Revista, especial Zaraza

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Edición especial Zaraza

Jun-Julio 2012/10Bs.

Porque la tinta y el papel también son gemelos negrosobreblanco2010@gmail.com/ Versión digital : www.negrosobreblancoonline.wordpress.com – Año 2 N° 13-14

Durante Julio visitaremos la localidad de Zaraza, Edo. Guárico

Llevando letras a toda Venezuela Los colores de la roza Una obra de Rafael Camejo que refleja la idiosincrasia del venezolano, características que el autor traza con destreza. Pág. 10

Se presentará el libro Bocados de silencio de Rafael Ayala Páez durante la estadía en Zaraza

El primer Bolivariano, ebrio de luz y hambriento de pelea

Durante la segunda semana de Julio estaremos visitando la hermosa población de Zaraza en el oriente de Venezuela, ciudad donde organizaremos ferias nómadas en distintos lugares de la ciudad, presentaremos libros y acercaremos nuestro trabajo a toda la ciudad. Universidades y plazas serán nuestros destinos.

De esas cartas jamás enviadas Pág. 5

Articulo interesante del poeta, cuentista infantil y narrador Norge Sánchez acerca de la vida de este héroe y bardo José Martí. Pág. 3

No es país para viejos Pág. 9

Poemas de bardos de Zaraza Pág. 11

Carlos Zerpa y sus balas de plata

Reseñas literarias

El Maestro del arte no convencional, quien ha tomado simultáneamente Caracas y Valencia, regresa a ésta; su ciudad de origen, para deleitarnos con una muestra sorprendente, llenando completamente La Galería Universitaria Braulio Salazar.

Letras Zaraza: Pueblo Nuevo Pág. 13

Pág. 6

Pág. 10

Letras Zaraza: Tumbas Pág. 14 Entrevistas Pág. 7 y 8


2 Editorial

Periódico cultural y literario Negro sobre Blanco

Editorial Al momento de comenzar a redactar este editorial, faltan pocas semanas para que se dé una actividad en Zaraza, estado Guárico, lugar al que dedicamos este impreso. Negro sobre blanco es una publicación cultural y literaria de circulación bimensual por la vía web e impresa que busca rescatar la cultura venezolana y extranjera. Para Comunicarse: www.negrosobreblancoonline.wordp ress.com www.negrosobreblancoeditores.blog spot.com www.negrosobreblancodeltaamacur o.blogspot.com negrosobreblanco2010@gmail.com Imprenta: 0426 1210112 0426 3310853 Prensa: 0426 1210112 0212 3658097

Director: Richard Sabogal Coordinador editorial: Gusmar Sosa Diseño de imagen: Carolina Linares Diagramación: Richard Sabogal Corrección: Damaris Perdomo, Richard Sabogal Colaboradores: Norge Sánchez, Gusmar Sosa, Rafael Ayala Páez, Luis Eduardo Ayala Páez, Leonardo Alezones Lau, Paolo Favas, Rafael Camejo, Rodolfo Moleiro, Lila Gómez, Miriam Mallorquín, Alfredo Camejo, José Malaguero Impreso por: Negro sobre Blanco Editores ISNN: en trámite Depósito Legal: En trámite Se imprimieron 1200 ejemplares

Varios títulos en este momento se editan, pulen, se esperan bautizos, presentaciones, recitales, encuentros entre amigos, se oye musica, compartir con otros medios, un popurrí de actividades que se espera gesten, y el camino que transitamos de paso a una calle mucho mas fructífera donde todos recibamos una satisfacción. Este sería el segundo número que dedicamos a un estado en particular, el anterior fue dedicado a Delta Amacuro, sitio en el que participamos en la Filven 2012, al igual que participamos en Aragua. La ocasión nos hace sentir más que satisfechos, esta sería nuestra primera feria independiente donde participamos, organizada por nosotros y por gente bonita que está trabajando para que todo salga a la perfección. Rafael Ayala Páez, quien labora en Zaraza, se mantiene en su bodega cultural y es miembro de nuestra casa editorial con su primer libro Bocados de Silencio, se mantiene en constante contacto con nosotros innovando e ideando nuevos modos de hacer cultura; a él va nuestro primer gran agradecimiento, le sigue toda la gente de las universidades que prestaran su espacio para que presentemos nuestros libros, a su vez las personas que dedicarán un pedacito de sus cosas para trabajar, a quienes facilitaran mesas, sillas, toldos, micrófonos, parales, espacios, a la gente de las radios que están en este momento lanzando el spot de publicidad anunciando iremos. A la madre de Rafael y Eduardo Ayala, quien nos brindará su gastronomía y a la Cooperativa Autochtone. A todos, Gracias inmensas por el apoyo prestado, esperamos estar a su altura. Como es costumbre los dejaré con las recomendaciones, lean todo lo que aparece de Zaraza, la sección de poesía, las reseñas literarias, los cuentos casi al final del impreso, el articulo a Rafael Ayala Páez, lean el excelente artículo de Martí, escrito por Norge Sánchez, con citas. Algo preparado con mucho tacto y mucha dedicación, en nuestro sitio digital están las fuentes, por cuestiones de espacio no lo colocamos en el impreso. . Zaraza, alla vamos!!


Jun - Jul 2012

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Remembranzas 3

El primer Bolivariano, ebrio de luz y hambriento de pelea Por: Norge Sánchez

entre los grandes pensadores que ha gestado nuestra América. Así nos ha dejado dicho. Como todo gran espíritu veía en la naturaleza símbolos humanos. _Y se placía en ver en el mar el de la libertad.1 Y en uno de sus apuntes. Después del mar, lo más admirable de la creación es un hombre.2

El primer Bolivariano, apóstol de la independencia de Cuba José Julián Martí Pérez, nacido en La Habana del siglo XIX, un 28 de enero, en el seno de una familia humilde e hijo de españoles; Don Mariano y Doña Leonor, sin duda alguna nuestro más prominente combatiente en todos los tiempos y un gigante hombre de letras. Nuestro Martí, que cultivó con esmero impecable los valores éticos y morales, los conservó siempre a mano durante toda su prosa y muy especialmente gustaba de compararlos y compararse con los más diversos accidentes de la geografía mundial como se verá a lo largo de estos apuntes. ¿Cuál sería el más grande anhelo de este hombre?, quién desde niño había definido su lugar con los pobres de la tierra, sufrido prisión y maltratos por desear su libertad individual y lo más importante para él, la independencia de su tierra natal; definiendo en su poema Abdala el amor a la patria no como el simple y vulgar amor a yerbas y plantas sino una interiorización aguda de principios y valores éticos que lo colocan entre los grandes pensadores que ha gestado nuestra América. Así nos ha dejado dicho. Como todo gran espíritu veía en la naturaleza símbolos humanos. _Y se placía en ver en el mar el de la libertad.1 Y en uno de sus apuntes.

