CORONAVIRUS EXCUSA PERFECTA PARA CAMBIO DEL MUNDO SIGLO 21 Por: Félix Orlando Giraldo Giraldo

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“La política es el arte de mentir que la gente se entrometa en lo que realmente le atañe, haciendo creer que decide algo”. PAUL VALÉRY (Francia) 1871-1945

CORONAVIRUS EXCUSA PERFECTA PARA CAMBIO DEL MUNDO SIGLO 21 Por: Félix Orlando Giraldo Giraldo

La Organización Mundial de la Salud, OMS, en inglés, World Health Organization, WHO, declaró el 11 de marzo de 2020 que existía pandemia por el coronavirus. Su Director, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyus dijo: “La OMS ha evaluado este brote durante los últimos días y estamos profundamente preocupados, tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad como por los niveles alarmantes de inacción. Es por ello que hemos decidido decretar el estado de pandemia” https://www.redaccionmedica.com/secciones/sanidad-hoy/coronavirus-pandemia-brotelde-covid-19-nivel-mundial-segun-oms-1895.

El Dr. Tedros, en su discurso de apertura de OMS el mismo día, afirmó: “Pandemia no es una palabra nueva que debe utilizarse a la ligera o de ía forma imprudente. Es una palabra que usada en forma inadecuada, puede provocar un miedo irracional o dar pie a la idea injustificada de que la lucha ha terminado y causar como resultado sufrimientos y muertes innecesarias”. https://www.who.int/es/dg/speeches/detail/who-director-general-s-openingremarks-at-the-media-briefing-on-covid-19---11-march-2020 Y lo que se ha producido realmente es lo contrario a lo dicho por el Director de la OMS: miedo irracional, o mejor, una pandemia de pánico por un virus que no es nuevo.


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Como consecuencia de lo inicialmente encontrado en Wuhan, China, en diciembre de 2019, se ha estudiado en detalle la biología del coronavirus como ningún otro. Son múltiples los ensayos, estudios, tratamientos experimentales y búsqueda de vacuna. Es una oleada de descubrimientos asombrosos, que digo, por vez primera en la historia de salud pública se ha iniciado con la fabulosa ciencia biotecnológica, genética, epidemiológica y de infectología, como no se había hecho en un pasado reciente. Me pregunto: ¿Por qué tanto interés en este virus que cambió el mundo en tan breve tiempo? Mira este dato: Según la OMS, “la Tuberculosis (TB) es una de las diez causas principales de muerte en el mundo. En 2018 enfermaron de TB 10 millones de personas, de las cuales, 1.5 millones fallecieron”. https://www.who.int/es/newsroom/fact-sheets/detail/tuberculosis Y también dice que “Se calcula que en 2018 enfermaron de TB 1.1 millones de niños, de los cuales, 251,000 fallecieron a causa de la enfermedad (entre ellos, niños con TB asociada a VIH). https://www.who.int/es/news-room/factsheets/detail/tuberculosis. Y para ponerse los pelos de punta, vuelve a afirmar: “Se calcula que una cuarta parte de la población mundial (1700 millones) tienen “tuberculosis latente”, término aplicado a las personas infectadas por el bacilo, pero que (aún) no han enfermado ni pueden transmitir la infección”. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tuberculosis La tuberculosis es considerada la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo y que se puede prevenir. https://www.who.int/es/news-room/detail/24-03-2020new-who-recommendations-to-prevent-tuberculosis-aim-to-save-millions-of-lives. Veamos qué sucede con otra infección viral, la gripe, que es producida por el virus de la influenza, que tiene cuatro tipos: A, B, C y D. Ocasiona epidemias anuales con 3 a 5 millones de casos graves y de 290,000 a 650,000 muertes. Cada año se infectan 1,000 millones de personas en el mundo. https://www.who.int/influenza/Global_Influenza_Strategy_2019_2030_Summary_S panish.pdf?ua=1 Y la gripe continúa siendo una de las mayores amenazas para la salud pública mundial. https://www.who.int/es/news-room/detail/11-03-2019-who-launches-newglobal-influenza-strategy. Y a pesar de esta alerta, no hubo ninguna declaratoria de pandemia.


