Psicoterapia

Psicoterapia psicoanalítica (Revisión Bibliográfica)

1ªEd. SETIEMBRE 2015 HECHO EL DEPÓSITO LEGAL EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÙ Nº 2015-13920 IMPRESO EN: PASAJE COLOMBIA E-9 URB. VILLA EL GOLF SOCABAYA-AREQUIPA

Mg. Alex Alfredo Valenzuela Romero Psicólogo

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ÍNDICE 07. PRIMERA UNIDAD 09. ANTECEDENTES LEJANOS DE LA PSICOTERAPIA 22. SIGMUND FREUD 29. ANNA O 36. LA HISTERIA EN LA HISTORIA 67. PSICONEUROSIS 72. TOPOGRAFÍA DEL APARATO PSÍQUICO 75. EL INCONSCIENTE 82. EL SISTEMA PRECONSCIENTE 83. EL SISTEMA CONSCIENTE 91. LAS INSTANCIAS DE LA PERSONALIDAD 91. EL YO 94. EL ELLO. 98. EL SUPERYÓ 104. LA REPRESIÓN 105. LOS MOTIVOS DE LA REPRESIÓN 109. ETAPAS DEL DESARROLLO. 111. ETAPA ORAL 113. ETAPA ANAL 123. ETAPA FÁLICA 136. ETAPA DE LATENCIA 137. ETAPA GENITAL. 142. LA FORMACIÓN DEL CARÁCTER 154. QUIÉN ES UNA PERSONA NORMAL 163. SEGUNDA UNIDAD 165. CONCEPTO DE PSICOTERAPIA PSICOANALÍTICA 169. A QUIÉN SE LE DEBE APLICAR EL PSICOANÁLISIS 170. LAS LIMITACIONES DE LA TERAPIA PSICOANALÍTICA 171. PAPEL DEL PACIENTE 173. PAPEL DEL PSICOANALISTA 175. OBJETIVOS Y FINES DEL PSICOANÁLISIS 184. MODELOS PSICODINÁMICOS 189. EL ENCUADRE 193. ALIANZA TERAPÉUTICA 203. LA TRANSFERENCIA Y LA CONTRATRANSFERENCIA 212. MÉTODO Y TÉCNICAS DEL PSICOANÁLISIS 227. ASOCIACIÓN LIBRE 233. ANÁLISIS DE LOS SUEÑOS 255. INTERPRETACIÓN 258. ATENCIÓN A LA CONDUCTA COTIDIANA 261. MECANISMOS DE DEFENSA 270. ANÁLISIS DE LA RESISTENCIA 273. LA SUGESTIÓN 279. LA PERSUASIÓN 280. LA MANIPULACIÓN 286. APORTES TEÓRICOS

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PREFACIO Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, es uno de los personajes más polémicos y a la vez influyentes del siglo XX tanto es así, que el impacto de sus ideas controversiales y revolucionarias trasciende hasta nuestros días, no solo en el ámbito de las diversas escuelas profesionales de psicología del Perú y del mundo, sino en la vida cotidiana. Sus prolijos aportes teóricos no solo ampliaron el conocimiento de los problemas psicológicos del hombre, sino que trascendieron a todas y cada una de las esferas del conocimiento y quehacer humano.

Así por ejemplo, términos como inconsciente, represión, transferencia, mecanismo de defensa, etc., se encuentran en el vocabulario popular del día a día. Incluso muchas personas tienen firmemente arraigada la convicción de que psicoanálisis es sinónimo de psicología.

El psicoanálisis no solo es una corriente psicoterapéutica, puede además convertirse en una forma y filosofía de vida como se verá en la asignatura. A lo largo de todos estos años, desde su aparición, el psicoanálisis ha sido el blanco de muchas críticas debido a que confronta al propio ser humano con sus profundos temores inconscientes, lo cual es difícil admitir. Aunado a ello, entender que la sexualidad es parte fundamental en el desarrollo del ser humano y que ésta se forma desde etapas infantiles no es tarea sencilla, requiere romper viejos paradigmas para ampliar el conocimiento a nuevos horizontes y posibilidades.

Es por ello que el estudiante que desee inmiscuirse en el conocimiento profundo del psicoanálisis, debe estar continuamente automotivado para asumir con una actitud crítica los postulados que la teoría psicoanalítica expone, a fin de poder llevarlos a la práctica con el mayor éxito posible.

Es de vital importancia que el estudiante conozca cuál debe ser su rol como futuro psicoterapeuta para que sea capaz de asumir el reto que ello enmarca, además de capacitarse continuamente a nivel teórico y práctico.

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La presente obra se concibe como una guía de estudio que abra un mundo de infinitas posibilidades psicoterapéuticas al futuro profesional, en la cual se ha hecho una revisión bibliográfica exhaustiva sobre el tema, considerando a autores clásicos y actuales con la finalidad de sistematizar los conocimientos a fin de que sean asimilados con el mayor éxito posible por el estudiante de psicología.

El autor

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Primera unidad

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---------------------------------------------------------------------ANTECEDENTES LEJANOS DE LA PSICOTERAPIA ---------------------------------------------------------------------El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.

Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego

La preocupación por la salud y la enfermedad ha sido una constante para el ser humano desde los tiempos remotos, pues son cualidades inherentes a nuestra naturaleza para lograr la supervivencia. Las primeras sociedades consideraron que la enfermedad se debía a que los demonios u otras fuerzas espirituales tomaban posesión y controlaban a la persona. La recuperación requería que los espíritus malignos fueran exorcizados del cuerpo afligido.

sabor, como purgantes elaborados a base de vino y excrementos de oveja (Butcher, Mineka & Hooley 2007).

El ser humano primitivo al igual que el poblador andino, es particularmente sensible a la acción de lo sobrenatural, pues en ambos casos presentan una vinculación con la naturaleza de manera muy arraigada. Su mundo está dotado de seres invisibles, con características dicotómicas de buenos y malos los cuales actúan sobre su cuerpo, sobre su alma y sobre su entorno. Todo gira alrededor de la idolatría, la superstición y la magia, predominando por lo tanto el sistema filosófico animista. De acuerdo a este pensamiento, la enfermedad física y mental es motivada por un espíritu, que actúa por las faltas cometidas o la desobediencia al totem (espíritu de los antepasados). Siendo así que el tratamiento consistiría en

El primer tipo de tratamiento específico para la posesión diabólica fue el exorcismo, que incluye diversos procedimientos para expulsar al demonio del interior de la persona poseída.

Dichas técnicas y metodologías cambian de manera considerable, pero incluyen en su mayoría las oraciones, la magia, encantamientos, sonidos y la utilización de diferentes brebajes de horrible

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desalojar ese espíritu, valiéndose de la magia o consiguiendo por el mismo procedimiento la proyección de un espíritu bueno. Todo ello se obtiene por medio de la magia evocadora en la que se utiliza un espíritu para lograr efectuar la curación, se domina a las fuerzas naturales o cósmicas para proyectarlas sobre el enfermo y obtener su curación. Los diversos métodos para expulsar al ser maligno consistirían en: espantar a los espíritus malignos mediante diversos rituales y procedimientos algunos de los cuales pueden resultar estrafalarios para a civilización occidental actual; ofrecerles un cuerpo animal o mineral para proyectarlo en él y viva ahí liberando al enfermo, por encantamiento (conjuro); por soborno o compra; por ejemplo en el pago a la tierra en el cual se dejan dulces o vísceras de animales. La curación por las fuerzas del espíritu son tan antiguas como la humanidad.

Cuando el alma humana enferma sedienta de alivio y curación, se enfrentó con el curandero, mago o hechicero con poder sobrenatural, encontrando en estos la fuerza curativa para sus males. Es así que nace la

psicoterapia sugestiva en el periodo primitivo de la humanidad, que curaba las desviaciones de la mente enferma (Cavero, 1988).

El término psicoterapia remite a la cura a través de las palabras. Ciertos indicios señalan que esta modalidad tal vez haya constituido el intento más antiguo de aliviar un padecimiento. Es así que los textos homéricos mencionan “el ensalmo” como el arte verbal aplicado a curar, pero es Platón (427-347 a.C.) quien aclara cabalmente su sentido: ―El ensalmo es una palabra sugestiva, un bello decir que permite ordenar los componentes del alma: creencias, impulsos, saberes, pensamientos y estimaciones, suscitando en ella creencias o persuasiones nuevas y más nobles que las

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antiguas‖ (Lo Bianco & Merle, 2006).

logoi, o ―palabras curativas‖ (Szasz, 1985).

Asimismo, una forma que tienen los antiguos griegos de curarse muy popular en la época es la que se conoce como “Medicina del Templo”. El método, llevado a cabo por los sacerdotes, consiste en vestir al paciente con atuendos especiales, realizar con él determinados rituales y ceremonias, para luego solicitarle que pase la noche durmiendo en el templo. Con esto último, se busca que durante el sueño, otro sacerdote o un dios se haga presente ante el paciente y lo cure (Bur & Nine, 2003).

Para la mitología grecorromana, el máximo representante de la medicina académica es Asclepios (Esculapio). Asclepio, hijo de Apolo era el dios de la medicina. Durante su juventud estudió con el centauro Quirón de quien aprendió el arte de curar. La diosa Atenea le entregó la sangre de la gorgona capaz de hacer revivir a los muertos. Pero Zeus preocupado por el alcance de este poder, lo fulminó con uno de sus rayos (Flores, 2017). En otra línea se sitúa Orfeo, que remite a una representación de la cura por la vía espiritual: A él se atribuye una capacidad de alivio de los males a través de la música y las palabras.

Orfeo también es vinculado a la adivinación, el misterio y la iniciación ocultista. Asclepio representa el ―Logos‖ en la cura y Orfeo al ―Mithos‖ (Lo Bianco & Merle, 2006).

Asimismo, varios siglos antes de Cristo, en el Templo de Epidaurus en Grecia, gente con perturbaciones físicas y/o mentales, se reunían y eran asistidas grupalmente por líderes o coordinadores especiales que a través de diversos procedimientos fomentaban la comunicación y la nivelación de ansiedades al compartir sus experiencias (Rolla, 1962).

Platón, es quien divide por primera vez de manera precisa al hombre en ―Espíritu‖ y ―Materia‖, dando inicio a este dilema filosófico que aún se debate hasta

Esquilo (525 – 456 a.C.), ya poseía un nombre para lo que ahora llamamos psicoterapia.

La llamaba empleo de la iatroi

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contribuciones a la psicología se puede encontrar su descripción de la conciencia.

También se anticipó a Freud en su idea de que el ―pensamiento‖ está orientado a lograr la eliminación del dolor y la consecución del placer (Butcher, et al. 2007).

Asimismo en los pueblos antiguos mesopotámicos, la enfermedad fue considerada, de modo general, como un castigo divino.

nuestros días. El cuerpo material e imperfecto se opone al alma que contiene conocimiento puro y además tiene un componente inmortal (Bur & Nine, 2003), debiéndose precisar que el concepto de alma no se refiere al mismo sentido que es empleado por las concepciones judías y cristianas.

Los espíritus malignos ejercían una vigilancia continuada sobre todos los humanos y castigaban sus faltas. Uno de estos castigos consistía en enviarles la enfermedad, entre ellas la locura, que se atribuía al demonio Idta (Doménech, 1991).

Las opiniones de Platón sobre temas psicológicos, eran profundas y elaboradas, consideraba que las relaciones entre el individuo y el entorno eran un factor crucial para entender sus actos (Brennan, 1999).

Aristóteles (384-322 a.C.), discípulo de Platón, escribió extensamente sobre los trastornos mentales. Entre sus más conocidas

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En el aspecto de la fe se tiene “la plegaria”. Su forma no es directa, se dirige a los cielos y busca los favores de un dios para mitigar algún dolor de la vida terrena. Puede también apelar a la misericordia de una voluntad superior para que conceda una excepción a un destino de fatalidad o sufrimiento (Lo Bianco & Merle, 2006).

Sprenger, publicaron el Malleus Maleficarum. Este texto refleja y reafirma un criterio generalizado en la época que propugnaba la ―caza de brujas‖.

De este modo y con el permiso del Papa, se dio muerte a muchísimas mujeres que aquejadas se encontraban de histeria o cualquier otra enfermedad mental.

Por ejemplo en diversos centros de salud, hospitales y postas, existen hasta la actualidad capillas o efigies para rendir una oración y pedir el favor de Dios en beneficio de un familiar enfermo o de uno mismo.

Paracelso, (nacido en Suiza en el año de 1493, siendo su nombre real Theophrastus Bombast von Hohenheim; se llamó a sí mismo Paracelso que en latín significa ―superior a Celso‖ haciendo referencia a un médico romano del siglo I de nuestra era); se opuso firmemente a la explicación demoníaca de la enfermedad mental. Según su criterio, los males del espíritu provienen de cambios en la modalidad de vida que afectan negativamente su sensibilidad (Lo Bianco & Merle, 2006).

A lo largo de la historia ha habido muchos intentos para lograr el alivio o eliminación del sufrimiento humano sea físico o mental.

A pesar de los múltiples logros que significó el conocimiento humanista del renacimiento en diversos campos del quehacer humano, resultó a la vez ser el capítulo más nefasto en la historia del enfoque y el tratamiento de la enfermedad mental.

La justificación filosófica de la medicina alquímica y su aplicación al tratamiento de las enfermedades se funda en la íntima correspondencia que vincula al hombre con los elementos.

Las species

En 1486, los teólogos alemanes H. Kramer y J.

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lignorum, lapidum, herbarum (la apariencia de las maderas, de las piedras y de las hierbas) se encuentran asimismo en el hombre y por lo mismo el médico debe conocerlas. El diagnóstico efectuado según la fórmula per analogiam expresa la íntima relación que existe entre los minerales y el cuerpo, de ahí que la analogía se constituya como un procedimiento fundamental para el diagnóstico de las enfermedades. La fórmula paracélsica ―el hombre es el cielo y el cielo es el hombre‖ expresa claramente la relación entre el cielo interior y exterior‖ (Hoffmann, 2006).

sacerdotes, los médicos brujos, los chamanes, los curanderos, etc., quienes constituyen los pioneros de cualquier intento psicoterapéutico. Pero, es con Freud y con la evolución del proceso psicoanalítico que la psicoterapia se sistematiza, se desarrolla como una disciplina científica (Yildiz, 2010).

Fuera de la psicología, la teoría psicoanalítica se ha vuelto popular. Su influencia se refleja en los diversos quehaceres del ser humano, en el arte, en la literatura, en el cine y en la cultura popular.

Con el decaimiento de la religión tradicional y del pensamiento místico, el psicoanálisis se ha vuelto, para muchos, una manera de contactar las fuerzas irracionales dentro de la personalidad humana, la cual es lo suficientemente ―científica‖ según los estándares del siglo XX. Si esto es una función legítima y si el psicoanálisis la llena de manera adecuada son cuestiones de debate permanente (Cloninger, 2003).

La necesidad de compartir los conflictos y de intentar resolver las contradicciones se plantea desde el momento en que el ser humano aparece como tal, y son los

Freud no intentó influir en la psicología académica, en vez de ello su meta era ayudar a

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gente con sufrimiento, por eso fue enriqueciendo su práctica mediante el estudio y sistematización de los diversos casos con los que se encontraba en el camino.

repetitiva (es decir, la tendencia de repetir en el aquí

Sigmund Freud además vio que las concepciones de su época eran equivocadas en cuanto a la práctica médica; el convencionalismo de atender los síntomas físicos del enfermo era insuficiente para tratar las alteraciones psicológicas en general (Davidoff, 1981).

y el ahora, conflictos y conductas del pasado), de la transferencia (sentimientos y actitudes del paciente hacia el psicoterapeuta), de las bases del desarrollo psíquico infantil, de los mecanismos de defensa, de la organización de la personalidad, de la interpretación de los sueños, etc. (Pérez-Sánchez, ParraJiménez & Espinosa-Parra, S.f.).

Freud ideó métodos más eficaces para tratar las diversas enfermedades mentales de quienes las padecían; de aquellos que se desviaban de las normas aceptadas por la sociedad imperante; por lo que solían ser tratados como criminales o poseídos (Brennan, 1999).

Es así que bajo el viejo adagio: ―se puede estar con Freud, o contra de Freud, pero nunca sin Freud‖; se subraya la enorme importancia de las aportaciones geniales de este hombre de ciencia y que hasta hoy en día, no se ha logrado comprender toda la complejidad de sus conceptos, como el inconsciente, la compulsión

Parece que fue Johann Cristian Reil, quien por primera vez usó el término psicoterapia (1803). Desde entonces su empleo se ha extendido cada vez más y ha abarcado métodos y procedimientos cuya amplitud y complejidad desafían todo intento de síntesis (Seguín, 2007). Para Reil la locura no es simplemente una ruptura con la razón, creyó que los

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avances de la vida moderna ocasionaban que la salud mental de los individuos se empeorase.

En nuestro Perú, en 1918, Hermilio Valdizán y Honorio Delgado fundan la Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas que se convierte en un importante órgano difusor de las primeras ideas psicoanalíticas.

Aunque tal vez desde siempre se ha tenido la noción de que nuestras emociones y la forma en las expresamos pueden relacionarse con nuestro estado de salud, hasta hace poco no se tenía una comprensión suficiente de cuáles son los mecanismos específicos que permiten vincular los estados emocionales con la salud física. Para mejorar tal comprensión se ha hecho necesario considerar un rango amplio de factores fisiológicos, cognitivos, sociales y conductuales que pueden ayudar a explicar la influencia de las emociones en la salud. Algunas de las formas en que las experiencias emocionales pueden influir en la salud son mediante sus efectos directos en el funcionamiento fisiológico, en el reconocimiento de síntomas y búsqueda de atención médica, en la adopción de conductas saludables y no saludables como estrategias de regulación emocional, y en la compleja relación entre apoyo social y salud (Oblitas, s.f.).

La primera evidencia de que Honorio Delgado (psiquiatra arequipeño) tuvo contacto con figuras del psicoanálisis internacional es una tarjeta postal que recibe de Ernest Jones, Otto Rank, Hanns Sachs y Oskar Pfister en el que se le felicita por su trabajo de pionero.

Posteriormente llega las cartas con Sigmund Freud (Delgado, 1989).

Honorio Delgado se interesó por el psicoanálisis desde sus años de estudiante y obtuvo su título de médico con una tesis titulada El Psicoanálisis, en 1919.

Viajó a Alemania en 1922 y conoció a Sigmund Freud así como a otras figuras representativas como Karl Abraham y Alfred Adler con quienes mantuvo correspondencia constante.

Durante 1919 y 1940, Delgado fue el mayor difusor del psicoanálisis en América Latina. Delgado asume así

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una psicología que estudia la esencia humana desde la interpretación de la vida

psíquica individual y cuestiona los métodos experimentales (Leòn & Zambrano, 1992).

AUTOEVALUACIÓN Nro. 01 Completar: - Esquilo, ya poseía un nombre para lo que ahora llamamos psicoterapia. La llamaba……………………………………………..

- Parece que fue …………………………., quien por primera vez usó el término psicoterapia (1803).

- Theophrastus Bombast von Hohenheim es conocido

como.................................................

- ………………………………………………es una palabra sugestiva, un bello decir que permite ordenar los componentes del alma: creencias, impulsos, saberes, pensamientos y estimaciones, suscitando en ella creencias o persuasiones nuevas y más nobles que las antiguas.

- En el Plano de la fe se encuentra ……………………………Su forma no es directa, se erige a los cielos y busca los favores de un Dios para mitigar algún dolor de la vida terrena.

- Freud vio que las concepciones de su época eran equivocadas en cuanto a solo atender los síntomas físicos del enfermo para tratar las alteraciones…........................................... en general.

- Para Reil la locura no es simplemente una ruptura con la razón, creyó que …................................................................................... …....................................................................................................

- Los autores que publicaron el Malleus Maleficarum son………………………………………………………………………

- Para la mitología grecorromana, el máximo representante de la medicina académica es……………………………………………….

- La tesis de Honorio Delgado se denominó...........................

Responder: ¿Quién fue Paracelso y que aportes realizó?

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¿Qué importancia tiene Honorio Delgado para el desarrollo del psicoanálisis en el Perú?

¿Por qué se dice que la preocupación por la salud y la enfermedad ha sido una constante para el ser humano desde los tiempos remotos?

¿Qué es la medicina del templo?

¿Cuáles son las características del hombre primitivo?

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¿Qué aportes hizo Johann Cristian Reil?

¿Qué es el sistema filosófico animista?

¿Cómo consideraban la enfermedad los pueblos mesopotámicos?

Explicar la frase: ―se puede estar con Freud, o contra de Freud, pero nunca sin Freud‖.

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¿Qué aportes realizó Aristóteles?

¿Qué aportes realizó Platón?

¿Quién fue Asclepios?

¿De qué manera las emociones pueden repercutir en la salud física?. Argumente su respuesta

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Resolver el siguiente crucigrama: 1. Es quien divide por primera vez de manera precisa al hombre en “Espíritu” y “Materia”.

2. Las primeras sociedades consideraron que la enfermedad se debía a que los demonios u otras fuerzas....

3. La curación por las fuerzas del espíritu son tan antiguas como la...

4. Es una palabra sugestiva, un bello decir que permite ordenar los componentes del alma.

5. El término psicoterapia remite a la …. a través de las palabras.

6. Autor que empleó el término “iatroi logoi”, 7. Padre del Dios de la medicina 8. En el aspecto de la fe se tiene la...

9. El Templo de Epidaurus se ubica en...

10.Paracelso en latín significa “superior a...”

11.Es con ...que la psicoterapia se sistematiza.

12.Ideó métodos más eficaces para tratar las diversas enfermedades mentales.

13.Parece que fue … quien por primera vez usó el término psicoterapia.

14.Viajó a Alemania en 1922 y conoció a Sigmund Freud.

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--------------------------------------------------------------------SIGMUND FREUD

---------------------------------------------------------------------Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón.

William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.

Después de Sigmund Freud ya no es posible concebir el mundo psíquico como algo transparente y a disposición de las decisiones absolutamente libres y conscientes de la persona.

La tercera gran humillación que sufrió el narcisismo humano, después de la copernicana y la darwiniana, fue precisamente el descubrimiento del psiquismo inconsciente, que deja fuera del alcance de la observación una inmensa cantidad de procesos mentales, que tienen sin embargo poderosa y eficaz influencia en el comportamiento y en las motivaciones que rigen la conducta de cada persona (Montagne, 1990).

su joven esposa. Nació en un amnios, porción pequeña del saco fetal que cubrió su cabeza al nacer. De acuerdo con la tradición esta sería una señal de que sería famoso (Engler, 1996).

Cuando Freud nació, su padre era ya viudo y tenía dos hijos mayores. Su madre tenía veintiún años al nacer él y su padre cuarenta y uno.

Del primer matrimonio del padre habían nacido dos hijos: Emanuel (tan sólo un año mayor que la madre de Freud) y Philipp (dieciocho años mayor que Freud).

Tuvo siete hermanos. El segundo murió a los ocho meses de nacido (de nombre

Sigmund Freud nació en Friburgo, Moravia, un pequeño pueblo ahora llamado Príbor, en lo que fue Checoslovaquia, el 6 de mayo de 1856. Era hijo de un judío comerciante de lana, pobre y poco exitoso y

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Julius), cuando Freud no había cumplido siquiera el primer año de vida (Oblitas, 2004).

estudios de medicina en la Universidad de Viena en 1873 y se graduó ocho años más tarde.

Cuando Freud tenía tres años en 1859, Charles Darwin publicaba el origen de las especies, libro que estaba destinado a revolucionar el concepto del hombre. Antes de Darwin, el ser humano se separaba del resto de las especies por tener alma. Al año siguiente, Gustavo Fechner formula la concepción de la psicología científica, expresando que la mente puede estudiarse científicamente y medirse cuantitativamente (Palladino, 2006).

Su interés se dirigió inicialmente a la investigación fisiológica.

Mientras se encontraba estudiando en la universidad, participó en una investigación para determinar la estructura exacta de la piel de las anguilas, en la que tuvo que disecar a más de cuatrocientos de estos peces. Más adelante se cambió a fisiología y neuroanatomía y realizó experimentos para examinar la columna vertebral de los peces. En la propia Viena, siguió los cursos de Franz Brentano, que fueron su única introducción formal a la psicología del siglo XIX (Brennan, 1999).

Nunca ejerció el judaísmo pero era consciente de su origen. A la edad de cuatro años toda la familia se traslada a la ciudad de Viena en donde vivió cerca de ochenta años, de ahí viene la confusión de muchos de sus biógrafos que consideran que ese fue el lugar de su nacimiento.

Su deseo de casarse lo llevó a instalar un consultorio privado como neurólogo clínico en 1881. Además exploró las propiedades anestésicas de la cocaína.

Posteriormente se interesó por el estudio de la neurosis.

Sus intereses eran variados y profundos, desde muy joven destacó en aspectos intelectuales.

Pensó en hacerse abogado pero en vez de esto comenzó

En el año de 1885 fue becado a estudiar con el célebre neurólogo francés

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Jean Charcot en París en el Salpêtrière, un hospital psiquiátrico renombrado de la época. Esto le permitió establecer que los problemas sexuales y la histeria tienen relación. En ese lapso no solo observó el método hipnótico de Charcot, también siguió con mucho empeño y dedicación sus lecciones

convenció e que había un móvil profundo para su olvido y que la sexualidad desempeñaba en ello un papel preponderante (Mueller, 1963).

Freud se casó en 1886 con Martha Bernays, después de un largo noviazgo, él y su esposa fueron muy pobres al comienzo, pero logró salir adelante en su matrimonio con el ejercicio de su profesión en la práctica privada, obteniendo sustento para mantener a sus seis hijos.

A su regreso de París fue influido por un procedimiento desarrollado por Joseph Breuer, quien animaba a sus pacientes a hablar con libertad de sus síntomas.

Freud y Breuer, publicaron “Estudios sobre la Histeria” (1895).

En el año de 1897 inicia un recorrido a su mundo interior, mediante el autoanálisis, que supondría un importantísimo hito para el apuntalamiento definitivo del psicoanálisis.

Se separan cuando Breuer no estaba de acuerdo con Sigmund Freud en el énfasis que ponía en la sexualidad como origen de la neurosis y sobre todo la sexualidad infantil (que estableció Freud para explicar las etapas: oral anal, fálica, latente y genital).

En 1900 Freud publica “La interpretación de los sueños”. Acusaron a su obra de ser pornográfica dado el pensamiento conservador de la época.

Mientras que Breuer atribuía la inconsciencia de algunos recuerdos a un estado mental particular y fortuito, engendrado por algunas condiciones (fatiga, realización de una tarea monótona, etc.) Freud se

La publicación de su obra fue dos años después de la muerte de su padre, suceso que Freud considera necesario para que pueda realizarse la liberación del inconsciente.

Tras esta

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publicación comienza a ser reconocido y no faltan quienes desean ser sus colaboradores. Ya no era hijo e inicia el desempeño de su función de padre: Jung, Adler, Rank, Ferenczi fueron los primeros discípulos, discípulos que luego se tornarían rebeldes y ampliarían el espectro psicoanalítico en otras direcciones.

una característica en una gran cantidad de personas (Palladino, 2006).

En 1905 Freud edita los “Tres ensayos sobre teoría sexual”, su obra más revolucionaria y la que provocó mayor escándalo.

La tesis central es que la sexualidad no es un instinto unitario que sólo aparece con la pubertad y en exclusiva referencia a la procreación, sino que hay una sexualidad infantil, polimórfica, cuyo desarrollo puede sufrir irregularidades y detenciones a las que cabe atribuir las denominadas perversiones. La represión de tales formas transitorias de la sexualidad es la causa de las neurosis. A los pocos meses publica: ―El chiste y su relación con lo inconsciente” donde se analizan este tipo de frases jocosas y se muestra cómo en su invención entran procesos análogos a los que emplea el inconsciente para elaborar los sueños. El chiste hace reír porque ahorra un gasto de energía psíquica y porque a la vez desahoga tensiones inconscientes que logran escapar a la represión (Gomá, 1979).

Aunque apenas vendió 600 ejemplares de “La interpretación de los sueños”, en ocho años, después tuvo hasta ocho ediciones (Brennan, 1999).

En 1901 publica “Psicopatología de la vida cotidiana”, donde menciona aspectos relacionados a la importancia de los actos fallidos y su trascendencia en el inconsciente El descubrimiento del inconsciente se debió a la aplicación del método clínico. El método clínico en psicología consiste en estudiar a una persona con detenimiento en todas las dimensiones características de personalidad, es desde el punto de vista metodológico opuesto al método experimental que estudia

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Sigmund Freud, el gran creador del psicoanálisis, reconoció que el campo de la vida psíquica inconsciente es infinitamente más extenso y que su influencia sobre la conciencia es enormemente mayor de lo que sus precursores habían sospechado (Pfister, 1954).

Abandona Viena cuando fue aplastada por los nazis en 1938. Sus obras fueron proscritas y quemadas en toda Alemania Fallece en Londres, el 23 de setiembre de 1939 a los ochenta y tres años de edad.

Tal como lo había dispuesto, sus restos mortales incinerados fueron depositados en una de sus vasijas griegas favoritas.

En el año de 1909, Stanley Hall (1844-1924) psicólogo y pedagogo estadounidense, presidente de la Universidad de Clark, Massachusetts, invitó a Freud y su asociado Carl Jung, a presentar una serie de conferencias, como parte de las celebraciones del vigésimo aniversario de la institución. Fue la primera y única visita de Freud a los Estados Unidos.

El enfoque presentado por Freud, polémico desde sus inicios, ha dado pie a numerosas interrogantes e indagaciones en el campo de la teoría y la práctica de la psicoterapia (Zaldivar, 1998).

El nombre de Freud irá siempre unido al del psicoanálisis, del mismo modo como el de Darwin va unido a la teoría de la evolución o el de Marx al materialismo histórico (Dierkens, 1972).

En el año de 1923 se le detectó cáncer de boca.

Freud padeció y aceptó una larga serie de operaciones.

Tuvo que usar una prótesis de gran tamaño que lacónicamente acabó llamando "el monstruo". Los dolores eran insoportables, entorpeciendo tanto el habla como el comer y el fumar (Oblitas, 2004).

Sus escritos son quizás más que en ninguna otra ciencia, una referencia obligatoria, mitificada, y muy frecuentemente no correctamente interpretada (Oblitas, 2004).

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EXPRESIONES NO FREUDIANAS Afecto (amor) por el psiquiatra La conciencia moral El amor propio, el egocentrismo Un extrovertido Luís imaginó Prohibición de un placer Simón quiere a su mamá Simón desobedece a su papá Madre (sobre) protectora Madre afectuosa Necesidad de autonomía frente a los padres Mujer autoritaria Mujer sumisa Paciente irritante Persona puntual Persona económica Sofía quisiera un hijo Pablo se enfada Golpe, bofetada Leo tiene miedo a morir Olvidar, renunciar No estar de acuerdo Me pregunto

No comprendo por qué he hecho esto

EXPRESIONES PSICOANALÍTICAS Transferencia El Superyó El narcisismo Un exhibicionista Luís fantaseó Castración Simón desarrolla su Edipo Simón desarrolla su Edipo Madre castrante Madre fusional Necesidad de ―matar‖ al padre y a la madre Mujer castrante Mujer masoquista Histérica Obsesivo Carácter anal Sofía tiene ganas de pene Pablo exterioriza su pulsión de muerte Puesta en acción; paso a la acción Leo no asume la castración Hacer el duelo Reprimir Esto me pregunta Esto me interpela en alguna parte Es el Otro el que me ha hecho actuar Fuente: Catherine Meyer

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AUTOEVALUACIÓN Nro. 02 Responder verdadero (V) o falso (F) según corresponda - Cuando Freud nació, su padre era ya viudo y tenía dos hijos mayores…………………………………………………

- En 1900 Freud publica ―La interpretación de los sueños‖.

- Freud nació en Viena………………………………………..

- Freud realizo varios viajes a Estados Unidos…………….

- Freud y Breuer, publicaron ―Estudios sobre la Histeria‖ (1895)………………………………………………………….

- En 1905 Freud edita los Tres ensayos sobre teoría sexual,…………………………………………………………

- En el año de 1933 a Freud se le detectó cáncer de boca.

- En el año de 1890 fue becado a estudiar con el célebre neurólogo francés Jean Charcot en París en el Salpêtrière……………………………………………………

- Freud ejerció con mucha intensidad su religión judía……

- Cuando Freud tenía diez años, Darwin publicó ―El origen de las especies‖................................................................

- Freud se casó en 1886 con Martha Bernays, después de un largo noviazgo, - Freud murió en Londres en 1939 a los ochenta y tres años de edad………………………………………………….

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Responder: ¿Qué opinión le merece el cuadro sobre expresiones no freudianas y expresiones psicoanalíticas?

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---------------------------------------------------------------------ANA O

---------------------------------------------------------------------Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien.

Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.

Fernando Pessoa (1888-1935) Poeta portugués.

El psicoanálisis no representa una teoría terminada, sino más bien se encuentra en constante evolución, es un proceso progresivo acerca del descubrimiento del Yo. Puede decirse que el psicoanálisis comenzó con la historia clínica de una de las pacientes de Joseph Breuer quien es conocida en la literatura como Anna O. (Bertha Pappenheim).

Era propensa a estados de ausencia.

Anna O. sentía una gran repulsión por la bebida; Breuer descubrió que su asco se podía explicar por un acontecimiento pasado: al entrar en la habitación la joven había visto como un perro bebía en un vaso de agua, lo cual le dio mucho asco (Van Rillaer, 1985).

Su lengua materna era el alemán, con el tiempo empezó a presentar un nuevo síntoma: en ocasiones empezaba a hablar sólo en inglés. Nada podía convencer a Bertha, quien al parecer no se daba cuenta de que había cambiado de idioma, de que la gente germano parlante, a quien ella hablaba en inglés, no podía entenderla (Sollod, Wilson & Monte; 2009).

Anna O. era una mujer inteligente de veintiún años de edad. En el curso de una enfermedad de dos años que comenzó en 1880 había desarrollado diversas perturbaciones físicas y mentales.

Entre sus síntomas estaba una parálisis de la pierna y brazo derechos, dificultad en la visión, náuseas, incapacidad para beber cualquier líquido e incluso dificultad para hablar o entender su idioma natal.

Se le diagnosticaba como histeria, una enfermedad en la que había síntomas físicos pero no una base fisiológica

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para el problema.

experiencia pasada operaba activamente en el inconsciente, presionando por la liberación e incitando al paciente a encontrar medios simbólicos de expresión del malestar.

- Los síntomas podían ser eliminados (al menos de manera temporal) si se facilitaba la expresión de la emoción estrangulada que databa de la experiencia traumática previa; a esto se denominó método catártico.

En la terminología de Estudios sobre la histeria, la meta del método catártico era permitir al paciente la ―abreacción‖ de los sentimientos dolorosos; es decir, que de manera literal ―liberara‖ la energía atrapada. Cualquier logro del método catártico apoyaba la teoría de que los síntomas eran el resultado de la represión de la energía emocional (afectiva).

En la actualidad se le conoce como trastornos de conversión. Breuer la trató mediante la hipnosis.

La interpretación que hizo Breuer del caso de Anna O. ilustraba que (Sollod et al., 2009):

- Los síntomas histéricos

eran importantes y poseían cierta lógica subyacente.

- El origen del síntoma histérico era una experiencia intensa y emocionalmente desagradable. Aunque no fuera recordada, la

Josef Breuer determinó que los síntomas de Anna eran dados de alguna manera por acontecimientos traumáticos del pasado y que el recuerdo de éstos tenía un efecto catártico, liberador. Cuando

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recordó dichos eventos, lo hizo con una gran cantidad de intensidad emocional, esto de manera evidente la liberó de los síntomas con los que se había vinculado la emoción

Por tanto el individuo era inconsciente de estos recuerdos, pero los recuerdos inconscientes estaban influyendo en la conducta presente.

Con el paso del tiempo Freud abandonó la hipnosis; en parte fue una necesidad práctica en vista de que no todos sus pacientes podían ser hipnotizados, por lo tanto su utilidad solo se limitaba a un grupo de pacientes por así decirlo ―selecto‖, además algunos pacientes al despertar no creían en lo que habían revelado en ese estado de trance.

Breuer estaba ansioso por terminar el tratamiento debido a las declaraciones abierta de Anna y la intensa demanda de sus servicios.

Cuando Breuer anunció el deseo de terminar el caso, Anna presentó un embarazo fantasma.

La emoción que estaba impedida para escapar de manera normal, había encontrado otra salida y se expresaba por medio de un síntoma neurótico.

Los detalles de los sucesos y de las emociones que implicaban no eran parte de la conciencia del paciente hasta que era recordado bajo hipnosis1.

Liébault y Bernheim sostenían que la sugestión es la principal causa del éxito de la hipnosis y de los efectos terapéuticos.

Afirmaban que la susceptibilidad es un rasgo psicológico normal y universal ya que a toda persona se le puede hipnotizar, si bien algunas son más sugestionables y fáciles de hipnotizar que otras (Greenwood, 2009).

1

En la hipnosis, el sujeto experimenta un estado altamente sugestionable, al que se le denomina llamado trance, en el cual las palabras de un hipnotista influyen sobremanera en lo que se experimenta o recuerda. El hipnotista puede sugerir que el brazo del sujeto se levante en el aire automáticamente, y el sujeto intentaría hacerlo, o que el sujeto

Abandonar la hipnosis fue importante para Freud en cuanto al descubrimiento de las resistencias.

El fuera incapaz de hacer algo que por lo regular es fácil de hacer, como doblar el brazo (Cloninger, 2003).

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reconocimiento de las resistencias condujo a un entendimiento dinámico de los procesos inconscientes o fuerzas de las cuales no se percata la persona.

acontecimiento traumático original, el paciente había contenido una emoción muy intensa. Quizás debido a las circunstancias que rodearon el acontecimiento, el paciente era incapaz de expresar la emoción que evocaba de una manera normal por medio de pensamientos, palabras o acciones.

Cuando Freud abandonó la terapia catártica y la hipnosis como auxiliares del análisis, cuando adoptó el punto de vista de que lo que el paciente puede decir al médico en su sueño debiera ser capaz de decirlo en estado de vigilia, trató durante algún tiempo de hacer comprender al paciente el significado inconsciente de sus síntomas mediante la interpretación directa de los derivados del inconsciente (Reich, 1957).

¿Qué eran esas ideas o pensamientos que se convertían en inconscientes?

Sigmund Freud creía que eran deseos, ya que durante el evento traumático, había surgido un deseo que iba contra el ideal del yo de la persona. Debido a que es difícil para los individuos aceptar el hecho de que no son los que les gustaría ser, esta incompatibilidad causa dolor. Si provoca demasiado dolor el deseo es reprimido.

Freud comenzó a usar el método de la conversación con sus propios pacientes.

Llegó a la conclusión que en el momento del

Breuer (Estudios sobre la histeria) hace la siguiente descripción: La señorita Anna O., de 21 años cuando contrajo la enfermedad (1880), parece tener un moderado lastre neuropático a juzgar por algunas psicosis sobrevenidas en su familia extensa; los padres son sanos, pero nerviosos. Ella fue siempre sana antes, sin mostrar nerviosismo alguno en su período de desarrollo; tiene inteligencia sobresaliente, un poder de combinación asombrosamente agudo e intuición penetrante; su poderoso intelecto habría podido recibir un sólido alimento espiritual y lo

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requería, pero este cesó tras abandonar la escuela. Ricas dotes poéticas y fantasía, controladas por un entendimiento tajante y crítico. Este último la volvía también por completo insugestionable; sólo argumentos, nunca afirmaciones, influían sobre ella. Su voluntad era enérgica, tenaz y persistente; muchas veces llegaba a una testarudez que sólo resignaba su meta por bondad, por amor hacia los demás. Entre los rasgos más esenciales del carácter se contaba una bondad compasiva; el cuidado y el amparo que brindó a algunos pobres y enfermos le prestaron a ella misma señalados servicios en su enfermedad, pues por esa vía podía satisfacer una intensa pulsión. Mostraba siempre una ligera tendencia a la desmesura en sus talantes de alegría y de duelo; por eso era de genio un poco antojadizo. El elemento sexual estaba asombrosamente no desarrollado; la enferma, cuya vida se volvió trasparente para mí como es raro que ocurra entre seres humanos, no había conocido el amor, y en las masivas alucinaciones de su enfermedad no afloró nunca ese elemento de la vida anímica. Esta muchacha de desbordante vitalidad espiritual llevaba una vida en extremo monótona, y es probable que el modo en que ella se la embellecía resultara decisivo para su enfermedad. Cultivaba sistemáticamente el soñar diurno, al que llamaba su «teatro privado». Mientras todos la creían presente, revivía en su espíritu unos cuentos: si la llamaban, estaba siempre alerta, de suerte que nadie sospechaba aquello. Esa actividad trascurría junto a los quehaceres hogareños, que ella cumplía de manera intachable.

Informaré luego sobre cómo esa ensoñación habitual de la mujer sana pasó directamente a la enfermedad. El ciclo de la enfermedad se descompone en varias fases bien separadas; ellas son: A. Incubación latente. desde mediados de julio de 1880 hasta el 10 de diciembre, más o menos. Esta fase casi siempre se sustrae de nuestro conocimiento, pero en este caso, debido a su peculiaridad, se pudo averiguarla de una manera tan completa que ya por ese hecho estimo en mucho su interés patológico. Expondré luego esta parte del historial.

B. Contracción Manifiesta de la enfermedad: una psicosis peculiar, parafasia, strabismus convergens, perturbaciones graves de la visión, parálisis por contractura total en la extremidad superior derecha y en ambas inferiores, parcial en la extremidad superior izquierda, paresia de la musculatura cervical. Progresiva reducción de la contractura en las extremidades del lado derecho. Alguna mejoría, interrumpida por un grave trauma psíquico (muerte del padre)

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en abril, a lo cual sigue:

C. Un período de sonambulismo persistente: que luego alterna con estados más normales; continuación de una serie de síntomas duraderos hasta diciembre de 1881.

D. Progresiva involución de esos estados y fenómenos:

hasta junio de 1882.

AUTOEVALUACIÓN Nro 03 Responder: - ¿Qué es el trance y en qué consiste?

- ¿Qué síntomas presentaba Bertha Pappenheim?

- ¿Que afirmaban a Liébault y Bernheim?

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- Explique: ¿Por qué abandonar la hipnosis fue importante para Freud?

- ¿A que conclusiones llegó Freud al usar el método de la conversación?

- ¿Qué eran esas ideas o pensamientos que se convertían en inconscientes?

- La interpretación que hizo Breuer del caso de Anna O. ilustraba que

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---------------------------------------------------------------------LA HISTERIA EN LA HISTORIA

---------------------------------------------------------------------El mejor matrimonio sería aquel que reuniese a una mujer ciega con un marido sordo.

Michel de Montaigne (1533-1592) Escritor y filósofo francés.

Generalidades Sigmund Freud, no fue el primer investigador en interesarse por los trastornos mentales, pero sí el que llegó más lejos que ninguno otro. Desarrolló una compleja teoría de la personalidad para explicar tales trastornos (Lin Ching, 2002).

La histeria2 fue una enfermedad como tantas otras; desleída por el tiempo y refugiada en diversas formas de expresión, la histeria fue quizás el primer mal al cual los médicos de una época pasada no pudieron hallarle una explicación totalmente somática dado las limitaciones de su ciencia.

Indudablemente las emociones pueden favorecer, estorbar o pervertir la nutrición y aumentar, disminuir o alterar una 2

En el lenguaje popular la palabra histeria significa una condición emocional extrema, cuando se dice por ejemplo “se puso histérica”. En el uso psiquiátrico, histeria expresa la condición de un individuo que convierte ansiedad en síntomas, que se hacen después, más o menos independientes del resto de la personalidad del histérico (Sperling, 1964).

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secreción. Hay por ello motivos para creer que la emoción no solo dilata o contrae los vasos sanguíneos, según comprueba el rubor o la palidez del rostro, sino también influye en los órganos por medio de los nervios (Ramacharaka, 1973).

Cuando algo perturba o estimula, se produce a menudo una reacción física. Algunos signos pueden ser evidentes: enrojecimiento ante el enfado, vergüenza o excitación, temblar cuando se experimenta el susto, sentir tensión muscular ante la ira o estrés. Las emociones también pueden producir síntomas de ―enfermedad‖ y entre los más comunes, que surgen como resultado de alteraciones o problemas emocionales, están dolores de cabeza, comezón, vómito, diarrea, dolor de muelas, estreñimiento, desmayo, parálisis de algún miembro, tos seca o escurrimiento nasal. Por supuesto, los síntomas antes señalados también pueden tener una causa física y a veces ser la única. En ocasiones un trastorno físico empeorará a causa de perturbaciones emocionales, y no es raro observar que los síntomas físicos son la reacción (y consecuencia) a problemas emocionales (Universidad Abierta Inglesa, 1981).

Es así que la histeria fue el mal que permitió a Sigmund Freud ir atando los primeros cabos en la larga cadena que lo llevaría a sentar las bases del psicoanálisis, y en general para el entendimiento de la enfermedad mental.

En el umbral de su muerte, Meynert3, su ex profesor y ex amigo, que fue también uno de sus detractores de la histeria masculina, le confesó a Freud: ―siempre he sido uno de los 3

Theodor Meynert era considerado en su época como uno de los más decididos defensores de la teoría de la localización. En unión con Wernicke mantuvo la ligazón anatómica de la conducta humana, de su obrar y de su sentir, de su vida emocionada y espiritual al cerebro. Para Meynert, conciencia no era otra cosa que “vida cerebral”, el mundo exterior y el Yo, son estados de la vida del cerebro que no teniendo todavía una explicación causal- mecánica, producen en el hombre la ilusión de la libertad, pero en realidad no existe tal libertad, sino que todos los procesos están estrechamente determinados. La conciencia se despierta en la célula nerviosa solo mediante estímulos externos. Agotados estos, desaparece la conciencia (Wyss, 1964).

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más bellos casos de histeria entre los hombres‖. Freud se dio cuenta que su ideas desenmascaran a los médicos víctimas de la histeria.

Antecedentes En el papiro de Kahum, que data del siglo XX a.C., se encuentran descripciones de estados psicopatológicos atribuidos a movimientos anormales del útero. La idea de que el útero era un organismo viviente que se desplazaba a través del cuerpo comprimiendo otros órganos, llevó a los egipcios a utilizar procedimientos y técnicas extraordinarios para convencerlo de que volviera a su lugar. Los griegos recogen esta creencia de los egipcios y aplican el término histeria que deriva de la palabra hystera, útero (De la Hoz, De Benito, González, Riesgo & Montejo, 1986).

La historia documental de la histeria nace en los primeros escritos médicos y filosóficos. En la antigua Grecia la filosofía tocaba de cerca a la medicina o la contaba en sus dominios.

