Hoy es el gran día. Después de tantos preparativos, de ensayos por semanas y meses, de imaginar y esperar con tanta ilusión, llegó el 10 de septiembre, el día que festeje ¡mis quince años!
En compañía de mi familia y amigos, podré dar gracias a Dios por lo afortunada que he sido en mi vida.
La ceremonia se llevó a cabo en la parroquia de San Juan Bautista.
Al salir de misa me alegro ver a mis amigos y familiares, que se acercaban a darme los primeros abrazos de feliz cumpleaños.
Ya en el salón, me acerque a cada una de las mesas de mis invitados para agradecer su compañía, en este día tan importante para mí.
Después de la deliciosa cena; en compañía de mis padres, ¡abrimos la pista de baile!
¡Se dieron las 9 la noche! ¡El gran momento! ¡Llegó la hora de bailar mi vals!
La participación de mi hermana Samantha en la coronación, fue muy importante para mí.
Ame que mi hermana Yesenia me entregara mi último juguete por lo representativo que es para ambas.
Poder compartir esté momento con mi mamá me lleno de alegría, verla sonreír fue mi regalo más preciado.
El brindis fue un momento en donde todos celebrábamos con gran entusiasmo.
Bailar mis canciones favoritas con mis chambelanes y amigas fue lo mejor del vals.
Cuando me cantaron las mañanitas antes de partir el pastel fue muy emotivo, porque recordé todo el esfuerzo que esa fiesta significa.
¡Todo lo que le faltaba a mi fiesta era seguir bailando, y así lo hice junto con todas las personas que amo!
Sin duda alguna, fue un día increíble, lo llevare siempre presente en mi corazón, al igual que a mi familia, amigos y a todos los invitados que me acompañaron en ese momento tan importante en mi vida.
