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ARTÍCULOS
from Contralínea 685
EL TMEC
Y EL CAMPO MEXICANO
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VÍCTOR MANUEL CHIMA, COLABORADOR DEL CENTRO DE DERECHOS HUMANOS FRAY FRANCISCO DE VITORIA (CDHVITORIA)/DAVY PERLMAN, PRINCETON UNIVERSITY
El Tratado entre México, Estados Unidos nal, para poder competir con grandes productores y Canadá (Tmec) fue fi rmado en noviemy preservar las formas de producción tradicionales. bre de 2018 por el entonces presidente de Así, las políticas del libre mercado buscan los maMéxico, Enrique Peña Nieto, el presidente de Esyores índices de producción al menor costo, lo que tados Unidos, Donald Trump, y el primer minisderiva en un mayor consumo. tro de Canadá, Justin Trudeau. Después de 1 año Por otro lado, el modelo agroindustrial que se de negociaciones y modifi caciones, y ya durante impuso desde el TLCAN y se hereda ahora en el el mandato de Andrés Manuel López Obrador, el Tmec, se enfoca en la producción masiva sin atenTmec fue ratifi cado por la Cámara de Senadores der la inocuidad, la calidad y el valor nutricional de en México a fi nales de 2019, y luego por el Poder los alimentos, ni tampoco los daños que ocasiona Legislativo de Estados Unidos en enero de este año, en el medio ambiente, en la salud de productores por lo que ahora sólo falta la aprobación por pary consumidores, y en elementos bioculturales de te de Canadá para que, después de 90 días de su las comunidades campesinas, como los procesos ratifi cación absoluta, el tradicionales de modifi - tratado entre en vigor cación de semillas y las reemplazando al actual El modelo agroindustrial impuesto mismas semillas nativas. Tratado de Libre Coen el Tmec se enfoca en la producción Con respecto a la mercio de América del Norte (TLCAN). Con la entrada masiva sin atender inocuidad, calidad y valor nutricional de los alimentos propiedad privada, un punto problemático del Tmec es el requerimienen vigor del TLCAN to al Estado mexicano hace más de 25 años de confi rmar el Acta de no sólo se redujeron los apoyos directos a la pro1991 del Convenio de la Unión Internacional para ducción agrícola, como los precios de garantía, sino la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV que tampoco se desarrollaron políticas públicas de 91), que establece la capacidad de patentar nuevas acceso a fi nanciamiento e infraestructura que pervariaciones de semillas, particularmente por parte mitieran a productoras y productores campesinos de empresas. México había confi rmado el Conveingresar a mercados de exportación. nio UPOV de 1978 con la Ley Federal de Varieda
La parte del Tmec enfocada en la agricultura es, des Vegetales (LFVV), pero todavía no ha fi rmado en muchos aspectos, una continuación del TLCAN la actualización de 1991. debido a que, entre otras cosas, refuerza la imposiQuienes proponen la confi rmación del acta ción de políticas de libre mercado en regiones que UPOV 91 sostienen que es necesaria para crear aún conservan su colectividad, y en las que hace falun incentivo de inversión en la creación de nuevas ta apoyo fi nanciero y tecnológico que favorezcan la variedades de semillas más resistentes a las sequías producción de alimentos de consumo local y nacioo con mayor rendimiento, pero no consideran los
daños que ocasionará en las comunidades campesinas, en las variedades de semillas de maíz, incluso las violaciones a derechos humanos, ya que no permitieron la participación por la parte de las comunidades afectadas por los cambios en la ley.
El diputado federal Eraclio Rodríguez Gómez presentó en febrero de 2019 una iniciativa de reforma a la LFVV que, en sintonía con el acta UPOV 91, no sólo facilita la privatización de semillas nativas, sino que también criminaliza a “quien aproveche o explote una variedad vegetal protegida, su material de propagación o el producto de la cosecha, para su producción, reproducción, preparación, oferta, distribución, venta, producción comercial de otras variedades vegetales o variedades esencialmente derivadas, o cualquier otra forma de aprovechamiento”, con sanciones de dos a seis años de prisión, entre otras medidas similares.
El sistema informal de intercambio de semillas por parte de comunidades campesinas ha permitido la diversificación del maíz con más de sesenta razas, las cuales pueden crecer en climas y suelos distintos. A simple vista no es posible identificar una semilla protegida, por lo que las amenazas de prisión y multas considerables reducirían la eficacia del sistema de intercambio que ha existido desde siglos atrás.
El artículo tercero de la iniciativa de reforma a la LFVV dice que un propósito de la ley es “proteger el uso de variedades vegetales utilizadas por las comunidades rurales cuyo origen es el resultado de sus prácticas, usos y costumbres y que tendrán el derecho de explotarlas tradicionalmente, derecho que deberá expresarse claramente en el Reglamento de esta Ley”. Esta condición no es suficiente, ya que los intercambios son informales y también pueden incluir las semillas comerciales.
Las semillas de los intercambios no vienen con documentación sobre sus orígenes, y por eso la frase “cuyo origen es el resultado de sus prácticas” es demasiado vaga. De este modo, existe el riesgo de que las semillas cuyo origen es el resultado de las prácticas tradicionales, también incluyan material genético de las semillas patentadas, poniendo en peligro a campesinas, campesinos, y a las mismas comunidades. Sin acceso a las semillas de intercambio, miles de campesinas y campesinos tendrían que decidir entre salir de sus comunidades para proveer de lo necesario a sus familias, o arriesgarse a ser dependientes de las semillas de las empresas.
La privatización de las semillas es un peligro gigantesco en una sociedad en la que muchos campesinos y campesinas dependen del intercambio anual de semillas para siembra, lo cual es aún más peligroso en el caso de México, al ser el centro de origen de semillas como el maíz. El acervo genético de maíz mantiene su diversidad debido a que campesinos y campesinas intercambian las semillas.
Por consiguiente, el derecho a la alimentación, el derecho colectivo a la biodiversidad y el derecho a la salud, se verán restringidos con la aprobación del T-MEC, y de ser aprobada la reforma a la LFVV, de igual manera los costos de producción incrementarían, y la agricultura para el autoconsu

mo sería afectada con el riesgo de prosecución por el uso de semillas patentadas, incluso si son resultado del intercambio entre comunidades campesinas.
Una vez más, el Estado mexicano ha firmado, sin una consulta libre, previa e informada, un tratado comercial que afecta seriamente a comunidades campesinas e indígenas en situación de vulnerabilidad. Los efectos del Tmec amenazan nuevamente con otro abandono del campo que resultará en rompimiento del tejido social, así como con la interrupción de la economía del campo, especialmente en un momento en que el bienestar de éste es todavía más importante para combatir la pobreza y erradicar la violencia estructural que gran número de comunidades enfrentan, debido, entre otras razones, al fortalecimiento del crimen organizado.
GRACIELA LÓPEZ/CUARTOSCURO