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DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN COMO PRESIDENTE DEL CABILDO INSULAR DE LA PALMA. DÉCIMO MANDATO DEL ACTUAL PERIODO DEMOCRÁTICO. LA PALMA, A 22 DE JUNIO DE 2015
Buenos días a todos. Gracias por su asistencia. El comienzo de un nuevo mandato en una Corporación como la nuestra supone la plasmación, con la toma de posesión, de los resultados obtenidos en las elecciones que se acaban de celebrar. Pero es también un momento para expresar los deseos y las esperanzas que todo comienzo suscita. Es por ello que quiero que me permitan cuantos asisten a este acto que mis primeras palabras sean de agradecimiento a la sociedad palmera por la oportunidad que me brindan, que nos brindan, para representarles y para gestionar los asuntos de interés general de nuestra isla. Y también para expresar mis mejores deseos a quienes conforman la Corporación, tanto si repiten como consejeros o consejeras, como si se incorporan o reincorporan a esta labor, y tanto si formarán parte del nuevo gobierno insular como si ejercerán la labor de oposición en nuestro Cabildo. Ambas situaciones son necesarias para el buen funcionamiento democrático de cualquier institución pública. Hemos concluido hace unas horas un mandato convulso en nuestro Cabildo. Mejor no decir por qué, y seguir el verso de nuestro gran poeta Antonio Machado cuando nos decía “mi vida, algunos casos que recordar no quiero”. Pero si hay que recordar la dura crisis que sigue sufriendo nuestra isla y que tuvo sus momentos más duros en estos últimos años. Nos recordó a todos, sí, a todos, que tenemos graves debilidades en nuestra economía, por su escasa diversificación, por una demografía que manifiesta un preocupante envejecimiento y la falta de crecimiento poblacional. Y nos recordó que debíamos decir un simple y claro basta ya a la pérdida de oportunidades para crear una sociedad más prospera y diversa, para acabar con esa especie de sacrificio que seguimos haciendo en La Palma con los más jóvenes, en especial con quienes se forman en nuestros 1