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Alberto "Quique" Marzo De: Para: Enviado: Asunto:
"Administrador - ILLUMINATI" <qmarzo@yahoo.com.ar> "Illuminati" <illuminati@egrupos.net> Lunes, 18 de Octubre de 2004 09:58 ILLUMINATI: EL PODER SECRETO DETR ÁS DE LA HISTORIA
ILLUMINATI: EL PODER SECRETO DETRÁS DE LA HISTORIA escribe: Gustavo Fern ández
Necesaria nota introductoria: Ustedes ya lo saben. Esta es una revista digital que trata sobre OVNIs, Parapsicología y otras Disciplinas Herméticas. En consecuencia, a medida que avancen en la lectura de este trabajo puede ocurrir que se pregunten: "¿Qué diablos tiene que ver este artículo con AFR?". La verdad sea dicha: yo también me lo he preguntado. Pero la duda no sobrevivió mucho tiempo. En primer lugar, porque así como esbozamos en otros números la raigambre de cierto "poder oculto" con la sistemática intoxicación de ámbitos ovnilógicos y la manipulación de la información, también veremos, si tienen la paciencia de leerlo, que su existencia maquillando la "Historia oficial" incluye el ocultarnos conocimientos que quizás habrían ya proyectado al ser humano a vivir y evolucionar de acuerdo a otros paradigmas. Y en segundo lugar, porque es mi personal opinión que tan importante como hablar de las disciplinas que nos interesan, es sacudir las telarañas mentales y patear las estanterías de los pensamientos anquilosados. Así que, a confesión de parte...
Introducción: ¿Cómo nace un paradigma? Un grupo de cientistas colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los cientistas lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Despu és de alg ún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molí an a palos. Pasado algún tiempo m ás, ningún mono subí a la escalera, a pesar de la tentaci ón de las bananas. Entonces, los cientistas sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subi ó más la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurri ó lo mismo. El primer sustituto particip ó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repiti ó el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido. Los cientistas quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron
18/10/2004