Tendencias a las Transformaciones Curriculares

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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

CURSO: FUNDAMENTOS Y TENDENCIAS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR. CATEDRÁTICO: Lic. Sergio Mejía Aguilar

ESTUDIANTE: Alba Odilia Mazariegos Villanueva. Carné: 1975-98-5300

LAS TENDENCIAS A LAS TRANSFORMACIONES CURRICULARES

Jutiapa, marzo17 de 2012.


INTRODUCCIÓN Los sistemas educativos latinoamericanos estuvieron, en líneas generales, cercano a los sistemas occidentales en términos de sus parámetros de inclusión y de cobertura. En muchos de los países de la región, más significativamente e los del Conos Sur, la educación jugó un rol fundamental en la construcción de identidades nacionales.

Ya los primeros líderes independentistas postularon la necesidad de tener una ciudadanía letrada para afirmar las nacientes repúblicas. La evolución de la escolarización, claro está, no fue una línea ascendente ni gradual, y tardó más de un siglo en afirmarse, pero estos primeros impulsos orientaron posteriores consensos sobre la primacía de la educación en la formación de los estados nacionales.

Quienes organizaron las reformas educativas en las últimas décadas conocían el diagnóstico sobre las dificultades y la persistencia de los viejos problemas. En esas reformas, el currículum fue una de las estrategias preferidas por las administraciones educativas de la región para responder a la situación crítica de los sistemas educativos a comienzos de los años ’90. Hubo consenso, desde diversos sectores, que era necesario resolver el problema desde los saberes prescriptos para la enseñanza. Este consenso abarcó un amplio espectro, desde los reformadores, los sindicatos docentes, los académicos, y también los especialistas de los organismos multilaterales de crédito. Por ejemplo, un documento señala que: “el currículum es el corazón de cualquier emprendimiento educacional y ninguna política o reforma educativa puede tener éxito si no coloca al currículum en el centro” (Jallade, 2000, citado por: Casimiro López, 2004: 110). El currículum, en este caso, abarcó tanto el contenido de la instrucción como los métodos utilizados en la sala de clases.

La cobertura en educación primaria y secundaria creció a un ritmo considerable, especialmente en los países que tenían los índices más bajos de


matrícula (Brasil, por ejemplo, pasó de un 36% de jóvenes con escolaridad primaria a un 53,6% en 10 años; Guatemala del 38,8% a 56,8%), y en la secundaria superior, que era un nivel de acceso más restringido. En los países del Cono Sur, el crecimiento de la matrícula en este nivel es cercano al 15% en una década, sólo comparable a las primeras décadas del siglo XX. Los niveles de desigualdad siguen siendo importantes. La brecha entre población urbana y rural también es significativa: para la educación secundaria, quienes viven en centros urbanos tienen 3 veces más posibilidades de completar esos estudios que quienes lo hacen en el campo. Las desigualdades de sexo, sin embargo, han tendido a nivelarse, mostrando esta década importantes logros en la educación de las mujeres, al punto que en muchos países ya se habla de los jóvenes varones, especialmente de los varones pobres, como un grupo desfavorecido y que debería ser atendido por políticas de discriminación.


LAS TENDENCIAS A LAS TRANSFORMACIONES CURRICULARES

La globalización trae consigo una serie de transformaciones para la Educación Superior, pues a medida que las naciones se van articulando a los procesos de integración, van surgiendo problemas y desafíos para la educación terciaria que se hacen comunes a los países, con efectos de mayor o menor proporción, pero que señalan una misma dirección.

Estamos, sin embargo, frente a nuevos escenarios, con problemas inéditos y desafiantes. Esos problemas nuevos son tanto producto de lo que se va aprendiendo con la marcha de las reformas como de las transformaciones sociales, económicas y políticas de los tres últimos lustros. Un cambio muy significativo es el afianzamiento de las “sociedades del conocimiento”, la creciente globalización e interconexión mediante las nuevas tecnologías de la información, y su impacto en contextos particulares como los nuestros. Las escuelas no sólo deben competir con otras agencias culturales más rápidas y estimulantes que los modos de transmisión, sino que muchas veces operan en contextos muy difíciles, y deben lidiar con crisis económicas, crisis políticas, violencias sociales extendidas, y desplazamientos masivos de la población. Deben hacerlo, también, en el contexto de una cultura cada vez más global, donde las “comunidades imaginadas” ya no son las de las naciones como en el siglo XIX, sino las de una cultura visual y mediática global, mediada de maneras diversas por los contextos locales desiguales, que muchas veces pone en cuestión las ideas que tenemos de lo común y lo público, de lo propio y lo ajeno, de lo cercano y lo lejano. El currículum “fija patrones de relación, formas de comunicación, grados de autonomía académica”. El currículum no es sólo un listado de experiencias y contenidos que deben saber los alumnos, sino también (y algunos dicen sobre todo) “un modo de regular y legislar la vida de los docentes”, de establecer sentidos de la acción escolar, de autorizar voces y discursos.


