El Precio de La Salvación
Tampoco podía contar con la ayuda de sus padres, que por supuesto se hubieran opuesto tajantemente a la idea. Louise consiguió establecer contacto con una hermana de Giorgio. Una tal Lucy, que muy de vez en cuando, aparecía por Vieu-Chateau con algunas mercancías, para comerciar. -
Entonces Ud. Lucy se podrá encargar de hacer llegar mi
carta hasta su hermano Giorgio. - Dijo Louise. -
No se preocupe señorita, .haré todo lo posible para que le
llegue lo más rápido. - Respondió Lucy. -
No sé qué hacer, ni como, para poder establecer contacto con
Giorgio. - Dijo la de La Foret, extendiéndole los pocos francos que tenía ahorrados a la hermana del presó. -
Ud. tranquila señorita, yo me encargo de todo. - Respondió
la tal Lucy. Y de hecho se encargó, se encargó de tirar la carta que le había dado Louise, pero no la tiró al correo, por aquellos entonces lo del correo no era demasiado seguro... Lucy guardó la carta en uno de los cajones de la cómoda de su casa, allí seguro que no se perdería. Además lo de la cómoda salía más barato que el buzón, no era necesario comprar sellos. -
Oiga Lucy... ¿no tiene noticias de su hermano? ¿No ha
recibido contestación para mí? - Insistió en otra ocasión Louise. -
No señorita. Fíjese que a mí tampoco me escribe. -
Respondió Lucy. Finalmente la hermana de Giorgio dejó de ir por Vieu-Chateau. El tiempo continuó pasando inexorablemente; Monsieur Petit comenzó a frecuentar la casa de los de la Foret, con el pleno consentimiento de los padres de Louise, la muchacha no le prestaba la menor atención, 171