MEXCOSTURA
Tecnología
N º 69
La leche también produce una
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Por Edith Caicedo Daza
FIBRA TEXTIL
y la bioingeniería la hace posible en el siglo XXI
Un poco de Historia…
C
on la necesidad de la obtención de telas de diferentes fuentes, durante la primera Guerra Mundial los alemanes descubren que de la leche de vaca se obtenía una proteína llamada “caseína”, la cual era posible hilarla para obtener filamentos sólidos. Pero dichos experimentos fallaron porque las fibras que hilaban eran quebradizas, duras y carecían de resistencia y durabilidad. Y es hasta principios de 1930 cuando un químico italiano Antonio Ferretti, patentó fibras de caseína que habían superado las fallas de las anteriores y presentaban flexibilidad y varias propiedades que permitían combinarlas con la lana; recibiendo el nombre de “Lanital”, la cual para 1936 alcanzó una producción de alrededor de 300 toneladas, obteniéndose en poco tiempo una producción de hasta 10,000 toneladas al año, por las ventajas que ofrecía y reducción de costos en comparación con la lana. La producción duró hasta principios de los años 40, cuando fue reemplazada por la fibra llamada “Merinova”, que era una mezcla de pelo de conejo con caseína con la que se producían principalmente fieltros. Con ambas fibras se fabricaban telas similares a la lana, recibiendo los mismos procesos de teñido con una sensación resistente, pero no tan elástica como la lana, con la característica de que las polillas no las atacarían fácilmente. Otras marcas también aparecieron entre 1937 y 1941, con los nombres de “Aralac”( patentada por el Depto. de Agricultura de los Estados Unidos) y R-53 (utilizada para fabricar sombreros de fieltro), bajo un método distinto del Lanital, y se utilizó en la Segunda Guerra Mundial, como sustituto de la lana. Al concluir la guerra y con el advenimiento de las nuevas fibras sintéticas hechas por el hombre que podían fabricarse en altos volúmenes y a bajo costo, así como algunos inconvenientes que aparecían en las telas fabricadas con dichos componentes cuando se humedecían (como el olor a leche agría), fueron desapareciendo los productos elaborados a base de caseína del mercado de los Estados Unidos, y extendiéndose esta tendencia a otros países productores.
Gracias a las nuevas tecnologías de bioingeniería se están fabricando, en la actualidad, fibras que resultan más eficaces que las del pasado, superando todas las desventajas que presentaron sus antecesoras y que en esta era, con el retorno a la naturaleza y al cuidado del medio ambiente, resultan toda una oportunidad de negocio que debe considerarse y retomarse como una verdadera alternativa a los problemas ecológicos que enfrenta la humanidad.
Fibra de Caseína
Corte Longitudinal
Corte Transversal
PROCESO TECNOLÓGICO: Al desnatar y deshidratar la leche se integra al proceso de “Hilatura en Húmedo” y con la utilización de tecnologías de bioingeniería se logra obtener una fibra con muy buena absorción de humedad, debido a que no tiene canales regulares y una mejor conducción que las fibras sintéticas, gran confortabilidad y, desde luego, buena permeabilidad. También los problemas del mal olor han quedado resueltos; además ofrece buen cayente, gran resilencia a los tejidos, es bacteriostática y reduce costos en las mezclas con otras fibras naturales como la lana, el cachemira, etc.
Y sólo en la Gran Bretaña se continuaron elaborando fibras provenientes de la caseína: una llamada “Caslen”, para tapicería y la otra “Fibrolane”; pero alrededor de 1965 se descontinuaron
definitivamente.
PROCESO DE PRODUCCIÓN DE FIBRA DE CASEÍNA:
CON AYUDA DE LA BIOINGENIERIA SE PRODUCE UNA FIBRA DE CASEÍNA, BIODEGRADABLE Y 100% ECOLÓGICA.
La fibra de proteína de la leche contiene dieciocho aminoácidos, que permiten beneficiar la salud de la piel que entra en contacto con este tipo de materiales porque la nutre y tiene el mismo Ph de la piel humana, siendo otras de las características que ofrece ventajas importantes dentro de las funcionalidades que se buscan actualmente en los textiles. Independientemente de la biodegradabilidad del tejido elaborado a base de la caseína, también produce un efecto bacteriostático en un porcentaje que se encuentra en el orden del 80%. Lo que la hace ideal para aplicaciones como: camisetas, ropa interior, ropa de abrigo, ropa deportiva, jerseys, suéteres, ropa de cama, toallas de baño, calcetines y sombreros, entre otras aplicaciones. Además de los usos textiles, también se puede aplicar en pinturas, pigmentos, cosméticos, plásticos, etc.
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