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Quise dar una información de otras enfermedades infecciosas que causan muchas más muertes que el coronavirus en el mundo, principalmente en regiones o países mal llamados “subdesarrollados” y que no han generado mayúsculo pánico por una pandemia. Pero la contaminación ambiental también ocasiona más de 7 millones de muertes al año, produciendo infartos cardíacos, trombosis cerebral (“derrames”), cáncer de pulmón y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, EPOC. https://www.who.int/es/news-room/detail/02-05-2018-9-out-of-10-peopleworldwide-breathe-polluted-air-but-more-countries-are-takingLas partículas menores de 1 micra penetran el endotelio (capilar) y ya en sangre desencadenan el mecanismo de trombosis en arterias coronarias y cerebrales, produciendo infartos cardíacos y cerebrales. El Director de la OMS afirmó el 2 de mayo de 2018: “Es inadmisible que más de 3,000 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, sigan respirando todos los días el humo letal emitido por cocinas y combustibles contaminantes en sus hogares. https://www.who.int/es/news-room/detail/02-05-2018-9-out-of-10-peopleworldwide-breathe-polluted-air-but-more-countries-are-taking-action A pesar de todos estos datos estadísticos y afirmaciones de la OMS, no se ha hecho tanta alarma por tantos millones de muertes. La pandemia actual, ocasionada por un betacoronavirus, con RNA de cadena sencilla, llamado SARS-CoV-2 (Sindrome Agudo Respiratorio Severo) que produce la enfermedad COVID-19 que como cualquier infección viral respiratoria (rinovirus, adenovirus, influenza, parainfluenza, sincitiorespiratori virus) se puede complicar con neumonía por sobreinfección por una bacteria y conducir a la muerte.. El SARS-Cov-2 se relaciona con el SARS-CoV-1 y el MERS-CoV (Sindrome Respiratorio del Oriente Medio), que en conjunto ocasionan infección grave en humanos. El virus está relacionado genéticamente con dos coronavirus de murciélago. (Video de la Dra Juliana Bustamante) https://www.youtube.com/watch?v=9gJV2NcVcps La OMS ha sido ambivalente con respecto al uso de mascarillas. No la recomendaba, en espacios públicos, pues decía que el coronavirus no se transmite por el aire sino por el contacto de gotas respiratorias (de 5 a 10 micras) de pacientes afectados por la enfermedad.


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https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/30/la-oms-concluye-que-elcoronavirus-no-se-transmite-por-el-aire-y-no-es-necesario-utilizar-mascarillas-enespacios-publicos/ Pero más tarde recomendó el uso de mascarillas. ¿Por qué el Director de la OMS, Bill Gates, Donald Trump, Jair Bolsonaro e Iván Duque, no usan mascarilla cuando hablan? ¿Serán que ya están vacunados contra el coronavirus? La declaratoria de pandemia por coronavirus por parte de la OMS es más una decisión económica y política que de salud pública. Es un mandato de esta organización para que sus países miembros, cumplan los planes de quienes la han convertido en una institución privatizada por sus mayores aportantes como Bill Gates y las poderosas multinacionales de la industria farmacéutica. El ex director de la Oficina Mundial de Medicamentos de la OMS durante veinte años, el Dr. Germán Velásquez, colombiano, en entrevista en agosto de 2016, explica el funcionamiento de la OMS: y cómo ha sido tomada por Bill Gates y las multinacionales farmacéuticas para que los programas de ellos se desarrollen pero con la imposición de sus millonarios aportes económicos. https://www.youtube.com/watch?v=atzwMLa población del planeta, ha sido sometida y segregada socialmente a una cuarentena obligatoria para que las mencionadas instituciones impongan sus inhumanos proyectos tanto económicos como de draconiano control social, sin que les importen las fatales consecuencias sociales, humanas y culturales y así impulsar las grandes empresas tecnológicas de la Inteligencia Artificial en competencia con las chinas. Leamos las reflexiones de diversas personalidades del mundo. El filólogo y filósofo estadinense Noam Chomsky en entrevista publicada por el periódico El Espectador el 10 de mayo de 2020, dice: “El plan de los dueños del mundo es reconstruir la economía bajo las reglas del neoliberalismo de los últimos 40 años, pero hacerlo con mano dura, aplicando más controles sobre la gente, con medidas mucho más autoritarias. Están haciendo esfuerzos mayores para garantizar que el modelo no vaya a tener interferencias, que nadie pueda evadirlo”. “¿Qué quiere Trump? Quiere destruir el proyecto de que los seres humanos tengamos una vida organizada. Está maximizando el uso de combustibles fósiles y destruyendo todas las regulaciones que puedan disminuir el daño que esto trae”.


