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manifiesto

débil

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Transitar al borde de lo disciplinar continúa siendo una práctica estimulante para quienes desde la Facultad de Arquitectura de Montevideo soñamos MAPEO periódicamente.

Es que en ese trayecto se desencadenan infinidad de fuerzas gravitatorias que nos desplazan hacia mundos que no intuíamos y casi sin darnos cuenta nos alejamos lo suficiente de nuestra órbita como para que ya poco nos pese el mundo en torno al cual no parábamos de girar.


Danzka Taller. Patrocinador oficial de Mapeo#8.


... As铆 surge la propuesta de HARTO-MAPEO, una colaboraci贸n sin茅rgica que se despliega desde una tangencia que fugazmente se vuelve fusi贸n. HARTO-MAPEO celebra ese encuentro fortuito ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~


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Detalles

Cámara 1

RESILIENTE URBANO. El débil despliega sus estratégias de supervivencia en las sombras del control legal y social urbano. Frente a los aparatos de captura del poder ellos despliegan la energía y creatividad de sus máquinas deseantes. La ciudad va modificando en el tiempo no sólo sus estructuras físicas sino también sus estructuras de poder.

oportunidades igualitarias para sus integrantes además de su infinita capacidad de segregación. La ciudad marginal desnuda lo fértil que es la reproducción de códigos de aislamiento cuando están debidamente “regados” por prejuicios y miedos. No ha habido innovación en el abordaje de esta problemática. Se intenta disimular o esconder su debilidad, en definitiva aún entendida como vergonzante. Comprender que en la aparente debilidad de la ciudad marginal anida la potencia subversiva de la lectura de la realidad y su radical adaptación a ella sin mediar juicio de valor es un buen punto de partida para volver a mirar, con humildad, la ciudad de los otros.

“DÉBIL: error de archivo” es a la vez duelo de la ilusión de control y celebración de la debilidad de las instituciones a la hora de definir las prácticas éticas y estéticas en las ciudades. Es el manifiesto deseo de que la disciplina arquitectónica sea capaz de despojarse una vez más de sus pesados trastos en favor de la desnudez del resiliente. Es el intento de alterar el archivo en favor del débil y sus estratégias de supervivencia en las sombras del control urbano. Es, en definitiva, disfrutar de la ambigüedad de estar dentro pero por fuera de las instituciones. En los parámetros culturales contemporáneos la debilidad es sinónimo de poco valor en su doble sentido de poca valentía y poca apreciación. Ser débil es, como en las primitivas sociedades de cazadores, un factor vergonzante. La ciudad y el uso del territorio no es ajena a ello. En la ciudad informal las herramientas del urbanismo se vuelven infinitamente débiles hasta desaparecer. Los nodos expansivos de hábitat no legal materializan la incapacidad de la sociedad de generar

“La insolencia que proviene de la posición inferior es efectiva cuando su empuje expresa energías reales. Ésta tiene que encarnar concientemente su fuerza y crear serenamente una realidad que, en todo caso, se pueda combatir pero no negar. Cuando el esclavo descontento coge jovialmente del brazo a su señor, hace presentir la fuerza que tendría su revuelta” SLOTERDIJK, Peter. Crítica de la razón cínica. Ediciones Siruela, Madrid 2007. Pag. 188 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Cámara 2


Pan Óptico___7

Montaje

Instalación de panes 1 dia antes de la inaguración

Muestra

Instalación de panes varios días después de la inaguración

ciudad débil

pan óptico

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Pensar un montaje en el Espacio Arte Contemporáneo (ex cárcel de Miguelete), para la intervención uruguaya en el proyecto Post-it city, curada por el catalán Martí Perán, se transformó con naturalidad en una reflexión sobre la distancia existente entre las prácticas institucionales y profanas de la cultura contemporánea. En la ex cárcel de Miguelete una frágil membrana transparente separa ambos mundos. Uno es percibido desde el otro a pesar de la aparente diferencia. Ninguno reacciona ante la existencia de un espacio que no domina. La nave de la vieja cárcel reciclada en museo vigila y es a la vez archivo del arte contemporáneo. Más allá —pero visible desde la sala— la vieja cárcel es entraña exhibida. La habitan

palomas, gorriones, gatos, perros y algunas ratas. Objetos en desuso y desechos se agolpan en las mismas celdas que del otro lado concentran “arte”. Esa entraña de la ciudad débil es la que queremos develar desde el museo. Así surge la idea de la “ciudad de pan” que construimos con los estudiantes de anteproyecto I II y III del Taller Danza 2010 para deleite de quienes habitan más allá del museo, para que ellos la degusten y en su placer la cambien hasta desaparecerla.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ PRODUCCIÓN GENERAL Marcelo Danza y Miguel Fascioli La Usina de Arquitectura / Taller Danza (Farq, UDELAR) Interferencias: Brian Mckern, Daniel Argente y Amaral García. Ximena Villetaur y Laura Acosta. AGRADECIMIENTOS Martí Perán, Fernando Sicco, Eugenia González y Guillermo Sierra. Anael García. Pablo Brugnoli, Paola Salaberri, Pío Torroja, Adriana Vazquez, Pedro Sales, José Fascioli, Germán Valenzuela y la Pachi. A las palomas y demás habitantes aún insospechados de la ciudad de pan.


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El mapa de SURamérica que acompaña este texto fue elaborado por Elisa Dublanc basado en el Dimaxion Map de Buckmister Fuller

CIUDAD SUR(1 PARTE) a

* Este artículo se origina en la participación que tuve en el seminario “Archivos Urbanos” realizado por el Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile (octubre 2009). Temática que posteriormente profundicé en la conferencia “Ciudad Sur”, en el marco del programa “Próximo Futuro” en la Fundación Gulbenkian, Lisboa, Portugal (junio 2010). En el desarrollo de este texto colaboraron: Carolina Olmedo en la investigación y Renato Bernasconi en la edición.

txt. Pablo Brugnoli / SPAMarq Problemáticas en torno a la ciudad SURamericana En SURamérica se constata, hacia fines de los años noventa, una crisis de integración entre viejas y nuevas formas económicas. Este escenario se expresará en contradicciones culturales con vida material en la ciudad: integración y exclusión social, estilos de vida rural y urbano, cosmovisiones indígenas y occidentales, sincretismos culturales e imaginarios locales, etc. Estas contradicciones irresolutas tras el fin de las dictaduras militares y elitistas sustentan las luchas políticas emergentes, que hacia comienzos del siglo XXI harán estallar la institucionalidad construida por los grupos dominantes en pos de un equilibrio ficticio. La ciudad es el lugar productivo por excelencia de estas nuevas formas dominantes de economía. Desplegando este conflicto, se hace visible la urgencia y oportunidad de un debate sobre el uso de lo urbano, su disposición y vocación. Estas condiciones facilitan que el debate gire en torno a un concepto de ciudad de mayor subjetividad y comprensión. Observamos tres características generales en el desarrollo finisecular de la ciudad SURamericana. En primer lugar, dicha ciudad tiene un poblamiento mucho más tardío que la europea. Con la excepción de Buenos Aires y algunas ciudades brasileñas, como Río de Janeiro y San Pablo, los intentos serios de desarrollo industrial SURamericano son propios del siglo XX. En la mayoría de los casos, no hay ritmo sino hasta bien entrada la segunda mitad de la centuria, lo que retrasa la aparición de los fenómenos propios de una urbe. Recién hacia finales de la década del sesenta, con las reformas agrarias y el fin del patrón clásico de producción agrícola (que perduraba desde la colonia), se genera la necesidad de migrar del campo a la ciudad.

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Ciudad Sur___9 Por otra parte, hacia fines del siglo XX y en respuesta a las nuevas economías de concentración metropolitana, las ciudades SURamericanas se vuelven enormes. Su poblamiento se da en las periferias, siempre fuera del control del Estado y superando, en densidad, a la mayoría de las ciudades del hemisferio norte. Por último, como tercera característica general del desarrollo de la ciudad SURamericana, tenemos un espacio que reproduce las dinámicas del campo. La apropiación del espacio construido hace que la ciudad recobre colores y formas rurales. A la vez, el espacio de lo salvaje, el de los mitos, recobra nuevo sentido. El riesgo siempre se presenta más allá de los límites de lo conocido: ahora la selva o el bosque son los barrios marginales. En lugar de criaturas salvajes y chamanes, ahora hay delincuentes y narcos. El paradigma de la ciudad SURamericana es sustanciamente diferente del europeo. Mientras allá impera el orden y la estética cuidada, con una alta presencia del Estado y sus instituciones en toda la extensión del territorio, SURmérica reproduce el salvajismo de su origen premoderno y la violencia de la dominación colonial. Las migraciones reproducen lo rural en lo urbano y hacen emerger lo salvaje en medio de la institucionalidad. Los migrantes suelen venir del campo o de ciudades con lógicas rurales. Construyen lo que Martín Barbero denomina “cultura del rebusque que devuelve la vigencia a viejas formas de supervivencia rural, que vienen a insertar, en los aprendizajes y apropiaciones de la modernidad urbana, saberes y relatos, sentires y temporalidades fuertemente rurales”1. De esta manera se produce un espacio heterotópico, que sería un “espacio de juegos”, un centro urbano en constante movimiento de sentidos2. El debate en torno a qué ciudad se construye, cómo se construye y para qué o quiénes se construye, siempre será abordado en caliente, cruzándose con las tomas de terreno, la aparición de villas miseria, el crecimiento descontrolado de favelas, etc. Estos sucesos hacen que las antiguas fronteras coloniales sean ahora murallas para encerrar barrios de clase. Este fenómeno, conocido como “colonialismo interno” en el debate urbanístico de mediados de siglo, consiste en que las élites comerciantes (dependientes de las élites centrales a nivel mundial) determinaban los ritmos y orden de la ciudad en pos de su propia acumulación (hoy, más allá de la acumulación, el conflicto ha suscitado la dialéctica institución – margen). Este debate tendrá ejemplos interesantes como Brasilia, ciudad que presentará un doble opuesto al caos descrito, en tanto busca resolverlo con un orden planificado y democrático. Brasilia representa a la ciudad que sólo puede ser una. A través de su negación exhibe el problema metropolitano del subcontinente. La lógica interna del modelo SURamericano de ciudad, revela que la presencia de los aparatos del Estado es siempre débil, incluso insuficiente en la mayor parte de los casos: su presencia está constantemente amenazada en el espacio público urbano. La degradación del Estado en SURamérica tras el auge de los experimentos neoliberales de la década del ochenta, generó hacia fines de los noventa un estado generalizado de precariedad que se acentuó notablemente debido a la catástrofe financiera conocida como Crisis Asiática. Este escenario se caracterizó por la pobreza masiva, la marginalidad del componente indígena en integración, la desregulación y autonomía de la empresa privada para explotar recursos naturales, la baja calidad de los servicios públicos (sometidos a las lógicas de mercado), la pérdida de legitimidad de la clase política que emergió tras el fin de las dictaduras y el sobrepoblamiento de las ciudades. Así, los márgenes no están geográficamente delimitados. En un instante, cualquier espacio institucional puede, por descuido, transformarse en periferia. Por consiguiente, todo lugar tiene una doble dimensión de institución y margen: los aparatos institucionales, privados o del Estado, tienden a la corrupción y sustentan un sistema policial que reprime cualquier delito. La metrópolis SURamericana sitúa, como tema central de su ciudadanía, la relación dialéctica de margen e institución: seguridad social, ordenamiento interno, demanda de habitación, segregación de clases, etc.

La crisis del Estado se expresa en la crisis de la ciudad y el descontento del habitante, que reclama mayor integración, en especial si subsiste mal integrado desde la periferia. Durante los años noventa esta situación sentará las bases de un conflicto que empieza a ocupar todos los espacios de debate: la inevitable confrontación provocada por la incapacidad de dominio (de relación) entre pueblo, Estado (o clase política) y capital privado.

Las ciudades SURamericanas han sufrido enormes transformaciones en las últimas décadas por el cambio de patrón productivo, que las ha convertido en metrópolis de la periferia. El cambio contiene una tensión dialéctica y de categorías móviles entre márgenes e institución: “imaginamos las ciudades en zonas conocidas. Atravesamos en una megalópolis ciertas zonas para ir a trabajar, a estudiar, a consumir, pero la mayor parte de la ciudad la desconocemos”3.

En este escenario, la sociedad se apropia de su espacio público para satisfacer las necesidades de reproducción material de la vida, así como de bienestar y autonomía. Apropiación que se manifiesta en muy diversos movimientos sociales de carácter reivindicativo y gremial. El despliegue territorial de estos movimientos transforma irreversiblemente las relaciones (sociales y de clase) en lo urbano. También modifica las relaciones de poder con los sujetos subalternos de los colectivos organizados.

Aunque sus calles tienen sobre uso por los excesos que ofrece (de población, de funciones, etc.), la ciudad SURamericana permanece desconocida por su estado permanente de caos y crecimiento4. Aunque esta trans-ciudad sea un espacio mayormente desconocido, persiste la ilusión de conocimiento en la posibilidad de apropiarse del espacio. La apropiación SURamericana hace más impredecible la ciudad.

La manifestación cotidiana y casi espontánea de este proceso es la confrontación entre las viejas lógicas sociales del antiguo modelo productivo SURamericano (como las ferias y el comercio ambulante), y las nuevas iniciativas de mercado, avasalladoras y con amplio despliegue territorial y simbólico. El asambleísmo barrial en Argentina o Bolivia hace que la ciudad inmediata se vuelva un territorio empoderado y en conflicto con la gran empresa privada y las necesidades de dominio del aparato burocrático del Estado. Estos procesos ascendentes terminaron en conflicto inevitable cuando la Crisis Asiática colapsó las estructuras de poder del tempranamente viejo Estado posdictatorial, lo que a su vez terminó por reformar de manera transversal las formas de vida en las ciudades del continente. Entre 1998 y mediados de la última década, SURamérica será testigo del desbaratamiento de la vieja clase política. En 1998, en Venezuela asciende al poder Hugo Chávez (con amplio apoyo de sectores marginales de Caracas, como la población “23 de enero”). En diciembre de 2001, en Argentina cae el gobierno de De la Rua. Lo derriba un alzamiento popular urbano de proporciones, identificado con las capas medias pauperizadas y muy organizadas barrialmente. En Bolivia, el establecimiento de redes participativas entre ciudades empodera al MAS de Evo Morales, candidato de las ciudades mineras, agrarias e indígenas, que enfrentará con éxito a las ciudades blancas y comerciantes de la llamada “media luna”. En Brasil, el proletariado urbano, en alianza con las capas medias ilustradas, logra por fin que PT de Lula llegue poder, arrebatándole la hegemonía al norte agroganadero (mientras, el MST continúa su lucha de recuperación y control autónomo de tierras en estas regiones). En Chile, la secularización y el aumento de población en los centros urbanos genera una enorme franja proletarizada de grupos medios en ascenso que sustentarán electoralmente el progresismo liberal de Ricardo Lagos hacia fines de los años noventa. Todo esto, en el marco de una crisis económica que tendrá como principales efectos la crítica al dogma neoliberal, la demanda de orden y seguridad social al Estado y la explosión del debate sobre la integración de los márgenes.

García Canclini propone metodologías para analizar las interdependencias entre los distintos grupos y clases sociales. Sostiene que “existe una correspondencia entre la necesidad de utilizar procedimientos cuantitativos y cualitativos en la investigación, que capten las distintas densidades de las interacciones urbanas y, al mismo tiempo, en el nivel de las políticas proceder con relación a las dos dimensiones, los comportamientos y lo simbólico”5. Más allá de las discusiones sobre el abordaje científico, necesitamos una mirada más densa al despliegue intersubjetivo en la ciudad. Lo que en palabras de Deleuze y Guattari sería el desplazamiento mental definitivo del límite físico de la ciudad a la frontera de su representación, “al interior de la propia formación social” 6. Esta densidad impulsaría una nueva manera de ser actor: desde espacios locales globalmente interconectados, con diversas experiencias, percepciones y modos de representación de la vida social7. La ciudadanía es consciente de la ampliación de los límites a partir de la relación que establece con su espacio de desarrollo y la representación-concepto de éste. Estas sociedades “glocales” integran experiencias populares ligadas a una memoria regional y reivindican las formas cotidianas a través de su reconocimiento y contraste con otras realidades8. En este punto, autores como Josep Muntañola retoman la propuesta localista de Frampton y Saldarriaga Roa para definir el territorio como el espacio de convergencia de la tríada Sujeto, Lugar e Historia9.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ Pablo Brugnoli Es arquitecto, director de SPAM_arq y editor de la revista Materia. Fue el coordinador de la itinerancia por latinoamérica de la muestra post-it city: ciudades ocasionales. Ha organizado desde SPAM numerosas actividades casi siempre enfocadas a reflexionar sobre la ciudad y su espacio público. Durante la última década ha sido invitado a dar conferencias en diferentes universidades de toda latinoamerica y europa.

El espacio marginal de la selva o del mundo andino, tan propio del anterior período de ascenso popular, será reemplazado como escenario de lucha y construcción por la ciudad nueva, la metrópolis SURamericana. La discusión sobre qué sociedad se construye se confundirá con el debate sobre el rol de la ciudad, y estará marcada por la integración, las relaciones de clase y los métodos para conseguir que la institución deje la guerra contra el margen y comience un fructífero diálogo con él. 1 MARTIN-BARBERO, Jesús; “Oficio de Cartógrafo”, en: Travesías latinoamericanas de la Comunicación de la Cultura, México, FCE, 2002, p. 288. Citado en POO Ximena; “Itinerarios de Comunicación transnacional”, en: POO Ximena / STREFF Judith (ed.), Mutaciones de lo Colectivo. Desafíos de Integración. Actas de la tercera Escuela Chile — Francia, Cátedra Michel Foucault, Santiago, ICEI Universidad de Chile, 2009, p. 80. 2 Ibid, p. 82. 3 GARCIA CANCLINI, Néstor; “Diálogos con Néstor García Canclini”, Entrevista de Alicia Lindan, EURE (Santiago), v. 33, n. 99, 27 ago. 2007, p. 89-99, p. 90. 4 GARCIA CANCLINI, Néstor; Consumidores y ciudadanos: conflictos multiculturales de la globalización, México, Grijalbo, 1995, p 100. 5 Op. cit., Diálogos...Ibidem. 6 La cita de Deleuze y Guattari presentada coincide en varios puntos con la apreciación de García Canclini en relación a las cualidades del “nuevo” sujeto (en este caso latinoamericano) y del espacio en el que se desarrolla, guardando las distancias entre los objetivos de uno y otro texto: “Hemos visto que la producción deseante era el límite de la producción social, siempre contrariada en la producción capitalista: el cuerpo sin órganos en el límite del socius desterritorializado, el desierto en las puertas de la ciudad... Pero precisamente es urgente, es esencial, que el límite sea desplazado, se vuelva inofensivo y pase al interior de la propia formación social.” En: Deleuze, Gilles; GUATTARI, Félix, El Anti-Edipo: Capitalismo y Esquizofrenia, Madrid, Editorial Paidos, 2004, p. 107. 7 SALAZAR, Gabriel; PINTO, Julio; Historia Contemporánea de Chile, LOM, Santiago de Chile, 1999, p. 94. 8 Ibid, p. 95. 9 MUNTAÑOLA THORNBERG, Josep.Topogénesis, Fundamentos de una nueva arquitectura, Collección Arquitext 11, edición de la Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España. 2000.


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txt. Lucía Fernandez Img. 1 Montmartre a fines del Siglo XIX

El encuentro fortuito entre la Nariz del Rey y los Espacios de “Malolor” *

* El presente artículo es un extracto adaptado al español y para Mapeo de la tesis de Maestría en Arquitectura opción Investigación de la Ecole Supérieur d’Architecture de Grenoble, Francia (en curso de finalización).

“La aproximación de dos (o más) elementos aparentemente extraños entre si en un plano ajeno a ellos mismos provoca las explosiones poéticas más intensas. Innumerables experimentos individuales y colectivos [...] demostraron la utilidad de este procedimiento.”1 Isidore Ducasse, mejor conocido como el Conde de Lautreamont nació en Montevideo en 1846, pero emigró a París en 1859 donde murió a la edad de 24 años en su domicilio de la calle Faubourg, no.7 en el barrio Montmartre. En el París de hoy día, se puede asociar al barrio Montmartre con la archivisitada Iglesia del Sagrado Corazón, o los artistas callejeros que pintan cuadros dignos de los turistas que los compran, o el mismísimo Espacio de Exposición Salvador Dalí; sin embargo, el término Faubourg proviene del francés antiguo y significa “Suburbio”, por lo que la invitación es a conocer quienes eran algunos de los vecinos próximos a la casa de Isidore Ducasse en ese entonces, y extrapolar sus posibles semejanzas con los contemporaneos montevideanos.

Paréntesis: es de esos “espacios otros” 2 que quiero hablar a continuación Los Cantegriles3 en La arquitectura de la supervivencia, Yonna Friedman, 1978. Los cantegriles son, de un cierto punto de vista y en un mundo que se desliza hacia una pobreza generalizada, « los ateliers del avenir », (…) Las personas que viven en esas condiciones de pobreza son quienes inventan las nuevas técnicas de supervivencia… El desempleado se transforma rápidamente en « campesino urbano » y se inventa tarde o temprano una ocupación marginal, útil a su comunidad. Del desempleo al bricolage, del bricolage al artesanato, no hay ni un paso entre ellos para su evolución natural. Los espacios libres del cantegril son pequeñas superficies reservadas a la producción de alimentos: plantas y animales, donde cada familia cuenta con su espacio rural… La agricultura urbana, totalmente negada por el urbanismo moderno y sus ciudades ricas, puede renacer… Son esas las actitudes que están apareciendo, pero para transformar lo que creíamos de “mal”, en “bien”, debemos desembarazarnos de los condicionamientos que hemos adquirido. Se entienden que en rasgos generales, el pensamiento arquitectónico y urbanístico que atraviesa todas las líneas de actuación estatales desde los años 60 a la fecha, es similar en un punto: el territorio espontáneo, llamado de cantegriles, asentamiento irregular o informal, es visto en todos los casos como un problema a solucionar, eliminar, erradicar, pero en

1 http://www.historiadelarte.us/pintores/surrealismo/ surrealismo-encuentro-fortuito-de-una-maquina-de-coser-y-unparaguas-en-una-mesa-de-diseccion.html . Acceso agosto/09 2 Michel Foucault, « Des Espaces Autres, Heterotopies », Paris, 1967. 3 El termino original: « Les Bidonvilles”, usado por Yonna Friedman en su libro L’architecture de survie, une philosophie de la pauvreté, refiere al empleado en Uruguay en la década del los 60 y 70 para nombrar lo que hoy conocemos como « asentamientos irregulares » u « asentamientos informales » lo que en criollo histórico de hace 3 décadas no es mucho mas que « cantegriles ».