En líneas generales, puede afirmarse que emerge un nuevo concepto de currículum básico para la formación ciudadana y competente, centrado en el dominio de diversos lenguajes y códigos (idiomas, matemáticas), la tecnología y el inglés, y con un grado todavía moderado de espacios abiertos u optativos. Tienden a organizarse en estructuras más comprensivas e interdisciplinarias (áreas,

sectores, espacios

curriculares), y a

incluir conocimientos más

actualizados y vinculados a desarrollos de punta en los campos de referencia. En general se los fundamenta en relación a criterios psicológicos (la significatividad para los alumnos) y sociales (su contribución a la formación ciudadana y de competencias). Son por lo general currículos más abiertos y flexibles, que incorporan en el diseño la importancia del desarrollo curricular en los distintos niveles del sistema. La “puesta en práctica” de los nuevos currículos supone en todos los casos procesos de negociación y articulación de demandas con nuevos actores, constituidos en sujetos de la determinación curricular, que está teniendo suertes diversas en los distintos países. La implementación de las reformas pone de relieve cuestiones centrales de toda política educativa: la tensión entre lo viejo y lo nuevo en las reformas y la capacidad efectiva de cambiar las escuelas desde el Estado. En las sociedades industriales avanzadas “el Estado tiene tendencia a sacar el mayor rendimiento posible de las ganancias políticas derivadas del diseño de las reformas educativas y de su supuesta aplicación, al mismo tiempo que reduce al mínimo el coste político asociado con la tarea de ponerlas efectivamente en práctica. En esa dirección, creemos que más fértil es analizar en qué medida las políticas de reforma curricular han producido efectos duraderos en la “gramática de la escuela”. Estas formas son, un sustrato de alta estabilidad en el tiempo y el espacio, estableciendo qué se entiende por escuela, por buen alumno y buen docente, y que resiste a buena parte de los intentos de cambio.


Para ello, serían necesarios muchos más recursos (urge, por ejemplo, el cambio en las formas de contratación de los profesores, la redefinición de carreras magisteriales, y la transformación de la relación con la sociedad contemporánea). Las tendencias de la educación superior (que se expresan en planes de estudios) responden a un proyecto social e institucional amplio. Una primera confrontación entre estos la tenemos en los años treinta en el debate CasoLombardo. Esta polémica se centra, entre otras cosas, en una concepción liberal del conocimiento frente a una concepción social. Esta situación marca dos tendencias en las universidades públicas del país y los planes de estudio. En una se promueve una revisión enciclopédica de todo aquello que sea factible saber, en otra se busca un acercamiento a contenidos socio-políticos que lleven a una explicación de los fenómenos sociales. Si bien en un primer momento esto se concreta en las instituciones universitarias, con el tiempo esta influencia permeará diferentes planes de estudio, con cierta independencia institucional. Como reacción a esta situación en la década de los años cuarentas empezarán a conformarse las universidades privadas con un doble proyecto educativo. Históricamente los sistemas educativos fueron concebidos para "transferir la cultura de las generaciones adultas a las generaciones más jóvenes", más fuertemente incluso en el caso de la educación secundaria que en el caso de la educación primaria. Esta posición contenía cinco supuestos actualmente discutibles. El primero es que las generaciones más jóvenes no poseen una cultura propia y, en consecuencia, no ofrecen ningún tipo de resistencia al aprendizaje de contenidos y a la asunción de pautas culturales de los adultos. El segundo es que la cultura adulta es homogénea. El tercero es que las culturas de los jóvenes también son homogéneas, el cuarto es que la cultura adulta y, como parte de ella, las características de la producción y de las estructuras de los conocimientos son estables a través del tiempo; y el quinto es que los sistemas educativos y las escuelas son el principal sistema experto en la transmisión de información. Sistematizando los aspectos que surgen de la presentación de las tendencias de cambio en América Latina y en el mundo, cabe afirmar que los


