al trabajo reproductivo y sus haceres rurales; sin embargo, esto se convierte en un tipo de obstáculo por razones de género que les exige esfuerzos gigantes. Ante este panorama, muchas mujeres deben decidir entre el trabajo de cuidado y el trabajo productivo:
Muchas, por ejemplo, entre semana, venimos a una reunión aquí cuando tenemos a los niños en la escuela; y es de todo el día, esto no es de que usted vino un ratico. Entonces, qué hacemos con esos niños que tenemos en la casa porque todas tenemos que trabajar, entonces, el tiempo y la distancia se nos dificulta. (Entrevista a María Gladys Sana bria, asociación Mujer Capaz)
El tiempo, sí, porque hay algunas que dicen “es que mi marido no me deja ir a las reuniones”, o a las capacitaciones, por ejemplo. En lo de modistería, la hicimos tam bién para que vinieran todas acá, porque les queda más fácil no ir a Morelia, si no acá [vereda]. Entonces, algunas decían que no, que el tiempo y eso, otras que digamos no les gusta, a algunas no les gusta aportar lo que son las cuotas porque no tienen. (Entre vista a asociada de AMEC - Morelia, agosto de 2022)
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66 4. LA ASOCIACIÓN HA SIGNIFICADO COGER MÁS ALITAS. LOS APORTES DE LAS ASOCIACIONES A LA AUTONOMÍA ECONÓMICA Y A LA ECONOMÍA LOCAL
CAPÍTULO 4. LA ASOCIACIÓN HA SIGNIFICADO COGER
MÁS ALITAS. LOS APORTES DE LAS ASOCIACIONES A LA AUTONOMÍA ECONÓMICA Y A LA ECONOMÍA LOCAL
Introducción
Este estudio dialoga con una perspectiva de economía feminista que logra darle sentido a las practicas económicas y autónomas que sostienen las mujeres en el Caquetá y que aporta a la configuración de una economía local desde la perspectiva de lo que hacen y crean las mujeres. Este ejercicio de reconocimiento pasa además por conocer sus procesos, caminar sus territo rios, oler sus productos, probar sus creaciones, escucharlas en medio de la colectividad, trazar mapas que permitan recrear sus territorios, aprender sobre sus saberes expertos y confluir en la fuerza que aparece cuando las mujeres se juntan.
La economía feminista propone una reconstrucción teórica y práctica de la economía orto doxa y racional del hombre como sujeto legítimo de la producción, donde a su paso se reduce lo económico como lo estrictamente vinculado a una ecuación medio-fin, lo medible, cuantifi cable, donde se utilizan binomios tales como “racional/irracional, eficiente/ineficiente, pro ductivo/improductivo y, en términos agregados, desarrollado/subdesarrollado” (Figueiro, 2008, p. 5).
Así, las autoras Carrasco Bengoa & Díaz Corral (2017) mencionan que la economía feminista es una crítica a las economías consideradas legítimas o dominantes, las cuales no discuten con la división sexual del trabajo, y mucho menos les otorgan una categoría económica a las acti vidades domésticas, ni son conceptualizadas como trabajo y no reconocen el orden jerárquico patriarcal en el sistema económico dominante. La economía feminista reta también la falsa idea de que “el ámbito fuera de la producción no es economía y la actividad que se da en este no es trabajo” (Pérez Orozco, 2014 p. 201). Por el contrario, la economía feminista contempla lo que gravita alrededor del mundo económico que hace parte y es en sí misma economía.
Ahora, frente al concepto que convoca, que es la autonomía económica, la CEPAL afirma que: La autonomía económica se explica como la capacidad de las mujeres de ge nerar ingresos y recursos propios a partir del acceso al trabajo remunerado en igualdad de condiciones que los hombres. Considera el uso del tiempo y la con tribución de las mujeres a la economía. (Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, 2022)
Esta conceptualización resulta un poco ambigua porque es abstracta y limitada en su defini ción, no contempla asuntos que van más allá de un recurso económico monetario y no reco noce que las mujeres, no necesariamente, están buscando la igualdad ante el hombre, ya que esto legitima la disparidad de género. En esta misma vía, El cuaderno de la Autonomía Econó mica define la Autonomía Económica para las mujeres como una búsqueda de transformar hechos cotidianos y así posibilitar una experiencia que genere independencia, posibilidad
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para decidir, legitimarse como productoras de bienes materiales y simbólicos, propiciar cam bios en su ser y en su subjetividad. Caminar la autonomía económica pasa por resignificar un trabajo productivo y reproductivo, hacer consciente durante la marcha el tiempo depositado a la vida familiar, y posibilitar una experiencia que genere independencia (Corporación Vamos Mujer, 2012).
También encontramos, entre las diversas comprensiones, la relación estrecha entre autono mía económica y empoderamiento. De acuerdo con Calcagni & Cortínez (2016):
[Las diversas] definiciones de empoderamiento de las mujeres consideran la autonomía económica como un elemento clave, pero más relevante aún es la ca pacidad de decisión de las mujeres sobre el uso y distribución de esos recursos. En este sentido, la noción de empoderamiento pone en el centro de la discusión la capacidad de agencia y la capacidad de decisión de las mujeres sobre aspectos estratégicos de sus vidas, de la vida política, social y económica. (p. 5).
Estas mismas autoras exploran los niveles de empoderamiento de las mujeres en relación con la autonomía económica:
Las contribuciones de las académicas feministas, llaman la atención sobre tres niveles de empoderamiento: (i) el empoderamiento individual, que considera los procesos de empoderamiento subjetivo, como el sentido de autovaloración y la conciencia de género; (ii) el empoderamiento “sobre”, el cual hace hincapié en el acceso y control sobre recursos, incluyendo el trabajo, además de la capacidad de la mujer para ejercer un mayor control sobre los aspectos clave de sus vidas y participar en la sociedad; y (iii) el empoderamiento colectivo, relacionado con la adquisición de una identidad común, una conciencia compartida de las desigual dades estructurales que enfrentan y la capacidad de actuar colectivamente para abordarlas. (Kabeer, 2012 en Calcagni & Cortínez, 2016, p. 5)
Así, bajo esta comprensión y a luz de los procesos asociativos del departamento de Caquetá, es posible anunciar que la autonomía económica no se trata exclusivamente de lograr una inde pendencia económica monetaria, o llegar a alcanzar una estabilidad financiera que les permi ta a las mujeres suplir todas las necesidades materiales, propias o familiares, sino de la posi bilidad de transformar contextos sociales, familiares, íntimos que imposibilitan la autonomía y libertad. Se trata de un camino de rupturas y posibilidades que se abren cuando las mujeres rurales deciden juntarse con fines comunes.
