Los árboles de Dan

Los รกrboles de Dan

Despegando hacia la lectura: Nivel P (38)

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Los รกrboles de Dan

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Desp

Escrito por Jenny Feely Ilustrado por Chantal Stewart

Los árboles de Dan

DESPEGANDO HACIA LA LECTURA

Tipo de texto: Narrativa Nivel: P (38)* Cantidad de palabras: 1,829

ETAPA FLUIDA LIBROS EN CAPÍTULOS

Vocabulario de contenido casa del árbol claro en peligro especie/s madera maderera/s protegerlos robusto/s talar

Nivel K (20)

Nivel L (24)

Nivel M (28)

ETAPA FLUIDA SUPERIOR LIBROS EN CAPÍTULOS Nivel N (30)

Nivel O (34)

Conceptos clave • Algunas partes del medio ambiente son irreemplazables y por ello • deberían estar protegidas.

• La confianza es un elemento valioso de una relación y debe conservarse.

Nivel N (30), libros asociados

Estrategia de lectura Comparar el punto de vista del autor con la opinión propia

Rescate de alimentos: Aprovechar mejor la comida El rey del despilfarro

Salamandras asombrosas

Salamandra sorpresa

Loco por el maíz

El gran invento de maíz

Salvar a los lobos salvajes

Libro asociado Debemos proteger los bosques vírgenes

Nivel P (38)

El secreto del lobo

Nivel O (34), libros asociados Montando olas

¡Caída espectacular!

Veneno mortal: ¿mata o cura?

La princesa obstinada

El problema del agua

Ming salva al pueblo

Las estaciones en el bosque de algas

La cueva de Los Truenos

Nivel P (38), libros asociados © 2015–2019 EC Licensing Pty Ltd. Este trabajo está protegido por la ley de derechos de autor de los EE. UU., y en virtud de las convenciones internacionales de derechos de autor, se aplica en las jurisdicciones en las que se publica.

Quienes compren este libro pueden tener ciertos derechos para copiar partes de él según la ley vigente sobre derechos de autor. Los compradores deben realizar las averiguaciones necesarias en la jurisdicción en que lo usarán para determinar si tienen esos derechos y su alcance. Todos los demás derechos reservados. e s una marca comercial de EC Licensing Pty Ltd en los EE.UU. * Los niveles indicados con letras son medidas exclusivas de Okapi y son comparables con los niveles de Lectura Guiada de Fountas and Pinnell. Los valores numéricos que están entre paréntesis están alineados con DRA.

Desarrollado por Eleanor Curtain Publishing Consultora, edición en español: Eva Pando Solís, Ph.D. Diseñado por Derek Schneider Impreso y encuadernado en China por Colorcraft Ltd, Hong Kong Distribuido en los EE. UU. por Okapi Educational Publishing Inc. Teléfono: 866-652-7436 Fax: 800-481-5499 Correo electrónico: info@myokapi.com www.myokapi.com www.flying-start-to-literacy.com ISBN: 978-1-76017-411-8 3 4 5 6 7 8 9 10 19 20 21 22 23 24

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Increíbles casas subterráneas

Las cuevas naturales

Incendios forestales

Una elección difícil

Debemos proteger los bosques vírgenes

Los árboles de Dan

Bajo el hielo

La profesora Valdor y el láser gigante

Los árboles de Dan

Escrito por Jenny Feely Ilustrado por Chantal Stewart

Contenido Capítulo 1 El primer día de clases.................. 4 Capítulo 2 La promesa ..................................... 8 Capítulo 3 Malas noticias ............................... 12 Capítulo 4 Disculpas ....................................... 20

Posdata . . ........................................ 26

Nota de la autora ......................... 28

Capítulo 1

El primer día de clases El primer día en una nueva escuela era difícil.

Marco lo sabía bien. Ya llevaba nueve primeros días en diferentes escuelas. El papá de Marco era empleado de una maderera. Su trabajo era ayudar a talar bosques para que la madera se utilizara en la fabricación de cosas. Cuando se habían talado todos los árboles utilizables de un área, el papá de Marco debía mudarse y Marco se mudaba con él.