currículos para la educación secundaria debieron comenzar a reformarse para atender fuertes demandas de incorporación de más jóvenes a la educación y de mejoramiento de la calidad y también de la eficiencia de la oferta orientada a satisfacer las necesidades educativas de los jóvenes, ofreciendo una combinación de orientaciones para producir tanto una mayor flexibilización y modernización estructural como cambios en los contenidos y en las metodologías de enseñanza y de aprendizaje. En algunos países, en particular en Chile y en la Argentina ya asistían a la educación secundaria en 1995 más del 70% de los jóvenes (UNESCO, 1998). En otros el porcentaje de jóvenes que se está incorporando se acelera muy rápidamente. En casi todos los países la velocidad de expansión de este nivel del sistema educativo es mucho mayor que la velocidad de expansión de la educación primaria. Por otra parte los y las jóvenes que ahora acceden a la "educación secundaria" provienen de sectores sociales diferentes. Muchos de ellos son miembros de familias que por primera vez toman contacto con la educación secundaria, no poseen libros u otro material impreso en sus casas ni tampoco acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información. En efecto, si se busca la equidad en el desarrollo de las competencias y no la uniformidad en la adquisición de contenidos; los adolescentes y los jóvenes deberían tener más oportunidades para desarrollar en los colegios también aquellos aspectos de su personalidad que los diferencian. La asunción de currículos orientados a la formación de competencias podría permitirles, por ejemplo, seleccionar contenidos y aún actividades que les permitan profundizar algunas capacidades o conocer mejor ciertos temas de su interés. Los desafíos planteados imponen la necesidad de transformar radicalmente las metodologías de enseñanza y de aprendizaje, fuertemente apegadas a tradiciones repetitivas y verbalistas. La aceptación de la conveniencia de adoptar marcos curriculares ricos y flexibles inducen a encontrar formas alternativas de promover las metodologías de enseñanza y de aprendizaje a las utilizadas en el pasado, tomando distancia de tendencias normativas y prescriptivas de los procesos de trabajo en las aulas.


La tendencia a la globalización y la defensa del derecho a la identidad están operando en algunos países - en general en los más pobres - como una pinza que tracciona hacia la configuración de un modelo de enseñanza de las lenguas que se puede denominar de "bilingüismo empobrecedor". Este modelo se orienta al reconocimiento y a la profundización del aprendizaje en la educación secundaria de una lengua instrumental, denominada "inglés para la comunicación internacional" por un lado y en algunos países de una lengua comunitaria de un pueblo originario. La promoción de la permanencia de las lenguas de los pueblos originarios en la educación secundaria se fundamenta por la importancia que tiene el dominio lingüístico del código más próximo a la identidad comunitaria y familiar para acceder a otros conocimientos. Y es que como dice Paulo Freire, el maestro no puede ni debe ser neutral en el acto educativo. La educación es la base para transformar la sociedad, haciendo de ella un espacio más democrático, en donde se sensibiliza a las personas sobre la necesidad de construir comunidad, en un espacio que trascienda los intereses personales y egotistas que caracterizan la forma natural de ser del hombre en su fase primitiva. De ahí el interés que tienen ahora muchos docentes por construir un modelo alternativo de enseñanza - aprendizaje, en el que la experimentación curricular, la formación de los profesores y la investigación escolar, sean los ejes alrededor de los cuales se tejan, construyan y desarrollen procesos de cambio real y significativo en la universidad. Se busca entonces que tanto estudiantes como profesores sean sujetos activos de su propio crecimiento intelectual, ético y moral, haciendo de la investigación en el aula, una actividad académica continua, dinámica y objetiva, enmarcada en la acción o en un sistema personal socio crítico, donde entren a cuestionarse los planteamientos dados por diferentes autores, y asuman su propia posición ideológica y política. Desde la perspectiva del docente, el desarrollo de la investigación en el aula de clase implica hacer del ejercicio de la docencia una profesión, que mira a la enseñanza como una actividad práctica susceptible de ser analizada y