En el mar la libertad y después del mar, un hombre, el mar en toda su grandeza en el pensamiento del intelectual nacido en una isla, en la más importante ciudad portuaria de su amado país. Y con el ímpetu del guerrero agregaba: Mido yo mi grandeza por la de los océanos 3 irritados. Apuntando luego ... estos tumultos bárbaros del pecho caben todos en un grano de arena!4. Y mirándose a sí mismo en su estatura ... Yo soy una tempestad en el seno de una nube azul.5 Y luego ... Y me sentí potente como el rayo6 en otro momento reflexivo vuelve el mismo elemento natural a ser símbolo de su estado espiritual. Más infortunado que el océano, ni playa arenosa ni riscosa tiene.7 Este mar infortunado donde arrojó la Mora su perla para siempre, fue la ruta que lo llevó más de una vez al destierro y aquí junto a su estado de ánimo aparece otro elemento de la envoltura geográfica ... Vivir en el destierro_ tallar en nubes8 luego diría: Siento que todas

elemento de la envoltura geográfica ... Vivir en el destierro_ tallar en nubes8 luego diría: Siento que todas las nubes de la tierra descienden sobre mi corazón9 y también ...Voy por la tierra como rodeado de nubes, y con los pies en el vacío.10 He querido comenzar con estos dos elementos que con su inmensidad nos enseñan a mirar lo lejano, lo grande, lo difícil de palpar para la pequeña individualidad física y tangible. No nos detendremos, seguimos junto a Martí nuestra exploración por que ... Cada hombre, si mira atentamente, construye el mundo. Se explica los mitos eternos. Los produce él mismo, en igual o semejante forma.11. Veamos que noticia nos trae la Revista Universal de México el 30 de noviembre de 1875. Todo hombre está sujeto a la tierra con terribles raíces; somos arbustos que arrastramos nuestras raíces por la tierra.12 Y en Guatemala dirá ¡Feliz quien como yo, puede atravesar una selva, sin que le figuren jueces y difuntos los troncos de los árboles!¡Feliz quien puede oír una tempestad entre los bosques, sin que nada dormido se levante a pedirle justicia contra sí mismo en su conciencia!13


4 Remembranzas

Periódico cultural y literario Negro sobre Blanco

, en Montecristi; Cabo Haitiano, sentenció _El hombre asciende a su plena beldad en el silencio de la naturaleza.14 Pero no como mero espectador sino que ... El hombre desaloja las montañas, y se pone en lugar de ellas.15 Y también ...me pesan mis pensamientos como rocas.16 Y ...Eres para mi como esas aguas de cuya salud se nutre el bálsamo.17 Y no solo los elementos tangibles de la naturaleza, escuche el lector la voz del bardo con su excepcional lirismo ...Las estaciones no están en el año; sino en el alma.18 Aunque había dejado dicho: Yo soy como las abejas, que trabajan mucho más en el verano.19 o ...es una desdicha que mis pensamientos no sean flores, porque si lo fueran, yo haría con ellos un ramillete...20 y aquí otros ejemplos de la presencia constante de la enormidad del entorno natural cuando plantea ... Mis ojos han debido llorar mucho esta noche. Hay en ellos como el reflejo de un desierto.21 o este otro ejemplo: En el cuarto oscuro, a media noche, las cejas, al rozar con la almohada, hacían, para mí que las oía, el mismo ruido que las ramas del bosque en la tempestad.22 Y en el esplendor de la vegetación escribirá en sus cuadernos de apuntes ...En la ciudad, cuando cierro los ojos, todo lo veo negro. Y aquí cuando cierro los ojos, lo veo todo verde.23 Y ante la fuga precipitada del astro rey, cuando el manto silencioso de la oscuridad se le encima...se siente uno un poco tigre cuando llega la noche24. Diría en Guatemala aquel que tenía...alma de águila para cantar los males de la patria.-25 Y ¡este león rugiente, este corcel de Arabia, y esta águila altanera que yo me siento aquí en el alma!26 o como irá apuntando...Yo no veo el águila, pero yo la tengo en mí -yo siento que puedo ser águila.27 Ante los amores rotos por lo avatares de la vida del íntegro cubano soñador y apasionado madre natura ofrece su ejemplo novedoso... Y me arrancaré tu amor que me duele, como un zorro cogido en una trampa se amputa con sus dientes el miembro preso. Y me iré por el mundo sangrando; pero libre.-28 Y que decir de su capacidad para evadir injurias, calumnias que sus enemigos se inventaron siempre para intentar dañar la imagen del Delegado del Partido Revolucionario Cubano, organizador de la guerra necesaria en busca del sueño libertario para su amada nación, para quienes intentaron mancharlo dejó claro. Soy como aquella laguna colombiana, "tan cristalina y limpia", que "si una paja cae en ella, la despide luego a sus orillas".29

