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Promotores y misión

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Mundo mg

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PROMOTORES y misión Felipe Sánchez Vela

Promotor, Nuevo León

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Estimadas Madrinas y Padrinos, soy Felipe Sánchez Vela, originario de Monterrey, Nuevo León, el mayor de cinco hermanos, de los cuales sólo quedamos dos hermanas y yo; tengo 60 años, casado, con cinco hijos, dos nietas y acaba de nacer mi tercer nieto.

Llevo 19 años colaborando como Promotor para Misioneros de Guadalupe y actualmente atiendo en el municipio de San Pedro Garza García.

Antes de colaborar con el Instituto, tenía un negocio de fotografía y video, pero cuando éste comenzó a fallar, un primo me invitó a ingresar a Misioneros de Guadalupe y sentí que Dios, nuestro Señor, puso en mi camino la oportunidad de conocer y formar parte de esta familia misionera.

Lo que más me gusta de ser Promotor es el crecimiento espiritual y personal que se obtiene a través de compartir las experiencias de todos los que formamos parte de esta obra, tanto Padrinos, como sacerdotes y compañeros.

En una ocasión, a una Madrina mayor, con la que platicaba siempre, me compartía parte de sus vivencias y con gusto escuchaba, me comentó: “escuché que tocaban a la puerta y me pregunté ¿quién podría ser?, si nadie me visita” y se respondió: “¡ya sé!, es el señor de los Misioneros, es el único que viene”, entonces, comprendí la importancia de la presencia de los Misioneros de Guadalupe.

Otro día, un Padrino me dijo: “¡Qué bueno que viene!” y le pregunté en qué podía ayudarle, a lo que me contestó: “Lo estábamos esperando porque cada vez que nos visitan los Misioneros nos va mejor en la casa” y, sorprendido por su comentario le pregunté la razón, a lo que me respondió: “es que si en la familia hay algún problema, se lo compartimos, usted lo anota para hacer oración y el Señor nos socorre pronto”, simplemente le respondí: “¡Gloria a Dios!”

Quiero agradecer a los Padrinos y Madrinas por todo su apoyo a Misioneros de Guadalupe, porque con sus oraciones y su aportación económica hacen posible que la Palabra de Dios llegue a más personas en el mundo. Que Dios, Nuestro Señor, los siga bendiciendo por su generosidad.

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