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Importancia de la HIDRATACIÓN EN EL FÚTBOL
El fútbol, al ser un deporte intermitente de alta intensidad con una duración competitiva bastante alta (90 minutos), lleva asociado un gasto energético también muy elevado, rondando, de media, las 16 kcal/min
Si bien es cierto que este fenómeno es indispensable para mantener el equilibrio térmico, la producción de sudor provocará una pérdida de líquidos en nuestro organismo, desencadenando un proceso de deshidratación. Puede resultar obvio que, cuando jugamos al fútbol (o hacemos cualquier otro tipo de ejercicio) nuestra temperatura corporal aumenta y comenzamos a sudar. Sin embargo, lo que no resulta tan obvio, son los efectos que esta sudoración tendrá sobre nosotros si no reponemos esos líquidos perdidos de manera adecuada.
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¿Qué ocurre si nos deshidratamos?
Uno de los principales efectos de esa deshidratación será un descenso del rendimiento durante el partido a medida que vamos perdiendo líquidos, tanto a nivel de resistencia como de fuerza y velocidad. La deshidratación media de un jugador a lo largo de los 90 minutos que dura un partido de fútbol es de, aproximadamente, un 3,4% de su peso corporal.

Junto a los líquidos que perdemos durante la sudoración, nuestro cuerpo también elimina electrolitos, siendo el más significativo de ellos el sodio.
Estrategia de hidratación

Por todo esto, resultará indispensable llevar una correcta estrategia de hidratación tanto antes como durante y después de los entrenamientos y los partidos.
Esto con el fin de mantener el equilibrio hídrico y electrolítico de nuestro organismo y evitar así tanto la pérdida de rendimiento como las temidas lesiones.
Reponer glucógeno
Teniendo en cuenta que, durante la competición, además, nuestros músculos consumen la energía almacenada en forma de glucógeno, se hace necesario que, además de reponer líquidos para evitar el descenso de rendimiento, repongamos también ese combustible.