Hipócrates, nacido 460 años antes de Cristo, ya se refería a este mal, demostrando que si bien en su época se conocía la epilepsia, muchas veces no se lograba diferenciarla netamente de la histeria, sobre la que, concretamente, sólo se tenían algunos conocimientos imperfectos. Por ello mismo se puede demostrar que la epilepsia, debe mucho de su carácter sagrado a lo imperfecto del conocimiento que se tenía entonces de la histeria. La mayor parte de los enfermos de lo que entonces se conocía con el nombre de "mal de Hércules" y las célebres Pitonisas de Delfos que predecían, en medio de horribles convulsiones y gritos estridentes el futuro de quien las consultara en el Templo de Apolo, no eran, en realidad, más que sujetos histéricos (Tallaferro, 1982).

Hipócrates, de quien se dice que su pasado ancestral se remonta a Esculapio por parte de su padre y a Hércules por la de su madre; rechazaba el misterio y la superstición de los sacerdotes y fundó una escuela de medicina para enseñar a otros a aproximarse de manera objetiva a dicho campo.

Hipócrates enseñó a sus alumnos que todas las enfermedades son el resultado de causas naturales y, por lo tanto, debían ser

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tratadas usando métodos naturales. Insistió en que el poder curativo de la naturaleza le permite al cuerpo curarse a sí mismo y librarse por sí solo de la enfermedad.

Consecuentemente, creía que la principal responsabilidad del médico es no interferir con ese poder curativo; ya que ante todo el médico debe evitar causar daño, creía que el cuerpo debe funcionar en un estado armónico, por tanto, comúnmente prescribía descanso, ejercicio, música, mejoramiento de la dieta y esparcimiento para restablecer la armonía natural del cuerpo. Es decir hizo énfasis en el paciente en lugar de hacerlo en la enfermedad. En su obra titulada ―El arte de curar”, presenta claras descripciones de melancolía, manía, depresión posparto, fobias, paranoias e histeria. Asimismo en su obra, “De Morbu Sacro” (Concerniente a la enfermedad sagrada), describe la temible enfermedad de la epilepsia. En aquella época, los ataques de epilepsia eran vistos como si fueran el resultado de una intervención divina directa, es que se sufrían de dichos ataques porque los dioses se habían llevado sus mentes (Hothersall, 1997).

Hipócrates, conocido como el ―padre de la medicina‖, fue el pionero en intentar explicar de un modo natural las manifestaciones de la histeria, vinculándolas con un desplazamiento del útero, llamado en griego histeron, de donde proviene su nombre. Para él se trataba de una anomalía de tipo ginecológico, concepto que con algunas variantes, rigió hasta el siglo XIX. Hipócrates es conocido por su gran capacidad para diagnosticar. Considera que todos los desórdenes tanto físicos como psíquicos, están originados en lesiones o desequilibrios en los fluidos o ―humores del cuerpo‖.

Hipócrates es el primero en confeccionar un catálogo de enfermedades mentales con sus respectivas curas. Entre ellas figura la histeria, enfermedad

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que siglos más tarde adquiere un papel importante en la historia de la psicología. Basándose en las primeras disecciones de cuerpos humanos, Hipócrates sustenta que en el cerebro reside el origen de los problemas emocionales (Bur & Nine, 2003).

Platón, contemporáneo de Hipócrates, nacido en el año 427 antes de Cristo, en su diálogo "Timeo" puso en boca de Sócrates esta definición: "He aquí porque las partes genitales, naturalmente sordas a la persuasión, enemigas de todo yugo y de todo freno, se parecen en el hombre a un animal rebelde a la razón, y que arrastrado por apetitos furiosos, se esfuerza en someterlo todo y mandar en todas partes.

Por el mismo motivo, en las mujeres la matriz y la vulva no se parecen menos a un animal ansioso de procrear; de manera, que si permanece sin producir frutos mucho tiempo después de pasada la sazón conveniente, se irrita y se encoleriza; anda errante por todo el cuerpo, cierra el paso al aire, impide la respiración, pone al cuerpo en peligros extremos, y engendra mil enfermedades; y esto no se remedia sino cuando el hombre y la mujer, reunidos por el deseo y por el amor, hacen que nazca un fruto, y le recogen como se recoge el de los árboles. Ellos siembran en la matriz, como en un campo fértil, animales invisibles por su pequeñez y sin forma, cuyas partes se aclaran después al desenvolverse; los nutren en el interior, y finalmente, los dan a luz y aparecen seres completos. Tal fue el origen de la mujer y de todo el sexo femenino‖.

Esta explicaciòn teórica anticipa en cierta medida el refrán según el cual "una vida sexual insatisfecha puede provocar una neurosis o cualquier perturbación emocional". Pero es esta misma suposición la que lleva al tan difundido error de creer que el matrimonio es una cura para las histéricas y que si una histérica está casada, se libra del mal teniendo un hijo. La experiencia ha demostrado que ocurre todo lo contrario, hecho

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que se comprende cuando se estudian los contenidos profundos de la enfermedad (Tallaferro, 1982).

Es muy llamativo que se considerara que la cura de la histeria, tenga que pasar por casar de forma inmediata a aquella mujer que fuese virgen e incluso a la que había enviudado. Parece más que clara la relación entre sexualidad e histeria, que, de manos de la Iglesia procura la redención del mal que habita en las mujeres a través del ministerio sagrado del matrimonio (Fernández Laveda, Fernández García & Belda, 2014).

La escuela Hipocrática se preocupa por establecer un diagnóstico de la enfermedad y reconoce que el mejor médico es el que se muestra capaz de prever. En pocas palabras el tratamiento requiere un saber empírico fecundado por la observación y la reflexión. Se ha mencionado a menudo su adagio: ―hay que ligar la medicina a la filosofía, pues el médico filósofo es el igual de los dioses‖. El médico hipocrático no debe emprender nada temerariamente, preferirá abstenerse antes de causar perjuicio. El primero de sus deberes consiste en no dañar (Mueller, 2002).

Por su parte Galeno, en el año 170 d.C., calificó como absurda la opinión de Platón e Hipócrates. Sus conocimientos anatómicos más profundos y sistematizados le habían señalado que era imposible que el útero pueda desplazarse en el interior del cuerpo, sosteniendo que la histeria era provocada por la retención de la sangre menstrual o el semen femenino, pues era creencia en esa época que la mujer eyaculaba semen al igual que el hombre. Las concepciones de Galeno, están enmarcadas en una fisiología finalista, que ve en el hombre un alma que se vale de un cuerpo. Distingue en el pneuma, considerado por él como esencia de la vida, el pneuma psychicon cuya sede es el cerebro pero que interesa

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también al sistema nervioso, el pneuma zoricon (espíritu vital), manifestado por los latidos del pulso que mantiene el calor del organismo, y el pneuma physicon (espíritu natural) cuya sede es el hígado que asegura la nutrición (Mueller, 2002).

Se cree que el primer hospital psiquiátrico se fundó en Bagdad en el siglo IV y que la influencia árabe explica el que los primeros manicomios europeos se establecieran en España, alrededor del siglo XIII o XIV. Poco después, se abrió el famoso Bethlem (Nuestra Señora de Belén), o Bedlam, como se le conocía popularmente en Londres (Euba, 2011). En dicho lugar al enfermo mental se le daba un trato absolutamente inhumano, además de servir de diversión, puesto que se vendían entradas para ir a ver a los locos, era común el uso de cadenas, las palizas y comida infecta (Botella, 2009).

En el siglo IX, un médico árabe llamado Serapión dijo que los trastornos histéricos no eran debidos a la retención de la sangre menstrual, sino a la continencia sexual, pues no había encontrado esta afección nada más que en viudas y solteras.

Posteriormente, otros médicos árabes, entre ellos Rhazes y Avicena, negaron, allá por el año 1030, que el útero fuera un animal errante y explicaron la etiología de la histeria por vapores tóxicos, de origen uterino o digestivos, procedentes del hígado o del bazo, y que atacaban al cerebro (Tallaferro, 2005).

A lo largo de toda la Edad Media se le dio a la histeria un valor demoníaco, tal como sucedía con todos aquellos fenómenos que el ser humano no podía explicar. Unas veces se la atribuye a un tránsito de la matriz, otras a la acción de vapores tóxicos de origen genital, pero siempre domina, como causal lo demoniaco. Sólo con el renacimiento la histeria deja de ser un tema teológico para volver al campo de la medicina y de la ciencia.

Al final de la edad media e inicio del renacimiento, la manera de hablar de la mujer se consideraba de naturaleza peligrosa y obscena, mientras que el silencio denotaba castidad (Roca Bennasar, 2010).

Jean Fernel (1497-1558) censuró a Galeno por haber dicho

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que la matriz no podía desplazarse para producir la histeria.

Otro investigador que observó la histeria fue Edward Jorden (1569-1632), quien dijo que la enfermedad también podría tener una causa emocional: ―Las perturbaciones de la mente son muchas veces la culpa de esto y muchas otras enfermedades. (…) no somos maestros de nuestros propios afectos‖. Edward Jorden fue designado médico ante los tribunales, fue convocado para defender a una anciana, Elizabeth Jackson, acusada de haber embrujado a Mary Glover, de catorce años, víctima de ataques convulsivos (mutismo, ceguera, parálisis) acaecidos después de una disputa con la anciana. Los ataques desaparecieron rápidamente, lo cual llevó a Jorden a afirmar que estaban en presencia de una enfermedad ―ordinaria‖, llamada ―pasión histérica‖. Como las crisis sólo se repetían cuando la joven se encontraba frente a Elizabeth Jackson, parecía haber un componente afectivo que actuaba como hecho desencadenante. Jorden presentó al juez otros ejemplos de ―ataques‖ similares acompañados de insensibilidad al dolor, que se producían con una periodicidad semanal, mensual o anual. La conclusión del médico fue que estos síntomas, lejos de poder ser imputados al diablo, revelaban «enfermedades del alma» o enfermedades nerviosas. Su testimonio, sin embargo, no convence al juez, que se niega a admitir que el médico se confiese impotente (no conoce remedio alguno). Al condenar a muerte a E. Jackson, la autoridad judicial toma el lugar de la autoridad médica deficiente, en el convencimiento de que es preciso materializar una autoridad capaz de oponerse al mal. Si la medicina no puede ―reducir‖ el desorden, lo hará la justicia eliminando la causa del mal en la persona de E. Jackson. (De la Mata, S.f.).

La terapéutica a que se recurría durante el Renacimiento para la curación del mal era sumamente pintoresca. Basados en el concepto de que el útero se movía de su lugar, imaginaron que para atraer a la matriz hacia su posición original, lo mejor era hacer aspirar a la enferma malos olores (cuerno quemado, sustancias pútridas, amoníaco, orina, heces humana, etc.) y colocarle en la zona vaginal olores agradables (ámbar, tomillo, láudano, o nuez moscada, hervidos en vino). Creían que por

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este medio, obligarían a la matriz a dejar las partes superiores mal olientes y descender a aspirar los exquisitos aromas que se encontraban abajo. No eran éstos, los únicos remedios a que se apelaba como terapéutica y prevención contra la histeria en el siglo XVI (Tallaferro, 2005).

En la ―Teoría del Útero Errante‖, se trata de dar respuesta a la sintomatología de la histeria a través de la movilidad del órgano por todo su cuerpo: Por ejemplo, si el Útero se desplazaba y aplastaba los pulmones producía ahogos, si lo hacía sobre el corazón, los síntomas eran palpitaciones. La clave de este vagar orgánico es la imperfección del cuerpo femenino, caracterizado por la humedad y frialdad, que hacía que el útero migrara en busca de los lugares más confortables de su anatomía. Médicos tan reputados como Hipócrates y Galeno ya mencionan este concepto en sus escritos y lo usan para solventar la patología femenina. Como tratamiento médico, se limitaban a ―alimentar‖ al Útero con toda clase de sustancias para que éste volviera a su lugar (Fernández Laveda, et al, 2014).

También se ha difundido la idea de que como tratamiento los histéricos deben masturbarse.

El médico suizo Félix Plater (1536-1614), empleó el término alienación mental para describir la condición perturbada de quienes sufren trastornos psicológicos, pero no fue hasta

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principios del siglo XX cuando los médicos incorporaban dicho término en sus diagnósticos y se les llamó alienistas (Greenwood, 2009).

En el año 1616, Charles Lepois, médico francés, rompió con todas las ideas tradicionales, explicó que su experiencia razonada le obligaba a sostener que el útero su importancia estaba descartada, y que eran los nervios los que dominaban el panorama histérico. "La retención de la sangre menstrual, dice Lepois, debe considerarse como una leyenda, porque la histeria existe en niñitas que aún no han menstruado, en vírgenes que ya no la tienen y en aquellas mujeres cuyos periodos menstruales son abundantes, a punto de evacuar hasta ocho litros de sangre, y esto para no hablar de los hombres".

Lepois atribuye la enfermedad a un trastorno de las serosidades, que distenderían el origen de los nervios, sobre todo los medulares y del sexto y séptimo par. Desde el punto de vista clínico reconoció la histeria masculina y la infantil, haciendo una acertada descripción de las perturbaciones sensoriales premonitorias del ataque, como ser: obnubilación de vista y oído; pérdida de la voz y opresión de las sienes; observó la parálisis de los miembros superiores e inferiores y también advirtió que el temblor era un fenómeno precursor de la parálisis. Las ideas de Lepois tuvieron una cierta resonancia en el ambiente médico de la época, provocando serias controversias, pero su opinión sólo fue consagrada por las observaciones de Thomas Sydenham (1624-1689), quien dijo que la afección histérica es, sobre todo, psíquica, y su patogenia dependía de un desorden de los espíritus animales, fluidos muy tenues y sutiles que se suponía servían para determinar los movimientos de los miembros. Señaló asimismo que la histeria atacaba por igual a hombres y mujeres y en particular a los que habitualmente se denominaban hipocondríacos, por lo cual era justo suponer que su origen no estaba en la matriz. "La histeria imita casi todas las enfermedades que afectan al género humano, porque en cualquier parte del cuerpo en que se localice produce síntomas que son propios de esa región. Si el médico no tiene experiencia, y unida a ella mucha sagacidad, se equivocará

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fácilmente, atribuyendo a una enfermedad esencial propia a tal o cual órgano, síntomas que dependen pura y exclusivamente de la afección histérica. Así es que algunos accidentes se parecen a la epilepsia y sus convulsiones pueden simular las de ésta", decía Sydenham. Sus estudios específicos abarcaron el clavo histérico, la tos, los vómitos, la odontalgia, la raquialgia y lumbago (Tallaferro, 1982).

El médico británico James Cowles Prichard (1786-1848) fue uno de los primeros en adoptar una actitud explícitamente moral hacia los trastornos psicológicos. Trató la ―demencia moral‖ como un defecto del carácter, resultado de dejarse dominar por los afectos en lugar de actuar según los sentimiento naturales de rectitud y responsabilidad.

Entre quienes concebían el tratamiento de los trastornos psicológicos como una forma de manejo moral estaba William Battie (1704-1776), fundador del hospital de San Lucas en Londres. En su tratado sobre la locura (Treatise of Madness, 1758) estableció una diferencia entre las formas de demencia. ―originales‖ (hereditarias) y las ―consecuentes‖. Battie afirmaba que las segundas podía tratarse por medio del aislamiento del paciente de la influencia de la familia o los amigos, que según él eran las causas sociales de la demencia (Greenwood, 2009).

Por su parte Paracelso, pone énfasis en las correspondencias ocultas entre el universo (el macrocosmos) y el hombre (el microcosmos). En tanto que el mismo es fuego, aire, agua y tierra, el hombre tiene necesidad de calor, debe respirar, beber y alimentarse. Así, se considera a la enfermedad como los constituyentes naturales de la vida, y en la naturaleza les corresponde un arcano, una planta o un mineral, que es su remedio específico. No es pues sorprendente que a su juicio la alquimia- fundada en la noción de los intercambios constantes

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entre las cosas de la tierra y las del cielo, y cuyo sentido es el perfeccionamiento por el hombre de lo que la naturaleza le entrega imperfecto de una separación de lo puro y de lo impuro- constituya uno de los fundamentos de la medicina, pues el organismo humano es considerado por él como un laboratorio en el que las materias orgánicas cobran vida, en el que las fuerzas presentes obran, a la vez sobre el alma y sobre el cuerpo.

Es decir, que la alquimia, así entendida se ejerce ya en el nivel de la digestión, que elimina el veneno de los alimentos. Se trata esencialmente para el médico conocer la relación entre la enfermedad y el elemento, y de restablecer la salud mediante un nuevo equilibrio con el universo, tal como lo quería ya Hipócrates. Paracelso admite como causa de enfermedad los trastornos de los humores, los traumatismos y las influencias astrales. Atribuye a las perturbaciones astrales una gran influencia sobre la salud de los hombres pues el microcosmos está provisto de astros y de planetas en correspondencia con las constelaciones celestes, las cuales desempeñan en el universo el mismo papel que los órganos internos en el organismo. El hígado por ejemplo, corresponde a Júpiter, los pulmones a Mercurio, los riñones a Venus, los órganos genitales a Marte, el corazón al Sol, el cerebro a la luna.

Mediante la observación de los astros, el médico astrólogo descubre el remedio que corresponde al órgano del enfermo y puede volver a dar vigor al aura del paciente. El hombre cuya alma consciente es la expresión perfecta y total del universo- el cuerpo material es perecedero, mientras que el alma sobrevive al cuerpo astral (Mueller, 2002).

En 1768 llegó a París Francisco Antonio Mesmer, quien años antes había "descubierto" en Viena el denominado magnetismo animal (dando este nombre al poder del organismo animal para magnetizar y ser magnetizado). Mesmer fue ridiculizado y llamado charlatán en su natal Viena y fue condenado por médicos, científicos y el clero que pensaba que estaba aliado con el demonio. Sin embargo su teoría y práctica fueron recibidas con mucho más entusiasmo en París.

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Mesmer no se dedicó conscientemente al estudio de la histeria, pese a que casi todos sus pacientes lo sufrían.

Con sus experiencias dio el primer paso para el descubrimiento de la hipnosis como método terapéutico. Sin saberlo, Mesmer trabajaba activamente con la sugestión, a través de la transferencia que sólo con el advenimiento del psicoanálisis se comprendió y utilizó racionalmente.

Inicialmente Mesmer utilizó magnetos para realizar sus tratamientos magnéticos. Colocaba magnetos reales a los pacientes o los movía sobre ellos realizando los llamados pases. Los efectos curativos del magneto encajaban perfectamente en las nociones preconcebidas de Mesmer sobre un fluido universal correspondiente a la manipulación magnética. Magnetizaba agua y hacía que sus pacientes se bañen en ella o la bebieran, magnetizaba tazas y platos de porcelana, ropas, camas y espejos para que estos objetos a su vez transmitieran fluido.

Inventó un artefacto llamado baquet, un barril de madera de roble que contenía dos hileras de botellas llenas de agua magnetizada. Se hacían en el barril agujeros a través de los cuales se insertaban varillas de acero que los pacientes debían sostener o aplicar a las partes dolientes de su cuerpo. Mesmer luego ideó una especie de terapia de grupo alrededor del baquet, formando un círculo tomados de la mano, para crear una circunstancia más favorable al paso del fluido magnético.

Posteriormente Mesmer se dio cuenta de que podía magnetizar sin magnetos, gracias a la ―fuerza magnética de nuestros cuerpos‖. Franz Anton Mesmer (1733-1815) tiene una importancia e interés excepcionales en la historia de la psicoterapia. Si acaso la psicoterapia entendida como una ―técnica médica‖ moderna, tuvo un descubridor, ese fue Mesmer (Szasz, 1985).

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Se dice que Mesmer decoraba la habitación con símbolos astrológicos y que se vestía como un druída, y que tocaba a sus pacientes con una varita para incitar la cura final (Euba, 2011).

El clero francés juraba que Mesmer había vendido su alma al diablo, mientras que la profesión médica lo describía como un impostor, un charlatán y un curandero. Sin intimidarse, desafió a la Academia Francesa de Medicina a elegir 20 pacientes, asignarle diez a él para tratamiento y diez a miembros de la academia, y comparar los resultados. La academia rechazó el desafío. En 1781, por incitación de la reina María Antonieta, una de las partidarias más ardientes de Mesmer, el gobierno francés le ofreció un castillo y una pensión para toda su vida si revelaba sus métodos. Mesmer se negó. En 1783, la Academia Francesa de la Ciencia nombró una comisión real para investigar a Mesmer y sus afirmaciones. La comisión, encabezada por el embajador estadounidense, Benjamín Franklin, incluyó al químico Antoine Lavoisier, el descubridor del oxígeno; Joseph Guillotin, cuya invención sería muy utilizada poco después, y al astrónomo Jean Bailly. En su reporte de agosto de 1784, la comisión condenó la práctica del mesmerismo como peligrosa e inútil y etiquetó a Mesmer de místico y fanático. En adición al reporte público, la comisión escribió uno secreto para el rey. Este reporte exponía un tema sexual, enfatizando que Mesmer con frecuencia trataba a mujeres jóvenes atractivas que no estaban realmente enfermas, sino que iban a él por ociosidad y un deseo de ser entretenidas. Se decía que bajo la influencia del magneto estas mujeres no eran conscientes de lo que pasaba y eran incapaces de controlarse a sí mismas. Sin intimidarse, Mesmer continuó en la práctica y su notoriedad creció (Hothersall, 1997).

Mientras él discutía con los miembros de la Academia de Francia, un discípulo suyo, el conde Máximo de Puységur, aclaraba en 1784, y de una manera terminante, la existencia del mecanismo hipnótico. Éste no fue en realidad un descubrimiento, pues Paracelso relata que, en un convento de Corintia, los monjes utilizaban objetos brillantes para sumir en sueño a los enfermos, y en el año 90, Apolonio de Tyana dio

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elementos que permiten suponer que en esa época la hipnosis se usaba en una forma empírica (Tallaferro, 2005).

Puységur descubrió que podía inducir estados temporales de parálisis en los pacientes durante los periodos de sonambulismo producidos por el tratamiento mesmerista. En dicho tratamiento ordenaba a los enfermos mentales que hablaran, bailaran y realizaran tareas mecánicas y al despertar no recordaban nada de ello. Puységur demostró así, los efectos terapéuticos de lo que llamaba ―sueño nervioso‖ incluidas sus propiedades anestésicas, pues era capaz de elevar el umbral de dolor de un paciente mientras estaba en trance (Greenwood, 2009).

En 1777, sale a la luz un tratado de medicina escrito por el médico escocés William Cullen, y aparece por primera vez el término ―neurosis‖. El capítulo titulado Neurosis or Nervous Diseases, no se limita a considerar las enfermedades mentales (denominadas en esa época ―versanias‖), sino que incluye también las palpitaciones cardíacas, el cólico, la hipocondría, la dispepsia y la histeria (Lo Bianco & Merle, 2006).

Cullen puso de manifiesto la falta de una causa somática en ciertas enfermedades. A partir de entonces se aceptó paulatinamente la idea de que los factores psicológicos podían ser causa de ciertas alteraciones (De la Hoz, De Benito, González, Riesgo & Montejo, 1986).

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Por ejemplo un soldado para quien la ansiedad de la batalla se hace insoportable, puede perder súbitamente la vista. Los exámenes demostrarían que no hay nada orgánicamente malo en sus ojos. Sin embargo el soldado histérico insistirá en que está ciego. No recuperará la vista hasta retirársele de las líneas de combate y aún así puede persistir la ceguera no orgánica, sino psicológicamente inducida (Sperling, 1964).

Con el tiempo es Freud quien establece y desarrolla el cuadro de la neurosis en una forma científica y sistemática, mostrando que este tipo de conductas tiene una etiología psíquica y no biológica como se pensaba en aquellos tiempos (Stamateas, 2008).

En 1811 un médico estadounidense, Joseph Masón Cox, publicó ―Observaciones prácticas sobre la locura y algunas sugerencias hacia modos mejorados de tratamiento de las enfermedades de la mente”. Cox era un entusiasta defensor del molinete, la oscilación y la rotación en el tratamiento de la manía. Él reportó que al aplicarlos en la oscuridad, "Muy pocas rotaciones, producen efectos sosegantes, calmantes, tranquilizando la mente y rindiendo el cuerpo a la quietud; un grado de vértigo aparece seguido por el más refrescante adormecimiento; un objetivo que es el más deseable en todo caso de locura y con la máxima dificultad procurada". Aunque Cox reportaba que algunos pacientes se resistían de manera violenta a ser colocados en el balancín, él lo había utilizado con numerosos pacientes maniacos observando "cambios muy sorprendentes". En el "paciente más miserable" una sola aplicación de oscilaciones producían "la más completa revolución en la mente, cambiando el completo curso de las ideas" (Hothersall, 1997).

En ―Tratados Prácticos de las enfermedades de los órganos sexuales de la mujer‖ de F. W. Scanzoni (1862), el autor define la ―Histeralgia‖ como una ―Neuralgia de Útero‖. Es una enfermedad rara caracterizada por un dolor continuo que incomoda de forma permanente con una sintomatología inespecífica a nivel físico que va desde gordura o anemia a escozor en genitales, latidos que atravesaban la pelvis, estrechez anormal de la vagina o la secura extraordinaria de

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sus paredes. Es muy habitual este tipo de diagnóstico durante el siglo XIX, aunque el propio autor duda de que todas las pacientes diagnosticadas de Histeria sean realmente enfermas de este tipo, puesto que en las autopsias no se encuentran síntomas orgánicos (Fernández Laveda, et al, 2014).

Frederic Myers (1843-1901), líder de la investigación psíquica durante el siglo XIX, desde niño le horrorizaba la idea de no poder vivir eternamente. Este miedo se intensificó cuando perdió su fe religiosa durante su educación, como le ocurrió a muchos Victorianos. Tras un encuentro con el filósofo TIenry Sidgwick, éste le animó a buscar científicamente pruebas de la existencia de la inmortalidad. Myers realizó una revisión de todo el campo de la psicología anormal, desde el sueño y la histeria hasta los mensajes de los espíritus difuntos. Su aproximación a estos problemas fue siempre psicológica. Fue el primer escritor inglés que difundió los estudios iniciales de Freud sobre la histeria. Para Myers, la histeria era un fenómeno importante, puesto que demostraba el poder que tenía la actividad puramente mental sobre el cuerpo en el mismo momento en el que las perturbaciones psíquicas producían síntomas físicos. Es más, Myers considerò al igual que Freud que los síntomas histéricos expresan deseos inconscientes que el paciente no quiere admitir en la conciencia. Myers formuló una teoría del inconsciente, a la que denominó yo subliminal (Hardy, 1998).

La ―electroterapia‖, que es algo parecido al magnetismo animal, floreció durante el siglo XIX, que fue un período de gran optimismo en todo aquello relacionado con el progreso y la tecnología. La electricidad era algo relativamente nuevo, al menos en cuanto a sus usos prácticos, así que no es de extrañar el que se quisiera aplicarla a los desórdenes de los nervios. Un médico americano llamado George Miler Beard desarrolló, junto con otros coetáneos, la electroterapia, que consistía en aplicar corrientes eléctricas al enfermo durante el curso de rituales bastante complicados. Si el enfermo se quejaba de impotencia, se le administraba la corriente en la zona genital. Beard pensaba que los americanos eran gente muy nerviosa y que la fatiga y el nerviosismo eran consecuencia de ―el estrés de la vida moderna, el telégrafo, la

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máquina de vapor‖, etc. (esto prueba que la ―vida moderna‖ no es una cosa muy moderna después de todo). Pensaba Beard asimismo que las mujeres americanas, en este ambiente de modernismo frenético, se veían por primera vez obligadas a pensar mucho, y que esto constituía un riesgo psicológico, por la falta de costumbre, que podía acabar produciendo lo que se dio en llamar la Neurastenia, que quería decir cansancio de los nervios. Como siempre, estas cosas no las piensa un individuo solo, sino que son parte de la manera de pensar de la época.

La electricidad, con la que Beard curaba la neurastenia, estaba de moda como un fenómeno nuevo y excitante (Euba, 2011).

La ―electroterapia‖ en su forma más moderada, se denominaba ―faradización‖. Freud adquirió el material necesario para aplicar este tipo de tratamiento en el año 1886. La paciente, desnuda o tan sólo ligeramente cubierta, se sentaba sobre una bañera con agua, con uno de sus pies situado sobre un electrodo negativo mientras que el médico sondeaba su cuerpo de arriba a abajo con un electrodo positivo o para las pacientes ―sensibles‖, con su propia ―mano eléctrica‖, haciendo atravesar la corriente por su propio cuerpo. Las sesiones de tratamiento duraban entre diez y veinte minutos y se repetían frecuentemente. Muchas pacientes sufrían intensas reacciones adversas que incluían desde quemaduras hasta mareos o defecaciones (Hardy, 1998).

En el año 1830, en Inglaterra, el doctor Brodie publicó un libro sobre las Afecciones nerviosas locales y en las páginas que dedicó a la histeria citó conocimientos que sus contemporáneos en gran parte ignoraban. No sólo admitió con Sydenham la histeria masculina, sino que al referirse a su

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etiología a propósito de la coxalgia histérica dijo: "No son los músculos los que no obedecen a la voluntad, sino la voluntad misma la que no entra en acción." Estudió igualmente, con profundo criterio clínico, la retención de orina, las neuralgias y el timpanismo histérico. Formuló la terapéutica de las contracturas y parálisis, que consistía ante todo en establecer un tratamiento inofensivo, afirmando que esas afecciones se curaban muy frecuentemente "bajo la influencia de una viva impresión moral" (Tallaferro, 1982).

Bedford (1864), en el tratado ―Lecciones Clínicas de las Enfermedades de la Mujer‖, en cambio, da una etiología clara de su Histerismo, que es motivada por una alteración nerviosa refleja por la irritación de los órganos genitales. Además nos habla sobre factores de riesgo, situaciones, lugares y rasgos en el carácter que hacen que determinadas mujeres sean más proclives a la enfermedad: ―... las mujeres que nacen y se crían en ciudades populosas, en medio de las escitaciones de toda clases...‖, ―...la privación de las relaciones sexuales, sobretodo en las que fue habitual...‖, ―presentándose con más frecuencia en as son hijas de madres histéricas...‖, ―el clima cálido [...], puesto que las alteraciones del aparato genital son más comunes en las regiones tropicales‖. También observa que hay más tendencia a la enfermedad en la pubertad que, por ejemplo, en la menopausia (Fernández Laveda, et al, 2014).

En el año 1862, Charcot se hizo cargo de la sección de histeria en el Salpetriere.

Gracias a sus trabajos el histerismo comenzó a ser considerado verdaderamente como una afección nerviosa, y completando las precisas 4 descripciones de Briquet , Charcot Briquet (1859) consideraba la histeria como una “neurosis del encéfalo”; era un opositor de las teorías reproductivas del origen de la histeria, al punto que planteaba que sería mejor cambiar el nombre de este trastorno, la nomenclatura de histeria se encontraría demasiado relacionada al útero desde su propia etimología e historia, al considerarlo como el causante de los síntomas propios de 4

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analizó el gran ataque de la histeria convulsiva, distinguiendo en el mismo cuatro fases: la primera, epileptoidea; la segunda, de las convulsiones y los grandes movimientos; la tercera, de actitudes pasionales; y la cuarta, del período delirante.

Charcot, se había ocupado meritoriamente de la división y sistematización de los diversos síntomas histéricos (Wyss, 1964).

Años más tarde, Charcot, Janet y otros demostraron que muchos síntomas patológicos son verosímilmente consecuencia de impulsos y fuerzas directrices ocultos a la conciencia y al otro lado de ella (Pfister, 1954).

Las experiencias que se realizaron en el Salpetriére se basaron principalmente en las pruebas efectuadas por el cirujano británico James Braid (1795-1860), quien introdujo los términos hipnotismo, hipnotizador e hipnótico5 y desapareció luego de una vida de sesenta y cinco años de vicisitudes, en la que se mezclaron escándalos, investigaciones honradas, el esfuerzo terapéutico y la ambición inescrupulosa. Braid conseguía sumir en sueño hipnótico a sus pacientes, haciéndolos mirar fijamente el cuello de una botella hasta lograr la fatiga.

la enfermedad haciendo que las descripciones que se hacen sean demasiado generales.

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El hipnotismo progresó en Francia como una forma de tratamiento de la histeria. Con respecto a esto, surgieron dos teorías sobre la naturaleza del trance hipnótico. Los trabajos de A. A. Liebeault (1823-1904) dieron origen a una escuela de pensamiento en Nancy, que fue continuada por su estudiante Hippolyte Berheim (1837-1919). Esta escuela defendía que el estado hipnótico era una intensificación de ciertas tendencias del sueño o la vigilia ordinaria.

Algunas de nuestras acciones, incluso las más sofisticadas, son automáticas: todos respondemos impulsivamente a algunas indicaciones; todos alucinamos mientras soñamos. De acuerdo con la escuela de Nancy. la conciencia pierde durante la hipnosis su estrecho control habitual sobre la percepción y la acción, y las órdenes del hipnotizador se convierten inmediata e inconscientemente en acciones o en percepciones alucinatorias. La escuela rival del hospital de la Salpétriére de París mantenía que, el estado hipnótico debe ser un estado completamente anormal, que se encuentra sólo en pacientes histéricos, ya que se podía utilizar la sugestión hipnótica para retirar síntomas histéricos (Hardy, 1998).

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A diferencia de los simuladores o de la gente que conscientemente pretende estar enferma, los histéricos no se dan cuenta del origen psíquico de sus imitaciones a enfermedades (Sperling, 1964).

Con esta investigación de tan vastos alcances, Charcot hizo una contribución realmente invalorable al conocimiento del ser como un todo. Lo fundamental en la obra de Charcot es su concepción fisiopatológica de la enfermedad: "es psíquica por excelencia", dijo, y fue el primero en considerar que su valor esencial era un estado enfermizo del espíritu. "Si las emociones la determinan, si la sugestión puede provocar o suprimir fenómenos histéricos, si el aislamiento y la terapéutica moral ejercen una feliz influencia sobre sus manifestaciones, en una palabra, puesto que aparece o desaparece por acciones psíquicas, lógico es considerarla como una enfermedad psíquica", aseveró Charcot (Tallaferro, 2005).

Babinski, fiel discípulo de Charcot en vida, fue el gran demoledor de la obra del maestro, tras su muerte en 1893.

Durante años hizo una revisión crítica de la compleja estructura de la histeria tradicional, mostrando gran suspicacia sobre la autenticidad de las grandes manifestaciones histéricas y tomando a muchos enfermos por simuladores. Pensaba que la mayoría de los actos de simulación era explicables por la anormalidad de los enfermos, encuadrándola en el reciente concepto de la mitomanía, caracterizada por un deseo de inspirar asombro, curiosidad o conmiseración. Por otra parte, señalaba el carácter sugerido de los síntomas centrales de la

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histeria tradicional y la influencia de la sugestión en la configuración del resto, reconociendo la falta de espontaneidad de gran parte de las manifestaciones histéricas, así como de los célebres ―estigmas permanentes‖ de la histeria. En 1901 expuso Babinski su concepción personal de la histeria, cuyo nombre propuso sustituir por el de pitiatismo, que tuvo gran difusión sobre todo entre los neurólogos. El único carácter común que él encontraba en todas las manifestaciones histéricas era la posibilidad de ser reproducidas por sugestión en ciertos sujetos y hacerla desaparecer bajo la influencia de la persuasión. La sugestión era en sí misma un fenómeno morboso que sólo podía producirse en un estado psíquico anormal, en sujetos predispuestos. Para Babinski, el factor etiológico exclusivo de la histeria era una ―predisposición morbosa‖ de origen constitucional o hereditario, caracterizada por una exaltación de la sugestibilidad, por la hipersensibilidad a la sugestión. Pero el factor ambiental también era decisivo en el desencadenamiento de los síntomas histéricos: el contagio, la imitación y la influencia del médico a través de sus palabras y de sus actos. Babinski negaba cualquier relación entre la histeria y la emoción, y la distinguía netamente de las restantes enfermedades nerviosas o neuróticas. Pero la confundía con la simulación: ―todos los fenómenos pitiáticos pueden ser rigurosamente reproducidos con la simulación‖. La voluntad del enfermo tenía un considerable influjo en la aparición y mantenimiento de los síntomas histéricos. En cierto modo, el histérico era ―actor‖ de sus manifestaciones morbosas, comportándose como si en parte fuera dueño de su enfermedad, como si su sinceridad no fuera absoluta. Pero todos los síntomas pitiáticos podían resolverse fácilmente con el método de la persuasión. Si en algún caso el enfermo se resistía tenazmente a curarse por la persuasión, debía tratarse de una simulación (Gonzáles, 1999).

Años más tarde, basándose en el resultado de estas investigaciones, Janet (1859-1942), Breuer (1842-1925) y Freud (1856-1939) desarrollaron sus teorías de la neurosis, que coincidían en un cierto aspecto con el concepto medieval de estas afecciones, sustituyendo tan sólo al "demonio" por una fórmula psicológica, que en el concepto de Melanie Klein es el "objeto malo, perseguidor".

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Muchos síntomas histéricos y obsesivos, son castigos ocasionados por un sentimiento inconsciente de culpabilidad (Pfister, 1954).

Por esa misma época Pierre Janet, haciendo investigaciones sobre el hipnotismo, llegó a valorar los recuerdos traumáticos inconscientes y afirmó: "Estos residuos mentales representan grupos de ideas, de imágenes productoras de movimientos de una considerable capacidad plástica, que quedan fuera del dominio de la personalidad consciente, a causa del obstáculo que crean a la vida cotidiana." Charcot había vislumbrado ya el valor de estos recuerdos olvidados, y en una conferencia que dictó sobre las neurosis en los accidentes ferroviarios, insistió sobre el papel ulterior de las perturbaciones de la memoria, que disminuía, y la imaginación fantástica que se encargaba de llenar las lagunas que se producían. Los sujetos que habían sufrido un accidente hacían relatos fantásticos de lo ocurrido y los hacen aún; con un matiz tal de verosimilitud que aquellos hechos imaginarios adquirían toda la traza de realismo.

"Los hechos reales, señalaba Charcot, dejan, sin embargo, imágenes penosas que se mantienen en el fondo de la conciencia, y aun cuando parecen olvidados, esos recuerdos provocan y alimentan temores, angustias o parálisis, según que las imágenes estén cargadas de emoción o de movimiento." A estas imágenes Janet6 las llamó "recuerdos traumáticos".

Bernheim soluciona el problema de la histeria a su modo y cree que todos los fenómenos histéricos son simples sucesos normales exagerados, por "autosugestión". Dice que en algunos individuos esos fenómenos se exageran porque "poseen un aparato histerógeno muy desarrollado y fácil de conmover". Esta predisposición a los fenómenos histéricos constituye la "diátesis histérica congénita". Bernheim7: va tan 6

Destacan los trabajos de Pierre Janet sobre el olvido, en donde este investigador muestra la acción patógena de los recuerdos olvidados, de sucesos ligados a emociones violentas. El tratamiento empleado era provocar en el sujeto un estado somnambúlico y se empleaba también la escritura automática.

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Freud se interesó por el fenómeno conocido como experiencia A de

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lejos en su interpretación psicológica que llega hasta negar la existencia misma de la histeria cuando dice: "Las grandes y pequeñas crisis de la histeria en sus diversas y numerosas formas, son la simple exageración de fenómenos normales de orden psico-fisiológico. Todos somos histéricos en cierta medida. Yo diría que la histeria no existe por sí misma".

Bernheim y otros muchos sugerían órdenes a personas hipnotizadas pero prohibiéndoles el recuerdo de la orden en estado de vigilia. Realmente la orden era cumplida sin que existiese el más pequeño recuerdo de sus motivos. Con ello estaba plenamente demostrado, de un modo experimental, que hay fuerzas inconscientes que dominan la vida despierta (Pfister, 1954).

Uno de los más exitosos movimientos psicoterapéuticos es el ―coueísmo‖ o autosugestión. Su doctrina ilustra la combinación de la curación clerical de las almas y el tratamiento clínico de las mentes. Emile Coué (1857-1926) era un farmacólogo francés, interesado en la práctica muy popular de entonces: la hipnosis. Aproximadamente en la misma época de que Freud descubrió que el análisis de los sueños era el camino al inconsciente, Coué descubrió que el camino real para la curación de la mente pasaba por los sufrimientos interiores del paciente. Este no necesitaba ser hipnotizado. Ni siquiera necesitaba un terapeuta. El elemento esencial del tratamiento hipnótico era la propia resolución del sujeto por recobrarse de su enfermedad. Armado con esta idea, Coué adoctrinaba a las Bernheim. (orden post hipnótica). El paciente lleva a cabo una acción sin conocer las causas que lo impulsan y cuando se le pide una justificación de su conducta, miente, sin saber que está mintiendo. Trata de dar una explicación que concuerde con el medio ambiente y por lo cual lo que ha hecho parezca racional. Este fenómeno ha recibido en el psicoanálisis la denominación de racionalización. Bernheim hipnotizaba sobre todo, a personas sanas, lo cual permitió inferir que las personas pueden obrar por motivos que no son los que proclaman conscientemente. La base en la que se apoya la terapéutica del método psicoanalítico se halla en la experiencia B de Berheim: Se le pregunta porque cumplió la orden, mediante la sugestión y la insistencia, se llega al punto en que la persona dice: “porque usted me lo pidió”. Se logra pues en un instante dado que lo que no era consciente abandone el inconsciente y entre en el campo de la conciencia.

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personas, que sufrían de enfermedades nerviosas para que se dirigieran a si mismas, por la mañana, a mediodía y en la noche con frases como: ―Cada día y en todos los aspectos me estoy sintiendo mejor y mejor‖. Durante la dos décadas del siglo veinte tuvo mucha popularidad (Szasz, 1985).

El antiguo aforismo: ―tal como el hombre piensa en su corazón así es‖, encierra una verdad más patente en la medida que pasa el tiempo. Al hablar de los efectos de la mente en el cuerpo, la mayoría de las enfermedades de origen mental tienen como causa los pensamientos morbosos del propio individuo, o sea la autosugestión. En efecto, la salud del cuerpo depende en gran parte de la índole de los propios pensamientos de la autosugestión. Si se mantiene una actitud mental de salud, fuerza y optimismo se manifestarán sus saludables efectos en la vida fisiológica, pero el organismo responderá también a pensamientos morbosos y a actitudes mentales siniestras. Así como el individuo puede caer enfermo a consecuencia de insistentes sugestiones morbosas, también si está enfermo puede recobrar la salud a consecuencia de insistentes sugestiones saludables. No hay en ello misterio alguno como no sea la acción autónoma de una ley psicológica (Ramacharaka, 1973).

AUTOEVALUACIÓN Nro 04 Responder: - ¿Qué es el coueismo?

- ¿Por qué se dice que Hipócrates puso énfasis en el paciente y no en la enfermedad?

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- ¿Qué aportes hizo Joseph Masón Cox?

- ¿En qué consiste la electroterapia y quien la formuló?

- ¿Qué es la experiencia A y B de Bernheim?.

- ¿Qué aportes hizo Charcot?

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- ¿Qué aportes hizo Mesmer?

- ¿Qué críticas recibió Mesmer?

- ¿Qué aportes hizo Puységur?

- ¿Qué aportes hizo Pierre Janet?

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- ¿Qué aportes hizo James Braid?

- ¿Qué aportes hizo El médico británico James Cowles Prichard y William Battie?

- ¿Qué aportes realizó el médico suizo Félix Plater?

- ¿Qué aportes realizó Edward Jorden?

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- ¿Qué aportes realizó Briquet?

- ¿Qué aportes hizo Galeno?

- ¿Quién fue Babinsky y qué aportes realizó?

- ¿Qué diferencias existen entre la Escuela de Nancy y el Salpétriére en cuanto a la concepción de la hipnosis?

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Completar el siguiente crucigrama 1.

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No fue el primer investigador en interesarse por los trastornos mentales, pero sí el que llegó más lejos que ninguno otro.

Cuando algo perturba o estimula, se produce a menudo una reacción...

Las emociones también pueden producir síntomas de....

La historia documental de la histeria nace en los primeros escritos médicos y …

Enseñó a sus alumnos que todas las enfermedades son el resultado de causas naturales Escribió "Timeo" Autor que considera el pneuma, como esencia de la vida.

Se cree que el primer hospital psiquiátrico se fundó en...

Era considerado en su época como uno de los más decididos defensores de la teoría de la localización … fue convocado para defender a una anciana, Elizabeth Jackson, acusada de haber embrujado a Mary Glove. empleó el término alienación mental para describir la condición perturbada de quienes sufren trastornos psicológicos fundador del hospital de San Lucas en Londres...

El hígado por ejemplo, corresponde a Júpiter, los pulmones a Mercurio, los riñones a ….

Descubrió el denominado magnetismo animal Autor que empleó por primera vez el término ―neurosis‖.

Publicó ―Observaciones prácticas sobre la locura y algunas urgencias hacia modos mejorados de tratamiento de las enfermedades de la mente‖ Mesmer Inventó un artefacto llamado...

Autor que define la ―Histeralgia‖ como una ―Neuralgia de Útero‖.

Autor que consideraba que las mujeres americanas, en el ambiente de modernismo frenético, se veían por primera vez obligadas a pensar mucho, y que esto constituía un riesgo psicológico, por la falta de costumbre.

Autor que en 1864, escribió el tratado ―Lecciones Clínicas de las Enfermedades de la Mujer‖.

Era un farmacólogo francés, interesado en la práctica muy popular de entonces: la hipnosis (1857-1926)

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---------------------------------------------------------------------PSICONEUROSIS

---------------------------------------------------------------------Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno.

Psiconeurosis es un término genérico que sirve para denominar cierto número de afecciones nerviosas, cuyo origen es principalmente mental (psicológico), entre ellas se tiene: neurastenia, psicastenia, histeria, hipocondriasis y melancolía de forma ligera.

En la germinación de la psiconeurosis, en algún momento crítico de su desarrollo, el niño, unidad biopsicológica y social sufre una vivencia traumática o una serie de éstas, que lo inundan, es decir que la intensidad de lo sufrido desborda la capacidad del Yo infantil para manejarlo.

Esto puede determinar que el contenido ideativo y el afecto que acompañan los traumas (vividos en la realidad o fantaseados) se expulsen de la conciencia y se confinen a lo inconsciente, agencia en la cual las ideas, los afectos y los derivados instintivos se ligan a otras constelaciones reprimidas (organización de fantasía, complejos), e intenten con éxito relativo abrirse paso hacia la conciencia y en dirección a la

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acción motora. Lo reprimido ejerce, además, una atracción de imán sobre otros contenidos conscientes, que se ven arrastrados así hacia el inconsciente profundo y los dominios del proceso primario (Yildiz, 2010).