El encuentro fortuito entre la Nariz del Rey y los Espacios de “Malolor”___11 ningún caso se analizan o estudian como parte del proceso los aportes que realizan sus habitantes a la ciudad en cuanto a contribuciones de índole económica y medioambiental. No existen al momento, análisis estadísticos realizados sobre la incidencia de las actividades económicas realizadas en los territorios espontáneos a la economía formal y al funcionamiento de la ciudad. Si se conocen las estadísticas sobre violencia y miedo generado por estos territorios, pero en cuanto a sus aportes en positivo, no se sabe a ciencia cierta, ¿de qué viven sus habitantes? ¿Cómo sobreviven? ¿Es que todos se dedican a robarle a los demás habitantes? (Común respuesta cuando se le pregunta a algunos montevideanos) ¿Será que existen actividades a potencializar? El Uruguay contemporáneo sigue en cierta medida respondiendo al esquema de la mentalidad moderna, la cual nació con la idea de que el mundo puede ser transformado « La modernidad hace referencia al rechazo del mundo tal como estuvo hasta ahora, y la decisión de transformarlo. La manera de ser moderno consiste en un cambio compulsivo y obsesivo : el rechazo de lo que meramente “es”, en nombre de lo que podría (y en el mismo sentido debería) ser puesto en su lugar »4. La alusión implícita a la idea de “revolucionar” lo existente, transformarlo de raíz, extirpar lo que esta por lo que debería estar, nos atraviesa hasta hoy en muchos sentidos disciplinares, y el caso de proponer parques urbanos en lugar de territorios espontáneos donde se clasifican residuos -entre otras prácticas- es quizá de los más visibles. Parecería ser que como arquitectos, intentamos transformar las cosas que no son « bellas », o mismo aquellas que no son como las hubiésemos imaginado. En esta ocasión, y recordando el intenso culto al “mal” que el Conde desarrollo en sus pocos años de vida, quisiera hablar de esos espacios de “mal olor”, de esos territorios para nada bellos si se miran con los mismos lentes del cuervo5 que todos llevamos en algún lugar dentro nuestro. Sin la mínima intención de perfumarlos, sino de aprender lo que sucede al interior de ellos, quienes viven, a que se dedican, como se llaman, y sobre todo, como construyen sus territorios.

La Zona sin ley alimenta todas las fantasías6 Los primeros años de vida del entonces Isidore Ducasse lo

encontraron en un Montevideo en Plena Guerra Grande, donde existía por un lado, una ciudad “defensiva” dentro de las antiguas murallas (gobernada por el General Rivera) y otra ciudad gobernada por Manuel Uribe, fuera de las murallas, con base administrativa en el Cerrito de Montevideo, y la instalación de varios barrios satélites y distantes entre si que conformaban lo que algunos llaman de “ciudad dispersa”. Curiosamente, la ciudad de París por esos mismos años, previos a la construcción de la nueva muralla de Thiers (finalizada en 1845) tenía una configuración similar: un centro fortificado y antiguo, y una conformación periférica dispersa, formada por varios núcleos poblados, distantes entre si. La Construcción de la muralla de Thiers, configuró un nuevo París rodeado por 34 kilómetros de muralla, con un espesor por razones defensivas y a manera de fosa “non aedificandi” de 250 metros de ancho7. Sin embargo, este nuevo límite espeso, dió lugar a que la populación expulsada del París de Haussman, y todas las actividades imaginables que no tenían sitio en la ciudad de “la higiene” (Prostíbulos, cantinas, ferias de reventa-comercio de 2da mano-, cría de animales, clasificación de residuos, etc.) encontraron sus espacios para habitar durante 70 años, en este espesor que se denomino “La Zone”. Sus habitantes fueron llamados de “Zoniers” y suscitaron historias de las más asombrosas provenientes en su mayoría del miedo de los parisinos “insiders” hacia aquellos de fuera de murallas, así como también fueron objeto de seducción y admiración por pensadores artistas y escritores de la época como Emile Zola, Blaise Cendrars, o Charles Baudelaire. Así como delimito un nuevo afuera en la ciudad, también anexó en 1860, como nuevos barrios parisinos, a las antiguas “villas” de Montmartre, Belleville, o La Villete; por lo que solamente 1/3 de los chiffonniers se quedarían durante algunos años más de vecinos del antiguo barrio de Isidore, mientras 2/3 de ellos fueron expulsados mediante las demoliciones y el nuevo valor del suelo parisino (siempre en alza hasta hoy), a las comunas de Clichy, Vanves, Pantin y Sant Ouen.8 Los pretextos para realojar a esta población, estuvieron sustentados por varios “estudios sobre la higiene”, comandados por el Doctor Du Mesnil, íntimo amigo por cierto del Baron de Haussman. Así, luego de describir en detalle las “terribles condiciones sanitarias” en las que habitaba esta “pobre gente” (su

4 Zygmunt Bauman, Vies Perdues: la modernité et ses exclus, Paris, 2004, P.49. 5 Le Corbusier para los que tienen la suerte de no saberlo

7 Idem, p.22

6 Kamoun, Le cochon qui demenage, Paris, 2000, p.24

8 Georges, Renault, Les Rois du Ruisseau, Paris, 1900.

libro se llamaba de hecho “La Habitación del Pobre”) los mismos fueron llevados a las afueras de la ciudad, ante las promesas de mejores viviendas y otra calidad de vida. Lo cierto es que la autoconstrucción con materiales provenientes de desechos, o bien el inquilinato en nuevas construcciones a precios tan elevados como los que solían pagar en el XIII o X arrondissement (barrios ricos de Paris), se transformaron en la nueva realidad de “los zoniers” todo temporal, pero durable! comentaba Kamoun en su libro haciendo referencia a los materiales recuperados que utilizaban los chiffonniers para construir sus viviendas de la Zone: chapas, madera, piedra, azulejos, yeso, papel con alquitrán y cartón, son casas de recuperación. Lo cierto es que en ese espesor construyeron unas 7000 cabañas de chapa, unas 3000 construcciones precarias o remolques tipo casa rodante antigua, así como 295 “casas de relaciones” (prostíbulos, en criollo)9. Para 1883, existían en París un estimado de 6000 chiffonniers según el censo oficial de y de 25000 según las estimaciones sindicales, los que recogían unas 91 400 toneladas de materiales al año, ahorrando a la ciudad el equivalente a 600.000 francos en aquel entonces (estimando el valor de recolección, y evacuación de 6.5 francos la tonelada)10. Por supuesto que al momento de modernizar el sistema de colecta y privatizarlo con nuevas empresas de recogida, los chiffonniers comenzaron a verse desplazados no solo de sus viviendas por las razones ya planteadas, sino tamben de sus territorios de trabajo. El hábitat de estas familias, dispersas por la ciudad, conviviendo en un París heteróclito, se transformó rápidamente luego del fenómeno de expulsión del centro parisino, en un hábitat compacto, fuertemente individualizado y en las afueras, que conformo ciudades enteras de chiffonniers como la Cité Saint Germain o la Cité Foucault. Esta última ciudad, se llamo también “la mujer en pantalones” pues Madame Foucault se encargo de romper las normas de la época y pasearse por París en pantalones y gorro, por lo que fue denominada entre otras cosas, de travesti, y acabo con su pequeña fortuna viviendo en “La Zone”, y alquilándole sus propiedades a los chiffonniers que venían a vivir y clasificar los residuos recolectados y pagándole el alquiler semanal a Madame Foucault.

100 años después, Michel Foucault en sus “Espacios Otros”, hablaba en su primer principio de Heterotopias, de las llamadas “heterotopias de crisis”, es decir, donde existían en las sociedades llamadas “primitivas”, ciertos lugares privilegiados, sagrados, o prohibidos, reservados a aquellos individuos que se encontrasen en relación a la sociedad y al medio humano donde vivían, en estado de crisis; por ejemplo los adolescentes, las mujeres en el periodo de regla o durante el parto, los viejos, etc. Sin embargo, Foucault planteaba que esas heterotopias de crisis de las antiguas sociedades estaban desapareciendo, y siendo suplantadas por “heterotopias de desviación”, es decir, esos espacios donde se ubican los individuos cuyo comportamiento se desvía en relación al medio o a la norma exigida. Los ejemplos que Foucault proponía hace 42 años, eran las clínicas psiquiátricas, las cárceles, y hasta las residencias para la tercera edad. Yo me atrevería a agregar, y en honor a la Ciudad de Mme Foucault, a los territorios espontáneos, es decir cantegriles, asentamientos irregulares, villas miseria, favelas, etc., como las heterotopias de desviación del nuevo siglo XXI, y donde sus habitantes dedicados a vivir de los restos de la ciudad son sus principales protagonistas. “El CHIFFONNIER tenia todas las características de un salvaje moderno, reencontrando en plena civilización urbana, los instintos y el modo de vida de nuestros antepasados los depredadores”11.

Img. 2: foto aérea del Asentamiento 25 de Agosto, año 2004 y luego de su erradicación, año 2007

Img. 3 Mapa de Paris al 1834, donde Montmartre era un suburbio Parisino fuera de la Muralla, y se encontraba a escasos metros de Clignancourt, conocida como la “Ciudad de los Chiffonniers” y Plano de Montevideo al momento de la Guerra Grande, 1846, con sus núcleos poblados discontinuos, fuera del Montevideo antiguo, conocidos como La Unión, Paso Molino, Cerrito de la Victoria, etc

El 4to principio de las Heterotopias, esta vinculado a los cortes temporales denominados de “heterocronias”, donde los individuos se encontrarían en una especie de ruptura absoluta con su tiempo tradicional. En el Montevideo del Siglo XXI, los carros a caballo utilizados como medio de transporte convencional en la era pre-fordista, son además de una especie de heterocronia, una clara constatación de la ilusión del progreso técnico y económico; así como un buen ejemplo de modernidad son sus intentos compulsivos de trasformarlos en vehículos a motor o desaparecerlos del centro de la ciudad. En ese sentido, han sido innumerables los intentos de controlar a esta población que se desplaza a tracción animal, donde las normas de transito municipales, hasta veterinarias defensoras de animales, han querido por todos los medios eliminar la circulación de estos vehículos por las calles Montevideanas. El caso más remarcable fue quizás durante los primeros arribos de turistas en cruceros al puerto de Montevideo, donde las autoridades horrorizadas pensaron soluciones para prohibir el acceso a la ciudad vieja, proponiendo la entrega de vehículos motorizados a un grupo de recicladores, o bien una mas curiosa, realizar la recolección de los materiales reciclables por un camión, que pudiese ser monitoreado por los clasificadores

9 Kamoun, p.24 10 Fontaine A, L ‘Industrie du chiffon à Paris, Paris,1903.p.75 11 Alain Faure, Classe malpropre, classe dangereuse ? extraido de la Revista Recherches, n° 29 : «L’haleine des faubourgs», 1977, p. 79-102.


12___harto___mapeo ( o sea seguido de atrás) hasta la entrega de dichos materiales en un sitio alejado del centro y apropiado para su separación (símil a lo que sería una planta de clasificación). Hoy día la quita de carros por las autoridades municipales es algo frecuente desde el año 2007, no por ello repudiada y contestada por la unión sindical de clasificadores de Montevideo por no contar con legislación expresa para esta medida, sino ampararse en calificaciones subjetivas sobre molestias en el transito y olores desagradables en áreas centrales.

Los enemigos de la higiene …evacuar todo a la vez, los desperdicios y los vagabundos : el hedor de la inmundicia y la infección social (Corbin 1982:109 12). Prisioneros, mendigos, indigentes y viejos, eran obligados a recolectar residuos y limpiar las inmundicias alojadas en las calles de Paris, durante el siglo XVIII, como modo de pago por su “deuda con la sociedad”13. Según Corbin (1982:137) los actores municipales en esa época, acordaban sin problema moral alguno, el utilizar los desechos sociales en el proceso de recolección y tratamiento de residuos, calculando la rentabilidad de la inmundicia social y el valor asignado a la basura. En el Montevideo actual, 2650 personas recorren las calles a pie, 3350 en bicicleta y 2800 a caballo, recolectando residuos para ser clasificados luego en sus viviendas y vendidos al mercado espontáneo de reciclaje. Su capacidad de carga equivale a la recolección de todos los residuos generados en Montevideo, pero su recolección real se estima en 684 toneladas por día (77 Kg. promedio por clasificador)14. 394 de esas toneladas recogidas se transforman en material reciclables, que son ingresados luego de ser previamente clasificados, a una cadena de compradores intermediarios entre este primer eslabón de la cadena de reciclaje y el industrial que procesa y transforma nuevamente el residuo en materia prima, y esta materia prima en nuevo producto. Es

así que estas aprox. 400 toneladas de materiales reciclables son desviadas de manera espontánea por más de 10 000 personas, de lo que seria su destino formal de disposición final en un vertedero municipal a cielo abierto, en las calles Felipe Cardozo y Oncativo. Se genera así un ahorro, considerando solo el costo de enterramiento de 6 USD por tonelada y el costo de recolección estimado de 59 USD la tonelada15, de 26200 USD diarios, pero que al superponerse al actual sistema (es decir camiones y carros recorren las mismas calles y recogen de los mismos contenedores) no genera ahorro sino mas bien una inversión casi injustificable. A diferencia de los cálculos realizados doscientos años atrás en Francia, hoy día las intenciones de que estas personas tengan otro tipo de actividad de supervivencia, es deseo de los gobiernos municipales así como de gran parte de la población, donde los costos ahorrados por esta labor gratuita así como sus impactos económicos16 y medioambientales no son considerados sino que la estética de la ciudad y el orden priman sobre el resto. Estas personas no habitan un espesor extra muros como lo hicieron sus correlativos parisinos un siglo atrás, pero se encuentran en su gran mayoría habitando otro espesor “non aedificandi” montevideano, como son las riberas de los cauces de agua, bañados, o sea, zonas potencialmente inundables, o bien terrenos propiedad del estado, potencialmente ocupables. Por dedicarse a esta actividad de manejo de residuos en sus propios hogares, los que según censo oficial llegan a ser unas 4407 viviendas17 las que operan hoy día como dispositivos de clasificado artesanal y familiar, realizando la separación primaria que nosotros, habitantes de la ciudad “formal”, no realizamos. Es así, que por contar con materiales orgánicos, y deshechos de todo tipo mezclados como parte del material recolectado, sus condiciones de higiene no son las más adecuadas, lo que ha sido pretexto de realocación en algunos casos fundamentado para construir nuevos barrios donde puedan vivir “dignamente”. Sin embargo, la no consideración de esta actividad como labor

15 Ídem, p.267, donde se expresan el costo promedio de tonelada recogida a través de Convenios con ONGs a 59,40 USD 12 Alain Corbin, Le miasme et la jonquille: L’odorat et l’imaginaire social, XVIIIe-XIXe siècles, Paris, 1982. 13 Gerard Bertolini,p. 37, Le marché des ordures, Paris, 1990. 14 Un clasificador a caballo tiene una capacidad de carga de 245kg diarios, un clasificador en bicicleta 44kg, y uno a pie 84kg. Valores extraídos de OPP- Plan Director de Residuos Sólidos de Montevideo y Área Metropolitana, Anexo Residuos Sólidos(LKSUR, noviembre 2004, p.74)

16 La industria del reciclaje en Uruguay representa un ingreso de 12.723.500 USD, donde por supuesto lo percibido por los clasificadores es un ínfimo porcentaje. En Estudio de Mercado: Materiales Reciclables de Residuos Sólidos Urbanos (P. Barrenechea - 2003) 17 Ministerio de Desarrollo Social, Tirando del carro :clasificadoras y clasificadores: viviendo de la basura o trabajando con residuos, Montevideo, 2006, p.24

cotidiana, con sus consecuentes externalidades espaciales, ha generado que muchos vuelvan a ocupar otros terrenos donde desplegar sus tareas tranquilamente.18 El caso más reciente y quizá más exitoso, es el de la antigua Villa El Chancho donde una veintena de familias se asentaban sobre capas acumuladas de residuos, conformando un nuevo suelo artificial sobre la zona ocupada originalmente. Como su nombre lo indicaba, estas familias se dedicaban a la cría de cerdos, alimentándolos con restos de desechos orgánicos provenientes de las mencionadas “desviaciones espontáneas” de camiones y volquetas que debían dirigirse al sitio de disposición final oficial. 12 de esas familias, conforman hoy la llamado “COVINUS” (Cooperativa de Vivienda Nuestro Sueño) las cuales fueron realojadas por decisión propia y mediante mecanismos de autoconstrucción de viviendas, a una zona cercana a la antigua villa del Chancho.

La nariz del Rey El mismo Rey Philippe August que mandase construir la primera fortificación de Paris, no podía salir a su ventana del Castillo Real por el olor nauseabundo que había en las calles en 1185. Fue así, que el soberano ordeno pavimentar con asfalto las calles de la ciudad, las cuales se encontraban cubiertas de todo tipo de residuos, objetos putrescibles, heces, etc. 500 años después, el Rey Henri II ordenaba construir los primeros alcantarillados de Paris, a causa de las quejas constantes contra la Municipalidad por “el estado calamitoso de las calles”19 Fue así que en un comienzo la nariz del rey, para luego las presiones políticas contra el gobierno de la ciudad, se trasformaron en elementos desencadenantes de la construcción de esas otras infraestructuras urbanas, en su mayoría invisibles a los ojos de los ciudadanos, como son los recorridos de los efluentes líquidos y materiales sólidos que la ciudad debe deshacerse de. Esos restos, son prácticamente siempre, productores de “malos” olores, y por consecuente, destinados a verse alejados de las habitaciones de los pagadores de impuestos, o sea los “buenos” ciudadanos. Sin embargo, en algún sitio se deben poner nuestros restos, así como los muertos se entierran en los cementerios y nuestros deshechos cotidianos van a parar a los sitios de disposición final. En sus inmediaciones, se encuentran varios territorios espontáneos donde algunos de los clasificadores se dedican a “desviar” de su destino de enterramiento, un porcentaje de esos residuos. Al ser estas actividades realizadas al margen de lo oficialmente permitido y a su vez en el espesor de ilegalidad de estos sitios de jurisprudencia municipal, las mismas cuentan con situaciones ambiguas, donde los que se dedican a clasificar y vender materiales para su reciclado, deben vivir a su vez, al lado de, una montaña de restos no reciclables.

18 Ver Gonzalo Bustillo, Cátedra de Arquitectura y Teoría « Hábitat de la población de clasificadores del Barrio Casabo», donde se analiza en profundidad el territorio de vivienda y trabajo de un clasificador, conformando un total de 190m2, donde 114 son destinados a fines productivos. 19 Gerard Bertolini,p. 20, Le marché des ordures, Paris, 1990 Img. 5 Clasificación de residuos en la Ciudad Foucault o “Mujer en Pantalones”-1886 Img. 4 Chiffonnier placier, chiffonnier chineur, y chiffonnier piqueur, recolectando residuos correspondientemente en carro a caballo, carro de mano, o en cestos de mimbre al hombro

Img. 6 Rambla de Montevideo, 2008.

Img. 7 Mapa del Área Metropolitana de Montevideo con la ubicación de los cerca de 400 territorios espontáneos, donde se ubican solo en Montevideo, 4407 viviendas-dispositivos familiares de clasificado de residuos.


El encuentro fortuito entre la Nariz del Rey y los Espacios de “Malolor”___13 Es decir, si bien son los clasificadores los principales responsables de que se reciclen los residuos en Montevideo, no hay quien se haga cargo de los restos no reciclables que fueron recolectados originalmente, pues no existe separación domiciliaria de residuos y lo que se clasifica esta mezclado en origen.

ciudad. Deberíamos quizá cuestionarnos si todos precisamos la misma respuesta y el mismo tipo de hábitat (sin tomar en cuenta el altísimo costo que esto implica a nivel económico) o si existen diferentes necesidades a ser atendidas y respuestas a ser dadas, que trabajen desde la diferencia como concepto y potencialidad.

Hacia una metamorfosis

De la misma manera de estos arquitectos tan a la moda para nuestro querido Montevideo “siempremirandoaeuropa”, deberíamos aceptar el desafío de agregación y propulsar un esquema de resistencia a las propuestas de tabula rasa o integración “infraestructural” de los territorios espontáneos, a través de una actitud ética y política que potencialice estos espacios donde se habita, sin lugar a dudas, de otra manera a la establecida.

“La revolución es tabula rasa y ruptura. En la metamorfosis sin embargo, están juntas tanto la idea de una transformación radical, como la de una continuación de la identidad.”20

agregación = plus+!

Img. 8 Villa El chancho al 2005, destrucción de Villa El chancho al 2008 y nuevas viviendas de COVINUS al 2010

En el París contemporáneo, los arquitectos Lacaton y Vassal resisten a las propuestas dominantes de demoler modernas unidades de habitación de las periferias parisinas (donde habita la población mayoritariamente inmigrante pero también aquellos ciudadanos franceses de bajos recursos) y en contrapartida nos proponen un plus+ (ajouter) o su equivalente al español “agregar”. Su postura es ante todo una postura ética, donde lo que esta en juego es el costo de una demolición-reconstrucción (oculto bajo el polvo de las explosiones de la tabula rasa) y el cuestionamiento de una real mejora en otro tipo de viviendas prometidas, donde cambia la forma y la apariencia, pero los habitantes siguen siendo los mismos, con sus idénticas condiciones precarias de sustento, además por cierto de costarle al Estado un importante presupuesto millonario que da de comer no solo a los colegas arquitectos franceses pero a las demoledoras y a todo el aparato burocrático. El paradigma montevideano de integración de los llamados “territorios espontáneos” a la ciudad de Montevideo, considera necesaria la generación de las mismas infraestructuras básicas con que cuenta el resto de la zona urbana de la ciudad: saneamiento por caños y redes de bombeo, iluminación y agua provenientes de la misma red, viviendas de materiales similares a los del resto de la ciudad (bloques, ticholos u otros mampuestos de albañilería). El proceso podría llamarse de “democratización de las condiciones materiales de existencia” de los habitantes de la

20 Edgar Morin, junto a Peter Sloterdijk, en Estado de Urgencia, Revista Citizen K Interational, Francia, octubre 2009.

¿Podrían pensarse dispositivos que actúen en el tiempo pero que activen transformaciones previas a una posible “integración” formal a la ciudad? Dispositivos que puedan ser pensados desde una lógica no higienista, ni moderna, ni moralista, sino una que aprenda de los malos olores y proponga una nueva ética que potencialize otros modos de hacer ciudad? ¡En eso estamos!21

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ Lucía Fernandez Estudió arquitectura entre Uruguay y Francia donde recientemente presentó su tesis sobre "dinámicas espontáneas de reciclaje", en uruguay estuvo directamente vinculada a la formación de la UCRUS y formó parte del colectivo mientrastanto, actualmente trabaja para WIEGO (www.wiego.org / www.inclusivecities.org) coordinando actividades globales con recicladores.

