Gaceta 9

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EDICIร N No. 9

Pontificia Universidad

JAVERIANA Bogotรก


Edición No.9 Publicación semestral Gaceta de estudiantes de la Facultad de Ingeniería

Las opiniones expresadas en el contenido de esta gaceta son responsabilidad de sus autores

Comité editorial Sandra Patricia Jarro Sanabria Juan Manuel Cruz Bohórquez Jorge Alberto Silva Rueda Luis Carlos Díaz Chaparro Winy Anaya Altamar

Revisión de textos Winy Anaya altamar

Diseño, diagramación e ilustración Mónica Medina Correa Diseñadora gráfica ATICO

Impresión JAVEGRAF

Agradecimientos Decanatura Académica Decanatura del Medio Universitario Secretaría de Facultad

Aportes y sugerencias wanaya@javeriana.edu.co

Por: Ángela Viviana Sánchez P. Coordinadora Programa de Inducciones Pontificia Universidad Javeriana

¡Ustedes tienen

la palabra!

Cuando en septiembre de 2005, pusimos en marcha un proyecto conjunto con los Directores de las Carreras, algunos fueron escépticos y creyeron que no pasaríamos del primer número, como sucede con muchas publicaciones de este género. Nos referíamos a un medio de divulgación en el que alumnos de Ingeniería Civil, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Industrial e Ingeniería de Sistemas pudieran publicar sus opiniones, todas compiladas en un mismo ejemplar. En su momento, convocamos a un grupo muy dinámico de estudiantes de Ingeniería, para que participaran activamente en la elección del nombre de la gaceta de estudiantes de la Facultad. Consideramos que por ser parte del público objetivo, deberían ser ellos quienes lo escogieran; juvenil y de fácil recordación. Fue así como luego de varias reuniones llegamos a: ING-iérelo. ING, las tres iniciales de la palabra INGenio, INGeniería, INGeniero… y un complemento breve que al unirse con esas letras, fuera atractivo. ING-iérelo, de digerir, de introducir. El objetivo de este recurso fue el de proveer a los estudiantes de Ingeniería de un espacio para que plasmaran su opinión. Buscábamos proporcionarles una herramienta de divulgación a aquellos inquietos y ávidos de una herramienta de comunicación interna en la que pudieran expresar libremente sus pensamientos, teniendo


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como única condición el respeto por las instituciones y las personas. Han pasado cuatro años y es muy satisfactorio ver que la gaceta se ha mantenido -hoy llegamos a la edición No. 9-, aún cuando la participación de los alumnos es a veces mínima frente al número total de estudiantes de la Facultad. Sin embargo, ING-iérelo se ha consolidado gracias al empeño de los Directores de Carrera, que semestre a semestre, convocan a los estudiantes vía correo electrónico y les animan a escribir, a aprovechar este recurso que es hecho por y para ellos. No puedo dejar de mencionar a aquellos estudiantes que enviaron sus contribuciones, porque se esforzaron para plasmar de la forma más clara posible sus experiencias y sentimientos. Algunos con mayor facilidad para expresar sus ideas y con una evidente vena de escritores, se convirtieron en columnistas de cabecera. Otros recibieron de buena manera los aportes y sugerencias que el Consejo Editorial les propuso para mejorar sus columnas. Fue en realidad una experiencia muy grata y enriquecedora. Gracias a todos aquellos estudiantes de Ingeniería -hoy ya algunos profesionales-, con los que tuve la oportunidad de compartir correos y opiniones. Nuevos retos se presentan en mi vida profesional. Me retiro de la Facultad para asumir otras responsabilidades dentro de la Universidad. Una nueva persona entra a hacer parte del equipo que conforma el Consejo Editorial de ING-iérelo. Se trata de Winy Anaya Altamar, Comunicadora Social Javeriana que desde el pasado 15 de septiembre ocupa el cargo de Coordinadora de Comunicación y Promoción de la Facultad. En adelante ella será la encargada de recibir sus columnas y de apoyarles en todo lo necesario para su publicación. Quiero para finalizar, dejar un mensaje a aquellos que leerán estas líneas. Siempre he pensado que los jóvenes más que el futuro son el presente, el hoy, el ahora. Son estudiantes y ciudadanos, que pueden y deben expresarse de forma constructiva sobre los asuntos de su Universidad y de su país, por eso nació ING-iérelo. Participen con interés en la solución de los problemas que a todos nos afectan. Propongan, discutan y defiendan sus ideales, ¡Ustedes tienen la palabra!


