NATAMICINA Y SORBATO DE POTASIO
La natamicina elimina las levaduras y mohos por contacto y es eficaz en concentraciones muy bajas (3-10 ppm). Como tiene una baja solubilidad en agua y medios acuosos, la natamicina tiende a permanecer en la superficie de los alimentos en los que se aplica, siendo muy eficaz en la prevención de la aparición de levaduras y mohos en la superficie de los alimentos. En cambio, el sorbato de potasio, otro antimicótico aprobado, es soluble en agua y al ser absorbido por los alimentos, se reduce su concentración en la superficie donde aparece el moho. Además, el sorbato de potasio al ser solo fungistático, cualquier moho tenderá a desarrollarse.
Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la natamicina en el tratamiento de la superficie del queso en comparación con el sorbato de potasio. Pugazhenti en 1999 comparó la natamicina con el sorbato de potasio. Niveles más bajos de natamicina (5 ppm) fueron más efectivos que niveles altos de sorbato de potasio. Ruig y Van den Berg (1985) observaron otras ventajas de la natamicina sobre el sorbato de potasio. Encontraron una disminución de la calidad del queso, concretamente bajo la corteza, y fue más evidente en quesos jóvenes. Porciones interiores del queso estaban también afectadas por la migración del sorbato. La natamicina no tiene efectos adversos en la corteza o en el sabor del queso. Engel en 1983, utilizando high-performance liquid chromatography (HPLC) mostraron que la natamicina no penetra en el interior del queso y además tuvo un efecto muy bajo en cuanto al sabor del queso y permaneció predominantemente sobre la superficie, justamente donde se da la contaminación y están las necesidades de prevención. La penetración de la natamicina al interior del queso depende de la concentración de natamicina utilizada, el tiempo de almacenamiento y el tipo de queso.
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