El almuerzo, el desayuno y la cena para el personal policial esta ban garantizados. Se estableció una alianza con los propietarios de los res taurantes, quienes le brindaban los alimentos. Cuando le preguntaba al teniente gobernador de Cayanca, don Gregorio Velásquez, si el personal ya había pasado por sus alimentos, me contestaba: «Uhhhh, mayor, no se preocupe, que su personal está bien atendido: ni con sus padres». Resultaba que eran atendidos con mucho respeto y cariño. Los cayancanos estaban felices de ver a los policías rondando a pie por sus casas y chacras, visitando los colegios y cuidando a los turistas.
A c t u al ] D e s a f í o C i u d a d a n a , s e g u r i d a d
Llegar hasta Monsefú desde Cayanca para asentar una denuncia por maltrato familiar resultaba complicado para las víctimas que, en su ma yoría, eran las madres de familia. Cuando la Policía empezó a visitar los hogares, hizo una labor de concientización para que ellas conocieran sus derechos y denunciaran cualquier maltrato físico o psicológico del que fueran objeto. Al poco tiempo, comenzaron a llegar las denuncias por mal tratos, al principio un poco tímidas, pero más tarde con mayor fuerza y seguridad. Estas denuncias eran atendidas muchas veces en los propios hogares y resueltas inmediatamente. Al pasar el tiempo, notamos que las denuncias dejaron de llegar y eso nos preocupó, así que empezamos a ave riguar qué estaba pasando. Con sorpresa, nos enteramos del motivo: las señoras habían aprendido cuáles eran sus derechos, y cuando sus esposos intentaban golpearlas, ellas, con su dejo característico, les decían: «Pégame nomás, cholo de cuernos, que será para traerte a la Policía hasta la puerta de la casa, carajo». Algunos campesinos, muy sorprendidos, se acercaban a contarnos: «Jefe, mi esposa ya no es la de antes, ahora se me empala, hasta chúcara se pone pe’, y todo lo ve la Policía».
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Esta acción, solicitada por los propios pobladores, no solamente hizo de Cayanca un lugar más seguro y permitió que aumentara el turismo —y, por ende, que mejoraran los ingresos económicos de muchos hogares—, sino que también hizo posible brindar un mejor servicio de transporte público y mejorar las relaciones familiares.