En este sentido, caminar investigativamente la autonomía económica para las mujeres perte necientes a procesos asociativos del Caquetá, discute con una idea clave y es el reconocimien to de las mujeres como sujetas de derechos con alternativas conjuntas para una vida digna (Corporación Vamos Mujer, 2012), también con capacidad de identificar las violencias y la potencialidad de transformar los lugares asignados socialmente por los mandatos del sistema sexo-género. Autonomía económica se puede reconocer más bien como un paso, proceso, transición de sentidos comunes, y puede ser leída también a través de pequeñas prácticas concretas en la manera de gestionar formas en relación con la vida cotidiana y con las condi ciones de posibilidad a las cuales tienen acceso (Carrasco Bengoa & Díaz Corral, 2017).
De este modo, es importante partir de un sentido de realidad, la autonomía económica para
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los procesos asociativos de mujeres del Caquetá no está dada aún si se piensa como un fin, no la habitan en su totalidad, ni hay una apropiación absoluta que se refleje en todas las dimen siones de sus vidas; pero, como ya se mencionó anteriormente, es necesario considerarla más como un proceso que como una meta, es clave entenderla como experiencia de independen cia que fortalece a su paso una economía local y que permite cualificar un camino que busca tanto una remuneración monetaria por el trabajo productivo, como unas acciones que logren soberanías, cuidados, bienestares, como lo menciona una integrante de la asociación ASO MUPIEL: “muchas mujeres nos hemos conectado a conciencia, que ya somos mujeres libres” (Taller ASOMUPIEL, San Vicente del Caguán, agosto de 2022).
4.1 La fuerza asociativa ha permitido alcanzar cierto nivel de empoderamiento
Si bien las asociaciones participantes en este estudio se inscriben en el marco de proyectos productivos con proyección económica, de manera particular muchas de ellas han tenido directa o indirectamente un interés puesto en la defensa de los derechos de las mujeres. En efecto, la trayectoria asociativa ha sido de profunda importancia en la promoción de los dere chos de las mujeres a nivel municipal y departamental, además la asociación se ha convertido en un punto estratégico desde donde se intenta reconstruir el tejido social, empezando con las mujeres. Para este proceso las asociaciones han contado con apoyo de agencias de coope ración internacional, organizaciones no gubernamentales y de programas gubernamentales con el ánimo de recomponer la vida de muchas mujeres afectadas por la violencia en su vida diaria.
De un conjunto de actividades que las asociaciones denominan “capacitaciones, talleres, cur sos” en temas de género, derechos y proyecto de vida, empezó a emerger el reconocimiento de los diferentes tipos de violencia a los que están sometidas. De hecho, diferentes testimonios de mujeres rurales cuentan que su vida organizativa inició con un proceso de conversación y escucha sobre sus experiencias de vida marcadas por la violencia, por lo que sus encuentros alrededor de un proyecto productivo también fueron definiendo nuevos conocimientos alre dedor de sus derechos humanos y ayudando a la desnaturalización de un sinfín de situaciones cotidianas en las que se habían normalizado expresiones de violencias física o económica en sus hogares, como el hecho de no poder trabajar aun con el deseo de hacerlo, o la imposibi lidad de tener algún ingreso extra y alterno al de su cónyuge. Se trataba de un mandato im puesto que no se atrevían a romper, y cuyo efecto lo vivían en su aislamiento y angustia por no poder satisfacer, en muchas ocasiones, sus necesidades personales y las de sus hijos.
Después de que llegaron los talleres de equidad y género, donde llegamos las mujeres del campo a hacer parte de esas organizaciones, ha ido cambiando la forma de pensar de nosotras las mujeres. Es donde nosotros aprendemos a valorarnos, porque ya no es tan poco lo que diga solamente el esposo, sino que es también lo que nosotras también decidamos, porque muchas veces nosotras somos maltratadas porque nosotras lo per mitimos, o sea, nosotras anteriormente nos decían: “es que usted es la esposa, usted es la que tiene que estar aquí, sumisa en la casa, a los hijos y hacer el oficio de la casa, y de pronto ir a ayudar hacer otro trabajo, pero los ingresos los manejo yo”. Y si hay alguna salida o alguna parte donde puedan ir a distraerse dicen: “usted es la mamá de sus hijos, usted se queda cuidando y yo me voy porque yo soy hombre, porque yo puedo
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salir”. Pero después de que llegaron estos talleres, ya la situación fue cambiando. (Ta ller con mujeres Asociación Mujeres Capaz - El Doncello, julio de 2022)
Pues, yo creo que somos más como independientes, y el marido ya no tiene como el pensamiento de decir usted no me sale de la casa y no sale sin mi permiso. Elisa dice “yo me voy” y se fue, le digo bueno me voy a ir y ya se fue. No era como antes que decía: “ay, me da permiso”, o hasta me daba miedo decir que dijera “no, por allá no va”. (Taller con mujeres Tejedoras de Yurayaco- Warmi Awadurkuna - San José del Fragua, julio de 2022)
Con el paso del tiempo, en las asociaciones, discuten sobre estos temas y otros de la vida dia ria, y junto con el interés de promover sus proyectos productivos en diferentes escenarios lo cales y ante actores institucionales, estuvo también el de estar y participar en comités y mesas de mujeres, que a nivel local conjuntan una gama diversa de voces, experiencias y expectativas de mujeres del Caquetá.
