Arquitecturas Modernas del Olvido. Enrique Triana 1950-1960

ÍNDICE 1. Introducción 2. Contexto histórico

2.1 Orígenes de Chapinero

2.2 Chapinero durante 1950 - 1970

2.3 Chapinero en la Memoria 3. El Arquitecto

3.1. Inicios

3.2. La Obra 4. Deseo, olvido y memoria 5. Arquitecturas modernas del olvido

5.1 El Olvido 6. Y ahora...

7. Referencias

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INTRODUCCIÓN

Las ciudades son consideradas organismos que se encuentran en constante transformación y cambio, los cuales involucran la yuxtaposición de épocas, tiempos y culturas. De esta forma, se hace evidente el desarrollo de la ciudad; así como la desaparición y/o transformación de espacios o edificios importantes en la memoria urbana. Esto se entiende a través de los imaginarios sociales y el deseo colectivo de ciudad, el cual corresponde a “(…) un impulso hacia algo que no se tiene o se cree no tener, cuya satisfacción reafirma la identidad y el sentido de pertenencia a una comunidad” (Pérgolis & Rodríguez-Ibarra, 2017, p. 35) Es así cómo se materializan las transformaciones ideológicas y sociales que llevan al crecimiento y desarrollo urbano.

En el caso de la ciudad de Bogotá, este proceso de transformación tomó fuerza después del Bogotazo, acontecimiento histórico ocurrido el 9 de abril de 1948 con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

Esta situación, donde algunas edificaciones de la ciudad fueron destruidas, llevó a replantear el modelo de ciudad, el cual estaba asociado al deseo de una ciudad moderna, generando propuestas urbanísticas (plan de le corbusier) que impulsaron el crecimiento de la ciudad hacia el norte y occidente.

En este sentido, la ciudad de Bogotá empieza a reestructurarse según la ideología del movimiento moderno, la cual constituye un nuevo paradigma que innovó los procesos constructivos y proyectuales tradicionales. En razón a esto, “(…) Bogotá concibió el proyecto de

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la modernidad, entendido en el sentido más literal y más sencillo del término que seguía los postulados y métodos de la arquitectura y el urbanismo “modernos”, desarrollados desde los años 20 en Europa” (Salazar Ferro, 2007, p. 6) y la ciudad como se conocía hasta entonces comienza a desaparecer y sumarse al olvido.

Por otra parte, hoy en día el desarrollo de la ciudad, involucra un proceso de adaptación ligado a las problemáticas contemporáneas, donde no existe un reconocimiento del legado que nos dejó la arquitectura moderna. Así pues, este deseo de evolución y desarrollo de las ciudades contemporáneas ha desencadenado procesos de desaparición o transformación de hitos arquitectónicos del movimiento moderno ejecutados entre el periodo de 1950 – 1960, símbolo del desarrollo urbano, económico, social y cultural de los bogotanos, sumiendo estas arquitecturas en el olvido En razón a esto, Arquitecturas del Olvido es un proceso de construcción de memoria en torno a espacios o lugares en la ciudad de Bogotá correspondientes a la arquitectura Moderna realizada entre los años 1950 - 196 0, donde se toma como caso de estudio particular la obra de Enrique Triana, puesto que su obra “tiene particular interés porque tales influencias han sido asimiladas, es decir, traducidas, a una actitud expresiva personal, que aparece consistentemente caracterizando sus producción arquitectónica”(Vega, 1986, para. 2) lo cual lo cataloga como uno de los representantes del movimiento moderno en Colombia, siendo así su obra la representación de la visión y sensibilidad de este estilo arquitectónico.

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CONTEXTO HISTÓRICO

El territorio donde hoy su encuentra la localidad de Chapinero en Bogotá, fue habitado por poblados muiscas, quienes desarrollaban actividades de alfarería y agricultura, predominando el maíz, papa, arracacha, entre otras. En la colonia la orden franciscana construye la iglesia de San Diego, en el camino a Tunja se consolidan viviendas, se construye a orillas del río arzobispo la Quinta de los Arzobispos.

Durante el periodo que Bogotá aún pertenecía al gobierno virreinal, los dominicos adquirieron las tierras entre el río Usaquén, la cordillera de los cerros orientales y las lagunas de Suba” (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2009).

Los terrenos de chapinero pertenecieron a la comunidad religiosa y posteriormente quedaron en manos de la familia Saiz. Para 1875 el arzobispo Vicente manda a construir la Iglesia gótica Nuestra Señora de Lourdes, una de las iglesias más conocidas y representativas de Chapinero y Bogotá. Esto incentivó la construcción a los alrededores e hizo que para finales de XIX ricos propietarios construyeran villas y casonas (Alcaldía Local de Chapinero, n.d.). El desarrollo de la ciudad era inevitable, el camino a Tunja es reemplazado por la carrera 7ma y con los onmibuses chapinero se acercaba al centro tradicional.

