CAPÍTULO UNO
Quiénes somos
Fue el 24 de diciembre de 1924 cuando se expidió la Ley General de Instituciones de Crédito, redactada por el banquero Elías S.A. de Lima, el licenciado Fernando de la Fuente y el joven abogado Manuel Gómez Morin. En ella se atendió la creción de un banco único y la elaboración de su respectiva normatividad.
No fue sino hasta el 12 de octubre de 1927 cuando el Banco de México abrió sus puertas al público en la que sigue siendo hoy su casa matriz, en el número 2 de Avenida 5 de Mayo, edificio en el que el lunes 1 de abril de 1929 fue inaugurada la Escuela Bancaria del Banco de México, como lo registran las ediciones del día siguiente de los periódicos Excélsior y El Universal y como lo señala el Informe Anual de la Institución presentado a sus accionistas un año más tarde.
7 Legado de excelencia
1 80, Historia de la Escuela Bancaria y Comercial, p. 23.
Ocho meses más tarde, el 1 de septiembre de 1925, frente a representantes de la banca, la industria, el comercio y las organizaciones obreras, así como en presencia de los miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país, el entonces presidente de la República, Plutarco Elías Calles, inauguró el Banco de México, con sede provisional en la planta baja del edificio del Banco de Londres y México, ubicado en una de las esquinas que forman las calles de 16 de Septiembre y Bolívar.
Desde ese mismo momento, “fue evidente (para la nueva institución) la necesidad de capacitar a sus empleados en el manejo de la banca central”.1
La fundación de la Escuela Bancaria del Banco de México tiene su origen en los programas de capacitación departamental emprendidos en 1928 para adiestrar al personal del Banco (…). Mascareñas buscaba hacer del Banco de México lo mejor de lo mejor en instituciones bancarias e intentó, por lo mismo, que tuviera el personal mejor entrenado (…).
2 Turrent Díaz, Eduardo. Historia del Banco de México, volumen II.
En aquella época había una carencia de mano de obra calificada en cuestiones bancarias y financieras, lo cual era imprescindible para el buen funcionamiento de la Institución. 2
3 De la correspondencia entre Manuel Gómez Morin y Agustín Loera y Chávez, París, octubre de 1928.
La ceremonia de apertura ocurrió en el tercer piso del Banco de México, en la biblioteca, ante setenta empleados de la Institución. El acto fue presidido por Alberto Mascareñas Navarro, director general del organismo; Manuel Gómez Morin, presidente del consejo de administración del mismo banco; Antonio Castro Leal, rector de la Universidad Nacional de México; y Agustín Loera y Chávez, diplomático e intelectual aguascalentense que asumió la dirección académica de la Escuela y quien encontró en este proyecto la oportunidad de realizar una amplia labor de coordinación que, uniendo voluntades e inteligencias, (redundara) en provecho de la educación en particular y de la cultura general.3
4 Fue el miércoles 22 de mayo de 1929, al final de la rectoría de Antonio Castro Leal, cuando la Universidad Nacional obtuvo su autonomía.
Además de los empleados y los integrantes del presídium, entre el público se encontraban algunos miembros del claustro docente de la nueva escuela (reconocidos abogados y destacados contadores): Francisco González de la Vega, Eduardo Suárez, Ponciano Guerrero, Roberto Casas Alatriste, Tomás Vilchis Sedeño, Joaquín Ibarrola Grande, David S. Ferriz y Eduardo M. Butrón.
A ese cuerpo de profesores se unieron, durante 1930, otros catedráticos provenientes de la Universidad Nacional Autónoma de México,4 como José Luis Osorio Mondragón, Miguel Palacios Macedo, Enrique González Aparicio y Alfonso Caso, así como también jóvenes que encontraron en esta aventura educativa el escenario de su propia realización humana, como Alejandro Prieto Llorente y Alejandro Carrillo Marcor.