No se trataba únicamente de estar asistiendo y participando en la asociación, sino salir de la asociación para asistir a la mesa municipal de mujeres, donde se encontraban con otras mu jeres y asociaciones para concertar, construir y exponer sus intereses, necesidades y proyec ciones. Producto de esto es que en varios municipios se reconocen a las mujeres rurales como personas fundamentales en la gestión e implementación de proyectos y programas con la fi nalidad de mejorar las condiciones de vida de la población, como las casas de mujer, la mujer rural y las casas de género. Respecto a esto, una funcionaria expresa lo siguiente:
La mujer rural ha ayudado mucho en procesos de diferentes infraestructuras, han dado mucho apoyo, por ejemplo, para la casa de la mujer rural, la casa de la mujer y género. Esas cosas se han fortalecido mucho por la participación de la mujer, porque se ha quedado en actas en reunión esas solicitudes, solicitando esa necesidad de crear y apoyar en violencias de género. Son muchas las mujeres que ya entran a protestar, a demandar, a denunciar de sus derechos, de su libertad, que hay muchas denuncias. Ahora aquí es muy cotidiano ver una mujer denunciando […] eso se hace una contribu ción social a que hay que hacer un pare a la violencia intrafamiliar, violencia de género para ese goce de libertad y de derecho que tienen. (Entrevista a funcionaria del muni cipio de Curillo, julio de 2022)
En este sentido, las mujeres rurales asociadas han sido parte fundamental en la construcción y reconocimiento de la violencia de género como un problema público en el departamento, comprende todas las edades y los niveles socioeconómicos y daña de múltiples formas sus vidas. Y en esta búsqueda las ha unido la gran sensibilidad frente a la situación de desventaja que viven. Aquellas mujeres que han participado de las mesas municipales vuelven a su aso ciación para compartir con las demás asociadas el conocimiento sobre los temas tratados. Entonces, en el 2015, se conformó también la primera vez la organización de víctimas. En 2015, entonces, en esa organización se hizo la reunión con todas las veredas […]. Yo quedé como vicepresidenta y me eligieron para que hiciera parte de la mesa munici pal, primer vez que hacían parte las víctimas del campo en una mesa en el municipio, porque siempre ha sido urbana y no rural. Entonces, también en esa mesa estuve, y yo siempre he peleado que las ayudas también les lleguen a las familias del campo, ¿cier to?, porque casi siempre todas las ayudas eran para el pueblo, y la gente del campo muy
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poca ayuda. (Entrevista a asociada de ARMERA - Morelia, agosto de 2022)
Dentro de esta búsqueda por extender hacia más mujeres el reconocimiento de los derechos humanos, algunas asociaciones han venido trabajando por incluir en sus proyectos producti vos a mujeres jóvenes y adolescentes, de modo que puedan contribuir en la construcción de sus proyectos de vida a partir de los conocimientos en el tema productivo que manejan, y que puedan reconocer la importancia de la independencia y autonomía económica. Desde muy temprana edad hay que infundirles a las niñas y niños que sí pueden, de que las cosas se van ganando y se van aprendiendo, y eso lo vamos aprendiendo desde casa. Porque a veces uno sale de casa y consigue marido y no aprende las cosas más fundamentales en la vida. Pues vamos a tener muchos problemas, y si nosotras no que remos que nuestros hijos pasen por los problemas que nosotras hemos pasado, entonces debemos enseñarles a defenderse por sí solos. (Taller con mujeres ASMUJIMA - Curi llo, julio de 2022)
Todo lo anterior, nos muestra que las mujeres han ganado espacios para compartir sus intere ses de género. Muchas de ellas han logrado valorar y reconocer su papel y sus aportes, razón por la cual continuar en la asociación es la posibilidad de construir su autonomía económica, pese a las múltiples dificultades sociales, políticas y económicas que día a día deben enfrentar. En ese sentido, la autonomía económica se va constituyendo en un proceso de cambio en el que las mujeres han ido poco a poco asumiendo más capacidad para tomar decisiones y capa cidad de transformación frente a una sociedad excluyente (Silva, 2020). De hecho, las mujeres en las asociaciones han generado la necesidad de empoderarse tanto a nivel individual como colectivo, toda vez que en la asociación establecen un proceso de construcción de acuerdos, de intereses y proyecciones compartidas.
“Con todo, estar asociadas ha significado abrir las alas” (Mujer de asociación AMEC - Curillo), cultivar nuevas maneras de ser mujeres y de moverse en el territorio, abrirse a la posibilidad de crear juntas y de construir horizontes de expectativa que les permitan el desarrollo que anhelan de manera individual y colectiva. Y como hemos visto, esto no ha sucedo por sí solo, sino que las mujeres y sus asociaciones han cultivado permanentemente sus capacidades, habilidades e intereses desde sus relaciones con las instituciones educativas, organizaciones sociales de derechos humanos, organizaciones religiosas, agentes externos de cooperación, entre otros.
4.2 Transformación en la vida de las mujeres: algunos relatos
Las mujeres crean acciones afirmativas y resignificaciones que van hilando la autonomía eco nómica como un camino de posibilidades y grietas para sus propias vidas:
Algunas mujeres estaban convencidas que esto iba a ser un proceso no solamente de transformación de semillas, sino de transformación también personal. (Entrevista a mujer de Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná - Belén de los Anda quíes, agosto de 2022)
Podemos ser empresarias también, no solamente como la mujer rural o campesina, sino que también podemos hacer empresa, somos mujeres empoderadas; sí, porque
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hemos tomado como un sentido de pertenencia en esta organización, y a toda hora queremos como que camine mejor; y nos ha mejorado en cierta forma las condiciones económicas, las oportunidades de trabajo, sociales, porque a raíz de esta organización ha habido más integración, tenemos la oportunidad de vivir integrándonos más como mujeres, de conocernos mejor, de darnos a conocer en otras partes, y vamos creciendo no solamente a nivel empresarial, sino también a nivel personal, y me parece que eso es algo muy importante porque habemos mujeres que a veces somos demasiado tímidas, que vamos a una reunión, “no, porque eso lo ponen a uno hacer dinámicas y eso a mí no me gusta”, y entonces ahí vamos mejorando la calidad de vida también, porque también es salir a conseguir un recurso económico que estamos creciendo. (Taller con Asociación Mujeres Capaz - El Doncello, julio de 2022)
Caminar en los procesos asociativos también les ha permitido disputarse una vida libre de violencias:
Ya las mujeres hoy en día han despertado, se han empoderado ya como mujeres; ya hoy en día las mujeres ya denuncian, antes no, no denunciaban, las mujeres les daba mucho miedo porque el esposo o el compañero les decía: “si denuncia, yo la mato o le doy más duro”, o yo no sé qué cosa. Entonces, ellas no denunciaban por ese temor, hoy en día las mujeres son más atrevidas, más empoderadas, dicen: “pues yo denun cio”. Entonces, hoy en día, la gente dice que hay mucha más violencia; no, puede ser las violencias las mismas, sino que ya las mujeres denuncian, entonces, esos casos son más revelados, eso es lo que pasa hoy día, que las mujeres ya denunciamos, ya no nos quedamos calladas. (Líder Asomupiel – San Vicente del Caguán)
Hoy en día la economía de las mujeres tiene, como por ejemplo ella en lo de las gallinas, lo de la huerta, es economía de las mujeres, o sea, el esposo no se mete en eso. Que si venden huevos, venden gallinas, él no dice “venga la plática”, va a allá, a un bolsillo común, no, esa plata es de ella. Si ella la quiere aportar a la economía de la familia, bien, pero yo he visto muchos hogares así, que ella vende sus gallinas, sus huevitos, pero son para ella, para sus gastos de ella. Si se antojaron de una blusa y no tienen que pedirle al marido, la compra; o lo hijitos, quieren comprarle algo a los hijos, van y lo compran, no le tienen que decir al marido: “me da para comprarle este cosito a los niños”, no, porque ya tiene su plática. Si yo quiero apoyar a la familia, lo hago, si no él es del mercado. Pero si yo lo quiero hacer, lo hago y lo que es libre son para mí, cositas mías. (Taller con Asomupiel, San Vicente del Caguán, agosto de 2022)
4.3 La asociación sirve para activar un poquito la economía de las familias y la seguridad alimentaria
Una de las razones que más ha motivado a las mujeres a asociarse ha sido la de mejorar y con tribuir a la economía de sus propias familias y las de sus comunidades. De acuerdo con buena parte de los relatos que fueron compartidos por las mujeres, las prácticas cotidianas realizadas por ellas y sus familias describían algunos modos de vida orientados hacia la subsistencia, es decir, modos que se caracterizan por resolver la vida diaria haciendo uso de los propios recur sos, de su creatividad, formas de organización social y del acceso a los satisfactores de necesi
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dades básicas (Cárdenas, 2012, p.28).
