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Ras, ras. Ras, ras.
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Ras,ras. Ras, ras. (un micro cuento)
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nusa fiction surf stories
Ras, ras. Ras, ras.
En algún lugar en el sur del Bukit, Bali, un hombre de piel curtida y oscurecida por el sol serrucha el tronco de un enorme árbol. El largo de la hoja del serrucho es apenas la mitad del diámetro del tronco pero el hombre aun serrucha. Para adelante y para atrás, para adelante y para atrás. Ras, ras. Ras, ras. Cielo arriba el sol -quieto, más quieto que quieto- explota, brilla y viaja sin moverse. Las copas de los árboles están más verdes que verde y su sombra más tupida que tupida. El hombre está en silencio y el mundo que lo rodea no está en silencio. Está ras, ras. Ras, ras. Sin un sonido, gotas de sudor se deslizan por sus brazos tensos y esculpidos. Una mano apoyada en el tronco, la otra sujetando el mango de la sierra que corta a través de la fibra de madera y la savia para adelante y para atrás. Para adelante y para atrás. Ras, ras. Ras, ras. Brroum, brroum. Brroum, brroum. El hombre se detiene. Levanta la cabeza y se endereza lentamente. El surfer-bule, sentado en su moto, a pocos metros en la curva del camino, le sonríe a través de sus gafas de sol y señala la cámara de fotos que le cuelga del cuello mientras la moto sigue (aún) brroum, brroum. Brroum, brroum. El hombre asiente con la cabeza y se para derecho, brazos caídos; el serrucho más chico que chico colgando de su mano. El surfer-bule saca una foto, sonríe nuevamente, cuadra el brazo en ángulo recto a la altura del codo y mueve el brazo para adelante y para atrás. El hombre mira al bule, mira al pasto debajo de sus pies y mira al bule de nuevo. La moto sigue -aún- brroum, brroum, brroum, brroum, y el surfer-bule 1
Ras, ras. Ras, ras - d. l. cash
señala el serrucho del hombre y mueve el brazo nuevamente para adelante y para atrás, para adelante y para atrás. El hombre mira al bule y mira al verde debajo y al verde alrededor. Mira a los parches de cielo a través del verde a su alrededor y mira al serrucho que le cuelga del brazo. Luego mira de nuevo al bule. El bule deja caer su brazo y mira al hombre. Entonces lleva el brazo detrás del frente de la moto y la apaga. El mundo está quieto ahora. Más quieto que quieto. Sin brroum, brroum. Sin Ras, ras. El bule se saca las gafas de sol y en voz baja, aún sentado sobre la moto, intercambia cortesías con el hombre. Un día hermoso Pak... qué tranquilo acá Pak... qué hermoso acá Pak... que tenga un buen día Pak. Se pone las gafas de sol, acaricia la tabla de surf colgada de los racks y brroum, brroum, enciende la moto. El bule ya está pasada la curva y lejos. Está más quieto que quieto de nuevo. El hombre mira a su mundo de soles más soleados, de azules más azules, de verdes más verdes y sombras más tupidas que tupidas y lo ve y lo sabe hermoso. Luego se agacha, apreta el puño sobre el mango del serrucho de largo de apenas la mitad del largo del tronco y comienza a serruchar nuevamente. Para adelante y para atrás. Para adelante y para atrás. Ras, ras. Ras, ras.
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