CRÉDITOS DE IMÁGENES Img. 1 Kamoun P, Le cochon qui demenage, Paris 2000, pag.19 Img. 2 http://www.imm.gub.uy/ciudadania/informacion-geografica Img. 3 Plano de Paris en: J.L. Cohen, A. Lortie, Des fortifs au Périf - Paris, les seuils de la ville, Paris, 1992. Plano Topografico de la ciudad y cercanias de Montevideo, Agrimensor Pedro Pico, 1846, en Suplemento El Dia, diciembre 1977 No 2304. Img. 4 Paulian Louis , La Hotte du Chiffonnier, Paris, 1910, p.25,29 y 33. Img. 5 Idem, p.57 Img. 6 Fotografía gentileza de Miguel Fascioli Img. 7 Mapa de base: Mientrastanto, 2005; actualizacion PIAI 2009; area Metropolitana a partir de mapa del I.T.U. 2010. Img. 8 Fotografía 2005 de Lucia Fernandez; 2008 y 2010 gentileza de Jorge Meoni. Img. 9 Fotografías de Lucia Fernandez, febrero 2009.

21 Por mas informacion http://issuu.com/basurita

Img. 9 Análisis de un territorio espontáneo, de desviación de residuos para ser reciclados, en las inmediaciones del sitio de disposición final de Montevideo.

Referencias img 9: M: 5362 m2 -restos no reciclables N:280 m2 -viviendas de clasificadores Ñ: 7425 m2 – terreno disponible no ocupado O: 408m2 -cría de cerdos, gallinas, etc. P: 2400 m2 - superficie de trabajo/clasificado

Q: espacio - almacenamiento asociativo R: 18m2 – camión asociativo de recolección S: 952m2 –espacio libre no edificado T: 210 m2 -almacenado de material en bolsones


14___harto___mapeo

Img. 1 Vladimir Tatlin - Monumento a la III Internacional (proyecto - 1917). Tomada de: http://gutierrezcabrero.dpa-etsam.com/wp-content/uploads/2009/11/tatlin_-vladimir-evgrafovich-_1885_1953_.jpg

UtopĂ­as compartidas

Una torre, una casa o una escultura


Una torre, una casa o una escultura___15

txt. Harto_espacio Fue en 1917 que el artista ruso Vladimir Tatlin proyectó el monumento a la Tercera Internacional, mejor conocido como Torre de Tatlin (img.1). Una estructura de acero y vidrio en forma de torre inclinada que es a la vez escultura y edificio. Unos años antes Tatlin había sido encargado por su gobierno la tarea de remplazar los monumentos al Zar con monumentos y esculturas de figuras relevantes a la revolución, al arte y la ciencia. De haberse realizado, la torre de Tatlin habría sido más grande que la torre Eiffel en París (img.2); habría alojado a representantes del gobierno en oficinas giratorias con paredes, piso y techo transparentes; habría tenido una emisora de radio en la cúspide; y habría sido construida en San Petesburgo al borde del río Nevá1. Sin embargo el monumento nunca se construyó. Desde entonces la Torre de Tatlin ha permanecido en la imaginación de muchos artistas recordando por su forma e intención, a la bíblica torre de Babel(img.3), la que a su vez evoca una construcción aún más antigua, el Templo de Marduk en Babilonia(img.4), una torre en forma de zigurat de 7 pisos de altura. Tatlin es recordado como uno de los iniciadores del constructivismo ruso, movimiento artístico que pretendia lograr un cambio radical en la sociedad a través de una total integración entre la política, el arte y la ciencia. Una revolución cultural de tales dimenciones requirió de la invención de una estética radical, que reflejara el idealismo claramente utópico de sus promotores. El monumento a la Tercera Internacional estaba destinado a ser la obra cúspide no solo de Tatlin, sino del constructivismo y de la revolución rusa. El hecho de que la torre no se construyera, se puede ver como un síntoma histórico de la insostenibilidad de la revolución y una premonición de su eventual fracaso. En 1924 el constructivismo, como era entendido por Tatlin y sus colegas, fue gradualmente proscrito por el régimen estalinista, que para esas fechas ya se había cionsolidado como sólo ideología y propaganda. Una y otra vez la historia ha dado cuenta de la insostenibilidad de los sistemas ideológicos y de las revoluciones culturales. Las

1 Un excelente artículo sobre la Torre de Tatlin es el publicado por la revista de arte y cultura Cabinet. La autora, Svetlana Boym, detalla el proyecto original de Tatlin y le da un buen contexto histórico. El artículo se encuentra disponible en linea en: http://cabinetmagazine.org/issues/28/boym2.php

utopías son y serán siempre inalcanzables. El devenir natural de la existencia trasciende cualquier percepción, por muy flexible que esta sea. Con mayor razón trasciende a percepciones rígidas e idealistas. El devenir de la existencia, eventualmente, rompe todo intento de orden que se le imponga, marcando así períodos alineados a infinitas revoluciones. Tal vez una vía práctica para realizar una utopía es en base al reconocimiento sus limitaciones en el tiempo y espacio y que la misma surja de forma temporal. De esta manera, eventos internacionales a gran escala como las olimpíadas, el mundial de fútbol, o una bienal de arte, pueden ser tomados como ejemplos prácticos de utopías temporales. Más allá de los aspectos mecrcantiles de tales eventos, la intención de integración cultural y social que promueven los coloca, junto a la torre de Babel, como proyectos utópicos gigantescos. Un claro ejemplo es la Olimpíada de México 68, que fue concebida no solo como una justa deportiva. La invitación a participar incluyó tanto a deportistas como artistas en una propuesa de alrededor de una veintena de eventos en disciplinas como danza, música, poesía, escultura y pintura. Fué en esta olimpíada cultural que el artista alemán radicado en México, Mathias Goeritz, creó uno de los proyectos escultóricos en espacio público más ambiciosos de su tiempo, la Ruta de la Amistad2. El proyecto de Goeritz consistió en una serie de 19 escultras realizadas por artistas de diversas nacionalidades y distribuidas a lo largo de una ruta de 17 kilometros que comunicaba los distintos escenarios olímpicos. Una de dichas esculturas, tal vez la más emblematica del conjunto, fue concebida y construida por el artista uruguayo Gonzalo Fonseca. La Torre de los Vientos, como la nombró su creador, es una estructura de concreto de forma cónica invertda con punta truncada, hueca en su interior y rodeada de cuerpos geométricos derivados de esferas y cubos (img.5).

Img. 2 Torre Eiffel Tomada de: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b0/Tour_Eiffel_3c02660.jpg

La sumatoria de dichos cuerpos, dan pie a una escalera que crece en espiral alrededor de la torre. De forma más o menos directa, la Torre de los Vientos evoca al mismo tiempo a la torre de Babel y a la torre de Tatlin. Este último vínculo resulta más evidente al conocer la intención original de Fonseca de crear, de forma sımılar que

2 Información completa sobre la Ruta de la Amistad se puede encontrar en el sitio web dedicado al proyecto: http://www.mexico68.org/ruta Img. 3 Grabado de 1679 de Athanasius Kircher que muestra una representación de la Torre de Babel como un zigurat. Tomada de: http://www.peatom.info/images/2008/08/01/torredebabel.revista.jpg

Img. 5 Torre de los Vientos, de Gonzalo Fonseca. Tomada de: http://www.cronica.com.mx/nimagenes/7/84936f90c4.jpg Img. 4 Templo de Marduk en Babilonia, dibujo de Jona Lendering. Tomada de: http://www.livius.org/a/1/mesopotamia/etemenanki_drawing.gif

Otra vista deTorre de los Vientos. Tomada de: http://www.proyectando.com.ar/noticias/fotohome.jpg

Img. 6 El Caballito del escultor mexicano Sebastian, dentro de la Torre de los Vientos, en el marco del proyecto de Pedro Reyes. Tomada de: http://www.e-flux.com/m_images/1085004431logotorre33.gif


16___harto___mapeo Tatlin, una escultura habitable3. Fonseca había estudiado en el taller de Joaquín Torres García despues de abandonar sus estudios en la Facultad de Arquitectura en Montevideo. De Torres García heredó el idealismo característico de las vanguardias artísticas, el sueño de la transformación de la vida a través del arte. Un poco antes de su muerte, Fonseca se reencontró con la Torre de los Vientos, que después de 25 años de abandono, había sido restaurada y convertida en un espacio de experimentación y taller del artista y arquitecto mexicano Pedro Reyes(img.6). El taller y espacio de experimentación montado dentro de la torre por Reyes en 1996 y que se mantuvo en actividad hasta el 2000, fue un lugar de encuentro de artistas de diversas partes, y se convirtió en insignia de las nuevas generaciones de artistas de la Ciudad de México4. El proyecto de Reyes imbuyó de vida no sólo la escultura habitable de Fonseca, sino que de alguna manera cumplió con el sueño vanguardista y utópico, desde Torres García a Tatlin. Pedro Reyes forma parte de una generación de artistas con creciente interés en la transformación de su comunidad a través de proyectos de intervención en el espacio público con claras implicaciones políticas y sociales. El trabajo de esta generación de artistas, que no tiene mucho sentido ubicar geográficamente, se identifica con frecuencia con teorías y términos como “arte relacional5” o “escultura social6.” En la Ciudad de México, el término “escultura social” es usado frecuentemente en teoría y crítica de arte, sobretodo después de haber sido utilizado como nombre de una exposición colectiva en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicacgo, EUA en el 2009. Escultura Social: a new generation of artists from Mexico City incluyó obras escultóricas, instalación, fotografía, video y arte conceptual de una veintena de artistas entre los que se contó a Reyes.

Abraham Cruzvillegas, otro de los artistas incluidos en dicha muestra, resulta de particular interés para entender el uso que se le da en México a este término. Reconocido por ser autor de obras construidas a partir de objetos recilados y tomados de ámbitos cotidianos, Cruzvillegas refleja un particular interés en los aspectos sociales del arte. Asi lo muestra uno de sus más recientes proyectos titulado Autoconstrucción. Tras haber participado en 2008 en una residencia artística en Glasgow, Escocia, Cruzvillegas comenzó una serie de eventos artísticos reunidos bajo el mismo concepto y nombre. Dichos eventos incluyen el ensamblaje de objetos diversos encontrados en el lugar de exhibición(img.7), la creación colectiva de canciones, un video documental sobre la construcción de la casa de su familia y varias presentaciones de una performance realizada por cuatro actores y cinco músicos donde la escenografía y los objetos utilizados, permanecen posteriormente como piezas en exhibición. En su obra, Cruzvillegas hace referencia constantemente a su historia y las experiencias relacionadas con la construcción de la casa de su familia(img.8), sosteniendo ese hecho como determinante de su práctica escultórica. En el se pueden encontrar coordenadas como la improvisación con materiales encontrados en el lugar; el reciclaje de objetos que inicialmente tenían otra función; o el ensamblaje aleatorio e inconexo de objetos incompletos. Todas características, en sí, poco románticas de una circunstancia de vida en asentamientos irregulares y zonas marginadas. En el trabajo y pensamiento de Cruzvillegas es posible encontrar una especie de mirada paralela proveniente de un mundo donde el instinto de supervivencia es el forjador del entorno, el constructor

4 El artículo escrito por el curador y crítico de arte mexicano Cuauhtémoc Medina, hace referencia a la semejanza entre la Torre de los Vientos y la Torre de Tatlin, además de situar en contexto el proyecto de Pedro Reyes. El artículo se puede consultar en: http://www.micromuseo.org.pe/lecturas/cmedina.html ).

6 La escultura social es un termino acuñado por el artista alemán Joseph Beuys, y que utilizó para ejemplificar el poder de transformación del arte, en el que creía profundamente. Según Beuys un escultor social crea con elementos que trascienden el arte, pues empleando el lenguaje, el pensamiento y la acción directa, es capaz de insertar o modificar estructuras sociales en la comunidad de la que forma parte.

Los resultados de la autoconstrucción, esto es, de la construcción no profesional con materiales insuficientes o precarios, determinan una estética dominante primero de una casa, luego de un barrio, luego de una ciudad, llegando a dominar el imaginario colectivo de sus habitantes. En un estado de emergencia evidente donde la superviviencia deja de tomarse como excepcional y se torna en norma, el trabajo de Cruzvillegas parece desandar el camino y mostrar que siempre hay espacio suficiente para una intencionalidad estética y política. Aquí vale la pena recorder la historia de David, el protagonista de La Perrera, película de Manuel Nieto (2006), historia donde la construcción de una casa se torna en metáfora de un estado aparente de precariedad espiritual. David regresa a vivir a la casa de su padre después de haber perdido una beca escolar que le permitía cierta independencia. Para recuperarla, David debe construir su propia casa, así lo determina su pardre, quién es a la vez el proveedor de los recursos y los materiales de construcción. A lo largo de la historia observamos como David tal vez no quiere o no sabe como recuperar su independencia, pues hay elementos ocultos en la relación con su padre que se lo impiden. David evade de formas increiblemente absurdas y frustrantes (para el espectador) la construcción de su casa, para finalmente realizar junto con sus disfuncionales amigos y colaboradores, una casa igualmente disfuncional y deforme(img.9). Ante los ojos de David la casa se torna una utopía inalcanzable. Al igual que la torre de Tatlin, que para muchos resultaba un proyecto burdo e irrealizable y al igual que la torre de Babel, como metáfora de la descomposición de la comunicación entre los seres humanos, la casa de David puede ser una escultura (a la Cruzvillegas) conformada y habitada por los deseos manifiestos de sus constructores.

3 La Torre de los vientos es la estación no. 6 en la Ruta de la Amistad: http://www.mexico68.org/ruta/estacion06.html

5 El arte relacional es una corriente artística derivada en gran medida de las teorías de Nicolas Borriaud, quien en 1998 escribió el libro Esthétique relationnelle (Estética Relacional) donde descrıbe obras que dan mayor importancia a los aspectos sociales y a las relaciones interpersonales que implica la obra, que al objeto en si mismo.

del contexto. En sus esculturas observamos la posibilidad de una lectura positiva de aquello que, en principio, puede resultar aberrante o negativo. A tal punto que la intención original del artista, cualquiera que esta sea, queda oculta detrás de una evidente estetización artística de algo que es simplemente vida.

////////////////////////////////////////////////// Harto___espacio Estudio de curaduría, producción y galería de árte contemporáneo activo desde 2003. Con base operativa en Montevideo (Uruguay) Harto___espacio ha realizado muestras colectivas e individuales de artistas internacionales en Buenos Aires, Bogotá, Cd. de México, Praga y Montevideo. Como galería ha participado en las ferias de arte contemporaneo MACO (México), ArteBA (Argentina), La otra (Colombia) y ArtBO (Colombia). Harto___espacio es dirigido por Adela Casacuberta y Antar Kuri. Img. 7 Vista general de la instalación de Abraham Cruzvillegas en Glasgow-Cove Park, 2008 Tomada de: http://lh3.ggpht.com/_Vl-pVu0CYL4/SqmSAUy8ObI/AAAAAAAAIi4/Ycx3NPH2hk/s640/IMG_3229.JPG

Img. 8 Autoconstrucción en el barrio Ajusco, Ciudad de México. Tomada de la presentación del proyecto, en: http://www.quotesque.net/media/autoconstruccion.pdf

Img. 9 Los amigos de David en el lugar de construcción (cuadro fijo de la película). Tomada de: http://www.controlzfilms.com/paginas/laperrera.htm


Mediaura___17

Taller en santiago de chile

MEDIAURA

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* El centro de Estudiantes de Arquitectura de la pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile organiza una vez al año un evento al que denomina “semana escuela”. Este año se trató de un workshop al que fueron convocados 15 estudios jóvenes sudamericanos para dirigir grupos de 30 estudiantes convocados a proyectar y costruir un modelo de pieza de equipamiento urbano destinado a los campamentos de mediaguas que se extendieron por Chile luego del reciente terremoto. El Taller Danza representado en el evento por Marcelo Danza, Miguel Fascioli y Carlos Candia (escuela de Talca) trabajó más que sobre un pabellón sobre la construcción de una atmósfera favorable para desencadenar un proceso reflexivo y creativo. Los límites de la arquitectura fueron interpelados desde ese pabellón atmósfera que se plantea como metáfora de la reconfiguración del espacio intersticial de los campamentos de las media aguas ocupando su alo para generar la necesaria “mediaura”.

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Seguimos intentando descubrir a quien nunca estuvo cubierto. Es un hecho fortuito el que hoy nos encontremos aquí. Provenimos de historias y vivencias absolutamente inconexas. Es inevitable el hecho de que aún mirando lo mismo veamos cosas diferentes. Nos convocan a pensar el equipamiento público en lógicas de contingencia. Algunas tablas, unos cuantos palos y unos metros de lona. Esa parece ser la histórica restricción de la arquitectura... algunos cuantos materiales para unas respuestas acotadas. Quien plantea la pregunta sugiere la respuesta y aún anhelando la revolución perpetúa el sistema. “Una de las principales estupideces de la Arquitectura es que su repertorio tiene un único mensaje —cambiar las cosas— de modo que, en sí misma, la arquitectura resiste por completo a la investigación la exploración o la valoración objetiva, pues la valoración de una situación no forma parte de tus obligaciones. Se ha dictado que debes hacer o cambiar algo, y la manera de hacerlo normalmente esta decidida (...) ” Rem Koolhaas en Conversaciones con Hans Ulrich (pag. 7)

Primer movimiento Partimos de una conversación en la que voluntariamente perdemos las coordenadas de orientación disciplinar. Todos somos interactuando con la ciudad. Todos construimos nuestros espacios simbólicos y nuestros ritos. Desde nuestras cognitividades desplegamos conductas y rutinas que en colectivo se transforman en prácticas materiales identificatorias de tiempos y sociedades. Olvidemos por un minuto a los arquitectos, reparemos por un instante en la ciudad de los otros. Hagámoslo como un observatorio desprejuiciado, tengamos la humildad y curiosidad del científico explorando una territorialidad nueva.

Img. 1

Img. 2

Img. 3 Img. 1 y 2 / Participantes del taller Img. 3, 4 y 5 / Materiales, análisis y meditación Img. 6 / Construcción de la puerta Img. 7 / Mirando a travésde la puerta Img. 5 Img. 4

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Img. 7


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Segundo movimiento

Img. 8

Su extrañeza nos incomoda como arquitectos. Su indefinición es fértil terreno de colonización de los habitantes. Entendemos que todo se soporta mejor cuando hay una trama social que cobija. El VACIO de los campamentos de emergencia de la mediagua es la viscosidad que la soporta. ¿Tiene sentido un pabellón en un espacio así o es un nuevo intento de aplicar el puñado de precarias herramientas de la arquitectura tradicional a una corporeidad que responde a otras lógicas?

Sentados en corro, formando una rueda en medio de un campo de básquet. Ya no está la mirada vigilante de la institución. Convocamos a la desnudez. Delante de quienes no conocíamos hasta hace algunos instantes todos verbalizamos un estado afectivo. ¿Qué nos moviliza del espacio no privado de los campamentos de mediaguas? ¿Cómo lo leemos? ¿Qué interpretamos de él? ¿Cómo podríamos interactuar con su precariedad desde nuestra debilidad?

Esa pregunta queda flotando en nuestras cabezas. No nos ponemos de acuerdo. Ninguna respuesta nos conforma. Como arquitectos disciplinados buscamos coherencia. Ninguna de las propuestas de trabajo la tiene. Anhelamos el objeto redentor, que todo lo comunique, que todo lo exprese. Un objeto que cambie la trayectoria. Ninguna de las construcciones sugeridas por quienes formamos esta fugaz comunidad lo logra.

Hablamos de toros y de banderillas. Hablamos de siluetas y de baños químicos. Hablamos de distancias desnudas y de sobreexposición. Es un momento intenso. Afloran nuestras fobias embebidas en anhelos. No es suficiente decirlo. Decidimos escribirlo en algún sitio. El piso es un buen lugar. Las palabras se suman dejando las huellas de la rueda que formamos. Una huella más en la infinidad de rastros de la cancha de básquet. Es tan extraña la pizarra, como el texto . Recordamos al Conde de Lautermont al reconocer en esa escena algo “tan hermoso como el encuentro fortuito de un paraguas y una máquina de coser en una mesa de disección”. Ya no estamos nosotros pero las palabras que dejamos en el suelo nos acompañan. Este encuentro ya no se repetirá.

14 de octubre ¿Ya no hay gente bajo tierra?

Quinto movimiento Nos reunimos en la mañana. Somos muy pocos... volvemos a empezar. Una vez más decidimos asumir nuestra debilidad. Una vez más optamos por potenciar el disfrute del proceso. Una vez más fortalecemos nuestra convicción que el placer tiene un poderoso potencial subersivo.

Tercer movimiento Nos desafiamos a pensar en cristalizaciones de esas palabras. En tres grupos comenzamos a caminar torpemente en un sentido que aún no reconocemos. Nada nos conforma, debimos suponerlo. ¿Qué construiremos? Si no tiene utilidad será una escultura. Si no tiene espacio no será un pabellón. Una vez más la pregunta es el arma con que se asesina la respuesta. En círculo en el medio de la cancha, pero ahora de pié nadie se retira aunque la actividad terminó... Queremos no disolver ese momento de intensidad. ¿Volverá a repetirse?