nación, para quienes intentaron mancharlo dejó claro. Soy como aquella laguna colombiana, "tan cristalina y limpia", que "si una paja cae en ella, la despide luego a sus orillas".29 Le apunto al lector que se está refiriendo además a la laguna de Guatavita donde los indígenas de Bogotá celebraban las ceremonias para la consagración de su soberano, llamado Zipa. Ese famoso Dorado que tanto perturbó las afiebradas mentes de los primeros conquistadores europeos por el derroche de oro y joyas que había en tal ceremonia. Y en otro memorable instante de iluminación nos dejó advertido, ...Yo soy como aquellos llanos de Siberia, que dan fruto abundante en medio del frío.30 Hasta aquí hemos visto en su muy variadas manifestaciones a la naturaleza en la vida de nuestro insigne maestro, quien se consideró él mismo siempre como naturaleza infinita; de ahí que ante la constante posibilidad del acto final por la grandeza de la patria, ante la proximidad del toque a degüello, del cañón hambriento, el machete a punto de arrastrarle en su desacostumbrado costado glorioso nos confiesa ...¡Tengo miedo de morir antes de haber sufrido bastante!31 Y ya a estas alturas ha sido el presidio con el dolor del grillete clavado en sus pocos años, el destierro hacia el infinito desconocido dejando madre, padre, hermanas y maestro querido y respetado. Ha sido el invierno, y la constante amargura de la secuela física y el alma enlutada para siempre y la plena convicción de que ...Yo moriré sin dolor: será un rompimiento interior, una caída suave, y una sonrisa.32 Y lo hacía efectivamente en la tarde del 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, al iniciarse la "Guerra necesaria" que había organizado y dirigido sabiamente, como para fundar un pueblo, no para mandar un campamento, como le explicará al Generalísimo Máximo Gómez en su momento. Pasó a la inmortalidad consciente de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, en pleno combate entre la pólvora y los gritos, el tropel y el ansia de libertad que lo acompañó durante toda su preciosa trayectoria por el mundo. Llegó a la gloria definitiva de la patria americana como había soñado durante su luminosa existencia ...Ebrio de luz y hambriento de pelea.33 Vea las notas en http://negrosobreblancoonline.wordpress.com/2012/06/18/el-primerbolivariano-brio-de-luz-y-hambriento-de-pelea-por-norge-sanchez/


Jun - Jul 2012

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Zulia 5

De esas cartas jamás enviadas (Ahora carta abierta) Por: Gusmar Sosa

Soy aquel que una vez fue el muchacho que conociste. ¿Recuerdas? El que pensó que podía ser el rey del mundo. Cuyas decisiones no pesó jamás en la balanza del tiempo, y siempre avanzó confiando en las fuerzas que creyó tener. No sabía que un día querría detenerme frente al mar y recordar esos días y mirar desde allá el futuro… Llevaba sobre mis hombros las cargas que no debía llevar. ¿Recuerdas que no podía estar tranquilo en un solo lugar? Yo ya no sonrío al recordarlo. Presumía de proyectos y desconocía de vida. Pretendía volar hasta el nivel más alto, como si eso fuera fundamental. Rodeado siempre de gente pero desnudo de compañía. Viviendo la vida como si ésta fuera corta, como si fuera solo un impulso. Seguro me recuerdas corriendo en todo momento, sin ánimo de detenerme a mirar los ojos, sin tiempo de escuchar el alma. Descansando en constantes compromisos, empeñado en convertir la noche en día. Queriendo ser amo del tiempo. Huyéndole a la quietud, bailando con la distracción. ¿Recuerdas que perseguía estrellas fugaces cuando solo debía contemplarlas? Creí que podía vivir a base de fórmulas. Me escondía del silencio y temblaba ante la soledad. Claro, era un secreto, yo no hablaba de mis debilidades, podía perder la competencia. ¡Guardé tantos secretos! Los secretos se hacen pesados con el tiempo, y a veces tienes que aprender a soltarlos y otras veces la misma vida te obliga a soltarlos, o más bien a vomitarlos. Es horrible el sabor que queda de ellos, pero el tiempo también lo va borrando. ¡Y pensar que le tuve miedo! Sí, le temía al tiempo, y hoy sonrío con él. Me ha enseñado buenos juegos. Que irónico, antes no tenía tiempo para los juegos y hoy me empeño en ser de nuevo un niño.

Hoy soy tan diferente, y no sé si soy mejor o peor, tampoco sé si es bueno o malo no ser el mismo, tal vez mañana pueda saberlo. Ahora me conformo con ver las estrellas fugaces pasar, entendí una noche que ellas no existen para ser perseguidas. Creerás que ahora soy un tonto, pero a veces, cierro mis ojos y pido un deseo. Un día te hablaré de mis deseos, tal vez nos reiremos juntos. Sí, ahora suelo reír, es decir, reír de verdad. Ya no vivo tan deprisa, me cansé de correr. Y cuando solo caminas te das cuenta que hay muchas cosas que solo puedes disfrutar caminando, como la compañía de verdaderos amigos, la brisa de la mañana en estos días de extraño invierno, como la sombra de un árbol bajo el sol de mediodía, como la sonrisa de un niño que sin conocerte te la regala. Ahora me sobra el día, puedo tomar un café a las seis de la mañana, puedo sentarme a desayunar en cualquier kiosco cuando así lo quiero, y escuchar a un anciano hablar sus nostalgias mientras lee el diario. Ahora hasta me alcanza para cazar historias, y la noche es noche, me alcanza para mirar la luna… Hay tantas cosas que pudiera decirte, por ahora creo que esto es suficiente. Solo fue un asalto de nostalgias, pues ahora el tiempo me alcanza para sentirlas… Seguro un día de estos nos vemos… Solo quería advertirte que ya no pretendo ser el rey del mundo…

Gusmar Sosa: Director de Negro sobre Blanco Zulia www.negrosobreblancozulia.blogspot.com


6 Carabobo

Periódico cultural y literario Negro sobre Blanco

Carlos Zerpa y sus balas de plata Por: Leonardo Alezones Lau El Maestro del arte no convencional, quien ha tomado simultáneamente Caracas y Valencia, regresa a ésta; su ciudad de origen, para deleitarnos con una muestra sorprendente, llenando completamente La Galería Universitaria Braulio Salazar. Dos pisos de cuadros e instalaciones. En el primer piso la obra consta de composiciones hechas con objetos comunes, que dado su precisa colocación sobre los cuadros forman un excelente domino del color transmitido directamente por el objeto en su justo valor y peso, cuchillos, monedas, discos compactos, discos de acetato, falsa pedrería, tazas, juguetes de plástico, pedazos de espejos, relojes, cucharas, inyectadoras, botellas partidas, sacos de harina adoptados como fondo, crucifijos y hasta la portada de un dvd pirata de la afamada cinta de Tarantino Pulp Fiction, se distinguen en un imaginario donde el artista expresa una suerte de violencia soterrada, presente en la cultura religiosa. Me sorprenden mucho los cuchillos cuña empuñadura está formada por monedas sobre cruces de madera. También sorprenden los títulos de esta serie al cual Zerpa ha llamado cariñosamente Santos Mutantes, entre ellos se distingue un retrato formado completamente por monedas fuera de circulación, la instalación que consta de un taxi cuya parte superior fue cortada y colocada sobre un arenilla que contiene un pala y botellas de cerveza, como si retratara la realidad social de los que ejercen dicho oficio en el país; junto al mismo 2 pequeñas cabinas con cráneos forrados completamente por unas pequeñísimas estampas del Divino Niño y el Sagrado Corazón de Jesús, y en ellas una suerte de repisa de madera sostiene sobre ellas la tradicional señal distintiva de taxi que identifica los autos que prestan el servicio. El segundo piso de la galería, contiene la continui