Una idea, una impresión, una conmoción mental aunque completamente interna, puede producir efectos fisiológicos más o menos intensos y hasta es capaz de ocasionar la muerte, no escasean los casos de muerte repentina a causa de una emoción violenta. Hace ya tiempo que se reconoció la influencia de la imaginación en la vida fisiológica (Ramacharaka, 1973).

Es así que la energía que en otras condiciones se utilizaría para actividades productivas, tienen que ser utilizadas por las fuerzas represoras en la manutención de un status quo siempre inestable y continuamente tenso. La vivencia reprimida carece de tiempo en la medida en que se ha hecho parte del inconsciente, es decir detiene fija la historia del ser humano en un momento dado de su transcurso vital. La psicoterapia psicoanalítica es una invitación a reanudar esta historia interrumpida y permitir al individuo el desarrollo de sus potencialidades.

El psicoanálisis afirma que las psiconeurosis se basan en el conflicto neurótico que ocasiona una obstrucción en la descarga de las pulsiones instintivas que se producen en un estado de represión. El Yo se va haciendo menos capaz de manejar las tensiones en incremento y llega un momento en

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que es vencido por ellas.

El psicoanálisis ha revelado que la esencia del proceso de represión no consiste en suprimir y destruir una idea que representa el instinto, sino en impedirla hacerse consciente.

Decimos entonces que dicha idea es inconsciente y tenemos pruebas de que aun siéndolo, puede producir determinados efectos que acaban por llegar a la conciencia. Todo lo reprimido tiene que permanecer inconsciente, pero queremos dejar sentado desde un principio que no forma por si solo, todo el contenido del inconsciente, lo reprimidos es, por lo tanto, una parte del inconsciente (Freud en Psicología de las Masas y Análisis del Yo).

La expresión ―conflicto neurótico‖ se emplea en singular aunque siempre hay más de un conflicto importante. Por costumbre y comodidad nos referimos a un solo conflicto. Un conflicto neurótico es un conflicto inconsciente entre un impulso del Ello que busca su descarga y una defensa del Yo que impide la descarga directa del impulso o su acceso a la conciencia (Tallaferro, 2005). ¿Cuál es la relación entre mente y cuerpo? o de la forma más sencilla ¿cómo interactúan?. Algunos dualistas (como se denomina a aquellos que mantienen que la mente y el cuerpo están separados) han afirmado que los dos interactúan de modo causal, pero nunca han explicado de manera convincente como.

Otros dualistas han evitado este problema al razonar que los dos funcionan en paralelo sin interactuar o que el cuerpo puede afectar la mente pero la mente no puede afectar el cuerpo. Así ambas posiciones dualistas permiten que se teorice acerca del comportamiento sin considerar la mente. Aquellos filósofos denominados monistas evitan el

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problema de la mente y el cuerpo al postular que la mente y el cuerpo son la misma cosa y que tanto los dos son materiales como los dos son inmateriales (Fernández, 2003).

AUTOEVALUACIÓN Nro. 05 Responder.

- ¿Qué significa psiconeurosis?

- ¿Cómo se origina la psiconeurosis?

- ¿Qué es el conflicto neurótico?

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- ¿Por qué la expresión “conflicto neurótico” se emplea en singular?

- ¿Qué plantean los dualistas y los monistas?

- ¿Qué ha revelado el psicoanálisis respecto a la esencia del proceso de represión?

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---------------------------------------------------------------------TOPOGRAFÍA DEL APARATO PSÍQUICO

---------------------------------------------------------------------Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.

John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) Político estadounidense.

No cabe duda que uno de los empeños más claros de toda la obra freudiana es la determinación de un modelo del aparato psíquico o lo que es lo mismo, de un modelo de que es el hombre y de cómo funciona. Desde este punto de vista, puede afirmarse sin demasiadas dudas que la principal misión de la teoría freudiana fue el diseño de un modelo de personalidad como expresión de un modelo de persona, la topografía de lo psíquico, explica las estructuras y las funciones que determinan las acciones, los sentimientos y emociones de cualquier ser humano y además, establecen el papel causal de lo instintivo y lo inconsciente en dichas determinaciones (Roca Bennasar, 2010).

La teoría psicoanalítica tiene la particularidad y porque no, la virtud, de no considerar los actos psíquicos de la misma manera que lo hace la psicología clásica.

El psicoanálisis concibe la vida psíquica como una evolución incesante de fuerzas elementales, antagónicas en conflicto, dando un concepto dinámico al psiquismo humano.

El sistema metapsicológico teórico de Freud, es una topografía hipotética del aparato psíquico. Se debe considerar que son fuerzas, cargas energéticas que se desplazan en cierta forma

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que tienen un tipo de vibración que es específico y que todas van a estructurar los tres sistemas que Freud ha denominado y dividido topográficamente en inconsciente, preconsciente y consciente, cada uno de ellos con características determinadas.

Dentro de estos tres campos de límites imprecisos, se considera la existencia de tres instancias o localizaciones que actúan en distintos planos y que adquieren las características propias de ese nivel de la actividad psíquica son: el ello, el yo y el Superyó (Tallaferro, 1982).

Para comprender las teorías freudianas sobre la tópica psíquica, es importante tener presente que las ideas del sabio vienés sufrieron una evolución en dos fases (Dierkens, 1972): a. La primera fase condujo al descubrimiento de lo inconsciente, de lo preconsciente y de lo consciente, considerados al principio no únicamente como simples cualidades de un hecho psíquico (punto de vista dinámico), sino como estructuras psíquicas consistentes (punto de vista tópico). Esta fase no condujo a la resolución de los problemas psíquicos y Freud, tuvo que considerar otra clasificación. b. Esta segunda manera de estudiar la tópica consistió en dividir la psique en Yo, Ello, Superyó.

El yo por ejemplo, tiene una parte dentro del consciente pero llega al preconsciente y al inconsciente. El ello está totalmente situado en el inconsciente y regido por las leyes de ese sistema.

En suma son campos de límites esfumados que tienen zonas fronterizas comunes (Tallaferro, 1982).

Es por eso que se tiene:

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Consciente

YO YO

Pre Consciente

SUPERYÓ

Ello

Inconsciente

Inc. Rep.

Cabe destacar que estos tres elementos: inconsciente, consciente y preconsciente son integrados en la mente humana y que no pueden separarse, además, son característicos de la configuración de la personalidad; el psicoanálisis denomina a estos tres componentes como aparato psíquico.

La manera en cómo se distribuye el material consciente, preconsciente e inconsciente varía de persona en persona, sin embargo, el psicoanálisis reconoce que la forma en cómo se constituye el aparato psíquico, corresponde en mayor medida a material inconsciente y preconsciente, y en menor medida a material consciente (Seelbach, 2012).

Freud dio a estas tres partes de la mente términos técnicos específicos.

Llamó al inconsciente, el Id, al preconsciente, El Ego y al consciente, el Superego (Caprio, 1971).

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El INCONSCIENTE La insatisfacción en los casos de histeria de conversión (conflictos que se fijan en una parte del cuerpo y que poseen un síntoma o manifestación orgánica), para los que la neurología no tenía ninguna explicación (por ejemplo un niño que vio morir a su madre y ante esta situación pierde su vista), llevan a Freud a la búsqueda de la teoría del inconsciente (Lin Ching, 2002).

El término inconsciente no es en realidad, una creación de Sigmund Freud. Con anterioridad a él, ya era utilizado en la filosofía y en la literatura. Sin embargo, es con el padre del psicoanálisis, que el inconsciente toma cuerpo, se torna palpable y se llega a ser objeto de la experiencia. Inconsciente, no es solo un término que a falta de otro mejor, se utiliza para calificar a ciertas ideas, no deberá entenderse como el indicador de una consciencia difusa u oscura. En el psicoanálisis lo que el término designa es ―un sistema de actividad psíquica‖. Por otra parte, Freud rechazó el término subconsciente, toda vez que este sugiere una ciencia subterránea y dio preferencia al de inconsciente para señalar con mayor claridad la distinción tópica y sistemática de lo que era de la consciencia (Autiquet, 2002).

El inconsciente es todo aquello que es inaccesible, tanto para la persona como para el psicoanalista y los demás; del mismo modo, es una parte muy primitiva en el ser humano, oculta material en lo profundo de la mente humana, información que quizá nunca llegue a emerger, es decir, es material que difícilmente se puede llegar a conocer (Seelbach, 2012).

El concepto de inconsciente es en su mayor parte teórico, en el sentido de que nunca ha sido observado directamente. Pero al mismo tiempo es empírico por el hecho de representar una inferencia imprescindible para explicar, de una manera lógica y sistemática, gran cantidad de observaciones (Tallaferro, 1982).

La psicología científica ha tenido dificultades con la exploración empírica del inconsciente. Después de todo si el inconsciente está oculto tanto de la conciencia privada como de la

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observación pública ¿cómo sería siquiera posible que un investigador tuviera acceso al mismo? (Marshall, 2010).

Al inconsciente no hay que intentar localizarlo en ningún espacio material. No se encuentra en ningún lugar de nuestro cerebro, ni se lo encontrará jamás allí, por más que se perfeccione la tecnología (Bur & Nine, 2003).

El mundo mental inconsciente está plagado de experiencias emocionales de la primera infancia, olvidadas definitivamente a partir de los cinco primeros años de vida, pero que fueron poderosísimas impresiones que dejaron una marca indeleble en el universo psíquico, por lo que se mencionan algunas de ellas (Montagne, 1990):  La inmensa sensación de desvalimiento que toda persona experimenta en los primeros meses y años de su vida, hace que no pueda sobrevivir sin la protección y el cuidado permanente de las figuras parentales o sus sustitutos. Es obvio que el ser humano es el único ser creado que prolonga tanto su etapa de dependencia absoluta respecto a sus progenitores.  De ahí la consiguiente idealización de las figuras (―objetos‖ en el lenguaje psicoanalítico) que tienen una especial significación en ese cuidado del ser desvalido infantil. Los objetos idealizados al internalizarse, generan la idealización de objetos internos que al pasar a formar parte de la estructura yoica incipiente forman al YO IDEAL, verdadero torno donde ―su majestad el bebe‖, erige su pedestal narcisístico, constituyéndose en el centro de su pequeño mundo circundante.  El amor edípico, no es otra cosas que las grandes tormentas emocionales de la infancia, cuando hacia los cinco años los celos, el odio y la culpa, sentimientos poderosísimos, dan cuenta de la educación psíquica y emocional del niño a relaciones triangulares donde la vigencia de la ―ley del padre‖ acaba con la pretensión del amor infantil de mantener la relación diádica con la madre excluyendo todo rival.

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Freud creía que el individuo debía expresar deseos e impulsos inconscientes poderosos, aunque en forma disfrazada. Por lo tanto el inconsciente es un ―fenómeno oculto‖, que no se puede conocer de manera directa, pero que se puede inferir únicamente a partir de sus manifestaciones indirectas (Erdelyi, 1985, citado por Marshall, 2010).

Todos los enfoques psicoanalíticos mantienen el concepto de un inconsciente dinámico, es decir, que tiene motivaciones o energías y por tanto puede influir en el comportamiento y la experiencia. Varias teorías psicoanalíticas describen de manera diferente el inconsciente. Sigmund Freud propuso que el inconsciente está formado por deseos sexuales y agresivos que no son aceptables para la personalidad consciente. Para Carl Jung, el inconsciente no es primordialmente sexual; consiste de motivaciones más generales, las cuales pueden tener un contenido espiritual. Otros teóricos, incluidos Melanie Klein (1946) y Harry Stack Sullivan (1953), describieron al inconsciente como una composición de conceptos primitivos acerca del sí mismo y de las relaciones con otras personas, especialmente la madre como el primer ―otro‖ que encuentra el lactante (Cloninger, 2003).

El estudio de los contenidos del inconsciente permite por otra parte, explicar y demostrar que los actos mentales y sociales tienen una causa definida, siguen un propósito y son emocionalmente lógicos, aun cuando desde un punto de vista intelectual, aparentemente no sea así (Tallaferro, 1982).

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Para Freud, la conducta posee una significación inconsciente, y a través de este inconsciente se puede comprender algunas experiencias que gobiernan la conducta. Estas experiencias inconscientes eran observadas por medio de las fantasías de los individuos, los sueños, el análisis de la transferencia, las asociaciones libres y la hipnosis. Después de sus estudios sobre la histeria, abandona la hipnosis y utiliza principalmente, el método de las asociaciones libres, como método fundamental para comprender los procesos mentales inconsciente (Enciclopedia Encarta, 1997 citado por Lin Ching, 2002).

El inconsciente, contiene pues, todos los pensamientos apartados de la conciencia, ya sea por ser simplemente latentes, o bien a causa de su origen profundo o bien, en fin, a causas de mecanismos de represión (Dierkens, 1972).

El inconsciente es la despensa de nuestros impulsos primitivos.

Se vale de excusas tales como decir la mala herencia, pobreza, impedimentos físicos, frustraciones matrimoniales, etc., para justificar sus manifestaciones ante nosotros (Caprio, 1971).

El conocimiento del inconsciente solo puede hacerse de un modo indirecto, mediante los datos que nos suministran los sueños, los actos fallidos, los test proyectivos (como el Rorschach, Szondi, Test de Apercepción Temática, Figura Humana de Machover, frases incompletas de Forer, etc.)

Universidad Privada de Tacna

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Kris ha observado que ―en la obra de arte, lo mismo que en los sueños, los contenidos inconscientes están vivos; también en ella, la evidencia del proceso primario es manifiesta pero el yo lo controla, lo elabora en su propio derecho y cuida de que la distorsión no vaya demasiado lejos‖, Meyer, Brown y Levine, señalan que el producto artístico, igual que los sueños, se caracteriza por tener el sello del estilo del individuo, por poseer niveles de contenido, estructura y un lenguaje especial, y por cumplir una función en la vida psíquica (Hammer, 1969).

Prácticamente se conoce al inconsciente en su expresión consciente. El concepto psicoanalítico de inconsciente difiere de otros autores que le atribuyen un sentido negativo y lo denominan con tal designación todo lo que no es consciente.

De ahí nace el término subconsciente derivado del concepto de que todo lo que no es consciente es subconsciente , es decir una cosa que está por debajo o es inferior. Para el psicoanálisis el término subconsciente no es exacto: ―sub‖ es una desvalorización. El inconsciente para el psicoanálisis es psíquicamente positivo, es un sistema en constante evolución y cargado de energía psíquica. Según el concepto de Freud el inconsciente no es lo contrario de lo consciente (Tallaferrro, 1982).

El inconsciente8, no es de ninguna manera el residuo del alma, sino, por el contrario, su materia prima de la que solo una porción mínima alcanza la superficie iluminada de la consciencia, pero la parte principal, llamada inconsciente, que no se manifiesta, no está por eso muerta o privada de dinamismo. Dotada de vida y acción influye en forma efectiva sobre nuestros pensamientos y sentimientos, representando el sector más plástico de nuestra existencia psíquica. Por eso el que en toda decisión no toma en cuenta el querer inconsciente, 8

La crítica que se hace al uso del término inconsciente, tiene que ver con el hecho de que se le ha usado como una especie de ―saco‖ a donde va a parar todo lo que no es consciente, cometiéndose de esta forma un reduccionismo cuando se llama inconsciente a los fenómenos psicológicos específicos del mundo animal y aun hasta los fenómenos fisiológicos (Campa, 2009).

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comete un error, puesto que excluye de sus cálculos el elemento principal de nuestras tensiones internas, se equivoca groseramente como se equivocaría el que valuara la fuerza de un témpano considerando solo la parte que emerge del agua.

Su verdadero volumen queda bajo ella (Zweig, 1941).

La escuela freudiana establece que las neurosis tiene una causa exclusivamente psíquica (psicógena) de origen inconsciente. Cuando se produce una situación en la que el yo consciente se ve incapaz de armonizar la realidad exterior con el conjunto de normas que tiene en su interior, reaccionaría creando síntomas neuróticos (De la Hoz et al., 1986).

Características del inconsciente El inconsciente tiene sus modos propios de actuar que constituyen en conjunto el proceso primario (al modo de actuar del inconsciente se le denomina proceso primario por ser la primera forma de actuación, la más primitiva del psiquismo) y son (Tallaferro, 2005):  Ausencia de cronología (como tampoco rige en los sueños): El inconsciente no reconoce pasado ni futuro y tan solo un presente. Todas las tendencias son vividas por el inconsciente en el momento actual, incluso cuando se refieren al pretérito o al futuro.

Los acontecimientos más lejanos siguen actuando en el inconsciente de un modo invariable, con tanta actualidad como si acabaran de ocurrir.  Ausencia de concepto de contradicción: Inconscientemente pueden vivir en forma simultánea sentimientos de odio y de amor, sin que uno de los dos desplace o anule al otro ni siquiera en parte.

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 Lenguaje simbólico: Cuando el inconsciente tiene algo que decir lo expresa de manera arcaica, utilizando símbolos. Así por ejemplo en un sueño, la manguera puede representar simbólicamente al pene, pero no ocurre lo mismo con lo contrario, pues un pene no puede representar una manguera desde el momento que la imagen de ésta no se halle reprimida. Por eso, generalmente, cuando se pide al paciente asociaciones sobre los símbolos, no se le ocurre nada y por esa razón Freud denominó a los símbolos ―elementos mudos del sueño‖.  Igualdad de valores para la realidad interna y la externa o supremacía de la primera: La realidad interna en los psicóticos y neuróticos, tiene tanto o más valor que la externa. El psicótico que se cree millonario vive una realidad interna más valedera que la externa, está convencido de que ha comprado todos los ríos y los campos del país y en un gesto de generosidad que en él es auténtico, le regala a un amigo dos terrenos y a otro un río entero.  Predominio del principio de placer: El hombre normal aprende a esperar y acomodarse para conseguir la satisfacción instintiva; en cambio el neurótico y el psicótico que se encuentra dominados por el proceso primario no pueden soportar el displacer, pues las tendencias del inconsciente buscan su satisfacción sin preocuparse por las consecuencias que éstas puedan deparar.

Dentro del sistema inconsciente es necesario tener en cuenta una porción, una parte del mismo que se halla integrada por elementos de una naturaleza tal que si llegaran a ser conscientes presentarían notables diferencias con los demás.

Estos elementos diferentes que no tienen acceso libre al sistema consciente constituyen lo que se denomina inconsciente reprimido. Por lo tanto en el inconsciente pueden considerarse en forma hipotética, una parte compuesta por elementos que se hallan temporalmente en él y están por consiguiente sometidos a sus leyes, pero que en cualquier

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momento pueden hacerse conscientes y por otra cuyos elementos no pueden aflorar al consciente pero aun así llegan a producir determinados efectos por vías indirectas, alcanzando la conciencia en forma de síntomas o sueños, todo lo reprimido tiene que permanecer inconsciente, pero no forma por si solo todo el contenido de este sistema. Lo reprimido es por lo tanto una parte del inconsciente, el inconsciente reprimido.

EL SISTEMA PRECONSCIENTE El material preconsciente es información que de alguna manera se encuentra disponible; sin embargo, es complicado entender esta información, debido a la manera en cómo se manifiesta en el individuo; el modo en el cual se puede acceder a este material puede ser mediante los sueños, las fantasías y los recuerdos. De hecho, este es el material con el que el psicoanalista trabaja mayormente con sus pacientes. La funcionalidad del preconsciente es hacer disponible, como un filtro, la información inconsciente a la parte consciente del individuo, así como retener información que sea inaccesible y guardarla en el inconsciente (Seelbach, 2012).

El sistema preconsciente se halla ubicado entre el consciente y el inconsciente. Su contenido está integrado en parte por elementos procedentes del inconsciente, en paso hacia el consciente y viceversa. Existen además impresiones del mundo exterior, radicadas en él como representaciones fonéticas o verbales (Tallaferro, 2005).

Lo preconsciente es una forma de lo inconsciente (Dierkens, 1972).

El preconsciente está relacionado con la realidad externa y con el inconsciente y ésta es la razón por la cual durante el trabajo onírico se usan sucesos reales, una idea concebida en estado de vigilia, etc. Para expresar un deseo inconsciente. Así como el sistema inconsciente está regido por el sistema primario, el preconsciente tiene leyes propias que constituyen el proceso

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secundario9 que comprende (Tallaferro, 1982): a. La elaboración de una sucesión cronológica en las representaciones. b. El hallazgo de una correlación lógica. c. La repleción (abundancia) de las lagunas existentes entre ideas aisladas. d. La introducción del factor causal, es decir relación de coexistencia y sucesión entre los fenómenos: relación causa- efecto.

Durante el sueño esta tarea se cumple en el preconsciente, tal como sucede en los estados de vigilia en los que esta actividad constituye el acto de pensar, Las ideas preconscientes aparecen injertadas en los impulsos inconscientes y de allí surge la necesidad de distinguir la esencia de la enfermedad y lo que es el resultado de la elaboración secundaria.

EL SISTEMA CONSCIENTE En todo el pensamiento freudiano, está claro que los elementos conscientes no juegan sino un papel mínimo en nuestra actividad psíquica (Dierkens, 1972).

El consciente forma una pequeña parte de la mente humana 9

Los dos modos de funcionamiento del aparato psíquico, tal como fueron descritos por Freud, pueden ser el proceso primario caracteriza el sistema inconsciente, mientras que el proceso secundario caracteriza el sistema preconsciente-consciente. En el caso del proceso primario, la energía psíquica fluye libremente, pasando sin trabas de una representación a otra.

En el proceso secundario, la energía es primeramente ligada antes de fluir en forma controlada. Gracias al proceso primario el Ello consigue la satisfacción con la realización de los instintos y deseos. Los procesos primarios son inconscientes y se manifiestan fundamentalmente en el sueño. En tanto que gracias al proceso secundario, el sujeto logra integrarse y adaptarse al medio. La percepción, el pensamiento, el recuerdo son ejemplos del proceso secundario.

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(en la teoría psicoanalítica), debido a que en ella la información no es permanente; el razonamiento y los procesos psicológicos secundarios como la memoria, el razonamiento y la atención, suelen presentarse después, cuando por ejemplo, el individuo atiende estímulos específicos del ambiente que, sin darse cuenta, tienen relación con el material inconsciente o preconsciente (Seelbach, 2012).

La conciencia es un fenómeno subjetivo, consistente en el estado de alerta a las percepciones que vienen tanto del mundo externo, como del interior del cuerpo y de la mente (afectos y pensamientos). Estas percepciones ocupan temporalmente el campo consciente, quedando almacenadas en la memoria, en un estado preconsciente, cuyo acceso a la conciencia se logra a través de dirigir a ellas, una cantidad de energía suplementaria que conocemos como atención (Díaz, 1994).

La conciencia, demuestra frecuentemente que no es capaz de reconocer ciertas situaciones vitales y hasta creadas por ella misma, en todo su alcance y extensión y por eso provoca la manifestación del contexto sublimal del inconsciente, el cual no se expresa en un lenguaje racional sino arcaico, ambiguo, de varias significaciones. Como las metáforas de este lenguaje se remiten profundamente a la historia de la evolución del espíritu humano, el intérprete debe poseer conocimientos históricos para comprender su significado (Jung, 1983).

En la psicoterapia, la expresión toma de conciencia consistiría en (Hesnard, 1976):  Mostrar el anacronismo y el origen en el pasado infantil.  En demostrar al paciente que la carga de energía en ese

pasado infantil ha sido errónea o excesiva. Error que debe corregirse por un proceso de ―reinversión de energía‖.

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AUTOEVALUACIÓN Nro 6 - Con sus propias palabras explique que es el inconsciente.

- ¿Por qué el psicoanálisis considera que la mayor parte de nuestro comportamiento tiene una motivación inconsciente?

- Mencione y explique las características del inconsciente

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- ¿Por qué se dice que el conocimiento del inconsciente solo puede hacerse de un modo indirecto?

- ¿Qué críticas se hace al uso del término inconsciente?

- ¿Qué es el consciente?

- ¿Qué es el preconsciente?

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- Resolver el siguiente crucigrama:

8

3 7

5 2 1

4 10

9

6 1.

La topografía de lo psíquico, explica las estructuras y las funciones que determinan las acciones, los sentimientos y … de cualquier ser humano.

2. Llamó al inconsciente, el ..., al preconsciente El Ego y al consciente, el Superego.

3. El concepto de inconsciente es en su mayor parte …

4. Al inconsciente no hay que intentar localizarlo en ningún espacio 5. El mundo ... inconsciente está plagado de experiencias emocionales de la primera infancia.

6. Freud creía que el individuo debía expresar … e impulsos inconscientes poderosos, aunque en forma disfrazada 7. El inconsciente es la despensa de nuestros impulsos …

8. El inconsciente no reconoce… ni futuro y tan solo un presente 9. La conciencia, demuestra frecuentemente que no es capaz de reconocer ciertas situaciones …

10. Inconscientemente pueden vivir en forma simultánea sentimientos de odio y de...

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Determinar verdadero (V) o falso (F) El psicoanálisis concibe la vida psíquica como una evolución incesante de fuerzas elementales, antagónicas en conflicto.

(

)

La psicología científica no ha tenido dificultades con la exploración empírica del inconsciente.

(

)

Entre el inconsciente, preconsciente y consciente, existen límites imprecisos.

(

)

El yo, tiene una parte dentro del consciente pero llega al preconsciente y al inconsciente.

(

)

El consciente forma una mayoritaria parte de la mente humana (en la teoría psicoanalítica).

(

)

Freud rechazó el término subconsciente.

(

)

El sistema metapsicológico teórico de Freud, no es una topografía hipotética del aparato psíquico

(

)

El amor edípico, no es otra cosas que las grandes tormentas emocionales de la infancia.

(

)

La manera en cómo se distribuye el material consciente, preconsciente e inconsciente varía de persona en persona.

(

)

El sistema preconsciente se halla ubicado entre el consciente y el inconsciente.

(

)

Cuando el inconsciente tiene algo que decir lo expresa de manera arcaica, utilizando símbolos.

(

)

Para Jung, no es primordialmente sexual el inconsciente.

(

)

En el caso del proceso primario, la energía psíquica fluye libremente, pasando sin trabas de una representación a otra.

(

)

En todo el pensamiento freudiano, está claro que los elementos conscientes no juegan sino un papel mínimo en nuestra actividad psíquica.

(

)

El término inconsciente no es en realidad, una creación de Sigmund Freud.

(

)

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ANALIZAR: Caso N° 1: Adolescente varón de catorce años de edad internado en el hogar Santo Domingo Savio (Tacna), que ha sido víctima de violación sexual a sus diez años de edad. Respuesta tras aplicarle el Test de Apercepción Temática, lámina 17 VH (en esencia consiste en que cuente una historia al presentarle la lámina).

“En la cárcel de Santa Mónica, donde un hombre no soportó que se abusen de él, cada noche era un triste recuerdo para él porque a ellos los violaban igual que a sus mujeres por el recto y el hombre decidió escapar y no sabía cómo y pensó por una soga pero no sabía de donde sacarla así que se hizo amigo de otros que eran raros y tuvieron confianza y el amigo de él le dijo yo puedo obtener cosas que no se pueden obtener aquí y el señor dijo: bingo, y el hombre le pidió un favor que le consiguiera una soga para escapar y al día siguiente él amarró la soga en un altar de cuatro pisos y dijo cualquier rato me voy a ir porque todos los que estaban en la cárcel tenían una sola ropa y se puso a pensar mejor bajo desnudo porque si salgo con esta ropa rápidamente me encontrarían, entonces el hombre decidió escapar”.

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Caso N° 2: Adolescente varón de quince años de edad internado en el hogar Santo Domingo Savio (Tacna), ha comercializado marihuana. Respuesta tras aplicarle el Test de Apercepción Temática, lámina 5.

“Había una señora y su hijo, el hijo salía todos los días a la calle con sus amigos y uno de esos amigos estaba metido en drogas y el niño le preguntó que sentía al consumir eso y su amigo le dijo pruébalo y le empezó a gustar y así el niño traía drogas a su casa y todas las noches se encierra en su cuarto, todos los días y uno de esos días la señora caminando despacio fue al cuarto del niño y abrió la puerta y miró lo que estaba haciendo el niño y el niño estaba inhalando el terokal, y al ver eso la señora se puso a llorar”.

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---------------------------------------------------------------------LAS INSTANCIAS DE LA PERSONALIDAD

---------------------------------------------------------------------No debemos considerar que nuestro pasado está establecido definitivamente...

Mi pasado varía a cada minuto, en función del significado que se le da ahora, en este momento.

Czesław Miłosz (1911-2004) Abogado, poeta, traductor y escritor polaco.

EL YO El concepto de Yo, fue utilizado por Freud desde sus primeros escritos aunque de forma poco específica, designando con este término a la personalidad en su conjunto. Entre 1910 y 1915, Freud opone a las pulsiones sexuales las pulsiones de autoconservación, representadas por el Yo y se empieza por esta época a relacionar directamente al Yo con la realidad. En la segunda tópica de 1920, la conciencia se convierte en el núcleo del Yo (Gold, 1990).

El Yo, es el representante de lo que puede llamarse razón y prudencia, por oposición al ello que contiene las pasiones (Montagne, 1990).

El Yo es el ejecutivo de la personalidad: toma decisiones, controla las acciones y permite el pensamiento y la solución de problemas de orden superior a las que puede lograr el ello. Al mismo tiempo, el yo es la sede de las capacidades cognitivas superiores, como la inteligencia, la reflexión, el pensamiento y el aprendizaje‖ (Feldman, 2002).

El Yo es aquella parte de la que tenemos claramente conocimiento, con la cual nos identificamos y que hace frente a la realidad de la vida, tratando de ajustar esa realidad a las demandas del Superyó y del inconsciente (Hammerly, 1953).

En general los autores psicoanalíticos, coinciden en atribuir

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al Yo una función autoconservadora, de toma de conciencia de los estímulos externos y mediante su acción, de imponer al mundo externo los cambios que le favorecen. En cuanto a lo que sucede en su interioridad, asume su función conservando el control de las exigencias instintivas, decidiendo si conviene satisfacerlas, postergando su satisfacción para el momento más favorable o suprimiendo por completo sus excitaciones (Gold, 1990).

El yo, ejercita las siguientes funciones (Wyss, 1964): - Es parte integrante de la conciencia y vigila la percepción y la realidad.

- Es un instinto (instinto de autoconservación).

- Reservorio de la libido.

- Motivo de la represión (propia estimación).

- Se acomoda a la realidad, en parte es idéntico al principio de realidad.

- Es la base para la formación del carácter como reacción a lo instintivo.

- Realiza el examen de realidad.

Está claro que Freud imaginó que el yo se desarrollaba a partir del ello en respuesta a la necesidad del organismo de un mediador entre las necesidades internas y las exigencias de la realidad (Sollod, Wilson & Monte; 2009).

La conciencia del yo existe en todos los procesos psíquicos. El ―yo pienso‖ acompaña a todas las percepciones, representaciones, ideas. Los instintos son estados del Yo que avanzan con fuerza, los sentimientos en cambio, estados que son pasivos.

Especialmente es experimentada en toda vida psíquica una actividad originaria, incomparable. Si lo

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psíquico sea como percepción, sensación del cuerpo, recuerdo, representación, pensamiento, sentimiento, recibe ese tono especial de la acción ―mía‖ del ―yo‖ ―personal‖, se llama personalización. Cuando esos elementos psíquicos aparecen realizados con la conciencia de no pertenecerme, de ser extraños a mí, de ser automáticos, de surgir desde otra parte, se les llama fenómenos de despersonalización (Jaspers, 1993).

No se debe olvidar de que el yo se rige por el principio de realidad. Este principio viene a ser la capacidad de renunciar a un placer actual para asegurarle un bien mayor en el futuro o evitar un dolor o dificultad que pudiese ser su consecuencia (Hammerly, 1953).

El yo no está gobernado por el principio del placer, sino por el principio de la realidad. La finalidad del principio de la realidad es demorar la descarga de energía hasta que haya sido descubierto o presentado el objeto real que satisfacerá tal necesidad. El demorar la acción significa que el yo debe ser capaz de tolerar la tensión hasta que ésta pueda ser descargada por una forma apropiada de comportamiento. La institución del principio de la realidad no implica que el principio del placer sea rechazado. Sólo se lo suspende temporalmente en interés de la realidad. A su debido tiempo el principio de la realidad lleva al placer, aunque la persona tenga que soportar cierta incomodidad mientras tanto. En la persona bien adaptada el yo es el ejecutivo de la personalidad, que domina y gobierna al ello y al Superyó y mantiene un comercio con el mundo exterior en interés de la personalidad total y sus vastas necesidades. Cuando el yo cumple sabiamente sus funciones ejecutivas, prevalecen la armonía y la adaptación. Cuando el yo abdica o entrega demasiado de su poder al ello, o al Superyó, o al mundo externo, se producen inadaptaciones y desarmonías (Oblitas, 2004).

El Yo es la instancia mediadora entre el Ello y el mundo exterior. Recibe las pulsiones del Ello pero las descarga de acuerdo con el principio de realidad: ha aprendido a satisfacer esas recargas de acuerdo con las demandas sociales (De Echano, Martí, Martínez, Montarelo, Navlet, 2005).

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EL ELLO Como ya está dicho, la indagación psicoanalítica descubre un vastísimo mundo inocente en la vida anímica, sepultado por la barreras de la represión. Esta región anímica que Freud denomina ello, es sede de las pulsiones, que son representantes psíquicos de los instintos. El mundo pulsional puede reducirse a dos grandes corrientes que coexisten en la vida anímica: la pulsión de vida y la pulsión de destrucción, Eros y Tanatos (Montagne, 1990).

Ante cada elección subjetiva entran en funcionamiento las tendencias opuestas que existen en el psiquismo, una que impulsa a la creación y los nobles propósitos y otra que tiende a la destrucción y al desenfreno, esta contraposición de fuerzas genera tensiones que buscan ser aliviadas por los procesos de elaboración psíquica o mediante la realización de actos, pero el alivio de la tensión no va a corresponder, en todos los casos con la obtención de placer, puesto que la descarga de las tensiones puede causar malestar si, por ejemplo, el acto elegido va en contravía con los códigos morales, éticos o normativos del sujeto (Freud, 1931, citado por Aristizabal & Amar, 2012).

Para el Ello, no son válidas las leyes lógicas del pensamiento ni el principio de contradicción. Impulsos contradictorios coexisten en él, sin anularse mutuamente o restarse unos de otros, lo más que hacen es fundirse (Dierkens, 1972).

El Ello es impulsivo, exigente, irracional, antisocial, egoísta y amante del placer. Es el niño malcriado de la personalidad. Es omnipotente porque tiene el poder por medio de la imaginación, la fantasía, los sueños y las alucinaciones de realizar sus deseos. El ello no piensa solo desea y actúa (Palladino, 2006).

El Ello es el fondo oscuro de nuestra personalidad. Es totalmente inconsciente e instintivo, en él no hay orden ni lógica, es la parte primitiva del ser humano, la fuente de la energía psíquica. Continuamente busca la descarga de esta energía para encontrar satisfacción.

Esta necesidad de dar salida a nuestros impulsos (o pulsiones) constituye el llamado

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principio de placer y determina todos los actos de nuestro psiquismo (De Echano et al., 2005).

En su primera teoría, Freud habla de pulsiones que llevan a comportamientos agresivos en fenómenos tan importantes como el complejo de Edipo, donde se funden deseos amorosos y odio. En una segunda teoría sobre las pulsiones, Freud postula la existencia de una pulsión de muerte, que se contrapone a la pulsión de la vida y que tendería a la reducción completa de las tensiones, es decir, a devolver al ser vivo a un estado inorgánico. Las pulsiones de muerte se dirigen primeramente hacia adentro y tienden a la autodestrucción, secundariamente se dirigen hacia el exterior, manifestándose entonces en forma de pulsión agresiva o destructiva (Laplanche & Pontalis, 1971, citados por Lin Ching, 2002).

La pulsión de vida o eros tiene su propia energía, la libido, que es la fuente de su interés, de salida de sí en búsqueda de la descarga en objetos externos. Es la posibilidad de relacionarse con el exterior al invertir objetos externos. De la observación de hechos clínicos como el sadismo y el odio, el psicoanálisis, pesquisa una segunda fuente pulsional, llamada pulsión de destrucción o de muerte, que puede estar al servicio del Eros, o bien aislarse y manifestarse puramente como agresión, vuelta hacia el exterior o vuelta hacia si mismo (Montagne, 1990).

Es importante aclarar que el mismo Sigmund Freud nunca habló de instinto sino de pulsión (trieb)10.

Una pulsión es un proceso dinámico consistente en un impulso (carga energética, factor de motilidad o reacción de movimiento ante estímulos internos o externos) que hace que el organismo tienda hacia un fin determinado.

Según Freud, una pulsión11 tiene su origen en una excitación Debe señalarse que “instinto”, se considera una traducción pobre de la palabra de Freud: trieb. “Instinto” da la idea de algo heredado, rígido, invariable, mientras que Trieb, indica algo sujeto a cambios e influencias por otras fuerzas del ambiente. Quizás las palabras “impulso” o “motivo”, en el sentido que se les da habitualmente en psicología, habrían sido mejores elecciones (Blum, 1966).

11 Freud distinguía cuatro características de una pulsión (Sollod, Wilson & 10

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corporal (estado de tensión); su fin es suprimir su estado de tensión que reina en el estado pulsional; gracias al objeto la pulsión puede alcanzar su fin (Laplanche & Pontalis, 1971, citados por Lin Ching, 2002).

El ello está regido por el principio de placer, y por lo tanto por una necesidad perentoria de descarga pulsional (Montagne, 1990).

El Ello se compone de tres clases de elementos (Dierkens, Monte; 2009): - Presión: se describe como presión a la cantidad de fuerza o potencia de la demanda que hace la pulsión a la mente. Así, por ejemplo, la privación de alimento durante 24 horas produce mayor presión pulsional (hambre) que la privación por apenas cuatro horas.

-

Propósito: todos los impulsos pulsionales se esfuerzan por llegar a una meta o propósito: la satisfacción o reducción de la tensión. En tanto que la satisfacción es claramente el propósito universal de un instinto, una determinada pulsión puede operar de distintas maneras para lograr su meta.

Por consiguiente, Freud distingue entre propósito final (la gratificación inmediata de la demanda) y propósito intermedio (las formas sustitutas de satisfacción por las cuales puede luchar una pulsión cuando se bloquea su acceso directo a una meta apropiada). La pulsión sexual es particularmente proclive a esta ampliación de sus propósitos. Por ejemplo, el propósito de las pulsiones sexuales es el “placer del órgano”, una sensación agradable ligada a una determinada parte del cuerpo cuando se estimula. Con la maduración, las pulsiones sexuales se concentran en la función de la reproducción.

-

Objeto: para obtener su propósito último de satisfacción, la pulsión debe buscar algún objeto concreto, por lo regular externo, que tenga el poder de reducir su tensión. Por ejemplo, la pulsión de hambre de un infante se dirige al objeto de la comida. El objeto de una pulsión es su característica más variable. Por lo que es posible el desplazamiento de un objeto de satisfacción a otro, un proceso muy característico de la realización del deseo en los sueños. Por ejemplo, algunos prisioneros confinados con miembros de su propio sexo pueden recurrir a la gratificación homosexual como sustituto de la gratificación heterosexual, para regresar a la gratificación heterosexual exclusiva cuando son liberados.

-

Fuente: la fuente de las pulsiones reside en los procesos físico-químicos del cuerpo. Por ejemplo, las pulsiones sexuales tienen sus fuentes fisiológicas en las secreciones hormonales, la actividad del sistema nervioso central y la excitación genital; el instinto del hambre se origina en las vísceras (y también en algunas partes del sistema nervioso central).

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1972): a. Las tendencias del Eros, cuya energía se denomina ―libido‖12. Estas tendencias comprenden a la vez la sexualidad (instinto de conservación de la especie, amor objetal) y el instinto de conservación del yo (instinto de conservación del individuo, amor narcisista). b. Las tendencias ligadas al instinto de muerte, constantemente neutralizadas por la libido que surge siempre del Eros. c. Los elementos reprimidos, es decir, ―mantenidos netamente separados del Yo por medio de resistencias que se oponen a su aparición en la superficie ‖ Por su parte, Fenichel, describe tan solo tres características del Instinto (Blum, 1966):  Finalidad: La finalidad de un instinto es su satisfacción, que se logra mediante una descarga que disipa la situación física de excitación. Por lo tanto la finalidad consiste en recuperar un estado en el que ya no haya necesidad instintiva  Objeto: El objeto de un instinto es algo del mundo exterior 12

Adler y Jung atacaron la teoría de la libido desde distintos puntos de vista, pero haciendo, a la vez, nuevas contribuciones. Aun cuando algunas de sus observaciones fueron rechazadas durante mucho tiempo por los psicoanalistas clásicos, después han sido aceptadas, de hecho, así sea parcialmente, pero sin reconocer generalmente la prioridad que en su formulación les corresponde a Adler y Jung. Ambos propusieron modificaciones importantes, pero, por desgracia, se separaron demasiado pronto del grupo que rodeaba a Freud, cuando apenas se iniciaba la discrepancia. De este modo, la corriente principal se vio privada de la que pudo haber sido una provechosa controversia que hubiera permitido desde entonces una integración entre las contribuciones positivas de estos dos investigadores y el pensamiento de Freud. Además a causa de esta prematura separación, puede apreciarse en Adler y Jung cierta tendencia a acentuar las diferencias, a lo que se debe, tal vez, la exagerada importancia que concedieron a los puntos en controversia (Thompson, 1951).

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y por lo cual por medio de lo cual el instinto logra satisfacción: es un instrumento para alcanzar la finalidad.

La comida por ejemplo es un objeto del instinto de nutrición  Fuente: La fuente del instinto es el estado físico- químico en sí, del que sabemos relativamente poco.

Sterba, añade a éstas una cuarta característica: el impulso (drive), que define como la cantidad de energía que el instinto representa. Esta fuerza impulsora del instinto se puede estimar por la importancia y el número de los obstáculos que es capaz de vencer.

Fenichel, clasifica los instintos en dos grandes grupos:  Los que se relacionan con necesidades físicas simples. El rasgo común de este tipo de instintos es la necesidad de satisfacción rápida que permite muy pocas variaciones individuales.

Los cambios somáticos producen experiencias sensoriales que a su vez llevan a acciones específicas tendientes a eliminar la tensión. Por ejemplo la respiración, el hambre, la sed, la defecación y la micción.  Los que se relacionan con impulsos o exigencias sexuales. Operan de una manera más amplia y complicada, si no se les gratifica, pueden modificarse, cambiar su finalidad y objeto, desaparecer de la conciencia o reaparecer con disfraces diferentes. Esto nos lleva al concepto de libido, que es la energía de los instintos sexuales EL SUPERYÓ En la primera infancia, el Superyó es rígido. La hija de padres que valoran la limpieza puede llegar a ser tan compulsiva que querrá cambiar su ropa seis veces al día. Un niño pequeño puede estar tan atormentado por la culpa porque ha peleado con un amigo, aun cuando sus padres no desaprueben tener un agarrón inofensivo. Con la madurez, el Superyó llega a ser

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más realista y flexible, permitiendo así a la gente considerar su propio interés (Sandoval, 2012).

La noción de Superyó, apareció a lo largo de la vida científica de Freud de una manera progresiva: 1. La disociación de una parte del yo (―conciencia moral‖) que toma al yo como objeto de crítica.

2. La asimilación de esa conciencia moral al ―Ideal del yo‖.

3. La característica esencialmente restrictiva de esta parte del Yo. 4. La identificación de esa parte llamada, desde entonces, Superyó, con las prohibiciones paternas interiorizadas.

El Superyó es la representación de todas las restricciones morales, el abogado de toda aspiración a un perfeccionamiento, en suma: aquello que de lo que llamamos más elevado en la vida del hombres se nos ha hechos psicológicamente aprehensible, siendo en sí procedente de la influencia de los padres, los educadores, etc.; el examen de estas fuentes ilustra acerca de su significación. Por lo general, los padres y las autoridades análogas a ellos, siguen en la educación del niño, las prescripciones de su propio Superyó (Dierkens, 1972).

El Superyó representa lo ideal, apunta a la perfección, instala un código moral. Se desarrolla a partir del nacimiento de los procesos de socialización y se constituye como tal con la resolución del complejo de Edipo, implica la internalización de las normas, las pautas, los valores de los padres. El niño aprende de que debe de comportarse adecuándose al principio de realidad, obtener placer y responder a las normas que le imponen los padres (Palladino, 2006).

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El Superyó, Superego o conciencia moral, es aquella parte de la mente que actúa como censor del yo y del inconsciente cuyos impulsos advierte antes que el yo y que suele frenar automáticamente. En la formación del Superyò intervienen por ejemplo las prohibiciones y las enseñanzas de los padres y de los maestros, además de las normas religiosas y éticas del individuo (Hammerly, 1953).

De acuerdo con los conceptos de Freud, el Superyó hace su aparición en los individuos alrededor de los cinco años de edad, cuando termina de elaborarse el complejo de Edipo, y por lo tanto sería el heredero de este último (Tallaferro, 1982).

Rank, considera que el fundamento del Superyó es la relación madre- hijo y que su función se estructura en forma genética a partir del sadismo inhibido. Existen Superyós diferentes o etapas del desarrollo del Superyó (Blum, 1966):  El Superyó biológico; en épocas muy tempranas de la vida, el niño extraña el pecho, lo que le despierta la libido sádico- oral, esta libido se expresa en parte como reacciones de ira contra la madre, pero el resto queda retenido en el yo y lleva a la formación de privaciones internas o inhibiciones.  El Superyó moral, se origina en la etapa anal como resultado de la educación de esfínteres, que otorga contenido al mecanismo sado masoquista.  El Superyó social; que aparece en el periodo Edípico, con la identificación y la introyección de prohibiciones aparentes.

Para Rank el verdadero núcleo del Superyó es la ―madre estricta‖: no la madre real, sino la madre que el niño concibe en forma sádica. Rank además distingue un Superyó primitivo (se evidencia en la necesidad de castigo, en la tentativa constante de justificarse o de procurar el castigo exterior) y un Superyó de funcionamiento adecuado. También distingue un Superyó masculino y uno femenino.

Las funciones del Superyó son (Tallaferro, 1982):

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La auto observación, la conciencia moral, la censura onírica, la influencia principal en la represión y el enaltecimiento de los ideales.

El Superyó percibe muchas tendencias del ello que son desconocidas por el yo. Debido a esto, es que en ciertos casos, se suele originar un fuerte sentido de culpabilidad y una necesidad de castigo.

El Superyó tiene como finalidad controlar y regular los impulsos del ello ya que en caso contrario se pondría en peligro la existencia de la sociedad. Los impulsos agresivos llevarían a la destrucción de la sociedad porque cada sujeto querría todo para sí, sin ningún reparo y quedaría solo en el mundo. Al transgresor de la ley se le considera antisocial o mala persona (Palladino, 2006).