Debemos hacer un pabellón... ¿Vertical? ¿Horizontal? ¿Aureo? ¿Armónico? ¿Puro? ¿Prismático? ¿Icónico? ¿Somático?... ¿Para quién? ¿Para nosotros? ¿Para la Escuela de Arquitectura? ¿Para la historia? ¿Para los medios? ¿Para nuestra siempre incipiente carrera? Sin embargo la pregunta que parece más enmudecedora es: ¿Qué es un pabellón? Nos seduce la sugerencia de Diller y Scofidio con su nube, en donde el pabellón contemporáneo es una atmósfera, sobre ese concepto queremos trabajar. También nos motiva la reutilización de los materiales propuesta por Peter Zumthor en el pabellón de Hannover y su condición reversible capaz de volver a significar. Intentaremos entonces, generar la atmósfera de los vacíos de los campamentos de mediaguas chilenos en el vacío de los pabellones del patio de madera con lo que tenemos a mano.

13 de octubre Comienzan a rescatar a trabajadores que sobreviven a casi un kilómetro bajo tierra... El rescate lo tiñe todo en Chile. Piñera se abraza con Evo. Miles de trabajadores que esperan su rescate celebran la salida de sus hermanos. No hay cápsula Fénix para ellos.

Una atmósfera, sólo eso... con poco... con nada. “ El término espacio público parece cobrar sentido cuando puede demostrar que es público y que es espacio. Cuando está modulado por la proyección del tiempo y la actividad que se inscribe en su tejido, por trasmisiones de afecto, odio, indiferencia, tedio, etc... que no son sino reflejo de la vida ordinaria. En apariencia el urbanismo pretende alcanzar todo esto pero de hecho no consigue nada. La arquitectura para ignorar qué significa reducir su cometido a la prestación de servicios y la garantía de su seguridad desatendiendo la vida expontánea (...)”

Nos reunimos en el patio de madera como nos suguiere el centro de estudiantes. La institución nos rodea nuevamente. Los edificios contemporáneos de impecable factura miran a la vieja casona que cobija el secreto. Aunque simulamos ignorarla la Institución vestida de edificios, nos mira. Decidimos cual será nuestra materia de trabajo.

El vacio de los de campamentos de emergencia

Jason Ggriffiths, Cosechas Sociales, pag.67 en Revista Oeste #15

Entendemos que no podemos aplicarle a este espacio las herramientas de lectura e interpretación de la ciudad tradicional. No hay en este vacío calles. No hay plazas. No hay espacio, ni público ni privado. La atmósfera densa que separa mediaguas es otra cosa. ¿Caben descripciones poéticas para un espacio así?

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Img. 10

Img. 11 Img. 8 / Medio tanque encontrado en los alrededores Img. 9 / Espacio casi terminado Img. 10 / Dia del evento. Contexto del espacio Img. 11 / Poniendo en práctica lo aprendido (asado en medio tanque) Img. 12 / Disfrutando de los resultados Img. 13 / Alrededor del fuego ya de noche Img. 12

Img. 13


Ciudades Ocasionales___19

Post-it city

Ciudades ocasionales txt. Martí Peran

El concepto de post-it city fue acuñado por Giovanni La Varra1 para designar «un dispositivo de funcionamiento de la ciudad contemporánea que concierne a las dinámicas de la vida colectiva fuera de los canales convencionales». Los fenómenos susceptibles de acogerse a esta suerte de microcategoría apuntan directamente a los modos de ocupación temporal del espacio público para distintas actividades (¿comerciales, lúdicas, sexuales?) de un modo ajeno a las previsiones impuestas por los códigos políticos subyacentes al urbanismo. Sobre esta base, iniciamos este proyecto de investigación y de archivo —interpretando el concepto de un modo conscientemente amplio2— convencidos de que, tras las situaciones post-it localizadas en contextos muy dispares, podrían desvelarse necesidades concretas que fracturan determinados contextos sociales y, al mismo tiempo, habilidades subjetivas en la tarea de reconquistar el espacio público frente a la presión institucional a la que está sometido. El resultado, abierto a distintas ampliaciones y correcciones, así lo confirma; pero el conjunto de materiales que aquí se recoge también pone de relieve distintos problemas y paradojas que afectan al talante general del proyecto. En este texto vamos a intentar reconocer estos problemas, así como a ordenarlos de tal modo que nuestra argumentación actúe como un primer balance autocrítico de toda esta aventura. La reflexión que proponemos se organiza en dos episodios. En primer lugar, trataremos de acentuar la evidente relación entre el concepto post-it city y las distintas apelaciones al urbanismo informal como estrategia de réplica a la ciudad planificada. El asunto es relativamente sencillo; pero lo importante quizá consista en reconocer que esta apología de la informalidad está estrechamente vinculada a las sociedades sobreorganizadas y opulentas y a su necesidad de encontrar modelos de prácticas antagonistas, cuando no literalmente libres. En esta tesitura, habremos pues de calibrar la verdadera dimensión política de los fenómenos post-it en tanto que situaciones elocuentes de una subjetividad rebelde pero, de inmediato, se convierte en imperativa una nueva cuestión: la discutible legitimidad de esta fascinación por lo informal cuando estos mismos contextos sociales han multiplicado (y extendido) unas dinámicas de exclusión y marginación que, muy a menudo, promueven ocupaciones temporales del espacio público como mera alternativa de supervivencia; dicho de otro modo, a la primera posibilidad de encumbrar la idea de post-it city como posible modelo de unas prácticas subjetivas de renovado potencial político, hay que añadir la obligación de analizar estas mismas prácticas en su calidad de signo explícito de una precariedad social. Todavía más escueto: asistimos a una progresiva y sigilosa identificación entre la libertad y la marginalidad, de modo que es ineludible idear mecanismos para rescatar a la primera y denunciar a la segunda. La idea de post-it city no es más que una herramienta para ensayar esta exigencia.

Post-it city como proyecto El modelo del Estado del Bienestar, de patrón occidental y en creciente expansión a pesar de las evidentes fisuras que ha dejado al descubierto, se acompaña de la ilusión de la buena forma de la ciudad.3 Hay, en efecto, una estrecha correspondencia entre la conquista de una opulencia social —de clase— y la consiguiente preparación de su escenario natural en clave de ciudad planificada, ordenada y de falaz voluntad integradora. Este fenómeno ha sido reconocido y descrito con precisión en numerosas ocasiones; es, por ejemplo, la ciudad de cuarzo4 diseñada para asegurar una armónica ordenación del trabajo,

1 La Varra, Giovanni, Post-it city: los otros espacios públicos de la ciudad europea, dins: diversos autors, Mutaciones, actar / arc en rêve centre d’architecture, Barcelona 2001, p. 426- 431. 2 Per a reconstruir la perspectiva amb la qual hem interpretat el concepte consulteu els textos introductoris de www.ciutatsocasionals.net; asi como los artículos: Peran, Martí, Ciutats ocasionals, Butlletí, núm. 12, CaSM, Barcelona 2005 (también a SPAM_ arq 4, Santiago de Chile 2006, pp. 61-62); y Peran, Martí, Divergencias latinoamericanas, summa+93, Buenos Aires 2008, p. 128. 3 Lynch, Kevin, La buena forma de la ciudad, Gustavo Gili, barcelona 1980. 4 Davis, Mike, City of Quartz: Excavating the Future in Los Angeles, Vintage books, Nueva York 1992.


20___harto___mapeo el consumo y el recreo de la clase media como garante de una cristalina homogeneidad social y, cabe añadir, como renovado protocolo para alimentar la circulación infinita de mercancías que requiere la economía invasiva, la que utiliza los niveles de consumo como indicador central de sus supuestas cotas de progreso y bienestar. En esta coyuntura, el espacio público se hace depositario de las prerrogativas que, con anterioridad, afectaban a los círculos sociales privados y pudientes, es decir, se convierte en el territorio donde se excluye la acción espontánea en beneficio de la conducta esperada.5 Naturalmente, los urbanistas aupados a la condición de intelectuales orgánicos son los principales encargados de resolver la tarea, en primera instancia, mediante propuestas de planificación que resuelvan de antemano dónde se reside, dónde se produce, por dónde y cómo se circula, dónde se compra y dónde se juega; y si esta planificación se altera mediante acciones parasitarias sobre lo establecido, el comando del orden se traslada a las instancias políticas mediante presiones punitivas que devienen, muy a menudo, un ejercicio explícito de violencia legitimada en nombre del mismo orden público. Richard Sennett, pionero analista de estas dinámicas, ha examinado con inteligencia la absoluta vecindad que opera entre la precisión6 de las ciudades occidentales y su eficacia como instrumento de neutralización de la subjetividad individual. La cuadrícula dibujada en los despachos de los arquitectos y urbanistas acentúa la legibilidad del espacio, pero esta misma naturaleza codificada del territorio urbano lo silencia como espacio vívido reduciéndolo a la condición de espacio disciplinado. Esta relación causa-efecto descansa, indiscutiblemente, en la dimensión biopolítica del urbanismo, convertido en una herramienta altamente eficaz para pautar y gobernar nuestras vidas en su más elemental estructura: como cuerpos en el espacio. Pero en los análisis de Sennett —fiel a la tradición weberiana— también se acentúa un componente psicológico crucial para nuestra argumentación: el mito de una comunidad homogénea y obediente tiene incluso un carácter ritual, nutrido en una ética autorrepresiva, con el objeto de garantizar la manutención de la comunidad purificada.7 La base de esta ecuación consiste en una mistificación de la intimidad familiar —el perímetro de lo privado— como lugar casi exclusivo para el desarrollo de los contactos personales, relegando para el espacio público de la ciudad la función de acotar un territorio de solidaridad cerrada y miedosa, absolutamente codificada, ajena a una economía abierta del deseo y, sobre todo, hermética frente a los avatares y las posibles experiencias que desplieguen complejidad y desorden. El espacio público derivado de este sueño de felicidad, es pues, un territorio delimitado por una suerte de barrera de precepto salvador con consecuencias directas: la aniquilación de situaciones de confrontación y exploración entre grupos particulares, la represión de todo lo que aparezca con atisbos de discrepancia y la exigencia de una vigilancia constante que garantice la monotonía comunitaria. La raíz protestante de las sociedades opulentas las encierra así en una actitud defensiva frente al conflicto, a costa de un ahogo explícito de las libertades individuales; pero esta misma característica, perfectamente visible en el dictado del

5 Vegeu a propòsit d’aquest procés històric. Arendt, Hannah, La condición humana, Paidós, Barcelona 1983, especialment p. 50-52. 6 Sennett, Richard, La conciencia del ojo, Versal, Barcelona 1991. 7 Sennett, Richard, Vida urbana e identidad personal, Península, Barcelona 2001, especialment p. 67 i ss.

primer capitalismo, todavía se agrava con mayor intensidad en la era del llamado capitalismo cultural de hoy, instalado en la tarea de la fabricación masiva de una subjetividad de laboratorio. Si el capitalismo fordista estrangulaba la subjetividad individual cancelando el deseo y el impulso aventurero para garantizar una comunidad cerrada, el tardocapitalismo actúa con renovados mecanismos pero con la misma aspiración. Ahora, el gobierno de la subjetividad ya no se resuelve sólo negando su pertinencia pública, sino utilizando una esfera pública dominada como escaparate de los patrones de subjetividad que han de animar el mercado. El espacio público se ha convertido hoy no solo en el territorio de la utopía purificadora, sino en el escenario publicitario y mediático por el cual se canaliza una oferta de mercancías que diseñan de antemano los modos personales de ser y los mecanismos públicos del estar en la ciudad. El paisaje de las sociedades opulentas descritas por Sennett declinaba un espacio público casi silencioso; a su vez, en el panorama de las ciudades contemporáneas occidentales irrumpe un espacio público aparentemente ruidoso, pero la estridencia permitida es la que procede exclusivamente de los mensajes elaborados para el consumo. Ambos escenarios comparten la negación de cualquier imprevisto que pudiera dislocar el guión establecido, de modo que cualquier proyecto de réplica a esta imposición exige, en mayor o menor grado, una apología del desorden capaz de generar «una colección de situaciones sociales que debiliten el deseo de una existencia controlada».8 Es sobre este axioma que hay que interpretar la tradición crítica del urbanismo fascinado por lo informal, de larga genealogía y en cuyo interior ha de ubicarse la misma idea de post-it city. El propio Giovanni La Varra, tras evocar el increíble aterrizaje del joven Mathias Rust en la Plaza Roja de Moscú el 28 de mayo de 1987, reconoce que el sustrato que permitió forjar la idea de Post-it city es la línea continua que traza un evidente parentesco entre las sugerencias situacionistas sobre el urbanismo unitario y las fiestas hippies en el Windsor Great Park de Londres de mediados los años setenta.9 En ambos extremos palpita la necesidad

8 Sennett, richard, Ídem, p. 162. 9 Vegeu Arqueología Post-it city en http://www.ciutatsocasionals.net/ archivocastellano/arqueopostit/arch_postit.htm

de una reacción frontal al espectáculo y al consumismo de la sociedad opulenta que tanta literatura desencadenó en aquel momento.10 Al fin y al cabo, se trataba de una exhibición de desórdenes nutridos en lo que Sennett llamó un «modo tolerable de usar la riqueza y abundancia de los tiempos modernos [como] promesa de una mayor libertad personal y mayor conocimiento mutuo.11 Esta es la potencia latente, en efecto, en las situaciones ideadas por Guy Debord: «un momento de vida construida de forma concreta y deliberada para la organización colectiva de un ambiente unitario y un juego de acontecimientos». El impulso lúdico, efectivamente, se convirtió en un componente fundamental para garantizar la eficacia de estas expectativas, por lo que planeaba tras esta apología del acontecimiento una explícita invitación a convertir la ciudad en una enorme cancha para toda suerte de prácticas urbanas. De ahí la vecindad implícita entre el détournement situacionista y las trazas dibujadas hoy por los skaters. El problema, como veremos, reside en la limitación que esta perspectiva conlleva para registrar fenómenos post-it arraigados en la marginación social (los puestos móviles para la venta ambulante ilegal, los rincones apropiados por los homeless y las prostitutas callejeras) y que, en consecuencia, no pueden equipararse con esos otros gestos neosituacionistas, de evidente naturaleza antagónica, pero anclados en el compromiso juvenil y opulento por despertar y ejercer una libertad posible. Los mecanismos de apropiación del espacio público en las ciudades contemporáneas responden a dos dinámicas distintas que, aun no siendo excluyentes, no exponen la misma problemática. Por una parte, hay prácticas de disentimiento y, por otra, prácticas de supervivencia. Frente al primer tipo de prácticas —las emparentadas desde una perspectiva amplia con la tradición situacionista— el concepto de post-it city puede actuar como una idea proyectiva; pero para las segundas, debe ser un signo que otorgue visibilidad a los sibilinos nuevos formatos de racismo y exclusión que, de algún modo, exigen un análisis más vasto que el derivado del malestar. La sugerencia de plantear la idea de post-it city como proyecto significa reconocer y subrayar el potencial político de

10 El mateix any de la publicació de La Sociedad del espectáculo (1967) de Guy débord, Rauol Vaneigem editava el seu Traité de savoir-vivre à l’usage des jeunes générations. 11 Sennett, Richard, Ídem, p. 241 i 269.


Ciudades Ocasionales___21 las situaciones construidas como prácticas de disentimiento. Para decirlo de otro modo, de lo que se trata es de desvelar la naturaleza micropolítica —la no reproducción de los modos dominantes de producción de subjetividad12— de las poetizaciones elaboradas en el espacio urbano. El núcleo de esta posibilidad reside pues, abiertamente, en la lectura de los gestos post-it de disentimiento como noticias explícitas de una subjetividad regresada, cargada con todas sus habilidades y capacidades. Frente a las dinámicas impuestas por las que se diseña una subjetividad sin vida propia, las ocupaciones temporales del espacio público ideadas desde el ingenio, el reciclaje y la acción parasitaria denotan una subjetividad singularizada, puesta en acto y dispuesta a instituir de forma autónoma un imaginario distinto del hegemónico. Esta es la posible promesa de la idea de post-it city: abolir la ilusión comunal como objetivo y enfocar la atención en los mecanismos por los cuales la subjetividad aspira a una vida llena más allá del perímetro privado de la intimidad romántica, pero también más lejos del consenso comunitario. Ello convierte a estas prácticas, casi de forma ineludible, en actos de sabotaje, pero esta es precisamente su discreta semilla revolucionaria, según la cual, gracias a este regreso poderoso de la subjetividad, esta podrá fundar y articular sus propios mecanismos de sociabilidad. Hay una extensa tradición en las ciencias sociales fascinadas por el desorden —capitaneadas por la Escuela de Chicago y por Michel de Certau— que podríamos reconocer como la base de esta lectura. Las nociones que se han puesto en juego, con un talante absolutamente cercano a lo que ahora queremos reconocer tras la idea de post-it city, son numerosas: la ciudad imprevista, la dialéctica urbana, los furores urbanos, la ciudad practicada13, pero quizá sea suficiente remitir a la conocida idea de heterotopía, formulada por Michel Foucault y definida como ese tipo de contraemplazamiento donde se produce una yuxtaposición de elementos inicialmente incompatibles y se establece una ruptura del tiempo ordinario. La idea de post-it city comparte las mismas características en calidad de ocupación inapropiada del espacio y, sobre todo, por sus apariciones y desapariciones ingobernables.

12 Guattari, Félix i Rolnik, Suely, Micropolítica. Cartografías del deseo, Tinta limón / Traficantes de sueños, Buenos Aires 2005, p. 189. 13 Cottino, Paolo, La ciudad imprevista, Bellaterra, Barcelona 2005; Merrifield, Andy, Dialectical Urbanism, Monthly Review Press, Nova York 2002; Dollé, Jean-Paul, Fureurs de ville, Bernard Grasset, París 1991; Delgado, Manuel, El animal público, Anagrama, Barcelona 1999.

En cualquier caso, lo más significativo ahora, en la voluntad de definir el perfil proyectivo de la idea de post-it city, es que el paradigma de la heterotopía lo identificó Foucault con una nave cargada de promesas de aventura para sus corsarios.14

Post-it city como signo Las intersecciones entre lo que distinguíamos como prácticas de disentimiento y prácticas de supervivencia son muchas y muy ricas, pero ello no permite identificarlas sin más. Los vendedores ambulantes ilegales también están obligados a desplegar todo su ingenio para sobrevivir en el espacio público, pero sería un sesgo excesivo reducir su significación a esta habilidad. Para instalar la idea de post-it city en una perspectiva capaz de consignar por igual a ambos tipos de prácticas, es necesario ampliar el alcance del derecho a la ciudad15 más allá de la creación de un arte del vivir para dotarlo también de la capacidad de analizar la precariedad de clase. Ya no se trata solo de acertar a hallar en la superación del orden una vía para canalizar una libertad sin necesidad, sino de dirigir esa misma práctica hacia la desocultación de numerosas necesidades latentes. En esta última tesitura es donde post-it city puede operar como signo. La exigencia de adecuar la idea de post-it city a la condición de herramienta para el desarrollo de una economía crítica de la precariedad social obliga, en primera instancia, a reconocer la magnitud con la que las ciudades contemporáneas han multiplicado sus códigos de exclusión. El capital reconfigura constantemente el espacio para flexibilizar la localización de activos y de recursos y, en el interior de esta dinámica, el escenario general de la ciudad es sometido a una radical especialización que, inevitablemente, provoca también una multiplicación de residuos condenados al riesgo y la marginación. La ecuación es, al fin y al cabo, bien sencilla: la progresiva conversión de la ciudad en el escenario de un régimen de acumulación flexible,16 capaz de adecuar el espacio a la plusvalía (por ejemplo, mediante procesos de gentrificación), absorbe aquello que lo asimila y expulsa aquello que lo estorba. La consecuencia es un incremento de la desigualdad, abandonada como desecho o, en el mejor de los casos, gestionada como una amenaza. Es el mismo proceso que explica las causas por las que el discurso supuestamente democrático ha sustituido el objetivo de los derechos sociales y del pleno empleo, por la apelación obsesiva a la vigilancia y al saneamiento de la esfera pública.

14 «le navire, c’est l’hetérotopie par excellence. dans les civilisations sans bateaux les rêves se tarissent, l’espionage y remplace l’aventure, et la police, les corsaires.» Foucault, Michel, Des espaces autres. Hétérotopies, Dits et écrits, I. 1954-1975, Gallimard, París 1984. 15 Lefebvre, Henri, Espacio y política: El derecho a la ciudad, Península, Barcelona 1976. 16 Per reconstruir aquest procés, vegeu els treballs de Harvey, david, especialment: La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural, amorrortu, Buenos Aires 1998.


22___harto___mapeo Frente a esta realidad, que disemina y multiplica la miseria para muy diversos colectivos, el único recurso se traduce en una temeraria ocupación del espacio público. En este contexto, convertir la noción de post-it city en un signo comporta la doble tarea de ofrecer visibilidad a esta problemática e interpretar sus prácticas espaciales desde la legitimidad de lo apropiado. La operación de dar visibilidad a la precariedad que subyace tras determinadas ocupaciones del espacio público es harto problemática. El archivo de casos que presentamos en este proyecto responde a la convicción sobre lo pertinente de este gesto; pero ello no exime de considerar que, en muchas ocasiones, es necesario mantener en la clandestinidad determinadas prácticas para favorecer su delicada subsistencia. En cualquier caso, hemos intentado aproximarnos al tema con la cautela suficiente para que la visualización de determinadas situaciones, aun sin ponerlas en peligro, permita abordar lo fundamental: la falacia que supone apelar a la diferencia cultural para camuflar un problema que solo responde a una condición de clase social. En efecto, los fenómenos post-it susceptibles de interpretarse como prácticas de supervivencia (ya estén protagonizados por la inmigración en las ciudades europeas, o por la comunidad boliviana en Sao Paulo, la peruana en Santiago de Chile o la hispana en Los Angeles) están estigmatizados por una retórica institucional que intenta gestionarlos como consecuencia de un simple conflicto entre identidades culturales distintas, sin reconocer que responden a una ordinaria jerarquía social en la que, inevitablemente, el choque se produce entre intereses.17 Este tipo de discurso ha triunfado paulatinamente gracias a la apelación a una multiculturalidad que esconde la desigualdad tras una pátina de diferencias culturales que, como tales, podrían incluso consumirse como exóticas sin reparar en lo que padecen como simple producto de la subalternidad. Al dar visibilidad a las ocupaciones espaciales de supervivencia, efectuando un retrato completo, no de los rasgos exóticos de sus protagonistas, sino de su obligación de idear mecanismos flexibles para permanecer y sobrevivir en la ciudad, la literatura bondadosa sobre las curiosidades de la pluralidad cultural se tambalea y se abre así a una interpretación más acorde con su dimensión literalmente social.

del espacio público, rescatadas ya de su falsa lectura culturalista, permite interpretarlas desde la perspectiva que las reconoce como ejercicio derivado de la necesidad; es decir, la perspectiva que convierte este tipo de apropiaciones del espacio en el acto de hacer escuetamente aquello que es apropiado.18 Si el capital privatiza progresivamente el espacio público y las administraciones lo gestionan como una propiedad excluyente, la precariedad social derivada de este proceso está legitimada para apropiarse de los recodos que todavía queden a su alcance para responder apropiadamente a sus más imperiosas necesidades. Bajo esta consideración, quedaría pues cuestionada la eficacia de los discursos reformistas clásicos que, frente a la proliferación de actividades irregulares en el espacio público, pretenden regularlas para favorecer así su incorporación a la ciudad formal. Esto es lo que sucede con especial énfasis en las ciudades latinoamericanas, en las que la magnitud de la economía callejera alcanza unos niveles muy importantes,19 pero donde las tentativas de normalizarla no hacen más que ahondar en la paradoja de obligar a cumplir las reglas del juego a quienes, en buena parte, continúan privados de las condiciones materiales que les habría de permitir jugar en igualdad de condiciones. No es lícito obligar a la precariedad a comportarse adecuadamente en el interior de un modelo social organizado a la sombra de la acumulación. Si el espacio público tradicional invocaba una suerte de pacto entre el interés privado y el bien común, la esfera pública contemporánea está infectada por tal multiplicidad de exclusiones que la desobediencia ya no puede considerarse ajena al juicio de lo justo. Post-it city es un archivo de prácticas desobedientes, también, en este estricto sentido.