continuidad de lo que ha sido una larga trayectoria dentro de lo que es la pintura plana en Venezuela. El artista se muestra sincero con sus temas de preferencia sin dejar de lado la identidad de su entorno, pero sin negar sus preferencias a la hora de abordar el oficio; a ratos frente a sus pinturas tuve la sensación de un estado lisérgico en el Desierto del Mojave. Donde tantas veces su ídolo Frank Zappa llegó a componer melodías que adelantaron en estilo y expresión, tiempo atrás, al famoso cuarteto de Liverpool. Un lenguaje honesto y directo pero rico en texturas, detalles y juegos de color en donde destacan sus toros y venados, entre otros juegos psicológicos, personajes de Lucha Libre Mexicana, pero también El Venerable José Gregorio Hernández, Cestas de Tomates y las 3 instalaciones que yacen en el Nivel Superior; Entre estas se encuentra una virgen rodeada completamente de botellas vacías, unos remos colocados a igual distancia uno de otro y reclinados sobre la pared descansando en un suelo de arena donde están seis calaveras negras y plateadas, dicha analogía, para mí, no pudiese decir más acerca de la violencia en la que vivimos sumidos y de cómo “al remar” nos resistimos a ella. Otra instalación al final del pasillo contiene una mesa de ping pong en cuya malla descansa un cerro de azúcar que simula la cocaína, con 2 cruces en un tipo de invitación a jugar un peligroso rato. Zerpa demuestra inteligencia y humildad al no mostrar la indefensión a culturas foráneas y por el contrario les da el tratamiento de expresar con tino la manera en qué dichos iconos, aunque extranjeros, afectan su vida y la cosmogonía de nuestra región. Leonardo Alezones Lau, Director de Negro sobre Blanco Carabobo y Portuguesa


Jun - Jul 2012

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Entrevistas 7

Zaraza, cuna de talentos Por: Richard Sabogal Zaraza, pueblo conocido como “La Atenas de Guárico” por su riqueza cultural llena de “buenos músicos, médicos, escritores y pensadores” como bien diría Rafael Ayala Páez, con quien conversamos a propósito de su pueblo natal, donde la gente se acerca a la lectura, a la escritura y a participar en los procesos literarios que se gestan en su pequeña Atenas. Ayala nació en Zaraza en 1988, un poeta que publica en 2012 bajo el sello Negro sobre Blanco Editores, Bocados de Silencio, un poemario intenso lleno de mucha fuerza, Dice el propio autor “que está compuesto de tres partes. La primera La levedad de la materia, que habla de la pérdida de un ser querido, de la huella que deja en uno su marcha, en tu forma de ser o no ser, en todo. La segunda parte, Sed de fuego, es otra cosa. Aquí celebro el amor y el erotismo. La llama doble como la definió Octavio Paz. El amor es la llama azul, y el laerotismo definió laOctavio amor esambas la llama llama Paz. roja.ElCuando se azul, juntany el se erotismo llama roja. elCuando ambas seOjuntan se produce lalailuminación, amor verdadero. al menos produce iluminación, el amor verdadero. tercera lay el amor lasincero entre dos personas. Si unaLafaltara, última Bocados de silencio, donde eltrivial, tema relaciónparte entrees esas dos personas se volvería predominante es la casa. La casa que habitamos y mundana. El amor es un coctel neuroquímico, por que eso nos como bien lo dijoviva Gregory Zambrano. La hay habita, que mantener la llama (disculpen el lugar casa paraíso perdido. Y que sólo puedo recuperar, común) con algo de imaginación y verdad. La terceraeny fragmentos en estosdepoemas.” última partedifusos, es Bocados silencio, donde el tema predominante es la casa. La casa que habitamos y que Este bardo además está lo a cargo de la librería Guárico, nos habita, como bien dijo Gregory Zambrano. La propuesta delperdido. gobierno Ydeque sussólo bodegas casa paraíso puedoculturales, recuperar,que en llegan a cada rincón del país, según Ayala la librería ha fragmentos difusos, en estos poemas. sido bien acogida por el publico quienes colaboran y están pendientes de cada nuevo título que llega a la librería, obras las cuales llevan a universidades, plazas y demás sitios donde los zaraceños disponen de los títulos, obteniendo exitosa distribución de títulos. Y es que Zaraza es una población llena de talento literario, Ayala es de los fundadores de La Red Municipal de Escritores de Zaraza, la cual es reponsable de llevar la librería, dictar talleres de escritura creativa en las escuelas y ha difundido poetas zaraceños olvidados “Lo bueno de la nueva literatura hecha en Zaraza, es que no es homogénea sino heterogénea, es una confluencia de diversas voces y estilos que enriquecen nuestra producción literaria e intelectual.

enriquecen nuestra producción literaria e intelectual” afirma el autor de Bocados de Silencio. Rafael Ayala Páez, surca los caminos de la literatura con varios proyectos entre manos, escribiendo constantemente y trabajando por difundir la literatura, además de cultivarse saboreando el Fausto de Goethe, o Epigramas de Calzadilla, poemas de Crespo, Paul González Palencia y devorando entre poema y poema, libros que caen en sus manos.