El desarrollo en la ciudad permitió que para 1884 llegara la primera línea del tranvía de mulas a Chapinero, situación que contribuyó a la consolidaciónde los caseríos y así sentó las bases de Chapinero.

Con la Guerra de los Mil días, el desarrollo urbano, comercial y social se retrasó, en el país se desarrollaba una crisis económica.

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Comienzan así las primeras migraciones hacia el nororiente de la capital en busca de mejores condiciones de vivienda y trabajo.

Para 1910 aparece en la ciudad el Tranvía eléctrico y para este año llegaron los primeros automóviles de servicio público (Alcaldía Local de Chapinero, n.d.). Para 1919 se construye la Sociedad de Mejoras Públicas y la Iglesia Nuestra Señora de Chiquinquirá (donde hoy se encuentra la clínica Marly). Durante 1945 comienzan las migraciones del campo a la ciudad por la Violencia, situación que incrementa con la muerte de Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948; donde familias pudientes se desplazan de los barrios del centro, en busca de alejarse del deterioro. Así Chapinero se convierte en el nuevo albergue de las clases privilegiadas y pudientes, esto permite que se consolide como un importantísimo sub-centro comercial y económico.

Así, a partir de los años 50’s con la llegada del “movimiento moderno” y de los nuevos arquitectos, la ciudad de Bogotá empieza a transformarse, a dejar de lado su estilo republicano y entra a formar parte de las nuevas tendencias urbano-arquitectónicas.

Es de esta forma, como se da un proceso de cambio y transformación en la ciudad, donde la ciudad crece hacia el nororiente y noroccidente. Sin embargo, la Violencia apenas iniciaba, por lo que el crecimiento de Bogotá fue acelerado durante la mitad del siglo. De igual forma, el estilo de vida se transformaba, las casas quintas comenzaron a desaparecer y así llegaron los bifamiliares, multifamiliares y las viviendas en altura, nuevas técnicas de construcción, materiales y toda una concepción diferente de como hacer ciudad.

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ORÍGEN

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1950 - 1970

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EN LA MEMORIA La localidad de Chapinero siempre ha sido vista como un referente en la ciudad de Bogotá, desde sus inicios fue el hogar de familias con alto nivel socioeconómico, y hoy en día sigue vigente en la memoria de los capitalinos. Cuando los Bogotanos piensan en Chapinero se imaginan su comercio, sus grandes barrios residenciales totalmente diversos, con estilos diferentes, piensan en la oferta gastronómica y de entretenimiento que se ofrece en la localidad. En la opinión de una estudiante de 29 años es el lugar de trabajo, de ocio, de cultura, de diversidad.

Es la zona central de la ciudad, no solo por su ubicación geográfica, sino por recoger la mayor cantidad de servicios de la ciudad, por su fácil acceso y movilidad, de acuerdo con un Arquitecto de 31 años, es Bogotá 24 horas. En entrevistas que se realizaron por medio de la plataforma Google Forms, se hace evidente que el reconocimiento de la localidad se genera a partir de la Iglesia de Lourdes, las universidades que alberga y la diversidad de usos que ofrece.

Si bien es cierto que la Localidad hoy presenta conflictos frente a la movilidad, el espacio público y la seguridad, Chapinero siempre será reconocida por su valor y representatividad en el desarrollo urbano de la ciudad.

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EL ARQUITECTO Enrique Triana Uribe (Bogotá 22 noviembre 1929 - 18 septiembre 2020) El arquitecto Enrique Triana pertenece a la generación de arquitectos colombianos que introdujeron el modernismo en el país, en lo que se conoce como el siglo de oro para la arquitectura. Realizó sus estudios de arquitectura en la Universidad de Michigan en 1954, escuela influenciada por el pensamiento de Mies Van der Rohe y Walter Gropius, lo cual marcaría su estilo característico.

Regresa al país para ejercer el oficio de arquitecto en un momento donde la “moda” se basada en copiar el estilo francés e inglés. Sin embargo, Triana propuso una arquitectura diferente, más sencilla y sobria; rigurosa y serena, donde predominaba la discreción. Así pues, en su obra predomina el control de escala, la composición cálida y afectuosa rasgos distintivos del movimiento moderno europeo y estadounidense que transmitió a sus estudiantes durante su tiempo como docente en la Universidad Nacional de Colombia

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En su trayectoria profesional diseñó apartamentos, residencias unifamiliares y multifamiliares, bancos, iglesias, clínicas, colegios, universidades, parques, urbanizaciones y espacios públicos. Su proyecto más conocido, el Museo de Arte del Banco de la República fue galardonado con el Primer Premio en la XIV Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito y como mejor proyecto arquitectónico en la XX Bienal Colombiana de Arquitectura (Garavito, 2020) De esta forma Enrique Triana, durante el ejercicio de su profesión demostró que la modernidad es más que un movimiento, es una concepción que supera límites, es una experiencia de vivir y habitar los espacios.