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Por: Camilo Sebastián Pérez Estudiante de Ingeniería Industrial cperezr@javeriana.edu.co

Publicando

lo público

Me detuve en el semáforo de la calle 45 con carrera 13 esperando para poder cruzar y dirigirme a mi clase de las siete de la mañana en la facultad de ciencias básicas, al ir caminando un grafiti escrito en una pared me llamó la atención: “Ni privada, ni cerrada UPN (Universidad Pedagógica Nacional)” y me vinieron a la cabeza los últimos actos ocurridos en todas las instituciones de educación pública del país; casi a gritos estudiantes, profesores y personal administrativo desde todos los rincones de la nación se están pronunciando ante el déficit financiero en el que se ven envueltos, el cual pronostica graves problemas de estabilidad de las instituciones y por ende de la educación del país. La presión aumenta con el tema del pasivo pensional jurídicamente constituido por el proyecto de ley 83 de 2008, el cual básicamente ordena a las universidades a pagar parte de este pasivo, tarea anteriormente solventada únicamente por el Estado. Aunque el nivel de la educación superior ha aumentado en cobertura, el tema de la calidad a comenzado a ser realmente preocupante, ¿Cómo se pretende aumentar la cantidad de estudiantes con un presupuesto constante? Desafortunadamente debido a esto, la educación pública se ha dejado tomar ventaja de la privada, el presupuesto sigue siendo el mismo desde hace ya 15 años; no se ha remunerado el trabajo llevado a cabo por estas instituciones públicas que sacrifican calidad por cobertura y preocupantemente las presiones son cada vez más fuertes imponiéndoles cambios de políticas internas, directamente por medio de decretos o indirecta y sutilmente por medio de la llamada mercantilización de lo público ayudado con medidas clientelistas, esto en aras de convertirlas en centros que generen recursos financieros mas allá de ser centros educativos a favor de las masas populares. Los retos son cada vez más grandes para todos quienes en nuestro país luchan por uno de los derechos

humanos declarado en la ONU, que textualmente señala: La enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita. Además como también está explicito en la constitución de 1991: “…La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social… La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos” pero las políticas parecen contradecir o al menos obstaculizar los avances hacia una educación gratuita de todos y para todos. Aunque ya se ha obligado a la educación superior realizar trabajos de consultorías por parte de los profesores y se han abierto diplomados y cursos para recaudar más recursos ya es imposible incrementar las utilidades y cumplir las exigencias impuestas por el Gobierno. Si no se logra garantizar la estabilidad de la educación superior, ¿Cómo se podrá educar a la población en el futuro a corto y largo plazo? De manera crítica dudo que se logre con una política que hace una lectura de los problemas del país únicamente en materia de orden público y que al transcurrir de los días se hace ajeno a otros tipos de problemas que afectan con mayor incidencia la realidad nacional religándolo a las manos del mercado. Definitivamente no estoy tranquilo mientras me acerco caminando hacia mi universidad y descubro que no existen problemas de esta índole aunque sea un “privilegio” para mí no tener que afrontarlos personalmente, me es imposible dejar de pensar en el concepto de público que se viene forjando desde los últimos años y en todas aquellas personas dignas de recibir educación de primera calidad que se les apaga lenta y silenciosamente la posibilidad de acceder a un centro educativo que se acomode


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a sus necesidades y posibilidades económicas. Me voy dando cuenta que al no afrontarlos personalmente, optaré en afrontarlos colectivamente. Se vendrán días duros para la educación pública, ya varias universidades han anunciado su rechazo a las políticas que se llevan a cabo y se han reunido algunos funcionarios administrativos a dialogar sobre el tema, los directivos de la universidad nacional sede Bogotá anunciaron su preocu-

pación demostrando que si no que aumenta el porcentaje más arriba del de la inflación, para el 2011 se tendrán que comenzar a cerrar programas en el claustro. Mientras tanto, los estudiantes se han organizado para convocar al paro indefinido de actividades hasta que se garantice un presupuesto que haga sostenible, de alta calidad y autónoma, a la educación popular. Pero lo que me verdaderamente me inquieta ¿Qué se está haciendo desde nuestra universidad para luchar en pro de la educación pública?

Responsabilidad social

¿tendencia o estrategia?

Por: Ana María Quintero García Monitora Proyecto Social Universitario, Ingeniería Industrial Ana.quintero@javeriana.edu.co

Vivimos en un mundo que se encuentra en constante desarrollo, donde cada día el consumismo va atrapando más la humanidad. Se crean nuevos productos, nuevas necesidades, al mismo tiempo que se agotan los recursos naturales, muchos de estos no renovables. Las grandes compañías alrededor del mundo se han encargado de transformar sus materias primas en productos donde el ciclo de vida de estos es cada vez más corto, el nivel de obsolescencia aumenta y en poco tiempo hacen parte de los grandes volúmenes de basura que invaden el planeta, contaminando ríos, acabando con la diversidad de ecosistemas y poniendo en peligro cada vez más la supervivencia de la humanidad. A finales del siglo pasado se comenzó a tener conciencia del daño que se ha generado desde la aparición de la revolución industrial, o quizá desde antes. En la Comisión de Burtland en 1987, tomó importancia por primera vez el tema de la Responsabilidad Social y el Desarrollo Sostenible, en la cual se definió como “el desarrollo que satisface las necesidades actuales de las personas sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas”. Esta definición estaba enfocada principalmente a temas relacionados con el medioambiente, pero a lo largo de los años el concepto ha ido ampliándose abarcando otras dimensiones como la justicia social y la transparencia económica.

