Amaya valdemoro Nació en Alcobendas, Madrid 18 de agosto en 1976, ahora tiene 38 años. Mide 1´82m, su peso es de 78 kilogramos. Empezó practicando atletismo desde que tenia 8 años hasta los 13. Comenzó con el baloncesto que es su afición, el baloncesto se convirtió en su media vida. Amaya valdemoro a sido estrella de la selección de baloncesto durante el mundial de Brasil. Reconoce que tiene envidia sana por el oro de los chicos,pero lo principal es intentarlo y dejarse la piel. La llaman la ¨Pau Gasol de baloncesto femenino¨, este mote no le disgusta se siente alegre por ser lo que es. Amaya admira a Pau Gasol, sobre todo cuando usa su inteligencia de forma tranquila .A pesar de haber la favorita de la selección, creé que lo importante, en todo momento, no es lucimiento personal es trabajar en equipo ella dice: ´´Cada jugadora tiene su rol y lo importante es cumplirlo´´.Sabe mantener la calma en el juego , es capaz de dar la cara en momentos difíciles,y nunca da un partido por perdido. Ella se considera alegre, cabezota y nerviosa. Esto es fruto de su competitividad, si se
empeña en una cosa no para hasta que la consigue. También es muy perfeccionista, lo que le ha llevado a tener muchas manías. Una vez llegó a jugar un campeonato de Europa con los mismos calcetines en todos los encuentros, y en los partidos siempre lleva una cinta de pelo del color de su equipación. Su cómplice número uno es su padre, y está muy unida a su hermana Virginia. También Elisa y Nicolás son dos de sus grandes amigos y un importante apoyo. Aunque sin duda lo que más llama la atención en su vitrina de trofeos es la medalla de oro por haber ganado el Campeonato de Lanzamiento de Peso de Madrid. La gente se envidia de ella por que es una luchadora, en su deporte. Posee seis ligas españolas, seis Copas de la Reina, una Euroliga, un subcampeonato Paulista brasileño, un campeonato de Liga ruso, un campeonato del mundo de clubes y una Copa de Rusia, además de la medalla de bronce en el Eurobasket de Turquía, sin olvidarnos de los tres anillos de la WNBA que consiguió con el Houston Cornets, el máximo galardón del baloncesto femenino, gracias a los cuales fue recibida en la Casa Blanca por Bill Clinton y George Bush. Ahora el único título que le queda es conseguir algo con la Selección
Española, aunque esta vez se han ido a casa con un tímido octavo puesto.Lo más duro de su vida fue marcharse de su casa para irse a jugar a Salamanca. Cuenta que lloraba sin parar, y el primer día su padre la llamó quince veces. Pero la dificultad de separarse de su familia no le ha impedido aceptar nuevas oportunidades y llegar lejos. Tras jugar en España, y en la NBA durante cinco años, aceptó el reto de jugar con el Samara de Rusia. Nuevo idioma, comida, horario y un cambio brusco de clima. Empezó con este equipo la temporada pasada y ahora le quedan dos de los tres años firmados. Reconoce que una de las cosas de las que se arrepiente es de haber dejado sus estudios. Cuando los viajes se hicieron frecuentes e incompatibles con estos, tuvo que elegir entre el deporte o hacer una carrera universitaria, y optó por dejar Magisterio. No descarta la posibilidad de seguir esta carrera en otra etapa de su vida. Ser profesora de Educación Física o entrenadora de un equipo son algunos de los caminos que se plantea tomar cuando se retire.