Colección de Numismática

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AYUNTAMIENTO DE OLIVENZA

COLECCIÓN DE NUMISMÁTICA (MONOGRAFÍA)

Enrique Barrios Vallecillo Miguel Ángel Vallecillo Teodoro


NUMISMÁTICA (Monografía)

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Imprime: Grรกficas Diputaciรณn de Badajoz Depรณsito Legal: BA- 000578/2018

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Índice

1.-  Introducción....................................................... 5 2.-  Mundo antiguo: la moneda Romana..................... 6 3.-  El mundo medieval y moderno:     numismática en los siglos XV-XVI ....................... 21

4.-  La moneda de los siglos XVII y XVIII................... 25 5.-  Siglos XIX y XX................................................. 33 Notas................................................................ 42

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1.-  Introducción.-

Uno de los objetivos de cualquier museo debe ser el dar a conocer el patrimonio que alberga en su almacén y que es imposible exponer permanentemente por falta de espacio. Aprovechando el convenio firmado con la Universidad Autónoma de Madrid, en 2018, el Museo Etnográfico contó con la presencia de uno de sus alumnos en prácticas, desde mediados de julio hasta finales de agosto de citado año, quien dedicó buena parte de su tiempo a la elaboración de esta monografía. A lo largo de la investigación, descubrimos la falta de monedas prerromanas, se catalogaron las romanas, notamos, de nuevo, la ausencia de numismática visigoda y árabe; por último, se inventariaron y estudiaron todas las de los siglos XV al XX. La abundancia de muchas de ellas nos ha permitido conocer períodos de esplendor de nuestra localidad, como el siglo XVI, así como las cecas lusas más importantes. Llama la atención el exceso de ceitiles, originarios de Ceuta. De la etapa de dominio hispano sobre Portugal, existen varios ejemplares que dan cuenta del notable comercio desarrollado a través de Puente Ajuda. La Guerra de Aclamación (1640-1668) fue muy perjudicial para nuestra localidad, afectando a su economía. De época posterior es la numismática correspondiente a Pedro II, João V y María I. En 1801 Olivenza, tras la Guerra de las Naranjas y el posterior Tratado de Badajoz, es incorporada a la monarquía hispana. El primer alcalde de origen español, José María 5


Ponte, en 1803, prohíbe el uso de pesas, medidas y monedas portuguesas. A fecha de hoy, entre los fondos del Museo se hallan monedas de Isabel II, del gobierno provisional, de Amadeo I, para continuar con las acuñadas por los borbones hasta la llegada de la II República. En 1944 se acuña la primera moneda oficial de la dictadura franquista, que no llevaba en su anverso la imagen del dictador, sino su valor. Es a partir de 1947 cuando se graba su efigie. Muerto Franco, se recuperan antiguas pautas de acuñación de monedas por parte de los borbones, con la imagen del rey en anverso y la leyenda Juan Carlos I Rey de España. En 1980 se grabaron en el reverso, ciertos símbolos alusivos al mundial de fútbol a celebrar en nuestro país dos años más tarde. 2.-  Mundo

antiguo: la

Moneda Romana.-

El Museo Etnográfico Extremeño González Santana conserva una colección de seis monedas romanas provenientes de los yacimientos arqueológicos más destacados de la comarca de Olivenza. Las hay de distintos valores (ases, dupondios, follis…) y épocas, desde los comienzos del Imperio hasta época bajoimperial. La llegada y asentamiento de los romanos en la zona de Olivenza debió producirse entre el 25 a.C. y el I d.C1. La escasez de testimonios arqueológicos confirman la ausencia de la existencia de municipium, ciudades de sustrato indígena que son incorporadas al imperio, y que se acogen al derecho romano o al latino, pues tampoco hay evidencias de la existencia de castros o asentamientos indígenas en esta zona2. Tampoco se habría producido la fundación de una co6


lonia, núcleo urbano ex novo, pues los romanos prefirieron asentamientos geoestratégicos de mayor carácter defensivo como Elvas o la vecina Jurumenha, en Portugal. A pesar de esto, la comarca de Olivenza fue muy explotada por sus abundantes recursos naturales. Así encontramos diversas villas3, grandes centros romanos de explotación agrícola, como las que hallamos en la fincas Villa Vieja, en las proximidades del pueblo de colonización de San Francisco de Olivenza y en los predios de La Cocosa y Benavides. Por su parte, la Sierra de Alor constituyó un importante centro de explotación de hierro. En esta zona se han encontrado varias de las piezas de esta colección de monedas. Es lógico, por tanto, que en estos lugares de gran importancia económica, la moneda destacara como protagonista de las transacciones comerciales y pagos correspondientes, pese a que su presencia en este Museo sea testimonial. A continuación describimos algunos ejemplares de nuestra colección: 2.1.-  As Romano (43 a.C.-14 d.C.).Tras la reforma monetaria de Augusto, esta antigua moneda, fabricada en bronce, pasa a elaborarse en cobre. Tenía un escaso valor monetario, de manera que, en época de Augusto, 1 denario de plata equivalía a 16 ases. –  Anverso: Efigie del emperador Augusto. En la leyenda externa se puede observar Perm(issu) - Caes(aris) - (Augusti). “Permissu Caesaris Augusti” (en castellano, “con el permiso de César Augusto”), en época augustal, era un privilegio que el 7


emperador concedía a algunas ciudades para poder emitir monedas en su nombre. –  Reverso:

Se aprecia una corona de roble rodeando la siguiente inscripción: Iuli(a)/Trad(ucta). En este caso, se está haciendo referencia al lugar de acuñación, Iulia Traducta o Tingentera, ciudad portua-ria de la Bética, y actual Algeciras (foto 1).

