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Cuentos

Nato Briones



ÍNDICE

Mujer bonita Luca Último día Un asesino espontáneo Pasa en una Iglesia 3 am


Mujer Bonita

David, hermano de Diana, salía todos los días a predicar y con sus parábolas enseñaba al mundo, a ella, le molestaba su humildad y lo mucho que su padre lo quería. Ella sería diferente, orgullosa, el mundo la respetaría y nadie jamás la traicionaría. Dios observaba a Diana, veía cómo su niña trataba mal a la mujer que la criaba como su hija. Su padre ya tenía planes para ella, cómo también los tenía para su hijo. A medida que crecían, ambos hijos de Dios, tenían sus seguidores; David por uno y Diana por otro. Los de ella, amaban sus piernas, su seductora figura, su insinuadora mirada, como si siempre tuviera una mejor oferta. Usaba tacones altos, y con cada paso se llevaba la devoción de los hombres. Su padre, le había dado belleza y a su hermano una cruz. A ella el pecado y a él la gloria. Pero Diana no se daría por vencida, ella era hermosa y sabía que podía más que la imagen de un desvalido. La envidia le ganó y enojada con su padre, hizo que castigaran a su hermano, e n su austera cruz Dios enojado c omo nunca antes, se reveló ante sus propias reglas, y castigó a Diana. La hizo más bella, convirtiéndola en un objeto. Así fue como Diana era atormentada por sus admiradores, que no le demostraban m ás que a mor superficial. D ios pensó que había subyugado a su hija y que había aprendido la lección por los siglos de los siglos. Pero ella, supo usar todo a su favor, y la manipulación fue su mejor arma, dio consejos al oído del hombre. Dedicaron sus plegarias al amor de Diana olvidándose de Dios.


Luca

Su cuerpo temblaba. El frío era matador y el vaho era derrochar calor. Su padre, un obrero amigo de la botella lo esperaba en el interior de la casa, con ganas de darle un abrazo. Lo saludó con fuerza, como un hombre debía hacerlo, las palmadas tumbaron por su espalda y el intentó hacer recíproco el recibimiento. Luca se sintió agradado por el tibio calor de la casa. Hace mucho que no los veía. Era bueno regresar al hogar. Su madre siempre cariñosa y sutil lo saludó tiernamente, después de que él se fuera sin despedirse de ella hace varios años atrás. Al terminar la cena, y una incómoda conversación de la vida per sonal del hijo pródigo, el padre lo invitó a una sorpresa. Feliz, Luca accedió. Lo llevó a una gran casa, bonita y con bullicios hechos susurros. Intrigado entró al lugar. Su padre lo impulsó sin que alcanzara a preguntar a qué venían. -Tomate este trago conmigo- le extendió un vaso. Luca lo toma al s eco. P io, el padre sonríe a mpliamente y pide o tro. Varios vasos más, no bastaban para llenar de felicidad enel rostro del padre, hablaban del éxito del chico y lo bien que le iba en el trabajo, de lo bien que le había ido siempre en todo lo que se proponía Una mujer se acerca por el hombro de Luca, y antes de que éste logre responder producto de su ebriedad, el padre hace un ademán para dar permiso y que se lo lleve del lugar.


Luca en una cama y una mujer le desabrocha la camisa, la otra lo besa y una mira desde del rincón. No podía reaccionar y su cuerpo estaba pesado incluso para hacer fuer za. La cortesana ya había tomado posición y todo a su alrededor se movía, cómo si la cama girara en 180. Luca en su ebriedad, sintió miedo, aun así pudo más lo poco protocolar del momento. Quien lo besaba rompió en carcajada y la mujer de la pared también se reía y daba vuelta la cabeza en el muro como si es tuviera recostada en una almohada, justo al lado de Luca. Al otro día, el camino a casa fue silencioso. Luca arreglaba sus cosas para regresar a l a ciudad. Cuando f ue el momento de despedirse, su madre lo besó en la frente silenciosamente y con una pobre sonrisa que reflejaba su pena, su padre lo miraba como nunca antes, sonriendo con los ojos lleno de brillo- Adiós, hijo mío, me has hecho el padre más feliz de todos. Luca sintió cierto alivio que le quitó el asco que cargaba, por fin había hecho feliz a su padre. Abrazó a ambos con fuerza, no los volvería a ver nunca más. Ya tenía una familia que lo esperaba en casa, y aunque fuera un secreto, era un buen hombre.