8 Historias

Periódico cultural y literario Negro sobre Blanco

Los peligros de la Taxidermia Por: José Malaguero En su tiempo libre (cuando no estaba en la cama, en la mesa o en el inodoro) se dedicaba a coleccionar animales disecados: cabezas de gamas, serpientes preparadas para dar el ataque mortal, peces globo inflados (inclusive tenía uno desinflado), tigres de bengala y muchos animales más; en su mansión de diez mil metros cuadrados solo quedaba una pared que debía llenar, de unos dos metros de largo por uno de alto, lo suficiente para la piel de un automóvil. Hizo las maletas, un avión y estaba en Paris, un avión y estaba en Zúrich. Todo estaba cuidadosamente planeado, no debía ser un automóvil cualquiera el que completara su colección, debía ser uno extremadamente lujoso, pero no podía pertenecerle, pensó muchas veces la táctica, en verdad era muy simple, arrancaría el capó y regresaría a su país y a su mansión. Al salir del aeropuerto subió a un taxi — Lléveme al concesionario más cercano — ¿Seguro señor? — dijo el taxista con voz mecanizada — Si, no quiero ir a un hotel ahora. Y así, poco a poco el taxi avanzaba y el taxidermista podía ver todos los carros en el trayecto; hasta el taxi más simple, no dejaba de ser lujoso. Asomó la cabeza por la ventana, vio el automóvil donde estaba y se le ocurrió una mejor idea. — Cambié de opinión, lléveme un terreno baldío y solitario, mientras más lejos se encuentre, mejor.

— Muy bien señor, no se preocupe — dijo el taxista con la misma voz de antes. Una vez que el taxidermista se bajara, mataría al taxista y arrancaría el capó para completar la colección, pero… — Me bajaré acá — dijo el taxista metiendo la mano en el bolsillo donde estaba el arma.

Apenas pisó el suelo, pudo ver por primera y última vez la cara robótica del taxista, que lo mató segundos después. El taxi llevo al hombre a su casa, lo disecó y completó su colección de humanos. Al taxi taxidermista le encantaba conservar la dermis de sus clientes.

Tus ojos tienen algo… Tus ojos tienen algo de lo que nunca llega, distantes, infinitos, profundos como el mar, de luz inaccesible como de niña ciega, de barco sin regreso queriendo regresar. Tus ojos tienen algo de lo que no se ha ido, de lo que está más cerca de lo que en uno está, de casi preguntarme: ¿Que cosa es el olvido?, y de seguir amando cuando el amor se va… Tus ojos tienen algo de júbilo y de llanto, de acaso y de más nunca, de siempre y de jamás, de nada haber querido y haber querido tanto, así como se quiere cuando se quiere más… Con ellos me confundo, sin ellos nada valgo; me dan puerto y navío, sosiego y tempestad, y huyendo a mis ojos tus ojos tienen algo de ser un poco buenos con algo de maldad. Tus ojos tienen algo de angustia marinera, de mástiles que vuelven y azules que se van. ¡Quisiera andar en ellos viviendo mi quimera y a bordo de los sueños sentirme capitán!... Ernesto Luís Rodríguez (Zaraza, 1916 – 1999)


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Reseñas

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No es país para viejos Por: Paolo Favas Imagínate que abres un libro esperando leer una novela y en su lugar recibes un puñetazo en el estómago. No se me ocurre otra manera de describir No es país para viejos. Tiene forma y aspecto de novela negra y por ella pasa durante un buen trecho. Sin embargo, cuando empieces a sospechar que las cosas no son como deberían será demasiado tarde, y tendrás un puño incrustado en el duodeno. Te sentirás dolorido, confuso y sin respiración, y por mucho que aprecies su autenticidad no habrá nada que te asegure que era realmente necesario. Llewelyn Moss, un veterano de Vietnam que vive con penuria en el Texas fronterizo de los ochenta, descubre mientras caza en el desierto los restos de un tiroteo entre narcos mexicanos. Allí encuentra una maleta con más de dos millones de dólares que cogerá esperando cambiar su vida y la de su mujer. A partir de ahí comenzará un juego del gato y el ratón en el que se sumarán varios personajes. Por un lado Anton Chigurh, un imparable asesino sin escrúpulos que se considera un instrumento del destino. Por el otro el Sheriff Bell, un hombre hecho a la vieja usanza, de valores comunitarios y tradicionales, al que la situación desborda completamente. No es por su argumento por lo que No es país para viejos se aleja del género, como vemos. Es por lo que hace McCarthy con él. El autor, aparentemente a propósito, echa por tierra a mitad del libro las convenciones básicas de la narratología. La tensión cuidadosamente acumulada en los capítulos previos se fulmina abruptamente cuando el momento cumbre de la novela, de cualquier novela, se despacha a ochenta páginas del final, fuera de campo, y contado como un resumen esquemático. Ahí descubrimos que no estábamos leyendo lo que creíamos. Que las minuciosas descripciones de fugas, planes, tiroteos y emboscadas estaban perfectamente de más. A partir de ahí la novela no ofrece incentivos a sus personajes para seguir adelante, aunque lo hagan, pero el problema es que tampoco ofrece demasiados al lector. Para ser honestos, se puede intuir desde el principio que McCarthy no está dispuesto a hacer una novela, sólo algo que se le parece. Su lenguaje, que en todo momento es efectista y directo, alcanzando algunos momentos de poeticidad (como corresponde al género negro), procede por una acumulación que puede llegar a ser agotadora. El autor desprecia explícitamente la sintaxis literaria:Volvió a su habitación y metió en la bolsa su recado de afeitar y la pistola y cruzó el aparcamiento y subió al Ramcharger y arrancó y cruzó al aparcamiento de la tienda de

autor desprecia explícitamente la sintaxis literaria:Volvió a su habitación y metió en la bolsa su recado de afeitar y la pistola y cruzó el aparcamiento y subió al Ramcharger y arrancó y cruzó al aparcamiento de la tienda de electrónica colindante pasando sobre la divisoria de cemento y salió a la carretera. Este ejemplo no es una excepción sino la tónica general. Intercalando esta narración feísta con los monólogos interiores más tradicionales del Sheriff, está claro que McCarthy quiere conseguir algo, un contraste entre dos visiones de la realidad, aunque su efectividad es muy discutible. Decía André Malraux que realismo no significa que de repente un personaje pueda ser atropellado por un coche sólo porque sí, porque estas cosas pasan. Y es que en la literatura, al contrario que en la vida, es necesario un sentido. No se escribe para no decir nada, al menos en principio. Y por mucho que la violencia y la muerte estén desprovistas de un sentido último, hacer de la violencia el corazón de una obra para que el resultado se nos escape entre los dedos parece trabajo perdido. Por mucho que No es país para viejos no sea una obra menor (se sostendría únicamente con la escalofriante creación de Chigurh), no deja de ser el puñetazo en el estómago del que hablábamos al principio. El dolor nos hará sentir vivos y preguntarnos qué clase de mundo es este, pero pasadas la indignación y la rabia no quedará gran cosa.