Esta vez la mudanza había sido mejor que muchas otras. Habían regresado al área en la que el papá había crecido, así que estaban viviendo con el abuelo de Marco. Era bueno para Marco tener cerca a otro miembro de la familia... en especial desde la muerte de su mamá.

4

Pero de todos modos el primer día de clases iba a ser difícil. Marco tomó el autobús escolar, se dirigió a la parte de atrás y se sentó.

Todos lo miraban. Nadie sonreía ni hablaba.

Así había sido siempre el primer día.

5

Marco trató de no mirar a ningún niño en el autobús. Tomó su cámara y comenzó a revisar sus últimas fotos. Tomar fotografías era algo que se le daba bien a Marco.

Siempre llevaba su cámara.

Justo cuando el autobús estaba por partir, un niño se acercó corriendo.

—¡Espérenme! —gritó, subió al vehículo de un salto y se dirigió al asiento de atrás.

—Casi lo pierdo... ¡otra vez! —dijo, y se sentó junto a Marco. Le echó un vistazo a la cámara—. ¡Vaya! ¡Esas fotos son buenas!

Y así sin más, Marco y Dan se hicieron amigos.

—Siempre llego tarde —dijo Dan—. Hoy estaba haciendo un letrero para mi casa del árbol y me olvidé de la hora.

6

—¿Una casa en un árbol? —dijo Marco—. ¡Genial!

—Sí, está bastante bien —dijo Dan—. Pero el árbol en que está es muy especial.

—¿Por qué? —preguntó Marco—. Los árboles son todos iguales.

—No dirás eso cuando lo veas —dijo Dan.

7

Capítulo 2

La promesa Ese día, después de clases, los dos niños partieron para ver la casa del árbol.

Al principio caminaron por el área completamente talada en la que había estado trabajando el papá de Marco. Con todos los árboles cortados, se veía desnuda y sombría.

Luego caminaron junto a las vías del tren hasta el arroyo Ferny. Pero al llegar a una gran roca que parecía un oso, Dan se detuvo.

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—Antes de que te muestre mi casa del árbol, debes prometerme que no le dirás a nadie dónde está —dijo.

—Está bien —dijo Marco—. Lo prometo.

Dan empujó una rama caída y dejó al descubierto un sendero angosto y sinuoso.

—Sígueme —indicó Dan mientras iba por el sendero oculto.

El sendero los llevó a una región aún más profunda del bosque. De repente, Dan salió a un claro soleado.

En el centro del espacio estaba el árbol más grande que Marco jamás había visto.

9

—¿Qué te parece mi casa del árbol? —preguntó Dan, mientras señalaba al gigantesco árbol.

—¡Cielos! —exclamó Marco—.

Es sorprendente.

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Y de verdad lo era. El árbol parecía tocar el cielo y tenía un tronco enorme. Había árboles robustos en todo el claro. Marco comenzó a tomar fotografías.

—¡Para! —dijo Dan—. ¡No puedes tomar fotos!

Nadie sabe que estos árboles están aquí.

Si la maderera viera las fotografías, vendrían a buscar estos árboles.

—¿No saben que existen? —preguntó Marco.

—No. Es difícil llegar a este lugar y ese peñasco oculta los árboles de los helicópteros que buscan nuevas áreas para talar.

—No te preocupes —dijo Marco—. No mostraré estas fotos a nadie. Son solo para nosotros.

A partir de ese momento, los niños iban a la casa del árbol casi todos los días. Era su lugar favorito en todo el mundo. Hasta que un día Marco recibió una noticia que había estado temiendo recibir.

11

Capítulo 3

Malas noticias Cuando Marco volvió a su casa, su papá y su abuelo estaban en el taller. El papá había llegado temprano, y eso siempre significaba lo mismo. Tenían que mudarse... otra vez.

—¡Noooo! —gimió Marco—. ¡No de nuevo!

—Lo siento —dijo el papá—. Pero tengo que ir donde están los árboles grandes, y todos los que había por aquí ya se cortaron. Es hora de partir.

—No quiero irme —dijo Marco, con lágrimas que apenas podía reprimir.