La responsabilidad social no es una tendencia que está de moda en las empresas y que con el tiempo dejarán de lado; no es una caridad por parte de las organizaciones, ni tampoco un tema de filantropía como muchos empresarios la ven. El Libro verde de la Comisión Europea del 2001 define la responsabilidad social como “La integración voluntaria por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones empresariales y en las relaciones con sus interlocutores”. En esta época de crisis mundial, las organizaciones pueden adoptar la responsabilidad social como una estrategia de competitividad, la cual considera el factor humano como el recurso más valioso dentro de la organización. El ingeniero industrial tiene como reto implantarla, diseñando procesos más “limpios” que sean flexibles, donde se optimicen los recursos con los que se producen los bienes o servicios que satisfacen las expectativas del mercado. Siempre pensado en la sociedad y el impacto que se tenga sobre ésta. Adicionalmente, nosotros como jóvenes emprendedores estamos en la obligación de aportar a la sociedad responsablemente desde cada una de nuestras disciplinas y áreas de interés, actuando acorde a la formación recibida en conocimientos, valores éticos y vocación de servicio, para hacer del mundo un mejor lugar para vivir. Tengamos siempre en cuenta lo que dice un proverbio indio “La tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos”.


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Por: Andrés Aranzazu Estudiante de Ingeniería Industrial aaranzazu@javeriana.edu.co

No me dieron

la oportunidad de quejarme

Mi intención era, por medio de este artículo, hacer una crítica al currículo del programa. Quería recalcar la importancia de integrar teorías modernas aplicables a la ingeniería en lugar de desarrollar sólo aquellas que ya están categorizadas como clásicas, tradicionales o, peor aún, generalmente aceptadas. Mi objetivo era que el pensamiento crítico y divergente descrito en nuestro perfil profesional pudiera tener otros puntos de comparación para cuando, llegado el momento de tomar decisiones a nivel gerencial, debamos seleccionar alternativas apoyados en conceptos y herramientas que nuevas teorías nos pueden proporcionar. La frase de cajón que dice “en la actualidad, lo único constante es el cambio” debe también ser aplicado a la academia. Con estos argumentos quería expresar la urgencia de actualizar algunos contenidos temáticos. Por fortuna, mientras buscaba datos y hechos que justificaran mi posición, me sentí aliviado al encontrar que muchos en la Facultad ya se habían preocupado y, sobre todo, encargado de hacernos aprender (o al menos darnos una introducción) sobre teorías novedosas.   Pongo el ejemplo de una que pienso que es particularmente útil: la teoría de restricciones. Cuando en primer semestre en Introducción a la Ingeniería me hicieron leer el libro “La Meta” resaltando que no es posible encontrar ingenieros industriales que no lo hayan leído, pensé que se trataba de una teoría clásica. Conforme avanzaban los semestres, muy poco de esta teoría se relacionaba con lo visto y me di cuenta de que lo que había aprendido en Introducción era “lo nuevo”. En una que otra materia se desarrollaban temas clásicos y de rigor paralelamente a conceptos y herramientas novedosas. Sin embargo, sentía que hacía falta más. Leí un libro para una de esas asignaturas que avivó mi sensación de inconformidad y en uno de los últimos párrafos decía: “Nuestro entrenamiento se basa casi completamente en un paradigma obsoleto, por lo cual es tan difícil para nosotros ver cualquier otra alternativa. Aunque una nueva teoría tenga sentido, es decir, aunque sea lógica y esté alineada con nuestra intuición, en realidad tendemos a aplicar lo que nos ha enseñado nuestro entrenamiento. Esto es aún más evidente cuando vemos que la mayoría de

personas que leyeron La Meta consideran que es un libro excelente –piensan que el libro es puro sentido común. Sin embargo, cuando examinamos lo que esta misma gente hace en su trabajo diario, vemos que van en contra del sentido común. Esto también sucede en las escuelas de negocios, muchas de las cuales han incluido La Meta como un prerrequisito para los estudiantes que inician un MBA, aunque durante los cursos las escuelas continúen enseñando lo opuesto al sentido común.” 1

Este semestre, con la firme intención de hacer sentir mi crítica, busqué y revisé libros y publicaciones en la biblioteca para demostrar que no había mucho al respecto, pero no pude hacerlo porque en realidad sí hay referencias, y no pocas: teoría de restricciones, lean manufacturing, EVA, entre otros, como el libro de donde saqué la anterior cita. Conclusión número 1: no se puede esperar a que todo sea visto en el salón de clase y conformarnos con lo explicado. Sólo me quedaba entonces un punto en el que me sentía inconforme: que no había continuidad ni aplicabilidad de las nuevas teorías en el plan de estudios (con sus posteriores consecuencias en el ejercicio profesional). De nuevo, no me fue posible justificarlos. Asignaturas al final del plan de estudios como Logística y Producción están cargadas de nuevos conceptos dando una puntada final a nuestra formación de pregrado ampliando nuestra perspectiva acerca de la manera cómo se puede abordar e intervenir un problema de ingeniería. Conclusión número 2: no sería conveniente aprender exclusivamente sobre las nuevas teorías, nos quedaríamos sin punto de comparación y podríamos obviar otras maneras de solucionar problemas. Hay que aprender también lo clásico y esto lo descubrí hacia la recta final de mis estudios. Si bien no me fue posible plasmar mi queja como lo había planteado inicialmente, algo de mucho más peso he obtenido: por un lado, la satisfacción de que estamos al día en conceptos y, por otro, la confianza que la Facultad hace todo lo que está a su alcance para prepararnos como ingenieros sobresalientes. Será dejar para otra ocasión mis ganas de criticar. 1 CORBETT,Thomas. La Contabilidad del Trúput