Ilustración de fotografía de Enrique Triana dictando taller de arquitectura Elaboración propia, 2021

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LA OBRA Para 1953 el arquitecto Enrique Triana regresa a Colombia después de cursar sus estudios como arquitecto en la Universidad de Michigan, donde en el medio académico se estaban desarrollando los principios del movimiento moderno bajo los fundamentos de Mies van der Rohe, Wrigt, Walter Gropius, Walter Sanders; siendo este el principal influyente en su formación y carrera profesional. Así pues, “(…) la disciplina, la claridad, la modulación, la planta limpia y libre con las alternativas abiertas para organizar un espacio, así como la continuidad entre los espacios y el rigor en el detalle, fueron huellas formativas que me quedaron”(Enrique Triana citado por Vega Rosas, 2007, pp. 93–95). Durante su periodo de formación, los sistemas de valores profesionales circundaban en la forma-función, orden visual y sistemas constructivos.

A partir de esto, el lenguaje de Triana se fundamenta en la claridad y serenidad, lenguaje que fue consolidando con el tiempo, siempre contemplando “las condiciones constructivas, funcionales y del entorno” (Vega Rosas, 2007, p. 99). De esta forma, su lenguaje arquitectónico corresponde a la asimilación de influencias provenientes de su formación profesional, lo que se materializa en la expresividad de su obra. Así pues, en los proyectos seleccionados pertenecientes al periodo de 1950 a 1960, veremos como el arquitecto comenzó a consolidar su lenguaje arquitectónico a través de cuatro conceptos: levedad, junta, ritmo y articulación.

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Partiendo de la comprensión que “la arquitectura es el juego sabio, correcto, magnífico de los volúmenes bajo la luz (Le Corbusier, 1923), donde “El edificio es la suma de detalles controlados, detalles domesticados, que reflejan una intención expresiva cargada de influencias y del conocimiento adquirido con la experiencia” (Amaya Solano, 2009, p.12) para estudiar la obra de Triana se debe partir de su experiencia y formación.

Conceptos que rigen la obra de Enrique Triana. Elaboración propia, 2021

Por lo tanto, para entender la levedad, es necesario comprender su opuesto: el peso. En este orden de ideas, el peso está estrechamente vinculado a la gravedad, la cual es una fuerza de atracción entre objetos o masas.

En la obra de Triana, se evidencia a partir de exploraciones técnico-constructivas asociadas a la tectónica y estereotomía del proyecto, donde según Rowe & Slutzky (1999) (analogía del concepto de transparencia literal y fenomenal) la levedad puede ser litteralis es decir que se desarrollan tal y como se menciona de acuerdo con el sentido y significado exacto de las palabras o fenomenológica phaenomenon, aludiendo en este caso a un acontecimiento que se da debido a una percepción sensorial que “se halla en el conocimiento, la memoria y la constante utilización de la razón para entender el mundo” (Ruiz, 2019, p. 43).

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De esta forma, la levedad la Real Academia de la Lengua al hablar de levedad hace referencia a la cualidad de leve, que se refiere a la “inconstancia de ánimo y ligereza de las cosas”. En consecuencia, en un ámbito arquitectónico, la levedad se entiende a través del “discontinuum” (Aparicio Guisado, 2000), la cual puede ser literal, a través de la superposición y ensamblaje de piezas, se genera una arquitectura ligera, que da la sensación de levitar o fenomenológica, a través de la sustracción de la materia, lo que establece una relación de prolongación espacial y visual entre el interior y el exterior.

Edificio Gibson, emsamble de piezas Elaboración propia, 2021

Edificio Triana, horadaciones, Elaboración propia, 2021

En este sentido, en la obra de Enrique triana, el discontinuum se hace evidente en el vacío, bien sea por el ensamble de piezas, como se evidencia en el Edificio Gibson donde se superponen elementos horizontales macizos o se realizan pequeñas horadaciones en la masa. En ambos casos se desmaterializa el elemento para generar una percepción de ligereza.

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sustracción

Por otro lado, la levedad se desarrolla por medio de la junta, de manera litteralis, según la Real Academia de la Lengua Española [RAE] (2021) es un “todo que forman varias cosas unidas o agregadas unas a otras, unión de dos o más cosas”; asimismo que, el “espacio que queda entre las superficies de las piedras o ladrillos contiguos de una pared” haciendo alusión a las técnicas constructivas empleadas para ensamblar elementos.

