Paulo Freire “Cómo trabajar con el pueblo” En el presente artículo reprodujimos parcialmente y adaptamos un texto recibido en portugués que contiene los principios que según Paulo freire es importante tener en cuenta en cualquier trabajo de concientización, aunque en este caso, se dirigía particularmente a los cristianos comprometidos en la acción pastoral.
1. Nadie está solo en el mundo El primer principio que yo pienso que sería importante señalar es el siguiente: Como educadoras y educadores debemos estar bien convencidos de una cosa que es obvia: la de que nadie está solo en el mundo. Pero vamos a ver qué implicancias tiene para la gente esta constatación, porque eso es una constatación, nadie precisa investigarlo. Lo que es importante es encarnar esa constatación con una serie de consecuencias, de implicancias. La primera de ellas, sobre todo, en el campo de la educación es la que nadie está solo porque los seres humanos están con el mundo y con los otros seres. Estar con los otros significa necesariamente respetar en los otros el derecho de decir la palabra. Saber oír La primera implicancia profunda y rigurosa que surge cuando yo encarno que no estoy solo, es exactamente el derecho y el deber que yo tengo de respetar en ti, el derecho de que tú digas la palabra también. Eso significa entonces que es preciso que yo también sepa oír. En la medida en que yo parta del reconocimiento de tu derecho de decir la palabra, cuando yo te hablo porque te oí, yo hago más que hablarte a ti, yo hablo contigo. No hago juegos de palabras, estoy usando las palabras. Yo te dije que hablarte a ti sólo se convierte en hablar contigo si yo te escucho. En todas partes está lleno de gente que habla para la gente, pero no con la gente. En una posición autoritaria, el educador habla al pueblo. Lo que es terrible es ver una cantidad de gente que se proclama de izquierda y sigue hablando al pueblo y no con el pueblo, en una contradicción extraordinaria con la propia posición de izquierda. Porque es correcto para la derecha hablarle al pueblo como es correcto para la izquierda hablar con el pueblo. Entonces esa es la primera conclusión que yo encuentro que se saca cuando uno percibe que no esta sólo en el mundo. Otra consecuencia de eso, de ese hablar a, y hablar con, es que yo hablo con, en la medida en que yo también escucho. Yo sólo escucho en la medida en que yo respeto, inclusive al que me habla contradiciéndome. Porque si sólo escucho a los que concuerdan conmigo ¡pucha! Es exactamente lo mismo que hacen los que están ahí, en el poder. Quiere decir que desde que Uds. aceptan las reglas del juego, el abrirse prosigue. Entonces yo hablo contigo cuando soy capaz de escuchar, y si no soy capaz, yo te hablo a ti. Hablar a, significa hablar en torno, yo te hablo a ti sobre la situación tal. Si yo, por el contrario, también escucho, entonces la consecuencia es la misma para un trabajo de alfabetización de adultos, educación sanitaria, discusión del evangelio, etc. Si yo me convencí de ese hablar con, de ese escuchar, mi trabajo parte siempre de los niveles y de las maneras y formas como el pueblo se comprende en la realidad y nunca de la manera como yo entiendo la realidad. Desmontar la visión mágica Voy a dar un ejemplo bien concreto: vamos a admitir que yo llegué a trabajar a un área cuyo nivel de represión y opresión, de explotación es tal que, por necesidad, inclusive de sobrevivencia colectiva, esa población se refugia en toda una visión alienada del mundo. En esa visión, Dios es el responsable de aquella miseria y no el sistema que está ahí. En ese nivel de conciencia de percepción de la realidad, es preciso creer que es Dios mismo, porque siendo Dios, el problema pasa a tener una causa superior, es mejor creer que es Dios porque allí no se tiene la necesidad de pelear con el miedo de morir, de si se cree que no es Dios. Esta es una realidad que existe.