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Contribuciones y Desafíos de la Comunidad Latinx en Kalamazoo

Desde Kalamazoo, Priscilla Cano empodera a personas con discapacidades en Michigan eliminando barreras

Por Nick Bucley para New/Nueva Opinión

Nota del editor: Este reportaje forma parte de la serie Contribuciones y Desafíos de la Comunidad Latinx en Kalamazoo de New/Nueva Opinión. Subvencionada por la Kalamazoo Community Foundation.

Kalamazoo, MI -Priscilla Cano siente un gran orgullo por su familia, su comunidad y su herencia.

Pero, sobre todo, Cano está orgullosa de sí misma como una mujer mexicoamericana, una persona con trastorno por déficit de atención/hiperactividad, una graduada universitaria, una madre casada con dos hijos y una defensora de los derechos de personas con discapacidades. A través de estas experiencias, Cano se impulsa a ayudar a las personas con discapacidades a encontrar justicia y equidad para obtener los recursos que necesitan, como defensora bilingüe en la Michigan Disability Rights Coalition (MDRC).

“Es muy gratificante”, comentó Cano sobre su trabajo.

“Cuando trabajé para el distrito escolar, había un límite en lo que podía hacer por la comunidad. Me di cuenta de que el problema era mucho más grande y que hay muchas agencias que trabajan para ayudar a las personas con discapacidades”.

La menor de siete hijos, Cano contó que su familia se mudaba constantemente entre Texas y Michigan debido al trabajo migrante de sus padres en el campo. A los 16 años, se mudó con una hermana mayor para poder terminar la escuela secundaria en Hartford antes de asistir a la Universidad Estatal de Michigan (MSU) mediante el Programa de Asistencia para Migrantes Universitarios (CAMP, por sus siglas en inglés).

Mientras e studiaba una licenciatura en estudios interdisciplinarios y ciencias sociales en MSU, Cano quedó embarazada de su hijo mayor. Como madre soltera, permaneció activa en la comunidad universitaria, ayudando a fundar Kappa Delta Chi, una sororidad latina. También trabajó en el centro de recursos para personas con discapacidades.

“A pesar de ser una madre soltera en la universidad, eso despertó mi pasión por querer involucrarme en la comunidad”, explicó Cano. “Y quería ayudar a la comunidad migrante e hispana”.

En MSU, Cano conoció a su esposo, y la pareja ahora vive en Dowagiac, donde crían a sus dos hijos de 12 y 4 años.

Cuando su hijo mayor tuvo dificultades para leer en la escuela, se reunieron con maestros y administradores para desarrollar un IEP (Plan de Educación Individualizado). Más tarde descubrieron que tenía dislexia, TDAH inatento y trastorno del espectro autista (TEA).

Cano señaló que entender qué recursos, modificaciones y adaptaciones están disponibles para un estudiante con discapacidad, y cómo abogar por su hijo, puede ser un desafío para cualquier padre, especialmente cuando existen barreras culturales y lingüísticas.

“Es intimidante entrar a una sala donde eres la única persona de color y te hablan, no contigo, porque todo se traduce”, expresó Cano. “Y podrías asumir que están haciendo lo mejor para tu hijo, porque en nuestra cultura, confiamos en que las figuras de autoridad tienen el mejor interés para nuestros hijos. La intención puede estar ahí, pero los padres conocen mejor a sus hijos. Quiero que más personas sientan ese poder que pueden tener”.

Cano trabaja de manera remota para la organización sin fines de lucro con sede en East Lansing, realizando trabajo de defensa en la capital estatal y sirviendo como un puente para familias y personas con discapacidades en Michigan al conectarlas con los recur sos que necesitan. Entre las iniciativas de MDRC en las que se enfoca está el programa LEAD (Desarrollo de Lideraz go, Compromiso y Defensa), que empodera a personas de color con discapacidades y a sus padres a través de opor tunidades de capacitación e involucramiento.

“Llegué a MDRC porque quería hacer algo a mayor escala”, explicó Cano. “Traba jamos directamente con los pa dres. Hacemos un grupo cada año para padres de habla his pana donde aprenden sobre el orgullo por la discapacidad y la defensa, y cómo lograr que sus hijos se sientan orgullosos de su discapacidad. En nuestra comunidad latina, puede haber vergüenza y estigma en torno a las discapacidades. Tenemos que empezar ahí. No deberías sentir vergüenza, debemos construir ese orgullo. Una vez que abordamos la vergüenza, podemos pedir lo que necesitamos”.

Cano añadió que las personas con discapacidades provienen de diversos contextos sociales, económicos, étnicos y raciales, y que aún queda mucho trabajo por hacer para eliminar las barreras culturales y lingüísticas.

“No hay muchas personas que hagan lo que yo hago (en Michigan). Hay mucha defensa por las discapacidades en el estado, pero no mucho en español. Trato de estar presente para que las personas sepan que tenemos recursos”, dijo Cano. “Estoy orgullosa de poder hablar un segundo idioma y de haber crecido como migrante… Mi hijo es mi mayor motivación. Estoy haciendo esto para crear un mejor espacio para él”. Para obtener más información sobre los servicios de MDRC, visite mymdrc.org/es/ o escriba a info@mymdrc.org.

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