Sin embargo, la junta en la arquitectura moderna puede entenderse de igual forma desde lo fenomenológico, siendo la función de poner en evidencia el contraste entre las “piezas” que conforman un conjunto, permitiendo que cada una de ellas conserve su autonomía e identidad al interior de Edificio Uribe, junta literalis la composición; así, de acuerdo con Elaboración propia, 2021

Amaya Solano (2009) “la junta es la encargada de separar y cohesionar” (p.100). Para esto Enrique Triana al igual que muchos arquitectos modernos, para poner en evidencia la legibilidad y autonomía de las piezas que constituyen el conjunto emplearon diversas técnicas, como lo es el contraste de materiales y la disposición de estos.

Edificio Uribe, junta phaenomenon Elaboración propia, 2021

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Así pues, se empieza a generar un “orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas” una “proporción guardada entre los acentos, pausas, y repeticiones (Real Academia Española [RAE], 2021), lo que se entiende como ritmo.

Edificio Uribe, ritmo en los elementos verticales y en las sustracciones Elaboración propia, 2021

Así en la arquitectura el ritmo se compone de un conjunto de objetos compuestos en el campo de una retícula, nace de la repetibilidad de un motivo cadenciado, es la formación de conjuntos que crean un espacio ordenado (Marcolli, 1978, p. 346). Entonces, el ritmo resulta de la inserción modular en el campo, que se refleja en la interacción de los objetos.

De esta forma, el ritmo se origina a partir de la orientación de elementos la cual no es aleatoria, se realiza de manera segura y cierta lo que permite predecir movimientos mientras se generan combinaciones diversas, lo cual genera dinamismo y movimiento en los proyectos.

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Edificio de apartamentos, ritmo en los balcones Elaboración propia, 2021

El ritmo proveniente de la junta permite desmaterializar la materia Y resulta en la articulación, que de acuerdo con lo desarrollado por Le Corbusier y Alvar Alto, la consideran como criterios de orden de piezas dispuestas, donde “bajo esta óptica, el edificio se entiende compuesto por dos únicas partes de distinta naturaleza formal, pero que constituyen una unidad final a despecho de su diversidad, y que relacionan esta distinta naturaleza con su diferente uso, programa y significación” (Capitel, 2009, p. 148).

Así, la articulación en arquitectura se entiende como la espina dorsal, es decir el elemento coordinador de las relaciones espaciales. Por lo tanto, se encuentra vinculada a la composición, donde diferentes “piezas” interactúan entre sí configurando un todo pero conservando su autonomía y legibilidad.

Edificio Gibson, articulación por medio del vacío Elaboración propia, 2021

Siendo “la comprensión de la noción de composición como una idea de orden entre partes (…)” (Rojas Quiñones & Eligio Triana, 2015, p.54) influyendo en la forma del objeto arquitectónico. En la obra de Enrique Triana, así como en la de los arquitectos modernos de la época, se hace evidente el cambio de paradigma y la adecuación de modelos y técnicas extranjeras al contexto nacional.

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DESEO, OLVIDO Y MEMORIA De esta forma, el deseo de las ciudades se encuentra inmerso en las dinámicas urbanas, siendo el impulso de las ansias de desarrollo, evolución y crecimiento.

Sin embargo, este muchas veces no es controlado y planificado y ha arrasado con vestigios importantes del pasado pertenecientes al movimiento moderno.

El Deseo Elaboración propia, 2021

Estas obras edilicias significativas en la ciudad al ser vestigio de un momento de desarrollo urbano y cultural muchas veces desaparecen a los ojos de lo que es considerado como patrimonio a conservar. Lo anterior se debe a que con el pasar de los años, en la concepción de lo que pertenece al patrimonio se considera únicamente aquello considerado antiguo, representativo de una época y cultura anterior e inexistente, descartando así las manifestaciones del movimiento moderno al no encajar en esta percepción del patrimonio.

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Esto lleva a que en las ciudades se encuentre en riesgo la arquitectura moderna, que por no estar catalogada como antigua en muchas ocasiones no es considerada parte del patrimonio edilicio a conservar, situación que pone en riesgo de olvido parte de la historia de la ciudad, como afirma (Rodríguez Botero, 2010)

El Olvido Elaboración propia, 2021

La extinción de los edificios modernos que conforman los edificios colectivo que es Bogotá no solo implica las pérdidas de una conciencia y una memoria adquiridas por esta misma a partir de la inserción del Movimiento Moderno en nuestro medio, sino la desaparición de los motivos de su mismo desarrollo. (2010, p. 136).

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Es así, como el deseo, ese movimiento hacia una finalidad basado en la acción y efecto influenciado por el impulso, resultan en transformación y reconfiguración del territorio, llevando a la desaparición convirtiéndose en olvido. En este sentido el olvido se configura como la pérdida de representaciones del pasado.

