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La segregación racial y la crisis de vivienda asequible en Kalamazoo
from Ed.574
Extraído del artículo “Cómo la segregación racial en Kalamazoo fomentó el problema actual de la asequibilidad de la Vivienda”, escrito por Julie Mack para MLive
La crisis de vivienda asequible en Kalamazoo tiene raíces profundas en las políticas de segregación racial implementadas durante el siglo XX. Prácticas como el redlining, las cláusulas raciales restrictivas y la discriminación en el acceso a préstamos hipotecarios contribuyeron al deterioro de vecindarios como Northside, donde la comunidad negra fue concentrada y excluida de oportunidades económicas.
A pesar de que la segregación en la vivienda fue prohibida legalmente en 1968, sus efectos han persistido por décadas, afectando el acceso a vivienda digna, el valor de las propiedades y el desarrollo comunitario. En los últimos años, la revitalización de Northside ha traído tanto oportunidades como desafíos, en particular el riesgo de gentrificación y el desplazamiento de los residentes históricos del vecindario.
El impacto del redlining en Kalamazoo
En 1950, Northside era un vecindario de clase trabajadora, con una población mayoritariamente blanca. Sin embargo, solo dos décadas después, se convirtió en uno de los barrios más pobres de Kalamazoo y el hogar de la mayoría de la comunidad negra de la ciudad. Este cambio no fue accidental, sino el resultado directo de políticas de exclusión.
El redlining, implementado en todo Estados Unidos a partir de la década de 1930, fue un sistema en el que los bancos y aseguradoras categorizaban vecindarios en mapas codificados por colores para determinar dónde se concedían hipotecas. Los vecindarios marcados en rojo eran considerados riesgosos y, por lo tanto, se les negaba el acceso a préstamos y financiamiento para mejoras.
En Kalamazoo, como en muchas otras ciudades, los vecindarios con residentes negros fueron marcados con rojo, lo que impidió la inversión y el desarrollo en esas áreas. Northside fue el principal vecindario afectado, lo que limitó el acceso de los afroamericanos a la propiedad de vivienda y restringió su movilidad social.
Mientras tanto, los vecindarios blancos recibieron financiamiento y apoyo para el crecimiento, con nuevas viviendas y mejores infraestructuras. Esto permitió que muchas familias blancas de clase trabajadora ascendieran a la clase media a través de la propiedad de vivienda, algo que se les negó sistemáticamente a los afroamericanos.
Huida blanca y deterioro del vecindario
Durante las décadas de 1950 y 1960, la llamada “huida blanca” (white flight) aceleró el declive económico de Northside. A medida que las familias negras comenzaban a mudarse al vecindario debido a las restricciones impuestas en otras áreas, muchas familias blancas decidieron trasladarse a vecindarios suburbanos exclusivos, como Winchell, Milwood y Westwood.
Esta migración tuvo un impacto devastador en Northside. A medida que los residentes blancos se iban, también lo hacían los negocios y los recursos. La falta de inversión y el deterioro de las viviendas fueron inevitables, ya que los bancos y aseguradoras se negaban a conceder préstamos para mejoras en la zona.
Los datos del Censo muestran que en 1950, el valor medio de las viviendas en Northside era el 74% del valor medio de la ciudad. Para 1970, había caído al 49%. Además, el acceso a créditos y financiamiento siguió siendo negado a los residentes negros incluso después de la aprobación de la Ley de Vivienda Justa de 1968, que teóricamente prohibía la discriminación en la venta y financiamiento de viviendas.
En los años siguientes, el número de viviendas abandonadas en Northside aumentó drásticamente, y muchas propiedades fueron demolidas debido a la falta de mantenimiento. Hoy en día, Northside tiene menos de 450 viviendas, comparadas con las casi 1,400 que tenía en 1950.
Revitalización y nuevos desafíos
En los últimos años, Northside ha experimentado un proceso de revitalización con la construcción de nuevos proyectos de vivienda asequible. Algunas de las iniciativas más importantes incluyen:
• Harrison Circle, un complejo residencial inaugurado en 2021, con 80 apartamentos, de los cuales 64 están destinados a personas de ingresos bajos y moderados.
• Zone 32, un complejo de 12 unidades inaugurado recientemente en Frank Street, con algunas unidades destinadas a familias con ingresos del 60% al 80% del ingreso medio del área (AMI).
• River’s Edge, un proyecto de 228 unidades en construcción, donde 184 unidades estarán reservadas para familias con ingresos por debajo del 60% del AMI.
Aunque estas iniciativas buscan mejorar la calidad de vida en el vecindario, han surgido preocupaciones sobre la gentrificación.
Gentrificación: ¿revitalización o desplazamiento?
Uno de los principales problemas con estos nuevos desarrollos es que los ingresos requeridos para calificar a la vivienda asequible están por encima del promedio de ingresos de los residentes de Northside.
Por ejemplo, en River’s Edge, una familia de dos personas puede ganar hasta $96,840 y aún calificar para una unidad de vivienda asequible. Sin embargo, el ingreso medio en Northside es de menos de $30,000, lo que significa que muchas familias del vecindario siguen sin poder acceder a estas viviendas.
Mattie Jordan-Woods, exdirectora de la Asociación de Desarrollo Comunitario de Northside, ha señalado que esta situación reproduce la exclusión histórica. Según ella, los desarrolladores inmobiliarios están recibiendo dinero público para construir viviendas en vecindarios de bajos ingresos, pero sin garantizar que los residentes de esos vecindarios puedan quedarse en sus hogares.
“Siguen llamándolo vivienda asequible, pero la pregunta es: ¿asequible para quién?” comentó Jordan-Woods.
El legado del redlining sigue presente
A pesar de los esfuerzos por revitalizar Northside, las consecuencias del redlining aún son visibles. Las diferencias de riqueza entre hogares blancos y negros en EE.UU. siguen siendo significativas, en gran parte debido a décadas de barreras en la propiedad de vivienda.
Un estudio reciente reveló que la riqueza media de un hogar blanco en EE.UU. es de $300,000, mientras que la de un hogar negro es de solo $45,000. Gran parte de esta diferencia se debe a la falta de acceso a propiedad de vivienda y a la depreciación de las casas en vecindarios históricamente segregados.
Líderes comunitarios han enfatizado que la solución no es solo construir más viviendas, sino garantizar que las inversiones beneficien a los residentes de Northside y no los desplacen.
Esta historia forma parte de la cobertura especializada del Southwest Michigan Journalism Collaborative sobre temas de calidad de vida y desarrollo comunitario equitativo. SWMJC es un grupo conformado por 12 organizaciones regionales dedicadas a fortalecer el periodismo local y de la cual New/Nueva Opinión hace parte. Para obtener más información, visite swmichjournalism.com.