J u a n L u is Po sa d a s
valiente, dice que lo hizo con “tierra, madera y ramas de árboles”52. Frontino, interesado más en las estratagemas bélicas inusuales, detalla que fue con “los cuerpos de los prisioneros y del ganado que él había matado”53. No podemos saber, por supuesto, cómo se desarrolló la escena, puesto que en otro momento las fuentes atestiguan que Espar taco mató a los prisioneros romanos para avanzar más rápidamente, o que crucificó a uno ante el muro, por lo que los rebeldes no parecían tener escrúpulos a la hora de ejecutar a sus presos. En todo caso, pare ce más práctico que utilizaran materiales convencionales para rellenar el foso, como madera, tierra, los haces de leña que en otra ocasión ci tara Apiano, sin perjuicio de que también se arrojaran al foso cuerpos de muertos en el asedio y carcasas de ganado ya consumido. Con todo ello, Espartaco y su ejército, que podría haber quedado reducido a unos ochenta mil hombres debido a las derrotas en el estre cho de Mesina, en los dos asaltos fallidos al muro, y a los caídos en las escaramuzas anteriores y en este tercer asalto, se dirigió hacia el golfo de Tarento, con ánimo de alcanzar Brindisi, quizá para apoderarse de los barcos allí anclados y cruzar con ellos a Grecia. Y todo ello con el ejército de Craso recuperándose de la sorpresa y reuniéndose desde todas partes de aquel muro de cincuenta kilómetros para perseguirles con rabia. Los acontecimientos posteriores a la ruptura del cerco no están muy claros. Según Apiano, Espartaco se dirigió hacia Apulia, hacia la ciudad de Brindisi, quizá para hacerse con las naves allí atracadas y cruzar a Grecia. Es la única indicación que tenemos de su ruta. Plu tarco, que es quien da más datos de los acontecimientos finales de la rebelión, sitúa las batallas siguientes en Lucania, es decir, un poco al norte del Bruzzio, antes de llegar a Campania, la región donde había comenzado la guerra. A todos los efectos, el relato de Plutarco es el más fiable, dado que, por desgracia, las fuentes “primarias” , Salustio y Tito Livio, se han perdido con respecto al lugar de los hechos. Habrá que imaginarse, pues, con Apiano y Plutarco, que Espartaco y sus rebeldes se dirigieron primero hacia el este, para alcanzar Brindisi. 52 Plut. Cras. IO.9. 53 Front. Stint. 1.5.20.
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