Por lo tanto, desde la psicología, el olvido se entiende como un freno que se pone frente a un orden contrario al orden presente de la conciencia. De esta forma, el olvido en ocasiones puede ser selectivo, suprimiendo circunstancias o momentos traumáticos. A medida que las ciudades crecen y se desarrollan, muchos espacios y edificaciones de manera selectiva desaparecen para dar paso a una nueva época.

En este orden de ideas, según Assmann (2008) citado por Rodríguez Ávila (2013), el olvido en las ciudades se puede dar en dos formas, una activa, consta de la destrucción del patrimonio y un pasivo, siendo la indiferencia social. Es así como el olvido se entiende como la pérdida de la memoria y esta cuenta con implicaciones en la arquitectura y urbanismo; por consiguiente, para permitir la perduración de las arquitecturas modernas se entiende la memoria como herramienta de reconstrucción, esto pues “el recuerdo es, en buena medida, una reconstrucción del pasado con la ayuda de datos prestados del presente, y preparado además por otras reconstrucciones hechas en épocas anteriores en donde la imagen original resulta alterada (…)” (Halbwachs, 2002, p.8).

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Por lo tanto, la memoria resulta ser un hecho colectivo por medio del cual se espera recuperar un “lenguaje” que se encuentra en riesgo de desaparecer o que ha desaparecido consecuencia del deseo.

Lo anterior mediante una reconstrucción de la arquitectura moderna de la obra de Enrique Triana, resaltando sus valores característicos del movimiento moderno y en especial del estilo característico del Arquitecto.

La Memoria Elaboración propia, 2021

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ARQUITECTURAS MODERNAS DEL OLVIDO

Las primeras obras del Arquitecto Enrique Triana, a su retorno al país, fueron residencias, donde se deben recoger las exigencias, necesidades e ideales de quien habitará el espacio, así como las respuestas del arquitecto. De esta forma, estas son el resultado de las experimentaciones, la experiencia y los requerimientos del lugar, sin dejar de lado la importancia de “emocionar para engrandecer la intención” (le Corbusier, 1923, p. v). A continuación se analizarán las casas realizadas por el arquitecto en el periodo 1950-1960

Edificio de Apartamentos La Merced Fotografía por: Maria Camila Castellanos Escobar, 2021

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Bifamiliar Jorge Triana, 1955

Localización

Es el primer edificio que construyó en Bogotá, encargo de su padre Jorge Triana. En esta obra se evidencia el paso de la vivienda unifamiliar, tradicional de la ciudad, donde se va dejando atrás el modelo de casa quinta, para una casa más “funcional”, “donde se aprovecha el terreno por medio de una construcción adicional que puede alquilarse o ser ocupada por parte de la familia” (Mejía, 2006, p. 22) El Bifamiliar está emplazado en un terreno inclinado, por consiguiente, el arquitecto parte de un ejercicio de excavación, donde el ingreso se realiza por un nivel enterrado.

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Sustracciones de materia

La masa

Exploraciones estereotómicas

Aquí inician las primeras exploraciones estereotómicas a través del discontinuo de la materia, donde la excavación permite que el volumen persista sobre el vacío, dando la sensación de que el volumen es leve; esto se complementa con la materialidad con la utilización de muros blancos perforados, que se rompen con vanos de piso a techo.

Nivel de acceso

En relación a la organización espacial y al programa arquitectónico, el ingreso se encuentra enmarcado por una pérgola en concreto que da paso al acceso, donde se dispone un baño de servicio y el vestíbulo

Análisis de Bifamiliar Jorge Triana Elaboración propia, 2021

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Segundo nivel

El segundo nivel se divide en dos zonas: el área social y el área de servicio. Por otro lado, la sala central, se encuentra enterrada respecto al nivel de la planta, Suken Living.

El Sunken Living, esta disposición espacial tiene la finalidad de generar intimidad “por medio de la horadación de la tierra se desciende al lugar de reunión” (Mejía, 2006, p. 22) Esto convierte a la sala en el centro de la composición, lo que favorece la articulación de los espacios; asimismo, que proporciona intimidad y protección mediante el rompimiento de la continuidad del nivel.

Planta de primer nivel

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En el tercer nivel se dispone el área privada, cuenta con cuatro habitaciones idénticas, manejando la simetría en el espacio.

En la zona posterior del precio cuenta con un gran solar, el cual ilumina la zona de servcios del segundo nivel.

Planta de segundo nivel

Planta de tercer nivel

Análisis de Bifamiliar Jorge Triana Elaboración propia, 2021

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Bifamiliar Enrique Triana, 1957

Localización

En este proyecto, al igual que en el anterior el arquitecto emplea la sustracción de materia para evidenciar la levedad del volumen. Así se concibe acceso amplio, que se refleja al interior de la vivienda en un patio central, una sala y un patio posterior. El solido que se ve desde el exterior se desmaterializa, permitiendo la continuidad visual, a esto el arquitecto lo llama transparencia (Mejía, 2006)

Por medio de las perforaciones en la cubierta y el manejo de las dobles alturas, Triana permite tanto la continuidad vertical como horizontal.