*********************************** Martí Perán Profesor Titular de Teoría del Arte de la Universidad de Barcelona. Ha participado en numerosos libros y catálogos de arte contemporáneo. Colabora habitualmente en prensa y en revistas especializadas. Fue miembro del consejo de redacción de “Transversal. Revista de Cultura Contemporánea” (1996-2002). Es co-editor de la revista “Roulotte”. Colabora habitualmente en "Exit Express" y "Artforum International".

La naturaleza social de determinadas ocupaciones temporales

17 Manuel Delgado ha exposat aquesta qüestió amb una clarividència especial en el context de Barcelona (Elogi del vianant. Del «model Barcelona» a la Barcelona real. Edicions de 1984, Barcelona 2005; «Barcelona y la diversidad», en diversos autors, Quórum, Institut de Cultura, Barcelona 2005, p. 253-257).

18 Utilitzem el concepte des de la coneguda distinció marxista entre els binomis propietat / privatització i apropiat / apropiació. 19 Es pot consultar una anàlisi precisa del tema en els nombrosos documents elaborats per Streetnet Internacional : www.streetnet.org.za. <../arqueopostit/postit.htm> <../../textos.htm>

Post-it city network El conjunto de materiales que componen esta primera edición del proyecto Post-it City. Ciudades ocasionales procede de diversas fuentes, así como de distintos procesos de trabajo. Planteado como un archivo sobre distintos casos de estudio, la mayor parte de ellos han sido producidos a propósito para el proyecto. Para llevar a cabo las investigaciones, procedimos a involucrar a distintos agentes en diversas ciudades del mundo, con el objetivo de que planearan sus aportes desde la cercanía y el conocimiento directo del lugar. Hasta el momento, han participado en el proyecto alrededor de veinte ciudades distintas. Los interlocutores en cada una de ellas tienen su propio perfil (colectivos organizados, núcleos universitarios, centros de arte, investigadores individuales?) y, en consecuencia, también sus peculiares modos de aproximarse al fenómeno. No hay pues, un registro único en la metodología que subyace tras el conjunto del archivo. El conjunto del proyecto contiene investigaciones sobre contextos muy dispares, de imposible asimilación dadas las características específicas de cada ciudad desde una perspectiva social, económica o política. El proyecto no pretende promover una lectura homogénea de los mecanismos de apropiación del espacio público a escala planetaria sino, por el contrario, sugerir la aproximación a determinados casos post-it para acentuar las peculiaridades de cada contexto y abrir un diálogo común entre distintas perspectivas. La mayor parte de los equipos de trabajo están compuestos por investigadores jóvenes. Esta característica es fundamental en el talante del proyecto en tanto que representa una explícita apuesta a favor de la intersección absoluta entre los procesos de formación, de producción y de circulación de ideas.

PROYECTOS TEXTOS EXPOSICIONES POST-IT CITY El concepto de Post-it City Ciudades ocasionales designa distintas ocupaciones temporales del espacio público ya sean de carácter comercial, lúdico, sexual o de cualquier otra índole, con la característica común de apenas dejar rastro y de autogestionar sus apariciones y desapariciones. Al utilizar la idea de Post-it City como eje de esta investigación, intentamos subrayar dos tipos de consideraciones: el potencial político que contiene la idea en sí misma y su eficacia metodológica para estudiar contextos sociales y urbanos muy dispares. Los fenómenos Post-it City ponen de relieve la realidad del territorio urbano como el lugar donde, de forma legítima, se solapan distintos usos y situaciones, en oposición a las crecientes presiones para homogeneizar el espacio público. Frente a los ideales de la ciudad como lugar de consenso y de consumo, las ocupaciones temporales del espacio rescatan el valor de uso, desvelan distintas necesidades y carencias que afectan a determinados colectivos, e incluso potencian la creatividad y el imaginario subjetivo. Tras la realidad Post-it City, la ciudad reaparece como territorio atravesado por múltiples dinámicas y procesos, pero también por numerosos sujetos de genuina dimensión política gracias a su lícita acción intrusa, parasitaria y de reciclaje como estrategias de supervivencia y de imaginación. Desde otra perspectiva, las actividades temporales que infectan el espacio público con numerosos artefactos para-arquitectónicos permiten que la reflexión acerca de la experiencia urbana reconduzca su atención hacia lo minúsculo, corrigiendo así la arrogancia de la arquitectura tradicional.

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Post-It Montevideo___23

Post-it

Montevideo Durante la última semana de Agosto de 2010 250 estudiantes de los cursos de anteproyecto 1, 2 y 3 del Taller Danza (Facultad de Arquitectura - UDELAR) se propusieron explorar Montevideo a partir del protocolo que a continuación se presenta.

El resultado fué un sorprendente mosaico de imágenes que en su conjunto describen sin mayor esfuerzo la ciudad que habitamos, pero que tomadas de a una jamás definiríamos como postal representativa de nuestra ciudad. Cada una de estas imágenes individualmente bien podrían describir lo que en nuestro imaginario concebimos como la ciudad genérica latinoamericana, pero nunca serían representativas de la especificidad montevideana. ¿Es que no reconocemos nuestro cuerpo urbano? ¿O acaso los Post-it fugazmente aplicados en la ciudad contemporánea no dejan rastro ni en nuestra memoria? Es esta la muestra de una ciudad que ya pasó. Es la que registraron 250 estudiantes la última semana de agosto de 2010. Esa ciudad ya no existe. Eso es lo que la vuelve fascinante. Pero lo mejor, lo irresistiblemente seductor, es que en este momento otra esta siendo gestada. ??????????????????????????????????????????????????????????????????????


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Celebración

día del inmigrante A pesar de conformarse como un fenómeno aparentemente distante de otros más evidentemente asociados a la ocupación de un espacio público, que detectan la oportunidad allí dónde la legalidad no lo ha hecho, “La Casa del inmigrante Cesar Vallejo” representa un realidad que se aproxima a lo “post-it” cuando la contextualizamos entorno a un Estado otrora benefactor pero hoy en día incapaz de dar respuesta al universo de emergencias y problemáticas sociales que debe afrontar de manera no ya esporádica sino estructural. Es así que La Casa del inmigrante Cesar Vallejo, juega un rol que está definido de manera difusa entre lo legal y lo ilegal, ya que ni siquiera cuenta con personería jurídica (registro que lo inserte dentro de un marco legal) a pesar de llevar ya una década de existencia activa en nuestro medio; entre una ONG y una pensión, conformada por piezas de alquiler que comparten con estas últimas muchas de sus características determinantes; entre un centro cultural y un cyber café, brinda acceso a información y asesoramiento a quien lo necesite. En resumen: una institución difícilmente precisable que se mantiene gracias a la tenacidad y perseverancia de su mentor y “director”: don Carlos Valderrama. Carlos Valderrama llega a Uruguay luego de haber sido exiliado político de su natal Perú durante el fujimorismo y después de haber transitado por varios países de Latinoamérica antes de asentarse con su familia en Uruguay. Desde su llegada a Montevideo ha estado trabajando con y desde organizaciones vinculadas a la migración en Uruguay y ha sabido encontrar su propio nicho de oportunidad en relación a esa problemática. Difícilmente podríamos lograr separar sus intereses personales y/o sus ideales de cualquier otra razón que haya podido condicionar la actitud que ha tomado Carlos de ahí en más. Y no tentamos esta búsqueda en el presente trabajo, no fue en ningún momento nuestra intención emitir un juicio de valor en torno a la persona de Carlos ni tampoco en relación a la migración en Uruguay en tanto problemática social, sino construir una lectura subjetiva en torno a La Casa del Inmigrante que él mismo creó y aún dirige, convirtiéndose invariablemente en referente de muchos de los recién llegados a Montevideo sin demasiado que perder. Organizaciones como SERPAJ (Servicio Paz y Justicia), la Mesa del Inmigrante (organización que nuclea a las instituciones relacionadas con los problemas migratorios en el Uruguay) y hasta algunos consulados aconsejan, a los nuevos migrantes en busca de un techo, acercarse a La Casa del Inmigrante Cesar Vallejo como una solución que no siempre es tan temporal como sería de esperarse.

En principio relacionada a la colectividad peruana —pero evidentemente inclusiva de inmigrantes de las más diversas nacionalidades— conviven en ella hoy en día: ecuatorianos, bolivianos, chilenos, nigerianos e incluso uruguayos en situación de calle que llegan allí como una alternativa a los refugios que propone el municipio de Montevideo. Tal es así que durante algún tiempo La Casa recibió apoyo, aunque menguado, por parte del Ministerio de Desarrollo Social que, a cambio de un básico equipamiento consistente en colchones y ropa de cama, logra que en la casa se hospede personas sin techo por 25 pesos —el equivalente a un dólar— la noche. Todo esto ha convertido a La Casa del Inmigrante no sólo en funcional sino más que necesaria al sistema. Es tan políticamente correcta en este sentido, como incorrecta si pretendiéramos que cumpla las condiciones mínimas de seguridad e higiene para conseguir una habilitación municipal por ejemplo. Ni siquiera el propio Carlos Valderrama ha logrado conseguir su residencia permanente en territorio uruguayo a pesar de los años, el trabajo y los vínculos generados. Menos debe sorprendernos entonces, que los marineros que aquí arriban puedan embarcarse con facilidad, pero no se las vean tan sencillas a la hora de cobrar un seguro de desempleo por el simple hecho de no tener cédula —documento de identidad uruguayo—. Algo parecido les sucede a las empleadas domésticas. Marineros y domésticas son las ocupaciones más representativas del inmigrante que habita La Casa. Cuando nos propusieron participar de post-it city, todos estos hechos estaban latentes. No había más que algunas aproximaciones más o menos fugaces en relación a los mismos; pero no dudamos que era la oportunidad para proponerle a La Casa de los Inmigrantes que tomara el espacio público y se hiciera visible: que saliera a la calle. Y de ese modo pudimos nosotros también adentrarnos en ella. Fue así que propusimos a Carlos Valderrama, montar un dispositivo, La Fiesta del Migrante: una celebración en la calle que tuviera la capacidad de involucrar a individuos que, como nosotros, habitan Montevideo pero con quienes difícilmente entablamos relación alguna. A la hora de convocarlos tuvimos oportunidad de conocer pensiones invisibles en las que habitan, lugares de reunión y de culto más que extraños a los ojos de cualquier montevideano a pesar de estar ubicados en las áreas más centrales y representativas de nuestra ciudad.

La estrategia consistió en utilizar como excusa el Día Internacional del Inmigrante (18 de diciembre) e involucrar a personas con las cuales fuimos teniendo empatía, para que se hicieran cargo de cocinar algo típico de su lugar de procedencia en aquel evento. La comida sería gratis lo cual se convirtió en una motivación más para la respuesta de la convocatoria. Intentando aproximarnos lo más posible a una realidad que no es la nuestra, unos sencillos volantes fotocopiados y entregados en mano, fueron la principal estrategia comunicacional planteada. El día de la fiesta montamos en la calle, frente a La Casa de los Inmigrantes: mesas, sillas, música y unos cubículos –mobiliario en desuso existente en la propia casa- equipados de una cocinilla y los utensilios de cocina necesarios para que cada invitado pudiera desarrollar su tarea de agasajar al resto. Aún así, el viento reinante en esta zona próxima a la rambla sur de Montevideo provocó que algunos optaran espontáneamente por trasladarse al interior de La Casa ocupando los primeros su cocina propiamente dicha y los siguientes sus corredores. Fue así que La Fiesta se apropió a pesar nuestro, no solo del espacio público sino de La Casa propiamente dicha. De este modo la casa volvió a cumplir su función de contención de un problema no resuelto.

-0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 -0 La actividad del 2008 fue organizada y realizada por: “Asociación Cultural y Casa del inmigrante César Vallejo”, Marcelo Danza, Lucio de Souza, Emilio Nisivoccia, Miguel Fascioli, Martín Craciun y Sebastián Alonso.


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economías informales/espacios efímeros

La ciudad en devenir *

* Publicado por el CCCB — Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, 2008. Utilización como lugar de esparcimiento de la vereda y de la calle en Lapa, Rio de Janeiro, Brasil.

txt. Jorge Mario Jáuregui En el campo del urbanismo contemporáneo uno de los fenómenos que viene adquiriendo cada vez más relevancia como síntoma de desajuste de la estructura socio-espacial, es la existencia de una gran división entre lo que se manifiesta como la dicotomía entre la ciudad planeada y la no planeada. El contraste entre lo que obedece a ciertas reglas conocidas de organización y orden de las actividades y disposición de las edificaciones y los vacíos, y aquello para lo cual no se tienen parámetros de los cuales se puedan derivar instrumentos para poder operar con sus particulares variables. Una tentativa de aproximarse a la problemática de lo informal y lo temporario en el campo del urbanismo, especialmente en el contexto de las grandes metrópolis contemporáneas, exige realizar algunas consideraciones previas. Como se sabe, lo informal es un fenómeno de múltiples dimensiones y por eso su abordaje exige considerar simultáneamente aspectos económicos, políticos, culturales y urbanísticos, como campos interrelacionados que se interceptan con las cuestiones del sujeto contemporáneo. Sujeto este, tensionado y asediado por los condicionamientos del consumo, la información y valores contradictorios, puestos de manifiesto a través de las diferentes lógicas que se expresan confusamente en la lucha del día a día por la sobrevivencia y el derecho a existir. Desde nuestra perspectiva disciplinaria, como arquitectosurbanistas, lo que nos interesa especialmente es el aspecto vital de lo informal. Aquello que se manifiesta como una enorme energía de interacción social, a pesar del desorden visual y funcional producto de sucesivas crisis económicas, corrupción gubernamental y falta de políticas publicas para encauzar los acontecimientos. En este contexto, la economía informal se refiere al espacio donde normalmente se expresa el embate entre lo global y lo local, entre lo regulado por el Estado y lo que escapa a él. Entre el lado excluyente de la conexión a las redes del capitalismo mundializado y la producción de un excedente de “mano de obra” que no es absorbida por una actividad productiva cada vez más especializada, concentrada (reducida al mínimo operacional) y crecientemente mediada por procesos de automación. Al mismo tiempo, la disminución del aparato del Estado y la “tercerización” de parte de sus funciones, contribuye por su lado a la precarizacion de los lazos laborales y consecuentemente al debilitamiento de las redes sociales.

Tanto del lado de la producción cuanto del lado de los servicios y la administración, lo que se acentúa crecientemente desde los años 80 es la precarización de las relaciones económicas y sociales como un todo, con su manifestación en el espacio urbano. Es a partir de la década del 60 que crece la mayoría de las megafavelas en el mundo y la década del 80 puede ser considerada como el momento en que la era post industrial se intercepta con la precariedad, estimulando el hiperconsumo, produciendo un enorme excedente de desocupados que contribuye para el aumento descontrolado de las gigantescas manchas que configuran las periferias de los grandes centros urbanos. Una dialéctica de vaciamiento del centro tradicional y extensión sin fin de las periferias se intensifica a partir de entonces, constituyendo un paisaje caracterizado por la anomia visual como símbolo de identidad, que abarca desde la periferia hasta el propio centro. Así, podemos caracterizar los procesos de la globalización como aquellos de la pobreza excluida (excluida de la atención del Estado) y la riqueza excluyente (con su manifestación separatista de guetos de riqueza en la “mancha” de la pobreza), con su corolario, la ciudad partida. Dividida entre su parte formal, controlada por el poder público, y su contrapartida, la parte informal, la favela, librada a su propia suerte, con sus propias leyes.


28___harto___mapeo Pero esta parte informal, precaria y “temporaria”, es también el lugar donde se dan procesos vitales marcados por flujos incesantes de personas, mercaderías, informaciones y representaciones cambiantes de vida. Hay en la informalidad una esencia creativa como fuente de permanente intercambio entre las personas y que, en esa perspectiva, puede funcionar como una referencia para una “terapéutica política” para el conjunto de la sociedad, en el sentido en que Jacques Derrida usaba este concepto. Es decir, como referencia para una convivencia de las diferencias, aun en situaciones de falta, de carencia y de entornos físicos sin ninguna cualidad. Pero que, a pesar de eso, presentan una intensa dinámica de intercambios, creatividad y gestión compartida de los escasos recursos. Y es en este sentido, de aguzar el potencial de imaginación para utilización de los medios materiales y humanos, que la vida en la informalidad tiene algo de muy positivo. Aguzar nuestra percepción para la singularidad de cada situación en la perspectiva de su articulación al circuito de la interconexión y la información, revelando potenciales. La vida en la informalidad enseña una forma de vivir para poder sobrevivir, caracterizada por una actitud que tiene mucho que ver con el humor como forma de encarar los problemas. La ambigüedad es, en este sentido, pieza fundamental de la informalidad. Ella implica una dialéctica entre el orden y el desorden, y la capacidad de indeterminar las cosas, de confundirlas. Implica una sabiduría del esquivarse, que es también lo esencial del “malandraje”. Una especie de sabiduría ética que posibilita mezclar las cosas, en un universo de lo formal-legal dominado por la rigidez, la dureza, la nitidez y las “posiciones claras”. La informalidad implica una aproximación suave a aquello con lo que se debe uno enfrentar. Ella representa, atenúa y perpetúa la capacidad para driblar las leyes, en la línea de una “vocación para la cordialidad”. En este universo, la calle es esa especie de “facultad de arquitectura del malandraje” que implica “saber rebuscárselas” para vivir, y que constituye un medio fundamental de aprendizaje. Es en la calle que se va aprendiendo una forma de vivir tratando de “no joderse”, a través de la coexistencia de cosas antagónicas. Pero la vida en la informalidad tiene también altos costos, pues las actividades y la producción se dan normalmente en circunstancias de trabajo muy precarias, con sacrificios en la salud de los que deben realizar sus actividades cada día en medio de arriesgados contextos caracterizados por contaminación, inseguridad, desprotección, violencia, etc. Normalmente las condiciones son altamente deficitarias; falta de higiene, insalubridad, contaminación sonora y falta de privacidad hasta para las necesidades más básicas. Razón por la cual, cualquier consideración de intervención en nombre de la recalificación de estos lugares debe ser precedida de cuidadosos

análisis de la interacción entre los diferentes factores en juego, buscando no solo no destruir micro-equilibrios existentes, sino introducir valencias a partir del refuerzo del potencial productivo de cada lugar, buscando delicados equilibrios entre lo existente y lo nuevo. Tarea que demanda formas de comunicación especificas con los habitantes y métodos de trabajo precisos basados en la lectura de la estructura de cada lugar concreto y en la “escucha” de las demandas, como punto de partida. La segregación socio-espacial de la cual la ‘informalidad” es una de sus consecuencias, implica una batalla social incesante en la cual el Estado interviene normalmente en nombre del “orden” y del “progreso”, buscando reconfigurar las fronteras entre las áreas formales y las informales, pero siempre desde el punto de vista de los intereses de las elites económicas y políticas en la perspectiva de garantizar (tarea imposible) el control social. Por esta razón, los proyectos de estructuración socio-espacial deben ser concebidos como instrumentos de mediación en esa batalla, y funcionar para permitir una tregua en la cual la discusión del interés general de la ciudad encuentre un punto de confluencia con las situaciones locales, respondiendo a las mayores urgencias en cada caso específico. Es por esta razón que se trata de tareas altamente complejas donde se cruzan factores éticos, políticos, técnicos y económicos como parte indisoluble de su conjugación. Estos proyectos de estructuración y recomposición de las centralidades demandan un abordaje interdisciplinario y una coordinación de las diferentes instancias del poder público (federal, estadual y municipal) razón por la cual solo poden ser elaborados en un proceso que exige la participación de la inteligencia local (el saber de la gente que habita los lugares) en diálogo con los conocimientos disciplinarios, coordinados por experientes profesionales. El análisis de la estructura de cada lugar, manteniendo un dialogo con los habitantes, es por eso la base para la toma de decisiones que implican una consideración cuidadosa de la relación territorio productivo-capital social y la detección de potenciales, interceptados con los factores geo-bio-ambientales, buscando la resubjetivización del lugar. Análisis y escuchas que deben ser hechas con extrema sensibilidad a las condiciones existentes, cuando se maneja la evaluación de la relación costo-benefícios.

