Cuando se reflexiona sobre la vida y obra de Patricio Reig, olvidamos, frente a su historia personal sobre los oficios (arquitectura, pintura, fotografía) que su actividad principal indaga en verdad sobre uno de los más frágiles soportes: la memoria visual.
Basta leer algunos de sus textos para entender hasta qué punto la figura de su padre, las primeras búsquedas sobre el ejercicio de mirar y ser mirado, las primeras cámaras Diana con película de 120 mm, o el recuerdo perfumado de su infancia en San Juan fueron construyendo en parte su sensibilidad, su modo visual de entender al mundo. Dentro de ese modo ocupa un lugar importante su reflexión sobre la relación industria/fotografía. Patricio prefiere alejarse de la corriente que privilegia la novedad por la novedad misma, y elige entonces los mecanismos simples, las cámaras oscuras y estenopeicas entre otros.