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A la pregunta ¿Qué podemos hacer? Responde: “La gente se puede movilizar, presionar y conseguir más poder. Las multitudes crean conciencia. Las corporaciones tienen que ser benefactoras de la gente, no de los ricos, y esto se logra solo bajo presión. Es considerable la fuerza que tienen los movimientos populares, la movilización popular. Somos más civilizados que antes y esas presiones son importantes”. https://blogs.elespectador.com/actualidad/catrecillo/lodice-chomsky-la-economia Y agrega en otra en marzo 26 de 2020: “Esta crisis es el enésimo ejemplo del fracaso del mercado. Y un ejemplo también de la amenaza de una catástrofe medio ambiental”. https://www.latercera.com/culto/2020/03/26/noam-chomsky-coronavirus/ Para él existen tres problemas que enfrenta el mundo: “No tenemos idea de cuántos casos hay realmente; el asalto neoliberal ha dejado a los hospitales sin preparación; y esta crisis es el enésimo ejemplo del fracaso del mercado, al igual que lo es la amenaza de una catástrofe medioambiental.”. El teólogo de la Liberación, el brasileño Leonardo Boff, sentencia: “Cuando pase la pandemia del coronavirus no nos estará permitido volver a la “normalidad” anterior. Sería, en primer lugar, un desprecio a las miles de personas que han muerto asfixiadas por el virus y una falta de solidaridad con sus familiares y amigos. En segundo lugar, será la demostración de que no hemos aprendido nada de lo que, más que una crisis, es una llamada urgente a cambiar nuestra forma de vivir en nuestra única Casa Común”. https://leonardoboff.org/2020/05/06/volver-a-la-normalidad-esautocondenarse/ El mismo teólogo reflexiona así: “Debemos hacer nuestra propia huella, marcada por la inagotable esperanza de la victoria de la vida, porque el camino se hace caminando soñando. Así pues, caminemos”. El líder indígena brasileño Ailton Krenak dice: “No sé si saldremos de esta experiencia de la misma manera que entramos. Es como una sacudida para ver lo que realmente importa; el futuro está aquí y es ahora, puede que mañana ya no estemos vivos, ojalá no