reflexionada teóricamente, descrita científicamente y dirigida y transformada según criterios ideológicos, científicos y sociales. En últimas, el desarrollo de procesos de investigación en el aula de clase supone anteponer al aprendizaje por memorización mecánica y repetitiva de contenidos preestablecidos y a la enseñanza como transmisión verbal de esos contenidos, un proceso de enseñanza - aprendizaje basado en la investigación del alumno; supone cuestionar las interacciones sociales que se dan en el aula basadas en relaciones jerárquicas de poder y sustituirlas por procesos de negociación democrática que regulen la inevitable diversidad de expectativa e intereses presentes; supone facilitar el paso de un profesor técnico - ejecutor, dependiente de lo planificado por la Administración o de lo desarrollado por los libros de texto, a un profesor que, de manera cooperativa, investiga y reflexiona sobre lo que sucede en el aula y que reformula su práctica en función de esa reflexión; y por último, supone entender el diseño y desarrollo curricular como un proceso, siempre abierto, de investigación, en el que cada currículum concreto sería una hipótesis más de trabajo. En las universidades de esta región deben existir ambientes multiculturales de aprendizaje, es decir aprender en la diversidad, presentar mayor flexibilidad en las estructuras de aprendizaje y las evaluaciones ajustarlas a las personas (por los múltiples contextos de aprendizaje), las personas pueden escoger sus líneas de formación y debe existir libertad de los recorridos académicos (existencia de estructuras

no

monoestructurantes,

sino

heteroestructurantes),

procesos

académicos ajustados a la rápida renovación en el conocimiento y a la cada vez más frecuente obsolescencia de los saberes, y no trabajar sobre saberes disciplinarios si no transdisciplinario (Max Neef), se cambia de la educación catedrática lineal a la educación no lineal e individualizada (del libro al hipertexto, donde el estudiante tiene opciones diferentes a las que le marca el docente), creditización y movilidad académica y desarrollo por competencias disciplinarias, educación en la praxis y tomar a la web como modalidad de apoyo de los procesos pedagógicos. El cambio de rol del docente a facilitador, nuevas modalidades de aprendizaje grupales y de investigación, del libro de papel a las


hipermedias y de tomar la investigación como mecanismo fundamental de aprendizaje. De hecho, las universidades se han encontrado con diversas dificultades en el desarrollo de modelos curriculares actualizados. Una de ellas es la evaluación de los aprendizajes acumulativos o longitudinales asociados a las competencias. Otra dificultad encontrada se da en la integración al currículo de la formación en competencias genéricas o transversales, tales como: liderazgo, comunicación efectiva, emprendimiento y en la formación en aspectos actitudinales o valóricos, tales como: responsabilidad profesional, tolerancia, respeto, etc. Estas dificultades no solo se dan en la integración de las competencias al currículo, sino también en la capacidad de las universidades para proveer la práctica profesional, es decir, en la aplicación real de los conocimientos de su especialidad durante los estudios. Las universidades, en general, no poseen las capacidades institucionales para innovar en la forma radical que implica la formación de competencias, ya que para la implementación de un modelo curricular de este tipo con el enfoque del aseguramiento de la calidad, es necesaria una reorientación de los procesos administrativos docentes, mayor capacitación de los académicos y la creación de unidades técnicas de apoyo en aspectos muy especializados. Por otra parte, la formación basada en competencias implica también grandes desafíos para la educación superior ya que requiere que se trabaje en estrecho contacto con el mundo laboral incluyendo aspectos tan relevantes como el análisis proyectivo de la demanda del sector productivo de bienes y servicios en las áreas en las cuales se desempeñará el futuro profesional al momento de su egreso, para lo cual la participación de empleadores y egresados en el proceso de diseño curricular es fundamental. Esto es una práctica poco habitual en las entidades de educación superior que por lo general, son autopoyéticas, estableciendo el currículo solo sobre la base del saber científico y erudito de sus propios académicos. Otro de los desafíos es la incorporación de la práctica temprana y del “saber hacer” como un elemento central del currículo y la formación. Ello obliga a cambios fundamentales en la estructura del currículo y a establecer niveles progresivos a lo largo de las carreras en las capacidades que