Operaciones de sustracción

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Esta vivienda, consta en el primer nivel de un área social enmarcada por un muro que corta la circulación y una chimenea que da la sensación de protección e intimidad, el área de servicios se encuentra hacia uno de sus costados para liberar el espacio del patio y permitir esa relación interior exterior.

Planta de acceso

Los contrastes que existen entre el vacío, el sólido y la transparencia, son el ejemplo claro de la junta en la obra de Triana, evidenciando como por medio del cambio de materiales o de su ausencia, logra interrelacionar los espacios, generando una unidad.

Corte por el vacío del acceso Análisis de Bifamiliar Enrique Triana Elaboración propia, 2021

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Residencia Alberto Salgar, 1958

La localización de este proyecto no fue posible identificarla

Localización

Esta residencia es de un nivel, se divide en tres franjas, una principal de servicio, la segunda donde se encuentra el área social y la alcoba principal y la ultima siendo el patio posterior.

Esta residencia, en primera instancia parece un sólido blanco que en principio se manifiesta pesado, sin embargo, por medio del uso de la transparencia en el costado contrario, lo aliviana. Este juego de materiales hace que pareciera levitar sobre una loza de granito, esto pues “el cuerpo blanco solo pretende soportar su peso propio y por ello sobresale ligeramente de la superficie del piso” (Ruiz, 2019, p. 64).

Sólido

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Las tres franjas del proyecto

Sólido vs transparencia

El envolvente

Suken Living

Situación que se enmarca en la cubierta que se convierte en un envolvente el cual se encuentra separado del volumen por medio de la junta, dándole independencia y ligereza.

En este proyecto, Triana vuelve a la sala Suken Living, como en la residencia que diseñó para su padre. Aquí también gira en torno de la chimenea como símbolo de fuego y calor en el hogar, esta vez en un mueble que separa el comedor de la sala.

En la composición, la articulación espacial se da a partir de la liberación de la planta, en este caso en sentido medianero, esto lo realiza a través de una puerta corrediza en la habitación principal. Esto da la posibilidad de unificar el espacio del comedor, sala y habitación, permitiendo mezclar lo privado con lo social.

Articulación

Análisis de Residencia Alberto Salgar Elaboración propia, 2021

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Edificio de Apartamentos 1959

Localización

Este edificio evidencia un nuevo modelo de ciudad, la construcción se lleva a cabo en el barrio La Merced, al lado del Parque Nacional.

La propuesta de Triana se adapta de manera respetuosa a un contexto de edificaciones estilo inglés, donde el ladrillo a la vista predomina junto con las cubiertas de cerámica inclinadas.

Planta apartamento tipo

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Planta acceso

Este edificio evidencia un nuevo modelo de ciudad, la construcción Así construye un edificio de apartamentos en un predio de una casa unifamiliar y por medio del uso de la escala y la proporción da paso a la propiedad horizontal.

El nivel acceso se encuentran tres franjas iguales, dos de ellas destinadas a parqueaderos y la del medio el hall de acceso al edificio.

Franjas iguales

Los apartamentos son tipo, y como las obras de Triana, el área social se encuentra direccionada a la chimenea, siendo esta el centro de la composición. La distribución espacial es sencilla, la composición parte de un eje central, donde se encuentra el área social, a un costado se encuentra el área privada y al otro el área de servicios.

Nivel de acceso

Apartamento tipo Análisis de Edificio de Apartamentos Elaboración propia, 2021

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Horadaciones

Franjas horizontales

Ritmo en las materas

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Para lograr adaptarse al entorno la fachada principal cuenta con horadaciones a partir de una retícula, situación que aligeran el sólido y al mismo tiempo “permite que la obra, a pesar de alejarse dramáticamente del estilo que prevalece en el entorno inmediato, dialogue en cuanto a la escala, el ritmo, el tamaño y la proporción, con las casas circundantes” (Mejía, 2006, p. 28).

El arquitecto, ubica 7 materas en la fachada a modo de voladizo, simulando que vuelan, lo cual marca un ritmo en la fachada, al mismo tiempo que le da dinamismo e intenta contrarrestar y reinterpretar los ornamentos de las casas vecinas, mientras extiende el interior de los apartamentos hacia el exterior.

Análisis de Edificio de Apartamentos Elaboración propia, 2021

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Edificio Gibson, 1959

Localización

El edificio Gibson es encargado por Pablo Gibson en el año 1959, en este edificio Triana retoma la simetría que había desarrollado en los Bifamiliares y de esta forma aprovecha la magnitud del lote para diseñar un edificio de apartamentos en el barrio El Nogal.