Foto 1.- As romano

Este ejemplar constituye un excelente testimonio de las relaciones comerciales entre las provincias romanas de Lusitania y de Bética. 2.2.-  Dupondio

de

Tiberio (14-37 d.C.).-

El dupondio era una moneda romana acuñada en bronce que tenía el valor de dos ases o de medio sestercio. Pese a su mal estado de conservación, se aprecian algunos de los motivos de la moneda. 8


–  Anverso:

Se encuentra muy deteriorado, pero parece distinguirse la imagen del emperador Tiberio (foto 2), que podría portar la corona radiada, atributo del dios solar Helios. Este motivo era característico del dupondio de época imperial, y permitía distinguirlo del sestercio y del as. –  Reverso:

En alzado, se descubre la doble puerta murada, entre dos torres, de la ciudad de Augusta Emerita, cuya inscripción “Emerita” aparece en el dintel de la puerta. La composición se cierra con la representación plana de las murallas de la ciudad. 2.3.-  Denario

de

Tiberio (16-37 d.C.).-

El denario era la moneda romana en plata por excelencia. Circularon entre el 268 a.C. y el 360 d.C. Su valor fluctuaba entre 10 y 16 ases. Este ejemplar es el conocido “denario del tributo” al que hacen referencia los evangelios canónicos, y debió ser acuñada después del año 16 d.C., en la ciudad de Lugdunum (actual Lyon, Francia). –  Anverso:

Se graba la efigie del emperador hacia la derecha con corona de laurel (foto 2). En la orla se lee la leyenda: Ti(berius) - Caesardivi(ni) - Avg(ustus) - F(ilius) - Avgvstvs –  Reverso:

Julia (Livia), representando a la Pax, sentada hacia la derecha, con un cetro y una rama de olivo. En la leyenda: Pontif(ex) - Maxim(us). 9


N.º 1

N.º 2

Foto 2.-  Monedas de Tiberio

2.4.-  Dupondio

de

Livia (27 a.C.-14 d.C.).-

El dupondio presentaba frecuentemente la representación de Anonna por la gran importancia que ésta tenía en el mundo romano. –  Anverso:

La efigie de Livia Drusila o Julia Augusta (59 a.C-29 d.C.), tercera esposa del emperador Augusto. 10


–  Reverso:

Una figura femenina en pie aparece como personificación de Annona (foto 3), la diosa romana que encarnaba la cosecha anual y el suministro de grano. Su mano izquierda sostiene una cornucopia o “cuerno de la abundancia”, mientras que, en su mano derecha, lleva unas espigas inclinadas hacia el suelo. A ambos lados encontramos las letras “SC”, abreviatura de Senatus Consultum, es decir, que fue acuñada con la potestad del senado.

Foto 3.- Dupondio de Livia

2.5.-  Sestercio

de

Adriano (117-138 d.C.).-

Estos sestercios, con valor de un cuarto de denario, de época del emperador Adriano, están acuñados en oricalco, una aleación de cobre, zinc y plomo o “latón dorado”). -  Primer ejemplar.–  Anverso:

Mirando hacia la derecha, se representa la efigie del emperador Adriano. La leyenda, prácticamente ilegible, recogería: Mc - Res - Nerva - Trainvs - Hadrianus - Avg Ger. 11


–  Reverso:

Se graba a la diosa Fortuna sedente a la izquierda, portando un timón y la cornucopia (foto 4). Le leyenda que presentaba es ilegible debido al estado de conservación en el que se encontró.

Foto 4.- Sestercio de Adriano

-  Segundo ejemplar.–  Anverso:

Mirando hacia la derecha, aparece la efigie del emperador Adriano con la corona de laurel. En la leyenda: Imp Caesar Traian(us) Hadrianus Aug(ustus). –  Reverso:

Se reconoce el tema de la adlocutio (foto 5). El emperador, desde un podio, se dirige a sus soldados. Lo único legible del reverso, en el exergo: S(enatus) C(onsultum)

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Foto 5.- Sestercio de Adriano

2.6.-  Antoniniano

de

Galieno (218-268 d.C.).-

Moneda en bronce acuñada, probablemente, en Roma, entre los años 260-268 d.C. –  Anverso:

Efigie del emperador Galieno, con la corona radiada, mirando hacia la derecha (foto 6). En la leyenda: Galienvs Avg(ustus).