10 Reseñas

Periódico cultural y literario Negro sobre Blanco

Los colores de la roza Rafael Camejo

En 2006 la Fundación Editorial el Perro y la Rana publica su primer libro de cuentos titulado Los colores de la roza. Esta serie de cuentos son producto de una narración despreocupada y libre de complejos, en la cual se refleja nuestra identidad, esa forma particular de ser del venezolano. Este libro es una muestra literaria de las costumbres del venezolano, con las cuales el autor construye, a través de referentes y del buen manejo del lenguaje, nuestro gentilicio, eso que al final somos.

Rafael Camejo nace en Zaraza en 1961. Es abogado egresado de la Universidad Santa María (1988), oficio que desempeña hasta hoy. Cursó el Programa Superior de Escritura Creativa, dictado por el Icrea y patrocinado por el Conac y la Universidad Simón Bolívar. Ha publicado algunos cuentos y artículos en la prensa regional (diario Jornada, Valle de la Pascua).

Libros de NsB Editores

Bocados de silencio es un collage de visiones, sensaciones, certezas y preguntas, es un libro luminoso que transmite el gozo ante la vida, aunque se refugie a ratos en la nostalgia. Poesía de la contemplación sin estridencias, del sosiego interior, de la fugacidad del instante que se borra y nos borra y, sin embargo, huella que se nutre de cada acto de vivir; paisaje de la vigilia, certeza del sueño posible que se afianza en los actos más simples del transcurrir cotidiano. Homenaje a la poesía en su sentido primigenio de nombrar las cosas del mundo y buscarle sentido a la existencia

Bocados de silencio es un notable primer libro y anuncia no sólo a un poeta de valía, sino a un individuo que reflexiona, sin máscaras ni remordimientos, acerca de cómo construir un mundo donde la palabra dialógica permita plasmar cómo los seres humanos dejamos aquella imborrable huella en el tiempo, ese tiempo que asedia, pero que da un pleno sentido a nuestra existencia.

Rafael Ayala Páez (Guárico, 1988) Licenciado en Educación Integral, mención Lengua y Literatura por la Universidad NacionalExperimental Simón Rodríguez (UNESR). Sus poemas han aparecido en la publicación electrónica El Caracol de Espuma, editada en Barinas por el poeta Miguel Antonio Guevara, en el suplemento literario Letras Ccs del diario Ciudad Caracas, en el periódico cultural Negro sobre blanco y en el boletín mensual de historia local El Unare, editado por el cronista de Zaraza el señor Moisés Rodríguez. Es miembro fundador de la Red Municipal de Escritores de Zaraza.


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Letras y Versos 11

Tarde Alma, río en ocaso, encantamiento móvil de luz en los cristales rojos. Que me sustraes de mi noche siento, yo que vine del mundo hasta tus ojos. Poniente, río y alma. Sólo intento recoger ese lampo en los abrojos. Que me recobra tu suspiro lento de mi noche de muertes y despojos. De júbilos, de formas codiciosa, borra del día el pájaro y la rosa, la tiniebla que gana los confines. Mas tu voz de fulgores, tu presencia, albas infunde de porfiada esencia como de madreselvas o jazmines. Rodolfo Moleiro (Zaraza, 1898 - 1970) Tomado del libro Reiteraciones del Bosque y otros poemas, Asociación de Escritores Venezolanos, Caracas, 1951.

Nocturno Emigra el ave en bandada Cuando rasga la nube su blanca gasa Y la doliente luna callada pasa Triste como antífona sagrada. Lejos brillan las lentejuelas del sol Y los reflejos de plata ondean el ocaso Como reproches de sangre al azul raso ¡Pobre mundo que gira sin mirar al sol! Sombras de la alta noche que en vano A la epidermis del mar besas, Besa la campana de la tarde que su arcano Murmura; no es noche, no es día Y naufragan las flores abrazadas a la espuma ¡Cuánto dolor! Fue oscuridad que se veía Lila Gómez (Zaraza, 1951)

Logo: poema visual de Joan Brossa

La piel arde sola 1 Uno va tras ello como si fuese primordial No lo reclama porque entonces no es lo mismo La voz lo desliza el gesto lo marca la piel arde sola… 2 De toda flor esplendorosa se espera la marchita presencia con un color viejo de final de todos los ojos sonrientes lágrimas y de toda mano abierta un golpe desleal y oscuro. 3 Alcanza mi sexo Un trazo de la vida Romperá cadenas Abrirá laberintos desconocidos Vertedores de fluidos Y goces olvidados Para ti que me tocas Y conviertes en cuerpo Del libro inédito Antología Propia – La piel y el espejo Mirian Mallorquín (Caracas, 1957)


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Periódico cultural y literario Negro sobre Blanco

Poemas de Luis Eduardo Ayala Entrego mi vida a la vida Celebrando y cantando su ostentosa diversidad concediéndole a los sueños un abrigo para que se resguarden de los miedos que se acrecientan en el noche entregándole mi mano a la flor para verla florecer más cerca siendo mis venas sus raíces mi palma la tierra abonada entrego el eco de mi canto a las montañas a los bosques solemnes donde habitan los sueños nocturnos entrego mi espacio para que confluyan los mares incendiados entrego mi vida a la mucha vida que corre como un arrulluelo le entrego mi voz viva mi canto vivo al murmullo del río al susurro del viento al crujir de las hojas al crepitar del fuego para cubrir con atavíos de palabras a la vida que entrego a la vida

Anekantavada La piedra no se adolece por mí Ni el agua se enturbia por mis manos Ni el vuelo de mis pensamientos hace crujir al viento Ni abro heridas al otro que cruje ladra o palpita

El camino de los nirgranthas Confió en mí mismo porque mi piel es solo una hebra más de la tela del universo Allí todos nos entretejemos confío en mí mismo porque me sé igual a los otros a los tantos otros que como yo habitan la luz y la oscuridad

Tauro

Soy tanto aquél como yo mismo y me voy sintiendo en lo que sé y desconozco

Tauro, viejo toro candoroso con clamoreo impertinente, mueve tu fuego fuera de ti.

Sin apegos ni aversiones trazo mi camino por las luminosas constelaciones porque el universo vibra en mí como un cántico secreto nacido en el bosque

Has tuyas la moras y las verdes noches que en vano se duermen en otras manos. Reclama para ti el silencio de la luna, ese cántico fascinante y oculto.

