C AMINOS CAMINOS DEL E SPEJO ESPEJO
“Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacía la que duerme en un país al viento”
Alejandra Pizarnik
El punto de partida de mi proyecto radica en una escena de la película Klimt, de Raúl Ruiz. La ruptura de un espejo conecta dos líneas temporales, los trozos de este se esparcen reflejando el espacio que lo rodea y la cámara se desplaza a través de él grabando los fragmentos. El espejo es tomado como una herramienta que distorsiona la realidad visual y psicológica. Las formas espontáneas del quiebre fragmentan el espacio y además tiñen la atmósfera de un aura extraña. Esta escena no me es indiferente, me asombra la hermosura del recurso y a modo de respuesta, en el año 2021 comienzo a coleccionar fotografías de espejos rotos publicadas por otras personas en redes sociales. Espejos quebrados en diversos lugares, reflejando entornos fragmentarios ajenos. Posteriormente compro un espejo de 170 x 60 cm. con la finalidad de quebrarlo y experimentar con las formas que se generarían. De a poco me voy dando cuenta de la importancia del momento del quiebre, proceso la idea de romperlo yo misma y lo que esto significa para mí, la superstición que existe en torno a romper un espejo. Entonces decido grabar el momento y cada avance aumenta la expectativa. Pensaba en qué fuerza debía aplicar y en consecuencia qué emoción debía tener
para provocar un efectivo quiebre. Al primer intento no lo consigo, ya que el espejo es duro y mi fuerza débil, entonces me introduje en sentimientos antiguos; penas, sensaciones intensas y con fuerza lo pude romper. Sentí desahogo, una especie de catarsis. Rompí este gran espejo en dos puntos sin que se desarmara y lo saqué a la calle en Viña del mar con la finalidad de que los transeúntes lo utilizaran para tomarse selfies fragmentarias y posteriormente compartirlas con mi cuenta de Instagram. Repito la experiencia varias veces, algunos me comparten sus fotos y otros no, pero sin dudas genera reacciones diversas. En este punto se activa en mí la inquietud de seguir moviendo el espejo por diversos lugares para satisfacer mi propia necesidad de fotografiar entre los fragmentos… llevarlo a Valparaíso. El otro gran tópico de mi proyecto es la melancolía contenida en el paisaje de Valparaíso, una ciudad llena de colores en su exterior, pero oscura en su energía.Valparaíso es fragmentario, y como el espejo roto tiene desniveles, variedad de formas, múltiples diseños arquitectónicos, diversidad cultural, texturas, matices.Valparaíso es un fractal de objetos y formas, en sus cerros crecen casas adaptadas al terreno irregular y parecen multiplicarse y
repetirse. En su interior, entre sus calles se guardan misterios y sorpresas, objetos que no se corresponden habitualmente a un espacio determinado, subidas, bajadas, pasadizos y recovecos que combinan perfectamente con vistas amplias que siempre saben abrirse un espacio entre las casas. Viviendo la mayor parte de mi vida en Santiago, descubroValparaíso poco a poco en algunas visitas esporádicas. Hace un par de años, en tiempos de pandemia, me instalo a vivir ahí. Recorro sus calles y los edificios parecen querer aplastarme, estos contienen historias insertas en sus paredes de lata y sus grandes puertas y ventanas. El ambiente es lúgubre post estallido social, barricadas delimitan los espacios. Entre cerros, pequeñas diferencias marcan los distintos territorios yValparaíso fluye, es un recorrido.A partir de este momento, regularmente tengo sueños con esos espacios que se caracterizan por ser un eterno caminar calles con casas antiguas fragmentadas, extrañas y misteriosas. En relación a esto en el libro ValparaísoSergio Larraín da cuenta de la particular“geometría”contenidaensusdiversosespacios,elcarácterfragmentario y la multiplicidad de elementos. Este análisis lo hace posible, recorriendo
sus calles, fotografiando por años, y viviendo la experiencia de sumergirse, porquelamejormaneradecaptarlaesenciadeValparaísoessentirloyvivirlo.
En base a todas las ideas desarrolladas anteriormente hago una serie de fotografías deValparaíso a través de un espejo roto, revisito muchos espacios, sitúo mi espejo, busco ángulos que generen una distorsión de las formas y tomo mis fotografías desde el espejo mismo. En cada lugar en que me detengo, muevo muchas veces el espejo para captar todos sus ángulos y diferencias geográficas, lumínicas, arquitectónicas, que me brinda el lugar. En este punto inicial es un trabajo más intuitivo que analítico. El espejo roto en el paisaje genera un efecto de extrañeza que es muy propio deValparaíso, la confluencia devariadosobjetosextrañosenunamismazonaconllevaaunpaisajeonírico.
En relación a este aspecto onírico de la imagen, Roger Caillois en su libro Imágenes. Imágenes… estudia la correspondencia entre el sueño y su significación. El sueño no solo es una premonición del futuro sino una deuda por cumplir, la revelación que entrega es una duplicación de lo real fijándolo y otorgándole un espacio tangible. La naturaleza desconocida e indeterminada del futuro al ser soñada se vuelve
inmutable. “Reflejos literales, fotografías de escenas aún por llegar, hechizan, por decirlo así, a la realidad y la obligan a coincidir.” Las imágenes oníricas “materializan” en la mente un futuro e incitan a que se haga real.