Foto 6.- Antoniniano de Galieno

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–  Reverso:

Leopardo avanzando hacia la izquierda. En la leyenda de la orla se lee: Libero P(atri) Cons Avg. En el exergo aparece una ‘B’, referente a la ceca romana. 2.7.-  Antoniniano

de

Maximiano Hércules

(ca. 293 d.C.).-

Esta moneda empezó a acuñarse bajo el reinado de Caracalla, a comienzos del 215 d.C. Se la denominó así en honor al nombre oficial del emperador: Marco Aurelio Severo Antonino. Se caracterizaba por la representación del emperador con la corona radiada. Con el paso del tiempo se fue depreciando. –  Anverso:

Efigie del emperador con la corona radiada de Helios. En la leyenda: Imp(erator) C(aesar) M(arcus) A(urelius) Val(erius) Maximianus P(ius) F(elix) Avg(ustus). –  Reverso:

El emperador, a la izquierda, vestido con el atuendo militar, porta un cetro y recibe una Victoria sobre globo, de manos de Júpiter, quien se muestra a la derecha, desnudo, y con un largo cetro (foto 7). En la leyenda de la orla se lee: Concordia Militum.

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Foto 7.- Antoniniano de Maximiano

2.8.-  Moneda

bajoimperial de

Constantino

(272-337 d.C.).-

Esta moneda, probablemente un centenionalis, fue hallada en la finca Valdequinteros, en Olivenza, y donada por Margarita Navarrete al Museo Etnográfico Extremeño González Santana. Pese a su deterioro, todavía pueden apreciarse los motivos iconográficos de sus caras. Esta pieza se encuentra expuesta en la Sala de Arqueología del Museo, en la vitrina dedicada al mundo romano. –  Anverso:

La efigie del emperador Constantino I aparece representada mirando hacia la derecha con paludamentum y diadema (foto 8).

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–  Reverso: Representación del Gloria Exercitus (foto 5), como muestra la leyenda. Dos soldados a cada lado apoyados sobre sus lanzas. Entre ellos, un estandarte o lábaro con el crismón. El crismón pasa a tener gran relevancia, y a formar parte del estandarte del ejército romano a partir de la famosa batalla de Puente Milvio, el 28 de octubre del 312 d.C.

Foto 8.- Centenionalis de Constantino I

2.9.-  Follis

de

Constancio II (ca. 324-329).-

Moneda de escaso valor, elaborada en bronce, y acuñada en Nicomedia. –  Anverso:

Efigie del emperador, tocado con la diadema, mirando hacia la izquierda. En la orla: Fl - Ivl - Constantius - Nob Caes (Flavius Iulius Constantius Nobilissimus Caesar). 16


–  Reverso:

Puerta de campamento rematada por dos torreones esféricos y una estrella central (foto 9). En el exergo aparecen las capitales “N(icomedia)S”, que hacen referencia a la ceca y a la oficina. En la leyenda de la orla se lee: Providentia Caes(sar).

Foto 9.- Follis de Constancio II

2.10.-  Centenional

de

Magnencio (350-353 d.C.).-

El centenional era una moneda de bajo valor fabricada en cobre o bronce, introducida hacia el 337 d.C. con la reforma de Constantino I. Es similar al follis, por lo que distinguirla resulta, a veces, difícil. –  Anverso:

Efigie del emperador con diadema mirando hacia la derecha (foto 10). En la orla, la leyenda: Dnmagnen - Tivspfavg (Dominus Noster Magnentius Pius Felix Augustus). 17


–  Reverso:

El emperador, estante, sostiene el lábaro con su mano derecha, mientras que porta una Victoria en su mano izquierda. Al lado de esta imagen, una ‘F’ que hace referencia a la ceca. En el exergo aparece el nombre de la oficina de acuñación: SAR. La leyenda recoge: Felicitas Reipublicae. Ceca: Arelate/Constantina (ARL).

Foto 10.- Centenionalis de Magnencio

2.11.-  Maiorina

de

Graciano (378-388 d.C.).-

Moneda en bronce acuñada en Roma (SMR en exergo). –  Anverso:

Efigie del emperador coronado con una diadema. En la orla se lee: Dngratia - Nuspfavg (Dominus Noster Gratianus Pius Felix Augustus). 18


–  Reverso:

Emperador estante a la izquierda, portando Victoria sobre globo, y ofreciendo su mano a una figura femenina, tocada con corona mural, que está arrodillada a su izquierda (foto 11). En la leyenda: Reparatio Repvb(licae).

Foto 11.-  Maiorina de Magnencio

2.12.-  Follis

de

Teodosio I

o de

Honorio

(392-423 d.C.).El Museo cuenta con tres follis. Uno de ellos data del reinado de Teodosio I, un segundo de época de su hijo Honorio. El que resta presenta un deterioro mayor, por lo que la inscripción del anverso se ha perdido y, con ella, el nombre del emperador. 19


–  Anverso:

Efigie del emperador mirando hacia la derecha. En las leyendas de las orlas se lee: Dn Theo-Do - Sius P F Aug (Dominus Noster Theodosius Pius Felix Augustus), o bien, D N Honorius P F Avg, con la misma fórmula, cambiando el nombre del emperador (foto 12). –  Reverso:

La figura del emperador aparece portando el cetro y el orbe. La inscripción recoge: Gloria Romanorum. En la parte inferior, aparecería la ceca de acuñación: Cyzicus (SMK).

Anverso

Reverso Foto 12.- Follis de Teodosio I y Honorio

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3.- El Mundo Medieval

en los

y

Moderno:

numismática

Siglos XV-XVI.-

Llama especialmente la atención que todos los ejemplares conservados de este período, salvo con la excepción de una blanca del reinado de Reyes Católicos, son monedas portuguesas, en su mayoría ceitiles. Esto no debe sorprendernos, pues Olivenza fue territorio luso durante más de quinientos años, desde el 12 de septiembre de 1297, fecha en la que se firma el Tratado de Alcañices, hasta el 6 de junio de 1801, cuando pasa a manos españolas por el Tratado de Badajoz. El Museo carece de ejemplares de época altomedieval, pues sólo se atestiguan algunas construcciones, como la iglesia de Valdecebadal, de época visigoda, y construcciones de los siglos VI-VIII en la villa romana de La Cocosa, excavadas ambas en la segunda mitad del siglo XX, y cuyos restos, en parte, se conservan en el Museo Arqueológico de Badajoz. Asimismo tampoco encontramos restos numismáticos de época musulmana, cuyo asentamiento en territorio oliventino fue inexistente, al menos ante las investigaciones actuales, que sólo recogen la posible presencia de mercado en la zona4. El gran corpus de monedas portuguesas data de finales de la Baja Edad Media, y principios de la Edad Moderna. Este momento coincide, en el Reino de Portugal, con los reinados de Afonso V, João II, y Manuel I, de gran importancia este último para el desarrollo urbanístico y comercial de Olivenza. En el resto de la Península Ibérica, se extienden los reinos de Castilla y de Aragón, regidos por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando respectivamente, el Reino de Navarra, y el Reino nazarí de Granada, incorporado en 1492 a la Corona de Castilla. 21


La colección de monedas portuguesas de este período está formada por ceitiles, por reales y por un vintem. Destacan por su abundancia los primeros, que tienen su origen en el reinado de Afonso V de Portugal (1438-1481), apodado el Africano por sus incursiones en el continente. El ceitil era una moneda de cobre muy humilde (6 ceitiles equivalían a 1 real blanco), al igual que la blanca castellana. Podían provenir de tres cecas distintas, cuya inicial quedaba grabada en el anverso: una ‘L’ para Lisboa, una ‘P’ para Porto (Oporto), y una ‘C’ para las acuñadas en Ceuta. En el anverso de los ceitiles aparece un castillo con tres torres que se alza sobre una muralla bañada por el mar (foto 13). En el reverso se plasma un escudo terminado en ojiva, apoyado en una cruz de Avis, de la que sólo se veían cuatro extremos. Como emblema heráldico figuraban las cinco quinas cantonadas por cuatro castillos. Estos esquemas tendrían múltiples variantes de las que Ferreira Gambetta ha compilado hasta “66 formas distinta del escudo y 61 modelos diferentes de los dibujos de los castillos”5. El mismo autor recoge las seis fórmulas básicas de leyenda que aparecían en las monedas: Alfonsus Dei Gracia; Alfonsus Quinti; Dominus Alfonsus; Rex Portugaliet et Algarve; Adiutorium Nostrum y Dominus Cepte. Fórmulas similares se presentarían para sus sucesores, João II y Manuel I. El ceitil fue una moneda emitida en abundancia e ininterrumpidamente hasta la extinción de la dinastía de Avis. Del reinado de João II (1481-1495) se conserva un vintem (foto 14), moneda en plata que tenía el valor de 20 reales blancos. En el anverso aparece la letra mayúscula ‘Y’, inicial del nombre del Rey, con el extremo inferior trebolado. Sobre ella, una corona y, a la izquierda, la letra ‘L’ que hace referencia a la ceca: Lisboa. En la orla, Iohanes - II - R - P 22


- ET - A - D - G (Juan II, Rey de Portugal y de los Algarves por la gracia de Dios). En el reverso, el escudo real entre dos anillos pequeños con la misma leyenda que tiene el anverso.

Foto 13.- Ceitil de Alfonso V

Foto 14.- Vintem João II

Foto 15.- Tres reales de João III

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Una moneda con valor de tres reales portugueses del reinado de João III (1502-1557) cierra el corpus de monedas portuguesas. En el anverso (foto 15) se observan las iniciales IO - III (Iohanes III); en la orla, Portugal - Et - Algar - Rex (Rey de Portugal y los Algarves). El comercio entre los Reino de Portugal y de Castilla debía ser fluido como recogen los testimonios de la época, de manera que era muy frecuente que circulasen monedas portuguesas en Castilla y viceversa. Un ejemplo se muestra en el “Diario” del primer viaje de Cristobal Colón a las Indias. El almirante recoge entre sus apuntes el afán de los indígenas por adquirir, mediante trueques, los más heterogéneos objetos y describe: “fasta que vi dar 16 ovillas de algodon por tres ceotis de Portugal, que es una blanca de Castilla, y en ellos habia mas de una arroba de algodon filado”6. Partiendo de esto, es normal que en Olivenza, en aquel momento territorio fronterizo, encontremos monedas castellanas de esta época, como la blanca conservada en este Museo.

Foto 16.- Blanca de los Reyes Católicos

Esta blanca (ca. 1497), moneda de vellón, aleación de cobre y plata, de escaso valor, que, como aparece en el testimonio citado arriba, equivalía a 3 ceitiles. En el anverso 24


(foto 16) aparece la letra ‘F’, inicial de Fernando de Aragón, coronada y flanqueada por dos ‘tau’ que se rematan con cinco puntos en cruz. En el reverso, la letra ‘Y’, alusiva de Isabel de Castilla, coronada y flanqueada por dos cruces lanceoladas. La leyenda de sus caras es ilegible. 4.- La Moneda

de los

Siglos XVII

y

XVIII.-

Desde 1581 Portugal había pasado a formar parte de los territorios del rey Felipe II –Filipe I en Portugal–. La llegada del monarca al trono luso benefició positivamente a Olivenza, solventándose el conflicto en la frontera sur, la de Alconchel, e impulsando un amplio programa artístico por la villa, con la construcción de edificios de gran importancia como el Convento de Santa Clara (actualmente de San Juan de Dios) o la iglesia de Santa María de la Asunción. Sin embargo, el crecimiento y las mejoras quedan eclipsados por la mala gestión de sus sucesores, Felipe III y Felipe IV. Sus reinados están marcados por una profunda recesión económica que se notó. La crisis de la Hacienda Real era tal, que la moneda se tuvo que someter a importantes reformas y modificaciones. El 1 de diciembre de 1640, en pleno reinado de Felipe IV, D. João, duque de Braganza es proclamado, bajo el nombre de João IV, Rey de Portugal y los Algarves. El alzamiento luso contra la corona hispana desembocó en la Guerra de la Restauración portuguesa o de Aclamación, que finaliza el 13 de febrero de 1668 con la firma del Tratado de Lisboa, en el que se reconocía la total independencia de Portugal y sus territorios de ultramar por parte de la Corona española. La crudeza y duración del conflicto maltrataron la localidad provocando “profundas secuelas que le impedirían recuperar el esplendor de tiempos pasados”7. 25


El inicio del siglo XVIII está marcado por la Guerra de Sucesión española, en la que también se ve envuelta Portugal. Carlos II muere sin descendencia, lo que desata una guerra por la sucesión al trono entre Felipe de Anjou, hijo del Delfín de Francia, y el archiduque Carlos de Habsburgo. En un primer momento, Portugal decide no intervenir en el conflicto, sin embargo, el hecho de que Felipe de Anjou conservara los derechos sucesorios de la Corona francesa la llevan a cambiar de postura, sumándose a la Gran Alianza. El conflicto se resolverá en favor de Felipe de Anjou, coronado Felipe V de España. La intervención de Portugal en el conflicto hará que, a finales del s. XVIII, aumenten las presiones francesas contra Portugal por su papel como aliada de Inglaterra, que culminarán con los acontecimientos que acaecerán en la primera década del siglo XIX. Olivenza, como ciudad estratégica y territorio fronterizo, sufrió, de primera mano, los efectos de la Guerra, aunque no en la medida de la contienda anterior. 4.1.-  Numario Español

en

Olivenza.-

La mayoría de monedas conservadas en el Museo, correspondientes al s. XVII, son maravedíes resellados. No obstante, también integran la colección algunos ejemplares de maravedíes, sin resellar, de los reinados de Felipe III y Felipe IV. Como se ha mencionado con anterioridad, la gran crisis económica que se produjo durante los reinados de sendos monarcas tuvo grandes consecuencias en la moneda. Sirva de ejemplo el hecho de que entre 1627 y 1641, la moneda en vellón sufrió “tres experimentos de inflación y cuatro devaluatorios, todos ellos con resultados muy negativos”8. Además, con las sublevaciones de Cataluña y Portugal en 26


1640, la moneda se sometió a modificaciones todavía más drásticas. Las devaluaciones y revalorizaciones se sucedieron a lo largo de los años, que se traducían, por lo general, en el empleo de resellos que marcaban la fecha y el nuevo valor. Esta situación amenazaba constantemente con llevar a la bancarrota el imperio de Felipe IV, cuya política exterior no ayudaba a sanear las arcas públicas. En el contexto de estas devaluaciones y revalorizaciones de la moneda destacan los resellos, acción que consistía en volver a sellar una moneda, cambiando su valor. En 1603, Felipe III manda que se reselle la moneda de cobre, fijando su cotización en 4 maravedíes la pieza de 2, y de 8, a la de 4, continuando con esta política monetaria su hijo, Felipe IV.

Foto 17.- Resellos del siglo XVII

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En los resellos de la colección numismática del Museo se aprecian los nuevos valores resellados, como ‘VI, ‘VIII’ o ‘XII’ (foto 17), y las distintas fechas de resellado, 1641, 1652 y 1655. En algunas monedas, incluso, encontramos varias fechas de resellado, por lo que su valor cambió más de una vez. Por otro lado, nos encontramos con los siguientes ejemplares de maravedíes sin resellar (foto 18): Nº 1.-  Moneda en cobre de cuatro maravedíes, de época de Felipe III (1598-1621). En su anverso, un castillo con tres torres que tiene a su lado la letra B, indicativa de la ceca de Burgos. En el reverso, se muestra un león rampante coronado. La orla presenta una leyenda ilegible, con la cronología, a la que le falta una cifra (161_) Nº 2.-  Moneda en cobre de valor desconocido, del reinado de Felipe III. En el anverso aparece el busto del monarca hacia la derecha. En la leyenda se lee: “Philippus III D - G.”. En el reverso, se representa el escudo de España, donde se lee: “Hispaniarum - Rex”. Nº 3.-  Moneda en cobre de 16 maravedíes del reinado de Felipe IV (ca. 1663). En el anverso, aparece la efigie del rey hacia la derecha, y en la orla: “Philippus IIII D - G”. En el reverso, el escudo de armas coronado con la leyenda: “Hispaniarum - Rex”. Nº4.-  Moneda de cobre de 16 maravedíes del reinado de Felipe IV. En el anverso, efigie de Felipe IV hacia la derecha, con leyenda: “Philippus IIII D - G”. En el reverso el escudo de armas coronado, con el valor de 16 maravedíes a la derecha y una B, referente a la ceca de Burgos. En la leyenda: Hispaniarum - Rex, 1662-1663.

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N.º 1

N.º 2

N.º 3

N.º 4

Foto 18.-  Maravedís de Felipe III y Felipe IV

4.2.-  Numario Portugués

en

Olivenza.-

Las piezas del numario portugués del siglo XVII conservadas en el Museo datan del reinado de Pedro II de Portugal (1648-1706). Este monarca reina en Portugal durante la Guerra de Sucesión española. Dicho conflicto afecta a las relaciones económicas y comerciales entre los dos reinos pe29


ninsulares. En Olivenza, la destrucción de Puente Ajuda durante el conflicto agrava aún más la situación. La crisis del comercio hispano-luso se prolongará a lo largo del siglo, por lo que la realeza lusa de finales del s. XVIII tendrá que tomar medidas para incentivar de nuevo las relaciones comerciales entre ambos reinos. Pedro II luchó contra el cerco de las monedas de fabricación antigua. En cuanto a la evolución del formato del escudo de Portugal, el remate final queda fijado, durante su reinado, en punta, con el empleo de máquinas, en 1678, que iban uniformando las acuñaciones9. La colección está formada por reales y vinténs, entre los que destacan (foto 19): Nº 1. 2.-  Vinténs en plata (ca. 1683-1706). En el anverso, la corona de Portugal, y debajo ‘XXXX’, haciendo referencia a su valor; en la leyenda: “Petrus II D - G - P Et Alg - Rex. En el reverso, en el centro, la cruz de San Jorge coronado por florón; en la orla, la leyenda: “In - Hoc Signo - Vinces”. Nº 2.-  Moneda con valor de 1 real y medio (real e meio) en cobre (1699). En el anverso, en el centro, acogidas por unas coronas, P - II, las iniciales del monarca con un florón por debajo; en la leyenda: D - G - Port Et Alg - Rex. En el reverso, dentro de una corona de laurel, el valor de la moneda; en la orla: Utilitati - Publicae - 1699 Nº 3.-  Moneda de diez reales en cobre (1699). En el anverso, al igual que en la pieza anterior, las iniciales “P - II” que se rematan con la corona real; en la leyenda se puede leer exactamente la misma inscripción que en el anverso de la moneda anterior. En el reverso se distingue una X, referente al valor de la moneda, 10 réis o reales, rodeado con corona de laurel, con una leyenda alrededor: Utilitati - Publicae.

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N.º 1. 2

N.º 2

N.º 3

Foto 19.- Reales y vinténs

Del siglo XVIII, el Museo conserva dos monedas que se corresponden con los reinados de João V y de María I (foto 20). João V (1689-1750), desde el principio de su reinado, usó el sistema monetario legado por su progenitor, Pedro II, sustituyendo tan sólo el nombre de su padre por el suyo. 31


Por su parte, María I (1734-1816), hija del monarca José I (1714-1777) acuña, junto con Pedro III (1717-1786) nuevas monedas, sin importantes modificaciones. N.º 1.-  Moneda de cobre con valor de cinco reales del reinado de João V (1743). En el anverso, número ‘V’ en el centro indicando el valor de la moneda, y bajo éste, fecha de acuñación; en la leyenda se lee: Portugalia Et Algarbiorum Rex. En el reverso el escudo de Portugal rodeado por la leyenda: Ioannes v Dei Gratia. N.º 2.-  Moneda de cobre con valor de cinco reales, acuñada en tiempos de María I (1792). En el anverso, armas del reino coronadas y recortando la leyenda: María I Dei Gratia. En el reverso, en el centro, “17V92” rodeado por motivos laureados; en la leyenda: Regina Portugalia Et Algarbiorum.

