Las que fuimos, las que somos

Page 40

Conocer nuestra cultura es un camino de trabajo constante, nunca termina. Yo lo comencé en Argentina, años después de haber venido a vivir acá desde Bolivia. Cuando llegué era una persona totalmente diferente: una adolescente de 18 años que no apreciaba mi música, mis costumbres, ni mis raíces. Quién iba a decir que migrar tan lejos me enseñaría a valorar mis orígenes. Aquí mi vida ha tenido un giro muy importante. Me permitió pensar en cuestiones fundamentales de mi crianza. Por ejemplo, me hubiera gustado aprender a hablar quechua y aymara con mis padres, que nos enseñaran más de nuestra historia y nuestras costumbres, pero ellos sólo hablaban sus idiomas entre ellos. Con nosotros, sus hijos, usaban el castellano. Lo bueno es que entiendo ambos idiomas. Al desconocer tantos aspectos de nuestra cultura, recién ahora entiendo cosas que hacía el papá y que para mí eran un misterio porque él no nos las explicaba, como elegir hojitas de coca y enterrarlas para empezar a trabajar la tierra. Él le estaba pidiendo permiso a la Pachamama. ¿No es hermoso?

••• Nací en Oruro, en el año 77, en una familia grande compuesta de nueve hermanos, más mi mamá Filomena Mendoza y mi papá Toribio Lucas, que ya falleció. Papá era minero. Cuando yo tenía ocho años, la familia se dividió. Mi hermano mayor, que ya era profesor, nos llevó a mí y a mi hermana más chica a vivir con él y con su esposa a Ichalula, un pueblo muy pequeño y alejado de todo, y en donde ya trabajaba en una escuela. Era una forma de ayudarle al papá porque éramos muchos hermanos, mucho gasto. El resto de la familia se fue a la ciudad de Villazón. Me da mucha tristeza recordar esa época porque sufrimos mucho por la separación. Mis hermanos empezaron a trabajar ahí, a hacer pasar cosas en la frontera cargándolas en la espalda o llevándolas en un acoplado. Iban de la Quiaca a Villazón. Años más tarde todos volvimos a reunirnos en Huari. Allí estudié parte de la secundaria y terminé en Mina Totoral. Luego me metí a estudiar el profesorado de Educación Física en la Escuela Normal de Caracollo, pero una vez que hubo un paro indefinido le pregunté a mi mamá si podía ir unos días a Villazón, a ver cómo estaba nuestra casa de allá. Total, no había clases, no tenía nada que hacer.

38 • Las que fuimos, las que somos. Relatos de vidas en movimiento


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.