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NARRATOPEDIA:

convergencia de conocimientos

al servicio del usuario

Por: María Paula Arias Báez arias Luis Guillermo Torres Ribero Estudiantes de Ingeniería de Sistemas

El desarrollo de nuevas tecnologías es una responsabilidad que nosotros como ingenieros debemos cumplir para el avance de la sociedad. En razón a que nuestros conocimientos y su aplicación deben estar primordialmente al servicio de todos, no debemos excluir otras áreas del conocimiento, diferentes de las nuestras, ya que son un aporte valioso para el diseño y desarrollo de las nuevas tecnologías. Esto ha sido una lección que nos ha dejado el trabajo realizado con el grupo de investigación ISTAR de la carrera Ingeniería de Sistemas, grupo que se enfoca en la correcta aplicación de las diferentes tecnologías de información haciendo énfasis en el desarrollo de proyectos que generen grandes cambios que beneficien a las comunidades. Uno de los aspectos a resaltar de este grupo es su visión integradora de diferentes disciplinas fomentando el desarrollo común. El trabajo realizado junto al equipo de ISTAR y la facultad de Literatura se ha enfocado en el desarrollo de una plataforma WEB que permita a personas de todo el mundo expresarse de manera creativa y colaborativa, bien sea para contar una experiencia diaria o bien para narrar una historia fantástica. Dicha plataforma cuenta también con el apoyo de facultades tales como antropología, comunicación social, diseño gráfico y pedagogía, todas éstas con aportes muy valiosos al proyecto y colaborando a ampliar esa visión de aplicar la tecnología en los aspectos de nuestra vida diaria, enriqueciéndola. Este proyecto tiene por nombre Narratopedia, idea que surge del hoy director de carrera de literatura Jaime Alejandro Rodríguez siguiendo la visión de un mundo en donde

podamos expresarnos libremente y no sólo a través del texto, sino también, de sonidos, imágenes estáticas o dinámicas y, en un futuro, porque no, a través de sensaciones táctiles. Este proyecto nos ha aportado, como ingenieros, una visión más amplia de lo que ya se ha logrado y de lo que aún falta por lograr en la inclusión de aquella persona llamada “el usuario” con la herramienta que maneja. Nuestro aporte como ingenieros ha sido el de investigar sobre el aspecto técnico a manera de Trabajo de Grado, el cual manejamos como una investigación sobre las capacidades existentes de lo que las tecnologías actuales y en desarrollo pueden ofrecerle al usuario. Esto se combina con las diferentes maneras de percibir la tecnología y sus posibles usos que, sin el apoyo y contribución de las diferentes disciplinas, quizás no hubiésemos nunca llegado a imaginar. Esta experiencia nos ha ampliado el panorama y nos ha mostrado las limitaciones que aún nos quedan por romper, las facilidades que aún nos quedan por brindar y, sobretodo, la gran cantidad de aportes que podemos realizar a la comunidad digital mundial, ya sea integrando tecnologías existentes de maneras nunca antes exploradas o realizando la creación de tecnologías futuras.


Discursos Página 8

Por: María Claudia Borrero Estudiante Ingeniería Civil Borrero-m@javeriana.edu.co

Una patita

fea

Todos deberíamos tener algo de niños para encontrar la verdadera felicidad. La pregunta de todos mis amigos, familiares, compañeros, profesores, conocidos y hasta desconocidos, es la misma: ¿Por qué se te ocurrió estudiar ingeniería? Muchos aseguran que tengo pinta de artista, arquitecta, diseñadora, y hasta de niña de 10 años que nunca madurará, de cualquier cosa menos de ingeniera, pero ¿acaso todos los ingenieros debemos seguir un prototipo? Por alguna extraña razón, que no busco comprender, el destino, el azar, o algo muy dentro de mí quiso que entrara a estudiar ingeniería hace ya casi 3 años. La decisión estaba tomada y la matricula pagada. Llegó el primer día de universidad con lo que eso envuelve, nuevos compañeros o posibles amigos, un nuevo espacio para el desarrollo, una nueva visión de la vida, independencia, madurez, y yo, la misma de siempre. Según recuerdo, desde aquel primer día (lunes 22 de enero de 2007) y hasta hoy, me ha sido imposible sacarme de la cabeza la historia del cuento infantil “El patito feo”, y no justamente porque yo sea fea, o tal vez un poco, más bien porque como aún no he encontrado la gran diferencia que existe entre niño, adolescente y adulto, o