Los empleados inscritos asistían a la biblioteca para recibir lecciones de Contabilidad, Cálculo Mercantil, Organización de Oficinas Bancarias, Economía Política, Geografía Económica y Organización Jurídica, entre otras. Los cursos se ofrecían en las primeras horas de la mañana y en las últimas de la tarde, así como en horarios sabatinos, para que los interesados compaginaran el estudio y el trabajo. Cinco décadas más tarde, Luz María Carranza, empleada del Banco de México, habría de recordar aquellos días:
5 Carranza, Luz María, Una hija del Banco de México, revista Banca y Comercio, abril de 1981, pp. 48-49
A las seis de la tarde, después de concluidas nuestras fatigosas labores, subíamos a la Escuela para convertirnos durante dos o tres horas en alumnos, volviendo a vivir los tiempos, apenas olvidados, de nuestra reciente infancia. Un espíritu travieso y juguetón asistía a las aulas, el mismo que se llenaba de temor en época de exámenes. Era tal la actividad de la Escuela, que se tomaban versiones taquigráficas de las clases más difíciles, como Bancos, Moneda y Crédito y Teoría Económica. Se sintetizaban en taquigrafía, se mecanografiaban y se reproducían en mimeógrafo, para entregarlas a los alumnos antes de la próxima lección. 5
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Con apenas dos años de creada, la escuela del Banco de México ya era reconocida como una respuesta efectiva a la necesidad de capacitar a los colaboradores de ese organismo en temas de finanzas, contabilidad y economía, porque “faltaban mexicanos que supieran la función esencial de la banca y fueran capaces de manejarla…”6
En poco tiempo, la Escuela descubrió su vocación y su deseo de especializarse en la enseñanza de los negocios.
A fines del siglo xx , la misión de la ebc se expresaba de la siguiente manera: “…formar personas de empresa que, mediante el desarrollo de sus potencialidades, participen activamente en los cambios sociales y económicos globales, a fin de alcanzar su progreso mediante la verdad, la justicia y la libertad”.
A principios del siglo xxi , el enunciado fue pulido y profundizado, para decir que nuestra misión consiste en “formar profesionales emprendedores que, por sus valores, su ética y su capacidad científico-tecnológica, en el ámbito de las organizaciones, progresen participando activamente, con una visión global en los cambios sociales y económicos de su entorno”.7
La formulación anterior ha evolucionado a través del tiempo, por supuesto, sin perder su sentido y manteniendo los objetivos principales (profesionalización, fomento del emprendimiento, presencia relevante en el mundo empresarial, conocimiento teórico, práctica del conocimiento y ética inquebrantable). Desde 2013, nuestra misión se enuncia de la siguiente manera: “Formar profesionales emprendedores que se distingan en el ámbito de las organizaciones por su saber, por su hacer y por su ser”. 8 Sin embargo y a pesar de la bonanza de su escuela, el Banco de México atravesaba momentos de tensión y tuvo que reconfigurarse, porque “la crisis financiera que se desató alrededor del mundo durante los meses de octubre y noviembre de 1929 acabó por complicar los problemas fiscales y monetarios que México venía sufriendo en los años anteriores (…). Cualquier salida a la crisis requería a partir de entonces una solución estructural en el manejo de las finanzas públicas” 9, así que en 1931 se promulgó la ley monetaria que obligó a la institución financiera a suspender sus actividades comerciales para convertirse, en regla y forma, en un banco central.
6 Prieto Llorente, Alejandro, La escuela y yo, documento inédito.
7 ebc , 75 años formando personas de éxito, folleto conmemorativo de 2004, página 6.
8 De nuestra misión, precisamente, hablaremos en el tercer capítulo de este libro.
9 Zebadúa, Emilio, El Banco de México: de la constitución a la reforma, El Banco de México en la reconstrucción económica nacional, recopilación de ponencias presentadas en 1995. Página 86.
9 Legado de excelencia
Grupo de estudiantes de la Escuela Bancaria del Banco de México (1929-1932)
Autoridades del Banco de México, profesores de la Escuela Bancaria del Banco de México y empleados-estudiantes de la Institución (c.1931). Dentro del conjunto, se encuentran Agustín Loera y Chávez, Alejandro Prieto Llorente, Miguel Palacios Macedo, Alberto Mascareñas Navarro y José Luis Osorio Mondragón.
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Los movimientos posteriores a la mencionada ley fueron inmediatos: el director Alberto Mascareñas Navarro renunció en mayo de 1932. Agustín Rodríguez Aguado lo sucedió e inició una restructuración institucional con miras a concentrar recursos, hecho que exigía la clausura de diferentes sucursales, la disminución de personal y una considerable reducción de los gastos generales.
La supresión de la Escuela Bancaria fue la medida más criticada del plan de reorganización del señor Rodríguez. Uno de los críticos más enérgicos fue Manuel Gómez Morin, que había sido profesor en la misma. En las actas del Consejo es posible encontrar evidencia de este desacuerdo, ya que ese órgano recibió muchas misivas de protesta por la clausura de la Escuela, entre ellas las de varios de sus profesores, como el licenciado Palacios Macedo y Roberto Casas Alatriste: “…quienes manifiestan estar en la mejor disposición de continuar dando sus cátedras sin remuneración alguna, a fin de que los empleados no se perjudiquen con la interrupción de la enseñanza.”10
Hacia mediados de julio de 1932, al llegar al Banco para ofrecer sus clases, los profesores se encontraron con la noticia, en voz del portero:
– Ya ni suba usted, porque ya se acabó la Escuela.