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volvamos a la normalidad”. http://www.periodicocentenario.com.uy/textodiario/mostrar/1957715/volver-normalidadautocoindenarse#:~:text=El%20conocido%20l%C3%ADder%20ind%C3%A Dgena%2C%20Ailton,la%20misma%20manera%20que%20entramos. El virólogo y bioquímico argentino Pablo Golschmidt es otra voz disidente al decir: “Las opiniones mal fundamentadas expresadas por expertos internacionales, replicadas por medios de comunicación y redes sociales repiten el pánico innecesario que ya vivimos anteriormente. El coronavirus identificado en China en el 2019 provoca ni más ni menos que un resfrío fuerte o gripe, sin diferencia hasta hoy con el resfrío o la gripe tal como la conocemos”.https://www.clarin.com/buena-vida/coronavirus-panicoinjustificado-dice-virologo-argentino-francia_0_yVcmJ4RM.html Y señala en una entrevista publicada en marzo 11 de 2020: “Nuestro planeta es víctima de un nuevo fenómeno sociológico, el acoso científico mediático, desencadenado por peritos solamente sobre la base de resultados de análisis de diagnóstico molecular de laboratorio. Se fueron replicando comunicados emitidos desde China y Ginebra, sin que se les confronte desde un punto de vista crítico, y sobre todo, sin subrayar que los coronavirus siempre han infectado a los humanos y siempre provocaron diarreas y lo que la gente llama resfrío banal o resfrío común. Se extrapolaron previsiones absurdas como en el 2009 con el virus influenza H1N1”. http://infoblancosobrenegro.com/noticias/27332-nuestro-planeta-esvictima-de-un-nuevo-fenomeno-sociologico-el-acoso-cientifico-mediatico Le preguntan: ¿El coronavirus detectado en China es un agente nuevo? Y responde: “Quienes lanzaron las alertas internacionales no tuvieron en cuenta datos que muestren si este virus u otros similares circularon en años anteriores. O si las personas que ya estuvieron expuestas a otras variantes de coronavirus tienen una protección parcial o total contra la cepa del 2019”. http://infoblancosobrenegro.com/noticias/27332-nuestro-planeta-es-victimade-un-nuevo-fenomeno-sociologico-el-acoso-cientifico-mediatico

Es oportuno anotar, que los mal llamados medios de comunicación a través de sus periodistas que con sus informes confunden a la población al igualar conceptos como letalidad y mortalidad generando mucho pánico y desconfianza con sus


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vecinos, que desconocen estos conceptos de salud pública. Esto, obvio, es aprovechado por los gobiernos para continuar domesticando a la gente para que se comporte como policía. La tasa de letalidad es la proporción de personas que mueren por una enfermedad entre los afectados por la misma en un período y área determinado. Es un indicador de la virulencia o gravedad de una enfermedad. Su fórmula es: L% = F/E x 100, donde L: Tasa de letalidad F: Número de muertes por una enfermedad en un período y área determinados E: Número de casos diagnosticados por la misma enfermedad La tasa de mortalidad es la proporción de muertes por una o varias enfermedades entre una población general en un período., que pueden estar afectados o no por la enfermedad. Se puede expresar por 1000, 10,000 o por 100,000 habitantes. Sí es por una causa es la tasa de mortalidad específica y sí es por todas las causas es tasa bruta de mortalidad. Su fórmula es: ME= FC/P x 1000, donde ME: Tasa de mortalidad específica FC; Número de muertes por una causa en un período y área determinadas. P: Población en el mismo período y área. La tasa de letalidad del COVID-19 es, en promedio de alrededor del 0.2%, lo que se sitúa en el rango de una gripe fuerte. http://piensachile.com/2020/05/covid-19una-pandemia-o-un-pretexto-para-montar-un-estado-de-vigilanciapermanente/vigilancia-covid-

Veamos un poco la relación de la pandemia por el COVID-19 y la vigilancia global: Fragmento de la entrevista al filólogo Noam Chomsky, publicada por Laura Bonilla el 2 de junio de 2020 en: www.piensachile.com Varios países están utilizando tecnología para rastrear a los ciudadanos o archivando su ADN para luchar contra el virus. ¿Entramos con la pandemia a una nueva era de vigilancia digital?