El Superyó es el código moral de la persona. Se desarrolla desde el yo como una consecuencia de la asimilación, por parte del niño, de las normas paternas respecto de lo que es bueno y virtuoso y lo que es malo y pecaminoso.

Al internalizar la autoridad moral de sus padres, el niño reemplaza la autoridad de ellos por su propia autoridad interior.

Es decir, el niño aprende que no sólo tiene que obedecer al principio de realidad para obtener el placer y evitar el dolor, sino que también tiene que tratar de comportarse de acuerdo con los dictados morales de sus padres, que en última instancia son los de la sociedad. El periodo relativamente largo durante el cual el niño depende de sus padres favorece la formación del Superyó (Oblitas, 2004).

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Cuadro comparativo de las instancias psíquicas: Ello

Yo

Superyó

Adquisición

Innato

Desarrollado

Desarrollado

Situación

Inconsciente

Inconsciente Consciente

Inconsciente Consciente

principio

Placer

Realidad

Perfección

Objetivo

Placer inmediato

Autoconservación Perfección Placer a largo Conducta ideal plazo

AUTOEVALUACIÓN Nro 07

- Mencione y explique las características del instinto según Fenichel.

- Mencione y explique las características del Superyó.

- El término alemán trieb hace referencia a:

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- El yo, ejercita las siguientes funciones (Wyss, 1964):

- El Ello se compone de tres clases de elementos los cuales son (Dierkens, 1972), mencione y explique:

- Fenichel, clasifica los instintos en dos grandes grupos (mencione y explique):

- Mencione y explique las caracterĂ­sticas de la pulsiĂłn

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---------------------------------------------------------------------LA REPRESIÓN

---------------------------------------------------------------------Todo lo que insistes en ignorar de ti mismo, tarde o temprano te hará la vida imposible.

Alejandro Jodorowsky (1929-?)

Artista chileno.

Freud, comprendió tan poco de sus descubrimientos como Colón que al descubrir América creyó haber llegado a las indias, o al llegar a las primeras islas centroamericanas no pudo llegar a conocer lo que en realidad era parte de un inmenso continente. Es así que Freud creía que lo esencial en el psicoanálisis eran los mecanismos como la represión y la transferencia, cuando en realidad se trataba de la mediación de una autocomprensión más profunda a través de un encuentro existencial. La estructura del psicoanálisis descansa sobre dos conceptos esenciales: el de la represión y el de la transferencia, en lo que respecta a la represion en el marco del psicoanálisis se trabaja contra ella mediante la toma de consciencia y hacer que sea consciente de ella (Frankl, 1966).

A la represión se le puede conceptualizar como el proceso en virtud del cual la libido del sistema preconsciente es sustraída, de modo que un acto psíquico no pueda encontrar el camino que conduce al sistema consciente y por lo tanto debe hacerse o permanecer inconsciente o, como dice Freud: ―es impedir al impulso instintivo el acceso a la motricidad, pero al mismo tiempo mantenerle intacta su carga energética‖ (Tallaferro, 1982).

Por represión se entiende un mecanismo de transferencia de una noción consciente a la esfera de lo inconsciente (o esfera de la psique ignorada por la consciencia). El concepto de la represión se basa en la observación hecha tan a menudo en neurópatas, que son capaces de olvidar hasta tal punto los pensamientos o acontecimientos importantes, que parecerá como si nunca hubieran existido (Jung, 1972).

Una represión presupone que dos representaciones o tendencias no pueden estar la una junto a la otra. Es siempre el

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producto de una lucha.

Donde haya una represión, más intensa debe haber una fuerte oposición de motivos. La agudeza de Freud ha hecho aquí un importante descubrimiento. Las represiones más fuertes tienen lugar cuando se presentan deseos en oposición con las pretensiones éticas y estéticas de la personalidad y deben ser desplazadas de la consciencia. En otros casos, por el contrario, es reprimido lo moral, con lo que se origina un sentimiento inconsciente de culpabilidad. En el primer caso triunfa aquel motivo que estás de acuerdo con la personalidad moral o estética. Si se presenta un nuevo motivo inmoral como causa de la represión, es reprimido este motivo y no la conciencia moral como podría suceder. En otros casos, en la lucha de las excitaciones impulsivas y morales, triunfan las primeras y las funciones sublimes son reprimidas. Pero aquí también se demuestran los remordimientos como fuerza poderosa, las facultades morales reprimidas intentan hacer un acto de presencia, aunque de un modo indirecto pero con tanta intensidad como los instintos reprimidos. De este modo el sentimiento inconsciente de culpabilidad puede actuar de juez implacable y asolar una vida (Pfister, 1954).

LOS MOTIVOS DE LA REPRESIÓN Para Freud la historia de la humanidad es la de la represión de sus instintos. Cuando el hombre en un giro dramático y decisivo, decidió desplazar el principio de placer por el de eficiencia, comenzó la historia de la civilización. La libre manifestación de los instintos y su inmediata satisfacción fueron reemplazados por el trabajo, la postergación de las satisfacciones, la búsqueda de una seguridad. Con el principio de eficiencia el cuerpo y la mente se volvieron instrumentos de trabajo. La civilización se extendió sobre el mundo, sometiéndolo. Para Freud, las comodidades, el bienestar material, la seguridad, le costaron al hombre su libertad. Pero la liberación de esta represión hace tambalear a toda la civilización. Es el fin de la cultura (Lafforgue & Sanyú, 2001).

La represión puede producirse por sacudidas o por una presión continua. Un desengaño doloroso, una penosa pérdida, una

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injusticia cometida o intentada, un atentado sufrido, un intento fracasado para colocarse en un nivel moral superior o inferior, es decir, vivencias que conmueven el conjunto de la personalidad provocan una represión de grado intenso, pero solamente en el caso que las preceda una vivencia análoga con suficiente carga afectiva (ley de la duplicidad de las causas de las neurosis.

Otros sujetos caen en la represión por inhibiciones e imposiciones continuas.

Si sus padres no conceden a sus hijos libertad de movimientos, si no les dejan jugar con otros niños, si se oponen a los deseos de los pequeños con un negativismo obstinado, si el maestro tiene a sus educandos en un continuo estado de temor a merced de castigos y amenazas; llega un momento en el que los deseos no se atreven a manifestarse y se retraen, cansados de los eternos malos tratos al otro lado del inconsciente, donde permanecen ocultos (Pfister, 1954).

Como quiera que deba existir un conflicto psíquico para provocar la represión, no influirá en ella un suceso como tal, sino la manera de concebirlo. La realidad como tal, nunca produce represiones. No conduce a la represión el padre o el educador, sino el modo como son concebidos, una imagen de ellos frecuentemente falsa (Pfister, 1954).

No siempre es un motivo externo el que provoca el conflicto interior. A veces se modifica el individuo en sus relaciones con el medio, por ejemplo en la edad de la pubertad o en el comienzo de la edad senil, o al ingresar a la universidad, en suma en todos los casos en los que se presenten nuevas

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exigencias. El individuo puede optar por la tarea de adaptación o dejarla de lado, que domine su pensamiento o lo deje vagar libremente por su cabeza.

A todo esto es preciso preguntarse si la represión proviene de una decisión consciente del individuo o si se trata de una disposición mas bien pasiva de la cual el individuo no tenga consciencia. Freud aporta en sus trabajos una serie de pruebas de que existe una tendencia, por decirlo así, consciente de reprimir todo cuanto sea molesto (Jung, 1972).

AUTOEVALUACIÓN Nro. 08 - ¿Qué se entiende por represión?

- ¿Cuáles son los motivos de la represión?

- ¿Por qué se dice que la realidad como tal, nunca produce represiones?

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- La estructura del psicoanálisis descansa sobre dos conceptos esenciales los cuales son:

- Analizar ampliamente: ¿Por qué es preciso preguntarse si la represión proviene de una decisión consciente del individuo o si se trata de una disposición mas bien pasiva de la cual el individuo no tenga consciencia?.

- ¿Qué se entiende por: Donde haya una represión, más intensa debe haber una fuerte oposición de motivos?

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---------------------------------------------------------------------ETAPAS DEL DESARROLLO

---------------------------------------------------------------------La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras.

Jean Jacques Rousseau (1712-1778) Filósofo francés.

Hasta el momento se sabe por los variados y múltiples estudios realizados por Freud que el origen de la vida psíquica tendría su embrión en la presencia de cargas pulsionales que se encuentran dentro del aparato psíquico, las cuales poseen un origen primario en las diferentes fuentes somáticas del organismo. Asimismo se tiene conocimiento de que dichas pulsiones en el inicio de la vida del recién nacido no están gobernadas bajo ninguna forma yoica definida y que en esta primera etapa de desorganización pulsional encontramos el periodo llamado de autoerotismo, que a su vez es producto de una pérdida objetal de la pulsión (Maestre, 1990).

Según Freud, que fue el primero en postular la significación psicológica del proceso de nacimiento, el organismo pasa al nacer de un ambiente relativamente calmado y tranquilo a un contexto perturbador el cual es la vida real en la sociedad. Se produce su exposición violenta y tumultuosa a estímulos externos que el recién nacido no tiene manera adecuada de manejar ni de entender a plenitud. No puede utilizar ningún mecanismo de defensa para protegerse y por lo tanto la excitación y sobrecarga de información lo desborda pudiendo generar en él graves consecuencias.

Esta primera situación de peligro se convierte en el prototipo o modelo de toda angustia posterior. El nexo que vincula todas estas angustias es la separación de la madre, que es puramente biológica al nacer y luego se manifiesta de maneras más simbólicas y psicológicas. Según Otto Rank, todo placer tiene como objetivo final el restablecimiento de la primitiva y placiente situación intrauterina del paraíso perdido por el nacimiento. La manera más satisfactoria de lograr el retorno es el acto sexual, que representa una unión simbólica con la madre. En la relación sexual el hombre concibe su pene como

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a un niño que retorna al seno de la madre mientras que la mujer logra la satisfacción identificándose con su hijo no nacido. La angustia de nacimiento original crea obstáculos a esta gratificación actuando como señal de peligro ante el regreso al útero materno (Blum, 1966).

Asimismo Freud descubrió que la infancia es la clave para comprender la personalidad única de cada individuo, es por esto que la infancia determina el destino.

La personalidad con la que vivimos hoy, esa misma que nos sirve para encontrar pareja, llegar siempre tarde al trabajo y mantener la casa impecablemente limpia, se forjó en medio de las penas y dificultades de la niñez. De hecho, Freud postuló que, al llegar a la pubertad, el individuo ya es un producto terminado (Cash, 2012) Es así que Sigmund Freud consideró que la estructura de la personalidad se forma a partir de los conflictos inconscientes que existen entre los impulsos innatos del ello con las exigencias cotidianas de la vida civilizada en sociedad. Estos conflictos acontecen dentro de un patrón invariable de cinco etapas de desarrollo psicosexual fundamentadas en la maduración en las que el centro de placer cambia de una zona del cuerpo a otra (de la boca al ano y después, a los genitales), siendo así que durante cada una de estas además cambia la conducta humana que representa la fuente principal de gratificación (o frustración); así, se pasa de la alimentación a la eliminación y después a la actividad sexual (Papalia, Wendkos & Feldman, 2009).

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ETAPA ORAL En la teoría freudiana sobre el desarrollo de la personalidad y de la sexualidad, la etapa oral es la primera de todas. Desde el nacimiento y hasta los dieciocho meses aproximadamente, la vida del recién nacido gira en torno al foco de gratificación que recibirá en su boca. La teoría de la sexualidad infantil es parte integrante del pensamiento psicoanalítico ortodoxo. Se dice que el niño pequeño es un “perverso polimorfo” 13, lo que significa que es una criatura instintiva dominada por una sexualidad indiferenciada y de organización laxa. La sexualidad infantil difiere de la adulta en que (Blum, 1966):  Las áreas de mayor sensibilidad no son necesariamente los genitales, tienen mayor importancia otras zonas erógenas (áreas que brindan placer sexual), como la boca.  La finalidad es diferente porque la sexualidad infantil, no condice a una relación sexual, sino que se satisface con actividades que luego tendrán su parte en el juego preliminar.  La sexualidad infantil tiende a ser autoerótica más bien, en vez de dirigirse a objetos. “...bajo la influencia de la seducción el niño pueda convertirse en un perverso polimorfo, viéndose arrastrado (siendo desviado) a practicar toda clase de transgresiones posibles. Esto muestra que en su disposición trae consigo la aptitud para ello; tales actos tropiezan con escasas resistencias porque, según sea la edad del niño, no se han erigido todavía o están en formación los diques anímicos contra los desbordamientos sexuales: el pudor o la vergüenza, el asco y la moral. En esto el niño no se comporta diversamente de la mujer vulgar, no cultivada, en quien se conserva idéntica disposición perversa polimorfa. En condiciones corrientes, ella puede permanecer normal en el aspecto sexual; pero, guiada por un hábil seductor, encontrará gusto en todas las perversiones y las adoptará como formando parte de su actividad sexual. Esa misma disposición polimorfa, y por tanto infantil, es la que explota la prostituta en su oficio; y en el inmenso número de las mujeres prostitutas y de aquellas a quienes es preciso atribuir una mayor aptitud para la prostitución, aunque escaparon de ejercerla, es imposible no reconocer algo común a todos los seres humanos, algo que tiene sus orígenes en la uniforme disposición a todas las perversiones” (Tres ensayos de Teoría Sexual, Freud).

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Las etapas de desarrollo no se encuentran claramente definidas o separadas entre sí. Más bien una etapa se convierte gradualmente en otra, pueden incluso superponerse.

La etapa oral se extiende hasta más allá del primer año de vida.

La expresión inicial del instinto sexual es la succión, es por eso que se dice que el pecho de la madre, es el objeto original del instinto sexual del infante, el primer objeto libidinal. Además de satisfacer la necesidad de alimentarse, el acto de ―chupar‖ resulta en si placentero. El niño descubre pronto que la excitación de la boca es gratificante aunque no haya comida. El acto de chuparse el dedo demuestra que el placer derivado del pecho, no se basa exclusivamente en la satisfacción del apetito sino que va más allá.

Siguiendo a Karl Abraham, se considera que el periodo oral se divide en dos fases:  La primera con el placer de la succión y la incorporación oral.  La segunda fase comienza con la aparición de los dientes. Como respuesta a las frustraciones que se producen al momento de la alimentación, el niño trata de desquitarse mordiendo. Este deseo de destruir o dañar al objeto se denomina ―sadismo oral‖, en contrario al anterior ―erotismo oral‖

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ETAPA ANAL Ocurre aproximadamente durante el segundo año de vida. La zona erógena predominante es el ano. La expulsión de las heces proporciona alivio al niño al eliminar la fuente de tensión.

Como consecuencia de experimentar una placentera reducción de tensión, puede emplearse tal modo de acción para deshacerse de tensiones que surgen en otras partes del cuerpo. La eliminación expulsiva es el prototipo de los estallidos emocionales, las pataletas, rabias y otras reacciones primitivas de descarga (Oblitas, 2004).

La etapa anal es la segunda etapa de desarrollo psicosexual que va a presentar las siguientes implicancias (Tallaferro, 1982): A lo largo de la etapa anal14 el recto es asiento de las más importantes sensaciones placenteras, y así como en la etapa oral el hedonismo bucal dirigía la organización libidinosa, en este período el recto y sus zonas adyacentes tienen la supremacía. El acto de mover el vientre, los trastornos intestinales, entre ellos el estreñimiento, la diarrea y la flatulencia, que pueden ser a su vez expresión de conflictos, son juntamente con los cuidados higiénicos los que mantienen las primeras excitaciones determinantes de los vivos deseos posteriores de la satisfacción anal.

Las manifestaciones características de esta etapa son: el placer en la defecación, el agrado por los excrementos, y al mismo tiempo la tentativa de someter al control de la voluntad la actividad del esfínter.

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En 1908 publicó Freud su trabajo sobre la relación entre el CARÁCTER Y EROTISMO ANAL. Aquellas personas que se distinguen por un amor al orden, al ahorro y la obstinación, muestran en la biografía de su infancia una relación especial con el acto de la defecación y una preponderancia correspondiente de la zona anal. Amor a la limpieza y al orden son interpretados como formaciones reactivas de la persona a causas de una exagerada ocupación infantil con los excrementos. La obstinación aparece como una continuación de la tozudez infantil de “no entregar los excrementos”, lo mismo puede decirse del ahorro (Wyss, 1964).

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Se desarrolla en el niño a esta altura de la vida, un entusiasmo por retardar la defecación con el propósito de experimentar mayor placer en el momento de la eliminación de lo desechos, que se une al que le provoca la distensión del esfínter rectal, propio de esta función.

El infante da valor a sus materias fecales con un agrado que suele ser extraño al pensamiento común de los adultos. Los excrementos son considerados en esta etapa como la primera producción creada personalmente y que puede brindarse al mundo exterior o a sus padres.

Por la sobrevaloración que hace de su organismo, del que forman parte las materias fecales, el obsequio a quienes solicitan su deposición significa un sacrificio que el niño realiza mediante una compensación afectiva.

Fases de la etapa anal En la etapa anal se considera que existen dos fases en las que se manifiestan tendencias placenteras contradictorias, tal como sucede en la etapa oral.

En la denominada fase anal primaria o expulsiva, el niño obtiene el máximo placer por el pasaje de las materias fecales a través del ano. La finalidad de la fase expulsiva es el goce de

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sensaciones placenteras en la excreción. Además de descargar la tensión, la eliminación estimula la membrana mucosa de la última porción del intestino, brindando placer sensual (Blum, 1966).

Desde el punto de vista psíquico, esta expulsión significa la destrucción de las mismas, obedeciendo a un propósito placentero hostil. Los representantes endopsíquicos de los objetos queridos del mundo exterior son identificados por el sujeto, en esta fase, con los excrementos. Por esta razón un desengaño puede producir una diarrea cuyo significado inconsciente es desprenderse, expulsar al objeto malo, frustrador, y simultáneamente, es expresión de la agresión. El lenguaje popular es bien gráfico al respecto.

Además del placer natural implícito, se produce a menudo una mayor estimulación como consecuencia de la insistencia de los padres en las funciones anales. El exceso de atención de los adultos lleva al niño a aumentar su interés activo. Aprende a retener las heces para experimentar después una expulsión más placentera La fase anal secundaria o retentiva es aquella en la cual el placer principal ya no está determinado por la expulsión, sino, contrariamente, por la retención de materias fecales, lo cual produce la distensión de los esfínteres, agregándosele el valor psíquico de la retención y el control de los objetos internos. El niño concede gran valor a sus heces, las manipula y huele, gustándoles placenteramente, si se le permite.

Puesto que esos ―productos‖ se consideran tan ―preciosos‖, el niño quiere guardarlos para sí. En este punto aparece nuevamente el elemento sádico, porque el niño puede utilizar sus heces como regalo para demostrar amor, o retenerlas como gesto hostil hacia los padres que se interesan en su producción (Blum, 1966).

Clara Thompson cree que lo más importante no es el placer que se obtiene al expeler y retener las heces, sino la lucha con los padres. Por primera vez se produce un agudo conflicto entre los deseos del niño y los planes de sus padres: el placer

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que el niño descubre eventualmente en el control de sus heces, resulta una especie de consuelo por la transacción que realizó con sus progenitores y no el efecto de una etapa del desarrollo biológico.

En La ontogenia del interés por el dinero, Ferenczi hizo un acertado estudio de la forma en que este proceso se desarrolla.

"El niño experimenta placer manipulando sus heces, que son olorosas, blandas, húmedas, marrones e inservibles.

Lo primero que comienza a rechazar de ellas es el olor, pero sigue manteniendo una inclinación por los olores fuertes, y así, le gustará oler alquitrán, gas, o ciertos perfumes fuertes.

Esta desodorización lo lleva a jugar con barro, que, si bien no es oloroso, es blando, húmedo, marrón e inservible, tal como sus heces‖ (Tallaferro, 1982).

La opinión popular ha captado plenamente la relación inconsciente existente entre la materia fecal y el dinero, al que llama "el vil metal" o el "sucio dinero'*.

En esta fase anal de retención algunos actos pueden tener simultáneamente elementos agresivos y eróticos, por ser una etapa ambivalente. Las transformaciones posteriores de una manifestación instintiva de la etapa anal tienen gran importancia para la vida psíquica. Así, la tendencia a la satisfacción directa de las pulsiones anales da origen a perversiones tales como la introducción en el ano de diversos objetos, factor que juega un papel preponderante en el

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desencadenamiento de la homosexualidad pasiva.

La función que cumple la etapa anal del desarrollo libidinoso, como norma de las actividades sexuales de la etapa genital, hace que una fijación anal pueda perturbar seriamente la función genital de un individuo. Una fijación en esta etapa origina desdén y rechazo de la vagina, motivado por la idea inconsciente de que se trata de una región sucia, comparable a un inodoro o una cloaca. Desde este punto de vista, el hombre considerará el acto sexual como algo sucio e indecoroso, perdiendo lentamente capacidad para realizarlo, y por último, muy posiblemente se incline hacia una homosexualidad consciente o inconsciente. La sexualidad anal en la mujer es importante, pues ésta debe transferir la erogeneidad anal a la zona vaginal. Muchas frigideces no están vinculadas a conflictos genitales, sino a prohibiciones impuestas durante la etapa anal y que posteriormente se transfieren a la zona vaginal. En algunos sujetos con tendencias pasivo-masoquistas la identificación de la actividad rectal con la vagina hace que sientan como mujeres su vida sexual y por lo tanto el propio ano adquiere un significado femenino placentero como región que podría ser amenazada por el pene de un hombre. La aplicación de enemas y supositorios durante la infancia fortalece esta actitud femenina en el varón, y un conflicto entre su orgullo por el hecho de ser hombre y el desagrado que le causa el ser tratado como mujer hace que estos hombres se defiendan, adoptando una posición sádica y activa, por movilización de un mecanismo defensivo de formación reactiva contrapuesta a la actitud pasiva y femenina que el enema evoca en ellos (Tallaferro, 2005).

“Los niños que sacan partido de la excitabilidad erógena de la zona anal se delatan por el hecho de que retienen las heces hasta que la acumulación de estas provoca fuertes contracciones musculares y, al pasar por el ano, pueden ejercer un poderoso estímulo sobre la mucosa [comportando un poderoso alivio placentero]. De esa manera pueden producirse sensaciones voluptuosas junto a las dolorosas.

Uno de los mejores signos anticipatorios de rareza o nerviosidad posteriores es que un lactante se niegue obstinadamente a vaciar el intestino cuando lo sientan en el

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orinal, es decir, cuando la persona encargada de su crianza lo desea, reservándose esta función para cuando lo desea él mismo. Por supuesto, lo que le interesa no es ensuciar su cuna, esto no le importa; sólo procura que no se le escape la ganancia colateral o secundaria de placer que puede conseguir con la defecación” (Tres Ensayos de la Teoría sexual, Freud).

Fantasías sexuales de la etapa anal.

En algún período de su vida todo niño trata de investigar en qué consiste la actividad sexual de los mayores y como los adultos ocultan y obstaculizan sistemáticamente todo conocimiento cierto sobre este problema, el niño se ve obligado a construir diversas teorías, que están, en ese período, condicionadas por la organización anal-sádica.

Las fantasías de parto anal, que son tan comunes en los niños perduran en los adultos más de lo que generalmente se cree, pueden llegar a psicoterapia pacientes jóvenes y adultos convencidos de que los niños nacen por el ano. El niño generaliza y extrapola el acto de ―pujar‖ en la defecación con el acto de ―pujar‖ de las madres en el momento del alumbramiento.

En nuestra cultura se ve el simbolismo del excremento y el barro, como se menciona en la biblia que Dios hizo al hombre de barro, elemento que evidentemente en el contexto tendría escaso valor; pero el barro para muchos niños, es simplemente el sustituto desodorizado de una defecación, de una descarga anal, lo cual en algunos casos contribuiría a afincar esta idea del parto anal.

En el Test de Fábulas Incompletas de Düss en el cuento del objeto fabricado se explora este aspecto al pedirle al niño que complete la historia luego de decirle: “Había una vez un niño que consiguió hacer una cosa con tierra –una torre- muy, muy linda. Su madre la vio y se la pidió. El niño podría dársela o no: como él quisiera. Y bien ¿qué hizo el niño con la torre de tierra?. ¿Se la habrá dado?”

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Durante el predominio de la etapa anal el Yo se halla en un período mágico animístico, hecho que debe tenerse en cuenta al estudiar la neurosis obsesiva.

Diversas formas de expresión de la libido anal (Tallaferro, 1982): Así como la etapa oral tiene sus formas de exteriorización libidinosa la etapa anal también tiene las suyas.

Como tipos de descarga directa pueden citarse la defecación, gases, las enemas y el rascado de la zona, masturbación anal, homosexualidad pasiva.

Como formaciones reactivas integradas en el carácter se cuentan la terquedad, la economía (avaricia) y un sentido pedantesco del orden y la limpieza. Las pulsiones anales convertidas en rasgos neuróticos de carácter le dan un sello característico a la etapa, que está dado por todos o algunos de estos tres elementos que impulsan a los individuos a ser en ciertos casos exageradamente puntuales y en otros sorprendentemente inexactos. Del mismo modo pueden ser escrupulosamente limpios y en otras oportunidades muy sucios, o ser ambas cosas a la vez, luciendo impecable la ropa que se les ve y muy sucia la interior. Esta contradicción de la conducta refleja la lucha entre la pulsión anal (estar sucio) y la defensa (aparecer limpio). Con respecto al tiempo y al dinero pueden adoptar cualquier actitud, retenerlo o prodigarlo, y también vivir una combinación de ambas tendencias antagónicas.

Tal es el caso de los sujetos que caminan para ahorrar los 20 céntimos del ómnibus y al hacerlo se retrasan, lo cual los impulsa a tomar un taxi y gastar mucho más con el fin de llegar a destino a la hora fijada. Quizás hagan esto para no llegar un minuto tarde a un lugar en el que no harán nada durante horas.

La actitud de los sujetos de carácter anal frente a su propia producción artística, literaria o científica permite reconocer en muchos casos la arcaica actitud del niño frente a su defecación: una disconformidad que nace de la que expresaron

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sus padres ante su producción fecal, que siempre, con un criterio equivocado, les parecía escasa.

La extrema voluntad de poderío, la megalomanía y el anhelo de dominarse a sí mismos, unido a una tendencia a sojuzgar al prójimo, nacen aparentemente del sentimiento de potencia derivado del logro de un fuerte dominio del control esfinteriano.

Karl Abraham da como rasgos característicos fundamentales de este carácter la tendencia a observar el reverso de todas las cosas, físicas y psíquicas; una angustia inicial que obliga a los sujetos a diferir en lo posible el comienzo de toda actividad y que impide interrumpirla una vez iniciada; la tendencia a dejar que otros le solucionen sus problemas o trabajos, o por el contrario, impedir que otros intervengan para poder así decidir todo por sí mismos. Aquellos niños que fueron obligados durante su infancia a defecar por medio de enemas —es decir, que otra persona los hizo defecar— cuando grandes evidenciarán una marcada tendencia a dejar que otros les solucionen sus problemas. Hay además en ellos una inclinación a realizar varias actividades simultáneamente, que se manifiesta por lo común en una obsesión de leer durante la defecación. Esto tiene como finalidad distraer la sensibilidad voluptuosa anal a fin de alejar pulsiones que tratan de vencer con una represión y al mismo tiempo es "una tentativa por introyectar en forma sublimada lo extroyectado" (M. Klein).

Dentro de los rasgos del carácter neurótico anal encuadran el placer en descargar ventosidades ruidosas y el uso de un lenguaje soez con frecuencia.

Los síntomas como forma de expresión de la libido anal incluyen las perturbaciones gástricas intestinales, tales como la diarrea, hemorroides, prurito anal, fisuras y fístulas anales y parásitos.

Además de perturbaciones intestinales se encuentran síntomas por desplazamiento a la zona oral, tal las disfonías y tartamudez; dolores musculares del tipo del lumbago o los que afectan a los miembros inferiores; la hipertensión arterial esencial, como resultado del control expresado en la

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musculatura lisa y estriada, y por último, la impotencia y la frigidez en los casos en que el conflicto anal se expresa en la zona genital.

Menninger (citado por Tallaferro, 1982), sostiene que las reacciones del sujeto, de acuerdo con la edad en que comenzó la educación de limpieza, se pueden resumir, generalizando, de la siguiente manera: Si la educación del niño fue prematura, posteriormente el sujeto será inconscientemente negativo, hostil y rebelde; pero en su aspecto formal aparecerá como aseado, obediente, pasivo y miedoso.

Cuando las normas de limpieza se inculcaron en el momento adecuado, el sujeto tendrá inconscientemente un sentido normal del poder, y en lo consciente una actitud adecuada frente a la suciedad y la limpieza.

Por el contrario, cuando esta educación se inicia en forma tardía, el sujeto será desaseado, desordenado, dejado, terco e irresponsable, lo cual está demostrando la importancia que para el futuro del individuo tiene el conocimiento cierto del momento en que deben llevarse a cabo las restricciones del placer anal.

Las actitudes parentales respecto a la defecación, la limpieza, el control y la responsabilidad dejan una huella inequívoca en la personalidad y su desarrollo.

Si la interferencia con el placer de defecar es muy estricta y punitiva, el niño puede vengarse ensuciándose intencionalmente. A medida que crezca, tal niño desplazará su rebeldía hacia los representantes externos de la autoridad, volviéndose

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irresponsable, desordenado, etc. Pero si el mecanismo de formación reactiva predomina, podrá engendrar actitudes de excesiva meticulosidad, pulcritud, orden compulsivo, frugalidad, miedo a la suciedad, estricta administración del tiempo y dinero, así como otros comportamientos supercontrolados (Oblitas, 2004).

El proceso psicoanalítico se desarrolla como una especie de reeducación, mediante el cual el terapeuta hace consciente al paciente de lo falso de su equilibrio neurótico y le ayuda a encontrar en su pasado las causas que lo llevaron a dicha situación (Seguín, 2007).

Las sublimaciones del período anal, es decir, las desviaciones de las pulsiones hacia fines aceptados por la cultura, dan origen a las artes plásticas y a la pintura, que son las transformaciones más ostensibles del placer infantil de jugar con sus materias fecales. En términos generales podría decirse que cualquier producción de la imaginación creadora, sea científica o artística, estaría movilizada en parte por la sublimación de la libido anal.

También se supone que en la fase anal se produce el verdadero comienzo del amor por otra persona. Amar implica tomar en consideración la felicidad del otro, que en este periodo se manifiesta en la voluntad del niño de ceder su valiosa posesión, la materia fecal, para complacer a sus padres.

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ETAPA FÁLICA. Algunos analistas ortodoxos postulan una etapa intermedia entre la anal y la fálica: la etapa uretral. Fenichel reconoce la importancia del erotismo uretral pero cree que está mezclado con la etapa fálica. Se dice que la finalidad primordial del erotismo uretral es el placer asociado a la micción.

También existe un segundo placer el de la retención análogo al de la retención anal. Al principio el placer es autoerótico, luego se vuelve hacia los objetos, con fantasías de orinar sobre otros, etc. En general puede tener un doble significado: a) una connotación sádica debido a la penetración activa acompañada de fantasías de dañar o destruir o bien b) una actitud pasiva de ceder y dejar ―correr‖. En los varones la parte activa es pronto reemplazada por la genitalidad normal.

En las niñas sirve más tarde para expresar los conflictos que giran alrededor de la envidia del pene (Blum, 1966).

A modo de tránsito entre lo anal y lo fálico el individuo atraviesa por una etapa relativamente breve —la uretral— en la que le produce placer el paso de la orina por la uretra. Esta etapa conserva rasgos de la anal y a la vez, como diferenciación con respecto a ésta, presenta aspectos que corresponden a la fálica o genital siguiente.

Lo uretral y lo anal están muy juntos en el varón. Se comprueba en los pequeños de veintidós, veintitrés meses de nacidos, que no distinguen en sus sensaciones perineales las ganas de orinar de las de defecar. La niña tiene mayor facilidad para diferenciarlas. La no diferenciación de funciones del cuerpo, puede provocar en el niño erecciones puramente

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fisiológicas (Dolto, 1984).

La etapa uretral de la evolución libidinosa no está muy estudiada, pudiéndose tan sólo decir que durante ella se observan tendencias a jugar con agua, con fuego y apagarlo con orina, que en la fantasía inconsciente del niño tiene una condición destructiva máxima, como elemento agresivo corrosivo (M. Klein). Sueños de esta calidad son aquellos en cuyo contenido manifiesto aparecen destrucciones por inundaciones e incendios. Los rasgos caracterológicos que corresponden a la etapa uretral son la ambición, el placer por la velocidad, que es una forma del placer por la penetración, por hundir el agua o el aire a grandes velocidades. La expresión de la agresión es también de tipo penetrante: uso de cuchillos, estiletes y balas. Se ha observado que una gran mayoría de los sujetos que padecen de cálculos y otras afecciones renales, presentan muchos rasgos uretrales.

La etapa fálica se presenta aproximadamente entre los tres y cinco años de vida. En ella adquieren importancia placentera los órganos sexuales. Al mismo tiempo hay una intensificación del anhelo sexual del niño por sus padres, que inicia una serie de cambios y conflictos importantes (Oblitas, 2004).

El hecho de que Freud diera el nombre del órgano masculino a una etapa que se aplica a las niñas tanto como a los niños es un indicador de su orientación machista en su teoría (Sandoval, 2012).

La sensibilidad y excitabilidad de la zona erógena genital existe desde el inicio de la vida misma y los lactantes también se procuran sensaciones placenteras mediante el estímulo de sus órganos genitales, lo que permite afirmar la posibilidad de la existencia de la conducta masturbatoria en

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ellos. Pero sólo cuando las etapas anteriores han sido superadas, los genitales llegan a adquirir una situación preponderante, simultánea con la disminución de la excitabilidad de las otras zonas erógenas. De este modo las tendencias parciales (deleite premonitorio, impresiones visuales, táctiles, abrazos, besos, etc.) acentúan las inclinaciones genitales del adulto, lo inducen al acto genital y encuentran su satisfacción en el orgasmo, con el cual los genitales se constituyen en el órgano central y ejecutivo de la energía libidinosa.

Desde el punto de vista de la descarga libidinosa puede decirse que en el niño existe un orgasmo semejante al del adulto, diferenciándose tan sólo porque a falta de la producción de líquido seminal no existe eyaculación. Pero en algunos casos la micción nocturna involuntaria es un equivalente de la polución de los adultos. Esto se corrobora por el hecho de que en muchos enuréticos el síntoma desaparece al llegar a la pubertad en que lo suplantan las poluciones.

En esta etapa de la evolución libidinosa, el falo adquiere para el niño un valor mágico, cuyo simbolismo se encuentra en muchos mitos y leyendas. También en la niña se produce un proceso similar, pues posee un pequeño órgano —el clítoris— con idéntica estructura anatómica que el pene, al que representa filogenéticamente. La etapa se denomina fálica con toda exactitud, pues la zona dominante es la del falo en los varones y el clítoris, su representante, en las niñas.

Cuando la niña descubre que no posee los genitales externos del varón, se siente castrada. Culpa a su madre por tal condición y por lo tanto se debilita la investidura libidinal hacia la madre. La niña comienza a preferir al padre, que posee el órgano que a ella le falta. El amor de la niña por su padre se mezcla con envidia porque él posee algo de lo que ella carece.

Esto se conoce como envidia del pene. Es el equivalente femenino de la angustia de castración del niño (Oblitas, 2004).

En el varón la excitación de la zona genital se produce por el impulso interno reforzado por el frotamiento del pene y en particular del glande, y en las niñas por idénticos métodos

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aplicados al clítoris y a los labios vulvares. Las niñas provocan los estímulos por frotamiento manual o por un movimiento rítmico de los muslos y en los varones la atención se concentra sobre la posibilidad de obtener placer en esta zona erógena, por los cuidados higiénicos, por la secreción regional o por ambos factores en acción simultánea. El niño, al rascarse, descubre la erogeneidad de la zona y la posibilidad de obtener satisfacción con su manipuleo.

Primitivamente establece el niño semejanza entre su organismo y su ego endopsíquico, que es lo más importante para él, esto de una parte y el mundo exterior, el fenomenismo del no-yo de otra. Así se organizan símbolos que pueden ser de dos clases: somáticos y funcionales, según se representen plásticamente las formas corporales o los estados subjetivos. Durante buena parte de la vida infantil, el pensamiento es esencialmente antropomórfico y egocéntrico, por consiguiente todas las cosas exteriores tienen sexo a los ojos del sujeto; esta pansexualización del universo es la causa de la riqueza de símbolos eróticos de que hace gala el soñador y el neurópata.

Se ha criticado el psicoanálisis porque según sus principios ―el inconsciente ve un pene en cada objeto convexo o una vagina o un ano en cada objeto cóncavo‖ (Delgado, 1989).

En los primeros tiempos de vida el niño varón no reconoce más órgano genital que el suyo, atribuyendo su existencia a los demás, incluso a las mujeres y a los objetos inanimados. El descubrir que hay seres sin pene lo horroriza, pues llega a suponer que las niñas tuvieron pene alguna vez y lo perdieron como castigo por la masturbación. Esto lo angustia, pues teme que pueda ocurrirle lo mismo, temor que se manifiesta en diversas formas de síntomas neuróticos, psicóticos o "psicosomáticos" que sólo se comprenden si se tiene en cuenta el modo en que el niño sobrevalora esta región del organismo, a la que, como ya se ha dicho, identifica con el Yo. Al temor angustioso, consciente o inconsciente, a perder el falo, en la terminología psicoanalítica se lo denomina complejo de castración. Al ocuparse de este tema Freud señaló que la denominación complejo de castración debía limitarse en sus alcances a los estímulos y afectos relacionados con el temor a

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la pérdida del pene, pero teniendo en cuenta el carácter castratorio con que el niño experimenta el destete, la pérdida de las materias fecales, y en primera instancia su nacimiento, que constituiría el modelo de toda castración o separación de algo, el término adquiere un nuevo sentido. Durante el período fetal existe una unidad integral madrefeto, criterio que luego aplica a sus materias fecales y cuerpo.

En la fase fálica, el niño se ha identificado con su pene. La elevada valoración narcisista del órgano se explica por el hecho de que en esta época, el pene se hace capaz de procurar numerosas sensaciones, de modo que los impulsos activos que tienen a obtener placer pasan a un primer plano (Blum, 1966).

Si bien cabe admitir que puede aparecer un tanto forzada la conclusión de que el niño experimenta la pérdida de su materia fecal como un hecho semejante a la castración, no lo resulta tanto si se recuerda que se ha dicho que el niño considera el acto defecatorio como una pérdida sufrida por su propio cuerpo y que en el inconsciente basta la existencia de un vestigio de analogía, para que una sucesión de ideas represente y ocupe el lugar de otra. La pérdida de un objeto o la herida más insignificante pueden adquirir para el inconsciente, y por este motivo, el significado de una verdadera castración, si bien ésta, en tales casos, tiene un carácter puramente representativo.

Fantasías sexuales de la etapa fálica.

Las fantasías sexuales en esta etapa (Tallaferro, 2005) podrían darse en diverso sentido. Durante la etapa anal el niño imaginaba el acto sexual como un intercambio de materias fecales, pero al pasar de la anal a la fálica modifica su convicción y cree que todo se reduce a orinar dentro de la vagina o más exactamente, intercambiar orina, lo cual es, evidentemente, un rastro del paso por la etapa uretral.

En la etapa fálica se dan también las protofantasías, tales como las denominadas "de acecho del acto sexual parental". Los niños aun cuando no hayan llegado a observarlo directamente, lo relatan como si en realidad lo hubiesen visto. Sus fantasías los llevan a imaginar y describir el coito de acuerdo con la

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terminología incipiente que dominan. Siguiendo al mismo autor, otra de las protofantasías correspondientes a esta época de la evolución es la denominada "de seducción por una persona adulta" y que los impulsa a relatar como si fuera real la fantasía de ser seducidos o el intento de seducción por parte de un adulto. La falta de conocimientos psicoanalíticos hace que se cometan injusticias, pero esto no excluye la posibilidad, y sobre todo en estos tiempos, que un escenario de abuso sexual realmente se esté suscitando.

Otra de las fantasías que corresponden a esta época es la que se denomina "fantasía de retorno al vientre materno", en la que el sujeto fantasea que vuelve a estar en el interior materno y por lo tanto se siente protegido, cuidado y a salvo de los peligros reales o imaginarios del mundo externo En este período fálico la fantasía de que la mujer posee un pene igual al del hombre adquiere gran importancia. Los varones se resisten frecuentemente a prescindir de esta idea, pues les sirve como protección contra el temor a la castración, sobre la base de esta reflexión: "Si la mujer tiene pene es porque no se lo cortan y por lo tanto no hay peligro de que me lo corten a mí..."

El tema de la mujer fálica es muy común en los sueños y fantasías inconscientes de neuróticos y psicóticos, muchos de los cuales, en sus vivencias oníricas de contenido erótico, notan que al introducir el pene en la vulva no pueden hacerlo porque ésta se ha transformado en un pene.

Por otra parte los niños, y aun algunos adultos no tienen idea clara y consciente de la anatomía genital, llegando a confundir el orificio genital con el anal. Cada etapa plantea un reto particular, y quienes los superan todos con éxito adquieren una personalidad completamente madura. Pero quienes no superan

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el reto de alguna etapa, quedan estancados en ella. Éste es el origen de muchas de nuestras peculiaridades: el estancamiento, o fijación, en alguna etapa del desarrollo de la personalidad. En cada etapa el individuo se centra en una parte distinta de su cuerpo. Esas diferentes partes se conocen como zonas erógenas. El placer que persiguen nuestros instintos se basa en el deseo sexual y la gratificación mediante la estimulación adecuada de las zonas erógenas. Cuando la estimulación es correcta, avanzamos a través de las etapas hasta que llegamos a la madurez sexual y psíquica propuesta por Freud. De lo contrario, quedamos fijados en la zona erógena cuya estimulación no fue adecuada, y estancados en esa etapa del desarrollo. Es decir, no avanzamos hacia etapas más maduras (Cash, 2012).

La envidia del pene en la niña: Freud fue muy criticado por hacer caso omiso de la sexualidad femenina. Para enmendar este descuido, volvió a consultar a los autores griegos y encontró una historia similar a la de Edipo, pero referida a una mujer de nombre Electra. Esa mujer convenció a alguien para matar a su madre y vengar así la muerte de su padre. La atracción inicial que la niña siente por su madre se transfiere a su padre cuando empieza a ver a su progenitora como una rival hostil por una extraña razón: la envidia del pene. De acuerdo con Freud, la niña deja de desear a su madre porque capta que no tiene pene, como su padre.

Entonces, como le sucede al niño varón, la niña tampoco se puede identificar con su padre. ¿Qué camino le queda? Pasar el resto de su vida buscando un pene, en otras palabras, un hombre que la complete (Cash, 2012).

Así como el niño pequeño toma a la madre como su primer objeto amoroso, también la niña forma un apego íntimo con la madre. Por tanto, igual que el niño, con el tiempo ella tendrá que renunciar a su primer objeto amoroso. Sin embargo, y más significativo aún, también tiene que renunciar a su primera zona erógena de estimulación genital placentera, el clítoris. Cuando descubre que su clítoris no es un pene ―. . .envidia a los niños su posesión; puede decirse que todo su desarrollo está

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matizado por la envidia del pene‖. A la luz de su descubrimiento de que la carencia de un pene es un atributo universal de las mujeres, ocurre la devaluación de la madre y su abandono como objeto amoroso (Sollod, Wilson & Monte; 2009).

Al ver que carecen de un pene, las niñas creen que han sido castradas. De acuerdo con Freud, las niñas interpretan su clítoris como inferior al pene y desean este último (Cloninger, 2003).

En cuanto al complejo de Electra, en un cierto momento, la niña por ejemplo, desea tomar el lugar de su madre en las relaciones sexuales con su padre. Son estas relaciones sexuales fantaseadas lo que uno llama generalmente sin razón, la ―escena primaria‖. Pero Freud describió en realidad bajo el nombre de ―escenas primarias‖ dos situaciones diferentes. Una que está constituida por las fantasías del niño sobre relaciones sexuales de los padres y la otra que llama, por otra parte, la ―escena principiadora‖ en el origen del nacimiento del niño y que plantea el problema de la no existencia previa a la existencia. Ningún niño ha evolucionado en la vida sin preguntar en un momento dado directa o indirectamente: Pero ¿en dónde estaba yo antes de nacer? Esta pregunta conduce a fantasías en los análisis de adultos, donde el sujeto se representa como espermatozoide en las vías genitales de su padre negándose por ejemplo a penetrar al óvulo de la madre (Dolto, 1984).

La envidia del pene aparece cuando la niña nota la diferencia anatómica de sus genitales con los del varón. No solo siente que desearía tener un pene, sino que probablemente tuvo uno y lo perdió.

A los ojos de la niña, la posesión de un pene ofrece ventajas tanto en lo referente la masturbación como a la micción. Y esa idea se acompaña de la sensación de que la falta de pene es una especie de castigo merecido o no (Blum, 1966).

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COMPLEJO DE EDIPO El concepto de Freud denominado Complejo de Edipo (el apego sexual de un niño pequeño a su madre y la rivalidad con su padre), se llamó así por un antiguo mito griego en el cual Edipo mata a su padre y se casa con su madre. Freud creyó que un niño en la etapa fálica tiene fantasías sexuales con su madre y pensamientos asesinos en relación con su padre, a quien él ve como un competidor de su amor y de su afecto.

Inconscientemente, el niño pequeño quiere tomar el lugar de su padre, pero reconoce su poder. El niño está atrapado entre sentimientos conflictivos de afecto genuino por su padre, dominado por la hostilidad, la rivalidad y el miedo (Sandoval, 2012).

Posición El complejo de Edipo, que implica el amor sexual Ortodoxa por el progenitor del sexo opuesto y el odio al del mismo sexo, al que se llega a desear la muerte, constituye el apogeo de la sexualidad infantil. La superación de las tendencias Edípicas es el prerrequisito de la sexualidad adulta normal, mientras que el aferrarse inconscientemente a esas tendencias es el fundamento de la neurosis. En la niña se le denomina Complejo de Electra. Se tiene el complejo de Edipo positivo cuando el niño fantasea con ocupar el lugar del padre, el complejo de Edipo negativo, predomina el amor por padre y la madre es odiada como elemento perturbador.

La forma especial que adopta el complejo de Edipo en cada individuo depende de sus experiencias.

Algunas de estas influencias son las siguientes (Fenichel, 1966):  Los acontecimientos traumáticos como las seducciones prematuras, reales o fantasedas; la observación de escenas sexuales entre los padres u otros adultos, el nacimiento de un hermano que lo priva de atención materna.  El amor sexual inconsciente de los padres por sus hijos que despierta todo tipo de

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tentaciones y culpa.