deben adquirir los estudiantes. También se plantea un desafío importante para las instituciones en relación a las normativas y en particular a las que se refieren a la evaluación de los aprendizajes, ya que se deben definir con precisión las capacidades de egreso, se debe evaluar sobre la base de logro o dominio y no en relación a los promedios de rendimiento, como se hace en la mayoría de las instituciones de educación superior. Además, el docente se debe hacer responsable de que alcancen las competencias del perfil de acuerdo a criterios y estándares preestablecidos, para lo cual no son aceptables la condición de cumplimiento parcial. La pedagogía debe recuperar su papel relevante a partir de los enfoques educativos

que

se

presentan

con

vigencia,

como

lo

es

el

de

la

transdisciplinariedad. La pedagogía, "como praxis de la educación", está ubicada en todas las áreas del conocimiento educativo en general y universitario en particular, característica que la sitúa en un nivel transdisciplinario. La praxis educativa ofrecida en la educación superior venezolana debe estar centrada en la pertinencia, colaboración y solidaridad, pues las instituciones de educación superior, en estos momentos, padecen todos los males del cientificismo: rigidez en sus programas de estudios, escasa capacidad de respuesta a las demandas sociales, poca capacidad para atender lo que escapa del método verificable universal, excesivo disciplinarismo y concretismo, que parcelan el conocimiento y lo disgregan, perdiendo el sentido y orientación de la realidad y dirigiendo el conocimiento cada vez más hacia la especialización de la especialidad, es decir, a la "super-especialización", sin ninguna conexión con el contexto social. La educación debe promover la formación de individuos cuya interacción creativa con la información les lleve a construir conocimiento. Enseñar es esencialmente proporcionar una ayuda ajustada a la actividad constructivista de los alumnos. Se trata de promover un aprendizaje por comprensión. En cada aula donde se desarrolla un proceso de enseñanza-aprendizaje se realiza una construcción conjunta entre enseñante y aprendices, única e irrepetible. De esta suerte, la enseñanza es un proceso de creación y no de simple repetición.


Estos nuevos paradigmas educativos y pedagógicos, se fundamentan en los aportes de la psicología y de la ciencia cognitiva sobre cómo aprende el ser humano, y nos conducen a reconocer que el estudiante no sólo debe adquirir información sino también debe aprender estrategias cognitivas, es decir, procedimientos para adquirir, recuperar y usar información.

LECCIONES APRENDIDAS.  Las desigualdades de sexo, sin embargo, han tendido a nivelarse, mostrando esta década importantes logros en la educación de las mujeres, al punto que en muchos países ya se habla de los jóvenes varones, especialmente de los varones pobres, como un grupo desfavorecido y que debería ser atendido por políticas de discriminación.  El currículum “fija patrones de relación, formas de comunicación, grados de autonomía académica”. El currículum no es sólo un listado de experiencias y contenidos que deben saber los alumnos, sino también “un modo de regular y legislar la vida de los docentes”.  En las universidades de esta región deben existir ambientes multiculturales de aprendizaje, es decir aprender en la diversidad, presentar mayor flexibilidad en las estructuras de aprendizaje y las evaluaciones ajustarlas a las personas.  Se cambia de la educación catedrática lineal a la educación no lineal e individualizada (del libro al hipertexto, donde el estudiante tiene opciones diferentes a las que le marca el docente), creditización y movilidad académica y desarrollo por competencias disciplinarias, educación en la praxis y tomar a la web como modalidad de apoyo de los procesos pedagógicos.


Referencias Bibliográficas AGUDELO CORREDOR, Álvaro. Nuevas tendencias pedagógicas. Aportes para el siglo XXI. Ed. Paulinas, 2000. CERON PIAMBA Sobeida, ISAZIGA DAVID, Carlos Hernán. La investigación en el aula. Documento sin publicar. GARCIA, J. Eduardo y PORLAN, Rafael. "Cambio escolar y desarrollo profesional: un enfoque basado en la investigación en la escuela". En: Revista investigación en la escuela, No. 11, 1990. MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL. Varios documentos. Disponibles en www.colombiaaprende.edu.co PORLAN, Rafael. "El maestro como investigador en el aula". En: Revista Investigación en la escuela, No.1, 1987. RAMA, Claudio. Varios documentos. Disponibles en el blog de este Economista y Educador Uruguayo.


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