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“Hay compañías desarrollando tecnología para que los empleadores puedan ver qué hay en tu pantalla y vigilar lo que haces, qué tecla aprietas, si te levantas. Y será complementado con video. La llamada «internet de las cosas» está llegando. Es práctico. Implica que puedes prender la hornilla cuando estás conduciendo a casa. Pero también que la información está yendo a Google, Facebook y al gobierno. Una enorme cantidad de vigilancia, de control e invasión potencial. Si dejamos que las inmensas compañías tecnológicas controlen nuestra vida eso es lo que sucederá. Será como en China, donde algunas ciudades tienen un sistema de créditos sociales, hay tecnología de reconocimiento facial en todos lados y todo lo que haces es vigilado. Si cruzas la calle en el lugar equivocado, pierdes créditos. No es inevitable, así como el calentamiento climático no es inevitable. Sucederá a menos que la gente lo detenga. ¿Pero está justificado para contener el avance del virus? “Puede ser, en tiempos de amenaza. Pero nada es permanente. Se puede decir, ‘sí, puedes tener esta autoridad ahora, pero puede ser revocada en cualquier momento”. En nuestro país, Colombia, se han impuesto varias aplicaciones para controlar, vigilar y sancionar a la población llamada “indisciplinada” con la pandemia. Se inició en Medellín, en la alcaldía de Daniel Quintero con “Medellín me cuida” https://www.medellin.gov.co/medellinmecuida https://www.medellin.gov.co/medellinmecuida Y en Bogotá, capital del país, la alcaldesa Claudia López, hizo algo similar con la “Bogotá cuidadora”. https://bogota.gov.co/bogota-cuidadora/ Otras ciudades del país han seguido el ejemplo. Ambas plataformas tecnológicas ya se ejecutan en varios países del mundo como China, Singapur, Corea del Sur, Alemania. Y el pretexto, “ controlar la pandemia del COVID-19”. ¿Será cierto? Sugiero que lean la novela del británico George Orwell, titulada, 1984, escrita en el año de 1949, donde se describe lo que hace el GRAN HERMANO, o BIG BROTHER. Es la vigilancia y control del ser humano: en la novela, es una crítica al totalitarismo. Hoy, es realidad en los países llamados “democráticos”, con el uso de la llamada INTELIGENCIA ARTIFICIAL, que muestran orgullosos los mencionados gobernantes.


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El coronavirus es una infección que menos del 5% de los infectados se complican con neumonía que puede evolucionar a una sepsis viral y a la muerte. Los gobernantes sacarán más pecho cuando muestren que “han salvado muchas vidas humanas” (repito y recuerdo que todas las infecciones virales pueden matar). La pandemia se ha podido manejar de una manera muy sencilla como lo han expresado reconocidos virólogos, inmunólogos e infectólogos, y no ordenar “prisión domiciliaria” al planeta por meses y no sabremos si los que tienen el Poder financiero a nivel mundial, impondrán nuevas cuarentenas para mantener otro “NUEVO ORDEN MUNDIAL”. La Humanidad ha sido vacunada dolorosamente sin su consentimiento. Pero ella es capaz de enfrentarla para sobrevivir con unidad, dignidad, solidaridad y responsabilidad e impedir la extinción de toda forma de vida en este maravilloso planeta Tierra, nuestro Hogar de paso. Para concluir, unos fragmentos de la referida novela 1984:

CAÍTULO I Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él. El vestíbulo olía a legumbres cocidas y a esteras viejas. Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande para hallarse en un interior, estaba pegado a la pared. Representaba sólo un enorme rostro de más de un metro de anchura: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hermosas y endurecidas. Winston se dirigió hacia las escaleras. Era inútil intentar subir en el ascensor. No funcionaba con frecuencia y en esta época la corriente se cortaba durante las horas de día. Esto era parte de las restricciones con que se preparaba la Semana del Odio. Winston tenía que subir a un séptimo piso. Con sus treinta y nueve años y una úlcera de várices por encima del tobillo derecho, subió lentamente, descansando varias veces. En cada descansillo, frente a la puerta del ascensor, el cartelón del enorme rostro miraba desde el muro. Era uno de esos dibujos realizados de tal manera que los ojos le siguen a uno adondequiera que esté. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las palabras al pie. Dentro del piso una voz llena leía una lista de números que tenían algo que ver con la producción de lingotes de hierro. La voz salía de una placa oblonga de metal, una especie de espejo empañado, que formaba parte de la superficie de la pared situada a la derecha. Winston hizo funcionar su regulador y la voz disminuyó de volumen aunque las palabras seguían distinguiéndose. El instrumento (llamado


