TEMA 4 Auxilios, ¿cuándo derivar? BLOQUE
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4.1. ¿Por qué a las familias les cuesta pedir apoyo psicológico para reducir el impacto emocional durante la emergencia sanitaria? Comencemos poniendo un caso en el que la persona está psicológicamente equilibrada antes de la emergencia sanitaria: la persona era comprensiva y paciente, tenía una buena autoestima, tenía muy presente el autocuidado, se trataba bien a sí misma y se daba afecto, confiaba en sus capacidades y conocía sus limitaciones, gestionaba sus emociones para que se adaptaran a la situación, era coherente con lo que pensaba, sentía y hacía, pedía ayuda cuando lo necesitaba, etc. En este caso, los niveles de resiliencia y los recursos psicológicos de los que dispone la persona le han permitido adaptarse a la situación sin necesidad de pedir apoyo psicológico durante la emergencia sanitaria. Por el contrario, si antes de la emergencia sanitaria el adulto no disponía de este nivel de bienestar emocional y prevalecían los factores de vulnerabilidad frente a los factores de protección, la nueva situación de emergencia a la que tiene que enfrentarse, se complicará mucho más tanto para él como para su familia. Aun así, en este caso, es posible que tampoco pidiera apoyo psicológico, aunque lo necesitara, puesto que no sería muy consciente del beneficio de solicitar este recurso para reducir el impacto emocional de la emergencia sanitaria. • Porque durante la emergencia sanitaria, si la persona necesitó ayuda para sí misma o para su familia pidió ayuda a la persona que sentía cerca, alguien que supo cómo darle apoyo o proporcionarle información útil para afrontar su situación… Conectó con la persona de su entorno que le supo sostener si se encontraba en una situación difícil. Encontró recomendaciones para abordar en ese momento la problemática personal, familiar o profesional derivada de la emergencia sanitaria. Se lo pensó, pero no lo hizo finalmente… Pensó en pedir apoyo psicológico profesional ante las señales que le indicaban sentirse algo desbordada emocionalmente o, si el afectado emocionalmente era su hijo u otro familiar, pero decidió aguantar el tirón porque pensó: “hay que ser fuerte y resistir”. Aún en estas circunstancias, se sintió más o menos estable, pero con algunos altibajos, pero sentía que tenía muchas razones para amar la vida, cuidarse y cuidar de los demás. Además, en algún caso llevó a cabo labores de voluntariado para facilitar la vida a otras personas más vulnerables en esa situación de emergencia sanitaria.
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