¿Cómo que se acabó la Escuela?
– Sí, señor, desde anoche ya no hay clases.
Sin embargo, varios miembros del cuerpo docente recibieron en esos días cartas de estudiantes de provincia en las que éstos se lamentaban de la clausura, pedían a sus profesores que continuaran con sus clases por correspondencia y ofrecían, en ese caso, pagar su aprendizaje como si se tratara de clases particulares Fue entonces cuando diecisiete profesores de la extinta Escuela Bancaria del Banco de México decidieron retomar el proyecto. El lunes 22 de agosto de 1932, firmaron el acta constitutiva de la que, a partir de ese momento, se llamaría Escuela Bancaria y Comercial, nombre oficial de la que durante muchos años llamaríamos con cariño La Bancaria, la misma que hoy reconocemos por sus siglas originales: ebc , para referirnos a ella con idéntico afecto y con el mismo sentimiento de pertenencia.11
11 Fue, precisamente, en febrero de 1999 cuando la revista Ventana invitó a toda la comunidad escolar a utilizar las siglas ebc para referirse a lo que al final de siglo pasado describíamos como “el sistema universitario especializado en negocios de México”.
Fue el lunes 1 de septiembre de 1932 cuando comenzaron las clases para las carreras de Funcionario Bancario y Contador Privado, en tres habitaciones y un pasillo del tercer piso del número 27 de la calle de Palma, por el que habría que pagar 125 pesos mensuales, sin contar otros gastos (luz, teléfono, limpieza y sueldo de profesores, por ejemplo). En la actualidad, la fachada del edificio mantiene su aspecto original.
11 Legado de excelencia
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10 Turrent Díaz, Eduardo. Historia del Banco de México, tomo II.
12 El acta constitutiva de 1932 finaliza con el trazo de un proyecto ideal: la constitución en México de un “instituto de estudios sociales”, configuración que hoy es un hecho palpable, al contar la ebc con ocho licenciaturas, dos maestrías, una especialidad y cuatro Licenciaturas Ejecutivas, cuya naturaleza coincide con la definición que hace el sociólogo estadounidense John Jarolimek de “estudios sociales”: el desarrollo de conocimientos, destrezas, actitudes y valores que hacen posible la participación en la vida grupal.
13 El Banco de México y la ebc mantienen hoy una relación fraternal en la que una y otra encuentran siempre motivos de aprendizaje y enseñanzas bilaterales. En 2014, por ejemplo, ambas instituciones firmaron un acuerdo académico para instalar la Cátedra del Banco de México, que consistió en una serie de conferencias en torno a la historia de las finanzas en nuestro país y a la naturaleza misma de su banca central. Más de cien estudiantes asistieron durante septiembre de ese año al ciclo de conferencias magistrales.
Pero volvamos al momento en que, ya independientes, reanudamos las clases orales (presenciales) y los cursos por correspondencia.12
FUNDADORES DE LA ESCUELA BANCARIA Y COMERCIAL
Agustín Loera y Chávez
José Luis Osorio Mondragón
Enrique González Aparicio
Roberto Casas Alatriste
Tomás Vilchis Sedeño
Eduardo Suárez Aránzolo
Alfonso Caso Andrade
Manuel Gómez Morin
Miguel Palacios Macedo
Ponciano Guerrero González
Alfredo Chavero e Híjar
Francisco González de la Vega
Alejandro Prieto Llorente
Alejandro Carrillo Marcor
Mario Domínguez
Julio René Poulat
Rafael B. Tello
Al independizarnos del Banco de México y al ajustar nuestro propio nombre a la nueva realidad, asumimos el conjunto de los años treinta como nuestro periodo fundacional, aquel en el que nuestra labor educativa se abrió a la sociedad en general.
La nueva dirección del Banco de México donó algunos muebles y cedió a los valientes aventureros las lecciones impresas que habían sobrado de los Cursos por Correspondencia,13 a la vez que la dirección escolar publicó un folleto promocional, en cuya portada aparecía nuestro escudo histórico, creado por el historiador Manuel Toussaint y Ritter, literato, historiador del arte, promotor cultural y entrañable amigo de don Agustín Loera y Chávez. Su diseño, originalmente pensado para uso del Banco de México, representa la reconstrucción económica del país mediante dos símbolos específicos: el Monumento a la Independencia, sobrepuesto a una bóveda bancaria, y un joven concentrado en sus estudios, con un libro abierto. A espaldas del estudiante, destaca un sol omnipresente, alegoría del conocimiento y de la dimensión transformadora de la educación.