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telepantalla ) podía ser amortiguado, pero no había manera de cerrarlo del todo. Winston fue hacia la ventana: una figura pequeña y frágil cuya delgadez resultaba realzada por el «mono» azul, uniforme del Partido. Tenía el cabello muy rubio, una cara sanguínea y la piel embastecida por un jabón malo, las romas hojas de afeitar y el frío de un invierno que acababa de terminar. Afuera, incluso a través de los ventanales cerrados, el mundo parecía frío. Calle abajo se formaban pequeños torbellinos de viento y polvo; los papeles rotos subían en espirales y, aunque el sol lucía y el cielo estaba intensamente azul, nada parecía tener color a no ser los carteles pegados por todas partes. La cara de los bigotes negros miraba desde todas las esquinas que dominaban la circulación. En la casa de enfrente había uno de estos cartelones. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las grandes letras, mientras los sombríos ojos miraban fijamente a los de Winston. En la calle, en línea vertical con aquél, había otro cartel roto por un pico, que flameaba espasmódicamente azotado por el viento, descubriendo y cubriendo alternativamente una sola palabra: INGSOC. A lo lejos, un autogiro pasaba entre los tejados, se quedaba un instante colgado en el aire y luego se lanzaba otra vez en un vuelo curvo. Era de la patrulla de policía encargada de vigilar a la gente a través de los balcones y ventanas. Sin embargo, las patrullas eran lo de menos. Lo que importaba verdaderamente era la Policía del Pensamiento. A la espalda de Winston, la voz de la telepantalla seguía murmurando datos sobre el hierro y el cumplimiento del noveno Plan Trienal. La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido que hiciera Winston superior a un susurro, era captado por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro del radio de visión de la placa de metal, podía ser visto a la vez que oído. Por supuesto, no había manera de saber si le contemplaban a uno en un momento dado. Lo único posible era figurarse la frecuencia y el plan que empleaba la Policía del Pensamiento para controlar un hilo privado. Incluso se concebía que los vigilaran a todos a la vez. Pero, desde luego, podían intervenir su línea de usted cada vez que se les antojara. Tenía usted que vivir —y en esto el hábito se convertía en un instinto— con la seguridad de que cualquier sonido emitido por usted sería registrado y escuchado por alguien y que, excepto en la oscuridad, todos sus movimientos serían observados. Winston se mantuvo de espaldas a la telepantalla. Así era más seguro; aunque, como él sabía muy bien, incluso una espalda podía ser reveladora. A un kilómetro de distancia, el Ministerio de la Verdad, donde trabajaba Winston; se elevaba inmenso y blanco sobre el sombrío paisaje. «Esto es Londres», pensó con una sensación vaga de disgusto; Londres, principal ciudad de la Franja aérea 1, que era a su vez la tercera de las provincias más pobladas de Oceanía. Trató de exprimirse de la memoria algún recuerdo infantil que le dijera si Londres había sido siempre así. ¿Hubo siempre estas vistas de decrépitas casas decimonónicas, con los costados revestidos de madera, las ventanas tapadas con cartón, los techos remendados con planchas de cinc acanalado y trozos sueltos de tapias de antiguos jardines? ¿Y los lugares bombardeados, cuyos restos de yeso y cemento


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revoloteaban pulverizados en el aire, y el césped amontonado, y los lugares donde las bombas habían abierto claros de mayor extensión y habían surgido en ellos sórdidas colonias de chozas de madera que parecían gallineros? Pero era inútil, no podía recordar: nada le quedaba de su infancia excepto una serie de cuadros brillantemente iluminados y sin fondo, que en su mayoría le resultaban ininteligibles. El Ministerio de la Verdad —que en neolengua (la neolengua era el idioma oficial de Oceanía) se le llamaba el Miniver— era diferente, hasta un extremo asombroso, de cualquier otro objeto que se presentara a la vista. Era una enorme estructura piramidal de cemento armado blanco y reluciente, que se elevaba, terraza tras terraza,


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