« —
110 —
Abrocom a y Spalaco.pus, explican el desarrollo que en ellos ha tom ado la cresta de inserción del músculo deltoides. Es interesante tam bién que .encontremos en la extre m i d ad inferior del h ú m e ro en los tres o ctodóntidos un foram en supracondiloideo bien desarrollado. Clavícula.— L a clavícula, órgano im p o rta n te para los m o vim ientos de lateralidad del m iem bro anterior, se encuentra m u y desarrollada en. A brocom a (Fig. 3 ) , siendo en este gé nero de un grosor más o menos uniform e. El cururo, que si gue, en desarrollo de la clavícula a A brocom a, presenta este hueso m uy ensanchado en su porción esternal, notablem ente a p lan a d o y endeble en el extremo opuesto, escapular. L a cla vícula del degu es la menos desarrollada. La explicación del distinto grado de desarrollo de este hueso es necesariamente la misma que encontram os más arriba al hablar del músculo deltoides. F ém ur.— E n lo que respecta al m iem bro posterior, recal caremos únicamente que el fém ur presenta un tercer trocánter más o menos desarrollado en los tres octodóntidos que nos i n teresan ( Fig. 4 ) .
Sistema nervioso. Cerebro.— Los cerebros de A brocom a. O cto d o n y SpaIacopus, son bastante semejantes entre sí. Describiré p o r esta razón únicamente el cerebro de A brocom a (Fig. 5 ) , el que p o r su ta m añ o algo m a y o r ofrece facilidades p ara reconocer determinadas formaciones, ya de p o r sí pequeñas. N otare m o s a prim era vista, que se trata de un cerebro bastante p rim itivo en lo que respecta a su configuración exter na. C on excepción de vestigios del surco orbitario, de la cisura rinal y de la cisura endo-rinal, n o se encuentran mayores r e lieves en la superficie de los hemisferios cerebrales.. El b u lbo olfatorio, su pedúncu lo y aun el tubérculo o l fatorio, son formaciones relativamente poco desarrolladas. Los bulbos olfatorios, de superficie bastante irregular, son c o n vexos en sus dos caras. Es interesante que en el cerebro del degu, encontram o s u n bulbo olfativo relativamente m ucho m ayor. Los hemisferios cerebrales llegan a to m a r contacto, p o r detrás y a los lados de la línea media, con los'hem isferios cerebelosos, estando separados del vermis p o r los cuerpos cuadrigéminos. P odem os distinguir en la superficie externa de los h e misferios cerebrales, con toda nitidez, dos regiones. U n a supe rior, aplanada, que viene a ser u n a verdadera cara superior, y