Moviment (1970–1976)
Se trata de una serie de las llamadas anecdóticas, donde, en un claro contraste con el estatismo de la serie Arquitectura (1969–1971), Trepat utiliza de forma puramente casual la solución de los futuristas italianos,111 a partir de una descomposición de la figura en múltiples formas repetidas para materializar el efecto del movimiento. El tema se centra en personajes o elementos que llevan implícita esta idea: deportistas, vehículos, oficios, etc., con una importante connotación cinematográfica. Curiosamente, el pintor consigue el efecto deseado sin renunciar a la nueva forma de pintar, o sea, a las pinceladas planas, a los colores netos y a los perfiles bien dibujados. Figures (1973–1975)
Reaccionando ante el dinamismo de la serie anterior, Trepat lleva a cabo un conjunto de pinturas centradas en la figura humana integrada en composiciones estáticas, que aporta, básicamente, dos novedades:112 un especial interés en la captación de la luz a partir de los reflejos y en cómo estos configuran los volúmenes, y un marcado interés por el problema del espacio, que se traduce en perspectivas forzadas y distorsiones compositivas con distintas lecturas orientativas, únicas en la trayectoria del pintor. 110 Trepat R ibé, R. Lluís Trepat: obra, 1943–1985. [La autora,] 1985, p. 264–265. 111 Las cuestiones teóricas propias del movimiento italiano quedan muy lejos de la voluntad plástica de Trepat (Op. cit., p. 265).
La primera de las grandes series iconográficas de Trepat, con un tema, el de la visión intimista y poética de escenas vulgares de la vida cotidiana, que irá repitiendo de forma constante a lo largo de toda su trayectoria. Una de las grandes características de este conjunto es la reducción del tamaño de los cuadros y una ampliación del punto de vista del espectador, de forma que consigue un importante efecto de descontextualización y reducción del tamaño de los elementos integrados. La paradoja: escenas de interior elaboradas desde un punto de vista general y casi panorámico.113 En algunos ejemplos de esta serie, unas figuras esquemáticas comparten protagonismo con los espacios vacíos, desiertos, abandonados. Nos parecen, sin embargo, mucho más interesantes los trabajos en los que no aparece ningún tipo de figura, porque subrayan muy claramente la intencionalidad puramente plástica del pintor y aportan un cierto componente onírico. Família 1 (1977–1978)
En 1977 Lluís Trepat iniciará el camino de la que será otra de sus grandes series iconográficas: los retratos de familia. Y lo hace recuperando el estudio psicológico de los personajes que había ensayado durante su última etapa expresionista –sobre todo en la serie del pintor Josep Maria de Sucre–, pero con unos resultados plásticos completamente diferentes, mucho más íntimos y personales, en los que se acentúan los rasgos faciales y, sobre todo, crece el soporte.
113 Op. cit., p. 271.
Las obras de esta serie son fruto de una primera etapa, con un comienzo y un final, cuyo único objetivo será llevar a cabo una serie de pruebas y ensayos para llegar a realizar la obra final, un gran retrato de la familia Trepat Quílez del año 1978. Una vez hecho, la serie concluye aquí, y no reaparecerá hasta cerca de cinco años más tarde. Estàtica (1979)
Si hemos dicho que la serie Moviment (1970–1976) era una reacción ante la serie Arquitectura (1969–1971), esta de ahora quiere contrarrestar la representación del círculo familiar del pintor de la serie Família 1 (1977–1978). Es otra serie que podríamos calificar de efímera, pero que con el tiempo se ha convertido en uno de sus trabajos más reconocidos, personales y característicos. Se trata de un conjunto que también podríamos definir como preparatorio de la serie Urbana (1980–2008), y que mantiene fuertes vínculos con la serie Arquitectura (1969–1971) por su planteamiento frío y despersonalizado, pero que se configura como una serie independiente gracias a la aparición de dos elementos nuevos:114 a) La presencia explícita de la línea recta como elemento iconográfico distintivo del paisaje urbano, que sirve a Trepat para mostrar objetos propios del entorno –artefactos implacables, distantes y mudos, que el hombre no puede abarcar– y, a la vez, como instrumento para la construcción de la perspectiva. b) La representación de la quietud, del silencio a través de la reducción de los elementos 114 Op. cit., p. 275.
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112 Op. cit., p. 270.
Interiors (1970–2008)
Traducciones al castellano
esta visión de fría realidad.110 Todo lo que vendrá después será el resultado de esta experimentación.