Ésta es la parte que la ebc ha conservado del escudo original.
Además, se negoció un crédito con El Universal para publicar en su edición dominical la “reapertura” de la Escuela y el relanzamiento de dos obras: Organización y Contabilidad, de Roberto Casas Alatriste, y PrincipiosdeContabilidad, de Alejandro Prieto Llorente. Los interesados llegaron inmediatamente: empleados de instituciones bancarias, trabajadores de la Secretaría de Hacienda, colaboradores de empresas comerciales e incluso personal del mismo Banco de México. Como empresa, comenzamos sin activos, sin pasivos y sin capital. Sin embargo, al final del primer ejercicio de tres meses, el balance al 31 de diciembre de 1932 arrojó una utilidad de 713.12 pesos. El éxito obtenido permitió que al año siguiente se regularizaran los cursos y se sumara a las carreras de Contador Privado y Funcionario Bancario la carrera de Secretaria Taquígrafa.
12
Muy pronto fue necesario mayor espacio para aulas y oficinas, pero no bastó con rentar tres nuevos locales en el mismo edificio, así que en 1934 nos mudamos al Thermidor, edificio de entonces reciente construcción, ubicado en Palma 44. Fueron rentados los dos pisos superiores, hecho que permitió a la Escuela adaptar la terraza y utilizarla para actividades deportivas (esgrima y vóleibol).
Con el propósito de ampliar la oferta educativa, aunque sin desatender la capacitación que se ofrecía a los funcionarios bancarios, fueron abiertos los cursos orales diurnos, el lunes 7 de enero de 1935, y a ellos acudieron ochenta jóvenes (dieciocho mujeres y sesentaidós varones). A partir de entonces, fueron impartidos los cursos de Técnica y Contabilidad Bancarias, Auditoría, Técnica de Seguros, Cálculos Financieros, Legislación Bancaria y Legislación Fiscal, que complementaban las carreras de Contador Privado y Funcionario Bancario.14
Paralelamente al crecimiento de la Escuela, se formó la Editorial Banca y Comercio, S.A., para poner su fondo editorial (ahora aumentado con las obras Sistemas de Contabilidad y Contabilidad Superior , escritas por Alejandro Prieto Llorente) a disposición del público en general, incluidas las instituciones educativas que quisieran adoptarlas como libros de texto o de consulta. Y con el nombre de la editorial nació simultáneamente Banca y Comercio, nuestra primera revista de divulgación, dirigida por Joaquín Ibarrola Grande y especializada en negocios, administración, contabilidad y finanzas, aunque también con espacios dedicados a la literatura, la historia y el arte, escritos por plumas relevantes, como las de Francisco de la Maza, Alfonso Caso y Agustín Loera y Chávez.15
Otro folleto de los primeros años fue el correspondiente a nuestro legendario internado, inaugurado el viernes 1 de julio de 1938 y ubicado en un lujoso inmueble neocolonial, en Paseo de la Reforma 560. El folleto mostraba las instalaciones y los servicios brindados por el internado. La casa albergó a estudiantes varones de diversos estados entre 1938 y 1944.16
16 En 1936, durante la presidencia del general Lázaro Cárdenas, se reformó el artículo tercero constitucional, lo que provocó el cierre de muchas escuelas privadas, debido a que no cumplían con las disposiciones de la legislación. Sin embargo, esto no nos afectó, ya que nuestra forma de ser coincidía con dicha legislación. No había entonces, en ningún estado de la República, escuelas dedicadas a las actividades de negocios; sin embargo, sí existía la necesidad de las empresas de provincia de contar con personal capacitado. Fue esta situación la que dio pie a la creación de nuestro internado.
14 Es, precisamente, en el Edificio Thermidor donde se crea nuestra primera biblioteca, el 1 de septiembre de 1936, cuyos volúmenes se encuentran actualmente en la casa de Rectoría. La biblioteca contiene libros especializados en disciplinas relativas a los negocios, así como colecciones de revistas y periódicos enfocados en el mundo de la contabilidad, la banca y las empresas.
15 Nuestras otras tres revistas históricas son Crédito (1942-1961), Ventana Estudiantil (que nace en 1961 y que todavía hoy se publica, con el nombre de Ventana ebc) y Banca y Comercio en su segunda época (1962-1994).
13 Legado de excelencia
17 La base de este decreto se encuentra en el artículo 89 constitucional, cuya fracción primera señala que es facultad y obligación del presidente de la República promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia.