En relación con la economía de las familias, esta logra ser apoyada cuando las mujeres pro ducen alimentos para la canasta básica familiar, con lo que se ahorran la compra de estos en las tiendas y minimercados: panes, pasteles, yogures, embutidos, tamales, etc., son productos elaborados a pequeña escala por algunas asociaciones y que, al mismo tiempo, proveen a las propias familias de las asociadas. Para algunas mujeres esto representa un aporte a la gene ración de cierta capacidad de ahorro en la familia, y aunque no es muy significativa, algunas se esfuerzan en la búsqueda de tener dos o más actividades productivas alternas a las de la asociación para poder incrementar el recurso monetario en el mes. Por ejemplo, algunas de sarrollan en sus casas actividades como las ventas por catálogo y la elaboración de productos alimenticios como embutidos.
Lo que yo vengo aprender acá (en la asociación), lo utilizo también allá en mi hogar, yo aprendo a hacer panes, a darles algo a la familia, a la casa. O sea, lo que se hace sí sirve para activar un poquito la economía, porque eso ya no se compra. No digamos que ¡qué bestia, que pocotón de plata!, pero digamos que lo que uno aprende eso es un ahorro pa’ la familia, ¿cierto? No vamos a decir que aquí hay plata para echar al volco, no, pero entonces digamos, lo que uno aprende lo pone en práctica; y digamos, si usted va a comprar 10.000, 5.000 pesos de pan, no, tráigame y lo hacemos. (Taller con mujeres AMEC - Curillo, julio de 2022)
En otros casos, la asociación se convierte en una vía directa para que las mujeres y sus fami lias puedan acceder a proyectos productivos agrícolas gestionados por las administraciones municipales, que buscan contribuir a la seguridad alimentaria de las familias. Las mujeres y sus familias acceden a asistencia técnica e insumos agrícolas y se encargan de aportar la mano de obra necesaria para la siembra conjunta de los productos en sus tierras. Esto es para ellas una oportunidad de fortalecer su economía y la de sus familias.
El proyecto de siembra de plátanos nos facilitó. Tenemos la tierra que es lo más impor tante. El proyecto no nos regala todo, pero sí nos aporta una parte importante, noso tros teníamos que dar pues la semilla, la mano de obra, pero el proyecto nos daba asis tencia técnica, nos daban las bolsas, nos apoyaba en la comercialización. Nos pareció interesante para iniciar, además era media hectárea, no era mucho, entonces podíamos hacerlo. Lo intentamos y miramos la experiencia, fallamos porque era primer vez, a algunos nos fue regular, a otros les fue muy bien. (Taller con mujeres de Asociación de Albania, julio de 2022)
Independiente del proyecto productivo que sustenten las mujeres en sus asociaciones, una buena parte de las mujeres rurales asociadas están al mismo tiempo en sus fincas sembrando diferentes cultivos en su propósito de cuidar del bienestar de sus familias. De manera que en el trabajo agrícola que ellas realizan, reproducen las condiciones de la familia para la produc ción de autoconsumo o bien para hacer posible las labores que se vinculan a los proyectos productivos propios de la asociación. Así lo expresa un funcionario:
Las mujeres en sus finquitas tienen otros cultivos, panela, todo. De pronto hay algu nas que de pronto así no lo produzcan tratan de fortalecer la asociación. Para que sea más completo, digamos como uno en un mercado campesino, uno necesita de todo, sus verduritas, su panelita, sus huevitos, su pollito, su cachamita, entonces ellos tratan de
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tener todo ahí. (Entrevista a funcionario de Albania, julio de 2022)
En cuanto a la economía de la comunidad, ha venido dándose en algunas asociaciones, la inclusión y participación de los integrantes de las familias: hermanos, esposos, hijos y amigos, quienes llegan motivados a aprender las labores productivas de la asociación dando lugar a que la asociación no solamente incluya a mujeres, sino que pueda asumirse como parte de un proyecto familiar, alrededor del cual las mujeres continúan desenvolviéndose en roles deci sorios y de liderazgo, mientras sus cercanos hacen las veces de apoyo en las tareas requeridas por la asociación.
Pues para eso somos varias mujeres, y para eso queremos apostarle al empleo al muni cipio, cuando no podamos hacerlo nosotras, como asociadas, tenemos nuestros hijos, nuestras parejas que pueden estar trabajando más adelante, estamos metidos todos aquí, no solamente las mujeres, esto es familiar. (Taller con mujeres de Asociación de Albania, julio de 2022)
El trabajo en familia para las que han tenido esta experiencia, ha marcado aprendizajes im portantes que han conllevado a “experimentar en familia” la distribución y diferenciación de tareas según la edad y habilidades de los diferentes miembros.
El proyecto de siembra de plátanos, muy bueno lo que se aprendió. Fuimos experimen tando en familia que todos podían trabajar, por ejemplo, cuando se llegó el deshije, que es un trabajo duro para las personas ya mayores realizarlo, digo mayores adultas como nosotros que nos cansamos al doblarnos, entonces ese es un trabajo que se le facilitó a los niños, y ahí fue donde miramos, y más de uno contaba y compartíamos las expe riencias que los niños para ellos era un juego. (Taller con mujeres Asociación Alba nia)
También ha sucedido que los beneficios gestionados y recibidos por la asociación se han abierto a otras personas de la comunidad, con lo cual se genera una relación de apoyo y de solidaridad por parte de las mujeres asociadas que buscan el beneficio comunitario. Este ha sido el caso de asociaciones que reciben procesos de formación por parte de instituciones como el SENA y en los que deciden invitar a todas las personas que se encuentren interesadas en aprender. Yo digo que beneficios de todo, mucho, porque digamos los talleres que sacamos tam bién con el SENA, ellos vienen porque tenemos la asociación. Entonces ahí aprendemos las de la asociación y las que no son de la asociación también, porque yo invito a todas, yo invito a los que no son de la asociación cuando traemos los talleres, y pues así apren den a hacer todo lo que nos vengan a enseñar, no solo la asociación, sino otras mujeres y hombres. De modistería, por ejemplo, también había mujeres y había hombres, en el curso de modistería por el SENA, en lo de especies menores, lo mismo, mujeres y hom bres, y con vicaría también, todo el proceso que siempre hemos llevado mujeres y hom bres. (Entrevista a asociada de ARMERAS - Morelia, agosto de 2022)
Estas labores de siembra de las mujeres en las fincas y en el campo han ido de alguna manera contrarrestando la aguda problemática que presenta el departamento en cuanto a la seguridad alimentaria, producto de la sobreutilización del suelo para el pastoreo, en detrimento de la utilización para usos agrícolas. De acuerdo con un estudio del UPRA, el problema del uso del
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suelo en el departamento radica en que un buen porcentaje con vocación para la agricultura y lo agroforestal está siendo usado como áreas de pastoreo (ANT - Agencia Nacional de Tierras, 2018). Esto es motivo de preocupación de la Secretaría de Agricultura y Ambiente del departa mento, quien expuso en el documento del Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional 20122020 que, pese a la importancia de la actividad ganadera, se está poniendo en riesgo la seguri dad alimentaria de la población del departamento:
Hay un ejemplo de los riesgos para los habitantes del piedemonte que es la de pendencia alimentaria: en el caso del Caquetá, la producción agrícola tradicional es muy baja, solo alcanza el 3 %, mientras el restante 97 % de los cultivos lícitos se encuentran en pastos. (Gobernación de Caquetá, 2012, p. 31)
En este mismo sentido, el Plan de Desarrollo Departamental 2020-2023 plantea que el sistema productivo rural enfrenta una serie de retos, entre los cuales está la pérdida de vocación agrí cola:
El sistema productivo rural se sustenta en la producción bovina y leche, ren glón seguido están los cultivos permanentes y transitorios, los cuales presentan una serie de retos de gobernabilidad por cuanto se enfrenta a la deforestación descontrolada y la perdida de vocación agrícola por la falta de ordenamiento productivo y la baja efectividad en los procesos comerciales. (Gobernación de Caquetá, 2020, p. 11)
De manera que, ante la problemática de inseguridad alimentaria y el reto que mantiene el departamento frente al ordenamiento del suelo y productivo, las mujeres rurales asociadas están haciendo esfuerzos desde lo micro para resolver la necesidad alimentaria de sus fa milias, y suelen, en pequeños predios, integrar en sistemas productivos el ganado, árboles y pastos en una misma unidad, lo que contribuye, en pequeña escala, a la protección física del suelo, mantenimiento del microclima y cultivo de alimentos que solventan una economía de subsistencia. Dentro de este sistema productivo, ellas tienen un lugar relevante al dedicarse a la realización de actividades que aportan a espacios de producción como la finca o el predio, ocupándose de cultivar en los huertos y frutales alrededor de la casa, cuya producción es des tinada en su mayoría al autoconsumo (ODEGM, 2022).