Los hijos únicos sufren con mayor intensidad ya que no tiene hermanos que compartan y alivien la tensión.

La ausencia de uno de los progenitores complica las actitudes tanto hacia el progenitor que queda como hacia el ausente.

Los conflictos y discusiones entre los padres, especialmente los que se refieren al niño, intensifican los problemas Edípicos.

Las convicciones morales familiares (por ejemplo las actitudes hacia la masturbación) afectan los conflictos Edípicos.

El nivel social de los padres afecta la forma particular del Edipo. Los niños de clase baja, por ejemplo, están más expuestos a experiencias agresivas y sexuales.

Freud veía la homosexualidad como una sexualidad inmadura que refleja las urgencias de un Edipo no resuelto (Brennan, 1999).

La conformación de la identidad sexual es un complejo proceso que se inicia en la infancia. Tanto las mujeres como los hombres toman de sus padres los modelos de comportamiento de cada sexo; la niña se identifica con la madre y el niño se identifica con el padre. Pero también ocurre que se identifican con el padre del sexo opuesto, es decir el niño se ―enamora‖ de su madre y la niña se ―enamora‖ de su padre, construyéndose en cada caso, el modelo de mujer y de hombre respectivamente.

Posteriormente el objeto de deseo del niño no lo constituye su madre sino alguien como su madre y la niña a su vez no deseará a su padre, sino a alguien como su padre. Se debe entender la figura del padre no como la persona física real; sino como una función lo suficientemente fuerte como para imponer la ley de mandato que separa a la madre del hijo lo que impide que se establezca una

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relación incestuosa.

Cuando este corte no se produce, el hijo queda demasiado fijado con la madre, teniendo una gran probabilidad de tomarla a ella como modelo de su propio comportamiento sexual (Karp, Sosman & Cruzat, 2007).

Adler

Considera que el complejo de Edipo, se debe entender como una consecuencia de los mimos efectuados al niño. Pasado el periodo de la primera infancia la actitud normal del menor es de interés casi igual por ambos padres, pero circunstancias externas pueden dirigir su interés hacia uno u otro padre. El niño mimado es sexualmente precoz, dado que nunca se coartan sus deseos, se entrega a la masturbación más de lo debido y a las fantasías eróticas lo que sobrestimula su sexualidad en desarrollo. Otro factor es el deseo de besos y mimos que la madre le brinda.

Jung

Es en realidad un complejo de posesión. Sostiene que al inicio tanto el varón como la niña, desean a la madre, a la que sienten como fuente de deleite, protección y alimento y quieren liberarse del padre.

Jung ve en los deseos incestuosos descubiertos por Freud, solo una expresión simbólica del deseo de volver a la fuente originaria de la vida, a los brazos de la madre para conseguir reposo, al seno materno para renacer.

Rank

Coincide con Jung, en cuanto a que el complejo de Edipo es una fantasía del renacimiento, pero basa el deseo sexual inconsciente en su teoría del trauma del nacimiento. Considera que el cuerpo de la madre es una fuente de temor en el nacimiento. El niño pequeño percibe luego inconscientemente la oportunidad de transformar la fuente originaria de dolor, los genitales de la madre, en una fuente de

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placer, Las tendencias biológicas inclinan al progenitor hacia el hijo del sexo opuesto, mientras que las necesidades psicológicas se orientan hacia el del mismo sexo: por ejemplo, el padre quiere más al hijo varón porque ve en él a su heredero y sucesor directo. Por su parte, el chico siente que su individualidad está amenazada y que desea ser algo más que una continuación del yo paterno, por lo que se inclina hacia la madre en búsqueda de refugio y desarrolla una fijación hacia ella.

Karen Horney

Los vínculos edípicos se deben a las relaciones familiares y no a causas biológicas. Hay dos series de condiciones: 1) los estímulos sexuales provenientes de los progenitores. 2) la angustia que produce el conflicto entre las necesidades de dependencia y los impulsos hostiles hacia los padres.

Fromm

Considera que el complejo de Edipo no es universal; que la rivalidad no se produce en las sociedades que no tienen una autoridad patriarcal fuerte (en la que se considera al hijo como propiedad del padre que debe estar a su servicio como una cosa. Cuanto mayor sea la presión del padre para hacer del hijo un instrumento de sus fines mayor será el conflicto. El conflicto poco tiene que ver con la rivalidad sexual) y que el vínculo con la madre no es esencialmente sexual.

Sullivan La diferencia de sexo produce una sensación de distancia, el progenitor trata a su hijo del sexo opuesto con más consideración, ―con guantes de seda‖. La falta de presión del progenitor del sexo opuesto hace que el niño sienta por él más afecto y atracción. En cambio el sentimiento de familiaridad de uno de los progenitores hacia el hijo del mismo sexo lo lleva a una actitud autoritaria que produce hostilidad y resentimiento hacia el niño.

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COMPARACIÓN DE COMO SE DESARROLLA EL COMPLEJO DE EDIPO Y DE ELECTRA

Motivo

COMPLEJO DE EDIPO (NIÑO) Consecuencia Resultado

Apego a la madre Celos de (alimentación, rivales, cuidado particular padre.

los Sentimientos en hostilidad hacia del el padre.

de

Temor a la castración (vista de los genitales femeninos; posibles amenazas).

Temor al castigo del padre por sus deseos de poseer a la madre.

Intensificación de la rivalidad con el padre; desarrollo de la necesidad de disimular la hostilidad.

Necesidad de apaciguar al padre e impedir el ataque imaginado.

Creación de una fachada de docilidad y amor por el padre

Represión de hostilidad y el temor; renunciamiento a madre; identificación con el padre.

la la

COMPLEJO DE ELECTRA (NIÑA) Motivo

Consecuencia

Apego a la madre (alimentación, cuidado

Celos de los rivales.

2. Envidia del pene (vista de los genitales masculinos).

Apego al padre por ser más poderoso que la madre.

Celos del órgano y de los privilegios masculinos.

Búsqueda de un sustituto del pene en el padre, un bebé.

Resultado Sentimientos generales de inferioridad; descubrimiento de las diferencias genitales con los hombres.

Devaluación de la madre y del papel femenino; adopción de conductas masculinas.

Identificación con las conductas femeninas para atraer al padre; lento desvanecimiento de la envidia del pene y devaluación de la madre.

Fuente: (Sollod, Wilson & Monte; 2009)

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ETAPA DE LATENCIA Durante la etapa de latencia la fuerza de las pulsiones sexuales declina, debido fundamentalmente a que el Superyó ha adquirido un predominio marcado y parece mantener dominadas las presiones pulsionales. Al mismo tiempo el Yo se desarrolla más ante la realidad externa. Se consolida el lenguaje (lo cual da solidez a la función anticipatoria, puesto que se puede planear con palabras), se incrementa la gratificación intelectual a través de una mayor capacidad para la identificación, se adquieren intereses e ideales, etc. El periodo de latencia puede dividirse en dos etapas: en la primera, que abarca de los seis a los ocho años, el Yo se encuentra todavía fuertemente arrastrado por pulsiones sexuales, por lo que la represión inhibe la conducta sexual. En este proceso puede presentarse una marcada rebelión, que es seguida habitualmente por autoreproches. En el segundo periodo, que abarca desde los ocho años hasta el comienzo de la pubertad, se da una consolidación de las defensas. El niño presenta un mayor equilibrio y por lo tanto menos sufrimiento.

Durante la latencia las experiencias escolares adquieren una gran significación dado que muestran el nivel de ajuste a la figura de la autoridad. También adquiere importancia el contacto con los amigos y la forma en que esta relación se establece. El niño aprende al mismo tiempo el dolor de la competencia y el placer de la cooperación con los compañeros (Oblitas, 2004).

La sexualidad deja de ejercer sus presiones de manera directa, ya que el niño se encuentra inmerso en sus relaciones en la escuela y el juego y, por esta razón, sus procesos cognoscitivos se desarrollan aceleradamente. Entre estos procesos Freud destaca los de la lógica, los juicios y la empatía. El crecimiento de estatura, conocido en la literatura

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especializada como ―primer y segundo estirón‖ (el primero, ocurre alrededor de los siete años y el segundo en la pubertad), brinda al niño mayores posibilidades de dominar el ambiente y ser independiente (Domínguez, 2006).

La etapa de latencia se da cuando se reprime el Complejo de Edipo por miedo a la castración, los impulsos sexuales quedan inhibidos y se inicia el periodo de latencia, en el cual se adormecen estos intereses. En esta época es posible que la libido pueda ser utilizada en otras actividades como las de carácter intelectual. No es casual que concuerde con el ingreso a la escolaridad primaria donde el niño debe centrar sus intereses en el aprendizaje de la lectura y la escritura como así también del cálculo y otros aspectos intelectuales (Palladino, 2006).

ETAPA GENITAL La etapa genital es un periodo de maduración, de socialización, de actividades colectivas, de formación de parejas estables, establecimiento de una familia, desarrollo de un interés serio por una profesión y capacidad de asumir responsabilidades. Es la etapa más extensa de las anteriores y se manifiesta hasta que se alcanza la vejez (Palladino, 2006).

Con el despertar de la pubertad, las pulsiones sexuales reviven y ocasionan las tensiones y vehemencias típicas de esta etapa.

Durante esos años adolescentes ocurren nuevas adaptaciones y transformaciones que finalmente culminan en la estabilización de la personalidad. La pulsión sexual comienza su evolución hacia el fin biológico de la reproducción. El adolescente comienza a sentirse atraído hacia miembros del sexo opuesto.

Es un periodo de socialización, actividades colectivas, matrimonio, establecimiento de un hogar y una familia, desarrollo de un interés serio en la profesión y otras responsabilidades. No se debe suponer que la etapa genital

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desplaza a las etapas pregenitales, más bien puede decirse que las pulsiones pregenitales quedan bajo la supremacía de lo genital. En la adolescencia se establece un yo aparentemente más fuerte y consolidado, pero que tiende a sufrir frecuentes regresiones ante los embates pulsionales. Lo mismo puede decirse del Superyó, que aunque por una parte ha logrado establecer sus fundamentos, por otra tiene que abandonar muchas de las normas morales inculcadas por los padres. De ahí que las respuestas suelen ser extremas. A veces el ello invade de demandas al yo buscando una gratificación desinhibida; otras veces éste sale victorioso y logra moderar las necesidades más infantiles. Esto da lugar a la diversidad de conductas que se han descrito en los jóvenes, como egoísmo o altruismo y generosidad; espíritu gregario o timidez y aislamiento; indulgencia y ascetismo; ignorancia o intelectualización (Oblitas, 2004). El erotismo en esta etapa se encuentra más organizado, cediendo lugar a una primacía genital que se encuentra más integrada, menos ambivalente y con menos elementos castratorios y culposos, lo que da pie a un goce más placentero, que admite una mayor preocupación por el otro (Karp, Sosman & Cruzat, 2007).

Con la capacidad biológica de procreación del ser humano debido a que su desarrollo hormonal y anatómico permite la producción de espermatozoides y óvulos, la sexualidad ya no es dominada por su anterior propósito infantil de la obtención de placer con la exclusión de todo lo demás. El objetivo sexual adulto es la descarga de productos sexuales; es decir su meta esencialmente reproductiva, siendo que este objetivo sexual adulto también proporciona placer al individuo (Freud, 1905, citado por Sollod, Wilson & Monte; 2009).

Los prolongados periodos del desarrollo que conducen al estatus sexual adulto tenían como meta final el establecimiento de la primacía genital. La excitación genital y la producción de tensión sexual son un primer paso hacia la meta de preservación de la especie de la procreación. Ahora son posibles para el adulto tres fuentes de excitación sexual, entre las cuales se encuentran:

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1. Los recuerdos e impulsos de los periodos pregenitales; 2. La manipulación y estimulación directa de los genitales y otras zonas erógenas; 3. La estimulación producida por las descargas hormonales desde el interior del cuerpo (Freud, 1905).

Siendo de este modo, el periodo genital la culminación de todas esas tendencias en el desarrollo de la libido, iniciado en la infancia, y agotadas a lo largo del desarrollo biológico del organismo maduro.

La etapa genital se extiende hasta la adultez, en ella los impulsos sexuales reprimidos durante la etapa de latencia ahora resurgen para dirigirse por vías socialmente aprobadas, que Freud denominó como relaciones heterosexuales con personas fuera de la familia primigenia (Papalia et al., 2009).

AUTOEVALUACIÓN Nro. 09

- ¿Por qué se dice que el niño pequeño es un “perverso polimorfo”?

- Siguiendo a Karl Abraham, se considera que el periodo oral se divide en dos fases las cuales son: mencione y explique.

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- La etapa anal tiene dos fases las cuales son: mencione y explique

- En que consiste la etapa uretral

- ¿Qué se entiende por unidad integral madrefeto?

- ¿Cuáles son para el adulto las tres fuentes de excitación sexual?

140

- ¿Qué es el complejo de castración?

- ¿Qué es el complejo de Edipo?

- ¿Qué es el complejo de Electra?

- Explique la posición ortodoxa del complejo de Edipo

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---------------------------------------------------------------------LA FORMACIÓN DEL CARÁCTER

---------------------------------------------------------------------¿Cómo puedes llegar a conocerte a ti mismo? Nunca por la reflexión, sino esforzándote y tratando de cumplir tu deber, sabrás en seguida qué pensar de ti.

Johann W. Goethe (1749-1832) Poeta y escritor alemán.

En el lenguaje coloquial empleado en la vida cotidiana se cataloga a las personas como estrictas, débiles, orgullosas, que se autoestiman o se disminuyen, sociables, frías, afectuosas, impulsivas, rencorosas, etc. El análisis profundo de estos rasgos puede mostrar que solo se trata de diversas formas de un acorazamiento del Yo contra peligros del mundo exterior y frente a las exigencias instintivas del Ello.

Así, la excesiva cortesía encubre muchas veces una cantidad de angustia no menor que una reacción brusca y a veces brutal. Ambas son reacciones en distinto sentido, tendientes a superar un grado de angustia.Una persona que no protesta ante las burlas de las cuales es objeto o las injusticias reflejaría en el fondo problemas relacionados a baja autoestima.

Las experiencias de las dos primeras décadas de la vida, contribuyen al surgimiento gradual en los seres humanos de pensamientos, sentimientos, ideas, conductas que le son característicos: los llamados rasgos y estilos de vidas únicos.

Para poder apreciar el concepto dinámico del carácter es de utilidad establecer una comparación entre los rasgos de conducta y los de carácter. Se consideran rasgos de conducta aquellas acciones observables por otra persona. Por ejemplo, el ser valiente puede definirse como la conducta dirigida a lograr una meta preestablecida sin que sea impedimento para ello el arriesgar la propia comodidad, la libertad o la vida.

Fenichel llama carácter a los modos habituales de adaptación del yo al mundo externo, al ello y al Superyó y a los tipos característicos de combinación de estos modos entre sí.

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La definición que hace Fenichel del carácter es concluyente: ―El carácter en cuanto representa la manera habitual de armonizar las tareas impuestas por las exigencias instintivas con las que impone el mundo externo, constituye necesariamente la función de aquella parte de la personalidad, persistente, organizadora e integradora, que es el yo. Este se ha definido efectivamente como la parte del organismo que se encarga de las comunicaciones entre las exigencias instintivas y el mundo externo‖ (Roca Bennasar, 2010).

En, Análisis de Carácter, Reich trató de comprender el carácter desde el punto de vista histórico y dinámico económico, considerándolo como una formación total y general.

Su concepto básico es que la entidad fundamental en el carácter no es el rasgo único, sino la organización total del mismo, de la cual deriva una cantidad de rasgos del carácter.

Estos a su vez deben interpretarse como un síndrome que resulta de una organización particular, o sea la orientación del carácter hacia una finalidad.

Fromm define al carácter como una forma – relativamente permanente, en que la energía humana es canalizada en los proceso de asimilación y socialización.

Karl Jaspers, por su parte dice: ―El carácter es, con sus motivos históricos dados, el producirse del hombre en el tiempo y no sólo la acuñación de un ser así definitivo en el transcurso del tiempo‖.

Se puede afirmar que el ambiente jamás es el mismo para dos individuos, pues la diferencia en la constitución los hace enfrentarse con el ámbito en que viven de una manera más o menos diferente.

Tipos de carácter Los rasgos de carácter determinan en buena parte, la manera de actuar del sujeto, los resultados de esa actuación y la forma en que es percibido y evaluado por los demás. Estos rasgos aparecen progresivamente y se convierten en pautas

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estereotipadas de actitud y respuesta ante los estímulos internos y externos. El carácter en esta visión coincide prácticamente con el yo. El carácter en cuanto a forma habitual de proceder como respuesta a la doble estimulación, interna y externa, es el resultado de las funciones de organización, integración y adaptación llevadas a cabo por el yo (Roca Bennasar, 2010).

El psicoanálisis ortodoxo contiene una amplia variedad de tipos de carácter, entre los que se tiene (Blum, 1966): Carácter oral

Es aquel cuyo modo habitual de adaptación contiene importantes elementos de fijaciones orales producidas en la primera parte de la niñez.

Depende en gran medida de los demás para mantener su autoestima. Las provisiones externas tienen para él una importancia sobresaliente y aspira a que se las brinden pasivamente. La boca cumple una función especialmente importante.

Cuando se siente deprimido come para superar la emoción.

Además de la comida sus preocupaciones orales se refieren al fumar, beber, besar.

Tanto la generosidad como la tacañería acentuadas tienen su origen en el erotismo oral, asimismo los regalos adquieren importancia desmedida, cada obsequio real induce a pedir más. Algunos colman de regalos y ayuda a todo el mundo, siendo su significado ―así como te colmo, quiero que tu me colmes‖. Algunos individuos manifiestan sus necesidades de dependencia en forma directa e insaciable, pidiendo o incluso exigiendo que los cuiden los demás. La persona se siente satisfecha cuando se libera de responsabilidades y se las cuida, están dispuesta a sacrificar la ambición y la comodidad si con ello compran el afecto que necesitan. Otros manifiestan una conducta totalmente avara y egoísta: ―como no me dieron lo que deseaba, no daré a otros lo que ellos quieren‖.

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Carácter anal

Los rasgos anales del adulto son conocidos como las ―tres P‖: parsimonía, petulancia y pedantería, o en términos mas comunes como economía, obstinación y orden - Economía: continuación del hábito de retención anal, a veces originado en el miedo a la pérdida, a veces por placer erótico. Existe una comparación inconsciente entre heces y dinero. El dinero ya no es considerado en forma objetiva como una cosa útil, sino que es retenido y atesorado, o a veces despilfarrado sin miramiento alguno. Las mismas actitudes se manifiestan con el tiempo: ser puntual al segundo o totalmente impuntual.

- Obstinación: Es un tipo pasivo de agresión, que se origina en la negativa infantil de defecar cuando los padres se empeñan en que lo haga. La obstinación de la conducta adulta se explica como tentativa de usar a otras personas en la lucha con el Superyó. Busca una sensación de superioridad moral que les aumente la autoestima y equilibre la presión del Superyó. Considera que se le ha tratado injustamente.

- Orden: El exceso de orden se origina en la obediencia a las exigencias parentales. El aseo, la puntualidad, la minuciosidad, etc., representan un desplazamiento de la aceptación de las exigencias ambientales en lo que se refiere a la defecación.

Otra característica anal se manifiesta como desplazamientos a la palabra y al pensamiento; modos irracionales de retener o soltar las palabras o ideas.

Carácter uretral

Sus rasgos son la ambición y el espíritu de competencia, ambos relacionados la vergüenza; es frecuente que se avergüence y ridiculice al niño que se orina. Como reacción, este desarrolla

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luego deseos ambiciosos para probar que ya no tiene motivos para avergonzarse. También participa el elemento competitivo original de la micción, referido a la posibilidad de hacer llegar más o menos lejos el chorro.

Carácter fálico

Se conducen de manera temeraria, resuelta y segura, fundamentalmente como realización de deseos, en reacción a la angustia de castración. La sobrevaloración del pene y la confusión del mismo como la totalidad del cuerpo, se refleja en la vanidad intensa, el exhibicionismo y la hipersensibilidad. Estos individuos ante la posibilidad de un ataque reaccionan atacando primero, se muestran agresivos y provocativos.

Reich, menciona que en ellos el orgullo herido desencadena una fría reserva, una depresión profunda o una activa agresión. El resentimiento ante la subordinación y la tendencia a dominar a los demás están basados en el miedo. El hombre, inclinado a efectuar demostraciones de su masculinidad, tiene sin embargo una actitud hostil y despectiva hacia las mujeres. Al mujer fálica motivada por una fuerte envidia del pene, adopta roles masculinos y trata de superar a los hombres

Carácter genital

El carácter genital normal es un concepto ideal. El logro de la primacía genital representa un progreso decisivo en la formación del carácter.

Hace posible el pleno desarrollo del amor y la superación de la ambivalencia. Las emociones en vez de quedar bloqueadas son empleadas constructivamente por el yo como parte de la personalidad total. La capacidad de llegar a una plena satisfacción por medio del orgasmo genital hace posible la regulación fisiológica de la sexualidad y termina con el bloqueo de las energías instintivas y sus desdichados efectos sobre la conducta de la persona.

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Otras concepciones del carácter KAREN HORNEY  Tipo complaciente: El individuo complaciente se siente débil y desamparado, tiende a subordinarse a los otros y en general se conduce de forma sumamente dependiente.

El individuo que se mueve hacia los otros presenta una marcada necesidad de afecto y aprobación. Sus deseos compulsivos de intimidad y pertenencia lo hacen desear intensamente un compañero. El amor tiene para él una importancia fundamental e incluso las relaciones sexuales son valoradas como una prueba de que es deseado. Su autoestima depende de lo que piensen de él quienes le rodean.  El tipo agresivo: Es el individuo que se mueve contra la gente, supone que todo el mundo es hostil y se niega a admitir lo contrario: La vida es una lucha por la sobrevivencia, de modo que su necesidad primaria es la de controlar a los demás. Trata de destacar en todo sentido, de burlarse y empequeñecer a los demás. A veces su actitud es manifiesta, en otras se encuentra encubierta por un exceso de cortesía. En general es un mal perdedor y prefiere echar la culpa a los demás; concede gran importancia a las discusiones y a menudo las promueve para poner de manifiesto su agudeza y perspicacia. El amor tiene escasa importancia. Rechaza su lado tierno.  El tipo distante: Es el individuo que se mueve apartándose de la gente, está atento siempre a guardar distancia emocional entre él y los demás. La proximidad le crea angustia y por consiguiente desarrolla una violenta necesidad de autosuficiencia. Debe evitar la competencia, el prestigio y el éxito en la medida en que invaden su ámbito privado. Desarrolla un intenso sentimiento de superioridad para justificar su aislamiento. En algunos casos las relaciones sexuales no son posibles para este tipo de personas y a lo sumo las goza sin son de transitorias.

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ERICH FROMM  La orientación receptiva: considera que todo lo que necesita debe venir de una fuente externa. El amor significa para él ser amado, no mar activamente; sensible a cualquier privación de afecto o atención. . Su pasividad lo lleva a la imposibilidad de decir no a las exigencias de los demás. Tiene afición a la comida y bebida, puesto que en ellas encuentra alivio a la angustia y depresión. Ayuda a los otros para poder luego asegurarse un favor.  Orientación explotadora: Trata de obtener todo por medio de la fuerza o astucia. En el terreno del amor, solo se siente atraído por las personas que puede quitar a otros, roba las ideas ajenas y las proclama como propias.

El cinismo, la desconfianza y los celos también son notables en estos sujetos.  Orientación acumulativa: Basa su seguridad en ahorrar y guardar lo que tiene. El gasto es una amenaza que el provoca ansiedad. La avaricia se refiere al dinero y cosas materiales, también a los sentimientos e ideas. Hasta el amor es considerado como un medio para poseer a la persona amada. Se caracteriza por la limpieza compulsiva, la puntualidad obsesiva y la obstinación.  La orientación mercantil: Consideran a las personas como cosas sujetas a compra y venta. Se modifican según los requerimientos de los demás. No tienen un carácter genuino y estable ni la experiencia real de conducir su propio destino. Es superficial.  La orientación productiva: Todas las anteriores son improductivas. Fromm define la productividad como la capacidad del hombre de emplear sus poderes y realizar las potencialidades que le son inherentes. Implica el uso del amor y de la creatividad. Piensa en forma independiente, se respeta a su mismo y a los demás, goza de los placeres sensuales sin angustia.

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OTTO RANK  El hombre medio: Se caracteriza porque ha renunciado a su voluntad y ha aceptado la voluntad del grupo. La realidad culturalmente aceptada se vuelve su propia realidad. El conocimiento de si mismo es ilusorio dado que el rol que adopta se convierte en su verdadera persona (self) y pierde por completo su condición de rol.

Su adaptación en ocasiones se debe al temor de no ser aceptado.  El neurótico: No se puede conformar con la voluntad del grupo pero tampoco tiene libertad de afirmar su propia voluntad. No puede identificarse positivamente con el grupo ni puede mantenerse solo, porque lo asaltan sentimientos de inferioridad y de culpa.  El hombre creador: Está en armonía con sus capacidades y con el ideal, tiene una voluntad autónoma, que va más allá de los límites impuestos por la naturaleza. Tiene la capacidad de vivir en el mundo sin entrar en conflicto con él.

JEAN- LOUIS LANG (caracteres neuróticos, 1985): - El carácter histérico: Labilidad emocional, teatralidad, histrionismo, deseos de gustar, de ser querido, de seducir, de hacerse valer y ser reconocido, exaltación imaginativa y tendencia a la fabulación, sugestionabilidad. A veces puerilidad, exhibicionismo, extroversión. Mezcla de egocentrismo y de sentimientos de inferioridad, insatisfacción más o menos permanente. Erotización de las relaciones y por otra parte frecuencia de la inhibición sexual.

- El carácter fóbico: Se trata de conductas de evitación, de negación, escotomización, proyecciones más o menos rígidas y estereotipadas que pueden llegar a la inhibición afectiva y/o intelectual y destinadas a huir de las situaciones primitivamente deseadas y tentativas de

149

racionalización de esas conductas. Timidez, falta de interés, astenia, dejadez que provoca reacciones de fracaso, pesimismo, temor a las reacciones del otro y la constante búsqueda de su opinión.

Sobrecompensaciones (fanfarronadas, delirios de grandeza).

- El carácter obsesivo: Meticuloso, preciso, ordenado, puntual, susceptible, de aspecto a menudo frío. Temeroso de las críticas y los castigos, es descrito a menudo como pensador abstracto y lento, siempre entre posiciones extremas, razonador centrado en los detalles, doctrinario, hipermoral. El exceso de puntualidad, de orden, de método y de racionalización, parece entrar en contradicción con su parasitismo de ideas infiltradas por la superstición e incluso de pensamiento mágico. La parsimonia también se contrasta con el comportamiento de despilfarro.

- El carácter perverso: Refractario, oposicionista, indisciplinado, caprichoso, hipócrita. Expresiones agresivas que pueden llegar al acto antisocial por la falta de leyes de organización. Ausencia del sentido del peligro y de las consecuencias de sus actos. Ausencia de compromiso afectivo en la realización de sus acciones y en su discurso, indiferencia completa.

150

AUTOEVALUACIÓN Nro. 10 Realice un cuadro comparativo sobre las concepciones del carácter de Horney, Fromm y Rank

¿Qué plantea Jean- Louis Lang acerca del carácter?

151

¿Qué es el carácter oral?

¿Qué es el carácter anal?

¿Qué es el carácter uretral?

¿Qué es el carácter fálico?

¿Por qué se dice que el carácter genital normal es un concepto ideal?

152

- ¿Qué es el carácter según Fromm?

- ¿Qué es el carácter según Fenichel?

- ¿Qué es el carácter según Jaspers?

Resolver el siguiente crucigrama 1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

Para poder apreciar el concepto dinámico del carácter es de utilidad establecer una comparación entre los rasgos de conducta y los de ...

Denomina carácter a los modos habituales de adaptación del yo al mundo externo, al ello y al Superyó y a los tipos característicos de combinación de estos modos entre sí.

Escribió ―Análisis de Carácter”.

Tanto la generosidad como la tacañería acentuadas tienen su origen en el erotismo ...

Continuación del hábito de retención anal, a veces originado en el miedo a la pérdida, a veces por placer erótico.

Define al carácter como una forma – relativamente permanente, en que la energía humana es canalizada en los proceso de asimilación y socialización. ‖El carácter es, con sus motivos históricos dados, el producirse del hombre en el tiempo y no sólo la acuñación de un ser así definitivo en el transcurso del tiempo‖.

153

8.

El individuo complaciente se siente ... y desamparado, tiende a subordinarse a los otros y en general se conduce de forma sumamente dependiente.

9. El resentimiento ante la subordinaciรณn y la tendencia a dominar a los demรกs estรกn basados en el ...

10. El exceso de ... se origina en la obediencia a las exigencias parentales.

11. El hombre ...: Se caracteriza porque ha renunciado a su voluntad y ha aceptado la voluntad del grupo.

12. El carรกcter...: Refractario, oposicionista, indisciplinado, caprichoso, hipรณcrita.

5

4 2 6

10 3 11 9 1

7 8

12

154

---------------------------------------------------------------------QUIÉN ES UNA PERSONA NORMAL

---------------------------------------------------------------------El presente sólo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa.

Henri Bergson (1859-1941) Filósofo francés.

En la construcción del concepto de personalidad sana o de cualquiera de sus posibles afines: personalidad normal, madura, adaptada, funcional, etc. existen problemas inherentes a la naturaleza misma de los fenómenos que en él se integran, y ya para empezar, porque resulta más fácil definir o acotar lo "psicopatológico" que lo "normal" o "sano", que entonces viene a quedar en una noción más bien negativa, equivalente a "no patológico" (Fierro & Cardenal, 1996).

La persona normal está dotada de la facultad de resistir y reprimir dentro de los amplios límites, las apetencias instintivas y tensiones de necesidad. Mediante esta represión, soporta todos los días el dolor, la contrariedad, la oposición y la necesidad. Cuando tal represión no es suficiente, su psiquismo recurre a los mecanismos de defensa: proyección, racionalización, identificación, sustitución, etc. Cuanto más fuerte es su personalidad anímica, menos necesidad tiene de esos medios de defensa. Cuanto más débil es un individuo, mayor necesidad tiene de ellos (Mas de Ayala, 1952).

Se considera que los sujetos normales son los que se manifiestan libres de síntomas neuróticos, no se hallan envueltos en conflictos mentales, tienen una capacidad de trabajo satisfactorio y pueden amar a otros, además de sí mismos. Además, el individuo normal puede soportar el malestar, la negación o la contrariedad sin mayores conmociones. Si la injusticia es muy grande el individuo normal tendrá que emplear su mecanismo amortiguador. (Caprio, 1971).

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Asimismo, el individuo que sabe conducir por buenos causes su vida psíquica, evitará sufrimientos personales inútiles y disgustos en las relaciones con sus semejantes, con lo que no sólo apartará de su camino obstáculos capaces de comprometer su felicidad, sino una de las causas que minan y corroen la salud y el buen funcionamiento del organismo (Quintana, 1971).

Por lo tanto el hombre normal generalmente, es capaz de dominar y transformar todas las excitaciones de que es objeto.

Esto lo logra, ya sea resistiendo a los efectos que tales excitaciones provocan, ya sea transformándolas mediante sus mecanismos de compensación psíquica, tan bien organizados que constituyen un verdadero aparato amortiguador de excitaciones. Pero cuando la intensidad de la excitación es excesiva, su acción es traumática (Mas de Ayala, 1952).

La personalidad normal reposa sobre el equilibrio y sinergia de cuatro elementos fundamentales representados por la unidad e identidad que hacen del complejo psicobiológico un todo coherente, organizado, capaz de resistir la insinuación o avance de deterioros endógenos o exógenos; la vitalidad que es el equilibrio jerarquizado del medio interno y externo y cuya constancia está condicionada por oscilaciones endógenas y por los estímulos exógenos a los que el ser organizado responde y reacciona; la función de lo real en virtud de la cual y por medio de las sensibilidades protopática y exteroceptiva el individuo se crea una representación mental de todas su actividades fisiológicas y psíquicas, las relaciones con el medio ambiente, a través de las cuales se delinea la separación de sujeto- objeto, estableciéndose un equilibrio inestable que provoca la oposición dialéctica de la acción y la reacción para desembocar en la síntesis que configura la actitud de equilibrio personal (Merani, 1971).

156

Asimismo, la madurez es una cualidad de la personalidad, constituida por una serie de elementos, es una tendencia hacia la estabilidad, la capacidad de permanecer haciendo un trabajo, de permanecer en ello, de luchar hasta no acabarlo o hasta que uno haya dado todo lo que pueda dar. La persistencia es un aspecto de la madurez, el aguante a las cosas desagradables, frustraciones y situaciones difíciles, además de la capacidad de sobrepasar los problemas, y de tomar decisiones, lo que implica un considerable sentimiento de independencia (Caprio, 1971).

El hombre normal, está dotado de la facultad de soportar la necesidad, el dolor, la contrariedad, la oposición dentro de amplios límites. Pero los individuos que no lo pueden soportar se debe básicamente a dos razones (Más de Ayala, 1952): La primera razón es cierto grado de incapacidad de sus mecanismos de compensación, esto es de un sistema amortiguador de excitaciones internas o externas. La segunda razón es una mayor fragilidad anímica debida a una predisposición para las perturbaciones psíquicas a causa de una conformación constitucional sub normal que crea sitios de clivaje o planos de fractura preexistentes en la estructura de la personalidad.

Se tiene las siguientes cualidades personales de los sujetos normales (Caprio, 1971): - Es maduro psíquicamente, no se halla fijado o demasiado

-

atraído hacia sus padres, piensa y se conduce como una persona desarrollada y tiene una meta definida en la vida.

Acepta los golpes y contratiempos de la vida filosóficamente.

Se halla demasiado ocupado como para sentirse infeliz.

Está preparado para ganarse la vida y trabaja sin quejarse excesivamente.

Posee alegría por el hecho de estar vivo.

Tiene una personalidad flexible y se manifiesta humanamente comprensivo, puede acompañarse de casi cada individuo.

157

- No actúa por impulsos, ha aprendido a dominar sus

-

-

-

emociones, ejercita un juicio sano y es capaz de tomar decisiones inteligentes.

No es cínico y no alberga prejuicios neuróticos.

Trata de no meter las narices en asuntos de otras personas.

Se manifiesta como persona con tacto y no argumenta excesivamente. Es tolerante y generoso, no es hipersensible y acepta la crítica ajena.

Tiene sentido del humor e irradia un fuerte sentimiento de seguridad en sí mismo.

Da amor y sabe compartirlo con algún otro, tiene fe en la humanidad y manifiesta una sana actitud hacia la gente y el mundo que le rodea.

Conoce lo que ha hecho mal y es capaz de adquirir buen juicio de los errores del pasado.

Ha alcanzado lograr el deseado modo de vida, que le permite vivir con placer en vez de con penas.

Ha adquirido la capacidad de mantenerse en paz, la capacidad de alegrarse en la vida.

Una persona emocionalmente saludable es realista en sus propias limitaciones y se acepta a sí misma como es. Ha elaborado una relación adecuada con sigo mismo y con su mundo, de modo que puede manejar los problemas de la vida sin ser manejado por ellos (Cramer, 1982). Realiza sus actividades con voluntad propia sin necesidad que los demás le indiquen de manera reiterativa que es lo que tiene que hacer.

Wolf (1953, citado por Águila, 2014) opina que el individuo normal tiene una actitud armónica provocada por la armonía de su energía psíquica. Cuando esta se desequilibra por una tensión psíquica se produce la anormalidad Un individuo equilibrado se manifiesta realista al reaccionar contra la desgracia, está preparado para enfrentarse a la mala suerte y a pesar de las adversidades de la vida, adopta una postura valiente frente al destino. El escapista por el contrario, no se muestra con una actitud práctica, desconfía de la vida y no cree que ésta pudiera ser fascinante con un pequeño esfuerzo de su parte y si es que tomase la decisión de 158

enfrentarse a las desilusiones que agobian su individualidad y arruinan su la salud mental y física. Vive en el pasado, complácese en soñar despierto y en forjarse proyectos fantásticos para el futuro. La persona con psiquismo frágil, frente a una contrariedad sufrida o a un deseo vehemente no satisfecho, no es capaz de hacer empleo de la represión, puesto que no puede soportar el malestar que esto le produciría. Por tal razón, recurre de continuo a los mecanismos compensatorios. Más, si hace empleo excesivo de ellos, lo alejará de la realidad y se acercará así a la enajenación: es decir a la creación de un mundo personal donde no experimenta contrariedades y todos su deseos son satisfechos.

Se designa así con el nombre de trauma a una excitación de tal intensidad que el psiquismo resulta incapaz de dominarla por su métodos habituales (Caprio, 1971).

La persona emocionalmente saludable ha desarrollado un conjunto de valores morales y espirituales que lo capacitan para experimentar mas reacciones satisfactorias que reacciones que producen ansiedad y temor. Es cierto que incluso en esta armonía de sentimientos uno puede ser herido y a veces sentirse hostil y no estar muy a gusto con todo el mundo pero puede dominar adecuadamente estos sentimientos que en la terminología psicológica en general se conocen como impulsos instintivos (Cramer, 1982).

El individuo sano es aquel que de un modo consciente y responsable, se desenvuelve en un permanente devenir, elige su propio camino y los medios para seguirlo, vive en comunión constante con las cosas, con los otros hombres y consigo mismo. La psicopatología aparece cuando esto no ocurre, cuando el hombre traicionándose a sí mismo, claudica, huye a la ―inautenticidad‖, sufre el consecuente sentimiento de culpa y comienza a hundirse en intentos espurios de un existir alienado. Crea entonces su o sus mundos, alejados de la verdad existencial y se debate en ellos en una estéril lucha sin fin (Seguín, 2007).

Una personalidad insegura, sumisa, inestable y voluble es propensa a desarrollar mayores conflictos, a perder la claridad y la objetiva valoración de los acontecimientos, así como es 159

propensa a las tensiones y frustraciones , además de mayor riesgo al consumo de drogas, dependencia al alcohol, tabaco y otros, tanto como a la anomia y a la marginalidad social (Celada, 1989) .

AUTOEVALUACIÓN Nro. 11 1. ¿Por qué existen dificultades en la determinación de lo normal y lo anormal?

2. Mencione cuáles son las características de una persona normal y de una persona anormal en un cuadro comparativo

160

Resolver el siguiente crucigrama 1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

11.

12.

13.

14.

15.

16.

17.

18.

19.

20.

Cuando tal represión no es suficiente, su psiquismo recurre a los mecanismos de ...

El individuo ... puede soportar el malestar, la negación o la contrariedad sin mayores conmociones. ...: Que es el equilibrio jerarquizado del medio interno y externo El hombre normal generalmente, es capaz de dominar y transformar todas las excitaciones de que es ...

La persona normal está dotada de la facultad de resistir y reprimir dentro de los amplios límites, las apetencias ... y tensiones de necesidad.

La persistencia es un aspecto de la ...

Asimismo, el individuo que sabe conducir por buenos causes su ... psíquica, evitará sufrimientos personales inútiles Se considera que los sujetos normales son los que se manifiestan libres de síntomas ...

El hombre normal, está dotado de la facultad de soportar la necesidad, el..., la contrariedad, Cuanto más ...es su personalidad anímica, menos necesidad tiene de esos medios de defensa. la persona normal posee alegría por el hecho de estar ...

La persona emocionalmente saludable ha desarrollado un conjunto de valores... y espirituales Un individuo equilibrado se manifiesta ...al reaccionar contra la desgracia Una personalidad insegura, sumisa, inestable y voluble es propensa a desarrollar mayores ...

En ―El análisis de un caso de neurosis obsesiva” (1909), también llamado el caso del Hombre de las Ratas, pertenece al volumen X de las obras completas de...

Si la injusticia es muy grande el individuo normal tendrá que emplear su mecanismo ... la función de lo ...en virtud de la cual y por medio de las sensibilidades protopática y exteroceptiva el individuo se crea una representación mental de todas su actividades fisiológicas y psíquicas La persona normal trata de ... meter las narices en asuntos de otras personas.

La persona normal realiza sus actividades con ... propia sin necesidad que los demás le indiquen de manera reiterativa que es lo que tiene que hacer.

El escapista por el contrario, no se muestra con una actitud práctica, desconfía de la ...

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Segunda unidad

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---------------------------------------------------------------------CONCEPTO DE PSICOTERAPIA PSICOANALÍTICA ---------------------------------------------------------------------Nuestro gran error es intentar obtener de cada uno en particular las virtudes que no tiene, y desdeñar el cultivo de las que posee.

Marguerite Yourcenar (1903-1987) Escritora francesa.

¿Cómo hablar de psicoterapia sin mencionar los nombres de Freud y Adler?. Sería imposible, en efecto tratar de problemas de psicoterapia sin tomar como punto de partida el psicoanálisis y la psicología individual y sin hacer constante referencia a ellos (Frankl, 1966, p.21). Aunque existan muchos detractores que consideren que sus fundamentos estan desfasados para este siglo XXI, es necesario tomarlos de base para futuras investigaciones en el campo clínico y psicoterapéutico, tanto por sus aportes históricos y prácticos.

Es así que se entiende por psicoterapia al conjunto de conocimientos, métodos y actitudes empleadas en el tratamiento de los trastornos y problemas de personalidad. En general la psicoterapia va a enfrentar tres problemas fundamentales (Zaldivar, 1998):  El qué, la idea del rol de la psicoterapia, la imagen del hombre y de su funcionamiento social.  El para qué, o sea la finalidad de la psicoterapia  El cómo, focaliza el problema de los medios, del método Según el punto de vista convencional, psicoterapia significa el tratamiento de la enfermedad mental, en especial debida a causas psicológicas, sociales o ambientales y no físicas o químicas (Szasz, 1985).

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¿Qué no es psicoterapia?

El término psicoterapia se ha popularizado tanto, que ha ocasionado que muchas veces se le utilice de manera indiscriminada por lo que es necesario analizar que actividades no constituyen necesariamente una psicoterapia (Lana & Vidal, 1998): a. Cualquiera de las técnicas de autorrealización y crecimiento personal.

En ellas no se atiende a gente enferma, sino solo a aquellas personas que se sienten insatisfechas, infelices o que buscan consuelo o esperanza. Son métodos que pretenden ofrecer nuevos estilos de vida o ayudar a conocerse mejor. b. La relación médico-enfermo propiamente dicha. En la psicoterapia se exige una teoría, una técnica específica y un entrenamiento personal adecuado. c. Tampoco lo es cualquier intervención psicológica ejercida fuera del propio campo médico, como puede ser el consejo, la orientación o el apoyo social. d. Las relaciones íntimas en la vida corriente.

Mientras que la psicología conductista adquiría mucho auge en Norteamérica y la gestáltica ejercía gran influencia en Alemania, una tercera escuela alcanzó un alto grado de influencia. Esta corriente es conocida como psicología dinámica y dentro de ella, lo más conocido es el psicoanálisis, fundamentalmente porque su interés básico se refiere a las causas de la motivación, la dinámica o el funcionamiento de la personalidad (Whittaker, 1970 citado por Lin Ching, 2002).

La mayoría de los estudiosos concuerdan en que Freud fue el fundador de la psicoterapia tal como hoy la conocemos. Su método basado en la comunicación verbal entre dos personas para estudiar y ayudar a la gente, su búsqueda sistemática de las relaciones entre la historia personal del enfermo y sus problemas actuales, la importancia que otorgó a los pensamientos y emociones y su enfoque con respecto a las relaciones entre el paciente y el terapeuta, persisten en casi todas las modalidades modernas de tratamiento clínico, 166

independientemente de sus fundamentos teóricos (Bernstein & Nietzel, 1995).

La teoría psicoanalítica revolucionó el concepto y tratamiento de los problemas emocionales además generó interés en áreas que anteriormente habían sido olvidadas: motivación inconsciente, personalidad, conducta anormal y desarrollo infantil (Davidoff, 1981).

Se entiende que el psicoanálisis y/o el tratamiento psicoanalítico orientado, como un proceso mediante el cual una persona ayudada, contenida y acompañada por su terapeuta indaga en su mundo interno en busca de su propia identidad.

Buscan terapeuta y paciente al verdadero si mismo atrapado e impedido de crecer y mostrarse, por una serie de conflictos irresueltos que llevan al Yo fragilizado a una repetición infinita del conflicto, imposibilitándolo de vivir libre en la exploración del mundo (Gold, 1990).

Sin embargo este concepto puramente negativo no es suficiente. Su complemento positivo se encuentra en la idea de la personalidad autónoma (Pfister, 1954).

Freud inventó su técnica de una manera intuitiva, previa a toda teorización, guiado por sus necesidades terapéuticas. El desarrollo de este método atravesó varias fases sucesivas: de la utilización de la hipnosis pasó Freud al interrogatorio con presión, para reducir finalmente éste a un mínimo, dedicándose más a escuchar los silencios del paciente (Dierkens, 1972).

El método psicoanalítico intenta la comprensión y la interpretación de los fenómenos ocurrentes en una situación dada: la sesión psicoanalítica. Los datos surgidos son analizados siempre en relación a esta situación y en función del proceso (Rodríguez, Bolaños & Ciudad; 1990).

El método psicoanalítico es el conjunto de técnicas que tienden a descubrir en cada sujeto su actividad inconsciente, las motivaciones de su conducta, las significaciones y los valores ocultos que esclarecen el comportamiento humano profundo (Hesnard, 1976).

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El psicoanálisis sirve de auxiliar a todo aquel que pretenda limpiar el espíritu inundado por el torrente impetuoso y desescombrar las tierras a fin de que se desarrollen los gérmenes nobles. El psicoanálisis coadyuva al retorno de la naturaleza sana, a la reforma que sin él es imposible (Pfister, 1954).

Es el proceso mediante el cual el paciente obtiene mayor conocimiento de sí mismo, recupera su derecho a ser un individuo autónomo con una identidad propia, capaz para la realización de sus actividades y el disfrute, vía el ejercicio de las funciones saludables del Yo. El psicoanálisis al igual que otras modalidades de psicoterapia, es un contrato largo y prolongado, un pacto entre dos partes contratantes, en todos los contratos de dos partes la interacción es muy compleja, complicada por la misma naturaleza del ser humano constituyéndose muchas veces en un juego de encubrimiento por parte del paciente, o a lo que se llama resistencias. Una entrevista con un psicólogo o una sesión para la aplicación de test psicológicos no significa psicoanalizarse (Menninger, 1960).

Asimismo, el psicoanálisis puede entenderse de tres maneras distintas, que están naturalmente relacionadas entre sí, pero que conviene analizar por separado para no confundir los planos. Estos tres aspectos son: El psicoanálisis como método (de investigación y de curación), como teoría psicológica y como ideología en el más amplio sentido de la palabra. El psicoanálisis fue forjado ante todo como técnica psicológica para indagar ciertos hechos psíquicos (Dierkens, 1972).

