Corre el fulgor de la fúnebre lava, Que de lejos a través de las sombras Rojea y los lugares entorno tiñe. Así, al hombre ajena y a las edades Que llama antiguas, y del seguir que hacen Después de los ascendientes los nietos, Está Natura inmutable, más bien continúa Por así largo camino Que parece estar. Caen los reinos en tanto, Pasan gentes y lenguas: ella no ve: Y el hombre de la eternidad se vanagloria. Y tú, dúctil retama, Que de selvas olorosas Estos campos expoliados adornas, También tú pronto a la cruel potencia Sucumbirás del subterráneo fuego, Que retornando al lugar Ya conocido, extenderá el ávido manto Sobre tus tiernas forestas. Y someterás Bajo el peso mortal sin rebelión Tu cabeza inocente: Mas no plegado hasta ahora en vano Servilmente suplicando ante El futuro opresor; pero no erecto Con loco orgullo hacia las estrellas, Ni en el desierto, donde Y la sede y la vida
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Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural