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Nuevo programa de inmigración ofrece ESPERANZA PARA ALGUNOS, PERO PROBLEMAS

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Tome el control.

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Por Daniel Zawodny

El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) anunció el 9 de enero un nuevo proceso para que los nacionales de Nicaragua, Cuba y Haití y sus familiares inmediatos puedan solicitar para venir a los Estados Unidos con permiso humanitario temporal siempre que cuenten con asistencia económica de un patrocinador con sede en EE. UU.

El programa es una expansión de uno para ciudadanos venezolanos que comenzó en octubre de 2022 y ahora cubrirá a personas de los cuatro países con el mayor número de recién llegados a la frontera sur de EE. UU. que esperan solicitar asilo.

El presidente Biden también anunció un acuerdo diplomático con México que permitirá a Estados Unidos expulsar a los migrantes de estos cuatro países a Mexico. Antes, Estados Unidos sólo podía regresar a inmigrantes de México y ciertos países centroamericanos bajo la controvertida ley del Título 42 de la era Trump. El acuerdo con México marca lo que los defensores de los inmigrantes llaman otra ofensiva fronteriza que pondrá en mayor riesgo la vida de los solicitantes de asilo.

Las personas de Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela que deseen solicitar el programa de permiso humanitario primero deben solicitar que un ciudadano estadounidense o un inmigrante documentado los patrocine, un proceso que requiere una verificación de antecedentes y prueba de seguridad financiera.

El individuo no tiene que presentar la solicitud desde su país de origen, pero no puede estar ya en los Estados Unidos o haber realizado cruces no autorizados de las fronteras de Panamá-Colombia o México-Guatemala después de la fecha de anuncio del programa. Eso significa que los venezolanos que cruzaron cualquiera de esas fronteras después del 19 de octubre de 2022 o los nicaragüenses, cubanos y haitianos que cruzaron después del 9 de enero no son elegibles.

“Estados Unidos está tratando de presionar a la gente para que no viaje y use esta nueva vía”, dijo Brian Strassburger, un sacerdote jesuita que vive en Brownsville, Texas y trabaja con inmigrantes y solicitantes de asilo a lo largo de la frontera. No está a favor del nuevo programa y cree que solo beneficiará a las personas con mayores bienes. “No es ‘tráiganme a sus pobres masas amontonadas’, es ‘tráiganme a su gente que tiene conexiones’”, dijo.

Aaron Reichlin-Melnick, director de políticas del Consejo Estadounidense de Inmigración, señala que el nuevo programa sigue el modelo de la iniciativa “Unidos por Ucrania” del USCIS, que dice admitió aproximadamente 85.000 ucranianos en los EE. UU. entre el inicio del programa en abril y noviembre. En su acuerdo diplomático con México, Estados Unidos prometió recibir hasta 30.000 personas con permiso humanitario de Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela por mes.

Para Otros

“No creo que alcancen ese número... pero, por otro lado, sigue siendo mucho más rápido que otros procesos”, explicó Reichlin-Melnick. Señala que varios tipos de peticiones a través de USCIS han sufrido retrasos severos durante años.

Aproximadamente 11.000 venezolanos ya han ingresado a los EE. UU. a través del programa desde que comenzó en octubre, según un comunicado de prensa reciente del gobierno de México.

“Para muchos será una decisión fácil: caminar por la Brecha del Darién, caminar durante 4 meses... o presentar una solicitud en línea. Podría ser un salvavidas”, dijo Reichlin-Melnick.

Doble cara

Aunque este nuevo programa podría ser un salvavidas para algunos, muchos defensores de los inmigrantes, incluidos Strassburger y Reichlin-Melnick, lamentan cómo el nuevo acuerdo con México está empujando a miles de solicitantes de asilo en la frontera sur a un limbo y peligro aún mayor.

EE. UU. no puede expulsar a los migrantes de Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela a México según el Título 42; desde su implementación bajo la administración de Trump, EE. UU. ha tenido que trasladarlos directamente a sus países de origen o permitirles permanecer en EE. UU.

Más allá de las limitaciones logísticas para llevar a cabo estas expulsiones, Reichlin-Melnick señala que Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas amplias con Nicaragua, Cuba o Venezuela. “No puedes [sacar] a alguien cuyo país no lo aceptará”, dijo.

Strassburger dice que la situación a lo largo de la frontera ya ha sido desastrosa. En Matamoros, los refugios para migrantes están más que llenos y ha surgido un nuevo campamento de cerca de 5.000 venezolanos a pesar de que el gobierno mexicano suele despejar dichos campamentos.

“En los primeros días del programa, había autobuses llenos de personas expulsadas de regreso a México que no tenían idea de por qué estaban siendo expulsadas”, dijo Strassburger.

Abogados voluntarios y activistas comunitarios se comprometieron a viajar a México para explicar la nueva ley y el programa a la gente.

Reichlin-Melnick señala que la mayoría de los que han llegado a la frontera no terminarán calificando para el nuevo programa de permiso humanitaria. “El martillo que cae está sobre los migrantes que ya están en tránsito, aquellos que ya vendieron sus cosas y se dirigieron a la frontera”, dijo Reichlin-Melnick. “Esto hará que la búsqueda de asilo sea más difícil… esto llevará a algunas personas a una situación más desesperada”.

Si cree que un amigo o familiar puede calificar para este nuevo programa de USCIS y le gustaría patrocinarlo, comuníquese con un abogado de inmigración con licencia para evaluar su caso.

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