entre loco y cuerdo; desde aquel primer día me identifiqué, y me sigo identificando, con el patito feo: me sentí, y me siento, un poco niña y un poco loca entre cientos de adultos cuerdos. Pero a medida que ha pasado el tiempo he ido entendiendo el porqué de aquel prototipo de ingeniero que las personas tienen en mente, el adulto maduro, responsable, ingenioso y cuerdo, al fin y al cabo, la mayoría termina siendo solo un reflejo de ese prototipo. Pero también, gracias a ello he ido descubriendo que, afortunadamente, ingeniero no sólo es aquel que pasa noches en vela leyendo libros gordos, ni aquel que sufre horas y horas resolviendo ecuaciones diferencias o integrales triples, ni aquel que tiene el promedio más alto y es el primero en todas las clases, ni aquel con gafas, lleno de acné, con joroba, y en el caso de ser mujer, gorda y sin gracia alguna. Ingeniero también es aquel que es feliz y se apasiona con lo que hace en su vida, sin importar el medio que utilice para lograrlo. Ingeniero también es aquel que tiene días llenos de colores, tardes de sabores y noches de olores. Ingeniero también es aquel que camina por


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Cinco años

se pasan

rapidísimo… Por: Diana Aragón

Ingeniera Industrial, graduada en la ceremonia de septiembre de 2009. DianaMaria_Aragon@oxy.com

Al terminar la primera etapa de la universidad, los recuerdos de cinco años de experiencias y aventuras regresan. El tiempo pasa tan rápido y ahora veo como es fácil sumergirse entre las notas, pocos libros y el afán de salir rápidamente como profesional. Estos cinco años se resumen en formación y madurez, en especial el último semestre en donde aprendí que la vida pasa muy rápido y la universidad es una época para disfrutarla con calma, cada oportunidad que se presenta: congresos, visitas, foros, investigaciones y proyectos. toda la facultad descalzo, no por falta de respeto hacia ella, sino para sentir un poco de libertad, o aquel que se sube a las tablas de un teatro a actuar para sacar ese loco que lleva dentro, o aquel que en halloween se va disfrazado a clase para no dejar morir el alma de niño que lleva dentro, o aquel que se disfraza y hace el “oso” por su facultad para dar ánimos, o aquel que expresa libremente su personalidad, sin que le importe cuántas veces le repitan que está loco, o aquel que dice incoherencias de vez en cuanto, para dejar descansar un poco la cabeza de números, o aquel que se atreve a romper con el mundo psico-rígido y a veces cuadriculado de los ingenieros prototipo. Todavía no estoy segura si lo que pasa conmigo es que sigo siendo una niña y me niego a crecer, o si realmente estoy loca como afirman las personas. Pero como dice Horacio Calle, uno de los mejores antropólogos de Colombia, “loco es aquel que se atreve a ser sí mismo, pero ser sí mismo es lo más difícil que hay” y “he nacido siendo un niño y moriré siendo tal”. Con lo anterior, me atrevo a asegurar que voy a ser una orgullosa patita fea un poco niña, un poco loca toda la vida, pero que aún así será INGENIERA.

Hoy lamento no haberme inscrito a más actividades, no haberme enfocado por ejemplo en la creación de una empresa, creo que los estudiantes deben considerar esta gran oportunidad. Al terminar la carrera llegó el momento de producir, el propósito de aquí en adelante es convertirse en los próximos años en una máquina de soluciones innovadoras. La innovación hoy es más que nunca un elemento importantísimo en cualquier proyecto y proceso. Debe siempre buscar ser sostenible y estar alineada con los objetivos de responsabilidad social tanto personales como colectivos. Por otra parte, ser emprendedor ahora es indispensable, es algo que requiere sacrificio, riesgo y tiempo. Pocas personas cuentan con la fuerza interior y la constancia para decidir tomar ese camino. Sin embargo, creando equipos interdisciplinarios y creativos siendo decididos, constantes y apasionados, se pueden obtener resultados sorprendentes. El pregrado es una etapa para aprovechar y disfrutar sin límite, una oportunidad para construir las bases para futuros proyectos profesionales y conocer la mayor cantidad de alternativas y campos de acción. Lo ideal es no tener que mirar para atrás al graduarse y lamentarse por no haber aprovechado todos los espacios y oportunidades con los que se contó durante los cinco años de carrera.


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Y tú

¿por qué estudias

Por : Álvaro Andrés Rincón Ingeniero Industrial, graduado en la ceremonia de septiembre de 2009

Ingeniería?