Actividades en ámbito colectivo en la favela de Rocinha, Rio de Janeiro Es de equilibrios siempre inestables, de situaciones en proceso permanente de reconfiguración que se trata, razón por la cual las formas de abordaje y los conceptos para pensar las intervenciones demandan siempre una previa “ecología mental”. Esto es, la revisión de las nociones que fundamentan el abordaje de los problemas, tales como los conceptos de “desarrollo”, “modernización” y “mercado”. Todas ellas muy cargadas de connotaciones ideológicas y por lo tanto exigiendo su análisis crítico descontaminador. Así, no es tanto de lo nuevo de lo que se necesita, sino mas bien de agregar valor a lo existente, de transformarlo potencializándolo. De rearticular las centralidades reconfigurando las conectividades, materiales e inmateriales, reales y simbólicos. La economía informal y las “implantaciones temporarias” o “efímeras” que le corresponden, se debaten siempre en las fronteras inciertas entre lo “legal” y lo “ilícito”, e implican para poder lidiar con ellas, una específica focalización de las fragilidades inscriptas en los agenciamientos de la vida cotidiana. En las fronteras difusas entre trabajo, precaria presencia del poder público, estratagemas de sobrevivencia y actividades en la frontera entre lo licito y lo delictivo, es que se puede tratar de entender algo de las practicas de configuración del espacio urbano contemporáneo, en su dinámica entre flujos y lugares, capaz de ofrecer elementos para auxiliar una praxis de los sujetos colectivos en dirección a un reposicionamiento de la periferia en el contexto de la ciudad. El punto de vista adoptado para estas reflexiones hechas desde años de practica de elaboración de proyectos de estructuración socioespacial, tiene por objetivo sumar elementos para un abordaje de este tema, siempre “en progreso”, hecho de “síntesis parciales”.

En lo relativo específicamente al espacio urbano no es solo la economía informal la que produce espacios temporarios. Podemos diferenciar tres tipos de formaciones espaciales que tienen una connotación informal, dos de ellas siendo producidas en los marcos “legales” y la otra no, pero todas resultando en ocupaciones “informales” de espacios públicos o privados. La primera siendo producida “espontáneamente” por formas de conducta social que apropia espacios públicos “de manera informal”, esto es, ocupando las veredas, la calle y hasta plazas, parques y el borde de lagunas o del mar, con actividades comerciales, deportivas o de esparcimiento. Son ejemplos “los bajos” (bajo Leblon, bajo Gavea, bajo Ipanema, etc.) en Rio de Janeiro, donde principalmente los jóvenes de clase media, “crean” lugares de encuentro al aire libre, que se van desplazando por distintos puntos de la ciudad a lo largo del tiempo. La elección de los lugares obedece a factores de accesibilidad, concentración de oferta de actividades semejantes, una cierta aura bohemia, estatus, etc. Estos sitios no tienen tanto una función de “mercado” sino de lugares de encuentro y esparcimiento. Generalmente no obedecen a las posturas municipales y por el contrario, estas deben ser modificadas o adaptadas en función del fenómeno, contando normalmente con el apoyo de la población. Estos puntos en la ciudad crean locales “de movida”, lugares donde la ciudad se ve muy “animada”. Las actividades que allí se instalan son potencializadas, cuando ya existen (a pesar de crear fricciones con las normas vigentes), o son “toleradas” por el poder publico y hasta estimuladas. En Buenos Aires, un ejemplo es el barrio de San Telmo, donde toda la calle principal con su plaza central es ocupada por las mesas de los bares perimetrales, compartiendo el espacio con artesanos y donde se improvisan palcos para exhibiciones de música y danza. En Montevideo, en la calle comercial principal, en el centro de la ciudad, hay un sector de la calle y una plaza que la gente utiliza para bailar tango, donde el espacio integra quioscos y café/bares con actividades artístico-culturales espontáneas. El segundo tipo informal de espacios públicos o colectivos sí tiene una connotación clara de “mercado” (en el sentido de la ciudad entendida como bazar) donde se mezclan lo legal con lo ilegal, o ilícito, caracterizado por trabajo precario, empleo temporario y hasta actividades, a veces, delictivas. En general se trata de actividades relacionadas con trabajos mal pagos y sin ninguna protección social, y tiene relación con la globalización económica caracterizada por la liberalización financiera, la abertura de mercados y la reducción de los controles del Estado. Uno de los resultados de esta forma de ocupación de espacios públicos son los “camelódromos” en Brasil, o los mercados populares en México. Homofónico del “sambódromo”, el camelódromo es un gran espacio precariamente condicionado para la instalación de “quioscos” o “puestos” de venta de infinitos tipos de mercaderías, que van de lo legal a lo contrabandeado. Literalmente puede encontrarse “de todo” en estos espacios verdaderamente “transitorios-permanentes” que cuentan con la autorización legal de las autoridades, pero donde las condiciones de trabajo para los que ejercen sus actividades, y las condiciones de desconfort para el público, los convierten en manifestaciones de ambientes públicos muy precarios. Las condiciones físicas de trabajo y de circulación por el lugar son normalmente muy negativas tanto en lo que se refiere a “condiciones de higiene” como de “confort ambiental”. Son entornos climáticamente desconfortables y contaminados visual, sonora y ambientalmente. La tercer forma de configuración de espacio informal lo constituyen los centros comerciales espontáneos surgidos dentro de las propias favelas. Claro que no se trata de simples favelas. Son complejos de favelas “conurbadas” formando una constelación con varios niveles de centralidad y conteniendo una gran diferenciación socio-económica interna. Este tipo de lugares llegan a constituir poderosos centros de atracción de todo tipo de trabajadores y prestadores de servicios, inclusive externos. En la favela de la Rocinha, en Rio de Janeiro, con una población de cerca de 100.000 habitantes y con edificios de hasta 13 pisos construidos fuera del control del poder público, existe una población flotante de 6000 prestadores de servicios de los mas variados tipos (abogados, dentistas, profesores, curas, despachantes, administradores de cadenas como Mc’Donalds y Bob’s, empresarios, comerciantes, dueños de cables de televisión, artistas, funcionarios de ONGs, representantes del poder publico, etc.) que van allí a trabajar todos los días de la semana, en una clara demostración del poder de atractividad que puede alcanzar esta “economía informal”. Que es informal en su aspecto jurídico, pero que tiene una presencia y un poder real en la ciudad. Este tipo de economía informal incluye la propiedad sin registro legal de los inmuebles, donde se superponen irregularidades de variados tipos, con la falta de control fiscal de las actividades por el poder público. Y también la ocupación de terrenos de propiedad incierta y la existencia de calles que terminan abruptamente en basurales. La informalidad abarca la provisión de agua, luz, teléfono e iluminación publica, de forma totalmente precaria. Y donde los representantes de los concesionarios de servicios públicos y los habitantes locales “negocian” permanentemente la “extensión” de esos servicios, individual o grupalmente, conectando circuitos de avanzada tecnología (teléfonos celulares de última generación,


La ciudad en devenir___29 computadores y cables de TV, por jemplo) con la precariedad de la favela. Se negocia desde el precio y los costos de esos servicios hasta el propio trazado de las redes, las casas que serán atendidas y la extensión de la red clandestina con sus ramificaciones. Hay en juego en estos agenciamientos una inteligencia práctica que articula sentido de oportunidad con el arte de enfrentar situaciones complejas. Estas negociaciones implican saber tratar con las “fuerzas del orden” (fiscales o policiales) que por su vez tratan de sacar ventajas a través de chantaje o extorsión. Todo lo cual pone en juego una especie de solidariedad popular de autoprotección, incluyendo familias en dificultades, lideres comunitarios, traficantes locales, comerciantes y dueños de vehículos de transporte interno (combis, taxis, moto taxis), que caracteriza ese estado de excepción permanente. Lo que determina una situación de también permanente equilibrio inestable como forma de estructuración de la dinámica local, entre toda una serie de participantes, formales e informales. Esta situación de informalidad generalizada demanda una regulación permanente de los negocios locales y la gestión de las variadas situaciones de ilegalidad, junto con la administración de las mayores urgencias. Frente a todo esto el poder público generalmente actúa con dos fachadas: una actitud punitiva para calmar al electorado de las clases medias y las elites económicas y políticas, y otra actitud que busca mostrar su faceta “sensible” frente a la exclusión económico-cultural, a través de algún gasto público más eficiente. En los casos presentados en esta publicación podemos verificar como, en todas las escalas, a cada una de las manifestaciones de la exclusión le corresponde un tipo de precariedad espacial y una condición de inseguridad frente a la vida. En relación con las metrópolis contemporáneas y su devenir urbano, de lo que se trata es de repensar el urbanismo en su función de articulador entre lugar, urdimbre social y condiciones de vida, ofreciendo opciones para la generación de nuevos sentidos en la perspectiva de la urbanidad y el espacio público, forzando lo existente hacia deseables alternativas posibles, como dirección para una transformación ética del cuadro de vida. Y en este sentido, los ejemplos presentados en este libro ayudan a imaginar caminos para esa necesaria transformación de cuadro de vida en la dirección de un urbanismo de la inclusión. La cuestión que ellos nos colocan es cómo, a partir de particularidades que hablan de lo no planeado, lo anecdótico, lo ordinario, lo incompleto, lo “sin cualidades”, es posible algún tipo de identificación, por más relativa que sea, capaz de desencadenar nuevos sentidos. Permitiéndonos por ejemplo concebir espacios capaces de vivir sobre ellos mismos, y evolucionar.

====================================== Jorge Mario Jáuregui Autor del programa Favela Barrio de Río de Janeiro, destinado a urbanizar las favelas de la periferia urbana de Rio. Arquitecto urbanista por la Universidad Federal de Río de Janeiro. Su trayectoria profesional se ha visto reconocida con los premios Veronica Rudge Green de la Universidad de Harvard y el Gran Premio de la IV Biennal Internacional de Arquitectura de São Paulo, entre otros. Trabaja de forma permanente en el tema de la vivienda y sus implicaciones urbanísticas, arquitectónicas y sociales.


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CORTES TERRITORIALES EN SACRA PARKWAY *

Una investigación territorial sobre sectores informales de la ciudad de Paysandú (Uruguay) *Publicación realizada en el marco del Programa de Apoyo a Publicaciones 2009 de la Comisión Sectorial de Investigación Cientifica (CSIC) de la Universidad de la República. Facultad de Arquitectura. Disponible en librería y biblioteca de la Facultad, Br. Artigas 1031.

txt. Gonzalo Bustillo “UNO DEBE COMPRENDER LO QUE VE, O DE LO CONTRARIO NO LO VE.” Heinz von Foerster En el famoso cuadro de El Greco “La expulsión de los mercaderes del templo” se retrata el siguiente pasaje bíblico: (Jn 2,13-25): “Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado».” En este pasaje bílbico el filósofo uruguayo Sandino Núñez ha ubicado la ruptura primera entre lo político y lo económico, entre el interés colectivo y el privado, la instauración de una ley que separa lo sagrado de lo profano. Valdría la pena preguntarnos si ese quiebre original, no representa hoy para nosotros una “ciega marca” que esta definiendo la manera como pensamos y sentimos, algo así como un velo que está delimitando lo que vemos y lo que no vemos. La terca persistencia de una ciudad construida en un área historicamente destinada a parque público, ¿no debería interrogarnos sobre la capacidad de nuestros conceptos para dar cuenta de las transformaciones del territorio? ¿Qué invisibilidades puede haber producido y puede estar produciendo la manera en que designamos las cosas?

En “Sacra Parkway”, con ese viejo “cantegril a erradicar”, con ese “asentamiento irregular” no elegible para un programa de integración, esa “área de precariedad”, esa “zona inundable”. Ahora bien, ¿en estos años, cuánta energía hemos dispuesto para recorrer en la actualidad ese territorio, para intentar escuchar e interpretar lo que nos pueda estar diciendo sobre el devenir de la ciudad y la manera en que sus habitantes se las arreglan para salir adelante? Sobre todo, deberíamos evitar la violencia conceptual que supone hacer de lo singular, solo un elemento más de nuestro cálculo abstracto. ¿No sería pertinente dejar de refugiarnos en la certidumbre de nuestras categorías, para emprender una lectura del territorio que nos permita construir nuevos conceptos, para interpretar esos procesos que tercamente la ciudad se obstina en presentarnos? Tenemos la responsabilidad de construir espacios que nos permitan pensar de otra manera, más allá de las portadas policiales del miedo o el último evento climático mediatizado, que transforma la ciudad en un mero objeto de caridad. Más allá de la ciudad- botin que algunos spots y discursos electorales no cesan de construir, constantemente produciendo un “otro” que debería ser erradicado. ¿Cuántas oportunidades de aprendizaje perdemos cuando pensamos que sabemos lo que el otro tiene para decir, cuando eludimos la responsabilidad de escuchar su palabra e intentar interpretarla? ¿Y si “Sacra Parkway” no fuera solamente una expresión de vida urbana degradada? ¿Si no fuera solo la parte maldita de un proceso de progreso y desarrollo nunca finalmente alcanzado? ¿Si fuera también una expresión del “derecho de cada uno a tener una opinión personal sobre la vida”? ¿Si fuera también un intento por parte de sus habitantes de hacer valer el derecho de construirse a sí mismos? ¿Tendríamos la capacidad de escucharlo?


Cortes territoriales en Sacra Parkway___31

P.D: Hace cuarenta años el filosófo francés Michel Foucault escribió: “Es verdad que ha habido una cierta desacralización teórica del espacio. (A la que la obra de Galileo dio señal de partida), pero quizás aún no asistimos a una efectiva desacralización del espacio.Y es posible que nuestra propia vida este dominada por un determinado número de oposiciones intangibles, a las que la institución y la práctica aún no han osado acometer: oposiciones que admitimos como cosas naturales: por ejemplo las relativas al espacio público y al espacio privado, espacio familiar y espacio social, espacio cultural y espacio productivo, espacio de recreo y espacio laboral: espacios informados aún por una sorda sacralización.”

Sacra Parkway: la presentación En el año 1947 el arquitecto uruguayo Julio Vilamajó viajó a Paysandú para trabajar en la formulación de un plan urbanístico para la ciudad. Ante su fallecimiento en 1948, el equipo integrado entre otros por el arquitecto Guillermo Jones Odriozola, desarrolló una instancia de planificación que se denominó “Plan Vilamajó”. Allí se propuso la formación de un Parkway o Ruta-Parque, que definía los bordes de la ciudad sobre el Río Uruguay y el Arroyo Sacra. Esta idea fue reglamentada por el municipio en 1955 y declarados non edificandi sus terrenos, para la formación de un parque fluvial. En el transcurso de los últimos sesenta años el Territorio “Sacra Parkway” ha sido progresivamente ocupado, actualmente el sesenta por ciento del área tiene usos informales. Hoy viven allí mil quinientas personas, que cuentan con servicios de agua potable, luz eléctrica y permisos de ocupación municipales. Las instancias de revisión urbanística de 1998 y 2008 han insistido en la necesidad de retirar a la gente y efectuar la parquización del área. Pero el alto nivel de inversión que requiere esa propuesta, el grado de consolidación de la pieza, y el carácter emprendedor que muestra su población, cuestionan la sostenibilidad de demoler uniformemente este territorio para intentar construir la ciudad que debió haber sido. La situación actual de “Sacra Parkway” parece enfrentarnos a tener que pensar un parque urbano de nuevo tipo. A comprender sus heterogeneidades y la vitalidad de su aparente desorden, para poder construir propuestas que en el corto plazo aborden sus potencialidades y sus conflictos.

Sacra Parkway: el libro Si se me preguntara que aprendí de “Sacra Parkway”, hablaría de dos cosas: Por un lado, de la inmensa capacidad que vi en muchos de sus habitantes para salir adelante en condiciones adversas, de su actitud emprendedora, de no esperar a mañana, de tomar su destino en sus propias manos. En fin, algo de lo que hoy a dado en llamarse “resiliencia”. Y por otro lado de una serie de atributos urbanos que he definido como

conectividad, flexibilidad y estratificación, que han fomentado el desarrollo de esas capacidades. Así el Territorio “Sacra Parkway”, surge en el encuentro de esos atributos urbanos con las prácticas de territorialización específicas de sus habitantes. Hubo allí una interacción accidental entre procesos de planificación, gestión y auto-organización territorial, de la cual hoy tenemos mucho que aprender. “Sacra Parkway” es un nombre propio y un juego de palabras con el que he intentado aprehender la complejidad de ese sector de la ciudad. Parkway es el nombre del histórico proyecto de parque público propuesto por el “Plan Vilamajó”. El Parkway o Ruta- Parque, fue una figura muy famosa del urbanismo del siglo XIX en Estados Unidos y del urbanismo europeo de la década de 1940. En nuestro país, el Parkway de Paysandú es el único que ha sido reglamentado por un municipio. De alguna manera esa figura ha terminado representando la ambición histórica, técnica y política, de construir un gran parque público como utopía ordenadora de los bordes de la ciudad. Por otro lado “Sacra” es el nombre de una cadena de asentamientos informales que se encuentra ubicadas a lo largo del Parkway sobre el Arroyo Sacra. “Sacra Parkway” es el nombre propio que di a todas estas cuestiones, muy entrecruzadas, tal como la ciudad hoy las presenta. El trabajo de investigación me permitió reconocer que a pesar del aparente desorden de la pieza, existe allí una vitalidad y una intensidad de usos, que resulta casi imposible de captar desde una foto aérea o un auto en movimiento. Fue necesario atravesar físicamente el lugar, escuchar a la gente y estudiar muchas veces las filmaciones realizadas a lo largo de la cinta, para empezar a entender cómo funciona ese lugar, cuáles son sus patrones. Allí, hay zonas para huertas, cría de animales, producción de ladrillos, reciclaje de residuos, hay una multiplicidad de pequeños comercios y una diversidad de viviendas con diferente nivel de consolidación, y todo esto convive con grandes zonas de esparcimiento de la ciudad como el zoológico municipal, canchas de futbol y otras áreas con usos formales. Esta coexistencia aparentemente caótica resulta algo muy inteligente, en la medida que mantiene próximos y muy vinculados a los sectores socioeconómicos más distintos de la ciudad. Considero que esto puede verse como una experiencia de integración urbana no planificada, desarrollada a lo largo de sesenta años, sin una teoría explicita que la haya impulsado. Este proyecto me permitió definir una metodología de investigación territorial que consiste en comparar en una zona de la ciudad, los planteos del código urbanístico, las políticas de gestión municipales y estatales, y las prácticas de apropiación de los ciudadanos entendidos como constructores de ciudad. De alguna manera esta estrategia busca confrontar el universo de nuestras ambiciones urbanísticas y el de nuestra realidad más concreta para intentar desde allí, enfrentar los desafíos actuales de manera sostenible. Personalmente me considero más comprometido con la posibilidad de proyectar lugares accesibles

para el futuro que no-lugares o utopías, como han dado en llamarse. En cierto sentido es una actitud algo post-moderna que intenta evitar dosis de idealismo y abstracción que nos impidan proyectar, negociar y transformar efectivamente, nuestra realidad especifica. Los cortes territoriales representan ese intento de suspensión momentánea del juicio crítico, acerca de cómo debería funcionar la ciudad, para tratar de entender como está funcionando ahora mismo.

Sacra Parkway: imágenes del autor En Paysandú, la brecha entre las propuestas de planificación por un lado y las instancias de gestión municipal y la ciudad construida por otro lado, es tan amplia que no parece haber demasiados puntos de contacto entre esos dos mundos, a corto plazo. Mi propuesta consiste en no esperar más el “gran golpe de suerte” que permita resolver todos los problemas de una sola vez y comenzar hoy mismo con una estrategia de infiltración territorial que no pierda más oportunidades de infiltrar usos públicos en el Parkway. Hoy la zona no es internamente atravesable, es necesario hacer recorrible el trayecto sobre el Arroyo Sacra para poder conocer y gestionar mejor los usos actuales de la pieza. La propuesta que realizo en el libro se llama “Conector Público Sacra Parkway”. Allí planteo la necesidad de realizar intervenciones de tipo acupuntura que potencien las actividades más positivas que hoy se realizan allí y puedan mitigar aspectos conflictivos. Creo que en la actualidad la instancia conocida como “Plan de Impacto Urbano- Habitacional”, representa una oportunidad inmejorable para intentar salir de un bloqueo propositivo y operativo que lleva ya varias décadas y comenzar a afrontar de nueva manera los desafíos que hoy nos plantea ese territorio.

****************************************************** Gonzalo Bustillo León Arquitecto, docente e investigador de la facultad de arquitectura de la UDELAR, formó parte del colectivo mientrastanto y estuvo directamente involucrado con la formación de la UCRUS, recientemente participó de la exposición "proyecto habitar: cuando quienes crean la ciudades son arquitectos improvisados" que ititnerara por varios paises de latinoamérica. www.cortesterritoriales.blogspot.com gdbustillo@gmail.com


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Paraformal: ecologías urbanas

Ocupaciones, representaciones, naturalezas txt. Pio Torroja

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Extracto del prólogo de Ricardo Ramón Jarne Director del Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) El espacio público de las ciudades contemporáneas no está definido y acotado sólo por los planes urbanísticos. En muchas ocasiones son los habitantes de la ciudad los que deciden que espacio va a ser público y cual no; que espacio cumplirá una función u otra. Y esos espacios no regulados, espacios anarquistas, donde se producen actividades que tienden a subvertir las leyes de la economía tradicional, del urbanismo y de las relaciones humanas generan cambios importantes, tanto teóricos como prácticos, en la manera de pensar y planear la ciudad. Este aspecto informal, lejos de ser ocasional, constituye una regla importante en el desarrollo de muchas ciudades. Hay países en donde alrededor del 50% de la economía es informal y esta genera espacios también informales que, en su urgente necesidad, presentan un urbanismo y una arquitectura circunstancial en espacios de ecología discontinua, sin registros, provisoria. Estas encrucijadas humanas donde la actividad y su entorno generan espacios intermitentes y muchas veces fugaces en las ciudades contemporáneas, son las que se han trabajado en los talleres que tuvieron lugar bajo el título “Paraformal: ecologías urbanas”, cuyos resultados estamos editando junto con la Editorial Bisman, en el presente volumen. “Paraformal” surge a partir de la iniciativa del colectivo Gris Público Americano (GPA), integrado por Mauricio Corbalán, Paola Salaberri, Pío Torroja, Adriana Vázquez, Daniel Wepfer y Norberto Nenninger, quienes propusieron el desarrollo de talleres

de investigación, articulados a partir de una red universitaria de la que formaban parte casas de estudio de Buenos Aires, Montevideo y San Pablo, que pone en contacto a diferentes grupos de investigación con profesores, alumnos y activistas, y trabaja en pos de responder algunas preguntas que se han tornado cruciales en nuestros días: ¿Qué cosas separan y cuáles unen a la ciudad formal y la ciudad informal? ¿Cómo se produce la integración de colectivos heterogéneos en un mismo ambiente? ¿Qué implicaciones éticas y técnicas tienen estas ecologías que denominamos “paraformales”? Ha sido fundamental para dar cuerpo a este libro el aporte de investigadores, autores y entrevistados. Textos de diversas disciplinas intentan armar una configuración posible del rompecabezas de la ciudad contemporánea. Desde ámbitos como el legal, el urbanístico, la producción de programas para televisión, el relato de personas afectadas por la crisis de vivienda, pasando por las reflexiones más actuales del urbanismo americano, hasta el aporte de trabajos académicos del Instituto de Investigaciones Gino Germani (UBA). Los talleres han sido la clave para ayudarnos en la articulación de estos desafíos, pero también impulsaron una comprensión más acertada de la exposición “Post-it City. Ciudades ocasionales”, muestra de la que derivan una serie de debates que dan lugar al ciclo de investigación “paraformal”. Post-it City es un archivo, pero también una exposición itinerante que explora, justamente, las huellas que dejan en las ciudades las necesidades de uso de una parte de la población. Curada por Martí Perán, y producida por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior

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que el avance delas ciudades sobre el territorio se esta dando en medio de un proceso de distribución de los recursos y riquezas más que asimétrico; la urbanización planetaria parece ser una “máquina de pobreza”. Unas 1400 millones de personas viviendo en asentamientos precarios equivalen aproximadamente a 70 metaciudades de un tamaño mayor que el de Buenos Aires y su área metropolitana actual.

