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Estados Unidos rompe récord de tiroteos en escuelas en 2024

Redacción- New/Nueva Opinión

Terminando 2024, Estados Unidos ha alcanzado la alarmante cifra de 83 tiroteos en escuelas, el número más alto jamás registrado. Este trágico récord evidencia la magnitud de la crisis de violencia armada que afecta al sistema educativo y subraya las profundas divisiones sociales y políticas del país.

Los ataques, que dejaron 38 personas fallecidas y al menos 115 heridas, han ocurrido en su mayoría en escuelas de educación básica y media, aunque también se registraron incidentes en campus universitarios. Más allá de las cifras, los tiroteos representan un golpe devastador para las comunidades educativas, alterando el concepto de la escuela como un espacio seguro.

El ataque más reciente, en una escuela cristiana de Madison, Wisconsin, conmocionó a la nación. Natalie Rupnow, una estudiante de 15 años, disparó contra sus compañeros y un profesor, dejando tres muertos, incluida ella misma, y varios heridos. El incidente se suma a una lista creciente de tragedias escolares que generan debates efímeros pero sin cambios duraderos en las políticas de control de armas.

La violencia escolar en Estados Unidos tiene raíces profundas. Desde la masacre de Columbine en 1999, estos incidentes se han convertido en un fenómeno recurrente, con términos como “efecto Columbine” para describir a atacantes inspirados por tragedias anteriores. Las medidas de seguridad implementadas tras ese ataque, como la instalación de cámaras y detectores de metales, han sido insuficientes para detener el aumento de la violencia armada.

El acceso masivo a las armas exacerba la crisis. Según Small Arms Survey, en Estados Unidos hay 120 armas de fuego por cada 100 habitantes, una cifra que no tiene comparación con ningún otro país. La facilidad para adquirir armas ha convertido a la nación en un escenario propicio para tragedias repetitivas, lo que genera divisiones entre quienes exigen leyes más estrictas y quienes defienden el derecho a portar armas. El presidente Joe Biden ha renovado su llamado al Congreso para aprobar verificaciones universales de antecedentes y restricciones a la venta de armas. En contraste, figuras como Donald Trump sostienen que desarmar a la población respetuosa de la ley no resolverá el problema. Este estancamiento político refleja la polarización en torno a la Segunda Enmienda y la dificultad de implementar cambios significativos.

El impacto de los tiroteos va más allá de las víctimas directas. Profesores y estudiantes afectados por la violencia han liderado movimientos en favor del control de armas, mientras que las escuelas, antes consideradas espacios formativos y seguros, ahora son percibidas como entornos vulnerables. La comunidad educativa, golpeada por estas tragedias, enfrenta un futuro incierto, mientras el país sigue buscando soluciones a un problema que parece no tener fin.

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