El esfuerzo de los años fundacionales rindió frutos: el lunes 11 de septiembre de 1939, diez días después de haber estallado la Segunda Guerra Mundial, se promulgó un decreto presidencial mediante el cual eran reconocidos los estudios realizados en la EBC, la cual, “como institución particular, con personalidad jurídica propia, y reconocida por la Secretaría de Educación Pública, es libre para gobernarse y regirse en la forma que a sus intereses convenga”.17
En aquella época, esto supuso un importante reconocimiento a la labor de la Escuela, ya que México se encontraba en pleno debate alrededor de la educación, tras la reforma al artículo tercero constitucional,18 ocurrida en 1934, que excluía a las instituciones religiosas del ejercicio educativo y volvía obligatoria la instrucción básica.
Muchas instituciones privadas que se apoyaban en comunidades religiosas para su funcionamiento, se vieron seriamente afectadas, no así la ebc , que desde su nacimiento asumió como una virtud educativa la laicidad de su enseñanza.
El decreto, que conllevó el otorgamiento de validez oficial a los títulos expedidos por la Institución, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 13 de octubre de 1939, para entrar en vigor inmediatamente, hecho que coincidió con el nacimiento de nuestra carrera de Contador Público y Auditor, primer fruto del voto de confianza expresada por las autoridades educativas.
19 Será en los capítulos quinto y noveno donde hablemos del Plan de Estudios 2024, cuya base está en el fortalecimiento y la ampliación de nuestro modelo educativo, el cual busca hoy poner mayor énfasis en el aprendizaje (sin descuidar, por supuesto, los trabajos de enseñanza).
El mismo decreto, que se compone de siete artículos permanentes y dos artículos transitorios, otorga autorización para establecer los cursos que la institución juzgue pertinentes, previa aprobación de la Secretaría de Educación Pública, lo que ha dado como resultado la continua generación de programas altamente especializados que responden a las necesidades educativas y a las exigencias mismas del entorno laboral en el ámbito de los negocios.19
18 12 de diciembre de 1934. Art. 3º Constitucional: "La educación será socialista Y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social. Sólo el Estado (federación, estados y municipios) impartirá educación primaria, secundaria y normal. Podrán concederse autorizaciones a los particulares que deseen impartir educación en cualquiera de los tres grados anteriores, de acuerdo en todo caso con las siguientes normas: I.- Las actividades y enseñanzas de los planteles particulares deberán ajustarse, sin excepción alguna, a lo preceptuado en el párrafo inicial de este artículo, y estarán a cargo de personas que en concepto de Estado tengan suficiente preparación profesional, conveniente moralidad e ideología acorde con este precepto. En tal virtud, las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones que exclusiva o preferentemente realicen actividades educativas, y las asociaciones ligadas directa o indirectamente con la propaganda de un credo religioso, no intervendrán en forma alguna en escuelas primarias, secundarias o normales, ni podrán apoyarlas económicamente. II.- La formación de planes, programas y métodos de enseñanza corresponderá en todo caso al Estado. III.- No podrán funcionar los planes particulares sin haber obtenido plenamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público. IV.- El Estado podrá revocar, en cualquier tiempo, las autorizaciones concedidas. Contra la revocación no procederá recurso o juicio alguno. Estas mismas normas regirán la educación de cualquier tipo o grado que imparta a obreros o campesinos.
14
Conviene aprovechar el contenido del decreto presidencial para analizar los aspectos relevantes de la fórmula con la que nos definimos y que abre este capítulo, a manera de epígrafe:20
a) Institución de educación superior
Tal como sucede en cualquier universidad, ofrecemos estudios superiores (licenciaturas y posgrados). Sin embargo, lo hacemos con una diferencia: nos especializamos en una sola área de conocimiento, la de los negocios.
b) Institución de régimen privado
Lo somos desde el 22 de agosto de 1932, cuando nos independizamos del Banco de México y nuestros diecisiete fundadores firmaron el acta constitutiva de la Escuela Bancaria y Comercial.
c) Institución con noventaicinco años de historia
La preeminencia de nuestra antigüedad (1929) se explica con el resto de nuestros atributos, pero sobre todo mediante el aserto con que concluye nuestra definición: somos la primera institución de México especializada en negocios.
d) Institución mexicana
Asumimos nuestra nacionalidad y, al hacerlo, damos a toda nuestra filosofía (visión, misión y valores) un propósito social específico: buscamos el beneficio y el progreso de nuestras respectivas comunidades y del país en general.
e) Escuela libre 21
Entre la primera y la tercera década del siglo xx , surgieron las llamadas Escuelas Libres Universitarias, cuyo campo de estudio se centra en un área específica del conocimiento.