El edificio se desarrolla a partir de cinco franjas perpendiculares a la vía, en el primero se encuentra el acceso y zona de parqueo, y en los 4 restantes se desarrollan el área social y de servicios de los apartamentos.

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Planta acceso

Disposición simétrica de apartamentos

La composición es elemental, mediante la simetría busca ordenar los espacios dentro de zonas lineales (Mejía, 2006) de esta forma genera ritmos mediante la linealidad y el vacío, donde se construyen terrazas y jardines.

Dentro de la composición el vacío central es fundamental para la organización espacial, este siendo “una calle” al interior, extiende el exterior al interior, permitiendo que la nueva ciudad que se gesta detrás de los muros del edificio fluya. De esta forma, se hace evidente una de las propuestas del movimiento moderno, esa necesaria relación entre lo público y lo privado.

Vacio Central

Análisis de Edificio Gibson Elaboración propia, 2021

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Superposición de piezas

En este edificio el discontinuo se genera por medio de la superposición de piezas que permite el juego de la luz y la sombra, dando la sensación de ser una masa con horadada que se soporta en dos planos que son las puertas a los garajes, y se amarran a un cubo de concreto. Se hace evidente que en la obra de Triana “lo leve soporta lo pesado, lo pesado se hace leve y lo leve pesado (…)”

(Ruiz, 2019, p. 77)

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Los apartamentos son dúplex, en el primer nivel cuenta con dos accesos uno por el área de servicio y el otro por la zona social, en el segundo nivel cuentan con cuatro habitaciones y un vacío sobre la sala. Mientras que en el último nivel cuenta con dos penthouse simplex.

Planta segundo nivel

Análisis de Edificio Gibson Elaboración propia, 2021

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Edificio Triana, 1960

Localización

El edificio Triana, lo construye en 1960 para sus padres, quienes acostumbraban a vivir en grandes casas en barrios como La Candelaria o Teusaquillo, por lo que pensando en la transición de habitar una casa a un apartamento, el arquitecto en su composición dispone de terrazas y balcones para evocar el patio y jardín.

La articulación en este edificio varía de sus trabajos anteriores que son mas claros y racionales.

En la primera planta dispone un apartamento pequeño y una zona para los garajes, dos para el apartamento del primer nivel y tres más para los apartamentos superiores. Los apartamentos se conectan por unas escaleras centrales.

Planta acceso

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Planta segundo nivel

En el segundo nivel se encuentra el apartamento para sus padres, al ingresar se encuentra una pequeña sala de recibimiento, cuenta con una la zona social al costado sur, el área privada al costado occidental y los servicios se disponen bordeando la escalera.

Para alivianar el volumen el arquitecto dispone de una terraza perimetral, a la cual se puede acceder desde cualquier espacio, esta sustracción de materia y el manejo de la ventana corrida aligera el volumen y da la sensación de que los apartamentos superiores, los cuales resultan ser un poco mas cerrados, flotaran.

Terrazas perimetrales

Análisis de Edificio Triana Elaboración propia, 2021

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El tercer y cuarto nivel son dos apartamentos iguales, su única diferencia radica en la falta de terrazas del cuarto nivel. Aquí las alcobas se encuentran en el costado occidental, la zona de servicios contra la culata y el área social al sur. En esta composición la chimenea ya no es el centro de articulación.

Planta tercer nivel

Planta cuarto nivel

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Desmaterialización de la masa

Articulación de la desmaterialización

En este proyecto Triana, busca desmaterializar la masa mientras al mismo tiempo busca mantenerla. Mediante el uso del ladrillo a la vista el cual se contrapone a las placas en concreto, la junta se hace evidente, simulando la descomposición del sólido en partes como si estuvieran superpuestas.

Volumen superior, cuenta con dos muros completos separados por una sustracción, donde se disponen ventanas que van de piso a techo con piezas verticales, lo que buscan es enmarcar la continuidad en la discontinuidad.

Sustracción continua

Análisis de Edificio Triana Elaboración propia, 2021

A partir de esto, Triana, en sus edificios ve “(…) una oportunidad para explorar sus intenciones formales y para aprender por medio de la experiencia” (Mejía, 2006, p.

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Edificio Uribe, 1961

Localización

Este edificio cuenta con 3 fachadas, el predio no es totalmente rectangular y de bastante magnitud, estas son determinantes que complicarían un diseño arquitectónico. Sin embargo, Triana lo resuelve de una manera muy inteligente. El edificio realmente son dos edificios unidos por un vacío central, a pesar de esto, se lee como una unidad, esto se debe a las estrategias proyectuales del arquitecto. De esta forma, mediante la superposición de masas se materializa esta uniformidad mediante los balcones corridos, contraria a la diversidad que se encuentra al interior del edificio.