Digamos yo voy a algún lado, si yo traigo una semilla, yo no pienso en quedarme yo sola con esa semilla, yo la traigo, la siembro y digo: “bueno, donde esta semilla me sirva, yo le voy a dar a todas las otras”. Entonces yo lo siembro. Empecé con una ra mita y ahora yo tengo más de 50 matas. Entonces, yo a todas les voy dando. Es como que todas vivamos bien, tengamos lo que necesitamos para nosotros y para los anima les, porque, pues, los animales después van a ser para nosotras mismas, y los estamos criando buenos, ricos. (Entrevista a asociada de ARMERAS - Morelia, agosto de 2022)
Juntar fuerzas entre mujeres asociadas para aportar al sector productivo local
Las mujeres en cabeza de las asociaciones son conscientes de que el ejercicio del empode ramiento femenino no solo se logra a través de espacios de formación o educación, sino que tiene que ser un proceso integral en el que las mujeres, al tiempo que buscan generar ingresos
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4.4
para fortalecer la economía de sus familias y comunidad, están buscando asistir y participar en escenarios formales que son dispuestos por las administraciones municipales para incenti var la participación ciudadana. De allí ha resultado la oportunidad de que promuevan interre laciones sociales, institucionales, políticas y económicas entre las mujeres con otros actores locales.
Para una funcionaria del municipio de Albania, esto se puede ver materializado en la búsque da y demanda de espacios de interlocución con el funcionariado, que han otorgado una mayor visibilización y puesta en escena de sus propuestas para el mejoramiento del sector productivo y comercial local.
La mujer rural y las asociaciones han contribuido al municipio en buscar espacios, uno de conversación y otro de producción. Por ejemplo, ahorita se armó mercados campesi nos por ellas; entonces, ellas buscan esos espacios de poder para comenzar a dejarse ver, y eso es muy importante. Algo que no se ha mirado mucho era que la mujer participa ra. Ahorita, aunque es difícil que vengan a las reuniones, ellas sí vienen, esos espacios ayudan a aportar ideas, acá hacen parte de diferentes comités, ya ahorita en todo debe haber un representante de la mujer rural, debe haber una representante de las mujeres en general y una representante de mujeres rurales, que es diferente, y siempre buscan ese liderazgo de que tenemos que hacer esto. Aportan muchas ideas, también son muy accesibles a poder conversar para que den esa información que a veces se necesita en los proyectos o en la administración. (Entrevista a funcionaria - Albania, julio de 2022)
Entre los espacios institucionales para la participación ciudadana aparecen instancias como las mesas municipales de mujeres, los cuales son mecanismos para que las mujeres y sus organizaciones, desde su diversidad y experiencia, generen opiniones, ideas y propuestas para promocionar sus derechos; participen en el diseño, implementación, evaluación y vee duría de las políticas públicas y, también, para hacer interlocución con la administración local (ODEGM, 2022).
4.5 La defensa y cuidado de los recursos naturales y de la selva amazónica garantiza la sostenibilidad de los proyectos productivos
El departamento del Caquetá cuenta con una gran riqueza hídrica y ecosistémica, lo que ha implicado una tensión entre las actividades de conservación y los intereses de actores cuya relación con la naturaleza difiere de la preservación (ODEGM, 2022).
En la actualidad, en el departamento se presentan álgidos conflictos ambientales que están poniendo en riesgo el equilibrio de la vida natural y vulnerando los ecosistemas en las áreas protegidas. Entre estos está la deforestación, causada por factores como el desarrollo de pro yectos minero-energéticos que hacen únicamente de la naturaleza un recurso a ser explotado; la expansión de la frontera agrícola por dinámicas de producción extensiva como la ganade ría que afectan zonas de reserva de vital importancia; actividades ilícitas por parte de grupos armados para acaparar tierras y el lavado de activos a partir de la transformación del bosque (ODEGM, 2022).
Razones como estas son bien conocidas por las mujeres rurales asociadas y se han convertido
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en parte de sus preocupaciones. Diversas asociaciones ubicadas en sectores diferentes de la economía, como el sector agrícola, de producción de alimentos y artesanal, están desarrollan do sus proyectos productivos con el uso y aprovechamiento de los recursos naturales que pro vee la selva, y han involucrado de manera consciente prácticas y valores para su conservación.
Algunas asociaciones de mujeres rurales han jugado un papel muy importante en el propósi to de fomentar la conservación de la selva amazónica como territorio que “da la vida a todos” (Asociación Moniya Kirigay-Canasto de la Abundancia de Solano). La conservación está ligada con la restauración ecológica de la selva, la sostenibilidad ambiental y con la visión de territo rio, según los testimonios que comparten algunas asociaciones de los municipios de Belén de Andaquíes, San José del Fragua, Solano y San Vicente del Caguán.
En efecto, son asociaciones que han ido construyendo, a partir de una mixtura de experiencias relacionadas a su quehacer cotidiano en la ruralidad (lo que les ha tocado vivir en el campo y procesos de educación sobre temas ambientales), un discurso y un posicionamiento que supone reflexiones críticas sobre los modos productivos y de relacionamiento con la natura leza usados por las comunidades de las que hacen parte, y que muchas veces han afectado el equilibrio ecológico de la selva. También, es un posicionamiento que ha emergido frente a prácticas económicas como la explotación y aprovechamiento de los recursos, ejercidas por el Estado y actores externos en búsqueda de ganancias y beneficios particulares, como es el caso de las exploraciones y explotaciones de petróleo. Son varios los posicionamientos y formas de conversación de la naturaleza que tienen las asociaciones.