Las Escuelas Libres Universitarias surgieron como instituciones que apoyaban las acciones del Estado para ampliar la cobertura del nivel educativo superior, ante la demanda cada vez más creciente de ciertos grupos sociales que exigían especial atención en la formación de sus hijos. Asimismo, puede afirmarse que estas instituciones surgieron como contrapeso de la Universidad Nacional de México, que en esa época tenía problemas con el Estado.
Lasescuelaslibrespordecretopresidencial originales son siete, y a ellas se sumaron más tarde las escuelas libres que adquirieron su condición no por decreto presidencial sino por "acuerdos secretariales globales".
f) Institución laica
Entendemos la laicidad como el principio que establece la separación entre el Estado y las sociedades religiosas. Aunque la ebc no es parte del Estado sino de la iniciativa
20 En 1989, nos definíamos como “una institución especializada en estudios de Contabilidad, Administración, Finanzas y materias conexas, que abre sus puertas a jóvenes y adultos de ambos sexos, con la sola restricción impuesta por la preparación, (la) capacidad académica y el comportamiento de sus estudiantes”.
21 Mientras que el concepto de “autonomía” se utiliza para referirse a instituciones del Estado que ejercen sus funciones sin depender del poder ejecutivo, el adjetivo “libre” se emplea para aquellas instituciones educativas de régimen privado a las que el mismo Estado otorga el derecho a formular libremente sus planes de estudio, sus programas y sus métodos de enseñanza. Los certificados de estudio y los títulos expedidos por una escuela libre son reconocidos por la Secretaría de Educación Pública.
15 Legado de excelencia
22 El 22 de octubre de 1929, el gobierno de México publicó el Decreto Reglamentario de las Escuelas Libres, que en sus dos primeros artículos define: Art. 1º Para los efectos de esta ley, son escuelas libres las instituciones docentes sostenidas por el esfuerzo y con elementos privados, que tengan por objeto impartir educación artística, secundaria, preparatoria o profesional. 2º El establecimiento de las escuelas libres y su funcionamiento no tendrá más limitación que la que marca la ley. Los planes de estudios, programas y métodos de enseñanza serán libremente formulados por cada escuela.
privada, practicamos la laicidad mediante el respeto absoluto a todas las creencias y a todas las posturas filosóficas, siempre y cuando unas y otras mantengan vigente en nuestros ámbitos de estudio la premisa de que el conocimiento escolar se basa en la razón y en los resultados del progreso científico.
g) Institución incluyente
Asumimos la diversidad siempre como un valor y nunca como un problema. Por ello, la ebc da la bienvenida a todas y a todos aquellos que buscan educación superior de calidad, sea cual sea su origen, su religión, su postura filosófica, su preferencia sexual, su condición física o su ideología política.
h) Institución de educación superior especializada en negocios
Como lo señalamos en el primer inciso, la ebc imparte estudios superiores especializados en una sola área de conocimiento: la de los negocios. Una universidad, en cambio y como su nombre lo indica, cubre o pretende abordar todo el universo del conocimiento; por tanto, cuenta con varias y diversas escuelas y facultades, conceptos ambos que son semejantes (centros universitarios especializados en alguna rama del conocimiento) y sólo los distingue una diferencia: mientras que las escuelas imparten estudios superiores de licenciatura y maestría (así como cursos y diplomados), las facultades extienden su capacidad de enseñanza y titulación hasta el doctorado.
ESCUELAS LIBRES POR DECRETO PRESIDENCIAL 22
Institución Fundación Expedición del decreto
Escuela Libre de Derecho 1912 1930
Escuela Libre de Homeopatía 1912 1930
Escuela de Ingeniería Municipal 1936 1936
Escuela Bancaria y Comercial 1929 1939
Instituto de Ciencias Sociales, Económicas y Administrativas 1930 1937
Instituto Tecnológico y de Educación Superior de Monterrey 1943 1952
Instituto Tecnológico Autónomo de México 1946 1963
Desglosados y observados los diversos elementos de nuestra naturaleza, dediquemos unos cuantos párrafos a la ciencia que durante muchos años fungió como nuestra carrera emblemática: la Contaduría. Al estudiar la historia de la contabilidad moderna en nuestro país y el desarrollo de prestigiosos despachos contables a partir de los años posrevolucionarios, encontra-
16
mos un estrecho vínculo con nuestra institución, cuya fundación logró reunir a intelectuales, abogados y contadores públicos de la época.
Tras la lucha armada, el ejercicio contable fue empírico en casi todas sus aplicaciones y empleaba técnicas tradicionales, como la partida doble. Sin embargo, estas acciones difícilmente satisfacían las necesidades del momento. Era preciso crear un sistema contable propio, sustentado en principios científicos y diseñados ex profeso para los requerimientos de la República.
