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CAMPAÑA CONTRAINCENDIOS 17 de junio al 13 de octubre de 2019
COMUNICACIÓN DE LA CAMPAÑA Tenemos que convivir con los incendios forestales y ser conscientes de este riesgo natural. La época calurosa coincide con la de menor precipitación, en la que La Palma entra en una situación de estrés hídrico con mucha vegetación y combustible forestal en disposición para arder porque, además, les caracteriza una gran continuidad y densidad. Las comarcas sur y noroeste son las más críticas. Una variable importante es la interrelación entre el monte y las zonas urbanizadas, denominada zona de interfaz urbano forestal. Estas franjas habitadas, con casas turísticas y casas aisladas, dentro de terrenos forestales incrementan su vulnerabilidad. Por las condiciones extremas del verano los medios de extinción no siempre van a tener la posibilidad de garantizar la inmediata extinción. No se puede obviar el proceso de calentamiento global, y en la isla es preciso poner sobre la mesa el cambio sociológico debido al abandono de cultivos y la paulatina, pero constante, disminución de aprovechamientos forestales tradicionales.
SI ESTÁ LIMPIO, NO AVANZA El abandono de las actividades agrícolas y ganaderas en miles de hectáreas supone más continuidad del monte en los últimos decenios. Observando la aplicación de GRAFCAN del Gobierno de Canarias y sus curiosas imágenes de los años 50, una gran parte de la superficie quemada en los últimos incendios en la isla eran canteros que en tiempos de nuestros
abuelos no hubiesen ardido por estar labrados. Además, actualmente se ha abandonado la explotación del monte, no se saca leña ni madera y cada vez hay más continuidad, tanto vertical como horizontal, de los combustibles. Cada vez que se labra una fanega de almendreros estamos salvaguardando su calidad ambiental y disminuyendo la vulnerabilidad del entorno.
DESPEJA, NO ESPERES Es fundamental una ordenación del territorio donde, según el fuego va llegando a una casa o un barrio, en vez de irse incrementando el peligro para el personal de extinción y residentes, deben irse alcanzando estructuras de vegetación que permitan menos intensidad del fuego.