Poema aparigraja Atisbando la luz en las cosas que dejamos ir, para no revestirnos de escasez, de caos.

Te llamaras silencio en adelante

Porque nada nos pertenece en absoluto. Son pocas las cosas que bajo este cielo galáctico están colocadas en su lugar

Porque es en el mar que es donde habita el olvido Donde iré a dejar tu cuerpo tu recuerdo tus labios Tomados del libro El camino de los nirgranthas Te llamaras silencio en adelante Y la noche se apagará en la luz de la vela Y tu recuerdo se esfumará Se diluirá en una tenue estela Te llamaras silencio en adelante


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Pueblo Nuevo Por: Alfredo Camejo (Zaraza, 1960) Aunque en los registros de la historia zaraceña –es casi nula- la evidencia escrita de su existencia, en el lugar origen, subsisten ciertas muestras de la pasada pervivencia de “Pueblo Nuevo”. Después de cruzar la Quebrada “Tamanaco”, luego de haber pasado la hacienda “Posote” propiedad del letrado profesor zaraceño, Pedro Hernández Reyes, entre los límites siguientes: Al norte, comunidad rural “Chaparral”, al sur, carretera nacional Zaraza – Valle de la Pascua, a escasos 18 kilómetros de la primera; al este, comunidad rural “Coco e´ mono”, nos encontramos con lo que queda de aquél, según díceres de algunos paisanos que conocieron más de cerca su historia, , parrandero pueblo; hoy reducido a un semiabandonado cementerio, en cuyas ruinas, se observan todavía vestigios de las aceras de concreto y de algunas paredes de las edificaciones que a pesar de los muchos años de soledad, aún persisten; demostrando que poseen la solidez y la calidad de las construcciones del pasado. Cuentan algunos abuelos y abuelas, oriundos de las comunidades aledañas a este abandonado pueblo, que dicho villorrio se caracterizó por ser muy alegre. En el mismo, todos los fines de semana –sin excepción- se hacían grandes parrandas amenizadas con instrumentos de cuerdas o con la entonces muy usada vitrola. Dicen que estas francachelas comenzaron a contar con la asistencia de un personaje desconocido en la comunidad; y que ni siguiera se sabía de dónde provenía. Sólo se sabía que un hombre de muy buen parecer y de regia estampa, que no tenía rivales ni en el baile, ni en el canto; por lo que todas las jóvenes –aún las más viejas- de aquel lugar se desvivían por él. Fue por todo esto, que algunos de los jóvenes parranderos de aquel poblado, llamados a celo, idearon darle una gran paliza a aquel fulano. Y una de las tantas noches de parrandas que celebraron, le conminaron a tener una conversación “de hombre a hombre” como se estila en el llano, en el traspatio de la casa donde se realizaba una fiesta; y allí, con palos, cuchillos y machetes le atacaron, sorpresivamente,, dejándolo sólo cuando lo consideraron muerto. Los enfiebrados galanes se incorporaron nuevamente al baile; y desde aquella noche no se supo más del mencionado personaje.

más del mencionado personaje. En la mañana del lunes siguiente, cuando las mujeres del pueblo acudieron a la laguna donde acostumbraba, lavar sus ropas después del “atareado” fin de semana, se encontraron en el tapón de la misma con una inmensa culebra “Tragavenedos” muerta a machetazos. A decir de los relatores, ese fin de semana, a las acostumbradas jaranas se apersonó un nuevo desconocido; parecido al anterior pero de mucha más edad. Y cuentan que cuando la fiesta estaba más concurrida, éste se dirigió a la reunión para decirles: que por haber matado a su hijo, condenaba aquella población a parecer totalmente. Dicen que luego tomó el camino de la laguna y desapareció misteriosamente. Una semana más tarde, se desató en “Pueblo Nuevo” una epidemia, de tal magnitud, que sólo se salvaron algunas personas que abandonaron el poblado a tiempo, paya ya no retornar jamás a éste. De esta manera desapareció para siempre la naciente y saturnal población de “Pueblo Nuevo”. Así es nuestro folclor. Del libro Pueblo nuevo Sistema Nacional de Imprentas Guárico, 2009


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Periódico cultural y literario Negro sobre Blanco

Tumbas Por: Rafael Camejo (Zaraza, 1961) Trepé por la pared del lado izquierdo del cementerio, cerca del samán gigante y lo vi; el anciano de la boina negra, como siempre, estaba allí limpiando y cuidando las tumbas. Al principio, cuando lo descubrí, pensé en el trabajo que le costaría limpiar y acomodar todas las tumbas del cementerio, sobre todo por el desorden de nuestro camposanto, hasta en los caminos internos se han hecho panteones. Allí los ricos entierran a sus muertos bajo grandes mausoleos de mármol o bajo enormes capillas más grandes que la iglesia del padre Hurtado. Existen fuentes con estatuas de divinidades que miran hacia arriba con rostros vencidos y sutiles implorando piedad y con una mano estirada como queriendo alcanzar el cielo.

Mi abuela me contó un día que el anciano no era el cuidador del cementerio, se ocupaba sólo de cuidar y limpiar tres tumbas en especial. Con esa información, desde entonces, las detallé detenidamente.

Los pobres por su parte, me imagino que para no desentonar, han hecho grandes esfuerzos económicos para levantarle a sus queridos muertos un panteón lo más grande y tumultuoso que han podido.

limpiando y ordenando los pedazos blancos y en más de una ocasión salía herido de la delicada operación. Yo, que lo observaba tanto sin que él me viera, puedo decir con certeza que cuando no conseguía algún número o le faltaba un pedazo de letra rabiaba y juraba vengarse de los gatos y perros que merodeaban de noche por el lugar. En el tercer panteón no había ni epitafio ni flores, sólo una pequeña cruz que mil veces se había quebrado y mil veces él había reparado. De tanto tallarla y pulirla se había empequeñecido, pero luego de cada tratamiento se veía espléndida. En una ocasión, luego de lijarla, pintarla y clavarla en el suelo cerca de la cabecera, lo vi pasar un buen rato sentado en el suelo cerca de la bóveda vacía de al lado, sacándose pequeñas astillas de las manos.