Ante este panorama, nuestros profesores comenzaron a construir una teoría contable particular, a partir de su experiencia y de su profundo conocimiento académico, así como de las demandas del ámbito bancario. Después, su misión se amplió a crear los textos en los que hoy descansa el conocimiento contable del país: tanto libros para su enseñanza como prácticas, lecciones y ejercicios para su aprendizaje: Principios de Contabilidad y Contabilidad Superior, de Alejandro Prieto Llorente; Auditoría Práctica, de Luis Ruiz de Velasco; y el compendio titulado Terminología del Contador, traducido al español por los hermanos Mancera, son algunos de los primeros títulos creados dentro de nuestra biblioteca a principios de la década de los treinta del siglo pasado.
Los textos de la colección han sido utilizados también por otras instituciones educativas y, revisados, continúan siendo consultados por miles de estudiantes.
Desde entonces, hemos realizado constantes acciones para alcanzar y refinar la especialización de la Contaduría, así como su enseñanza y su difusión. En su dimensión social, con un profundo y consciente compromiso con el país, sus análisis y reflexiones han servido para el estudio de la realidad nacional, a la vez que se han ajustado a sus cambios para ofrecer soluciones concretas y vigentes.
En su dimensión educativa, destaca el desarrollo de estudios contables, desde una mirada académica pero también práctica. A través de nuestras publicaciones, la ebc ha difundido información contable al público en general y ha emitido su opinión al observar el clima económico nacional y global; ha ofrecido asesoría especializada y ha respondido a muchas interrogantes; ha preparado, además, a jóvenes que hoy colaboran destacadamente en diversas firmas y en los sectores económicos, tanto públicos como privados.
El movimiento natural de los despachos contables en México motivó la fusión de muchos de ellos. Desde mediados del siglo xx , pequeños bufetes fueron incorporados a grandes grupos, hecho que trajo consigo una alta especialización. Algunos de nuestros fundadores, eruditos en la materia, crearon sólidos despachos, muchos de los cuales hoy forman parte de los pilares de los grandes grupos mexicanos.
Los estudios ofrecidos por la Escuela Bancaria del Banco de México capacitaron a los empleados en sus funciones bancarias propiamente dichas. Sin embargo, al independizarnos y rebautizarnos, ofrecimos al público en general las carreras de Funcionario Bancario y Contador Privado, con el propósito de contribuir a fortalecer la economía nacional con profesionales capacitados y comprometidos.
Como ya se señaló, fue en 1939 cuando integramos a nuestra oferta educativa la carrera de Contador Público y Auditor, que fue incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México cuatro años más tarde. Y en 1954, año en que la Institución celebró su aniversario de plata, se optó por vincular la carrera a los estudios del Instituto Politécnico Nacional. En 1973, la Escuela desarrolló su propio programa. 23 Desde entonces, hemos presenciado constantes actualizaciones, acordes a los movimientos del país, los nuevos conocimientos en la materia y las tendencias mundiales.
Al final de la década de los 30, los dos pisos del Edificio Thermidor fueron tan insuficientes para atender la demanda como lo fue en su momento el piso de Palma 27,
23 El sábado 11 de marzo de 1978, en uno de los elegantes salones del Hotel Fiesta Palace (el actual Fiesta Americana), la primera generación de contadores públicos del plan ebc celebró su graduación en compañía de las autoridades de la Institución.
17 Legado de excelencia
25 Las actividades de la Asociación Interamericana de Contabilidad continúan hasta la fecha.
así que adquirimos el terreno de Reforma 202 y construimos en ese espacio nuestro primer edificio propio. 24
Las primeras actividades en el nuevo edificio ocurrieron durante el mes de diciembre de 1942: las propias de la Dirección General y la Secretaría, así como algunas cuantas clases, impartidas en los salones terminados. Mientras tanto, Palma 44 siguió funcionando, para así mantener activos todos los servicios escolares de la Institución.
El viernes 28 de enero de 1944, el entonces secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, y el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Rodulfo Brito Foucher, visitaron nuestro flamante plantel Reforma y recorrieron sus instalaciones. Este acto significó no sólo el reconocimiento académico sino también el compromiso y la visión con que la Escuela iniciaba su nueva etapa, al ser uno de los primeros edificios en México diseñados y construidos específicamente para el ejercicio educativo.