Experimentos colectivos

÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷ de España (Seacex) y el Centro de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), Post-it City pretende relevar distintas ocupaciones del espacio público para todo tipo de fines y actividades, que se caracterizan por apenas dejar rastro y por autogestionar sus propias apariciones y desapariciones. ¿Cómo operan estos eventos, en apariencia mínimos, en contraposición a la arquitectura tradicional? Frente a las crecientes presiones para homogeneizar el espacio público, las ocupaciones temporales rescatan el valor de uso y desvelan la dimensión política y creativa de los individuos. Nuevas formas de urbanismo y de estética urbana que suponen nuevas problemáticas para la ciudad, y que en Argentina tenemos el gusto de exhibir en el Espacio Casa de Cultura del Gobierno de la Ciudad. Agradecemos la eficiente tarea del colectivo GPA, que ha trabajado en la producción además de enriquecer el proyecto con ejemplos de ocupaciones temporales locales, así como la colaboración del resto de los socios latinoamericanos que hacen posible esta muestra: el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile y el Centro Cultural de San Paulo, en Brasil. Mirar las pequeñas -muchas veces no tan pequeñas- señales, virar nuestra atención hacia lo que no es evidente se torna, más que una acción interesante, una necesidad a la hora de comprender por dónde transcurre el pulso de las relaciones urbanas en el mundo actual. Es necesario, por lo tanto, registrar e involucrarse en las maneras en que las personas se apropian del espacio y llegan a transformar.

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En el informe “El estado de las ciudades en el mundo 20062007” elaborado por el Programa delas Naciones Unidas sobre Asentamientos Urbanos (ONU-Hábitat)1 se llegan a algunas inquietantes conclusiones: “El año 2007 será un año crucial para la historia porque, por primera vez, la población urbana del mundo superará a la población rural. Este crecimiento urbano irá acompañado de otros fenómenos como el aumento de la población en los asentamientos precarios. En efecto, las Naciones Unidas anuncian que en 2020 unos 1400 millones de personas vivirán en un asentamiento precario. Asimismo, las megaciudades, con más de 10 millones de habitantes, serán el fenómeno urbano del siglo XXI, que por su importancia cultural, comercial, industrial, se convertirán en verdaderas ciudades-estado. Por encima de éstas, estarán las metaciudades, que superan los 20 millones de habitantes, como Bombay, Nueva Delhi, México, Nueva York, San Pablo.” Ya no son hipótesis del mundo de la ficción. La proliferación de lo urbano esta dejando de ser un evento excepcional a nivel geográfico para convertirse en una pauta constante de transformación global, en un “drama geológico”; más allá de lo apocalíptico de estos anuncios, lo que nos interesa es que ponen en primer plano las potencias desatadas de la relaciónentre demografía y producción urbana; vivimos un estrechamiento de relaciones entre las condiciones de habitabilidad del “mundo” y los problemas de configuración y desconfiguración técnica y política de la ciudad. Ecología y precariedad parecen ser dos de los aspectos a los que nos tendremos que enfrentar en el futuro cercano; es decir: 1- La producción urbana parece elevarse al rango de evento “natural”, pues ya no se sabe si opera a un nivel humano o a un nivel ecológico, complejo y planetario. 2- En el informe parece claro

Es difícil discernir si estos son problemas políticos, económicos, científicos o técnicos. Es posible describirlos a través de lo que Bruno Latour llama “experimentos colectivos”2. Varios aspectos de este modelo nos pueden servir para guiarnos en el laberinto urbano-natural en el que estamos metidos. No hay una ciencia, ni una planificación incontrovertibles que unifiquen o acallen la multiplicidad de las posiciones políticas en juego, incluso la política mismaya no es lo que era. Participamos en experimentos donde “el laboratorio ha extendido sus muros hasta abarcar todo el planeta. Los instrumentos están en todas partes. Las casas, las fábricas, los hospitales se han convertido en subsidiarios de los laboratorios”. Por otro lado está la cuestión de la escala, pues estos “experimentos actuales se desarrollan a escala uno en uno y en tiempo real”, como vimos en el caso de la gripe A, donde se procedió a gigantes planes de vacunación masivas pero conociendo muy someramente los posibles efectos de las medicaciones y de sus consecuencias en la ecología viral existente. Por eso se pregunta Latour“¿cuál es la diferencia de estos experimentos con lo que solía llamarse situación política, es decir, aquello que a todos interesa y afecta?” Y contesta: “Ninguna”. Esto, claro, no significa que todo es política sino que la política tiene otras formas, y una de ellas es tratar de construir colectivamente marcos de referencia comunes en situaciones enmarañadas e imprevisibles, pues “estos experimentos, desarrollados sobre nosotros, por nosotros y para nosotros no se someten a ningún protocolo. Nadie ha recibido explícitamente la responsabilidad de seguir su curso”. No es difícil catalogar el crecimiento demográfico y la proliferación urbana como “experimentos colectivos”; donde el resultado de la combinación de higienismo, medicina, ingeniería, estadística, urbanismo, leyes, regulaciones, etc., etc. supera ampliamente las previsiones de cada “disciplina” por separado. Estos “eventos experimentales” hacen que nuestras categorías de “naturaleza” y “técnica” se hagan más relativas, que la diferencia entre una naturaleza exterior a las pasiones humanas y una técnica que es el ámbito del artificio y la voluntad se vuelva menos marcada, menos previsible, más ambigua. Para nuestras herramientas de“diseño” de lo urbano —construcción, composición, planificación, normalización— esto tiene consecuencias espectaculares; ya no se trataría sólo de hacer ciudad. La dinámica “ambiental” que produce lo urbano está ampliamente diseminada espacialmente y no es fácilmente localizable. Parece no ser suficiente conocer las determinaciones territoriales de las ciudades. Al mismo tiempo ésta dinámica es sólo parcialmente predecible; a mayor velocidad del desarrollo urbano, menor es la posibilidad de cálculo sobre sus efectos. Mike Davis describe esta dinámica como

1 Informe “El estado de las ciudades en el mundo 2006-2007”, Programa de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Urbanos (ONU- Hábitat) - http://www.onuhabitat.org/

2 Bruno Latour, 2001, ¿Qué protocolo requieren los nuevos experimentos colectivos?- http://habitat.aq.upm.es/boletin/ n32/ablat.es.html

Algunas notas sobre la ecologización de la ciudad, gradaciones entre la forma y lo informal


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una “ecología compleja” al narrar el caso de Africa occidental: “cómo su urbanización atropellada ocurre a la vez que las fábricas de pescado europeas se apropian de toda la proteína procedente del mar, esto ha obligado a las poblaciones urbanas a regresar a la obtención de carne de caza salvaje (un negocio ciertamente en alza a causa de la proliferación de construcciones de madera procedente de los últimos bosques tropicales de África occidental), lo cual predispone más fácilmente a contraer VIH, ébola y otras plagas desconocidas… una descripción de ciertos vínculos causales que a menudo pasan inadvertidos y de la compleja ecología (el impacto medioambiental) que tiene en sí misma la urbanización”. La proliferación de lo urbano se hace más clara a la luz de un enfoque ecológico, donde las condiciones naturales, técnicas y sociales muy contrastadas y diferenciadas que pretendía el modernismo para el desarrollo de las ciudades se encuentran completamente mezcladas. Es por ello que quizás sea más pertinente tener como objetivo de exploración, no ya la ciudad y sus políticas, sino un grupo diverso de ecologías urbanas o ecologías políticas.

alternativas locales y especificas, adentrándonos en los más “reales” procesos deformación, transformación, deformación, información.

Transformaciones graduales

- lo formal: la ciudad reglada, urbanizada e inscripta en numerosos sistemas legales, sistemas estables y previsibles. En definitiva, la ciudad formal es una ciudad inmersa en una densa trama de sistemas de inscripción. - lo informal: la ciudad precaria, ciudad sin control del Estado, ciudad ilegal, ciudad no catastrada ni planificada. Sistemas inestables e impredecibles. Informal es también el suplementoo excedente de lo formal.

Pero estos gigantes experimentos están constituidos en su mayor parte por miles de pequeñas acciones diarias, pequeñas reproducciones, alteraciones y transformaciones del ambiente y esta puede ser una de las causas de que veamos aparecer los resultados pero no el proceso. Estas pequeñas acciones van haciendo emerger, poco a poco, paso a paso, “realidades”que no es desatinado llamar fantásticas, incalculables, extrañas, únicas pero conectadas. Es por ello que en esta exploración, llamada Taller Paraformal, intentamos detenernos en: 1- aquellos lugares inciertos de las ciudades, lugares calientes que podríamos llamar “experimentales”y “experienciales” y 2- cartografiar pequeñas narraciones que van enredándose unas con otras a través de algunos nodos que podemos llamar “asuntos comunes” y/o “controversias”. Hay que tener en cuenta que esta conformación gradual de los experimentos y situaciones urbanas conviven con momentos intensos y cortos de transformación. Y si bien nuestro enfoque está puesto en la gradualidad, lo que llamamos ecologías urbanas está determinado tanto por las continuidades, los grises y las institucionalizaciones, digamos las formaciones en general, como por las discontinuidades, es decir las catástrofes.

Producción de conocimiento formal e informal La producción de conocimiento no está ajena, por supuesto, a los intentos de control y disciplinamiento de la proliferación urbana. De la mano de las políticas neoliberales áreas del conocimiento como la economía y el urbanismo han consolidado el uso de las categorías de la “ciudad formal e informal”, de la “economía formal e informal”. Estos pares de opuestos han ocupado los medios de comunicación y forjado o fingido un debate sobre qué es y qué no es la ciudad y la urbanidad, polaridad conceptual que pareciera describir una dentro y un afuera completamente definidos y un congelamiento de las complejas relaciones urbano-ecológicas. Partiendo de estos estereotipos, el Taller Paraformal intenta experimentar con categorías alternativas para explorar el campo del medio, esa zona gris, gradual y compleja en la que creemos se desarrolla la verdadera máquina de la ciudad. En este sentido estamos usando el neologismo “paraformal”, artificial y provisorio, algo relativo a la forma pero que no es ella misma. Evitamos tomar lo formal y lo informal como adjetivos o atributos fijos; intentamos introducir

Un modelo de exploración

pueden ser reemplazadas libremente por otras, no son sustituibles ni intercambiables. Complicados, en tanto sus actores están completamente imbricados unos con otros, complicados en tanto unos implican a otros.

Para este taller de investigación trabajamos con el siguiente modelo abstracto: lo formal y lo informal son sólo polos ideales de una actividad menos delimitable, de una acción mixta y heterogénea, que llamamos paraformal. Lo paraformal es el lugar de cruce de lo formal o formado y lo informal o en formación. Lo paraformal es el lugar de cruce de lo previsible y lo imprevisible. Lo paraformal es: A- La ciudad en formación, el principio de acuerdos, reglas o proyectos, como: B- La ciudad en desagregación, los procesos urbanos conflictivos, friccionantes o catastróficos. C- Las situaciones urbanas donde hay fuertes “indiferencias estratégicas” entre los actores.

Tipos de territorios a cartografiar

El debate estereotipado entre lo formal y lo informal estaría constituido por:

Cada punto: una controversia

Ambas categorías son para esta investigación figuras retóricas que se usan para la movilización política de actores. Sin duda, ambas tienen tradiciones arquitectónicas y urbanísticas que pueden ser de utilidad, pero que hay que introducirlas en un sistema de referencia cambiante y siempre relativo. Podemos agregar que el modelo paraformal nos permite adentrarnos en las ecologías urbanas, al ser lo paraformal el estado intermedio entre los sistemas estabilizados y los sistemas inestables, entre las situaciones estratificadas y las situaciones superficiales (entendiendo estas como las situaciones que no están aún fijadas y por tanto “flotan” entre varias determinaciones sin resultado previsible). Esto podría permitirnos cartografiar complejos de relaciones en estados de equilibrio inestable o desequilibrio semipredecible. Podríamos decir que las situaciones informales e inestables son expresión visible de los procesos de innovación, de adaptación a situaciones nuevas y cambiantes, mientras que los sistemas formales son conjuntos de actores duramente estabilizados por una diversidad de procedimientos de interconexión y regulación de sus relaciones. ¿Cómo se relacionan? ¿Dónde se transforman uno en el otro? La hipótesis de la ecología urbana se enfoca en la articulación entre lo complejo y heterogéneo y lo ya diferenciado y “organizado”. Esta articulación puede ser vista como el medio determinante de la dinámica urbana, y es una descripción de lo urbano conectada con la idea de “ambiente”. El modelo de una ecología urbana puede ser una forma de aproximarse a situaciones como el crecimiento demográfico, la urbanización progresiva o el calentamiento global. La hipótesis de una ecología urbana, entonces, hace mas indiscernible el ambiente y lo urbano, ahora mezclados, complejos y complicados. Complejos porque en sus dinámicas sus partes no

El rango de este cartografiado incluye: asentamientos y loteos “informales” (villas de emergencia, tomas de terrenos y fábricas, también “infraestructura paraformal” como los mercados “ilegales”). Pero también situaciones mezcladas como las zonas de venta ambulanteo ciertas tomas periódicas o permanentes de rutas y calles. También tierras públicas de ambiguo estatus legal, usadas por corporaciones, compañías u otras poderosas organizaciones, lo que podría llamarse “paraformalidad formal” o “paraformalidad legal”.

Proponemos confeccionar un mapa donde cada punto sea el resultado de una multiplicidadde situaciones y esté habitado por una diversidad de actores. La idea es que el proceso de cartografiado se vaya desarrollando de la misma forma que los territorios polémicos que intentamos representar y describir. Por tanto el cartografiado que proponemos es del tipo abierto, donde habrá que explicitar los diferentes puntos de vista y posiciones de manera que queden representados en el mapa.

Estados Paraformal es un intento por explorar algunos pequeños procesos dentro de estas circunstancias actuales. Una hipótesis de trabajo sobre la producción urbana, que exponga los límites del debate actual sobre la ciudad formal e informal, que rescate el carácter procesual entre estos dos polos ideales, en sí mismos no hacen sino postergar la discusión y puesta en práctica de nuevas herramientas de imaginación colectiva. Intentamos con estas notas y exploraciones describir la ciudad como un campo heterogéneo e incierto. Un tipo de red donde las relaciones entre los actores no pueden ser ni completamente predecibles, ni parte de un caos abstracto. La descripción de la producción urbana como un campo desregulandose permanentemente está hecha bajo la evidencia de que las normalizaciones, los acuerdos, los planes o proyectos, la reunión y ensamblaje de situaciones y actores se dan paso a paso y su estabilidad implica un costo permanente. Nunca hay que darlos por sentado. Un espacio heterogéneo como el que pretendemos explorar, es un espacio donde el Estado ya no es el regulador total de los sucesos del territorio. El Estado ya no es el tablero del juego, y los grupos e instituciones, ecosistemas y flujos son las fichas. El Estado es una ficha más, pero una ficha aparentemente más complejao multiforme y, por cierto, más poderosa, una ficha que aún tiene el poder de reunir a un nutrido grupo de fichas dispares. Es por eso que en las controversias de la ecología urbana el Estado siempre es uno de los grandes mediadores, pero también al ser una ficha más, reclama ser analizado como tal, como un actor-ficha que ha llegado a ser y es de determinada manera. No está fuera del juego, que tiene siempre un final imprevisto, no es una meta-institución, ni un meta-sistema. Al ser un tipo particular de actor, el Estado, muchas veces puede ser visto como algo contradictorio y cuya heterogénea formación no siempre resiste la unidad y tiende a la desagregación; allí hay un campo de acción ecológico-urbano.


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Espacio público, un modelo de mundo en común ¿Cómo pensar un mundo común en un espacio no homogéneo, cómo imaginarlo primero como una “propuesta ecosistémica” y no sólo como un bien común? ¿Es posible pensar lo urbano como un “pluriverso”? En 1927 John Dewey escribe en Estados Unidos “El público y sus problemas” o “The Public and its Problems”, partiendo del análisis de lo público como el proceso político adecuado para una democracia en tiempos de tecnología, masas y medios de comunicación. La división entre público y privado parte de las consecuencias de las transacciones y no de una división formal. Tenemos dos tipos de consecuencias: 1- Las que afectan a los actores directamente implicados en una transacción. Y 2- Las que afectan a otros distintos que los inmediatamente implicados. De esta distinción de consecuencias surge la distinción privado/público. Para Dewey cuando se reconocen las consecuencias indirectas y existe un esfuerzo por regularlas, surge algo que posee los rasgos de un Estado. El espacio público en Dewey no parte de una idea de comunidad de intereses y hábitos, no es un espacio conocido, propio. Es un espacio que aparece cuando las instituciones existentes no pueden hacerse cargo de una situación porque excede su capacidad de acción y conocimiento y afecta a un grupo heterogéneo e imprevisto de actores. Allí aparece o puede aparecer lo público, que va configurándose en torno de esa incertidumbre. Tenemos una noción de lo público que se determina por los efectos inesperados de transacciones y no por el consenso en sistemas de inscripción, que detecta como ineficiente o nula la acción de expertos puesto que no hay antecedentes ni conocimientos organizados para aplicar sobre la situación. Por otro lado el grupo (espacio-situación) que va configurándose es un grupo extraño, un grupo de desconocidos o incluso un grupo potencial de antagonistas entorno de una incertidumbre. Y si estamos acostumbrados a pensar que el Estado es el mediador, el regulador natural en este tipo de situaciones no puede sino sorprendernos el resultado al que llega Dewey. Según él la configuración de un asunto público siempre supone una“reinvención del Estado” (remake the state). Lo cual hace de lo público una tarea enorme, pero el/lo público siempre aparece como un conjunto complejo que no tiene, en principio, ni los recursos ni los conocimientos para tratar la controversia que los reúne. Reinventar el Estado construyendo este incierto espacio público es un horizonte posible para la construcción de un mundo común y habitable.

Dispositivos de exploración y aprendizaje colectivo Uno de los modelos de lo público en el marco de una ecología urbana se da cuando se formulan interrogantes en torno a las consecuencias futuras de diferentes emprendimientos y proyectos y plantean así un cuestionamiento que contribuye a una «reconfiguración social» del problema. Los protagonistas que hacen surgir el conflicto, cuestionan la frontera entre lo técnico y lo social, e introducen, de ese modo, una indeterminación que no será clausurada sino al término de la controversia. Los conflictos cumplen así el papel de extender la discusión sobre «estados de mundos posibles» al tiempo que amplían la exploración de argumentos, tomando en cuenta una pluralidad de puntos de vista, demandas y posibles respuestas. Se constituyen así, en «dispositivos de exploración y de aprendizaje colectivo» Una de las formas que podría tener una democracia en nuestras ecologías urbanas y proliferantes es la de estos dispositivos de exploración y aprendizaje colectivo, que son procesos de

inscripción, de información y transformación del ambiente simultáneamente; ya no sonsólo luchas por derechos conseguidos o por conseguir sino que son verdaderas declaraciones de que las consecuencias futuras de las “naturalezas parciales” y de los grandes experimentos colectivos no pueden ser completamente calculables. La transformación de una ciudad única en una red de ecologías urbanas abre un campo de de nuevas posibilidades pero es sobretodo un terreno incierto en el que el trabajo de selección y articulación de “mundos” depende de nosotros. Mayo 2010

÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷ Pio Torroja Estudia arquitectura en la UBA. Miembro fundador de m7red (2005). Actualmente está investigando sobre la cuenca del Riachuelo-Matanza. Investigaciones en Argentina, España y Corea asociado con el urbanista americano Teddy Cruz. Dicta cursos de arquitectura en el CIA (Centro de Investigaciones Artísticas). Es miembro fundador del grupo de investigaciónGPA (Gris Público Americano). Es miembro de Tu Parte Salada, curador por Buenos Aires de la muestra itinerante Post it City.


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Montevideo 6, 7, 8, 9 y 10 de abril de 2010

TALLER DE URBANISMO ACTIVO / CIUDAD VIEJA

.............................................................................................................................................................. En Setiembre de 2008 un grupo de estudiantes de Master en Urbanismo de la Universidad de Roma Tre orientados por el Profesor Mario Cerasoli junto con Marcelo Danza comenzaron a trabajar sobre la periferia romana y montevideana en forma paralela. El trabajo analítico inicial hurgaba en las coincidencias y divergencias para luego ensayar proyectos urbanos de diversas complejidades y escalas. En Marzo de 2009 a los estudiantes romanos se suman a la experiencia estudiantes avanzados de arquitectura de la Facultad de Arquitectura de Universidad de la República de Uruguay y de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca orientados por Germán Valenzuela. Esta vez el trabajo se centró sobre la periferia montevideana(Euskal-erría) y se ensayó una intervención concreta en ella, en un workshop que duró una semana. Los buenos resultados motivaron realizar una nueva versión del Taller de Urbanismo Activo en Marzo de 2010, esta vez centrados en la Ciudad Vieja montevideana, con la coordinación de Mario Cerasoli y con el aporte de Francesco Careri y Adriana Goñi de la Universidad de Roma Tre, Sonia Romero y su curso de posgrado en antropología urbana, además de un trabajo coordinado con el Taller Varas de la Universidad de Buenos Aires. El resultado, expuesto además en el mes de Junio en Piedrabuenarte en Buenos Aires conjuntamente con los trabajos de los estudiantes del Taller Varas de la FADU UBA, se presentan a continuación en este artículo, y forman parte de la publicación PARAFORMAL también reseñada en este número de MAPEO. ..............................................................................................................................................................