Una vez vi uno de simple cemento que tenía una almohada de mármol con cordones dorados en sus bordes. Nunca entendí cuál era la utilidad o el sentido de la almohada; el muerto no descansaría sobre una cosa tan dura y mucho menos saldría por las noches desde su sepulcro a posarse sobre el panteón. Lo cierto es que en nuestro cementerio de pueblo los obstáculos y recovecos abundan y me imaginé que a ese señor con la espalda tan doblada se le haría muy difícil ocuparse de todo.

Eran tres sencillos panteones, uno al lado del otro. El más cercano a la pared, luce las mismas flores desde hace muchos años, pero eso sí... muy limpias; cada vez que se caían y el viento o los animales las apartaban del lugar, al día siguiente, el anciano las buscaba donde estuvieran, las recogía, las limpiaba y las volvía a colocar en su florero. En el del centro, tan blanco y limpio como los otros, al desempolvar y arreglar el epitafio, se veía al viejecito armar un rompecabezas. Pasaba horas concentrado limpiando y ordenando los pedazos blancos y en más de una ocasión salía herido de la delicada operación.


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En nuestro desordenado cementerio no había tumbas más limpias que las del anciano. Los grandes mausoleos de mármol italiano lucían opacos, no tan sólo por el sucio sino por la soledad y el olvido; las capillas y otros monumentos, más tristes no podían estar. Sin embargo, cada año, el día de los muertos venían obreros y empresas contratadas por los deudos para que limpiaran y volvieran a colocar las letras doradas y renovaran los mármoles; se veían llegar millones de ramos de flores importadas, de nombres extraños, que al ver nuestro sol se marchitaban. Luego de ese día de mercado libre todo volvía a ser igual. Mi abuela me explicó que en las tumbas que cuidaba el anciano yacían su esposa y sus dos hijos, quienes habían fallecido de un mal desconocido y que desde que falleciera el último de ellos, hace ya bastante tiempo, él se había dedicado a cuidarlas con mucho amor y esmero esperando su turno, porque así, solo, ya no quería vivir. Como vivíamos cerca, a la izquierda, pasando unos pajonales, cada vez que la escuela me dejaba un tiempo libre me encaramaba en la ancha pared del cementerio y me recostaba allí a soñar bajo la plácida sombra del samán tratando de ser feliz en mi soledad. Una tarde veía hacia afuera y sentí que algo me tocaba la pierna derecha que colgaba hacia dentro del cementerio. Giré la cabeza rápidamente por la sorpresa y al enfocar vi al anciano que me tocaba con el escobillón que usaba para barrer las tumbas. Por primera vez lo vi de cerca, tenía el rostro colorado, en su escasa barba se le veían algunos cañones blancos y altos muy separados unos de otros. Como miraba hacia arriba, entreabrió la boca y asomó sus colmillos gastados, tenían un tono rojizo, seguramente por mascar tabaco; le vi también dos

tenían un tono rojizo, seguramente por mascar tabaco; le vi también dos dientes de arriba, grandes y flacos parecidos a granos de maíz cariaco. Sus ojos muy claros y aguados por lo chocho que estaba, me miraron. Me asusté mucho, el corazón casi se me sale del pecho, nunca había conversado con él. De inmediato, convencido de que me había asustado, me dijo con alguna ternura senil, utilizando una voz que se me antojó le salía de la parte inferior del esófago y pegando la lengua sólo del paladar: —¿Usté ej un gato? Y yo, tonto por efectos del tremendo susto, le contesté nerviosamente, sin saber lo que decía: —¡No, no, señor, se lo juro... yo no soy un gato! El viejecito carcajeó fuerte por la estupidez que me hizo decir. Todos sus flácidos pellejos se estremecieron bajo su saco. Tan intensa fue la carcajada que se escuchó un ronroneo que me imagino provenía de sus pulmones prensados y vibrantes por la incontrolable risa. Dio la media vuelta sin dejar de reír y se fue caminando hacia su silla que estaba como a veinte metros de allí al lado de sus tumbas. Lo miré fijamente mientras se alejaba, con la mano derecha, donde llevaba el escobillón, se quitó la boina y se pasó la mano izquierda por la cabeza repetidas veces mesándose la pelusa blanca y giraba el cuello de un lado al otro. Me quedé unos segundos inmóvil, con una naciente mueca de sonrisa en mis labios cerrados y contuve la carcajada desde el abdomen; quizá porque no era lógico reírme, pues era de mí de quien se estaba haciendo mofa. Luego me bajé y me fui a mi casa; una vez en la calle, sí me permití reír y como ya había pasado el susto, sentí un extraño contento porque el anciano

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ya había pasado el susto, sentí un extraño contento porque el anciano me había dirigido la palabra. La semana siguiente, tan pronto como la escuela me dejó tiempo, me encaramé en la pared del cementerio y con gran ilusión busqué con la mirada al anciano para saludarlo. A primera vista no lo vi, me bajé y caminé por entre las tumbas a ver si lo encontraba. Una súbita sensación me recorrió todo el cuerpo cuando sin intención mi mirada se tropezó con un panteón recién hecho sobre la bóveda vacía que estaba al lado de las tumbas que cuidaba el anciano; lucía tan blanco como los demás, pero no tenía inscripción. Hice un esfuerzo por negarle a mi cerebro la posibilidad de que sacara la conclusión que era evidente. Salí corriendo y fui de inmediato a preguntarle a mi abuela si sabía algo al respecto y con gran dolor recibí la noticia que no quería escuchar. Resignado, le pedí que me dijera su nombre: no lo sabía, pero me dijo que podía preguntar en el asilo dónde vivía el anciano. De inmediato, fui a la larga casa que quedaba como a media cuadra del cementerio. Allí sólo me dijeron que se llamaba Jonás y aunque fue mucho lo que insistí no me dieron más información. Por lo pronto, no me quedó otro remedio que conformarme. Regresé a mi casa, busqué pintura negra y un pincel y luego llegué, lo más rápido que pude, al nuevo panteón y en la cabecera, escribí su nombre. Hoy en día pienso en lo sucedido y no sé el porqué de esa aprehensión; pero lo cierto es que, desde entonces, no he podido dejar de ir al cementerio, aunque sea una vez al día, para revisar que todo esté en orden. Del libro Los colores de la roza. Fundación Editorial el perro y la rana. Caracas, 2007.


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