Por fin, el lunes 8 de enero de 1945, después de tres años de iniciado el proyecto de Reforma 202, todas las actividades, educativas y administrativas se concentraron en el nuevo edificio: cursos orales diurnos, cursos orales nocturnos y cursos por correspondencia. En breve tiempo, el nuevo plantel, diseñado para facilitar el ejercicio de la enseñanza y el aprendizaje, se convirtió en un elemento referencial de la zona, corazón financiero del país durante la segunda mitad de la centuria.
Al mediar el siglo xx , percibíamos ciertos aires de bienestar y de progreso económico, al tiempo que la naciente industrialización garantizaba a la clase media un modo de vida estable y a la clase trabajadora caminos transitables de escalamiento social. Sin embargo, prevalecían los conflictos internacionales. Tanto las confrontaciones armadas (la intervención de Estados Unidos en Corea del Norte) como las luchas soterradas (la llamada guerra fría), además de obstaculizar el establecimiento de una paz mundial verdadera, maltrataron el tejido social (el macartismo, por ejemplo, que trascendió las fronteras estadounidenses y dividió también a la sociedad mexicana).
Supimos participar de la nueva mecanización de los procesos contables y ofrecimos entonces cuatro carreras: Contador Público y Auditor, Contador Privado, Funcionario Bancario y Secretaria Taquígrafa, cada una de las cuales podía estudiarse en cursos orales diurnos, en cursos orales nocturnos o en cursos por correspondencia (esta última modalidad ofrecía también materias complementarias sobre administración y técnica de negocios).
Entre el 9 y el 16 de noviembre de 1951, la Segunda Conferencia Interamericana de Contabilidad eligió como sede la Ciudad de México. El tema fue El contador como factor en el desarrollo económico del mundo, y los trabajos de catorce delegaciones fueron presentados en diversas jornadas. Nuestra institución fue representada por catedráticos de la altura de Roberto Casas Alatriste, Luis Ruiz de Velasco, Alejandro Prieto Llorente y Manuel Fagoaga, cuyas ponencias fueron reproducidas en nuestra revista Crédito 25
Si entendemos el concepto de guerra fría como el estado de tensión permanente entre las dos coaliciones conformadas después de la Segunda Guerra Mundial, podemos defininir los sesenta como escenario de lo irreconciliable. Sin embargo, esta década fue también el florecimiento de una generación dispuesta a asaltar el tiempo con expresiones de libertad y con profundos deseos de cambio: surgieron en el seno de la
24 Hay un edificio en la calle de Palma del que se habla poco. Sabemos de Palma 27, donde comenzó a funcionar la ebc ; y estamos muy enterados de nuestra vida en el Edificio Thermidor. Sin embargo, existe poca información acerca del tercer piso de Palma 32, que fue alquilado para las actividades escolares y administrativas que no cabían ya en Palma 44 y que aún no podían ser trasladadas al edificio en construcción de Reforma 202. En 2005, Felisa Prieto Argüelles, una mujer octogenaria que estudió en su primera juventud en la ebc (generación 1936), nos contó cómo conoció al que sería después su esposo (Ignacio Carrillo Zalce): “Durante algunos años, los cursos por correspondencia se alojaron en Palma 32, donde la Bancaria alquilaba una pequeña oficina de dos espacios, uno para la Editorial y el otro para la Escuela Nacional por Correspondencia. Precisamente porque el espacio llegó a ser demasiado pequeño, en el piso superior del mismo edificio se alquiló otra oficina para que la Editorial y algunos archivos (…) pudieran ampliarse. En las escaleras de Palma 32 conocí al licenciado Carrillo Zalce…”
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El imponente edificio atrajo desde el principio la atención de la gente y la visita de importantes personalidades. Por ejemplo, el martes 3 de febrero de 1942, el rector de la Universidad
Nacional Autónoma de México, Mario de la Cueva y de la Rosa, acudió a conocer los avances de la construcción, junto con otras autoridades, como el doctor José Torres Torija Solórzano y el licenciado
Julio Jiménez Rueda, quien, a propósito, era en esos tiempos colaborador de nuestra revista Crédito.
Durante los 75 años de Reforma 202, la Escuela impartió numerosas cátedras, y de su primera época merecen especial mención las clases de Contabilidad de Alfredo Chavero e Híjar, Luis Ruiz de Velasco, Alejandro Prieto Llorente y Raúl Niño Álvarez; las clases de Matemáticas de Wilfrido Castillo Miranda, Javier García Malo y Salvador López Aguado; las clases de Derecho de Ignacio Carrillo Zalce; y las clases de Teoría Económica, de Adolfo López Mateos, quien, a propósito, varios años después de colaborar con nuestra escuela, asumió la presidencia de la República (el 1 de diciembre de 1958).
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