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Metallica: relajarse no es una opción

Metallica

72 Seasons

Blackened /Universal

METAL / Hace más de tres décadas que Metallica no tiene nada que demostrar a nadie, aunque a estas alturas relajarse no es una opción. Partiendo del elevado listón recuperado con su anterior “Hardwired… To Self-Destruct”, su nuevo álbum arranca con una de las tríadas de apertura más contundentes y veloces que les recordamos: “72 Seasons”, “Shadows Follow” y “Screaming Suicide” marcan músculo recreando sus inicios thrash. Pero si algo destaca de entrada es la actitud y ejecución del cantante James Hetfield, quien luce brío y fiereza renovadas, mostrándose más libre y confiado de lo habitual. “Sleepwalk My Life Away” aminora la marcha y aporta armonías con mayor colorido; “You Must Burn!” crece en torno a un riff pesado a lo “Sad But True”; mientras que las guitarras de “Crown Of Barbed Wire” suenan más que nunca a Black Sabbath. Una relativa heterogeneidad que coincide con una mayor presencia de Kirk Hammet y Robert Trujillo en los créditos, aunque también hallamos cortes más previsibles como “If Darkness Had A Son”. Pero si algunas canciones condensan la vibración de “72 Seasons” son “Lux Aeterna”, un festín de dobles bombos y urgentes punteos de guitarra, “Chasing Light”, “Room Of Mirrors” o “Too Far Gone?”, que recuerda por momentos su cover de “Breadfan”. Una recta final ascendente que rematan con “Inamorata”, medio tiempo de once minutos sustentado por dobles armonías de guitarra y unos riffs atonales que remiten tanto a “...And Justice for All” como a su álbum negro. Quién nos iba a decir que Metallica firmaría un disco como “72 Seasons” cerca de cumplir los sesenta y superados los cuarenta años de carrera. Un álbum imperfecto, sin grandes giros de guión, pero al mismo tiempo sólido y directo al grano que nos devuelve a la banda en forma. Disfrutémosla mientras podamos.

DAVID SABATÉ

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