Por una parte, hay asociaciones que ligan la conservación con el uso responsable de los re cursos naturales, razón por la cual hacen un aprovechamiento adecuado de semillas, frutas y plantas de la selva en zonas y áreas protegidas aledañas, las cuales que vienen siendo amena zadas y alteradas considerablemente por la deforestación, lo que pone en peligro la vida de la flora y la fauna. La respuesta de las mujeres rurales asociadas ha sido la generación de proyec tos de reforestación en donde han visto zonas críticas, con el propósito de restaurar corredo res ecológicos y zonas de vida.
En la Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná de Belén de los Andaquíes se trabaja por un aprovechamiento adecuado de los recursos no maderables del bosque (semillas, fru tas, lianas, cogollos, entre otros) para la elaboración de productos alimenticios, y como parte del cuidado de la selva, también han dedicado su tiempo a la siembra de árboles, y proyectan seguir haciéndolo para contribuir al equilibrio ecológico:
Pongamos alrededor del río plantas, árboles, queremos reforestar todo. Pongamos árbo les acá alrededor como para restaurar alrededor del río. Montaña, cordillera, animales, tiene que haber muchos animales. Si hay bosque, hay vida. Digamos que el único lugar donde hay deforestación ahorita es ahí […]. Los conflictos que se nos presentan como asociadas, digamos, se deben más que todo a la deforestación, lo más duro es la defores tación, eso sí realmente es un conflicto. […] de 527 hectáreas, realmente bosque en pie, solamente hay alrededor de unas 180 hectáreas. Nuestra misión en estos momentos es ayudar a la reforestación de este parque. (Taller con mujeres Asociación de Mujeres Emprendedoras Ayakuná - Belén de los Andaquíes, agosto de 2022)
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La Asociación Warmi Awadurkuna, de San José del Fragua, cumple también un papel impor tante en la conservación ambiental, pues las mujeres indígenas que la integran han contribui do con la sustitución de cultivos de coca por especies nativas, que han sido sembradas con el propósito de conectar corredores biológicos que han sido desfragmentados por la siembra de pastizales para la ganadería y el cultivo de coca. Así, ellas lograron, junto con su comunidad, sembrar un corredor natural que conecta el resguardo indígena con la reserva natural Alto Fragua-Indi Wasi.
El resguardo colinda con el parque natural. El resguardo antes era un pedacito, pero con el proceso de ampliación se compraron unas fincas que habían, pero ellos traba jaban era con coca, con ganadería extensiva, entonces, la mayoría de los predios eran puro pasto y coca, y entonces, después de que se hizo esas compras, se hizo un proceso, digamos, de resguardo que fue arrancar la coca y se dejó digamos reforestar. Se hizo reforestación porque anteriormente no había corredor biológico que conectara desde el parque hasta acá abajo no más. Cuando recién se compró esto, usted miraba peladeros y ahorita nos mostraron unas fotos de cómo es a hoy, y eso es puro monte. Nosotras como afiliadas al resguardo nos tocó hacer unos recorridos por el territorio para re forestar y ahorita, pues, cada año vamos y limpiamos los linderos una semana o dos semanas por allá. (Taller con Asociación Warmi Awadurkuna - Mujeres Tejedoras de Yurayako de San José del Fragua, agosto de 2022)
La conservación de la naturaleza y de la selva también tiene que ver con la sostenibilidad, es decir, dejar que los frutos y elementos naturales cumplan con su ciclo de vida para reprodu cirse y crecer, para así ser usados por las personas sin causar daño ambiental. La Asociación Canasto de la Abundancia, integrada por mujeres indígenas de la comunidad Murui Muina del municipio de Solano, concibe su trabajo artesanal en relación con el ciclo natural de los recur sos naturales que usan para la fabricación de los tejidos. Reconoce que cada planta tiene su propio ciclo de vida, y el ser humano debe conocerlo para respetarlo, para saber en qué mo mento es propicio su cosecha y extracción. De hecho, el manejo y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales es un principio de la asociación que fundamenta lo siguiente: el daño
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Mapa 15. Mapa del presente. Taller con Mujeres Emprendedoras Ayakuná de Belén de los Andaquíes, agosto de 2022
al ciclo natural conlleva al daño de nosotros mismos.
Uno de los principios fundamentales que tenemos como asociación Canasto de la abun dancia es el manejo y aprovechamiento sostenible de la materia prima, que son las que utilizamos en la elaboración de los productos artesanales. Entonces, no es que vamos y cortamos la palma y ya, hasta ahí llegó la producción de esa palma porque nosotros ya utilizamos lo que necesitábamos, sino que nosotros tenemos las diferentes herramientas para extraer esa materia prima. Teniendo en cuenta que cada planta tiene su ciclo de vida, y dependiendo también de la producción y la cosecha, asimismo también se le va extrayendo la materia prima. Se trata de no causar daño al medio ambiente, ni daño a las plantas, ni daño a nosotros mismos porque a futuro no vamos a tener con qué elaborar nuestros productos. (Taller con mujeres Asociación Canasto de la Abun dancia - Solano, agosto de 2022)
Por ello, para esta asociación es muy importante conocer, valorar y dar importancia a los saberes sobre las plantas, los animales, incluso, a todo el territorio, concebido como el ser que da la vida a todos. Tener esta comprensión es la que para estas mujeres permite dimensionar la relación tan estrecha que debiera existir entre los ciclos de la naturaleza y la vida humana, cuyo presente y futuro depende del equilibrio que esta construya en los modos de usar, conce bir y relacionarse con el ecosistema. En otras palabras, esta asociación entiende que la posibi lidad de continuar usando los recursos naturales en sus proyectos productivos depende de los modos de relacionarse con estos, basados en el respeto y el buen manejo.
Pues yo digo que cuando uno conoce, valora y le da importancia a todo nuestro terri torio, pues es el ser que nos da vida a todos. La flora y la fauna porque tenemos que cuidar los animales, y las plantas porque de las plantas tenemos que sacar todo lo que nosotros estamos emprendiendo. Y pues darle buen manejo, porque si no a futuro noso tros no vamos a tener materia prima. (Taller con mujeres Asociación Canasto de la Abundancia - Solano, agosto de 2022)
Así también, para las mujeres de las asociaciones del Canasto de la Abundancia (Solano) y de Mujeres Tejedoras de Yurayako (San José del Fragua), la conservación de la naturaleza va liga
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Imagen 2. Mural Caseta Asociación Canasto de la Abundancia. Solano
da a la preservación de los saberes ancestrales de sus comunidades indígenas, en los cuales se ha sedimentado una historia de relaciones entre estas con la selva que buscan proteger desde el trabajo que hacen, al incluir en sus proyectos productivos a niños, niñas y jóvenes, median te la enseñanza del arte artesanal y la transmisión de los saberes que los y las mayores tienen sobre las plantas.