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Presentación en el galpón cultural Piedrabuenarte (Bs. As. Arg.) Marzo 2010

La ciudad se genera en el tiempo, cada época aporta su fragmento y coloniza los anteriores, el territorio virgen es uno de esos fragmentos a cuidar, preservar o colonizar. Nuestra ciudad, la que aportamos en el siglo XXI es mayoritariamente la informal, la que crece y se expande incontroladamente al margen del dominio de los planificadores y arquitectos. Identificamos a la Ciudad Vieja como un acotado laboratorio de pruebas donde están presentes una serie de complejidades reconocibles y trasladables desde y hacia casi cualquier ciudad latinoamericana. Es lugar de superposición de legalidades varias donde conviven lo formal con lo informal, lo central con lo marginal, el turismo con la necesidad, el trabajo con la vivienda, el puerto con la rambla y demás situaciones que, más que antagonismos, evidencian un límite por demás difuso y por momentos espeso al punto de no poder separarse lo uno de lo otro. Los arquitectos sentimos fobia por todo lo que escapa a nuestro control. Si en la "naturaleza-natural" nada dominamos realmente, si las catástrofes climatológicas o el devenir orgánico están más allá de la voluntad humana, guardamos la íntima ilusión de poder dominar la "naturaleza-artificial", aquella generada por nosotros

mismos. Sobre esa base errónea basamos nuestros sistemas de transmisión y profundización del conocimiento, el que se legitima a sí mismo no reconociendo su falla original. Hacemos aquellas preguntas para las cuales tenemos respuesta aceptada y negamos o evitamos las que escapan nuestro universo de frágiles certezas. El éxito o fracaso de la intervención arquitectónica se autolegitima en referencia a una serie de par·metros así determinados y no en su capacidad de interactuar positivamente con su externalidad. Los parámetros estéticos están definidos en base a los sedimentos pacientemente generados por una cultura "culta"; como en cualquier arte los curadores y promotores culturales, por definición integrados al sistema, son los que otorgan credenciales válidas a las nuevas tendencias. Los arquitectos tenemos la ilusión de controlar la lógica de la ciudad, sabemos de eso, para eso estudiamos largos años y se nos otorga un título habilitante para ejercer nuestra profesión. Junto con otros técnicos, desplegamos las reglas de la ciudad cristalizadas en forma de normas urbanas, se dibuja en nuestra mente la ciudad ideal y la proyectamos sobre el territorio como si sólo con nuestra ilusión fuera suficiente. Nuestra ansiedad de estabilidad y equilibrio no está facultada para reconocer lo que se genera fuera de estos parámetros. No sabemos que pasará con nuestras vidas mañana pero ansiamos proyectar la ciudad que nos sobrevivirá y para la que seremos inevitablemente insignificantes. Uno de los desafíos más trascendentes de la disciplina hoy es elaborar el duelo del control. Admitir definitivamente y con honestidad que el único modo de tener las cosas bajo control es asumir el "bajo control", el control selectivo de aquellos elementos claves, mínimos, que permitan la libertad, lo impredecible e inesperado con naturalidad, sin conflictos ni situaciones traumáticas. Los arquitectos jugamos nuestro juego, que después de todo, es bastante divertido. Muchas de las reglas las fijamos nosotros y la densa cultura urbana acumulada difundida y perpetuada por las instituciones vigilantes de la "buena educación". Alguien no sabe esto, juega en el mismo tablero y con las mismas reglas pero su práctica es la inversa. Allí donde hay control social, político, económico o de cualquier otro tipo él lee

un sólido denso e impenetrable. Es el tablero donde transcurre el tiempo oficial. Allí donde los márgenes del control se debilitan él lee un hueco colonizable, un espacio propicio para que discurra otra historia. Esos umbrales de control no son estables en el tiempo, muchas veces varían del día a la noche o del invierno al verano. Esto confiere al habitante del tablero inverso un nomadismo esencial. El sólido lo determina lo policíaco, las normativas urbanas y las normas de la urbanidad. Los huecos son todo lo otro y en él aflora una ciudad paralela, la "ciudad del tablero inverso", con su comercio callejero, sus casas inexistentes en el derecho urbano e inocultables en la realidad. En el "tablero inverso" es donde crece la ciudad de nuestro tiempo. Más importante que estudiar una buena norma puede ser estudiar el hueco que esa norma deja, siendo conscientes que es allí y no dentro de sus márgenes donde crecerá la nueva ciudad. ¿Es posible obtener una cartografía que nos permita evidenciar su espesor? ¿Puede dicho espacio no solo ser prefigurado, sino incluso previsto y proyectado?

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Megamuzzarella. Monumento al delivery. 1 muzzarella envuelta por 5 kilos de papel sulfito. Montevideo 2010. (Img. cortesĂ­a de harto___espacio)


Taller Danza___39 Jimena Abraham Laura Acosta Inés Artecona Fabio Ayerra Sergio Barreto Eduardo Bertiz Lucía Bogliaccini Luis Bogliaccini Gonzalo Bustillo Virginia Cabrera Diego Capandeguy Marcos Castaigns Martín Cobas Marcelo Danza Martín Delgado Bruno Di Giovannantonio Hugo Dutiné Miguel Fascioli Mariano García Federico Gastambide Andrés Gobba Marcos Guiponi Emilio Magnone Lucas Mateo Bernardo Monteverde Paola Monzillo Nicolás Newton Emilio Nisivoccia Natalia Olivera Alfredo Pereda Carolina Pereiro Diego Pérez Martín Pronczuk Felipe Reyno Pablo Roquero Santiago Saettone Paola Santurio Marcelo Starrico Karen Suarez Macarena Trías Jorge Tuset Javier Vidal Ximena Villemur Pedro Calzabara Alejandro Baptista Roberto Monteaciuso Horacio Flora Ana Laura Góni Thomas Sprechmann

Taller danza 2010


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laboratorios a escala real El laboratorio GLOBO propone un desafío inusual al estudiante de anteproyecto. La posibilidad de participar en un concurso internacional de arquitectura... y por lo tanto ganarlo. Si bien la ejercitación proyectual en base a simulacros de concursos existentes no es novedad en las propuestas pedagógicas del taller, la posibilidad real de participar del mismo incluye una variable que anteriormente había quedado al margen. Desde 2002 hemos trabajando esta temática, en el entendido que los concursos son, cada día más, parte de nuestro ejercicio profesional cotidiano. Equiparable en tiempo y energías dedicadas al resto de actividades de muchos estudios, además de una oportunidad excepcional para los más jóvenes de conseguir hacerse un lugar — que no se los puede dar la experiencia— en el panorama no solo local sino incluso internacional: los ejemplos sobran. Específicamente en el curso de Anteproyecto II hemos trabajado desde el segundo semestre del 2009 en concursos cuyas fechas coincidían con el semestre de clase, yendo de este modo un poco más allá del ejercicio como simulación de la realidad hacia el experimento a escala real —a presión y temperatura normal—. Los resultados han sido más que estimulantes. Coincidiendo con el calendario del segundo semestre de 2009, estuvo abierta una convocatoria de ARQUITECTUM a concurso para un zoológico vertical en la Reserva Natural de Buenos Aires (terreno ganado al mar a lo largo de décadas) ubicada al este de Puerto Madero; mientras que en el primer semestre de 2010 la propuesta, quizás más desafiante aún por su locación, fue para un Centro de Investigaciones en Bali. Entendemos al curso de Anteproyecto II como rótula en la formación del estudiante. Buscamos pues, terminar de consolidar el manejo de herramientas que le permitan plantearse de aquí en más, una intensificación en la coherencia y potencial propositivo del proyecto arquitectónico que en esta etapa de la carrera está empezando a dominar. Ambas convocatorias definen un programa de casi 3000 metros cuadrados y busca provocar un hito desde y hacia la ciudad, estimulando al mismo tiempo que el desarrollo de una torre frente a Buenos Aires y un edificio en el mar de Bali el cuestionamiento de sus propias reglas, todo esto nos permitió reflexionar más que en cada concurso en sí mismo, en las instancias de concurso genéricas, en las posibilidades y desafíos que las mismas plantean y en la capacidad de comunicación de las propuestas al mismo tiempo que estar resolviendo un programa relativamente complejo y detalladamente pautado.

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FICHAS TÉCNICAS Segundo Semestre 2009 / A02 - Taller Danza Concurso internacional: Vertical ZOO en la reserva ecológica de Puerto Madero Lugar: Buenos Aires, Argentina Participantes inscriptos : 300

Primer Semestre 2010 / A02 - Taller Danza Concurso internacional: BALI 2010 - Centro de Investigación Marina Lugar: Bali, Indonesia Participantes inscriptos: 150

Jurado: Arq. Marcelo Vila, Arq. Clorindo Testa, Arq. Oscar Soler, Arq. Tomas Dagnino

Jurado: Arq. Henry Gunawan Tjhi, Arq. Katherina Allo, Arq. Adi Purnomo, Arq. Sonny Sutanto, Arq. Tsuto Sakamoto

4 MENCIONES Sponghenge Marcos Garcia Choca, Vanessa Scarenzio

PRIMER PREMIO Fur Muffle Tania Odriozola, Ana Lucía Alvarez

Palimpsest Lucía de León, Sofía Massobrio, Gonzalo Pastorino, Sofía Pinto, María Inés Sandobal

SEGUNDO PREMIO Go with the flow Adriana Berta, Cecilia Alamón

Ant Nest Federico Lapeyre / Leonardo Botto

2 MENCIONES

Vertical ? Francisco Bosch, Guillermo Murdoch

Hope Francisco Magnone, Agustín Piña Inflatable Agustina Vigevani, Emiliano Recoba

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laboratorio materia El Laboratorio MATERIA surge dentro de la estructura del Taller Danza, FARQ-UDELAR en el año 2007, como respuesta al curso de introductorio, dentro de una re-estructura general del taller. El taller se estructura en vertical, lo que llamamos LIAs (laboratorios de indagación arquitectónica). Cada uno de estos LIAs investiga y explora en determinadas temáticas. Particularmente como respuesta al curso de introductorio, se platea el Laboratorio MATERIA, centrando su aproximación al espacio y a la arquitectura desde la materia. El Laboratorio MATERIA intenta salvar el espacio que separa el proyecto de la construcción a través de ejercicios que proponen como desafío la construcción a escala 1:1, profundizando en las operaciones efectuadas (acciones o conjunto de acciones que alteran o profundizan una condición de la misma), partiendo del estudio científico y empírico de la materia como uno de los principales ingredientes y herramientas de la proyectación en arquitectura. El workshop se plantea dentro de esa gama de ejercicios, que además del desafío de la construcción a escala 1:1, tiene el desafío de reunir a alumnos y ex alumnos del laboratorio, y a todos los estudiantes del taller en general en un ensayo proyectual y constructivo intergeneracional.

laboratorio Córdoba

Intercambio creativo, que tiene como finalidad la alteración, y la generación de espacios dentro del Parque Rodó. Estos espacios habitables, móviles o transportables, tendrán carácter de instalación urbana para uso del público del parque, conformando un espacio disfrutable dentro del territorio recreativo del parque Rodó. El proceso para la definición de la intervención tectónica a construir, tiene que tener a la MATERIA como fuerza impulsora para el desarrollo del argumento arquitectónico. Cada uno de estos espacios parte de un material a ser entregado por el equipo docente. El workshop estará integrado por estudiantes del laboratorio materia 2010, ex estudiantes del laboratorio 2007-2008-2009, otros estudiantes del taller Danza, los docentes del curso y docentes invitados. Se realizarán visitas al lugar, ponencias de invitados, charlas operativas, y un pequeño ensayo proyectual intergeneracional, del cual se obtendrán los proyectos a construir. El workshop culmina con la construcción colectiva de estos espacios.

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Laboratorio Talca

“Tradicionalmente los terremotos han sido considerados una oportunidad de aprendizaje para los estudiantes de arquitectura, cosa que no nos resulta tan clara cuando ese aprendizaje se asocia tan solo a la estabilidad de las construcciones. La idea de Cultura Sísmica, en cambio, parece ser capaz de dar cabida a lo que creemos requiere un arquitecto para su formación... ... Queda por preguntarse qué se perdió y qué se puede ganar con elTerremoto del Maule. La visita a Corinto, Curtiduría y Gualleco -pueblos que informaron fuertemente la orientación de nuestro quehacer desde 1999- otorga algunas pistas a la hora del desconcierto, todas las cuales apuntan a fortalecer el rol que la escuela asumiera desde su fundación cual es el de incidir en la modernidad no resuelta del Valle Central de Chile”


Taller Danza___43 Texto extraído del portal de la escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca apenas una semana después del terremoto que asolara la zona y pocos días antes de dar comienzo al semestre que habíamos planificado en conjunto con 5to año de Talca y los cursos de anteproyecto 2 y 3 de nuestro taller y que centraría su trabajo específicamente en la ciudad de Montevideo. Luego de esto volcamos toda nuestra energía a repensar Talca entre dos terremotos. En el convencimiento de que las crisis tienen la capacidad de develar nuevos registros y campos operativos en los cuales descubrir una oportunidad para el pensamiento y

la producción arquitectónica, el curso de anteproyecto 3 se propuso: (Re)Tal-K, una ejercitación que propone volver a hablar sobre Talca, reflexionar acerca de sus futuros, ver más allá de la crisis, la positiva posibilidad de repensarla. Para esto (Re)Tal-K, define dos escenarios operativos: el de contingencia, pensando no solo en el momento actual, sino en crisis futuras; y el Talcazero, escenario de la reconstrucción, como la oportunidad de re-inventar, re-descubrir o, por qué no, re-crear el Talca futuro. Por su parte, el curso de anteproyecto 2 abordó específicamente la problemática del centro histórico de la ciudad de Talca, donde más del 50% de las construcciones se vieron

fuertemente afectadas por el terremoto muchas de las cuales, todavía en pié entonces, ya no lo estaban cuando visitamos Talca —el pasado mes de mayo— y corroboramos que el plan de demolición viene siendo bastante más efectivo que el de reconstrucción. En un abordaje primario detectamos la existencia de un plan para Talca en proceso de aprobación que incluía entre otros temas, la necesidad de una fuerte densificación del centro y la dotación de áreas verdes de calidad inexistentes en el mismo. Tomando en cuenta estos dos objetivos primarios y la nueva situación de llenos y vacíos generada a raíz del terremoto, se desarrollan las propuestas aquí presentadas.


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Laboratorios de indagación arquitectónica En el segundo semestre del 2010 los cursos de arquitectura del Taller Danza retomaran la lógica intensiva de los Laboratorios de Indagación Arquitectónica (LIA) que han reconfigurado sus prácticas docentes en los últimos años. Esta práctica reconocida como innovadora en el ámbito académico regional ha conciliado el interés de diversos colectivos de arquitectos y Facultades de Arquitectura lo que motivó que el Taller y sus Laboratorios fueran invitados a participar en varios eventos internacionales*. En un medio académico como el nuestro, pequeño y fragmentado, austero en el reconocimiento estas señales provenientes de ámbitos distantes se han vuelto un enorme estímulo en continuar y profundizar en el camino emprendido tiempo atrás. Es por ello que en el segundo semestre del 2010 nos hemos propuesto intensificar el trabajo de los LIAs dotándolos de especificidad, interés y contemporaneidad en sus territorialidades de investigación. Los LIAs del segundo semestre del 2010 tomarán temáticas que son o deberían ser centrales en el debáte disciplinar y político contemporáneo tanto a nivel local y regional como global.

LIA 100.000! Cien mil viviendas es lo que se propone hacer el actual gobierno uruguayo en los próximos cinco años. Una cifra ambiciosa para un desafío impostergable. ¿Tenemos los arquitectos y estudiantes de arquitectura algo que decir al respecto? ¿Cómo y dónde hacelas? 100.000 viviendas dejan abierta la posibilidad de repensar los modos de producción, los modelos de ciudad y de la organización de los espacios que habitamos. También permite repensar nuestras domesticidades a la luz de los cambios tecnológicos, de hábitos y prácticas sociales de la contemporaneidad. 100.000 viviendas plantean el desafío del frágil habitat como marco y la necesidad de repensarnos en el como programa. 100.000 viviendas interpelan a toda una generación de arquitectos y urbanistas a tomar en préstamo nuestras ciudades y entregarlas mejor de lo que las recibimos.

LIA VERTICAL

*Entre ellos se destacan: 2006- Montaje de la exposición Fresh Madrid en el atrio de la IMM con motivo de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo. El montaje de la muestra comisariada por Ariadna Cantis fue encomendada al Taller Danza por el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). 2007- Montaje de la Red de pensamiento y acción ECO (Enlace Ciudades Otras). 2008- Conformación del Taller de Urbanismo Activo, workshop periódico de estudiantes de arquitectura a nivel de grado y posgrado organizado por el Departamento de Urbanismo de la Universidad de Roma Tre, la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca y el Taller Danza. El Taller tiene como objetivo la reflexión y acción sobre los fragmentos más vitales de la ciudad contemporánea, contrastando a la vez la lógica de la ciudad europea con la sudamericana. 2009- Invitación a participar con un Audiovisual del Festival de Cortos “Imágenes en movimiento” en la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires. 2010- Colectivo seleccionado para la exposición Itinerante POSTPOSTPOST. 2010- Exposición Internacional y Publicación “Paraformal” organizado por Gris Público Americano conjuntamente con Taller Varas de la FAU UBA, la Escola da Cidade y el Taller Danza 2010- Participación en le Exposición Internacional Post It City 2010- Participación en el encuentro de experiencias novedosas en enseñanza de proyecto en Escuelas de Arquitectura. Medellín, Colombia. Octubre de 2010 2010- Workshop Sudamerikanarquitectura en la Universidad Católica de Santiago de cHILE 2010- Workshop universidad Roma Tre

“En la actualidad el "verticalismo", la concepción del espacio y de la ciudad contemporánea en términos verticales, aún no ha hecho más que empezar. Estamos asistiendo a un apasionante proceso de transformación. Hemos comenzado a pensar la ciudad -y las ciudades históricas- desde posiciones que sustituyen eficazmente la bidimensionalidad del urbanismo por un nuevo verticalismo. Está por ver si se trata de una forma complementaria o alternativa de pensar la ciudad (en planta o en tres dimensiones, urbanismo o verticalismo). En el trabajo profesional de las generaciones de 40 y 50 años, y en los más jóvenes, vemos florecer campus universitarios verticales, museos verticales, bibliotecas verticales, laboratorios verticales, "fashion buildings" verticales, parques verticales, centros deportivos verticales, así como combinaciones de todos ellos mezclados con tipologías residenciales, hoteleras y de oficinas, a veces conformando verdaderas ciudades en las que la sección del edificio pasa a ser lo que la planta de la ciudad ha representado hasta hoy ("mix-use buildings"). Otros ejemplos mezclan torres con usos distintos pero con una misma lógica formal, creando un grupo o racimo de torres (las denominadas "bundle of towers"), una alternativa eficaz y oportuna al gran "mixed-use" vertical en muchos contextos tiene la virtud de desplazar el interés desde los objetos al aire que rodea a unos y a otros, al espacio que crean y a la forma en la que las nuevas construcciones interactúan con las existentes.Traslada por decirlo de una vez la carga icónica del objeto autobiográfico al espacio público, a la ciudad que generan.” “Pensar en construcciones verticales es necesariamente pensar en nuevas modalidades de lo público que den satisfacción a las nuevas demandas surgidas de los cambios sociales, culturales y demográficos potenciados por las metrópolis globales”

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El texto citado pertenece al arquitecto español Iñaki Abalos. LIA VERTICAL indagará sobre estos temas planteando posibles construcciones verticales ubicadas en diferentes lugares del mundo. Para ellos abordará la lógica proyectual y el desafío de las construcciones verticales desde las grandes torres y rascacielos hasta pequeñas construcciones de pequeña y media escala.

Img. 1 Entrega de fallos 1er semestre Img. 2 Seción crítica LIA Talca Img. 3 Exposición de proyectos - Anteproyecto 1, 1er semestre Img. 4 Teleconferencia con la Universidad de Talca. Corrección de proyectos 1er semestre Img. 5 LIA Talca Img. 6 Charla general Img. 7 Germán Valenzuela. Director de la escuela de Arquitectos de la Universidad de Talca Img. 8 Anteproyecto V Img. 9 Idem. Img. 10 Exposición de proyectos - Anteproyecto 1, 1er semestre

LIA SUSTENTABILIDAD, BELLEZA Y TERMODINÁMICA. Algunos autores como Iñaki Ábalos señalan que asistimos a un cambio de modelo en la arquitectura que va del tectónico y mecánico de la modernidad a un modelo termodinámico. “Los cambios radicales que la enseñanaza de la arquitectura esté experimentando pueden significar la oportunidad de plantear este cambio de lo tectónico a lo termodinámico como respuesta a la crisis del conocimiento de las disciplinas de la arquitectura y el territorio – una crisis hoy metida en otras dos, la energética y la financiera, pero distinta a ellas-.” Esa oportunidad es la que queremos utilizar explorando en todos los laboratorios las posibilidades de una nueva arquitectura consustanciada con estas nuevas exigencias.

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Lona por cervezas. Taller Danza en Chile 2010.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Taller Danza / Facultad de Arquitectura / Universidad de la República: Bvar. Artigas 1031. cp.11200, Montevideo.Uruguay. Tel. +598 400 1106 / Fax. +598 2 400 6063 www.farq.edu.uy/tallerdanza

Dirección: Marcelo Danza Edición: Miguel Fascioli Diseño: Antar Kuri

Mapeo es una publicación sin fines de lucro, editada y producida desde el Taller Danza y La Usina de Arquitectura. Se agradece citar la procedencia y autores en caso de reproducción total o parcial de esta edición.

Colaboraron en este número: Pablo Brugnoli / SPAMarq (Santiago de Chile), Lucía Fernandez (Uruguay), Martí Perán (Barcelona), Jorge Mario Jáuregui (Río de Janeiro), Gonzalo Bustillo León (Uruguay), Pío Torroja Paola Salaberri y Adriana Vazquez (Buenos Aires),

revistamapeo@gmail.com

Corrección: Natalia Olivera, Lucía Bogliaccini

Agradecimientos: Miguel Rodriguez de basurama, a Lucas y Gustavo de A77 por compartir el galpón, a los estudiantes de la Universidad Católica de Santiago de Chile, y a Leticia Cencio.




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