Discurso ceremonia de grado II semestre de 2009 Hace poco más de cinco años estuve sentado en este mismo recinto, escuchando a algunos hombres y mujeres de apariencia sabia y analítica que se hacían llamar decanos. Al mismo tiempo escuchaba a un sacerdote que denotaba experiencia y sabiduría en su hablar. Dicho sacerdote se presentó como el Padre Gerardo Remolina, rector en aquel entonces de la Universidad Javeriana. Estos personajes se reunían de manera protocolaria para darnos la bienvenida a mí y a otros cientos de bachilleres. Esa mañana recuerdo estar muy ansioso, tales fueron los nervios que terminé sentándome equivocadamente con el grupo de estudiantes de psicología. Mientras transcurría el día se me cruzaron muchos pensamientos por mi mente, entre otras cosas, pensé en el frio que hacía en esta universidad, en la cantidad de ejercicio que harían mis piernas todas las mañanas para llegar al salón de clases, y en el contraste que forman los cerros de Bogotá con la arquitectura de los edificios de la universidad. Pero algo que recuerdo muy bien de ese día es que me di cuenta de la gran etapa que se me venía por delante. Era mi primer día de universidad, era el primer día para todos los jóvenes que esa mañana me acompañaban en esee coliseo, con las manos temblorosas y la mente ansiosa, escuchando la bienvenida que nos hacían como nuevos estudiantes de la Pontificia Universidad Javeriana. Recuerdo la noche anterior a ese día, traté de dormir lo mejor que pude pero la ansiedad y los pensamientos no dejaron de rodear e interrumpir cualquier señal de sueño. Recuerdo a mis padres, orgullosos de que su chino llegara

a la Universidad a convertirse en Ingeniero; recuerdo a mis hermanos, con mirada tierna y al mismo tiempo algo envidiosa observando cómo su hermano empezaba a hacerse llamar universitario; y sobre todo recuerdo a mi País, con gritos, sueños, llantos, y un sin fin de voces diversas y muy llamativas que hasta el momento no han dejado de sonar y sonar en una melodía de la cual ya todos hemos llegado a acostumbrarnos. Pero lo curioso del caso es que no nos acostumbramos a esta melodía por lo armonioso de las notas, y mucho menos por la coreografía de fondo. Nos acostumbramos porque hemos sido indiferentes a los gritos de nuestro país, porque las lágrimas y los llantos ya no nos conmueven, porque queremos ser ignorantes, porque preferimos escuchar y aceptar lo que nos quieren mostrar los medios, en vez de ir más allá y escuchar los testimonios de nuestros hermanos. Hoy sábado 05 de septiembre estamos reunidos en el coliseo de la Javeriana, dichosos y muy creídos, con la frente en alto, ya a pocos minutos de extender nuestros brazos para que en una mezcla de emociones, sonrisas y una que otra lagrima, recibamos aquel objeto fuente de sueños, fuente de metas, fuente de ideas y pensamientos que nos han llevado a hacer cosas imposibles, inimaginables y heroicas. Cabe mencionar algunos de estos sueños hechos realidad, como por ejemplo la creación de un tablero electrónico parlante que transcribe del lenguaje braille al español, o la creación de una fundación que le da esperanzas y sonrisas a cientos de niños de escasos recursos, habitantes de barrios marginales de Bogotá. Como muchos otros, estos nacieron fruto del ingenio de un estudiante de ingeniería.


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Hoy recibimos nuestro título de Ingenieros Profesionales de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia. Para algunos, ésta puede ser sólo una etiqueta, para otros solo una forma de conseguir un buen empleo, y de nosotros depende que no se quede sólo en eso, de nosotros depende el pasar de las palabras a los hechos, de las ideas a los objetos, de los sueños a las sonrisas. Oprimamos el botón de STOP ante esa balada tan molesta y absurda. Demos una mirada a nuestra gente, a nuestros niños, a nuestra naturaleza, a nuestro país que tanto nos llama y nos necesita. En estos momentos deseo citar a un colombiano que alguna vez muchos escuchamos, un colombiano que hablaba de igualdad, que hablaba de devolver al ser humano su valor como eje de la sociedad por encima de cualquier requerimiento material. Este hombre fue, como nosotros, estudiante Javeriano, y como muchos dio su vida por nuestro país. Luego de aceptar su postulación presidencial, Luis Carlos Galán Sarmiento dijo las siguientes palabras: “…ésta es, sobre todo, una candidatura de la Nueva Colombia, la que no está sometida a las maquinarias clientelistas, la que espera en los claustros estudiantiles, en las fábricas, en los campos y en la propia administración pública que le respeten su derecho a participar en el engrandecimiento de la patria. Es la Nueva Colombia que desean los compatriotas veteranos que nos acompañan con su experiencia y su desprendimiento después de muchos años de lucha

y sacrificios por la consolidación de la democracia. La nueva Colombia que anhelan las mujeres y que deben construir, sobre todo, los jóvenes quienes, sin menospreciar los valores fundamentales de la historia nacional, comprenden que vivimos una época revolucionaria y que a las actuales generaciones les corresponde modernizar a la nación con los poderosos instrumentos que proporciona a los hombres la transformación científica de nuestro siglo.” ¡Colegas!, ¿será que nosotros no somos partícipes de esta invitación? Quiero darle las gracias a mi familia por darme valores, por darme oportunidades, por darme amor; a nuestros profesores, por enseñarnos lo complejo de la Ingeniería y lo grandioso de su aplicación; a la Universidad Javeriana, por creer en nosotros; y al mundo entero, porque nosotros lo conquistaremos. Ahora, salgamos a transformar esa melodía en la que se convirtió nuestra sociedad, transformémosla en una sinfonía de risas, de oportunidades, de barrigas llenas, de paz. Felicidades Colegas, podemos sentirnos orgullosos, ganamos esta dura competencia y nuestro premio no es una medalla, o un campeonato, es el título de Ingenieros de La Pontificia Universidad Javeriana, y esta es la mejor herramienta para hacer el cambio. Gracias…