Es así entonces, como estas masas superpuestas horizontalmente se relacionan entre si a través de gestos verticales, la junta, que la maneja en granito en este proyecto permite que su lectura sea de unidad.

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De igual forma, la expresión de la levedad disipando las columnas en las puertas de garaje o en los muros cortina permiten que el continuo se fragmente, pero sin dejar de ser continuo, así como la junta fenomenológica, la cual permite que el balcón blanco flote encima del cajón en forma de “u”.

Superposición

Todas estas son intervenciones del arquitecto para desafiar los sentidos y la percepción, mostrando que los sólidos pueden flotar.

El uso de muros cortina, columnas camufladas, envolventes sólidas, placas que sobresalen, son acciones fundamentales para romper el continuo y permitirles a los sólidos ser ligeros, sin embargo, en el edificio Uribe Triana llega a lo que Ruiz (2019) llama “levedad extrema” donde un balcón desafía las leyes de la gravedad, permitiendo desarrollar una técnica que no es perceptible, pero será una de sus marcas en los proyectos futuros.

Análisis de Edificio Uribe Elaboración propia, 2021

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EL OLVIDO El olvido se evidencia en las transformaciones y desapariciones que han tenido estos bienes durante los años, en blanco y negro se evidencia las características que perduran, y en color las transformaciones.

Algunas edificaciones ya no se encuentran, su ubicación es aproximada de acuerdo a las direcciones que se pudieron encontrar de entrevistas del arquitecto y documentos escritos por profesionales en el tema.

Bifamiliar Enrique Triana. Demolido

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Bifamiliar Jorge Triana. Demolido Edificio Gibson - Bien de Interés Cultural

Análisis del Olvido en la Obra de Enrique Triana, 1950-1960 Fotografía: Maria Camila Castellanos Escobar, 2021

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Edificio Triana - Bien de Interés Cultural Edificio Uribe - Bien de Interés Cultural

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Edificio de Apartamentos - Bien de Interés Cultural

Análisis del Olvido en la Obra de Enrique Triana, 1950-1960 Fotografía: Maria Camila Castellanos Escobar, 2021

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Y AHORA...

El deseo de las ciudades es inevitable, sin embargo, el olvido es evitable. Es a partir de esta premisa es que se desarrollan arquitecturas del olvido, reconociendo la importancia de preservar a generaciones futuras las realidades de la ciudad por medio del conocimiento de sus edificaciones. El olvido es la desaparición voluntaria o involuntaria de un recuerdo que probablemente resultó traumático, sin embargo, es importante reconocer la importancia del pasado y nuestra historia, puesto que es allí donde podremos entender nuestro presente.

Comprendiendo esto, y reconociendo el valor del movimiento moderno como el detonante del desarrollo en las ciudades contemporáneas, en la actualidad existe una fuerte preocupación por preservar los vestigios de este periodo. Así se crean redes cuya finalidad es velar por la conservación del patrimonio edilicio moderno, el cual, conforme pasa el tiempo se va deteriorando y entran en la obsolescencia situación que compromete su integridad física y estructural (Henket, n.d.). Por lo que es responsabilidad de las comunidades trabajar en pro de lograr la supervivencia del movimiento moderno.

Con el pasar del tiempo la conceptualización de patrimonio ha evolucionado, de ser considerado únicamente el “monumento histórico” hasta la incorporación del patrimonio cultural inmaterial y

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hoy en día con la concepción de lo “nuevos patrimonios”. Esta reconceptualización según Dormaels (2011)ha permitido que se realicen diversas investigaciones y estudios para el “reconocimiento del patrimonio cultural como construcción social” (p.7). De esta forma, el patrimonio no corresponde al objeto o manifestación por sí mismo, sino que resulta ser la significación o simbolismo que se le otorga, convirtiendo el patrimonio en un fenómeno.

Es a partir de esto, que es importante en el planeamiento de la ciudad y en la conservación del patrimonio arquitectónico-urbano, sean los ciudadanos, quienes conocen el territorio, los que encabecen los procesos. Esta visión compartida de la gestión del patrimonio permite la identificación para desarrollar un sistema de colaboraciones que se gesta a partir de experiencias e ideas que contribuyan a la toma de decisiones de preservación, conservación y salvaguardia En vista que la comunidad representa el acervo para procurar la conservación del patrimonio cultural, está debe vincularse de manera activa, donde a través de sus experiencias y vivencias aporten al patrimonio y su preservación. Así, el cuidado adquiere responsabilidad conjunta disipando el desconocimiento e indiferencia del tema patrimonial en la administración. Esto garantizará no solo el conocimiento y difusión sino la creación de redes de gestión participativas y comunitarias que permitan la socialización de proyectos enfocados en el cuidado de la arquitectura moderna en la ciudad de Bogotá.

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Edificio de Apartamentos Fotografía: Maria Camila Castellanos Escobar, 2021