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SALUDO VOCACIONAL
¡Sólo faltas tú!
En hora buena tenemos el gusto de compartir, en este “Jueves Vocacional”, una reflexión acerca de la PRIMACÍA DE DIOS en la vivencia de la Eucaristía. El CG27 nos recuerda en el numeral 65 que “vivir cada día la Eucaristía es fuente de nuestra fecundidad apostólica.” Para Don Bosco era muy clara la importancia de la Santa Misa en la formación de sus jóvenes, como baluarte fundamental de la vocación, porque es el alimento de la vida espiritual y, en esencia, la presencia viva de Jesús que es fuente segura de nuestra santificación. Don Bosco solía decir a sus jóvenes: “Jesús te espera en la Iglesia. ¿Por qué no lo visitas a menudo? Sé apóstol de la Eucaristía. (P.M.12)” De ahí que el culmen de la Primacía de Dios en la vocación salesiana está en la Eucaristía, que también es centro de la oración cristiana. Celebrar debidamente la Eucaristía sacia nuestra sed de Dios. Celebrarla con frecuencia nos hace interiormente fuertes para afrontar el día a día de la vida. Amemos la Eucaristía que es donde se hace evidente el misterio pascual de Cristo que nos salvó: pasión, muerte y resurrección del Señor.