—Yo tampoco —dijo el papá—. Pero mi trabajo está en los bosques y los árboles.

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—Ven aquí, Marco —lo llamó su abuelo—.

Quiero mostrarte algo.

Marco dudó, pero luego fue a sentarse con el abuelo.

—Estamos fabricando la tabla de esta mesa de un trozo enorme de madera —dijo el abuelo—.

Proviene de un antiguo árbol robusto, más ancho que esta habitación.

—Nunca he visto un árbol tan grande —comentó el papá.

—Ni yo —dijo el abuelo—. Pero mi abuelo sí, aquí cerca, en el valle. Estaba lleno de esos árboles antes de que comenzara la tala.

—¿De verdad? —preguntó el papá—. Árboles como ese son muy poco comunes, y valen mucho dinero para las madereras.

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Y entonces Marco tuvo una idea. Una idea maravillosa y terrible a la vez.

Se pasó la noche dando vueltas en la cama. ¿Qué debía hacer? No quería irse. Vivir con el abuelo era maravilloso. Tampoco quería romper su promesa, porque Dan era el mejor amigo que había tenido jamás. Pero si se iban, ¿cómo seguirían siendo amigos?

Marco dio muchas vueltas a esto en su cabeza.

14

Cuando vio llegar el autobús escolar en la mañana, ya había tomado una decisión.

Dio media vuelta y se dirigió a su casa.

No vio a Dan en el autobús, que lo saludaba con la mano, mientras el autobús aminoraba su marcha.

El papá y el abuelo lo miraron sorprendidos cuando Marco entró a la casa.

—Tengo algo que mostrarles —dijo Marco—.

Algo que significará no tener que trasladarnos.

Y guió a su papá y a su abuelo por el bosque hasta llegar detrás de la roca en forma de oso.

—¿Estás seguro de adónde te diriges?

—preguntó el papá.

—Sí —dijo Marco. Pero era lo único de lo que estaba seguro.

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Siguieron el sendero y se adentraron en lo profundo del valle, hasta que llegaron por fin al claro con los robustos árboles viejos.

—Mira eso —dijo el abuelo.

—Son impresionantes —dijo el papá—.

Estos árboles valdrían mucho dinero para la maderera.

Y entonces apareció Dan en el interior de la casa del árbol.

—¡Mentiroso! —le gritó a Marco—.

Yo confié en ti.

—¿Qué? ¿Cómo sabías que estaría aquí?

—preguntó Marco, mientras su rostro empalidecía.

—Te vi desde el autobús. Pero cuando diste la vuelta, quise averiguar si estabas bien.

Así que me bajé del autobús y fui hasta tu casa. Como no encontré a nadie, pensé que podrías haber venido aquí.

16

—Lo siento tanto —dijo Marco—. No sabía qué hacer. No quiero mudarme lejos. Eres el mejor amigo que he tenido.

—No eres mi amigo. Los amigos no mienten —gritó Dan, y se alejó corriendo del claro.

—¿Qué he hecho? —dijo Marco, y se dejó caer al suelo mientras observaba a su amigo que se alejaba.

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El abuelo se dirigió a su hijo.

—Sería una lástima talar estos maravillosos viejos gigantes —dijo—. Su madera podría valer mucho dinero, pero un bosque vivo debe valer algo también.

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Marco no podía ni mirar a su papá. Una palabra de él y la maderera vendría a cortar los árboles.

El papá miró pensativo al abuelo y a Marco, y luego caminó alrededor de los viejos árboles con lentitud.

—No creía que existieran todavía árboles como estos —dijo el papá en voz baja—.

Ahora que veo lo especiales que son, tengo que protegerlos. Tendré que impedir que los talen... aunque me cueste el empleo.

Marco miró a su papá con esperanza.

—La maderera no sabe que estos árboles están aquí —dijo el papá—. Lo mantendremos así.

19

Capítulo 4

Disculpas Marco estuvo silencioso todo el camino de regreso a su casa. Los árboles de Dan se salvarían, pero ellos igual deberían alejarse, del abuelo y de Dan. Habría otro pueblo y otro primer día de clases.

