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El costalazo de Ebrard, y Adán el simulador

Los precandidatos presidenciales del oficialismo mostraron desde el primer día de la contienda (ilegal) en qué consistirá la encuesta de Morena: setenta días de adulación continua para cortejar al único encuestado que va a decidir.

Marcelo Ebrard arrancó campaña con la propuesta de llevar al hijo del Presidente al gabinete para que dé continuidad a “la austeridad republicana”.

Me reportan que lo dijo en serio.

Adán Augusto López hizo suyas las fobias del Presidente contra los medios de comunicación.

Claudia Sheinbaum señaló que las mujeres pueden llegar a la Presidencia “para dar continuidad a la cuarta transformación”.

Lo dijo en Oaxaca, donde hay lugares, igual que en Guerrero, donde niñas y adolescentes son vendidas para matrimonio y a lo cual el Presidente ha contestado que son usos y costumbres con los que no hay que meterse.

Y Ebrard, ni la burla perdona.

Con tal de adular al encuestado único, metió al palenque de los navajazos al hijo del Presidente.

La Nombra El Presidente

Pablo Hiriart

Opine usted: phiriart@elfinanciero.com.mx phiriartlebert@gmail.com

@PabloHiriart

Lo hizo a pesar de que ha sido documentada su vida de lujos, como una mansión en Houston propiedad de un contratista de Pemex, y aviones privados, etcétera.

¿Qué necesidad tenía uno de los políticos más preparados del país de hacer estos desfiguros?

Sí tiene necesidad. De eso se trata la competencia en Morena: de adular.

El papá del joven Andrés va a decidir quién es el candidato. A él hay que cortejar y ofrecer garantías máximas de lealtad.

Como reveló AMLO en un tuit con motivo del Día del Padre, su debilidad son sus hijos. Entonces Ebrard arrancó campaña con la oferta de hacer secretario de Estado a Andrés López Beltrán.

La respuesta del hijo del Presidente fue cortés, pero clara: no, gracias.

Aunque si la competencia fuera por ver quién es el más ladino de todos, Adán Augusto se llevaría la medalla de oro, la de plata y la de bronce.

En su inicio de campaña se compadeció de los pobres y declinó recibir los cinco millones de pesos que entrega Morena a cada precandidato presidencial.

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