CHACO ESCENARIO DE INCLUSIÓN. 24ª FIESTA Desde el 26 de marzo hasta el 4 de
ANA SEOANE/desde Buenos Aires
abril toda la provincia del Chaco y
La propuesta de esta convocatoria tuvo como consigna “Chaco, escenario de inclusión” y contó con una comisión organizadora que integraron Gladis Gómez en su último acto como representante de la provincia del Chaco, Raúl Brambilla, Mauro Santamaría, Juan Genes y Francisco Neri Romero, flamante presidente del Instituto de Cultura de la Provincia. Los programadores armaron una red de funciones que trasladaron a lo largo de once localidades del interior de la provincia y que se extendieron también hacia Asunción, capital del Paraguay.
varias vecinas de su región vivieron una nueva edición de la Fiesta Nacional del Teatro, la número veinticuatro.
DE LA NARRATIVA AL ESCENARIO Varios espectáculos presentados tuvieron una dramaturgia de origen narrativo. Representando al Chaco se mostró Balbec, lugar imaginario creado por Marcel Proust en su célebre novela En busca del tiempo perdido. La compañía La fábrica de artes se conformó en 1996 y fue Alejandro Parmetler quien asumió la doble responsabilidad de adaptar y dirigir esta nueva propuesta. Sus intérpretes fueron Rosa Estigarribia, Pedro Monzón y el mismo Parmetler. Las hijas de Satarsa es una versión libre de Lorena Busciglio sobre el cuento Satarsa de Julio Cortázar y ella también asumió la dirección del espectáculo de la compañía Germinal Teatro, representando a la provincia de Corrientes. Dos intérpretes – Lorena Busciglio y Ana Carolina García– fueron las encargadas de trasladar el misterio sobre el escenario. También la compañía Tuerca Suelta Teatro, de Santiago del Estero, buscó un texto narrativo como inicio de su dramaturgia. Con el título de Puedo entender tu aullido presentaron la versión libre de Había algo en el aire... Fernando de Silvana Pietronave. El unipersonal fue interpretado por Lucrecio Carrillo y contó con la dirección de Elena Cerrada.
PROPUESTAS CON AUTORES CLÁSICOS. Desde Buenos Aires llegó Escrito en el barro de Andrés Bazzalo, sobre Otelo de William Shakespeare. Bazzalo asumió no solo el desafío de versionar al clásico inglés sino también el llevarlo sobre el escenario en su responsabilidad
de director. La tragedia la ubicó en plena Guerra con el Paraguay (1865-1870) y modificó algunos rasgos del protagonista, por lo cual no es ser negro lo que despierta sus inseguridades sino su edad. Con características semejantes a las que realizó Leopoldo Marechal con su Antígona Vélez, aquí también los aires sudamericanos se cuelan entregándole mucha personalidad a la adaptación. Imperó el despojamiento escénico, por lo cual sus protagonistas debieron crear atmósferas y climas a partir de la nada. El elenco integrado por Hiedi Fath, Adriana Dicaprio, Daniel Dibiase, Joaquín Berthold, Emiliano Samar y Jorge Prado, contó con el apoyo y subrayado escénico que aportó la presencia en vivo del músico Hernán Pérez. Luciano Delprato adaptó y dirigió Edipo R, al frente de la compañía Organización Q de Córdoba. Fue evidente no solo la profunda lectura del texto clásico de Sófocles sino también el análisis posterior que realizó sobre esta obra Michel Foucault en su libro La verdad y las formas jurídicas. Este grupo se conformó en 1998 con estudiantes de artes plásticas y se los notó traspasados por ciertas e inevitables influencias porteñas como el grupo Periférico de Objetos, como fue la elección de muñecos/títeres para representar esta historia. Excelente resultó el propio diseño e inclusive la propuesta de tamaños para los Edipos –con dos dimensiones diferentes– lo que permitió numerosas lecturas y análisis. Buscaron con gran acierto mantener un clima ceremonial, desde la sobriedad de sus ropas hasta la decisión de leer el texto, incorporando un rasgo de distanciamiento brechtiano que potenció aun más la tragedia. Desde el siglo V antes de Cristo hasta el XXI sin escala, el hombre muestra su ambición por retener el poder y la violencia es solo una de sus máscaras. Se destacaron los trabajos de Xavier del Barco, Rafael Rodríguez, Leopoldo Cáceres y Marcos Cáceres. El enfermo imaginario de Molière llegó de la mano de la Comedia Universitaria desde la ciudad de Santa Fe. El director, Claudio Martínez Bel, también asumió la responsabilidad de adaptar el texto. Fue evidente la necesidad de que figuraran todos los integrantes de la compañía por eso la aparición sin texto, casi como un ballet en varios momentos del espectáculo. Sorprendió un planteo estético,
FIESTA DEL TEATRO
NACIONAL DEL TEATRO
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