En la defensa y el cuidado de la naturaleza y de la selva, también ha sido importante el papel de las asociaciones de mujeres rurales en procesos de movilización social ocurridos en el de partamento. De esto da cuenta la trayectoria de algunas asociaciones que han construido una reflexión alrededor de los modelos económicos y culturales que han afectado la riqueza am biental del Caquetá, y que se ha originado particularmente por su relación con otras organiza ciones comunitarias que han asumido la defensa del territorio contra la extracción de petróleo en áreas de profunda riqueza y biodiversidad. En esta forma de defensa del territorio existen críticas y posiciones contrarias a la actuación que actores externos y estatales están teniendo, ya que las mujeres perciben que la extracción y explotación de la naturaleza no se está tradu ciendo en bienestar e inversión social para las propias comunidades allí asentadas.
Las luchas que nosotros hemos tenido que defender, siempre han sido conjuntas con los hombres, una de las luchas que hemos tenido acá, son las luchas a las petroleras. Nosotras las mujeres hemos estado ahí, pues porque no solo afecta a los hombres, sino que también afecta a las mujeres. Los paros, ahí estamos las mujeres. Nosotras hemos estado en luchas en conjunto con los hombres. A las petroleras si les dan las licencias de que tumben, que deforesten cierto espacio, y los agentes contaminantes a veces los tiran a las quebradas cercas, las vías que salen 20, 30 carrotanques las destruyen. Entonces, todas esas cosas son por las que luchamos […], se llevan la riqueza del territorio, pero lo que invierten es nada. (Taller con mujeres Asomupie - San Vicente del Caguán, agosto de 2022)
Todo lo anterior, nos muestra que muchas mujeres rurales asociadas han ido desempeñan do un papel central en el desarrollo de proyectos productivos en los que la subsistencia de ellas, sus familias y comunidades también tienen que ver con el hecho de ir construyendo otros modos de habitar y relacionarse con la naturaleza y con la selva. Como sugieren Har court & Escobar (2005), lo que sucede en los espacios del hogar, la economía y el lugar, está generalmente entrelazado con lo que sucede a los ecosistemas. Esto se comprende como un entrelazamiento entre lo que sucede con los proyectos productivos y lo que sucede con los ecosistemas, ya que la sostenibilidad de aquellos también tiene que ver entre otras cosas, con la posibilidad de conversar la naturaleza y de generar relaciones ecológicas armoniosas.
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CONCLUSIONES A MANERA DE
RECOMENDACIONES
Las mujeres que participaron en el estudio nos permitieron entender con sus relatos y sus respuestas a la encuesta, que viven en un mundo rural con oportunidades sumamente res tringidas. Más de la mitad de ellas ha sido víctima del conflicto armado y ha sufrido efectos de ruptura personal, familiar y comunitaria; muchas viven en condiciones vulnerables de vivien da al no contar con acueducto y alcantarillado; la mitad no logró culminar sus estudios de edu cación básica por falta de apoyo familiar, problemas económicos y por asumir el matrimonio y maternidad siendo muy jóvenes. Así mismo, muchas de ellas han vivido en contextos de dis criminación y de exclusión debido a la estructura patriarcal de la sociedad rural, al arraigado y limitado rol cultural que se les ha asignado y a la poca valoración dada a todas aquellas labores de trabajo de cuidado y doméstico no remunerado y de trabajo productivo en sus fincas, huer tas y casa, que, por cierto, han sido cruciales en la protección de los miembros de su familia y el mantenimiento del hogar.
Con todo, las mujeres rurales han encontrado en lo asociativo un camino para juntar fuerzas con otras, de modo que les permita acceder a recursos económicos y sociales que no se les facilita estando solas. La asociatividad ha permitido a las mujeres cualificarse, incursionar en procesos de formación política, reconocer las violencias y los micromachismos cotidianos y conocer sus derechos. Y de cierta manera, ha posibilitado a muchas mujeres construir con ciencia y autovaloración de su rol reproductivo y productivo en el hogar y en la comunidad.
Sin embargo, ellas enfrentan muchos desafíos internos y externos en su camino asociativo, entre los cuales cabe mencionar que para muchas sigue existiendo una brecha de género marcada por los roles de género que se imponen dentro del hogar, y que hacen que en ellas se sobrecarguen las labores de trabajo de cuidado y doméstico no remunerado. De hecho, el inicio y el camino asociativo han significado, para algunas, tener que enfrentar conflictos y desacuerdos con los esposos o compañeros en cuanto a la división de las labores y las dispo nibilidades entre los miembros del hogar. Para otras, ha sido posible ver cambios en las rela ciones dentro del hogar, llegando a unas más cooperativas, de ayuda mutua y de trabajo “entre nos”.
Otros desafíos tienen que ver con condiciones propias del territorio que privan a la mujer de oportunidades para poder potencializar sus habilidades y capacidades para desarrollarse como persona e incrementar su productividad (Silva Jiménez, Durán, Concha, & Otero, 2020). Están relacionados con la vocación del suelo y las difíciles condiciones climáticas, dificultades para acceder a los servicios financieros para el desarrollo de sus iniciativas, falencias en los canales de comercialización, dificultad de acceder a mercados y precios, poco equipamiento para el desarrollo de su trabajo y, por último, precariedad percibida en la institucionalidad para sostener en el tiempo el acompañamiento que garantice, no solo mejorar las condiciones, sino también que los servicios y ofertas logren crear procesos estables y duraderos.
En consonancia con lo anterior, y con la convicción de que aún falta mucho por recorrer para que las mujeres rurales asociadas accedan con garantías a su derecho a la autonomía econó
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mica, veremos a continuación algunas recomendaciones y alternativas que emergen, entre otras fuentes, de las propias mujeres con el ánimo de aportar a construir un panorama más alentador para ellas. Estas recomendaciones se presentan desde lo más general y estructural, a lo más particular:
5. El desarrollo territorial requiere que el departamento y sus municipios construyan una “visión” a partir de la cual se logre una mayor definición de las vocaciones económicas y horizontes productivos a nivel regional y municipal. Visión es saber ver cuáles son los proyectos particulares que necesita un municipio para mejorar sus condiciones sociales y económicas. Algunas propuestas de horizontes de futuro son:
i. Apalancar la creación de empresa mediante el acompañamiento y fortalecimien to a las iniciativas productivas de las mujeres y, en general, de toda la población.
ii. Incentivar el pluralismo de actividades dentro del sector productivo con progra mas de capacitación técnica y créditos, de tal modo que la ganadería sea una actividad más dentro de un conjunto mucho más robusto de actividades económicas de la región. De hecho, algunas asociaciones de mujeres vienen explorando proyectos productivos que en la actualidad no han sido desarrollados en la región, como los basados en la panela, el cacao y los frutos amazónicos, pero no han encontrado mayor apoyo institucional en cuanto a capacitación y apoyos técnicos: “[en la panela] no hay oficinas donde haya servicio de técnico, de asistencia técnica, sencillamente porque en el Caquetá no somos paneleros, hasta ahorita estamos como mirando la manera de implementar ese cultivo en nuestro municipio, entonces debe de haber una oficina cómo la hay también en el tema ganadero (Mujer asociada a Mujeres Emprendedoras del Caguán. Cartagena del Chairá).
iii. Lo anterior requiere, entonces, potenciar las capacidades técnicas y de cono cimiento de los equipos de trabajo y funcionarios de las administraciones municipales. Las mujeres se refieren a la importancia de que la administración pública sea fortalecida para poder atender de manera integral a la población rural y, en específico, a las mujeres rurales asociadas. La gestión debe hacer uso de canales directos de comunicación y de dialogo con las asociaciones que permitan entender cuáles son las necesidades a nivel particular, y del sector económico a nivel local. Además, es primordial que la gestión de la administración tenga capacidad y voluntad de facilitar y viabilizar los proyectos pro ductivos de las mujeres, quienes en muchas ocasiones sienten que se trata más de una lucha.