El psicoanálisis ha sobrevivido a través de sus diversas escuelas y se extendió a innumerables áreas de la sociedad, pero con la transformación de su objeto, creció el abismo entre la teoría y la terapéutica y esta última se encuentra en una situación en la que parece prestar más ayuda al orden establecido que al propio individuo (Mallet, Marcuse, Fromm, Miller & Lefebvre, 1968).

La teoría psicoanalítica además de ser un método terapéutico y 168

una teoría de la personalidad, puede considerarse como una reflexión crítica sobre la cultura y la sociedad. Así por ejemplo, en ―El malestar de la cultura‖ (1930), Freud analiza la situación del hombre moderno en la sociedad. El propio título pone de manifiesto la incomodidad o desazón que le produce al ser humano el vivir en un cúmulo de normas y pautas que constituyen la cultura, restrictivas todas ellas de los impulsos sexuales o agresivos, inherentes a la naturaleza humana (De Echano et al., 2005).

Asimismo, Marcuse propuso que el psicoanálisis fuese una nueva fuente de crítica de los efectos de la sociedad sobre el individuo y no simplemente un método para obtener la adaptación de estos a aquella (Lafforgue & Sanyú, 2001).

Freud revolucionó la concepción psicológica de la época y alteró para siempre la manera como el hombre piensa de si mismo y sus acciones. La abundante obra escrita de Freud, sirvió para estimular a muchos de sus seguidores (y a los discípulos de éstos), a explorar, entender y revisar las ideas freudianas.

En la actualidad existe un amplio despliegue de teorías de orientación psicodinámica desde el psicoanálisis ortodoxo, clásico (que se rige fielmente a los conceptos freudianos) hasta nuevos sistemas que no solamente descartan muchas de las ideas básicas de Freud, sino que de hecho incluyen modelos fenomenológicos o de aprendizaje social. Por consiguiente existe una serie de enfoques clínicos diferentes de tipos psicodinámico (Bernstein & Nietzel, 1995). Aunque el método más efectivo de la formación como psicoterapeuta es la supervisión y aprender de la propia experiencia (esto es mediante la práctica continua y la supervisión inicial), la adquisición de ciertos conocimientos teóricos sobre los conceptos, formulaciones y técnicas de la psicoterapia siguen cumpliendo una función necesaria y valiosa A QUIEN SE LE DEBE APLICAR EL PSICOANÁLISIS El psicoanálisis en la clínica, es un instrumento magnífico para ayudar a los demás, pero como todo instrumento terapéutico es 169

un arma de doble filo. Aplicado con propiedad a quien verdaderamente lo necesita en el momento preciso es muy beneficioso, pero si no es así, si se lo aplica cuando no es necesario, en el momento que no es el más adecuado , por razones que no son genuinas, entonces hasta puede ser dañino. Antes de decidir si el psicoanálisis es lo más adecuado para el paciente, lo que se debe de hacer es conocer a cabalidad al paciente. A los pacientes hay que estudiarlos, llegar a saber quienes son, de que sufren, cuáles son sus quejas, qué buscan, que esperan obtener, que hay detrás de su búsqueda de ayuda (Crisanto, 1990).

LAS LIMITACIONES PSICOANALÍTICA

DE

LA

PSICOTERAPIA

Dentro de las limitaciones de la psicoterapia psicoanalítica se tienen las siguientes (Yildiz, 2010): La psicoterapia psicoanalítica no constituye un método infalible aconsejable para absolutamente todos los pacientes que solicitan ayuda por cualquier asunto particular. Por ejemplo un paciente enfrascado en un estado de aguda depresión, difícilmente puede soportar sus requisitos y menos aún beneficiarse con el tratamiento, y otro tanto ocurre en el caso de quienes adolecen de graves defectos de carácter (los denominados psicópatas).

Por añadidura, hay pacientes que, más que cualquier otra cosa, necesitan medicación (como depresión aguda, crisis psicótica, ansiedad extrema) o psicoterapia de apoyo durante una crisis vital, como casos de pérdida, para facilitar el proceso de duelo.

Psicoanálisis a los esquizofrénicos en los periodos de no crisis.

Otros trastornos del carácter, como las neurosis impulsivas, las perversiones, adicciones, delincuencias y casos limítrofes serían de analizabilidad cuestionable y habrían de ser 170

determinados por los aspectos especiales de cada caso.

Además, la psicopatología que se presenta puede ser, a veces, sólo una pantalla superficial tras la cual se halla una patología más grave latente y oculta. La evaluación inicial completa del paciente mediante diversos métodos, técnicas y procedimientos y no el diagnóstico clínico o la patología, ha de ser el punto donde se concentre la atención.

Tal como lo señala Viktor Frankl, en su obra Psicoanálisis y existencialismo (1966, p.12): el método psicoterapéutico que se elija, es una ecuación con dos incógnitas en tanto que no se puede aplicar sin tener en cuenta tanto la unicidad y peculiaridad del paciente como la unicidad y peculiaridad del terapeuta.

PAPEL DEL PACIENTE Muchos pacientes van a terapia con una actitud pasiva, pues esperan que el terapeuta les ―arregle‖ sus problemas y les dé todas las respuestas. Esto no funciona. El paciente tiene que trabajar tan duro que muchos abandonan el proceso por esta razón (Cash, 2012).

La motivación del paciente es el factor más importante. Sólo un paciente fuertemente motivado podrá laborar de todo corazón y con perseverancia en la situación psicoanalítica. Tiene que estar dispuesto a soportar la pena de revelar sus experiencias íntimas cargadas de culpabilidad y angustia; tiene que estar dispuesto a gastar bastante tiempo y dinero, renunciar a las ventajas secundarias de su padecimiento y además no pensar en resultados rápidos ni temporales (Yildiz, 2010).

Lo primero que hay que decidir con un paciente es si el acercamiento de tipo analítico es el mejor para él o no, porque puede suceder también que el paciente no se adecue a él o simplemente no sea lo que él busca, no le guste o tenga muchas resistencias, simplemente no lo acepte porque prefiera otros métodos (Crisanto, 1990).

En el fondo, la resistencia es una fuerza en el entrevistado que se opone a aquello que se busca en la entrevista, puede oponerse a revelar información, a aceptar un punto de vista, a cambiar su actitud, a aceptar una sugerencia, a cambiar un 171

modo de vida, o a aceptar una verdad acerca de su comportamiento. La resistencia puede ser consciente, inconsciente o preconsciente y se manifiesta a través de actos, expresiones, posturas, silencios, emociones, actitudes, ideas, impulsos, pensamientos y fantasías (Morga, 2012) .

Al paciente le corresponde, durante el proceso analítico, enfrentar tres tareas fundamentales (Zaldivar, 1998):  Cumplir con la regla fundamental de la asociación libre y tratar de expresarse con la mayor honestidad y de la forma más amplia posible. Esto resulta vital teniendo en cuenta que muchas de las asociaciones que acuden a su mente pueden poner al descubierto rasgos que avergüenzan al sujeto, pensamientos y sentimientos vinculados al terapeuta, etc., que le pueden resultar difíciles de comunicar.  Ganar insight de sus conflictos y fuerzas impulsoras inconscientes y de la influencia que están ejerciendo en su vida.  Desarrollar su capacidad para cambiar las actitudes que dificultan y perturban sus relaciones consigo mismo, con los otros y en general con el mundo que lo rodea (la realidad).

Se necesitan también ciertas aptitudes (Yildiz, 2010): Se pide que el paciente sea capaz para analizarse: a) de regresionar y progresar, b) de ser pasivo y activo, c) de renunciar al control y de mantenerlo y d) de renunciar a la prueba de realidad y de conservarla.

Cuando el paciente toma consciencia de todos estos elementos, tiene una profunda reflexión y un aprendizaje racional y emocional que une su presente con su pasado y le permite, con las capacidades racionales adultas, entender, aceptar y enfrentar aquellos sentimientos a los que no se pudo enfrentar de niño porque no era capaz. A este proceso se le conoce como insight, la palabra significa literalmente ver a hacia adentro, es un tipo de aprendizaje que implica una 172

profunda introspección. Tal concepto, al igual que muchos de esta teoría, es de uso común en toda la psicología (Morga, 2012) .

Indicaciones y contra indicaciones comunes, generales en todas las psicoterapias (Lana & Vidal, 1998): Indicaciones:

         

Motivación. Es el factor principal.

Buena capacidad de introspección.

Nivel cultural adecuado.

Edad no muy alta.

Sufrimiento por la enfermedad con mínimos beneficios secundarios.

Yo fuerte e integrado.

Mecanismos de defensa maduros.

Buena capacidad sublimatoria.

Capacidad para establecer relaciones interpersonales significativas.

Personalidad de base adecuada.

Contraindicaciones:

 Escasa motivación.  Evolución larga de la enfermedad con beneficios secundarios muy           

importantes.

Nivel cultural muy bajo.

Yo débil con mecanismos de defensa muy primitivos.

Trastornos psiquiátricos orgánicos.

Trastornos psíquicos graves: Esquizofrenia y otras psicosis.

Rasgos antisociales de personalidad importantes.

Acting out severo.

Somatizaciones o hipocondría severa.

Alcoholismo o toxicomanía muy crónica.

Riesgo de suicidio actual grave.

Trastorno obsesivo-compulsivo severo.

Conflicto de valores con el terapeuta.

PAPEL DEL PSICOANALISTA El psicoanalista debe guardarse conscientemente, de la tentación de querer desempeñar el papel de mentor. El psicoanálisis no puede ponerse en parangón con la confesión, en el sentido corriente. Un buen psicoanálisis técnico fomenta la independencia del educando y destruye el peligro de estar siempre supeditado al analista (Pfister, 1954).

El analista debe estar en condiciones de efectuar, a partir den 173

un gran número de interpretaciones posibles, una selección inteligente. Según el estado de ánimo en que se encuentre y de acuerdo con sus conocimientos y experiencias, la elección que efectúe cambia. A pesar de ello ésta debe ser tal que lo que el analista diga concuerde con su manera de ser y le ayude a establecer con el paciente las relaciones apropiadas (Morgenthaler, 1972).

El instrumental específico empleado por el psicoanalista es nulo: el único ―aparato‖ que se aplica es el lenguaje y además la intuición. Este hecho es un escándalo para los muchos que no pueden concebir la investigación científica seria sin un considerable número de dispositivos físicos y métodos matemáticos.

Por otro lado, el entrevistador no es un observador objetivo que pretende solamente evaluar lo observado desde sus conocimientos y experiencias, sino que está involucrado en la situación de contacto con la otra persona, el paciente, y utiliza sus propias reacciones afectivas como instrumento para la comprensión de la situación (Rodríguez et al., 1990).

El papel del psicoanalista aparentemente pasivo, es el de adoptar una actitud observadora, de escucha y comprensión, debe saber esperar y callarse, interviniendo solo en el momento preciso para brindar la interpretación conveniente. El psicoanalista trata de sintonizar su inconsciente con el inconsciente del paciente y asume una atención flotante y solamente refleja, del paciente, aquello que le es mostrado por éste (Zaldivar, 1998).

La labor del analista, es desestrangular las emociones patógenas, favoreciendo su expresión eferente por vía verbal e impedir la asociación de reflejos en grupos antagónicos, anulando en cuanto sea posible- pro al creación de una síntesis nueva- el principio o causa del cisma intrapsíquico (Delgado, 1989).

La función del analista es escuchar los contenidos derivados del inconsciente e interpretarlos para que el paciente enfrente sus propios conflictos y que por efectos de la censura aparecen 174

como síntomas. Que en términos de estructura sea como refiere Freud: "Donde estaba Ello, que Yo sea", para trabajar la oposición entre recuerdo y repetición (Colín, Galindo & Saucedo, 2009).

El entrevistador debe tener además, la capacidad para adaptar su tiempo y tipo de verbalizaciones a los del paciente, esperando con paciencia las lentas respuestas de los deprimidos, así como no intentar detener a histéricas y maniacos, en su discurso carente de silencios reflexivos. Debe saber que, a un doctor en letras, por ejemplo, le resultará chocante que se le pregunte ''hasta que edad se hizo pipí en la cama". En general, queda excluido el uso de palabras técnicas, de la jerga psicológica, incluso si las usa el paciente, a menos que estemos dispuestos a investigar si ambos entendemos lo mismo cuando usamos un término técnico. En cambio el empleo de los mismos términos coloquiales que emplea el paciente, facilita el proceso. Asimismo el ―tuteo‖ indiscriminado es una forma de negar las diferencias entre entrevistado y entrevistador, aunque en ocasiones, trate de justificarse aduciendo la procedencia de lugares en donde es de uso general. Hablo de tuteo indiscriminado, porque dirigirse de usted a un niño o adolescente, no sólo resulta ridículamente ampuloso, sino es una vez más la negación de la diferencia de edades, que prescribe ciertas normas de comportamiento social, que incluyen el tuteo del viejo al niño (Díaz, 1994).

El requisito de que todo psicoanalista debe haber pasado por la terapia psicoanalítica para que se le permita tratar psicoanalíticamente a un paciente apunta no sólo a comunicar al analista la convicción personal de la validez de los factores inconscientes y a desensibilizarlo relativamente en aquellas partes donde sus propios problemas podrían deformar su juicio (Yildiz, 2010).

OBJETIVOS Y FINES DEL PSICOANÁLISIS La meta es que el paciente recupere su identidad y su lugar en el mundo; que se fortalezca de tal manera que pueda percibir su realidad y encontrar un lugar propio y cómodo en ella (Gold, 1990).

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El fin general del psicoanálisis es la disociación de las inhibiciones interiores para conseguir la personalidad autónoma, consciente de su deber y con la satisfacción de sus instintos sexuales. Sus medios consisten en aniquilar las apariencias. Destruye las ilusiones de la vida mostrando al hombre sus verdaderos deseos y las causas de sus acciones.

Fomenta con todo rigor el conocimiento de si mismo y la autocrítica (Pfister, 1954).

Los principales objetivos de la psicoterapia psicoanalítica pueden concretarse en los dos siguientes (Zaldivar, 1998):  Hacer consciente lo inconsciente, en palabras de Freud ―poner el yo donde antes predominaba el inconsciente‖.

Esto se logra en un proceso gradual que ocurre a lo largo de muchas sesiones analíticas, algunas de mayor tono emotivo que otras. Este esfuerzo continuo de autoexploración, a menudo se ve entorpecido por callejones sin salida, pistas falsas y un sin fin de defensas psicológicas urdidas por el paciente para evitar traer a la conciencia algunas verdades que ha guardado ocultas durante un periodo largo.  Fortalecer el Yo de modo que pueda enfrentar, en el presente, situaciones que antes resultaban traumáticas, sin necesidad de utilizar la represión. Esto libera energías que entonces pueden ser empleadas de modo constructivo.

Por su parte, Yildiz (2010), lo describe de la siguiente manera:  Hacer consciente lo inconsciente (fórmula topográfica).  Ampliar el territorio del Yo o más autonomía del Yo (fórmula estructural)  Conseguir la distinción entre Yo y objeto, es decir, salir de una relación simbiótica o fusional (fórmula objetal).

En términos generales, la meta del tratamiento psicoanalítico clásico es ayudar al paciente a pensar y conducirse en formas 176

más adaptativas por medio de una mayor comprensión de sí mismo.

La psicoterapia psicoanalítica busca modificar el comportamiento y, lo que es más importante, la estructura de personalidad del paciente mediante la utilización de la relación analista-analizando, a través del lenguaje verbal, y en un contexto específico en el cual se ubica esta relación (Yildiz, 2010).

El psicoanálisis penetra en el inconsciente. Esta es la gran herejía que no se le perdona. El conjunto de nuestros pensamientos, sentimientos y voluntad, dependen de condicionantes psíquicos inconscientes, y cuando el psicólogo experimental cree tener a la mano los factores causales se equivoca en la mayoría de los casos sin sospecharlo (Pfister, 1954).

La ―abundancia de observaciones significativas‖ a partir de las que Freud construyó el psicoanálisis consistían en casos clínicos. Hoy en día tendemos a pensar en el psicoanálisis básicamente como una técnica terapéutica, pero aunque, por supuesto Freud valoraba el éxito terapéutico, se había también propuesto que la psicología psicoanalítica se convirtiera en una ciencia. Por eso consideró las intervenciones de sus pacientes como datos científicos y las sesiones analíticas como un método de investigación científicamente válido. Sin duda, sus comentarios a Rosenzweig nos revelan que Freud consideraba la situación analítica como un método de investigación al mismo nivel que la experimentación. Para Freud el éxito terapéutico no era un fin en sí mismo, pero constituía una clara evidencia de que la Teoría psicoanalítica era cierta. Los psicoanalistas afirmaban que tan sólo aquéllos que habían sido psicoanalizados estaban capacitados para criticar su teoría, con lo que propició que los psicólogos académicos terminaran considerando al psicoanálisis más como un culto con sus propios ritos e iniciación que como una ciencia abierta a toda la comunidad científica (Hardy, 1998).

En teoría, cuando el paciente comprende las verdaderas razones (con frecuencias inconscientes) por las cuales se 177

siente o actúa en formas no adecuadas y comprende que estas razones ya no son válidas, entonces no tendrá que seguir conduciéndose de esta manera.

En el tratamiento psicoanalítico no es suficiente que el terapeuta realice una simple descripción del material inconsciente que pudiera constituir el origen de sus problemas.

El paciente ha de realizar estos descubrimientos por si mismo con la ayuda y guía del terapeuta. Idealmente este proceso de comprenderse a sí mismo, incluye el reconocimiento intelectual de los deseos íntimos y de los conflictos, una participación emocional en los descubrimientos acerca de uno mismo, y la búsqueda sistemática del modo como los factores inconscientes han determinado la conducta pasada y presente y han afectado las relaciones con los demás (Bernstein & Nietzel, 1995).

El desarrollo del proceso psicoanalítico implica una investigación en el que se busca el sentido del discurso y conducta del paciente. Lo que acontece en el ―aquí y ahora‖ de la sesión constituye el texto. Al desentrañarlo en el contexto de una interacción real, la historia del paciente se vuelve vivida, las escenas de interacción son reconocidas develándose la actuación de motivaciones semejantes a las que tuvieron vigencia en el pasado. Salen a la luz los verdaderos motivos de la conducta que habían sido reprimido por coacciones sociales.

La terapia procede como una ampliación de la conciencia que se opone nítidamente al antes necesario ―estrechamiento adaptativo‖. El procedimiento psicoanalítico consiste en proporcionar a los datos surgidos del paciente el sentido que tienen a partir de la conexión asociativa que establecen entre si. Se van forjando así, nexos de sentido que otorgan al discurso toral del paciente un significado diferente y alternativo, una configuración estructural que permite entenderlo como un todo integrado y no como una secuencia incomprensible de elementos dispersos (Rodríguez et al., 1990).

El objetivo primordial de una primera entrevista es la elaboración de un primer diagnóstico y si se ha logrado, la 178

formulación de la alianza terapéutica y el encuadre.

Hay que tener en cuenta que pueden requerirse varias entrevistas para lograr estos propósitos, y que el primer diagnóstico no es un dogma inmutable, sino que está sujeto a continuas reestructuraciones.

Estas entrevistas iniciales no constituyen necesariamente la terapia en sí misma.

La cita inicial previa a la entrevista, deberá establecerse directamente con la persona interesada, ya que con frecuencia se llama para pedir informes, o se tiene el deseo de ayudar a un familiar que muchas veces no está de acuerdo o va en contra de su voluntad. Asimismo, si es por medio de una llamada telefónica sólo deberán proporcionarse los datos referentes a los horarios disponibles en que ambos coincidan; la dirección del lugar en el que será el encuentro; nombre de ambas personas, de quién se trata y sus teléfonos para sostener un primer contacto y formular cita si fuera necesario.

No es conveniente abrir espacio para compartir más información, porque se puede incurrir en una consulta telefónica del malestar del sujeto y de manera automática renunciará a continuar el desarrollo del proceso, impedido por un efecto catártico superficial (Colín et al., 2009).

Para arribar al primer diagnóstico el entrevistador debe de ejercitar sus poderes de observación (hay que recordar que también se observa a sí mismo) tratando de registrar a todas las conductas significativas del entrevistado, observación que comienza ya con el primer contacto, como y porque fue solicitada la entrevista, si lo hizo el entrevistado o un familiar, etc. En términos de la ―teoría de la comunicación‖ estas conductas significativas se manifiestan a través de tres series: una serie auditiva- lingüística (las palabras), una serie auditiva paralingüística que comprende los elementos sonoros del lenguajes (tono de voz, modulación o su ausencia como en los silencios) y una serie no auditiva paralingüística (gestos y mímica). Del mismo modo la observación debe abarcar la interpretación de las tres series ya que es posible que haya discordancias entre ellas. Por ejemplo la verbalización puede 179

estar constituida por una expresión tal como ―no tengo ningún temor, vine muy tranquilo‖ a la vez que se manifiesta en un fumar compulsivo, temblores, tics, etc. (Zisman, S.f.)

AUTOEVALUACIÓN Nro. 12 Determinar Verdadero (V) o Falso (F) según corresponda: 1.

La psicoterapia es el conjunto de conocimientos, ( métodos y actitudes empleadas en el tratamiento de los trastornos y problemas de personalidad.

)

2.

La psicología conductista adquiría mucho auge en ( Europa y la gestáltica ejercía gran influencia en Norteamérica.

)

3.

El psicoanálisis en la clínica, es un instrumento magnífico ( para ayudar a los demás en todos los casos.

)

4.

Sólo un paciente fuertemente motivado podrá laborar de ( todo corazón y con perseverancia en la situación psicoanalítica.

)

5.

El método más efectivo de la formación como ( psicoterapeuta es la supervisión y aprender de la propia experiencia,

)

6.

El psicoanalista no debe guardarse conscientemente, de ( la tentación de querer desempeñar el papel de mentor.

)

180

Debe dar amplios consejos dado su formación.

7.

La mayoría de los estudiosos no concuerdan en que ( Freud fue el fundador de la psicoterapia tal como hoy la conocemos.

)

8.

La psicoterapia psicoanalítica no constituye un método ( aconsejable para absolutamente todos los pacientes que solicitan ayuda.

)

9.

El papel del psicoanalista aparentemente pasivo, es el de ( adoptar una actitud observadora, de escucha y comprensión, debe saber esperar y callarse, interviniendo solo en el momento preciso para brindar la interpretación conveniente.

)

10 Freud inventó su técnica de una manera intuitiva, previa ( a toda teorización, guiado por sus necesidades terapéuticas.

)

Responder: - El psicoanálisis puede entenderse de tres maneras distintas, estos aspectos son:

- ¿Qué propone Marcuse?

181

- Los principales objetivos de la psicoterapia psicoanalítica pueden concretarse en los siguientes:

- ¿Cuál es el objetivo de la primera entrevista?

- Al paciente le corresponde, durante el proceso analítico, enfrentar tres tareas fundamentales (Zaldivar, 1998): -

- ¿Qué no es psicoterapia?

182

Completar el siguiente crucigrama

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

11.

12.

13.

14.

Conjunto de conocimientos, métodos y actitudes empleadas en el tratamiento de los trastornos y problemas de personalidad Según el punto de vista convencional psicoterapia significa el tratamiento de la enfermedad …

El término psicoterapia se ha popularizado tanto, que ha ocasionado que muchas veces se le utilice de manera...

El padre del psicoanálisis inventó su técnica de una manera...., previa a toda teorización, guiado por sus necesidades terapéuticas.

La mayoría de los estudiosos concuerdan en que ...fue el fundador de la psicoterapia tal como hoy la conocemos.

El método psicoanalítico es el conjunto de técnicas que tienden a descubrir en cada sujeto su actividad …

El psicoanálisis puede entenderse de tres maneras distintas: como método, como …psicológica y como ideología.

En el malestar de la cultura” (1930), Freud analiza la situación del hombre moderno en la …

Muchos pacientes van a terapia con una actitud …

El psicoanalista debe guardarse conscientemente, de la tentación de querer desempeñar el papel de …

La meta es que el paciente recupere su identidad y su lugar en el …

El ….ha de realizar estos descubrimientos por si mismo con la ayuda y guía del terapeuta Las entrevistas iniciales ...constituyen necesariamente la terapia en sí misma.

Escribió: “Cosas que se ven desde el cielo”.

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---------------------------------------------------------------------MODELOS PSICODINÀMICOS

---------------------------------------------------------------------¡Actúa en vez de suplicar.

Sacrifícate sin esperanza de gloria ni recompensa!

Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes.

Sólo así podrá cumplirse tu peculiar destino.

Ludwig van Beethoven (1770-1827) Compositor y músico alemán.

Las raíces del modelo psicodinámico se encuentran como es de esperar en las obras de Sigmund Freud, a finales del siglo XIX, pero se ha ampliado tanto que incluye las ideas de los pensadores que han revisado los conceptos de Freud e incluso aquellos que las han rechazado (Bernstein & Nietzel, 1995) 15.

Los modelos psicodinámicos comprenden un conjunto de enfoques cuyo marco conceptual básico es la teoría psicoanalítica, aunque sus prácticas puedan no ajustarse estrictamente a la del psicoanálisis clásico.

Pueden distinguirse tres niveles (Lo Bianco & Merle, 2006):  Psicoanálisis propiamente dicho.  Terapias psicodinámicas  Terapias de apoyo psicodinámicas

15

Existe una gran confusión en el público general sobre cuál es la diferencia entre un psiquiatra, un psicólogo, un psicoterapeuta, y un psicoanalista. La percepción popular es que los cuatro son más o menos lo mismo, y que además todos usan un diván en sus consultas para poder “analizar” a sus pacientes. En realidad, la mayoría de los psiquiatras saben muy poco, o nada, de psicoanálisis o de analizar a alguien, hay psicólogos que no atienden pacientes dado su campo de acción profesional, psicoterapeutas que no creen en el psicoanálisis (Euba, 2011).

184

Psicoanálisis

Terapias psicodinámicas

Terapias de apoyo psicodinámicas

Objetivos

Cambio estructural de la personalidad.

Integración total del conflicto al yo consciente

Reorganización parcial de la personalidad en contexto de cambios sintomáticos.

Mejora sintomática a partir de mejor equilibrio adaptativo en la relación impulso/ defensa.

Técnicas

Resolución de la neurosis de transferencia (reedición de los conflictos primarios del paciente en el vínculo con el terapeuta) por medio de la interpretación.

Neutralidad del analista (equidistancia del terapeuta respecto de todas las instancias que intervienen en el conflicto del paciente).

Atención a las ―relaciones objetales‖ (modalidades prototípicas de vinculación).

Menor uso de la interpretación y mayor uso de la confrontación y la clarificación

Preponderante empleo de la confrontación y la clarificación.

Escaso uso de la interpretación. Énfasis en el conflicto actual.

En una terapia de orientación psicoanalítica, el tratamiento y las ideas sobre las que se fundamenta pueden llegar a alejarse de manera contundente de los procedimientos y principios de la teoría freudiana clásica, si bien la terapia está profundamente enraizada en conceptos psicoanalíticos. Tanto es así que muchos terapeutas de orientación psicoanalítica realizan sesiones con menos frecuencia (una por semana) y se sientan colocándose frente al paciente en vez de quedarse fuera de su vista (a sus espaldas o al costado). De manera similar, la 185

actitud relativamente pasiva del analista (que suele limitarse a escuchar las ―asociaciones libres‖ de su paciente y casi nunca ofrece ―interpretaciones‖), se reemplaza por un estilo de conversación activo, en el que el terapeuta intenta clarificar las distorsiones y las lagunas de la construcción que su paciente hace sobre el origen y las consecuencias de sus problemas, por lo que se enfrenta de manera directa a las ―defensas‖ de su paciente, a medida que se presentan. Suele aceptarse que esta estrategia más directa abrevia en gran medida la duración del tratamiento (Butcher, et al. 2007).

El modelo freudiano psicodinámico se basó en un número reducido de principios fundamentales. Uno de esos es el de determinismo psíquico, una creencia acerca de que la conducta no ocurre al azar, sino de acuerdo con causas identificables que en algunas ocasiones son manifiestas y en otras se ocultan tanto de la vista de los observadores externos como del mismo individuo que se comporta de una manera determinada. Desde esta perspectiva, la mayoría si no todas las conductas (hasta los ―accidentes‖) se consideran significativas ya que pueden proporcionar pistas para los conflictos y motivaciones latentes (Freud, 1914 citado por Bernstein & Nietzel, 1995).

De esta forma la lectura de la palabra ―seno‖ cuando en realidad dice ―sano‖, el olvido del nombre de un pariente, o la pérdida de un libro prestado, se pueden interpretar como la expresión de sentimientos, deseos, miedos y/o impulsos que pueden estar fuera de la conciencia.

Básicamente las cosas han cambiado mucho desde Freud.

Hoy en día, cuatro postulados definen la teoría psicodinámica: el que estos principios sean contemporáneos, en oposición a lo clásicamente freudiano es importante por dos razones.

Primera: El pensamiento psicodinámico ha tenido tiempo de someter a prueba las propuestas iluminadas de Freud para ver que postulados se sostienen ante las pruebas objetivas del tiempo y de la evaluación empírica y cuáles no. Segunda: la mayoría de los lectores estarán más familiarizados con el psicoanálisis clásico freudiano, de lo que plantea la teoría psicodinámica contemporánea, hecho que hace necesario repasar los siguientes postulados esenciales (Wester, 1998 186

citado por Marshall, 2010):  El inconsciente: gran parte de la vida mental es inconsciente. Es posible que las personas se comporten de manera inexplicable incluso para sí mismas.  Psicodinámica: Los procesos mentales operan en paralelo entre sí.  Desarrollo el yo: El desarrollo sano implica pasar de una personalidad inmadura, socialmente dependiente, a una más madura e independiente con los demás.  Teoría de las relaciones objetales: Las representaciones mentales del yo y de los otros que se forman durante la infancia guían las motivaciones y las relaciones sociales posteriores de la persona.

Asimismo la variante más novedosa dentro del psicoanálisis actual es la llamada perspectiva relacional. El método terapéutico básico del psicoanálisis clásico se basa en tres procesos fundamentales: La asociación libre, el análisis de los fenómenos de transferencia y contratransferencia y el análisis de la resistencia. Tales análisis se acompañan de unos elementos de encuadre o reglas de trabajo para el paciente (regla básica de la asociación libre) y el terapeuta (regla de abstinencia y de la atención flotante). Ahora bien, el psicoanálisis relacional de ímpetu actual viene a cuestionar todo lo anterior en mayor o menor medida. Postula la importancia de la relación que se establece aquí y ahora en la sesión terapéutica es un producto de la historia y espontaneidad de ambos contribuyentes. Plantean que la neutralidad absoluta del terapeuta es imposible, y que la contratransferencia debe ser considerada para la buena marcha del proceso de la terapia. La transferencia, la contratransferencia y la resistencia son fenómenos co-creados del terapeuta y paciente; y el terapeuta debe preguntarse siempre cómo ha contribuido desde su perspectiva e historia personal a los mismos. Además retoman una relectura de Freud desde la clínica frente al de la teoría, y le presentan como mucho más activo en las sesiones que como se presupone. Defienden que el psicoanálisis debe estar abierto a otras disciplinas como las neurociencias y la psicología cognitiva. Argumentan que la 187

interpretación de la transferencia no es el factor terapéutico fundamental sino la relación entre el psicoanalista y el paciente, siendo este una especie de objeto bueno. El paciente no solo puede presentar un problema conflictivo sino también uno deficitario o pragmático que requiere de intervenciones diferentes más activas (como defendieran Ferenczi, Fairbairn o Winnicot).

Así, distinguen entre la transferencia de conflicto (inconsciente, reprimida e interpretable) y la transferencia de déficit (que representan necesidades dirigidas a objetos) que requieren intervenciones y puestas en escena por parte de ambos contribuyentes y que se formulan teóricamente introduciendo conceptos nuevos como el de inconsciente procedimental versus el declarativo, etc. Se cuestiona fuertemente la concepción pulsional tradicional donde los deseos inconscientes endógenos se repiten en las relaciones, minimizando el papel de la realidad que suele aparecer como limitante del deseo inconsciente. En cambio, desde el psicoanálisis relacional los deseos inconscientes derivan de relaciones reales. La realidad está presente en la relación del sujeto con su entorno, de hecho de esa relación derivan todos los fenómenos psíquicos. El self social donde lo afectivo-relacional es lo central y no lo pulsional (Ruíz, 2013).

188

---------------------------------------------------------------------ENCUADRE

---------------------------------------------------------------------El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.

Winston Churchill (1874-1965) Político británico.

El encuadre o ―setting‖ se refiere al conjunto de normas y habitualidades que configuran la relación analista-paciente, en el contexto de la terapia: además, y esencialmente, se relaciona con la actitud psicoanalítica, consistentemente receptiva, favorecedora de la comprensión, desprovisto en lo posible de juicios peyorativos de valor. El encuadre permite obtener que la situación analítica tenga características cuasi experimentales para el estudio de cómo piensa y siente el ser humano. En las sesiones analíticas se busca (Yildiz, 2010):  Colocar al analizando en condiciones operativas constantes.  Favorecer el relajamiento de las actitudes de control.  Asegurar el mantenimiento de las capacidades de observación del Yo.  Evitar que el analizando encuentre en el tratamiento satisfacciones sustitutivas de las que consigue en el uso de los mecanismos de defensa.

Cuando se habla de encuadre, se hace referencia a un conjunto de ―reglas de juego‖ por medio de las cuales el entrevistador convierte en constantes un cúmulo de variables de la situación propia de intervención. Este aspecto invariante resulta imprescindible para la comprensión de los aspectos cambiantes o dinámicos del proceso, 189

constituidos por lo que aporta el entrevistado. La implantación de estas normas además de permitir estabilizar la situación, proporciona una rica información a través del uso que el entrevistado hace de ellas, por ejemplo: cumplimiento o no del horario establecido, intentos de sacar al entrevistador de su rol, etc., por otra parte, cuando es el profesional quien se ve obligado a modificar en algo las pautas, debe tener en cuenta que ha introducido en la relación una variable cuyos efectos debe observar. Estos parámetros tienen que funcionar desde la primera entrevista y a lo largo de todo el trabajo con el paciente.

Por lo tanto la formulación del contrato incluye la explicación de cada detalle: honorarios, horarios, duración de cada encuentro y frecuencia semanal, fechas de finalización en los casos que así lo requieran (psicoterapias breves, psicodiagnósticos, orientación vocacional, etc), periodo de vacaciones del entrevistador si quedara comprendido temporalmente en el proceso, lugar en el que se llevará a cabo la tarea, y obligación por parte del profesional de guardar el secreto que le será comunicado. Solo respetando el encuadre, el psicólogo podrá llevar a cabo su actividad con rigor similar al del método experimental (Zisman, S.F.).

Si nos distanciamos un poco de la visión del encuadre como un conjunto de reglas o convenciones derivadas de tradiciones teóricas y necesidades institucionales, podemos detectar ciertos ejes estructurales que lo organizan: a) la distancia 190

intersubjetiva entre el analista y el analizando (la dimensión cerca vs. lejos); b) las fronteras de la situación analítica (dentro vs. fuera); c) la temporalidad psíquica (aquí y ahora vs. allá y entonces); d) los límites éticos del analista (adhesión a lo normativo rígido vs. interpretación flexible); y e) el metaencuadre o la influencia del contexto social y cultural en el que el encuadre se da (Ávila, 2001).

Lo que el paciente capta implícitamente, sobre todo, es que hay alguien allí, junto a él, que, a pesar de la dificultad, está intentando entender y es esta actitud mental, que también se ha denominado encuadre interno del terapeuta, la que se convierte en el elemento básico de contención y de esperanza recobrada. El encuadre interno depende de factores psíquicos del terapeuta y es, por lo tanto, difícilmente mensurable. Se halla en relación directa con el dispositivo interno que permite conectar con el inconsciente propio y con el del paciente y está al servicio de la contención y elaboración de aquello que acaece en la sesión. Algunas de las propiedades descritas del encuadre interno serían la escucha atenta a los mensajes interiores y los sentimientos contratransferenciales (por tanto la permeabilidad a los mensajes inconscientes), la libertad creativa, la espontaneidad y el uso de la intuición (Hernández, 2009).

AUTOEVALUACIÓN Nro 13  ¿Qué es el encuadre?

 ¿Cómo la subjetividad del paciente puede influir en el proceso terapéutico?

191

 En las sesiones analíticas se busca (Yildiz, 2010):

 Explicar los ejes estructurales que organizan el encuadre.

 Establecer que diferencia existe entre psicoanálisis, terapias psicodinámicas y terapias de apoyo psicodinámicas

192

---------------------------------------------------------------------ALIANZA TERAPÉUTICA

---------------------------------------------------------------------¿Por qué, en general, se rehúye la soledad?

Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos.

Carlo Dossi (1849-1910) Escritor italiano.

La situación analítica se ha definido como una particular relación entre dos personas que se atienen a ciertas reglas de comportamiento para realizar una tarea determinada que destaca dos papeles bien definidos, de analizado y analista. La tarea que estas dos personas se proponen consiste en la exploración del inconsciente de una de ellas con la participación técnica del otro. Los dos miembros de la pareja analítica están ligados complementariamente y ninguno de los dos puede ser entendido sin el otro (Etchegoyen, 1988) .

El análisis comienza con el establecimiento de un acuerdo que se denomina alianza terapéutica, pacto o contrato de trabajo, que supone un pacto entre el analista y los núcleos más sanos del paciente (Yildiz, 2010).

Fenichel llama a la alianza terapéutica ―transferencia racional‖, en tanto que Zetzel habla de ―pacto de tratamiento‖. Stone habla de una transferencia madura y Greenson de una ―alianza de trabajo‖ (Ticho & Ticho, 1972).

La alianza terapéutica se refiere al conjunto de condiciones explícitas e implícitamente consensuadas entre el terapeuta y el paciente que favorecen el avance de un tratamiento. Dentro de ella, la naturaleza y la dinámica del vínculo cumplen una función central y la mayor productividad se logra cuando se mantiene en un nivel positivo. Sin embargo la irrupción de fases negativas es inevitable y parte importante de la terapia consiste en trabajar constructivamente esos momentos (Lo Bianco & Merle, 2006).

La alianza terapéutica es la relación relativamente libre de conflicto, aneurótica del paciente con el analista, esto es, una colaboración de iguales, de partícipes en una tarea en cuya 193

realización trabajan en común. La neurosis de transferencia, en cambio, es una relación infantil de dependencia (Ticho & Ticho, 1972).

En el contexto de este pacto, se plantean al paciente las condiciones en las que se llevará a cabo el trabajo, que constituyen apenas las reglas para iniciar el análisis. Estos factores comprenden, entre otros, el horario de trabajo, el pago de honorarios, por supuesto, la regla de la asociación libre, que constituye la piedra fundamental de la labor analítica. El horario, que suele ser de cuatro sesiones a la semana en condiciones ideales, tiene importancia porque proporciona una estabilidad básica de trabajo y una frecuencia suficiente de encuentros por semana que facilita la transferencia (Yildiz, 2010).

Un problema fundamental en la estructuración del contrato original es la cuestión del dinero en cuanto a los dividendos a cobrar. El análisis no funcionará bien si el paciente paga menos de lo que razonablemente puede pagar. Tiene que ser un sacrificio real para él y para nadie más. Algunas veces es inevitable que otra persona se sacrifiquen también, como una esposa o un padre para que se pueda costear el tratamiento. Si para el paciente el problema del dinero es algo serio, el psicoanálisis no es el tratamiento indicado. El pago de sesiones debe ser considerado por el paciente como una inversión de capital no como un mero gasto. Con un sistema estricto de pago, el paciente no estará tentado a poner a prueba la paciencia del analista ni a castrarlo, ni a eludir la sesión para evitar el material difícil, ni de permanecer en cama y estar infantilmente al cuidado de la familia por un resfrío menor.

Conozco a un paciente que terminó con un analista que tenía un sistema de pago poco exigente porque era muy fácil cancelar sus citas por teléfono, el paciente le perdió totalmente el respeto a este bondadoso y razonable analista. El análisis debe implicar sacrificio, si no es así, se vuelve algo indiferente en la vida del paciente. En la mente a un nivel de inconsciente colectivo está arraigada profundamente la idea de que lo barato es de poco valor y que lo caro es valioso. Una cuota bastante alta le hace difícil caer al paciente en una actitud pasiva, dependiente, infantil y desprotegida. Por otro lado 194

centrándonos en el psicoanalista una cuota demasiado baja o una actitud muy permisiva en los pagos será poco motivante para el trabajo con el paciente, puede ser muy bien el origen de una actitud de agresión directa o indirecta, pasiva o activa contra los pacientes, cosa que reduce la posibilidad de éxito de la terapia (Menninger, 1960, pág. 64-66).

Se le debe explicar al paciente que el éxito de la terapia depende en gran medida de la habilidad por parte de él para trabajar en alianza con el terapeuta, Para no hacerlo sentir agobiado se debe añadir que su trabajo principal es hablar solamente, y que el trabajo del terapeuta es guiarlo, tratando de entender o facilitar el resto del proceso (Bellak & Siegel, 1986).

Bordin (1979, citado por González, 2005) definió la alianza terapéutica como el elemento relacional de carácter activo propio de todas aquellas relaciones que pretenden inducir un cambio. Su formalización incluye la presencia de tres componentes o dimensiones: 1. El vínculo abarca una compleja red de nexos personales

positivos entre paciente y terapeuta, cuya calidad determina el tono emocional que el paciente tiene del terapeuta y que incluye aspectos tales como la empatía, la confianza mutua y la aceptación. Conviene aclarar que un concepto relacionado con el vnculo es el de rapport, entendido éste último como el grado de contacto afectivo entre paciente y terapeuta.

2. Acuerdo entre paciente y terapeuta respecto a los

objetivos de la psicoterapia, es decir, el mutuo consentimiento acerca de qué es lo que se pretende lograr con la intervención psicoterapéutica.

3. Acuerdo entre paciente y terapeuta respecto a las tareas

o actividades a realizar, intrínsecamente relacionadas con la psicoterapia que se esté llevando a cabo. Hace referencia al acuerdo acerca de los medios adecuados para alcanzar los objetivos propuestos, por lo que una relación terapéutica que esté funcionando bien se caracteriza por el hecho de que: a) tanto paciente como 195

terapeuta perciben la importancia y relevancia de estas tareas y b) cada uno de ellos está dispuesto a aceptar la responsabilidad de la realización de las mismas.

La Escala de Negociación de Alianza (Alliance Negociation Scale, ANS; Doran et al., 2012), es una escala de tipo Likert de 7 puntos, integrada por 12 ítems que exploran la forma en que paciente y terapeuta negocian la Alianza Terapéutica.

1. Si estoy frustrado con mi terapeuta me siento cómodo/a expresándolo  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

2. Siento que puedo estar en desacuerdo con mi terapeuta sin dañar nuestra relación  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

3. Mi terapeuta me alienta a expresar cualquier preocupación que yo tenga sobre el progreso de nuestra terapia  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

4. Mi terapeuta y yo tenemos dificultades en encontrar una solución cuando estamos en desacuerdo acerca de lo que deberíamos estar trabajando en terapia  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.

196

    

De acuerdo.

Ni de acuerdo ni en desacuerdo.

En desacuerdo.

Bastante en desacuerdo.

Totalmente en desacuerdo.

5. Mi terapeuta es inflexible y no toma en consideración mis deseos o necesidades  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

6. Si me desilusiono con mi terapeuta puedo expresarlo con comodidad  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

7. Mi terapeuta me alienta a expresar cualquier enojo que sienta hacia él/ella en el curso de la terapia.  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

8. Siento que mi opinión no tiene influencia en lo que hacemos en la terapia  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.

197

 Totalmente en desacuerdo.

9. Siento que mi terapeuta me indica qué hacer, sin tener demasiado en cuenta mis deseos o necesidades  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

10. Hago de cuenta que estoy de acuerdo con los objetivos terapéuticos de mi terapeuta para que la sesión fluya.  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

11. Mi terapeuta es rígido/a en sus ideas respecto a lo que hacemos en terapia.  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

12. Mi terapeuta es capaz de admitir qué está equivocado/a sobre algo en lo que estamos en desacuerdo.  Totalmente de acuerdo.  Bastante de acuerdo.  De acuerdo.  Ni de acuerdo ni en desacuerdo.  En desacuerdo.  Bastante en desacuerdo.  Totalmente en desacuerdo.

198

INVENTARIO DE ALIANZA DE TRABAJO EN SU VERSIÓN DE OBSERVADOR WAI-O-A (WAIZMANN, VANINA; ROUSSOS, ANDRÉS) Contestar según corresponda:

5. Hay buen entendimiento entre cliente y terapeuta.

a. Nunca b. Rara vez

a. b. c. d.

c. Ocasionalmente

6. Hay una percepción compartida sobre las metas del cliente en la terapia.

d. A veces e. A menudo

a. b. c. d.

f. Muy a menudo

1. Hay cierto disconfort en la relación

a. b. c. d.

e. f. g.

a. b. c. d.

e. f. g.

e. f. g.

9. Hay necesidad de clarificar el propósito de las sesiones.

3. Hay preocupación con relación a los resultados de las sesiones.

a. b. c. d.

e. f. g.

10. Hay descuerdo en cuanto a las metas de la sesión.

a. b. c. d. e. f. g.

4. Hay acuerdo sobre la utilidad de la actividad actual en la terapia (por ejemplo el cliente está viendo nuevas maneras de observar su problema). a. b. c. d.

e. f. g.

8. El cliente y el terapeuta se agradan mutuamente.

2. Hay acuerdo en relación a los pasos realizados para mejorar la situación del cliente. a. b. c. d.

e. f. g.

7. Se presenta cierta confusión entre el cliente y el terapeuta sobre lo que están haciendo en la terapia.

g. Siempre

a. b. c. d.

e. f. g.

a. b. c. d.

e. f. g.

11. Se percibe que el tiempo de la terapia no se está aprovechando de manera eficiente.

e. f. g.

a. b. c. d.

199

e. f. g.

12. Se presentan dudas o falta de entendimiento sobre lo que los participantes intentan lograr en la terapia. a. b. c. d.

18. Hay claridad en lo que el terapeuta quiere que haga el cliente. a. b. c. d.

e. f. g.

19. El cliente y el terapeuta se respetan mutuamente.

13. Existe un desacuerdo sobre las responsabilidades del cliente en la terapia. a. b. c. d.

a. b. c. d.

a. b. c. d.

21. El cliente tiene confianza en la habilidad del terapeuta para ayudarlo a. b. c. d.

e. f. g.

a. b. c. d.

e. f. g.

