BAJO LA MISMA ESTRELLA
mandando al traste mi idea de un escritor genial. Pero tenía las respuestas que estaba esperando. —Bueno, pues… —dije— ante todo, queremos agradecerle la cena de ayery … —¿Les pagamos la cena ay er? —preguntó Van Houten a Lidewij. —Sí, en el Oranjee. —Ah, sí. Bueno, creedme si os digo que no tenéis que agradecérmela a mí, sino a Lidewij, que tiene un don especial para gastarse mi dinero. —Ha sido un placer —dijo Lidewij. —Bueno, gracias en cualquier caso —contestó Augustus. Su tono delataba que estaba molesto. —En fin, aquí me tenéis —dijo Van Houten al rato—. ¿Qué queréis preguntarme? —Pues… —dijo Augustus. —Con lo inteligente que parecía por escrito… —añadió Van Houten a Lidewij mirando a Augustus—. Quizá el cáncer le ha abierto una brecha en el cerebro. —¡Peter! —exclamó Lidewij, lógicamente horrorizada.
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