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Tiene un lugar para mí
P. Alejandro Gollaz Mares, mg
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En el corazón del Amazonas, Brasil, en el Seminario de una pequeña ciudad llamada Itacoatiara, que significa ‘la piedra pintada’, mientras celebrábamos la fiesta de san José el 19 de marzo de 2018, pues es santo patrono del seminario de la Prelatura, se acercó a mí un muchachito de 12 años llamado Zezinho, para preguntarme: “Padre Alejandro, ¿tiene un lugar para mí en el seminario?”.
A todos los que estábamos alrededor nos causó mucha ternura la pregunta de ese muchacho, quien después de haber participado en la Misa presidida por el Mons. José Ionilton Lisboa de Oliveira, S.D.V., Prelado de Itacoatiara, seguramente quedó motivado por la fiesta, la presencia de cuatro seminaristas menores y la homilía del obispo, que se centró en el mensaje de san José como aquel que cuidó a Jesús con amor y así animó la vocación de su Hijo.
“Sí, claro que sí hay un lugar en el seminario para ti”, fue la respuesta que le di a Zezinho. Luego le expliqué cómo podría irse preparando en la parroquia para que, cuando llegue a la preparatoria, pueda ingresar al seminario. “El lugar está reservado para ti y te estará esperando”, afirmé unos segundos antes de que se acercara el obispo; después ellos tuvieron una buena conversación.
La situación en Itacoatiara
La Prelatura de Itacoatiara ha estado aguardando, con fe y esperanza, momentos mejores en la Iglesia católica, y gracias a Dios están llegando. Aunque estábamos (y aún estamos) con pocos trabajadores para la viña del Señor que nos ayuden a educar y hacer crecer la fe, Dios siempre ha estado presente en medio de su pueblo y nos ha ofrecido esa semilla que nos hace conocerlo y amarlo, junto con su creación y su pueblo. En este año dos diócesis brasileñas respondieron al llamado de Mons. Ionilton para enviar ayuda a esta prelatura, y dos padres llegaron para apoyarnos temporal y voluntariamente. De parte de las Hermanas consagradas, dos congregaciones también enviaron religiosas para auxiliar en la evangelización de esta querida Amazonia. Finalmente algunos jóvenes de la región, viviendo su fe y sirviendo a la Iglesia, optaron por ingresar al seminario de la prelatura y actualmente tenemos cuatro seminaristas en el Seminario Menor y otros siete en el Mayor, ubicado en en Manaus. ¡Dios les conceda crecer en número, en santidad y perseverancia en su vocación al sacerdocio!
Los fieles en Itacoatiara
La prelatura está abriéndose a un mundo más amplio y los fieles comienzan a nutrir más su creencia con otros alimentos que la Iglesia católica nos ofrece en el mundo, como las constantes intervenciones del Papa Francisco, quien toca los corazones y las mentes para vivir una fe más alegre, viva y participativa, con espíritu misionero.
Nuestros amazonenses se abren a las propuestas de vivir como laicos comprometidos en educar, alimentar y
fortalecer el catecumenado, dejar su zona de confort y pasividad, para afrontar el desafío de salir y compartir el Evangelio con los más alejados y carentes, a través de las diversas pastorales sociales.
Fruto de nuestro trabajo
Los Misioneros de Guadalupe agradecemos a Dios que durante los últimos 30 años hemos estado presentes en la Prelatura de Itacoatiara y hemos podido sembrar y cultivar la semilla de la fe en nombre de Dios y de la Iglesia católica en México. Las palabras del joven Zezinho, con su deseo de un lugar en el seminario, son signo de que la evangelización y la catequesis están dando sus frutos, y esta tierra está más preparada para recibir y discernir ese presente de Dios llamado vocación. Dios nos muestra que sigue llamando a sus hijos e hijas a servirlo para construir su Reino en este país tan bonito y lleno de vida, pero a la vez tan herido por la droga, la violencia y la corrupción. Agradecemos a todos nuestros bienhechores en México por apoyar la labor que los Misioneros de Guadalupe hacemos en beneficio de nuestros hermanos en otros países.
