Mirada Sur
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Jueves 30 de Mayo de 2013
Año III
No. 191
Sobre Arnoldo Martínez Verdugo Gerardo González Figueroa/Mirada Sur gergon20001@gmail.com
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a muerte del que fuera dirigente del Partido Comunista Mexicano (PCM), Arnoldo Martínez Verdugo, nos lleva a la reflexión por el triste suceso y por el significado de una época que al dirigente le tocó vivir. Un primer elemento es sobre el marxismo y el comunismo. El marxismo es una corriente de pensamiento que tuvo lugar a finales del siglo XIX y que a lo largo del siglo XX, influyó en la vida de millones de personas, ya sea por el triunfo de revoluciones, como de la que surgió la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), China y en América Latina, la Cuba de Fidel Castro. El marxismo basado en la filosofía, la economía y el pensamiento utópico socialista alemán e inglés (desde el siglo XVIII y parte del XIX), tuvo tal impacto, que provocó una furibunda ira en contra de este pensador de origen alemán, que en pocas palabras, teorizó sobre la explotación del hombre por el hombre y pensaba que la evolución social llevaría a la construcción de un régimen socialista que eliminaría las clases sociales y, con ello, se podría aspirar a un modo de producción que no tuviera como base la explotación, sino la mejor distribución de la riqueza generada por el principal sujeto histórico: el proletariado. Marxismo y comunismo marcaron la disputa por el mundo. Para ello, el triunfo de la revolución rusa, y la teoría de Lenin, sobre la construcción del Partido, instrumento de lucha del proletariado, llevaría a los
obreros y a otros sectores sociales, a emprender una larga marcha para la liberación de oprimidos. El partido como conductor de la clase obrera ni más ni menos, que condujera al socialismo. La historia del PCM, de los comunistas, es importante, justo es decirlo que el PCM tuvo además de persecuciones, una encendida crítica, pues por un lado representaba, con el correr de los años (en particular del Estalinismo), el crecimiento de una burocracia y de un régimen autoritario, en donde los comunistas perdieron capacidad de independencia y crítica en torno a la construcción de un “socialismo” de Estado (todo esto discutible). En realidad, no fue un Estado obrero degenerado, fue un régimen burocrático y totalitario. Si tratamos de explicar la lucha armada que se generó desde la década de los años 60 del siglo pasado, ésta se hace desde las limitaciones que el mismo PCM tuvo, pues no logró cuajar como un instrumento de lucha del proletariado, ni tampoco de otros sectores sociales como los campesinos e indígenas del país, siendo que México se caracterizó por ser un país eminentemente rural. La influencia comunista que se desplegó en ideas, y en expresiones culturales también, son resultado de las complejas y diversas formas de ver el mundo, sobresalen las leninistas, obviamente las inspiradas en línea histórica por Stalin, Mao Ze Dong; Enver Hoxa, de Albania, Kim Il Sung, en Korea, incluso el Tío Ho (Ho
Chi Min en Vietnam); así como intelectuales y pensadores del comunismo como Gramsci, R o x a L u x e m b u rg o . U n a corriente muy importante fue la del disidente de la URSS y en particular del Stalinismo: León Trotsky. Y en el campo de la lucha armada, han sido fundamentales las teorías y prácticas políticas que van de Nguyen Van Giap de Vietnam, pasando por Mao en China, hasta llegar a Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara, quienes desarrollaron toda una corriente política y militar en torno a la Guerra Popular Prolongada. Han sido tantas las ideas y expresiones, que incluso hubo una de corte militarista que reivindicó el llamado maoísmo, y que en Perú, con Sendero Luminoso, expresó la corriente conocida como pensamiento del Presidente Gonzalo. Pues bien, la muerte de Martínez Verdugo nos trae a la reflexión, la riqueza histórica del llamado Comunismo, de sus principales aportadores que no sólo lo fueron en lo teórico, llegaron a la implementación de una práctica política que cimbró al mundo, y en México no fue la excepción. El PCM encabezado por Arnoldo, fue crítico del PCUS, pero se fue construyendo más como una organización reformista, que se alejó de la vía armada, que tuvo muchos más críticos de la propia izquierda que se dieron a la tarea de construir alternativas, ya fueran trotskistas o maoístas, pasando por la cercana liga comunista Espartaco. La izquierda mexicana por
Protestan en San Cristóbal de Las Casas en contra de la transnacional Monsanto.
historia, es y ha sido fragmentaria, pero hay que reconocer que no sólo fue el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) o el Partido Socialista Mexicano (PSM), hasta el ahora Partido de la Revolución Democrática, sino que esa izquierda comunista, fue y ha sido un referente de los movimientos populares, que a pesar de que por decreto se pretendía su extinción, por la caída de la URSS y el muro de Berlín en 1989, la realidad es que en los movimientos armados, en las organizaciones populares, así como en las universidades y centros de investigación, la vigencia de una teoría marxista y del horizonte socialista y comunista, parece tomar un nuevo aire que vale la pena no perder de vista. La muerte de Martínez Verdugo, la del también intelectual José María Pérez Gay y cercano a AMLO, como he comentado, se dan en un momento en el que la izquierda no sólo se debate entre sí, también refleja en este trayecto histórico, las dificultades que ha vivido y sus errores, su falta de capacidad, de unidad sobre las diferencias, pero, sobre todo, la pérdida de ética política porque prefirieron el poder, sobre el compartir y acompañar los procesos populares. La vía electoral siempre fue un tema complejo, así como la vía armada, ahora que viene un aniversario más de la fundación del EZLN, y del levantamiento en 1994, será oportuno evaluar no sólo el aniversario de la gesta de los indígenas zapatistas, la que nos trajo las concepciones del zapatismo en torno al otro mundo posible, la sociedad civil, la ciudadanía, el poder y la participación política, y el concepto de revolución, revolucionario, rebelde y el de la autonomía. No se fue una época, perdura la semilla de quienes ahora se han marchado, al igual que la de los luchadores y luchadoras sociales que invitan a las generaciones de jóvenes que hoy intentan darse un nuevo imaginario social. El comunismo y el marxismo tienen todavía vigencia para encontrar un camino que efectivamente nos lleve a la transformación de la sociedad en su conjunto.