N.º 1

N.º 2

Foto 20.- Reales de João V y María I

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5.- Siglos XIX

y

XX.-

Este período se caracteriza por la incorporación de Olivenza a España. Esto es fundamental para la numismática en la villa, pues a partir de este momento la moneda hispana sustituye a la portuguesa. Olivenza había pasado a manos españolas por medio del Tratado de Badajoz, el 6 de junio de 1801, que ponía fin a la Guerra de las Naranjas, cuyo principal protagonista fue Manuel Godoy, al mando de las tropas españolas. Posteriormente, varias fueron las incursiones lusas con objetivo de recuperar la plaza de Olivenza, que no cesaron hasta la década de los 30 del siglo XIX. No obstante, las reivindicaciones del reconocimiento de Olivenza como territorio portugués no han cesado, incluso a día de hoy, por parte de algunos sectores de la sociedad portuguesa. De la primera mitad del siglo XIX tan sólo se conserva una pieza que data del reinado de Isabel II (1830-1904), hija de Fernando VII (1784-1833). El ejemplar citado (foto 21) es una moneda en cobre con valor de 8 maravedís, acuñada en 1844. En el anverso, aparece representada la efigie de la

Foto 21.-  8 maravedís de Isabel II

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reina con un peinado alto, y dos números ‘8’ a sus lados, evidenciando el valor de la moneda; en la leyenda de la orla se lee: “Isabel II por la Gracia de Dios y la Const. 1844”. En el reverso, la cruz del infante Pelayo con castillos, leones y, en el centro, lises borbónicas; en la orla: “Reina de las Españas”. El reinado de Isabel II concluye con el triunfo de la Revolución de 1868 –la Gloriosa–, a partir de la que se instaura un Gobierno Provisional que durará hasta 1871. En este momento tiene lugar el acontecimiento más importante para la numismática de este período, la introducción de una moneda nueva, la peseta. Por el artículo 1º del Decreto de 19 de octubre de 1868, se instaura un nuevo sistema monetario que dispone que “en todos los dominios españoles la unidad monetaria será la peseta, moneda efectiva equivalente a 100 céntimos”10. La primera emisión de peseta legal se acuñó por Decreto el 5 de febrero de 1869. Las monedas de 1, 2, 5 y 10 céntimos estaban elaboradas en bronce, las de 20 y 50 céntimos, 1, 2 y 5 pesetas en plata, y las de 100 pesetas en oro. Las conservadas en el Museo fueron acuñadas en 1870, momento en el que se realizó una corrección de la serie de 1869. En el anverso de éstas se reconoce la alegoría de la antigua Hispania de las monedas del emperador romano Adriano, una matrona recostada (o sentada en el caso de aquéllas con valor inferior a 20 céntimos). sobre la Península Ibérica con el Peñón de Gibraltar a los pies, y sosteniendo en una mano una rama de olivo (foto 22). En el reverso, un león rampante apoyado sobre el escudo de España, o bien el escudo de España en las piezas con un valor superior a 10 céntimos. En la leyenda del anverso se lee una inscripción con los gramos que pesa la moneda (1 gramo para la de 1 céntimo, 2 gramos para la de 2, etc.); en la del reverso 34


el número de piezas para alcanzar 1 kg., y el valor de dicha moneda.

Foto 22.-  2 céntimos y 5 pesetas del Gov. Provisional

El 2 de enero de 1871, Amadeo Fernando María de Saboya, hijo del monarca italiano Victor Manuel II, jura ante las Cortes Constituyentes, siendo coronado como Amadeo I de España. Su reinado duró dos años, hasta el 11 de febrero de 1873 cuando presentó su renuncia al trono. 35


Durante su corto reinado se acuñaron monedas de 5 pesetas en plata, conocidas como “duro de Amadeo”, de las que se conservan ejemplares en el Museo. En el anverso, aparece representada la efigie del monarca (foto 23), rodeada por la leyenda: “Amadeo I Rey de España”; y la fecha de acuñación, 1871. En el reverso, el escudo de España con la corona real y el escudete de la casa de Saboya entre las columnas de Hércules; en la leyenda: “Ley 900 Milesimas 40 Piezas en Kilog.”.

Foto 23.-  5 pesetas de Amadeo I

Además de éstas, se acuñaron otras de 1, 2, 5 y 10 céntimos, en cobre. Las de 5 y 10 céntimos han pasado a la historia con el nombre popular de “perra chica” y “perra gorda”, pues el león que llevaban en su reverso se confundió con un perro. Tras el breve experimento republicano de 1873, un año después, tras el pronunciamiento de Martínez Campos, Alfonso XII es coronado rey, y con ello, el trono de España retorna a manos de los Borbones. Durante el reinado de Alfonso XII se emitieron monedas en 1876, 1881 y 1885, año de la prematura muerte del monarca. En ellas, como se 36


puede apreciar en los ejemplares conservados en el Museo (foto 24), se reconoce en el anverso, representada la efigie del monarca con la leyenda: “Alfonso XII por la Gracia de Dios”; y en el reverso, el escudo de España, con la corona real y el escusón de los Borbones, dentro de una corona de laurel, y en la orla la leyenda “Rey Constitucional de España” con el valor de la moneda.