Pensó que se lo merecía después de lo que había hecho. Pero antes de irse, tenía que contarle a Dan que sus árboles estaban a salvo.

Trató de llamarlo, pero Dan no respondía sus llamadas. Fue a su casa, pero su amigo se negaba a salir a la puerta.

20

Marco no sabía qué hacer. Se sentó sobre su cama y se puso a hacer lo que hacía siempre que estaba triste: revisar sus fotografías.

Y allí estaba la imagen de Dan frente a su casa del árbol. Esto le dio una idea a Marco.

Imprimió la fotografía y escribió en la parte de atrás.

21

Marco sabía que si le dejaba la foto a su amigo y la veía otra persona, entonces el secreto se sabría de todas maneras... y seguiría siendo su culpa. Fue hasta la cocina.

—¿Tenemos un sobre lo bastante grande como para esto? —preguntó, y le mostró la fotografía al abuelo.

—¿De dónde sacaste esto? —preguntó a su vez el abuelo.

—La tomé con mi cámara —respondió Marco.

—Bueno, es una imagen sumamente buena —dijo el abuelo—. Y me ha dado una idea.

22

Marco quiso saber de qué se trataba, pero el abuelo no se lo dijo. Fue a buscar a su papá, y ambos hombres se sentaron y hablaron hasta bien entrada la noche.

—Necesitamos tu fotografía de la casa del árbol de Dan —dijo el papá a la mañana siguiente.

—¿Por qué? —preguntó Marco con desconfianza.

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—Queremos que los árboles de Dan estén seguros para siempre —dijo el abuelo—. Y se nos ocurrió que la mejor forma es mostrar a las personas lo increíbles que son. Si suficientes personas desean protegerlos, estarán a salvo.

—Y, Marco, no nos iremos —dijo el papá—.

El abuelo y yo vamos a trabajar juntos.

Comenzaremos un nuevo negocio y vamos a intentar salvar a los árboles.

Marco estaba feliz de quedarse en el valle y vivir con el abuelo. Pero sabía que nunca sería lo mismo si no tenía a Dan como amigo. Pensó que tal vez un día él querría volver a ser su amigo. Pero sabía que pasaría un largo tiempo antes de que eso ocurriera.

24

25

Posdata Los árboles de Dan se salvaron.

El abuelo de Marco tomó muestras de los árboles y, junto con las fotos de su nieto, las envió a la Sociedad Nacional de Protección de Árboles. Solo se conocía un otro bosque que tenía esa especie.

La Sociedad envió científicos para que tomaran muestras adicionales para confirmarlo. Los árboles están ahora en la lista de especies en peligro.

26

El papá de Marco ya no trabaja para la maderera. Ellos iniciaron una empresa de turismo que lleva grupos al valle a ver los gigantes del bosque. Llega gente de todo el país, e incluso de otros países, a ver los árboles.

Y Dan perdonó a Marco, y son amigos desde entonces.

27

Nota de la autora Una vez vi la fotografía de un tocón hueco que era tan grande que se había usado como establo para 12 caballos. Comencé a preguntarme... ¿Y si quedara un último grupo de árboles gigantes antiguos en esta área? ¿Quién sabría de ellos? ¿Qué ocurriría si la industria maderera se enterara de que los árboles estaban ahí? Así comenzó a tomar forma mi cuento.

También comencé a pensar en algunos niños que conozco que han tenido que cambiar de escuela muchas veces debido al trabajo de sus padres, y lo difícil que debe ser para ellos hacer amigos.

Cuando uní ambas ideas, tuve mi relato.

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Los árboles de Dan

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Quienes compren este libro pueden tener ciertos derechos para copiar partes de él según la ley vigente sobre derechos de autor. Los compradores deben realizar las averiguaciones necesarias en la jurisdicción en que lo usarán para determinar si tienen esos derechos y su alcance. Todos los demás derechos reservados. e s una marca comercial de EC Licensing Pty Ltd en los EE.UU. * Los niveles indicados con letras son medidas exclusivas de Okapi y son comparables con los niveles de Lectura Guiada de Fountas and Pinnell. Los valores numéricos que están entre paréntesis están alineados con DRA.

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