En relación a la imagen y su origen Gaston Bachelard en Poética del Espacio hace un estudio fenomenológico de la imaginación, es decir un estudio del surgir de la imagen en una consciencia individual. “Estudio del fenómeno de la imagen poética cuando la imagen surge en la conciencia como producto directo del corazón, del alma, del ser hombre captado en su actualidad”. Según Bachelard las imágenes tienen una resonancia, un resplandor que se relaciona con el inconsciente. Entonces establece un análisis de diferentes imágenes asociadas a determinados espacios, partiendo por la casa que representa el Cosmos. En este sentido mi obra se constituye por una serie de imágenes como; casas, ventanas, puertas, calles y escaleras. Estas imágenes evocan en mi la idea de recorrido, es necesario caminar para poder encontrar estos objetos, y así mismo la idea de variedad, inestabilidad, melancolía, soledad, entre otras. Probablemente el espejo roto sea el elemento dispuesto en mi
obra más potente. A través de la historia, el espejo ha simbolizado diferentes cosas, entre ellas suntuosidad, pero también magia. Este a menudo tiene la capacidad de conectar dos mundos, como en el libro A través del espejo y lo queAlicia encontró allí de Lewis Carroll en donde el espejo es el medio material que conecta el mundo real con el de fantasías, o en la película El espejo de Andréi Tarkovski, donde el aspecto simbólico del espejo es utilizado para crear una metáfora de la vida del autor. La película plantea una relación de este con su propia identidad, un reflejo de su vida. Para Jorge Luis Borges el espejo representa temor, en el libro El Hacedor les atribuye cualidades mágicas y extrañas: “Infinitos los veo, elementales ejecutores de un antiguo pacto, multiplicar el mundo como el acto generativo, insomnes y fatales… Que haya sueños es raro, que haya espejos, que el usual y gastado repertorio de cada día incluya el ilusorio
orbe profundo que urden los reflejos”
Por otro lado En Caminos del espejo, Alejandra Pizarnik da pistas, reflejos sutiles del carácter doble del ser.
“Estoy sola y escribo, No, no estoy sola.
Hay alguien aquí que tiembla”
La importancia que ha tenido este carácter doble a través del recorrido de mi proyecto es total. Por lo tanto, con las fotos que he tomado caminando por Valparaíso genero un fotolibro que establece un diálogo con el poema de Pizarnik, dando cuenta finalmente de las dos dimensiones de mi obra, interior y exterior, donde el poema muestra una interioridad profunda.
Las fotos finales son en blanco y negro por dos razones principales, uno técnico y uno conceptual. En el primer caso el blanco y negro brinda un espacio más regular para percibir de mejor maneras las diferencias en relación a la forma. Y en segundo lugar tiene relación con la energía vital que proyecta en mi Valparaíso, esa oscuridad melancólica.
La obra consta de dos partes, un montaje fotográfico in situ y el fotolibro. Una muestra en dos dimensiones materiales que da cuenta, en pri-
mer lugar del recorrido por Valparaíso y en segundo lugar del diálogo de las fotografías con el poema “Caminos del espejo” de Alejandra Pizarnik.
En la actualidad he continuado el proceso de fotografiar mis recorridos, los espejos que me acompañan ya no son planos, les he dado formas volumétricas respetando los quiebres naturales y generando una serie de ángulos y perspectivas variadas. Esto produce en las fotos una alternancia entre reflejos y fondos y provoca en consecuencia, una imagen más ambigua. El espejo no es evidentemente un espejo quebrado, ahora es un objeto extraño que produce una distorsión visual, acentuando los quiebres propios de la geografía del lugar y produciendo una mirada múltiple dentro de un mismo cuadro, algo similar al cubismo, en donde no hay objetos ni punto de fuga, sino fragmentos de estos y todos son parte de una visión común de Valparaíso, comparten su naturaleza, pero son diferentes en sí mismos .
MONTAJE
María Fernanda Vilches CaminosdelEspejo Díptico fotográfico 100 x 56 cm. 220 x 56 total 2022
Recorro Valparaíso entre sus fragmentos, fragmentos visuales, culturales, sociales.
Me obsesiono con sus imágenes, con sus escaleras y recovecos,
me dejo llevar por sus historias y su magia, ocurren sucesos que cambian la lógica habitual, me desvío del camino y vuelvo.
No pertenezco a este lugar, me resulta extraño y misterioso, pero conecto con él y sus raíces.
Reconozco en el espejo su belleza y su mística, reconozco su historia, y reconozco el efecto que causa en las personas.
Lo tomo y lo transporto siguiendo un ritual, cada caminata es un flujo por mis evocaciones más profundas, por mis imágenes oníricas, es un recorrido físico y psicológico. Es un nexo entre el dentro y el fuera.
Entre el interior y el exterior.