23. El cliente siente que el terapeuta lo aprecia como persona. a. b. c. d.

e. f. g.

e. f. g.

24. Hay acuerdo en lo que es importante que trabaje el cliente.

17. El cliente es consciente de la genuina preocupación del terapeuta por su bienestar. a. b. c. d.

e. f. g.

22. El cliente y el terapeuta se encuentran trabajando en metas mutuamente acordadas.

16. Hay acuerdo entre paciente y terapeuta en que lo que están realizando en la terapia será de ayuda para que el cliente logre los cambios que quiere. a. b. c. d.

e. f. g.

e. f. g.

15. Se percibe que lo que el cliente y el terapeuta están haciendo en la terapia no se relaciona con las preocupaciones actuales del cliente. a. b. c. d.

e. f. g.

20. El cliente siente que el terapeuta no es totalmente honesto en sus sentimientos hacia él/ella.

e. f. g.

14. Hay una percepción mutua de que las metas de la sesión son importantes para el cliente. a. b. c. d.

e. f. g.

a. b. c. d.

e. f. g.

e. f. g.

25. Como resultado de estas sesiones hay claridad sobre 200

cómo es posible que cambie el cliente. a. b. c. d.

31. El cliente está frustrado con lo que se le pide que haga en la terapia.

e. f. g.

a. b. c. d.

26. Hay confianza mutua entre cliente y terapeuta. a. b. c. d.

32. El cliente y el terapeuta han establecido un buen entendimiento de los cambios que serían buenos para el cliente.

e. f. g.

27. El cliente y el terapeuta tienen ideas diferentes acerca de cuáles son los verdaderos problemas del cliente. a. b. c. d.

a. b. c. d.

a. b. c. d.

e. f. g.

34. El cliente no sabe que esperar como resultado de la psicoterapia.

a. b. c. d. e. f. g.

29. El cliente teme que si dice o hace cosas incorrectas, el terapeuta dejará de trabajar con él/ella.

a. b. c. d.

e. f. g.

35. El cliente cree que la manera en que se está trabajando con su problema es correcta.

e. f. g.

30. Tanto el cliente como el terapeuta colaboran en establecer las metas para la sesión. a. b. c. d.

e. f. g.

33. El cliente no encuentra el sentido del proceso terapéutico.

e. f. g.

28. Tanto el cliente cono el terapeuta ven a su relación como algo importante para el cliente.

a. b. c. d.

e. f. g.

a. b. c. d.

e. f. g.

36. El cliente siente que el terapeuta lo respeta y se preocupa por él incluso cuando hace cosas que el terapeuta no aprueba.

e. f. g.

a.

201

b.

c.

d.

e.

f.

g.

AUTOEVALUACIÓN Nro. 14

¿Qué implicancias tiene el pago de honorarios en el proceso de la psicoterapia?

¿Que es la alianza terapéutica?

¿Qué es la situación analítica?

¿Qué opinión le merece las escalas presentadas?

Realice un ejemplo de alianza terapéutica (próxima clase).

202

---------------------------------------------------------------------LA TRANSFERENCIA Y LA CONTRATRANSFERENCIA

---------------------------------------------------------------------Lo malo del amigo es que nos dice las cosas desagradables a la cara; el enemigo las dice a nuestras espaldas y como no nos enteramos, nada ocurre.

Alfred de Musset (1810-1857) Poeta francés.

Lo más importante de todo tratamiento es el ambiente afectivo en el que se produce. Freud descubrió muy pronto que las entrevistas terapéuticas no se realizaban como un intercambio meramente intelectual, sino que el paciente, desde el comienzo de la cura, se sentía ligado al psicoanalista por sentimientos positivos (admiración, amor, dependencia) o negativos (hostilidad, agresión, odio), sentimientos que no estaban justificados por la situación real. Descubrió también que lo que ocurría era que los sentimientos eran transferidos. El enfermo veía en su psicoanalista a su padre, su madre o cualquier otra figura emocionalmente importante de su pasado y le transfería los sentimientos que había experimentado hacia esas figuras, de transcendente significado afectivo en su biografía. El psicoanalista debía pues ―manejar‖ esa transferencia, usarla con propósitos terapéuticos y evitar que se convirtiera en una resistencia más (Seguín, 2007).

La psicoterapia psicoanalítica, concede un valor crucial a la relación entre analista y persona analizada. Freud denominó transferencia a la totalidad de los fenómenos psicológicos que atañen tanto al paciente como al analista, y que derivan de las relaciones que el primero mantuvo con sus padres16 (Lo Bianco & Merle, 2006).

Jung en su obra La Psicología de la Transferencia, refiere que En general se puede afirmar que un niño nunca tiene una madre, tiene “una mamá- papá”. Jamás tiene un papá, tiene un “papá- mamá”. La palabra padre aparece muy tarde, con la acepción que los adultos le damos. No llega sino después del Edipo, con la comprensión del papel genitor de cada uno. Pero antes, un papá es relativo a una mamá, y una mamá a un papá. Por lo tanto al perder a su marido, la madre se convierte en una mujer que ha sido su genitora, que cría a su hijo, pero que se ha comido al padre (Dolto, 1984).

16

203

el fenómeno que Freud designó con el nombre de ―transferencia‖ constituye, a menudo, un delicado problema para todo aquel que conoce por experiencia personal la práctica psicoterapéutica; además que no es exagerado afirmar que todos los casos que requieran un tratamiento prolongado gravitan en torno a la transferencia y parece, al menos, que el éxito y o el fracaso del tratamiento tiene una íntima relación con ella. Jung posteriormente señala que la importancia de la transferencia es relativa.

La relación del paciente con el terapeuta y los sentimientos del paciente hacia él, es lo que se denomina transferencia. La contratransferencia son los sentimientos surgidos en el terapeuta hacia el paciente.

El término transferencia designa el conjunto de sentimientos, impulsos y reacciones que el paciente experimenta hacia el psicoanalista y que no responde a la realidad de sus relaciones personales con él, sino que son debidos a que el analizado ha desplazado o transferido al analista los sentimientos, fantasías, etc., que en su infancia experimentó frente a los primeros objetos (sujetos) con los que se relacionó.

Todo el estudio psicoanalítico se basa en el psicoanálisis como el conocimiento e interpretación de la transferencia (De la Hoz et al., 1986).

La transferencia es además un concepto que designa el proceso psicológico a través del cual una persona inconscientemente transfiere y reactiva, en sus relaciones interpersonales y sociales nuevas, sus antiguos sentimientos, afectos, expectativas o deseos infantiles reprimidos o no resueltos. Se trata de afectos que pueden haber estado orientados originariamente hacia los padres, los hermanos, maestros u otras personas significativas en la infancia y que en la vida adulta mantienen su presencia y su efectividad psíquica, siendo por tanto posible transferirlos a relaciones actuales (Morga, 2012) .

Según Laplanche y Pontalis, 1968, (citados por Ruiz, 2013) la transferencia solo tiene sentido en la cura psicoanalítica y se define como una repetición de prototipos infantiles donde los 204

deseos inconscientes se actualizan sobre ciertas relaciones objétales. Así desde la perspectiva clásica hay una transferencia positiva débil donde se movilizan sentimientos amistosos y afectuosos del paciente hacia el terapeuta y una transferencia positiva erotizada que en la práctica se muestra como negativa, ya que es sinónimo de resistencia, en cuanto detiene el trabajo asociativo del analizado. La transferencia propiamente negativa se caracteriza por la expresión de sentimientos hostiles y de enojo hacia el psicoanalista.

La transferencia negativa comprende el odio y la agresiva (enojo, disgusto, rabia o desprecio por el analista). La transferencia positiva comprende el respeto, el gusto, el cariño, la confianza, el amor al prójimo hacia el terapeuta o eventualmente el amor pasión. La transferencia negativa tiene el significado de resistencia, debido a que tiende a presentarse cuando el paciente se acerca a un momento de introspección (Yildiz, 2010).

La transferencia positiva se presenta de las siguientes maneras (Reich, 1957): - Transferencia positiva reactiva. En este caso, el paciente compensa un odio transferido, mediante manifestaciones de aparente amor. El antecedente es aquí una transferencia negativa latente. Si interpretamos las resistencias resultantes de este tipo de transferencia como la expresión de una relación de amor, pasaremos por alto la transferencia negativa oculta tras ella y correremos el peligro de dejar intacto el núcleo central del carácter neurótico.

- Sometimiento al analista, resultante de un sentimiento de culpa o de masoquismo moral, tras el cual no se oculta sino un odio reprimido y compensado.

- La transferencia de deseos narcisistas, de la esperanza narcisista de que el analista amará o admirará al paciente.

Ningún otro tipo de transferencia se derrumba con más rapidez que ésta, ninguna otra se transforma con más facilidad en amarga decepción y en odiosa herida narcisista.

205

Si interpretamos este tipo de transferencia como positiva ("Usted me quiere"), habremos cometido también aquí un serio error. Pues el paciente no quiere en manera alguna: quiere que le quieran y pierde interés en cuanto comprende que sus deseos no pueden ser satisfechos. Por supuesto, hay impulsos libidinales vinculados con este tipo de transferencia, pero no pueden crear una transferencia positiva eficaz debido a su acentuado componente narcisista, tal como sucede en el caso de las demandas orales.

El instrumento de trabajo psicoanalítico por excelencia es el análisis de la relación transferencial y contratransferencial con el paciente. Es decir, a partir de la comprensión del vínculo que se establece entre paciente y analista, se accede al mundo de representaciones internas y modelos de interacción introyectados en el paciente (Rodríguez et al., 1990).

La transferencia se desarrolla en dos niveles. El primer nivel abarca los sentimientos conscientes, más o menos obvios y reales como cuando el paciente expresa su gratitud por la ayuda del terapeuta o respeto por su sabiduría. A este nivel hay una alianza terapéutica, que facilita el proceso de la terapia. Sin embargo en el otro nivel, el nivel del inconsciente, se piensa que la relación de transferencia contiene actitudes y reacciones en relación directa con los conflictos inconscientes intrapsíquicos, muchos de los cuales pertenecen a la niñez y constituyen la fase fundamental de los problemas actuales. Así puede suceder que el paciente tenga reacciones o sentimientos positivos (y negativos) hacia el analista que no tengan que ver con las características reales de él o de su conducta, sino que reflejan el modo como el paciente se relacionaba con las personas importantes en su pasado (Bernstein & Nietzel, 1995).

Este supuesto se basa en la idea de Sigmund Freud de que el factor tiempo no existe en el inconsciente. Los conflictos inconscientes aún los más tempranos e infantiles, estarán activos, a menos de que se trabaje en ellos. El analista se encuentra en una posición de estatus en relación con el paciente que acude a él con alguna problemática, esto hace 206

que identifique al psicoanalista como una autoridad e inmediatamente surjan imágenes de la figura materna o paterna. El paciente puede ver al terapeuta como un padre cariñoso o como un padre vengativo, dado que el analista asume una especie de actitud incógnita analítica, revelando poco o casi nada de si mismo, siendo una especie de pantalla de las propias impresiones del evaluado.

La transferencia y la contratransferencia son, sin tener en cuenta el significado específico que ha adquirido en el psicoanálisis, son fenómenos normales de las relaciones interhumanas cotidianas (Kemper, 1972).

La transferencia en el tratamiento psicoanalítico implica (Yildiz, 2010):  El relato del paciente deja de ser tal para convertirse en una realidad viviente.  Una constante reviviscencia de fenómenos infantiles y de experiencias que el paciente vive y actúa en el afuera, pero que al condensarse ahora en el campo, pueden observarse con vigor y precisión. La transferencia no permite viajar al pasado; da lugar, sin embargo, a que este pasado pueda traerse al presente, ser sentido, estudiado, reflexionado y, por lo tanto, metabolizado.  Los cambios registrados mediante la auscultación cuidadosa de la transferencia-contratransferencia implican, necesariamente, modificaciones del paciente en su vida común y corriente.

La transferencia es un concepto amplio, un fenómeno complejo que gira simultáneamente en torno a dos situaciones paradójicas; por una parte representa el terreno privilegiado para la labor analítica, porque al actualizar las modalidades vinculares prototípicas, las pone en evidencia. Pero por otro, le ofrece puntos de amarre a las resistencias del paciente (Lo Bianco & Merle, 2006).

207

La transferencia aplicada a la entrevista psicoanalítica habla de la energía libidinal que el entrevistado desplaza y coloca como proyección en el entrevistador. Esta configuración relacional que efectúa el sujeto de su historia y sus puntos conflictivos, actualizándolo en el aquí y ahora con su probable psicoterapeuta o analista, le permite brindar al entrevistador los puntos por tomar en consideración para valorar si este sujeto puede ser candidato a una intervención terapéutica de corte psicoanalítico o no, ya que si el sujeto es capaz de expresarse libremente, organizando su motivo de consulta en un origen, un punto crucial y un desencadenamiento de su problemática actual, entonces durante la transferencia se valora si es capaz de recibir una retroalimentación en forma de señalamiento o de interpretación que nos indique la posibilidad de cambio, una vez iniciado el proceso terapéutico. Las formas en las que ha tratado por sí mismo o con otras alternativas de solucionar su molestia o problema, llegando a la conclusión de que la psicoterapia psicoanalítica es una alternativa viable para él (Colín et al., 2009).

Asimismo, muchos son los indicios que pueden sugerir la presencia de elementos contratransferenciales inadecuados o perturbadores. Los principales son (Yildiz, 2010):  Preocupación persistente durante o después de las horas de terapia con un paciente.  Halagar al consultante por temor a perderlo.  Descuido en los convenios sobre aspectos económicos y de tiempo; lo mismo que el temor a hablar de los aumentos en los honorarios.  Olvido de la cita con un paciente, llegar tarde a ella, o prolongar repetidamente y sin motivo especial la hora de la sesión.  Experimentar repetidamente agresivos

sentimientos eróticos o

 Fomentar la dependencia continuada.

208

 Perturbarse por las sensaciones o reproches de un paciente.  Deseos de que se presenten situaciones que dificulten por parte de un paciente la continuación del tratamiento o la asistencia a una o más citas.  Aparición de indicios de fastidio o de sentimientos de antipatía respecto a un paciente.

El psicoanalista podrá buscar inconscientemente el afecto del paciente, aceptando regalos o favores. Asimismo el terapeuta que exhiba sus conocimientos, su posición social o profesional en un grado impropio también es un ejemplo de esto. También desear ser el hijo o hermano menor del paciente, o pedirle asesoría al paciente sobre un negocio particular. (MacKinnon & Michels, 1973).

209

AUTOEVALUACIĂ“N Nro. 15 Realice un cuadro comparativo acerca de las caracterĂ­sticas de la transferencia y de la contratransferencia.

Responder: - Mencione otros ejemplos, aparte de los ya mencionados que ilustren como se presenta la transferencia.

- Mencione otros ejemplos, aparte de los ya mencionados que ilustren como se presenta la contratransferencia.

210

- La transferencia se desarrolla en dos niveles los cuales son. Mencione y explique.

Determinar verdadero (V) o falso (F) Se entiende por transferencia al conjunto de sentimientos surgidos en el terapeuta hacia el paciente.

(

)

La transferencia negativa tiene el significado de resistencia

(

)

El psicoanalista debe ―manejar‖ la transferencia, usarla con propósitos terapéuticos y evitar que se convirtiera en una resistencia más.

(

)

Transferencia positiva reactiva: Ningún otro tipo de transferencia se derrumba con más rapidez que ésta.

(

)

La transferencia está orientada en la infancia hacia personas significativas; en la vida adulta se mantienen siendo por tanto posible transferirlos a relaciones actuales.

(

)

La alianza terapéutica es una relación relativamente libre de conflicto

(

)

Lo más importante de todo tratamiento es el ambiente afectivo en el que se produce

(

)

La transferencia y la contratransferencia en general son fenómenos anormales de las relaciones interhumanas cotidianas

(

)

El analista se encuentra en una posición de estatus en relación con el paciente.

(

)

La psicoterapia psicoanalítica, concede un valor crucial a la relación entre analista y persona analizada

(

)

211

---------------------------------------------------------------------MÉTODO y TÉCNICAS DEL PSICOANÁLISIS

---------------------------------------------------------------------El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son.

Tito Livio (59 AC-64 AC) Historiador romano.

GENERALIDADES Freud había aprendido con Charcot en París que se podía utilizar el estado hipnótico para producir un síntoma histérico, comprobó luego que sin hipnotismo, que nada más por medio de la persuasión y de la insistencia, se podía retroceder al origen del síntoma, a las representaciones y efectos que lo causaban.

Con el método catártico de Breuer la hipnosis17 era utilizada para descubrir los sucesos que habían originado el síntoma y la relación existente entre el incidente provocador y el fenómeno patológico manifiesto.

El sabio vienés consideró sumamente interesante las observaciones de Breuer y comenzó a investigar entre sus propios pacientes, trabajo que se dedicó por cuatro años.

Publicó posteriormente como ya es conocido con Breuer: Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos y dos años más tarde publicaron: Estudios sobre la histeria.´ Los procedimientos del hipnotismo, aun cuando no se comprendían bien, los hizo suyos, los modificó y finalmente los descartó (Menninger, 1960).

Consideraban la importancia fundamental de la vida emocional y la necesidad de considerar dentro del psiquismo dos zonas, 17

En la mente popular, la hipnosis puede ser empleada para forzar a las personas a hacer lo que de otra manera no harían, incluyendo actos criminales o sexuales.

De hecho, la evidencia de la investigación no apoya estas aseveraciones (Gibson, 1991, citado por Cloninger 2003), pero a través de la sugestión post hipnótica, en la cual el hipnotista sugiere una acción en particular o experiencia (sensación) que ocurrirá cuando el trance hipnótico termine, pueden ocurrir beneficios terapéuticos, por ejemplo que sienta nauseas al ingerir una bebida alcohólica.

212

una consciente y otra inconsciente. La teoría era revolucionaria para la medicina del momento al incorporar dos nuevos factores en el concepto etiológico de la histeria el dinámico y el económico.

El factor dinámico considera que el síntoma proviene de la represión de un instinto o un afecto. El concepto económico presenta el síntoma como un equivalente o sustituto de esa energía que pudo haberse expresado en otra forma.

Es decir que el síntoma es el resultado o equivalente de la energía que, si se hubiese expresado directamente, no se hubiera dado lugar a tal manifestación. Por otra parte si la fuerza instintiva no puede expresarse en forma directa, da lugar a un síntoma, y si este no resulta suficiente para la descarga de la energía, necesitaría crear otros sustitutivos Las condiciones de Freud como hipnotizador eran mediocres, no conseguía sumir en sueño a todos sus pacientes. Además comprobó que los resultados exitosos que se obtenían con los enfermos desaparecían si la relación médico paciente se perturbaba. Es decir si había una falta transferencial (Tallaferro, 1982).

La primera etapa fue el método catártico18 , luego abandonó la hipnosis y recurrió a la persuasión y a la sugestión, colocando la mano sobre la frente del paciente y asegurándole que, si pensaba insistentemente podía recordar lo que había ocurrido La modificación siguiente consistió en el uso de la asociación libre que descubre el inconsciente mientras la conciencia sigue actuando. En esa época fue cuando adquirió importancia el análisis de los sueños a través de asociaciones libres que hace el paciente lo cual permite al psicoterapeuta enterarse de todo 18

De esta modalidad de abordaje, el psicoanálisis fue apartándose gradualmente en función del estudio de los síntomas. Así se llegó al descubrimiento de formaciones complejas donde las ideas se entrelazan a través del afecto y esto genera angustia. Por tal razón Freud desarrolla una técnica que implica el reconocimiento de los mismos y la participación activa de ambos integrantes: terapeuta y paciente para su develamiento: A ella la conocemos como la asociación libre (Pérez-Sánchez, Parra-Jiménez, Espinosa-Parra, S.f.).

213

lo que piensa este e ir encontrando el elemento o la cadena asociativa que ha de llevarlo a lo nuclear. Con este procedimiento el yo sigue existiendo, no se anula, como en la hipnosis, permitiendo el estudio de los mecanismos defensivos del mismo, como así también de la transferencia.

Hay una tendencia general a creer que existe una vinculación entre el hipnotismo, la sugestión y el método psicoanalítico. El único vínculo que existe actualmente es de carácter histórico.

La terapéutica analítica no quiere imponer nada nuevo sino que, por el contrario se propone quitar o extraer algo. Con ese fin investiga el origen, la génesis de los síntomas y sus conexiones con la vida patógena que quiere hacer desaparecer.

Luego de separarse de Breuer, Freud continuó trabajando en la soledad hasta el año de 1903, en que fundó una mesa redonda, que se reunía generalmente los miércoles por la noche y resultó ser el núcleo la futura Asociación Psicoanalítica Internacional.

Diferencias con otros procedimientos Lo que diferencia al psicoanálisis de otros métodos psicológicos y pedagógicos es la investigación de los impulsos inconscientes, directores de la vida psíquica, con ayuda de la interpretación de las asociaciones espontáneas (Pfister, 1954).

La primera transformación que sufrió el pensamiento personal de Freud fue apartarse de la hipnosis sugestiva para llegar a una terapéutica original, que tomó entonces el nombre de psicoanálisis. El objetivo ya no era imponer nuevas ideas al paciente, sino liberarlo ―al hacer consciente lo que anteriormente era inconsciente‖, es decir, llevando a cabo un verdadero trabajo de análisis en la psique (Dierkens, 1972).

214

CARACTERÍSTICAS DEL PSICOANÁLISIS

CARACTERÍSTICAS GENÉRICAS DE LA PSICOTERAPIA

No suele establecer de Tiende a acordar con el paciente antemano objetivos terapéuticos. objetivos terapéuticos.

Considera preferible que la cura ocurra por ―añadidura‖.

Duración abierta del tratamiento Tiene a estimar un probable de tratamiento.

plazo

No busca primariamente una Tiene en cuenta, busca la comunicación o comprensión comunicación, y comprensión empática con el paciente. empática con el paciente.

La relación que establece el paciente con el terapeuta (transferencia) es un foco fundamental del análisis.

El vínculo con el terapeuta suele encontrarse mas naturalizado, buscándose sostener una alianza terapéutica positiva.

Se trabaja sobre las resistencias Se intenta proveer o promover del paciente a reconocer nuevos recursos para afrontar aspectos negados de si mismo. situaciones y nuevo modo de ver la realidad.

Se circunscribe a la realidad No excluye por principio, la interna del paciente consideración de ningún aspecto del mundo del paciente.

(Lo Bianco y Merle, 2006).

El psicoanálisis es un tratamiento largo, ambicioso, difícil y costoso; de allí el desarrollo de terapias más breves, dirigidas a entidades patológicas, situaciones y pacientes específicos, y a las modalidades de psicoanálisis de grupo, de pareja o de la familia (Yildiz, 2010).

Básicamente la psicoterapia psicoanalítica se va a dividir en tres momentos: etapa inicial, intermedia y final, para las cuales son hay parámetro fijos de diferenciación, con la práctica el terapeuta las va a poder distinguir.

La psicoterapia psicoanalítica en esencia es interminable, ya que de por si no existe una conceptualización, especificación de términos o categorización clara de lo que significa ser una persona madura, sana mentalmente o estable (Menninger, 215

1960).

En la primera entrevista; Bleichmar (1997) propone diecisiete puntos importantes de observar y de tomar en cuenta 1. ¿Cómo se presentó el paciente? Aspecto, actitud, tono de voz, ritmo, silencios.

2. ¿Cómo se relacionó con el terapeuta?. Sumiso, pasivo, dominante, desafiante, atemorizado, suspicaz, etc.

3. Motivo manifiesto que presentó como causa de la consulta.

4. ¿Los distintos personajes que fue introduciendo en su relato, tendieron a ser vistos bajo la misma perspectiva? ¿Fue variando los personajes de su relato pero todos ellos fueron considerados como atacantes o traicioneros o inadecuados o egoístas o maravillosos o salvadores o abandonantes? ¿Se puede ir construyendo un molde o patrón que trasciende a los personajes?

5. ¿Cómo fue encadenando los distintos temas de los que habló? La secuencia del desarrollo de la entrevista.

6. Resulta necesario conectarse con la intención del relato. qué desea el paciente que sienta el terapeuta, bajo qué imagen desea que se le vea. El relato, además de su contenido semántico, de lo que dice, es una acción dirigida al terapeuta, actúa sobre sus sentimientos, sobre sus ideas, sobre su conducta.

7. Identidad desde la que actúa, habla, desde la que construye su relato; ¿desde la identidad de sufriente, de abnegado, de perseguido, de personaje maravilloso, de hallarse en peligro, del que siente que no tiene control sobre su mente o cuerpo?

8. ¿Qué relación hubo entre aquello de lo que hablaba y la forma de hacerlo, entre el contenido temático de su discurso y la forma de vincularse con el terapeuta? ¿Reproduce en su forma de relacionarse las conductas que en su relato 216

atribuye a otros? Por ejemplo, el paciente cuenta que le visitó el padre y se pasó todo el tiempo criticando a la madre, sin ver que reproduce, ahora con el terapeuta, un vínculo en que critica a un tercero al padre tratando de conseguir el apoyo del terapeuta.

9. ¿Cómo evolucionó el paciente a lo largo de la entrevista?

Variaciones especialmente en su estado afectivo, en el tipo de contacto con el terapeuta. ¿Las imágenes que fue presentando de sí mismo y de los otros fueron estables a lo largo de la entrevista o pasaba, sin notar las contradicciones, de representaciones idealizadas a otras totalmente negativas? ¿El relato era caótico, confuso, o excesivamente ordenado y meticuloso, apegado a la realidad, sin que emergieran fantasías, deseos?

10. Datos de la historia del paciente surgidos en la entrevista: sucesos significativos, recuerdos infantiles. Experiencias traumáticas, desamparo, pérdidas, separaciones, humillaciones, agresiones físicas, emociones, sexuales, enfermedades, etc. La representación que tiene de sus padres, la forma en que recuerda episodios o los omite.

También, lo que los padres decían. No interesan sólo los datos biográficos sino, muy especialmente, cómo el paciente los selecciona las palabras.

11. Lo que el paciente omite y que el terapeuta siente como un hueco en el relato, es decir, algo que tendría que estar presente por lo que el paciente va diciendo, pero que no es explicado 12. Contratransferencia: ¿cómo se sintió el terapeuta? ¿cómodo, valorizado, denigrado, exigido, ansioso, asustado, impotente, eufórico, grandioso, redentor, alegre, abrumado, desbordado, sorprendido, confundido, manipulado, indignado, etc.? ¿Qué conflictos del terapeuta, qué aspecto de su historia es activado por este paciente en particular?

13. Rol que el paciente tendió a inducir en el terapeuta. ¿El rol del que escucha debiendo estar pasivo, del que debe ser un aliado en sus peleas con otros, del que discute, del que 217

se debe compadecer, del que debe aconsejar y orientar en la vida, del que debe fijar límites y ocuparse del sentido de realidad, del que se debe encargar de proteger el tratamiento, del que todo lo puede arreglar?

14. ¿Cómo respondió, corporalmente. Expresión facial, movimiento de las manos, cambios de posición y en el discurso verbal, ante las intervenciones del terapeuta? ¿Cómo reaccionó el paciente si el terapeuta se apartó del rol asignado? ¿Con depresión, pasividad, rabia, amenazas abiertas o encubiertas de retirarse o de actuación autoagresiva?

15. ¿El paciente colaboró? ¿La colaboración fue excesiva, se hiperadaptó al marco terapéutico, se detectó hostilidad encubierta, racionalizó sus resistencias, apareció motivado para una alianza terapéutica?

16. ¿Demostró penetración psicológica, capacidad de introspección, capacidad para detectar el efecto que pudiera estar creando en el otro, riqueza en su vida de fantasía y nivel simbólico verbal? ¿Se le ve como un paciente apto para la psicoterapia de insight, para tolerar la angustia, o requiere medidas inmediatas para contener la angustia o sus síntomas?

17. ¿Pudo obtener el terapeuta algún indicio, a manera de primera hipótesis tentativa, sobre deseos inconscientes importantes para el paciente? ¿Sobre la forma en que reacciona ante sus deseos? ¿Sobre cómo espera que sus deseos sean tomados por el terapeuta? ¿Sobre cómo se ubica frente al deseo del terapeuta o de otros personajes a los que introdujo en la entrevista Es evidente que estas largas listas de cuestiones acerca del paciente no podrán ser satisfactoriamente cumplidas por el entrevistador en el curso de una, dos o tres sesiones de entrevista, pero sí deben figurar en su mente, pues todo aquello que escuche y observe redundara en una mejor comprensión del entrevistado.

218

Un buen entrevistador debe considerar algunos de los siguientes puntos para el desempeño de su trabajo (Colín et al., 2009):  Voz serena, audible y segura.  Posición corporal que refleje seguridad, profesionalismo y serenidad.  Establecer empatía con naturalidad y agilidad en forma oportuna.  Mantener contacto visual con el paciente.  Recabar con precisión y agilidad la historia en genograma cuando sea necesario (antecedentes de psicosis, suicidios, muertes).  Indagar qué originó que el entrevistado decidiera acudir a la consulta.  Evitar hacer preguntas que induzcan las respuestas.  Evitar repetir preguntas que ya han sido respondidas.  Utilizar el necesarios.

silencio

—o

silencios—

cuando

sean

 Expresarse con un lenguaje accesible y formal para el entrevistado (sin muletillas, sin palabras altisonantes).  Promover que el entrevistado se explaye lo suficiente.  Evitar refutar agresivamente u ofender al entrevistado.  Evitar con amabilidad y prudencia que el entrevistado se extienda sin necesidad.  Después de preguntar el motivo de la consulta, utilizar preguntas lógicas para explorar factores hipotéticos que podrían intervenir directa o indirectamente en el cuadro sintomático, considerando también los criterios de salud mental.  Investigar las experiencias del entrevistado en una etapa o aspecto de su vida.  Abordar de manera sistemática las áreas y/o etapas de la vida del entrevistado, según el grado de cercanía o pertinencia al cuadro sintomatológico.

219

 Valorar en caso necesario factores físicos o biológicos que puedan estar participando en la problemática y, de ser necesario, hacer la canalización pertinente.  No preguntar aspectos de la vida íntima del entrevistado, a menos que sea pertinente.  Retroalimentar las expresiones espontáneas del entrevistado que sugieran propósitos activos para resolver su problemática.  No adelantar recomendaciones, consejos o propuestas.  Evitar dar consejos moralistas.  Establecer, de común acuerdo con el consultante, fecha y hora para la próxima cita.  Realizar un cierre formal de la entrevista.  Explicar al paciente las conclusiones a las que ha llegado con la entrevista (las que se puedan decir). Orientar al entrevistado sobre las posibles repercusiones de no tomar tratamiento psicoterapéutico, en caso de ser necesario.  Explicar en qué consiste el proceso de psicoterapia,

cuánto puede durar y el costo económico.

En un sentido, la terminación del contrato en psicoterapia se decide retrospectivamente, cuando el paciente decide que de ahí en adelante él puede componérselas por si solo, pero aun así esta decisión no será más que una aventura o especulación. En este aspecto la psicoterapia es muy semejante al aprendizaje, cuando uno se propone una meta definida de aprender algo en un tiempo determinado, la esencia del aprendizaje estriba en que es sin límites, un continuo que no se puede consumar jamás (Menninger, 1960).

220

MODELOS DE HISTÓRICA CLÍNICA

Díaz (1989) en su libro ―Técnica de la entrevista psicodinámica‖ expone en forma resumida los esquemas desarrollados por: Esquema de Menninger (1952).

- Identificación del caso: Nombre, edad, sexo, estado civil, ocupación, residencia, fuente de referencia, fecha de admisión, fecha del estudio, fuente de información, grado de confianza que pueda darse a los datos obtenidos acerca del paciente, nombre del entrevistador y en su caso del psicólogo que realizó las pruebas y de la trabajadora social. Descripción del paciente.

- Descripción general del problema.

- Enfermedad actual.

- Historia familiar.

- Historia del desarrollo, (desde el nacimiento a la adolescencia).

- Pautas de ajuste durante la vida adulta (vocacional, social, sexual y antecedentes patológicos).

- Examen psiquiátrico.

Esquema de Bleger (1985).

- Datos de filiación: Nombre, edad, sexo, estado civil, nacionalidad, domicilio, profesión u oficio.

- Procedimientos utilizados: Entrevistas (número y frecuencia, técnica usada, ―clima‖ de las mismas, lugar en que se llevaron a cabo). Tests, empleando juego, registros objetivos (especificar). Otros procedimientos.

- Motivos de estudio: Por quién fue solicitado y objetivos del mismo. Actitud del entrevistado y referencia a sus motivaciones conscientes.

- Descripción sintética del grupo familiar y de otros que han tenido o tienen importancia en la vida del entrevistado.

Problemática vital: Referencia de la vida y de sus conflictos actuales, de su desarrollo, adquisiciones y pérdidas, cambios, temores, aspiraciones e inhibiciones y forma de enfrenarlos o sufrirlos.

- Descripción de estructuras de conducta.

221

- Descripción de rasgos de carácter y de la personalidad, que incluye la dinámica psicológica, la organización patográfica, una apreciación del grado de madurez de la personalidad, manejo del lenguaje, nivel de conceptualización, emisión de juicios, anticipación y planeamiento de situaciones, canal preferido de la comunicación, nivel o grado de coordinación, diferencias entre manejo verbal y motor, capacidad de observación, análisis y síntesis, grado de atención y concentración.

Relaciones entre el desempeño intelectual, social, profesional, etc. Considerar las particularidades y alteraciones del desarrollo psicosexual, cambios en la personalidad y la conducta.

- Dado el caso, incluir los resultados de test y exámenes complementarios.

- Conclusión: diagnóstico y caracterización psicológica del individuo y su grupo. Responder específicamente a los objetivos del estudio (por ejemplo, en el caso de selección de personal, orientación vocacional, informe escolar, etc.).

- Posibilidad pronóstica.

- Posible orientación: nuevos exámenes, forma de subsanar, aliviar u orientar al entrevistado, según el motivo de estudio.

LA ENTREVISTA ESTRUCTURAL DE KERNBERG, O.: En ella se combina, el enfoque psicoanalítico sobre la interacción paciente-entrevistador con una técnica psicoanalítica para interpretar los puntos conflictivos y las operaciones defensivas de la interacción para destacar simultáneamente los síntomas de anclaje clásico de la psicopatología descriptiva y la estructura subyacente de personalidad.

La atención del entrevistador se concentra en los principales síntomas o conflictos del paciente y en cómo son reflejados hacia el propio entrevistador a través de modos particulares en la interacción del aquí y ahora.

El entrevistador comienza por pedir al paciente un breve resumen de sus razones para venir al tratamiento, expectativas de éste y la naturaleza de sus síntomas predominantes o 222

dificultades. Es útil iniciar la entrevista con algunas preguntas (directas o indirectas) que pongan a prueba su funcionamiento sobre varios síntomas de anclaje claves.

Kernberg (1987) propone en la realización de una entrevista estructural indagar ciertas preguntas claves como: - ¿Estoy interesado en oír que es lo que lo trajo aquí?‖ Preguntas como esta permiten hablar al paciente de sus síntomas, las principales razones para venir a tratamiento.

Permite evaluar la conciencia de enfermedad del paciente, su necesidad de tratamiento, el grado de integración de éste y su tipo de angustia. Si el paciente es capaz de entender y responder plenamente y en forma clara a la pregunta inicial, y al mismo tiempo, presentar un cuadro coherente del síntoma principal que lo trajo a consulta y de otros problemas y dificultades, el entrevistador puede entonces plantear preguntas subsidiarias derivadas de la información ya presentada.

Por ejemplo, puede preguntar sobre aspectos más precisos de síntomas, la fecha aproximada de su aparición y su desarrollo, y síntomas relativos adicionales; esto puede completar la información que se refiere a que el paciente tiene un sensorio normal, que no tiene déficit de memoria importantes y cuando menos un nivel de funcionamiento de la inteligencia normal. Sin embargo, el curso de la descripción del paciente de sus dificultades, se refiere específicamente a la concentración, memoria y a sus funciones cognoscitivas en general, el entrevistador podrá centrar su interrogatorio en los síntomas de síndromes cerebrales orgánicos agudos y crónicos - ―¿Podría describirse usted mismo, su personalidad, lo que piensa que es importante que yo sepa, de modo que yo pueda tener un sentimiento real hacia usted como persona?‖ Esta pregunta permite explorar datos sobre la estructura intrapsíquica del paciente, así como el grado de identidad y su capacidad de introspección. El paciente puede describir sentimientos sobre él mismo, sobre las áreas importantes de su vida (estudio, trabajo, familia, vida social, sexo, intereses políticos y culturales, tiempo 223

libre), y en particular, sus relaciones clave con los demás significantes. Si el paciente puede en forma espontánea presentar tal información sobre él mismo, es un indicador de buena prueba de realidad, y por lo tanto descartar la enfermedad psicótica.

- ―¿Describa sus relaciones con personas que son importantes para usted?‖ Esta pregunta y su respuesta nos aporta importantes datos sobre las relaciones objetales del paciente. Buscar que el paciente platique de su vida, estudio o trabajo, familia, vida sexual, relaciones sociales, tiempo libre. Si el paciente no responde a estas preguntas sería un posible indicador de grave patología del carácter. Por lo que el entrevistador investigará entonces la difusión de identidad y las operaciones defensivas primitivas, como identificación proyectiva, escisión, disociación primitiva de aspectos contradictorios de la experiencia de sí mismo, negación, grandiosidad, fragmentación de afectos, omnipotencia o devaluación.

- ¿Me gustaría saber ahora más de usted como persona, la forma en que se percibe a sí mismo, la manera en que siente que los demás le perciben, lo que usted piense que podría ayudarme a formar con profundidad una imagen de usted?‖ Esta pregunta busca mayor información respecto a problemas caracterológicos que conducen a un diagnóstico más específico respecto al tipo predominante de rasgos patológicos del carácter, la constelación patológica dominante del carácter.

Con un número reducido de preguntas en la entrevista estructural se pueda profundizar en un diagnóstico. Esto implica por parte del psicólogo un alto manejo interpretativo de la transferencia y sobre contar con experiencia clínica. El manejo de este tipo de entrevistas no es muy aconsejable para quienes inician su formación. Además es recomendable que el principiante aprenda a desarrollar paulatinamente su propio estilo personal de entrevista.

224

AUTOEVALUACIÓN Nro. 16

- ¿Por qué se dice que la psicoterapia es un continuo que no se puede consumar jamás?

- ¿Qué significa hacer consciente el inconsciente?

- ¿En qué momentos se va dividir la psicoterapia psicoanalítica y cuáles son sus criterios de delimitación?

225

- ¿Qué es la catarsis?

- ¿Qué se entiende por factor dinámico y por concepto económico?

- ¿Qué ventajas y desventajas presentan estos modelos de historia clínica?. Realice un cuadro comparativo.

226

---------------------------------------------------------------------LAS PRINCIPALES TÉCNICAS

---------------------------------------------------------------------No olvides reír es saludable es un tesoro de la vida.

La felicidad señala el éxito de la vida Hildegard Rittler de Pinto- Bazurco Escritora alemana, refugiada en el Perú escapando de los horrores de la II Guerra Mundial

Las principales técnicas utilizadas en la terapia psicoanalítica son: asociación libre, interpretación, análisis de sueños, análisis de actos casuales y actos fallidos: ASOCIACIÓN LIBRE Todas las personas tienen necesidades inconscientes cuya aparición en la conciencia les haría sentirse molestos. Sin embargo, en los neuróticos los medios habituales de defensa se habrían debilitado, ocupando su lugar los síntomas. El método para descifrar los sueños y la histeria es el mismo: la asociación libre. De la misma forma que se les pedía a los pacientes histéricos que hablaran con total libertad acerca de sus síntomas, también podríamos entender los sueños por medio de la asociación libre llevada a cabo ante cada uno de sus componentes. La presuposición freudiana consiste en creer que la asociación libre invertirá el proceso que había creado el sueño y nos conducirá hasta la idea inconsciente subyacente.

En el análisis de los síntomas y de los sueños la meta es la misma: alcanzar el autoreconocimíento racional del inconsciente irracional, paso necesario para alcanzar la salud mental (Hardy, 1998).

El trabajo en las sesiones se basa en la asociación libre (posibilidad de que el paciente hable de lo que le ocurra sin coacciones ni sugerencias, aunque esto lleve a un discurso inconexo e ilógico), partiendo del supuesto de que el libre flujo de ideas permitirá la emergencia de contenidos inconscientes (Rodríguez et al., 1990).

227

Esta es una de las vías utilizados por el psicoanálisis para la recolección de material sobre el inconsciente, para su ulterior interpretación. Las asociaciones no son tan libres y en realidad están dirigidas por tres tipos de fuerzas inconscientes: a) Los conflictos patogénicos de la neurosis. b) El deseo de curarse. c) El deseo de agradar al analista. El uso de la libre asociación por S. Freud, es un resultante de sus creencias en el estricto determinismo del psiquismo (Zaldivar, 1998).

La asociación libre evolucionó como parte de la búsqueda de una manera para recuperar los hechos olvidados que no fuera por medio de la hipnosis, consiste en pedir al paciente que se someta a una regla fundamental: la de decir todo lo que se le viene a la mente sin corregir ni censurar, debe procurar eliminar todo control consciente sobre su proceso mental al cual debe dar vía libre. La idea es que al eliminar las restricciones de tipo lógico, de presión social o las reglas de otro tipo, el material inconsciente saldrá a la superficie.

El estilo más común, aunque no universal, es que el paciente asocie de manera libre mientras se encuentra acostado en un diván. El analista toma asiento fuera de las vista del paciente para evitar toda interferencia en el proceso. En las primeras sesiones quizás el analista tendrá que dar algunas instrucciones (por ejemplo, di lo que se te ocurra, tenga o no sentido) pero más tarde el paciente se familiariza con su papel e inicia sus asociaciones sin necesidad de ser estimulado. A veces la información importante se presenta de manera bastante directa (Bernstein & Nietzel, 1995).

Al empezar el análisis, el terapeuta le pide que se recline en el diván y empiece a hablar sobre lo que le venga a la mente, sin importar lo absurdo, tonto o vergonzoso que pueda ser. La idea es entrar en contacto con el material inconsciente. Para ello es esencial no modificar lo que se piensa y se dice. Es un proceso difícil pero imprescindible para acceder a los impulsos y conflictos ocultos (Cash, 2012).

Se pide al paciente que trate dentro de lo posible de dejar venir las cosas y de decirlas sin importarle la lógica ni el orden; ha de comunicar incluso lo que le parezca trivial, vergonzoso o 228

descortés, etc. Dejando que las cosas le vengan a la mente, se produce una regresión al servicio del Yo y tienden a salir a la superficie los derivados del Yo inconsciente, el Ello y el Superyó19. La tarea del analista consiste en analizar esos derivados por el paciente (Yildiz, 2010).

No se debe olvidar que la primera labor del analista consiste en crear un ambiente que permita la expresión más libre posible de las fuerzas inconscientes reprimidas. A ello contribuye, como ya se dijo, la utilización del diván, que aísla al paciente de la mirada del analista y de cualquier otro estímulo del consultorio, pero también el hecho de que el terapeuta mantenga una actitud de neutralidad, sin emitir juicios de valor, consejos o indicaciones, y sin hacer referencia a sus propias experiencias o maneras de enfrentar determinadas situaciones.

Pero lo que más contribuye a esta expresión relajada de su inconsciente es la regla fundamental del psicoanálisis.

Siempre es grato recordar cómo la formulaba Freud: Una cosa todavía, antes que usted comience. En un aspecto su relato tiene que diferenciarse de una conversación ordinaria.

Mientras que en esta usted procura mantener el hilo de la trama mientras expone, y rechaza todas las ocurrencias perturbadoras y pensamientos colaterales, a fin de no irse por las ramas, como suele decirse, aquí debe proceder de otro modo. Usted observará que en el curso de su relato le acudirán pensamientos diversos que preferiría rechazar con ciertas objeciones críticas. Tendrá la tentación de decirse: esto o esto otro no viene al caso, o no tiene ninguna importancia, o es disparatado y por ende no hace falta decirlo. Nunca ceda usted a esa crítica; dígalo a pesar de ella, y aun justamente por haber registrado una repugnancia a hacerlo. Más adelante sabrá y comprenderá la razón de este precepto -el único, en verdad, a que debe obedecer-. Diga, pues, todo cuanto se le pase por la 19

El Superyó puede imponer premios o castigos físicos y psicológicos. Así, si se cumple con lo debido, entonces se tendrá la posibilidad de gozar de una buena comida o recreación, si se hizo una transgresión, entonces se será castigado aconteciendo algo desagradable o una desgracia. La desgracia puede ser un dolor de estómago o la pérdida de algo valioso. Las recompensas o castigos usados por el sujeto pueden ser sentimientos de orgullo o de culpa. Orgullo en el sentido que equivale a amor propio y la culpa al odio así mismo (Palladino, 2006).

229

mente. Compórtese como lo haría, por ejemplo, un viajero sentado en el tren del lado de la ventanilla que describiera para su vecino del pasillo cómo cambia el paisaje ante su vista. Por último, no olvide que ha prometido absoluta sinceridad, y nunca omita algo so pretexto de que por alguna razón le resulta desagradable comunicarlo (Freud, 1913, citado por Oblitas, 2004).

El psicoanalista debe tratar (y esto no es fácil) de permanecer neutral. Esto quiere decir que uno no charla con sus pacientes ni los toca innecesariamente, ni les pide favores ni acepta favores ni regalos de ellos, ni concurre a pequeñas reuniones donde sabe que estarán ellos, ni discute su ―material‖ con otros muchos colegas. Neutralidad no significa lejanía de ―palo‖.

Quier edecir mas bien una revoloteante atención a lo que el paciente dice con una suspensión de juicios morales expresos.

Se abstendrá de emitir precipitadamente un juicio moral sobre lo que el paciente menciona, fantasea o piensa hacer. Si se acerca a llevarlo a cabo y si es peligroso para la vida del paciente o para el bienestar de otras personas el analista desde luego expresará su desaprobación (Menninger, 1960).

Con frecuencia se ha confundido la neutralidad del entrevistador con una actitud de distanciamiento afectivo que llega a alcanzar actitudes chocantes y rígidas que termina en una situación que no tolera el consultante, describiendo entonces al psicólogo como una persona que no inspira confianza y no da nada a cambio. El término se refiere a la capacidad que debe tener el entrevistador para mantener y contener los afectos del consultante sin actuarlos a través de juicios o actitudes moralistas. La capacidad contenedora del entrevistador lo hará ser selectivo en lo que debe decir y callar, considerando que el consultante aún no es su paciente. La neutralidad del entrevistador no implica que deje de ser empático (Colín et al., 2009).

Por otra parte, del analista se dará una atención flotante (posibilidad de mantener un nivel de atención parejo y constante hacia todo el discurso del paciente, sin preconcepciones de mayor o menor importancia), que concede un mismo nivel de importancia a los diferentes contenidos expresados por el paciente (Rodríguez et al., 1990).