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Memorias

de un graduando Cada etapa de la vida tiene un comienzo y un fin. Cada una de ellas se va apilando en la memoria como un libro en un estante gigante y congela el tiempo en perfecto estado. Terminar la universidad fue concluir, de escribir más no de vivir, el que podría considerarse el más importante de los tomos en el capítulo de nuestras vidas hasta el momento. Con muchas expectativas y todo por delante, iniciamos nuestros estudios de ingeniería, el área de estudio con las carreras que van a solucionar los problemas, problemas que para poder ser solucionados requieren mucho conocimiento; adquirido de todas las fuentes posibles y en todas las variables existentes, teórico, práctico, experimental, laboral y demás. Los años pasaron mientras conocíamos personas, lugares, sobre todo mientras nos conocíamos a nosotros mismos, conocíamos cuánto tiempo podríamos pasar sin dormir, cuántos sándwiches combinados podríamos comer entre clases, cuántas noches pasaríamos en la biblioteca, cuántos libros tendríamos que leer para cada parcial y cómo organizar un horario que nos permitiera tener vida social en un equilibrio con la exigencia académica. Además de las cantidad de información. Información y más información sobre todos los conceptos, ideas, teorías, enunciados, leyes, corolarios, hipótesis, tesis y demás contenidos de las diferentes materias, sobre los estados del arte, sobre el pasado, sobre el presente y sobre nuestra responsabilidad, el futuro de cada ciencia, emprendimos la labor de facultarnos para trabajar por nosotros, por las personas que hicieron un esfuerzo para que pudiéramos pertenecer a una comunidad humana y profesionalmente reconocida, con los docentes y profesionales que hicieron todo lo posible, y en algunos casos lo imposible, para mantenernos interesados y transmitir todo su conocimiento. Pero el conocimiento no fue enteramente académico, las actividades extracurriculares complementaron los compromisos laborales y permitie-


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Diego Andrés Rodríguez García Ingeniero de Sistemas, graduado en la ceremonia de septiembre de 2009 Rodriguez.da@javeriana.edu.co

ron cumplir a cabalidad los objetivos propuestos. Los torneos, las lunadas, los grupos estudiantiles, las clases electivas como control de estrés, las selecciones deportivas, las salidas de campo y todas las razones que nos hacían querer aún más nuestro segundo hogar. Y como un libro sin correcciones experimentamos agrados y contrariedades, quedándonos siempre con recuerdos, ideas, deseos y sobre todo, nosotros dejando nuestra huella en el camino que han de recorrer cientos, miles de personas, seres con tantos sueños como arena en el mar, tan diversos como peces en el mar pero siempre bajo la misma luz. La luz que nos alumbró cada mañana y que en la tarde nos acompañaba mientras reposábamos en la playita o mientras corríamos haciendo malabares con maletas, fotocopias y comida preguntándonos por qué habíamos escogido ese horario. Cada semestre comenzaba la historia nuevamente, sabíamos que los retos por venir eran aún más altos que los terminados, que el equipaje se había ampliado y las herramientas habían mejorado, el esfuerzo estaba dando resultado. Este equipaje estaba distribuido en varios hombros, porque se puede afirmar que si algo une a la gente, es pasar varios días desarrollando un proyecto de programación, sin dormir o durmiendo en sillas, corrigiendo errores en la madrugada, que parecen surgir de la nada. La amistad forjada con las personas que luchaban hombro con hombro era un aliciente cuando el peso parecía ser demasiado, cuando el aire parecía reducirse y la presión iba en aumento. Cuando el viernes llamaba y el descanso era inminente, justo y necesario, cuando el equipo de fútbol no estaba completo para el partido, cuando la facultad organizaba actividades extracurriculares, cuando los profesores organizaban juegos contra los alumnos; en cada situación, estirar la mano era suficiente para encontrar lo que se requería. Con la calidad humana y profesional esperaba, y en la mayoría de los casos con mucho más.

Si en este tratado hay una palabra que se repite, y debería ser casi permanente en cada hoja, es Gracias. En todas las formas posibles somos el resultado de múltiples esfuerzos, familiares, de profesores, de empleados, y especialmente el propio. Gracias a la experiencia, de valor incalculable para nuestras vidas presentes y para nuestro futuro, hemos crecido en una escuela de valores y características requeridas para el mundo que queremos construir, lleno de igualdad, honestidad, integridad, transparencia y resultados óptimos en el ámbito personal y profesional. La responsabilidad que nuestros tutores, padres y acompañantes tuvieron ha terminado; la nuestra ha empezado. Nuestras tareas han cambiado. De desarrollar soluciones para una clase de un semestre, a tratar dificultades para toda una vida. Somos el futuro de un país con potencial de crecimiento exponencial por la calidad de sus profesionales, llenos de ideas, capacidades, conocimiento y sobre todo verraquera. Cuando recibimos el diploma, recibimos un voto de confianza, la puerta se abrió de par en par con la vida esperando, para dar y para recibir todo lo construido y lo que soñamos construir. Para los futuros ingenieros que nos acompañarán, somos la base de sus futuros pasos, nuestras vivencias y especialmente nuestras equivocaciones, deben ser parte de su aprendizaje. Cómo compañeros esperamos muy pronto verlos en la vida profesional y como javerianos, esperamos que disfruten tanto como nosotros, como en muchos aspectos de la vida, la felicidad está en el camino, más que en la final. Este volumen, este libro se ha cerrado, la tinta se ha secado. Es indeleble. Y continuando nuestra serie de vida haremos historia, la nuestra y la de nuestro país, ojeando en la memoria ocasionalmente para recordarnos quiénes somos, de dónde venimos y que podemos ir tan lejos como queramos. Para recordar lo más importante, somos ingenieros, orgullosos, capaces y javerianos.