Último día

Los soldados se pusieron en marcha. Los cinco hombres mimetizados se fueron en fila murmurando las órdenes de los superiores. Paul estaba nervioso y en su timidez poco podía expresar, era el único que no lanzaba gritos de vitoreo. Era demasiado grandioso para ser verdad, él tendría el honor. Montaría su bestial animal en unas horas. Enola estaba cargada de victoria y venganza. Salieron de Tinian. Una vez sobre el mar, veía la grandeza de éste. Unos compañeros bromeaban, era obvio, estaban nerviosos. Pero Paul mantenía firme sus manos en el control y miraba de reojo el radar. Faltaba poco. Se veía cómo el mar atravesaba una ciudad por un canal que se dividía en dos. Era impresionante. De arriba se veía cómo pequeños puntos miraban hacia arriba y se detenían de sus habituales quehaceres. Preguntándose qué es ese estruendoso ruido. Unos lanzaban chistes internos y otros daban indicaciones de posición. Pero nadie guardaba silencio ni ocultaba los nervios. Serían grandiosos. Una gran misión en las manos. El general pedía disciplina desde tierra, pero demasiada adrenalina junta, era incontrolable incluso para un hombre temeroso y sin escrúpulos. enojado. Lanzó la última advertencia y lo consiguió, con muchas disculpas en la cola. –Contrólense que no sólo los alerones necesitan de su atención- dijo muy enojado. Sobrevolaron el lugar por fuera de las costas, una vez y Paul recordó el mapa grabado en su cabeza, pareciera que ya hubiera estado ahí.


Se había nublado su cabeza por un segundo y no había escuchado la última orden del general. Un compañero dijo angustiado por radio- ¿está seguro, general?- todos guardaban silencio esperando respuesta. Leslie Grove, no se hizo esperar para dar respuesta- ¿está usted colocando en duda una orden, soldado?- dijo con tono seco y lentamente cargando cada palabra-No, señor. Respondió secamente el soldado. -¡AHORA!- mandó el general Leslie. Paul el último de la formación, estaba esperando que los demás ejecutaran, pero hubieron segundos de vacilación. Paul, sin demora e infalible, apretó el botón. No miró abajo, aumentó de altura, y dio la vuelta. Hubo un viento fuerte e invisible que desequilibró su B-29.Una explosión ensordecedora, luego un hongo gigante que cubrió toda la ciudad y la hizo desaparecer. Se sintió orgulloso. Ahora era un héroe, para él y su país.


Un asesino espontáneo

Estaba cocinando junto a quién pensaba amar. Pelaba papas, cuando los pulmones se inflaman y colapsan, le duele demasiado. Siente cómo se detiene a su alrededor. Ya no puede respirar. Todo el pecho se vuelve duro como una roca. Cae al suelo. Con un dolor tan intenso, que es imposible siquiera sacar un grito. La mujer toma un cuchillo de la cocina y se lo entierra en el pecho. La presión se va y el dolor también. Siente cómo todo en él se libera. Le han salvado la vida del horrible neumotórax espontáneo.


Pasa en una iglesia

-Creo en ti, creaste el cielo y la tierra, creo en tu hijo. Me casé contigo, te entregué mis votos-….- dicen que el silencio apremia, se respondió ella misma. -Entonces no eres tú, soy yo.-Dijo dejando el rosario junto el velo del habito, en la banca.


3 am

Miró de reojo el reloj que estaba sobre el velador. Le habían dado ganas de ir al baño. Encendió la lámpara para levantarse. Al apoyar los pies en el suelo, sintió que pisó algo que enseguida se movió bajo su pie. Lanzó un grito instintivo y miró hacia el suelo, entonces vio que una mano arrugada terminaba de meterse bajo la cama. Para entonces ya no era necesario ir al baño.


FIN

Cuentos


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