Foto 24.-  10 céntimos Alfonso XII

Entre los últimos años del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX se desarrolla el reinado de Alfonso XIII. Tras la muerte del Alfonso XII, y debido a la minoría de edad de su hijo Alfonso XIII, su madre, Mª Cristina de Habsburgo, asume el reinado de España como regenta, ordenando la continuación de la moneda de Alfonso XII. En 1888, cuando Alfonso XIII tenía dos años se acuñó la primera peseta en su nombre.

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Foto 25.-  5 pesetas Alfonso XIII

Las monedas conservadas de Alfonso XIII se corresponden con la tirada denominada como modelo “rizo”, acuñadas en 1896, cuando el monarca tenía 9 años. Su estructura, a excepción de la variación en la efigie del monarca, es exactamente la misma que la de su predecesor. Durante su reinado, los metales, desde el níquel al latón, fueron sustituyendo progresivamente a la plata11. El 14 de abril de 1931 la monarquía fue abolida, proclamándose la Segunda República Española. La acuñación de moneda durante este período se desarrolló con normalidad hasta el comienzo de la Guerra Civil, cuando las factorías se trasladaron a la costa levantina. Durante esta etapa se retomó el modelo de la “Hispania” que ya habíamos visto en el Gobierno Provisional del 1868. La mujer del anverso, además, representaba a la “nación soberana” y en sí misma, a la República. En el reverso, por su parte, aparecía el valor de la moneda (foto 26) con variantes iconográficas como la rama de olivo y la espiga de trigo o el escudo de España. 38


Foto 26.-  50 céntimos de la Segunda República Española

Finalizada la Guerra Civil, con la instauración de la dictadura de Francisco Franco, los motivos iconográficos de la peseta cambian por completo. En 1940 se aprobó la circulación de moneda en aluminio de 5 y 10 céntimos con un jinete íbero en el anverso (foto 27), y el escudo de armas

Foto 27.-  5 céntimos de la Dictadura

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con el águila de San Juan en el reverso. En 1944 se acuña la primera peseta oficial de la dictadura, que todavía no llevaba en el anverso la imagen del dictador, sino tan solo su valor. Fue en 1947 cuando se promueve la vigencia de la peseta de 1944, pero introduciendo en el anverso la representación de Franco (foto 28). Este modelo se mantuvo, con modificaciones en la propia efigie, hasta el final de la Dictadura. En los anversos, dependiendo de la moneda, podría aparecer el escudo de armas con el águila de San Juan, con variantes, o bien únicamente el valor de la moneda

Foto 28.-  10 céntimos de la Dictadura

Tras la muerte de Francisco Franco, en 1975, con Juan Carlos I como nuevo Jefe de Estado, se recuperaron las antiguas pautas de acuñación de las monedas de los Borbones, con la imagen del rey en el anverso de la moneda española, junto con su título: “Juan Carlos I Rey de España”. La última serie de monedas emitida por Franco en 1966 fue renovada, excepto en el anverso.

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Entre 1980 y 1982 se incluyeron en los reversos de las monedas símbolos futbolísticos (foto 29) como balones, con motivo del Campeonato del Mundo de Fútbol, celebrado en España en 1982.

Foto 29.-  100 pesetas Mundial de 1980

El Real Decreto de 14 de mayo de 1982 sustituye el anterior modelo, y hasta 1989 en el reverso aparecerán motivos como la Península Ibérica, el escudo de España (el más común) o valor de la moneda. Es en 1989 cuando se fijan las bases definitivas del nuevo sistema monetario, diferenciando las pesetas en tamaños, formas y colores según su valor.

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Notas.1  Fernández Corrales, J.M., El asentamiento romano en Extremadura y su análisis especial, Cáceres, 1998, p. 77. 2  Vallecillo Teodoro, M. A., Olivenza en su historia, Indugrafic, Olivenza, 1999, p. 22. 3  Rincón Jiménez, J. Menudencias históricas de la muy noble, notable y leal villa de Olivenza, Badajoz, 1920. 4  Vallecillo Teodoro, M. A., op. cit., p. 97. 5  Posac Mon, Carlos. La Historia de Ceuta a través de la Numismática, Publicaciones Caja Ceuta, 1989, p. 44. 6  Ibid., p. 47. 7  Vallecillo Teodoro, M.A., op. cit., p. 59. 8  Posac Mon, Carlos, Ibid., p. 61. 9  Almeida do Amarral, C.M. Catálogo descritivo das moedas portuguesas, v. 2., Museu Numismático Portugués, Lisboa, 1984, p. 226. 10  VV. AA., Historia de la Peseta, Diario Hoy, 1999, p. 3. 11  Ibid. p. 4

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