6. Es fundamental la participación de las mujeres en la construcción de visiones de desa rrollo territorial, visibilizando su rol en las distintas esferas de la economía (de cuidado y productiva) y poder incidir con sus visiones en la construcción de territorios, institucio nes y políticas más representativas e inclusivas (Calcagni & Cortínez, 2016). Para lograr esto, se requiere ampliar y favorecer a nivel institucional más espacios y escenarios de participación a los que las mujeres rurales puedan llegar para posicionar sus propuestas.
7. Las mujeres deben ser consideradas como agentes y beneficiarias de cambio. Por eso, invertir en sus capacidades y en el fortalecimiento de sus opciones son fines valiosos en sí mismos (PNUD –Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2011). Claramente, esto es un llamado a trascender los tratamientos y formas de relacionamiento en las que ellas perciben que son instrumentalizadas por sectores políticos y funcionarios adminis
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trativos para el logro de intereses particulares.
Falta de que las entidades, por ejemplo, la gobernación y la alcaldía apoyen más a las asociaciones de mujeres o grupos así organizados, porque la mayor parte ahora se van es en puro politiquería, y eso no debe ser así, deberían hacer un diagnóstico de las per sonas que sí verdaderamente vivamos trabajando y no sea por politiquería. (Mujeres asociadas)
Lo anterior incluye, entre otras cuestiones, que la actuación de las administraciones munici pales tenga un diseño más organizado y planeado cuando en sus propósitos tengan implemen tar proyectos dirigidos a las mujeres. Es importante que las agendas institucionales tengan en cuenta, para la realización de las reuniones informativas y demás actividades, los tiempos de las mujeres en el campo, ya que como se dijo a lo largo de este estudio, muchas viven a largas distancias del casco urbano y son ellas quienes están más recargadas de trabajo doméstico y de cuidado, por lo que deben organizar con anterioridad cómo y con quién delegar las labores.
8. En concordancia con la Política Pública desde, con y para las Mujeres del departamen to del Caquetá, es urgente la creación de programas y proyectos encaminados a la iden tificación de aquellas exigencias e identidades particularidades de las mujeres para ga rantizar un escenario propio de acceso a bienes y servicios del Estado. Esto también debe incluir el fomento de proyectos de acompañamiento y fortalecimiento de mujeres rurales y campesinas, proyectos que hagan reconocimiento de su participación en la actividad agrícola principal y del trabajo productivo realizado por ellas, la mayoría de las veces destinado al autoconsumo familiar o en las actividades forestales. Así mismo, propiciar el desarrollo de capacidades para gerenciar un negocio, de formación especializada de acuerdo con la línea de producción y de uso de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). Este proceso debe estar articulado con las instituciones presentes en el territorio como el SENA, la estrategia de gobierno Vive Digital, las Cámaras de Comercio y universidades, entre otras.
9. El fortalecimiento y sostenibilidad de las iniciativas y emprendimientos productivos de las mujeres implica de manera crucial el mejoramiento de las condiciones de vida en el campo en cuanto a saneamiento básico, alcantarillado y acueducto. En diferentes tes timonios, las mujeres que viven en la ruralidad dispersa relatan que por la falta de acue ducto deben hacer doble esfuerzo para ir por el agua que necesitan para la realización de las actividades de producción en la asociación:
En este momento todavía no hemos tenido la dicha de conseguirnos el aparato para poder bombear [el agua], y créame que esa cargada de agua de aquí pa ´arriba, cuando hay un evento, cuando toca que moler, que hace veranito, que no hay agua en los tim bitos que hay arriba. Mire que eso es muy aburridor cargar agua. (Taller con mujeres Asociación de Mujeres Emprendedoras del Caguán. Cartagena chaira, julio de 2022)
10. Se requiere más presencia institucional a través de la generación e implementa ción de planes y programas que realmente materialicen oportunidades para las mujeres rurales que están asociadas, las cuales garanticen espacios de participación, información,
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capacitación y fortalecimiento de sus capacidades, desarrollo de habilidades e implemen tación de actividades productivas a partir de sus conocimientos e intereses. No menos importante es el fortalecimiento de las iniciativas y proyectos productivos asociativos mediante su financiamiento para que esta sea sostenible y pueda permitir a las mujeres tener condiciones de autonomía económica.
11. De acuerdo con que buena parte de las asociaciones encuentran en su cade na productiva un gran obstáculo para posicionar su producto y venta en el mercado, es crucial el desarrollo de programas que incentiven la comercialización a nivel local como el mercado campesino, instancia que requiere ser creada en unos municipios y en otros ser fortalecida. El mercado campesino es para las mujeres una gran vía y oportunidad que puede apalancar el reconocimiento de sus productos ante el público y permitir el intercambio entre productor y consumidor. Es claro que esto debe ser sostenido a largo plazo y no depender de los caprichos de las administraciones de turno. De igual manera, es imprescindible la destinación de recursos y articulación de acciones entre entes admi nistrativos para el mantenimiento continuo y el mejoramiento de las vías terciarias, de tal forma que pueda haber mejor comercialización de los productos agropecuarios y entrada de insumos, maquinaria y asistencia técnica al sector rural.
12. La autonomía económica depende en gran medida de la distribución del tra bajo reproductivo, por lo que es importante entre varias acciones, generar un proceso de discusión pública y política a nivel departamental que haga visible los trabajos de las mujeres que han sido invisibilizados históricamente, no remunerados y no medidos. La “invisibilidad se refiere a la disponibilidad o a la carencia de datos, y de mediciones cuantitativas” (Pérez Orozco, 2005, p. 191). En línea con esto, es fundamental invertir en investigaciones y estudios que permitan conocer, reconocer y actualizar qué está pasando con las mujeres, dónde están, qué hacen y cómo. Seguramente estudiar la distribución y uso del tiempo de las mujeres permitirá visibilizar a nivel departamental cuestiones tan importantes como la desigual distribución del trabajo reproductivo y la creciente carga de trabajo de las mujeres por sobre los hombres.
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