Otros Página 14

Sobre como

aprendí

a silbar

Estaba sentada en la cama doble de mi abuelo Mario, era la cama de matrimonio de él y mi abuela Tere quien había muerto hacía 2 años. Pasaba allí la mayor parte del tiempo. Todos los días, después de llegar de la guardería, veía la lucha libre en el canal de las estrellas. Don Mario trabajaba arduamente y llegaba generalmente al anochecer, así que yo lo esperaba ansiosa todos los días, porque me encantaba pasar el tiempo con él. Mientras tanto, me distraía siguiendo con la mirada a los gusanos de luz de los cuales les hablaré en otra ocasión. Mi abuelo silba más hermoso que cualquier instrumento de viento podría sonar, si todas las aves del mundo se reunieran a entonar la novena sinfonía, jamás se compararían con el sonido de mi abuelo al silbar. Yo me sentía muy orgullosa de esto y quería aprender a silbar como él. Así que en una de esas tardes en compañía de los gusanos de luz, de los cuales, insisto, les hablaré en otra ocasión, decidí aprender a silbar como él. Estiré mi boca como si fuera a dar un pico, abrí ligeramente los labios, cerré los ojos esperando el maravilloso sonido... y soplé. El resultado no fue el esperado, no emití ningún sonido. Así que realicé un segundo intento, pero esta vez cerré un poco más los labios...y soplé. Pero el maravilloso sonido no salió de mí. Así que descubrí que silbar era todo un arte y mi tercer intento lo hice con más respeto por el acto: cerré los ojos...me concentré...estuve en silencio un rato...y soplé, pero el resultado no cambió. Estuve persistente toda la tarde, hasta la puesta del sol. Pero la frustración me invadió y comencé a llorar y llo-


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Por: Paula Andrea Bermúdez Villada Estudiante de Ingeniería Electrónica bermundezp@javeriana.edu.co

rar, mucho, mucho, mucho, mucho. Lloré tanto que hasta dejé de ver los gusanos de luz. Hasta que él entró por la puerta de la habitación, don Mario acababa de llegar de trabajar y me encontró postrada sobre la cama como siempre, pero esta vez con un charco de agua de lágrimas a mi alrededor. -¿Qué le pasó mija? -Es que no sé…silbar. Sonrió un poco tras mi respuesta y yo le dije: -Si mira… E intenté soplar de nuevo, con un toque de desaliento en la demostración tras tantos intentos fallidos. Pero esta vez....fuuuuiiiiuu...un tímido sonidito salió de mí, no perfecto como el de mi abuelo, pero suficiente para iniciarme en el arte de silbar. -¡Ay Escuchaste! -¡Sí!, me respondió sonriendo más. Así que comencé a silbar y silbar y silbar, muchas veces celebrando mi triunfo. Con el tiempo la técnica se ha perfeccionado y ahora no sólo puedo silbar de forma plana, sino que puedo seguir muchas melodías, inclusive algunas de las que silbaba mi abuelo, como Musmé. Ese atardecer, en que aprendí a silbar, descubrí que silbar si es todo un arte, pero lo más importante es que necesita inspiración.


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¡AMARGO! ¡AMARGO! Vinieron las blancas palomas a largar la suciedad maloliente.Tras el show de la noche primigenia, cuando las fieras se soliviantaron y los charcos espumaban. Los crisoles, los remansos, los mármoles dorados de los blancos amores, fueron rotos, enmarañados y manchados. Era el frio de un crepúsculo sangriento, desdeñoso, que se encumbraba sobre la montaña y tendía su ala macabra entre los pinos, y corría por los cabellos; se mecía en los calores de los ojos, llovía en los oídos expectantes; rizaba Por: Andrés Felipe Vargas González Estudiante de Ingeniería Industrial a-vargasg@javeriana.edu.co

las falanges, contraía las ropas. Cobraba en tempestad desteñida; las pieles de los animales se sacudían mientras el hedor de su sudor revoloteaba en los puños de las bestias elevadas. Fue la bruma de un demonio insolente quien esa noche hizo del hombre, el carnívoro más voraz; y de su padre, la víctima inocente. Mientras, en el gesto y con toda su piedad, él, imploraba socorro.Y fue tarde para la conciencia del hijo.


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