La creación del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson en 1936, debería ser considerada dentro de una trama cultural compleja. En esa trama, la aparición del llamado campo del arte (la suma siempre inconclusa de elementos como los productores visuales, la crítica, los modos de exhibición y circulación de obra, la formación de un público o la aparición de espacios de exposición) es la condición sin la cual sería imposible la existencia de un museo.
A ese campo artístico van unidas de manera indisoluble las políticas culturales, las decisiones estratégicas de la esfera pública que finalmente cristalizan en instituciones concretas. Los antecedentes de la creación del MPBAFR son numerosos, y de esa historia se ocupan especialistas en los textos que integran esta publicación, pero no puede dejar de mencionarse el trabajo de mujeres y hombres que en el siglo XIX formaron parte de un movimiento de suma importancia en el panorama regional en diversas disciplinas del arte.