LA POZA DEL CAJÓN Mi época de estudiante de primaria estuvo fuertemente definida por un apetito insaciable por la natación, lo cual me llevaba a realizar un recorrido casi diario por las pozas de los ríos de Heredia: Los Tres Chorros, El Cometa y la Calabaza en el río Pirro; la Poza del Cajón y la Cartaga en el río Burío y el Olimpia, Los Playones y el Tururo en el río Segundo, sin olvidar La Presa en San Roque. Yo aprendí a nadar a los 9 años de edad en el Cometa, la poza de mis ensueños. Hoy, 70 años después, su recuerdo me representa una agradable excusa para regresar a los días de aquel lindo período de mi adolescencia. El río Pirro a menudo permanecía un poco sucio, con aguas "achocolatadas" que en verano formaban charcas estancadas, con una gran población de "cabezones" (larvas de renacuajos y sapos), pero no acarreaba aguas negras. Cuando ingresé al Liceo de Heredia —que tenía un gimnasio con pila de natación— amainó mucho (aunque no desapareció del todo) mi afán por bañarme en las pozas.