230

TEST DE ASOCIACIONES DIRIGIDAS 20.

9.

10.

Defecar

El método de investigación de las asociaciones mediante “palabras estímulo” fue introducido por Bleuler y elaborado científica y profundamente por Carl Gustav Jung. Se debe advertir que sin profundos conocimientos psicológicos y psiquiátricos, su aplicación no puede servir para otra cosa que para satisfacer una curiosidad del evaluador, sin ningún valor científico. Sin embargo, si el psicoanalista no es dogmático recibirá indicaciones de suma importancia sobre las directivas de su investigación.

Lista de palabras estímulo según Orbison.

11.

Libro

12.

Lámpara

13.

Alfombra

14.

Silla

15.

Novio

16.

Pene

17.

Oscuridad

18.

Deprimido

19.

Primavera

20.

Tazón

21.

Suicidio

22.

Montaña

1. Mundo

23.

Casa

2. Amor

24.

Papel

3. Padre

25.

Homosexual

4. Sombrero

26.

Radiador

5. Pecho

27.

Novia

6. Cortinas

28.

Biombo

7. Baúl

29.

Masturbarse

8. Bebida

30.

Marco

31.

Hombre

32.

Orgasmo

20

Székely, B. (1966) Los tests.

Segunda parte. Quinta edición.

Argentina: Editorial Kapelusz 231

Fiesta

33.

Cinematógrafo

57.

Ciudad

34.

Tajo

58.

Coito

35.

Risa

59.

Hospital

36.

Morder

60.

Médico

37.

Mujer

38.

Baile

39.

Perro

40.

Hija

41.

Taxímetro

42.

Madre

43.

Mesa

44.

Carne

45.

Pezón

46.

Carrera

47.

Agua

48.

Chupar

49.

Caballo

50.

Fuego

51.

Vagina

52.

Estancia

53.

Social

54.

Hijo

55.

Impuestos

56.

Tabaco 232

ANÁLISIS DE LOS SUEÑOS En los sueños es en verdad donde más se revela el trabajo profundo de la psiquis: cuyo descubrimiento es la más valiosa contribución de Freud al progreso del saber humano. Él ha descubierto las leyes a que está supeditado el fenómeno onírico, siguiendo distinto camino que los magos, astrólogos, etc. (Delgado, 1989).

Los sueños21 fascinaron a la humanidad en todas las épocas, de hecho el arte de descifrar los sueños nos lleva a los tiempos 21

En las ideas que los pueblos de la antigüedad clásica tenían sobre el sueño resuena manifiestamente un eco de la concepción primitiva. Suponían que los sueños estaban en relación con el mundo de seres sobrehumanos en que ellos creían, y que traían revelaciones de los dioses y los demonios. Además, estaban convencidos de que contenían un mensaje importante para quien los soñaba: por regla general le anunciaban el porvenir. La extraordinaria diversidad del contenido de los sueños y de la impresión que dejaban volvió muy difícil, por añadidura, formarse una concepción unitaria acerca de ellos, y obligó a establecer múltiples distingos y a crear grupos de sueños de acuerdo con su valor y su confiabilidad. Desde luego, el juicio que cada uno de los filósofos de la Antigüedad se formó acerca del sueño no fue independiente de la posición que estaba dispuesto a conceder a la mántica en general. En los dos escritos de Aristóteles donde se trata del sueño, este ya se ha convertido en objeto de la psicología. Se nos dice que no es un envío de los dioses, no es de índole divina, sino demoníaca; en efecto, la naturaleza misma es demoníaca y no divina, vale decir: el sueño no surge de una revelación sobrenatural, sino que obedece a las leyes del espíritu humano (que, por otro lado, está emparentado con la divinidad).

El sueño es definido como la actividad anímica del durmiente en cuanto duerme.

Aristóteles conoce algunos de los caracteres de la vida onírica. Por ejemplo, que el sueño amplifica pequeños estímulos que sobrevienen durante el dormir («se cree estar atravesando un fuego y abrasarse en él, cuando en verdad sólo ocurre un calentamiento insignificante de este o de aquel miembro»). Y de esta conducta extrae la conclusión de que los sueños bien pueden revelar al médico los primeros indicios, todavía imperceptibles durante el día, de una alteración corporal incipiente. Como es sabido, antes de Aristóteles los antiguos no tenían al sueño por un producto del alma soñante, sino por una inspiración de los dioses.

Ya desde la Antigüedad, entonces, se impusieron las dos corrientes opuestas de apreciación de la vida onírica que hemos de encontrar en todas las épocas. Se distinguía entre sueños veraces y valiosos, enviados al durmiente para ponerlo en guardia o anunciarle el porvenir, y sueños vanos, engañosos y nimios, cuyo propósito era precipitarlo en el error o refirmarlo en su perdición. Por lo demás, sería erróneo creer que la doctrina del origen sobrenatural de los sueños no encuentra partidarios en nuestros días (“La interpretación de los sueños”, Sigmund Freud).

233

más antiguos. La evidente curiosidad del hombre respecto a la significación de los sueños, se halla en las civilizaciones más antiguas y primitivas. Los sueños se consideraron como un puente entre el hombre y lo sobrenatural. Las culturas antiguas lo consideraban la lengua de los demonios y de las fuerzas del mal. Los adivinos creían que con la ayuda de los sueños podían predecir el futuro (Caprio, 1971).

El análisis de los sueños, tiene un lugar especialmente destacado en el psicoanálisis.

El sueño tiene la capacidad de recoger y poner en imágenes estados de ánimo y emociones que todavía no se han pensado (Ferro, 1988).| En los sueños, Freud vio una de las vías más productivas para llegar al inconsciente. Los sueños son considerados como una expresión de los deseos insatisfechos y de las fantasías de los sujetos y que además pueden incluir contenidos provenientes de los restos de la actividad diurna del sujeto y reminiscencias de la niñez (Zaldivar, 1998).

El sueño, es caracterizado por Freud como ―guardián del dormir‖: el yo contrapone un cumplimiento de deseo inocente a necesidades y exigencias que lo obligarían a despertar, por ejemplo si el dormido experimenta hambre, sueña que come y se apacigua (sin embargo, el durmiente despierta si la presión es demasiado grande). Estas demandas provienen sobre todo del ello, es decir, de lo inconsciente, donde permanecieron logradamente reprimidas en el estado de vigilia (Kriz, 2001).

Freud resumió su punto de vista afirmando que cada sueño es una realización de deseos, esto es, una expresión (realización) disfrazada de algún deseo o anhelo inconsciente. Esta característica de los sueños los convierte en un camino real hacia el inconsciente: si somos capaces de descifrar un sueño y recuperar su significado oculto, habremos recuperado una parte de nuestra vida mental inconsciente y estaremos preparados para someterla a la luz de la razón. Los sueños y la histeria, por tanto, tienen el mismo origen ya que ambos serían representaciones simbólicas de necesidades inconscientes y ambos podrían ser descifrados a partir de su origen. La 234

existencia de los sueños demuestra que no se puede trazar una línea divisoria clara entre la vida mental normal y neurótica (Hardy, 1998).

Puede decirse del sueño que la piedra desechada por el albañil se ha convertido en piedra angular. El sueño, producto fugitivo e insignificante de nuestra alma, no había experimentado nunca tan hondo menosprecio como en la época moderna.

Antes era estimado como un mensajero del destino, como un amonestador y consolador, como un enviado de los dioses.

Actualmente lo utilizamos como un heraldo de lo inconsciente, que nos descubre los secretos ocultos a la conciencia, y por cierto cumple su cometido con asombrosa perfección (Jung, 1925).

El sueño tiene un contenido latente y otro manifiesto y es precisamente sobre el primero que recae la interpretación del psicoanalista.

Aquello que la persona relata haber soñado se denomina contenido manifiesto, y es el resultado de un complejo proceso de transformación de un contenido latente, el que alberga su auténtico sentido, lo reprimido (Lo Bianco & Merle, 2006).

La descripción que rinde el paciente de su sueño revela su contenido manifiesto o sus características obvias. Por ejemplo si la persona sueña que va corriendo por el bosque y de repente cae en un estanque de una fría ensalada, esto es el contenido manifiesto. Este suele componerse de características y sucesos de poca importancia asociados con las actividades del día (residuo del día) o pueden ofrecer una manera fácil de satisfacer deseos del momento sin necesidad de despertar a la persona, por ejemplo una persona con hambre podrá soñar con comida.

Para los propósitos del psicoanálisis el aspecto más interesante de los sueños es lo que se denomina contenido latente: las ideas, deseos e impulsos inconscientes que aparecen en una forma no comprometedora como una negociación entre la represión total y la libre expresión.

El proceso que consiste en transformar este material rechazado en algo más aceptable es el trabajo onírico.

235

Aunque las defensas del paciente están relativamente relajadas durante el sueño, no están totalmente ausentes y de todas formas opera algún grado de distorsión y defensas. Por lo tanto se considera que los sueños expresan los deseos inconscientes en una versión lo suficientemente disfrazada como para no traumar (y despertar) a la persona dormida. Sin embargo, gracias a que el material inconsciente se considera más cerca de la superficie en los sueños que en estado de vigilia se les otorga una gran importancia en el psicoanálisis. Se puede emplear una sesión completa o una serie de sesiones para recordar y discutir un sueño (Bernstein & Nietzel, 1995).

En la elaboración onírica de los sueños se encuentra presentes los siguientes mecanismos: desplazamiento, condensación, dramatización, sustitución, devaluación y simbolización (Zaldivar, 1998).

Para el psicoanálisis, en los sueños se hallan las claves de las diversas situaciones conflictivas que atraviesa el sujeto, o traumas que ocurridos desde la infancia pasan a ser luego organizadores de la neurosis adulta.

El relato del sueño en estado vigil, sufre determinadas correcciones y distorsiones, buscando cierta coherencia que Freud denominó elaboración secundaria. Para el análisis de los significados inconscientes del sueño, el psicoanalista divide el mismo en sus partes integrantes y solicita al paciente que haga asociaciones sobre cada una de ellas. Los símbolos que aparecen en el sueño, también son tomados en consideración en esta interpretación (Zaldivar, 1998).

Los sueños se encuentran animados en su base, por un deseo inconsciente de origen infantil, capaz de articularse a imágenes de la vida presente para buscar una forma sustitutiva de satisfacción (Lo Bianco & Merle, 2006).

Se considera que la mayor parte de los aspectos del contenido manifiesto de los sueños son simbólicos o representan alguna otra cosa diferente. A pesar de la creencia popular que considera cierto contenido (por ejemplo, una serpiente) siempre significa algo específico (por ejemplo un pene), Freud no creyó 236

que los sueños pudieran ser interpretados con tanta rigidez (se dice que hubo una ocasión en que señaló que ―a veces un cigarro es simplemente un cigarro‖). Sin embargo la mayoría de los analistas dan por hecho de que el contenido manifiesto si tiene algo de significado simbólico aunque el simbolismo puede diferir de persona a persona o incluso de sueño a sueño (Bernstein & Nietzel, 1995).

Esto es lo que diferencia la interpretación de los sueños que hace una persona académica, de la interpretación que hace un chamán.

Tipos de sueños Entre las primeras consideraciones sobre fenómenos que se podrían llamar psicológicos están las consignadas en la serie de los "libros de los sueños" asirios, constituidos por losas de barro en los siglos V y VI a.C. Asiria, antigua región del norte de Mesopotamia, fue uno de los grandes imperios del mundo antiguo que extendió sus dominios desde el oeste del mar Mediterráneo hasta el este del mar Caspio, entre las actuales Armenia y Arabia. Estos "libros" describen sueños de muerte y de pérdida de dientes y de cabello y, lo más interesante de todo, muestran el autoconocimiento, sueños acerca de la vergüenza de encontrarnos desnudos en público (Hothersall, 1997).

Por su parte Artemidoro en la antigua Grecia, lleva a cabo una clasificación de los sueños en las que menciona que la primera distinción que cabe hacer es entre el ―ensueño‖ (enúption) que carece de valor profético y la ―visión onírica‖ o ensueños con valor profético, que pueden ser a su vez ―directas‖ (theorematikoí) y ―simbólicas‖ (allegorikoí) según que sus efectos se correspondan directamente con la imagen soñada o bien lo que vaya a ocurrir sea expresado en el ensueño de un modo enigmático que necesita de interpretación, son éstos últimos los que interesan al onirócrita o intérprete. El ensueño profético, por lo tanto, es definido más precisamente como ―un movimiento o una inversión multiforme del alma que señala los bienes y los males venideros‖ profetizando el alma este futuro mediante ―imágenes naturales apropiadas‖ llamadas 237

―elementos‖ (Artemidoro, 2002).

La clasificación de los sueños que se presentan a continuación parece ser más producto de la labor de los discípulos directos de Jung y otros seguidores, más que una realización fruto de su producción personal (Las Heras, 2008):  Sueños anticipatorios: Este tipo de sueños, preparan, advierten o anuncian acerca de determinadas situaciones a menudo mucho antes de que sucedan en realidad. Ello no entraña necesariamente un milagro o premonición. La mayoría de las crisis, incuban largamente en el inconsciente. Por lo tanto el sueño anticipatorio es el resultado de la fusión de percepciones, pensamientos y sentimientos subliminales. Constituyen una mera combinación anticipatoria de probabilidades que pueden coincidir con el auténtico curso de los hechos aunque no necesariamente coinciden en cada detalle.

El contenido de los sueños anticipatorios suele revelar mejor el estado de ánimo interno del sujeto antes que los hechos objetivos que pueden estar por sucederle en su relación con el mundo exterior. Este tipo de sueño parece aprovechar mejor la capacidad de la esfera inconsciente para llevar al soñante una luz que desde lo consciente es incapaz de hallar. Nada hay de mágico, divino o diabólico en esto. El material onírico anticipatorio es nada menos que el resultado de un análisis inconsciente minucioso de lo que ya ha ocurrido en la vida del sujeto por lo que a partir de allí puede inferirse lo que habrá de acontecer.  Sueños traumáticos: En su trabajo de 1920. Jung escribió: ―Existen ciertos sueños que podrían llamarse simplemente sueños reactivos‖. Se trata de aquellos ―en los que ciertos hechos objetivos han creado un trauma psíquico, cuya configuración no es puramente psíquica, sino que al mismo tiempo indica una lesión física del sistema nervioso‖. Con el tiempo este tipo de producción onírica fue conocida como sueños traumáticos. Son los que traen a la memoria una situación amenazadora para la vida humana como una guerra o catástrofe natural, o 238

reflejan condiciones físicas patológicas, por ejemplo un fuerte dolor. Se trata de un sueño reiterado. Pero a la vez, no todos los sueños reiterados que rememoran experiencias cargadas de emoción son traumáticos.

Para que un sueño pueda clasificarse como tal, su significatividad debe radicar exclusivamente en el hecho de revivir una experiencia real. Los sueños no traumáticos dejan de repetirse una vez que se los ha interpretado correctamente.

Los auténticos sueños traumáticos no son perturbados pro el análisis: siguen repitiéndose hasta que el efecto emocional del trauma haya disminuido en medida suficiente.

Es preciso aclarar que no hace falta que la situación a la que haya estado expuesto el sujetos sea tan extrema para que se produzca un sueño traumático, basta con que la experiencia vivida haya sido lo suficientemente intensa emocionalmente como para producir un trauma en su psiquismo y a partir de allí, tenga lugar su aparición en el sueño en forma generalmente reiterada.  Sueños extrasensoriales: En sus trabajos iniciales al respecto, Jung solamente señala que ―los fenómenos telepáticos también ejercen su influencia sobre los sueños‖. De acuerdo a su experiencia como psicoterapeuta y a exploraciones particulares realizadas en diferentes culturas, concluye que existen personas que son particularmente receptivas y con frecuencia tienen sueños de carácter telepático. Jung está denominando sueño telepático tanto a aquel propiamente dicho como a los de origen clarividente (percepción a distancia) y los precognitivos (premonición). Por generalización este tipo de material onírico terminó siendo llamado como ―sueños extrasensoriales‖ y sus discípulos convinieron en dividirlo en telepáticos, precognitivos y clarividentes.

Telepatía es la transmisión o captación de un contenido mental sin que en esa captación intervengan ninguno de los cinco sentidos, así como tampoco atraviesan la esfera de lo consciente como sucede en la percepción subliminal. Precognición, es el conocimiento cierto de un 239

hecho futuro, al que no puede accederse por razonamiento, ni aún en sus formas de deducción o inferencia lógica Clarividencia es en cambio, el conocimiento cierto de un hecho contemporáneo cuya adquisición hubiera sido imposible de conseguir mediante la intervención de los cinco sentidos. Por ejemplo el caso de Emmanuel Swedenborg describiendo por captación extrasensorial, el incendio que ocurría en Estocolmo, mientras estaba a decenas de kilómetros del lugar. La conocida sensación de lo ya visto (deja vu), pudiera tener su origen precisamente en un sueño precognitivo que ha sido olvidado.

Jung durante un tiempo entendió que los sueños extrasensoriales estaban motivados en el acceso que el psiquismo tendría a otras vías de conocimiento como podrían serlo las parapsicológicas.

Comprendió además que algunos materiales podrían ser causados por la criptomnesia: ―recuerdos de hechos que el sujeto no reconoce como parte de su experiencia real‖.

Jung propuso otro camino explicativo al que denominó sincronicidad, prefiriéndolo antes de aceptar que eran debidos a cualquier facultad (psíquica) supranormal.

El principio de sincronicidad es la coincidencia cronológica de dos o más acontecimientos que no están relacionados entre sí por un nexo causal y cuyos contenidos por lo que respecta a su significado, son iguales o semejantes.

Jung propuso el término sincronicidad para describir las 240

experiencias que desde la lógica pueden ser simple coincidencia, pero que en un sentido afectivo tienen un significado. En resumen, éstas son coincidencias con significado. Por ejemplo Jung reportó el siguiente incidente: uno de sus pacientes relataba el sueño de un escarabajo, el cual es sagrado en la tradición egipcia. En ese momento, un insecto golpeaba su ventana y lo dejó entrar. Este insecto suizo era la especie más cercana al escarabajo egipcio. Otra coincidencia significativa ocurrió cuando hablaba con Freud. Ambos oyeron un fuerte y sorpresivo ruido proveniente de un librero y se preguntaron qué había sido. Jung dijo que habían sido las fuerzas de su contacto y para probarlo predijo que pasaría nuevamente. Y así sucedió (Jung, 1961). Jung interpretó tales eventos sincronizados como manifestaciones del inconsciente colectivo que ocurren cuando este nivel de la experiencia es activado por circunstancias, tales como la reunión de dos analistas. Para la mayoría de la gente, sin embargo, es simplemente una coincidencia (Cloninger, 2003).

En este sentido los fenómenos sincronísticos, en el orden de aquellas equivalencias entre la psique y el mundo fenoménico deben ser considerados a partir de su naturaleza acausal (Hoffmann, 2006).  Sueños Paralelos: Ocurre cuando el mismo sueño tiene lugar en el psiquismo de dos o mas personas. Una de ellas está directamente implicada con el tema onírico. Las demás no necesariamente: Para explicar esto, Jung recurre a fuerzas enraizadas en el inconsciente colectivo.

Serían casos en los que el eje de tan particular situación es un arquetipo (modelo original o prototipo), el cual actuaría como agente transmisor desde el psiquismo del soñante implicado a los demás22: La práctica constructiva de Jung consistía en reconectar al individuo “con los dioses”, o sea, con los arquetipos colectivos del inconsciente para que pudiese actuar en función trascendente curativa. Según Jung, frente al proceso de expresión simbólica la terapia debe adoptar un enfoque constructivo y no reductivo. Un tratamiento constructivo allana el camino para que el propio paciente comprenda su proceso, a menudo buscando junto con el analista paralelos útiles de su simbolismo individual en la mitología antigua (Hyde y 22

241

Igualmente si muchos tienen el mismo sueño, el vaticinio resultará distinto para cada uno, por el hecho de que no todos se encuentran en las mismas condiciones (Artemidoro, 2002).

Arquetipo de la Gran madre: Tiene todos los rasgos que usualmente atribuimos a las madres en todos los tiempos.

También suele hacer referencia a la fecundidad de la tierra, o al planeta que habitamos. En nuestro medio la pacha mama, o en otras culturas a la Eva prehistórica.

Arquetipo del viejo sabio o anciano sabio: También es considerado como un ―disfraz‖ de Dios, porque representa el conocimiento ancestral que no se ha obtenido mediante el aprendizaje, sino que llegó a nosotros por medios no comunes ni normales. En nuestro medio los Achachilas.

Arquetipo de los mil años o arquetipo del año mil: Creencia común en todos los pueblos de que cada vez que transcurre un tiempo determinado, generalmente es una cifra redonda, habrá de tener lugar un holocausto y llegará el fin de esa sociedad.

Por ejemplo la profecía maya del año dos mil doce.

Arquetipo de conformidad o arquetipo de persona: Un individuo puede tener tantas máscaras como situaciones en las que deba interactuar: en el trabajo, hogar, amistades, etc.. La persona se conforma de manera diferente ante situaciones diferentes.

Arquetipo de la creación del mundo: Todos los mitos, leyendas e historias sobre la forma en que fue creado el mundo coinciden en rasgos generales, aunque se trata de pueblos distintos separados por el tiempo y/o espacio. Incluyen generalmente un pasaje que narre que del caos se pasó al cosmos, de la noche a la luz, de la nada (como sinónimo de muerte) a la vida. Incluyen la creación del primer ser humano que generalmente se trata de una figura masculina y femenina: en las mitologías Abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islamismo), se presentan las figuras de Adán y Eva; en la McGuinness, 2004).

242

mitología nórdica la creación del mundo estuvo asociada a la aparición de Askr y Embla, los primeros humanos; en la mitología griega Decaulión y Pirra23 fueron los primeros humanos modernos, (porque anteriormente existían otras razas no humanas); en el hinduismo el mundo se creó junto con Yama y yami; en la mitología incaica la creación del mundo se produjo con la aparición de los dos primeros incas hijos del Sol (Inti), equiparable a la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo.

23

Zeus quiso entender las acciones humanas por lo que descendió del Olimpo transformado en hombre y llegó a Arcadia (provincia de la antigua Grecia) donde vivía Licaón, quien puso muy molesto a Zeus al sacrificar a un joven en su nombre, por lo que el dios destruyó su palacio y mientras Licaón huía al campo entre las fieras, sus vestidos poco a poco se convirtieron en velluda piel, sus brazos y piernas en patas. Además Licaón tuvo veintidós hijos, todos malvados. Zeus los visitó disfrazado de un pobre viajero y estos pensando que era un simple mendigo le ofrecieron una sopa hecha con los intestinos de su propio hermano llamado Nictimo, a quien habían asesinado. Zeus lleno de cólera tumbó la mesa, revivió a Nictimo y a sus hermanos en castigo los convirtió en Lobos. Cuando Zeus regresó al Olimpo, siguió molesto con los mortales, por ello decidió exterminar a la humanidad. Preparado para lanzar sus rayos temió que la hoguera que desencadenaría llegara hasta el mismo Olimpo, por lo que finalmente decidió eliminar a toda la raza humana con un gran diluvio. Prometeo, quien s e enteró del asunto advirtió a su hijo Decaulión de esto y le aconsejó que hiciera una barca para él y su esposa Pirra (quien era hija de Epimeteo y Pandora). La lluvia duró nueve días y cubrió toda la superficie de la tierra excepto la cima del monte Parnaso en donde llegó la barca que ocupaban. Cuando la tranquilidad volvió a la tierra Deucalión y Pirra miraron desconsolados sin saber que hacer. Acudieron al templo de la diosa Temis (hija de Gea con Urano, quien presidía la correcta relación entre hombre y mujer, la base de la familia legítima, se cree que construyó el Oráculo de Delfos) que sobrevivió al diluvio e imploraron a Zeus que restableciera la raza humana, quien conmovido envió a Hermes para informar que sus súplicas fueron escuchadas. Temis se les apareció en persona y les dijo: ―salgan del templo, busquen los restos de huesos de vuestras madres y arrójenlo detrás de vuestras espaldas‖. Al principio los esposos se quedaron horrorizados ante semejante propuesta, ya que sus respectivas madres murieron mucho tiempo atrás luego interpretaron que ―vuestra madre‖ era Gea, la diosa de la tierra, por tanto sus huesos debían ser las piedras. Lanzaron las piedras hacia atrás, estas comenzaron a mostrarse flexibles y blandas como estatuas de mármol. Las partes más blandas se transformaron en la carne, las partes duras en hueso. Las piedras lanzadas por Decaulión se convirtieron en hombres y las piedras lanzadas por Pirra en mujeres, es así como apareció la nueva humanidad (Flores, 2017).

243

Arquetipo del paraíso perdido: Conlleva al supuesto recuerdo de un momento de la humanidad original en que la vida era de armonía permanente. Este arquetipo refiere a la necesidad de volver al estado de protección paterno- materna, a una necesidad talasal. Corresponde a la frase popular ―todo tiempo pasado fue mejor‖. En la biblia se habla el paraíso terrenal, en Latinoamérica y en Perú se habla de la Ciudad de los Césares, el Dorado, Paititi, de la fuente de la juventud. A nivel mundial de la Atlántida.

Arquetipo de niño: Es sencillo advertir la presencia de este arquetipo en el estrato consciente de personas adultas que tienen dificultades para admitirse como mayores y actuar en consecuencia. En cambio siguen exhibiendo actitudes infantiles sin comprender de manera responsable, que son impropias de la edad cronológica que tienen ahora.

El arquetipo del niño también representa de forma simbólica todo el potencial de lo que puede ser el hombre en su mejor expresión, es el símbolo de nuestras esperanzas, nuestras posibilidades creativas y el impulso de autorrealizarnos.

Tenemos que desarrollar nuestro potencial si no está disponible, y no lo está porque necesitamos recibir AMOR, que es la energía que nos ayuda para desarrollarnos física y emocionalmente cuando somos niños (Cadarso, 2013).

Arquetipo de unidad o totalidad: Especialmente simbolizado por todo lo mandálico, es decir que presenta una figura, una actitud o idea de circularidad.

Contrariamente a lo que suele creerse un mandala no es exclusivamente un dibujo. Puede ser una imagen que aparece en sueños, un poema donde el creador brinda una metáfora de 244

unidad. Jung vinculó el arquetipo de unidad con las apariciones de objetos voladores no identificados (ovnis) haciendo notar que existe una relación directamente proporcional entre la frecuencia de las apariciones y un aumento en la intranquilidad de los pobladores de la región donde tiene lugar las visiones.

Jung especuló que cuando los pueblos están intranquilos hay una tendencia a ver objetos luminosos, blancos y redondos sobre volando el lugar. Una epidemia mortal también podría originar observaciones de este tipo. Apoyando esa idea encontramos muchas referencias a visiones de misteriosos ―soles‖ en narraciones procedentes de la edad media en las mismas épocas que Europa era asolada por las pestes.

Entonces una visión mandálica en los cielos que representan esos ovnis amorfos pero llenos de luz y claridad enceguecedoras tiene para la Psicología Junguiana, la siguiente interpretación: una Luz fortísima llega a este plantea desde otro lugar (lo inconsciente) y lleva en su interior, a las criaturas que la tripulan y guían su destino (los arquetipos) procedentes de sitios que desconocemos y cuya existencia ignoramos24.

Arquetipo de muerte y resurrección: Tiene su relación con el continuo de la eternidad y con el hecho científicamente demostrado de que nada se pierde, solo se transforma. La muerte en sí misma como final definitivo y total no existe, al menos así se encuentra inscrito en el inconsciente colectivo.

Jesús muerto en la cruz ha de resucitar; el mito griego del Ave Fénix, un pájaro fantástico capaz de renacer a partir de sus mismas cenizas; el año nuevo es una oportunidad en la vida para hacer todo aquello que no se logró durante el año anterior, mediante rituales y vestimentas especiales.

Arquetipo del héroe: La misión del aspirante es hallar la luz y una vez convertido en un iniciado, arroja esa luz para disipar la oscuridad. Es el símbolo del proceso por el cual adviene la ―Desde el principio me interesé por las noticias sobre ufos, a causa de la posibilidad de que se tratara de rumores simbólicos y desde 1947, reuní todas las publicaciones sobre el tema que pude echar mano. Me parecía en efecto, que los ufos coincidían de manera impresionante con el símbolo del mandala al que me referí por primera vez en 1927‖ (Jung, en ―Sobre cosas que se ven en el cielo”).

24

245

conciencia humana. Producto de aquel tiempo de hominización en que un animal se transformó en un producto diferente, superior a lo vegetal y animal, al tener capacidad para adicionar cultura, simbolizar, abstraer, tener comprensión de su propia existencia finita. Representa la consolidación de la personalidad. A través de diversas pruebas y aventuras, el héroe se reconoce como ser transformador que adquiere consciencia desarrollando y afirmando su yo. Trasmite el esfuerzo por resolver el problema fundamental del crecimiento que es la adquisición del sentido de identidad. El adolescente asumirá diferentes roles.

Jung concibe al mito del héroe como una de las expresiones simbólicas universales más adecuadas para dar cuenta del proceso de individuación. En definitiva, el héroe se entrega a una aventura fascinante y tremenda, se interna en las oscuridades e incertidumbres de sus propias tinieblas, enfrenta potencias numinosas con las cuales lucha y se reconcilia, creándose así, una personalidad más amplia. En principio, el héroe cuenta solo consigo mismo, con la débil consciencia individual, pero con la consecución de su aventura se torna cada vez con mayor evidencia la presencia de un guía, de un ‗espíritu superior‘, de un daimon, que constituye una consciencia más alta, una consciencia capaz de anticiparse a la inmediatez de los hechos y de captar el sentido latente constelado en un determinado momento. El héroe está forzado por su estrella, por su daimon, a realizar una travesía que será un mero vagabundeo errante si no comprende que, en definitiva, es una peregrinación (Nante, 2011).

Arquetipo de la sombra: Se trata de la parte rechazada, de todo aquello que a la consciencia repugna. La sombra personal aparece cuando hacemos referencia a ella para indicar los aspectos indeseables que hemos reprimido porque todavía no llegamos a aceptarlos como propios. Es la faceta de la sombra que creamos nosotros mismos a lo largo de nuestra vida. La sombra arquetípica es la parte inferior de la personalidad tiene relación con aquella parte que nos vincula a la parte animal que permanece en nosotros. Es nuestro hombre primitivo interior que nos avergüenza. Por ejemplo la imagen aterradora del loco, la bruja o el cuco con las que los padres atormentaban a 246

los hijos cuando no obedecían algún encargo, provoca miedo justamente, porque simboliza todo lo malo, feo y desarmónico que habita en el psiquismo humano. Esto no es una cuestión consciente. Esa sensación desagradable hacia esas descripciones ya están grabadas en nosotros. No procede de un proceso establecido por la cultura.  Sueños Proféticos: Los sueños proféticos son de igual manera de naturaleza extrasensorial. No tratan de hechos personales. En estos casos el material versa sobre una o más situaciones extremas que incumben a grupos de personas y hasta a toda una comunidad. Por ejemplo el sueño del faraón, que narra la Biblia en el antiguo testamento: el faraón había soñado que estaba al borde del Nilo y veía siete vacas gordas que salían del río y pastaban entre los campos. A continuación otras siete vacas flacas y demacradas emergían y se devoraban a las vacas gordas. Tras lo cual siguieron tan flacas y demacradas como antes.

Todavía hay algo más. En el caso de visiones que anuncian una desgracia, si el alma del que sueña en su momento no reacciona con excesivo disgusto, los resultados desfavorables serán menos graves y casi no llegarán a cumplirse. Y a la inversa, cuando se trate de sueños que encierran un vaticinio favorable, si el alma no se encuentra en una feliz disposición, las consecuencias propicias no se realizarán, pasarán inadvertidas o serán sin duda alguna de menor intensidad (Artemidoro, 2002).

Serie onírica Se denomina serie onírica a aquella en la que los sueños anteriores y/o posteriores al que se está analizando presentan semejanzas en cuanto a imágenes, temas, amplificaciones y situaciones conscientes del sujeto. Estos factores comunes son los que determinan si un sueño en particular pertenece o no a una determinada serie onírica. Muestra las variaciones respecto a un mismo tema, permite identificar temas importantes, brinda la posibilidad de completar un sueño que se presenta en forma fragmentada, etc.

247

Pasos para interpretar un sueño La interpretación psicoanalítica de los sueños es una labor meticulosa para esclarecer los absurdos aparentes del sueño recordado al ver esas producciones como evidencia de los procesos y contenidos mentales no conscientes del soñador.

Por tanto, la interpretación precisa del sueño levanta el disfraz, hace inteligibles las distorsiones y reemplaza el absurdo con comprensión, lo cual hace accesible la lógica mucho tiempo oculta del inconsciente (Sollod, Wilson & Monte; 2009) El intérprete debe poseer ciertas dotes naturales, servirse de la propia inteligencia y no atenerse exclusivamente a lo que dicen los libros, puesto que todo el que espera poder alcanzar la perfección confiando únicamente en el arte sin la ayuda de la naturaleza no pasará de ser un principiante y un fracasado, tanto mayor sea su hábito, pues el hecho de seguir un camino equivocado desde el comienzo trae consigo el afianzarse más profundamente en el error. Asimismo no se pueden interpretar los sueños que no se recuerdan en forma completa, tanto si se ha olvidado la parte central como la conclusión. Para ofrecer una acertada explicación hay que examinar cómo se desarrolló la totalidad de la visión pues solamente se llega a captar el contenido de aquello conservado íntegramente en la memoria (Artemidoro, 2002).

Para el trabajo de interpretación en general y para el aplicado al material de los sueños, no existen interpretaciones ―universalmente válidas‖. En el proceso de interpretación paciente y terapeuta colaboran para dilucidar el significado inconsciente, además este es un procedo prolongado en el que se van desechando hipótesis inicialmente formuladas (Kriz, 2001).

Los pasos necesarios para una correcta interpretación de los sueños según Jung, son (Las Heras, 2008):  Enunciar el texto del sueño y analizarlo en toda su estructura. El sueño estructuralmente presenta una exposición, un desarrollo, una culminación y una resolución. El sujeto puede tener dudas con respecto a 248

que si lo que refiere es el sueño completo o solo una parte. Es adecuado preguntar al sujeto cuales son sus sensaciones respeto al sueño.  Ver y analizar el contexto en que tiene lugar el sueño, información sobre el ambiente del soñante o sus paralelos arquetípicos, temas que se interrelacionan con las amplificaciones.  Tener una actitud apropiada al interpretar un sueño, que consiste en no dar nada por sentado respecto del significado de un sueño, recordar que el sueño no es un disfraz, sino una serie de hechos psíquicos, no esperar que siempre el sueño sea un indicador de lo que el sujeto debe hacer, considerar las características de personalidad tanto del sujeto que sueña como del interpretador.  Caracterizar a las imágenes oníricas como objetivas (son aquellas que se presentan representando a la imagen real tal cual es) o subjetivas (cuando representan una parte de la personalidad del soñante).  Tener en cuenta la función compensatoria del sueño: a) identificar a qué problema o complejo se refiere el sueño. b) evaluar la correspondiente situación consciente del sujeto (si la actitud consciente es adecuada para enfrentar la realidad). c) evaluar si se hace necesaria una caracterización reductiva o constructiva. Algunos sueños pueden compensar en forma negativa, por ejemplo a manera de fantasías, actitudes infantiles, ficciones exageradas, etc. (reductiva) y otros en forma positiva, que contribuyen a su desarrollo (constructiva).  Efectuar la interpretación propiamente dicha realizando la traducción del lenguaje del sueño en relación con la situación consciente del sujeto, verificarla en base a la comparación con otros sueños de una serie onírica, si así se hiciera necesario, y finalmente enunciar la interpretación.  Este último paso consiste en la verificación de la 249

interpretación desde diferentes ángulos: a) ver si resulta aceptable para el soñante. b) si obra en su beneficio. c) si no resulta desmentida por sueños posteriores. d) si los hechos que predice la interpretación ocurren en la vida real del sujeto Para completar este esquema, debemos agregar que para Jung, cuántos más datos se obtengan de parte del soñante, más probabilidades habrá de realizar una correcta interpretación.

En cuanto a los sueños repetidos, cuando son vistos en breves intervalos, a los pocos días, se presentan de esa manera para que se les conceda mayor atención y crédito. Cuando las personas en la vida cotidiana decimos algo importante insistimos en ello. En consecuencia nuestro espíritu de igual modo nos muestra las mismas imágenes repetidas, bien porque nos advierte de hechos esenciales, memorables y en modo algunos accesorios, bien porque ha comenzado a percatarse de ellos mucho antes de su cumplimiento y no cesa de vislumbrarlos. Sin embargo cuando una misma visión es observada varias veces tras largos lapsos de tiempo, en días muy distantes, se debe tener en cuenta que ya significa una cosa, ya otra (Artemidoro, 2002).

AUTOEVALUACIÓN Nro. 17 ¿Qué es un mandala?

¿Qué es un arquetipo?

250

¿Qué es un sueño paralelo?

¿Qué se entiende por serie onírica?

¿Qué es el principio de sincronicidad?

Definir: - Clarividencia

- Precognición - Telepatía Los pasos necesarios para una correcta interpretación de los sueños según Jung, son (mencione y explique)

251

¿Qué relación existe entre sueños e histeria?

¿Qué se entiende por neutralidad del analista?

Realizar el siguiente crucigrama 1.

Se refiere al conjunto de normas o habitualidades que configuran la relación analista- paciente.

2.

Posibilidad de que el paciente hable de lo que se le ocurra sin coacciones ni sugerencias, es la llamada asociación……

Este tipo de sueño prepara, advierte o anuncian acerca de determinadas situaciones.

Según (autor)………………, la practica constructiva consistía en reconectar al individuo con los dioses, o sea con los arquetipos colectivos del inconsciente.

Este tipo de sueños hace referencia a que el mismo sueño tiene lugar en el psiquismo de dos o más personas.

Arquetipo que se presenta en personas mayores con dificultades para admitirse como adultas.

Arquetipo que hace referencia a la fecundidad de la tierra.

Arquetipo que hace referencia al aspirante a hallar la luz.

Arquetipo que hace referencia al ser interior que nos avergüenza; lo que la conciencia repugna.

Tipo de arquetipo que hace referencia a realizar una travesía que será un mero vagabundeo errante si no comprende que, en definitiva, es una peregrinación Se le denomina serie………a aquella en la que los sueños anteriores y posteriores presentan semejanzas.

Es la transmisión o captación de un contenido mental sin que en esa captación intervengan ninguno de los cinco sentidos.

3.

4.

5.

6.

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9.

10.

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12.

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1 3

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5

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Buscar y redactar un resumen el mito de andr贸gino (El Banquete, de Plat贸n) y analizar su relaci贸n con los arquetipos

(pr贸xima clase).

253

¿POR QUÉ OLVIDAMOS EL SUEÑO UNA VEZ DESPIERTOS?

Consabido es que el sueño “se disipa” por la mañana. Sin duda, es susceptible de recuerdo. En efecto, sólo sabemos del sueño por el recuerdo que de él tenemos después del despertar; pero muy a menudo creemos que lo recordamos incompleto, que en la noche había más en él; podemos observar cómo un recuerdo onírico todavía vívido por la mañana se desintegra en el curso del día hasta que no quedan sino pequeños fragmentos; muchas veces sabemos que hemos soñado, pero no lo que soñamos, y estamos tan habituados a la experiencia de que el sueño está expuesto al olvido que no rechazamos por absurda la posibilidad de que haya soñado por la noche aquel que por la mañana nada sabe del contenido ni de la ocurrencia misma de su soñar. Por otra parte, sucede que ciertos sueños muestran una extraordinaria permanencia en la memoria. Para el olvido de los sueños valen todas aquellas razones que en la vida de vigilia producen el olvido. En nuestra vigilia solemos olvidar enseguida un sinnúmero de sensaciones y percepciones porque eran demasiado débiles, porque la excitación psíquica asociada con ellas fue de grado muy bajo. Esto mismo sucede con muchas imágenes oníricas; se las olvidará porque fueron demasiado débiles, mientras que se recordarán imágenes más fuertes próximas a ellas. Aunque se admite que a menudo se olvidan con rapidez imágenes oníricas de las que se sabe que fueron muy vívidas, mientras que entre las conservadas en la memoria las hay muchas fugaces y tenues. Para que sensaciones, representaciones, pensamientos, etc., alcancen una cierta magnitud mnémica, es necesario que no permanezcan aislados, sino que se presenten en conexiones y compañías del tipo adecuado. Si fragmentamos un breve verso en palabras y entremezclamos estas, será muy difícil retenerlo.

«Bien ordenadas y en la secuencia que conviene, una palabra trae a la otra, y el todo, pleno de sentido, se fija fácilmente y por largo tiempo en el recuerdo. La retención de lo falto de sentido es en general tan difícil y rara en nosotros como la de lo confuso y desordenado» como favorecedor del olvido de los sueños debe mencionarse el hecho de que la mayoría de los hombres no ponen interés en ellos. Quien, por ejemplo como investigador, se ha interesado durante un tiempo por el sueño, soñará en ese lapso más que antes, o mejor dicho: recordará sus sueños con mayor facilidad y frecuencia (“La interpretación de los sueños”, Sigmund Freud).

254

INTERPRETACIÓN Tiene como objetivo ampliar la consciencia del paciente, esto es, hacer comprensible y significativo para el sujeto, aquellos síntomas, comportamientos y hechos psicológicos que hasta ese momento estaban aparentemente desprovistos de sentido parta él mismo, pero que de hecho están vinculados a impulsos, necesidades, etc. reprimidas del individuo (Zaldivar, 1998).

Es más, el paciente es el último en comprenderlos simplemente por ser quien inconscientemente no los quiere comprender. El analista, al contrario, si está en condiciones para formular hipótesis respecto a los factores inconscientes que determinan la conducta. El analista está entrenado para buscar significados ocultos y ya que es idealmente un observador no involucrado y objetivo, y se piensa que resulta más fácil para él detectar el significado posible de la conducta verbal y no verbal del paciente, le resulta más fácil (Bernstein & Nietzel, 1995).

La actividad interpretativa se lleva a cabo sobre los contenidos aportados por el paciente durante las sesiones analíticas, las resistencias y las transferencias, los actos casuales y fallidos también son objeto de interpretación (Zaldivar, 1998).

El problema obviamente, consiste en lograr que el paciente vea y acepte cosas desagradables pero a la vez no apesadumbrarlo con material que aún no puede manejar. Aquí es donde la interpretación analítica interviene. Por medio de preguntas y comentarios acerca de la conducta verbal y no verbal, las asociaciones libres, los sueños, etc., el analista pretende dar una guía y orientación a la autoexploración del paciente. En el momento en que el paciente resiste o se defiende, o cuando no es capaz o no quiere ver el posible significado de algún hecho, el terapeuta trata de señalar el hecho y a veces ofrece un nuevo punto de vista (Bernstein & Nietzel, 1995).

Una interpretación ya sea del contenido aportado por el paciente en sus asociaciones, de las causas y significación de las resistencias o de la transferencia afectiva, para que resulte 255

efectiva tiene que ser elaborada por el paciente. Freud denominó proceso de elaboración, al acto de presentar, de manera repetida y a veces con cierta variación, a la confrontación del Yo del paciente, la interpretación de determinados contenidos o hechos reprimidos, para que de esta manera posibilite hacer un uso constructivo del o de los insights correspondientes (Zaldivar, 1998).

Idealmente las interpretaciones del analista no son simples declaraciones de como él ve los problemas del paciente.

Después de todo el analista pudiera estar equivocado. El proceso interpretativo es algo más de ensayo y es continuo, es una manera de instigar al paciente a considerar alternativas, rechazar las explicaciones obvias y buscar significados más profundos, El mejor momento para ofrecer una interpretación es cuando el paciente está a punto de estar consciente de algo importante pero aun no puede verbalizarlo. ―uno comunica al paciente aquello que está a punto de captar y se lo comunica en forma tal que el paciente siente haberlo descubierto por cuenta propia‖ (Menninger, 1958 citado por Bernstein & Nietzel, 1995).

La interpretación tiene que tener un tiempo para serle presentada al paciente. De otra forma las resistencias se incrementarán y no producirán el efecto emocional introspectivo deseado. Esto explica por qué el tratamiento psicoanalítico, hasta hoy, sigue siendo un procedimiento largo y desgastante (Oblitas, 2004).

En pocas palabras, el terapeuta trata de decir lo adecuado en el momento justo.

Problemas relacionados a la interpretación (Reich, 1957): - Interpretación demasiado temprana del significado de

los síntomas o de otras manifestaciones de las capas más profundas del inconsciente, en particular los símbolos. El paciente pone el análisis al servicio de resistencias que permanecen ocultas y uno descubre 256

demasiado tarde que, completamente intacto por el análisis, el paciente se ha limitado a describir círculos.

- Interpretación del material en el orden en el cual se

presenta, sin considerar la estructura de la neurosis y la estratificación del material. El error consiste en interpretar por la exclusiva razón de que el material se presenta con claridad (interpretación asistemática del significado).

- El análisis se torna confuso no sólo por la interpretación

del material a medida que éste se presenta, sino también porque las interpretaciones se plantean antes de trabajar sobre las resistencias principales. Vale decir, la interpretación del significado precede a la interpretación de la resistencia. La situación se complica más aun debido a que pronto las resistencias se concatenan con la relación con el terapeuta y así la interpretación asistemática de las resistencias también complica la situación transferencial.

- La interpretación de las resistencias transferenciales es

no sólo asistemática, sino también inconsecuente, o sea que se pasa por alto el hecho de que el paciente tiende a volver a esconder sus resistencias, a enmascararlas mediante producciones estériles o agudas formaciones reactivas. Las resistencias transferenciales latentes se pasan en su mayor parte por alto o bien el analista teme permitirles su pleno desarrollo, o traerlas a luz cuando están escondidas en una u otra forma.

Sydney Pulver, citado por Cash, 2012; identificó cinco clases de interpretaciones:  Resistencia: Cuando el paciente se está resistiendo al proceso de análisis y cambio, el analista se lo hace notar y le indica cómo lo está haciendo.  Transferencia: Cuando el analista percibe que el paciente está empezando a relacionarse con él como si 257

fuera una persona significativa de su pasado, se lo hace notar.  Extratransferencia: Cuando el analista percibe que el paciente está actuando en sus relaciones interpersonales actuales como lo hacía en el pasado con otras personas, se lo hace notar.  Carácter: El analista advierte al paciente cuando sus conductas inadaptadas constituyen un aspecto central de su personalidad.  Reconstrucciones: El analista señala al paciente los pensamientos, las emociones y las conductas que ―completan‖ los recuerdos incompletos que manifiesta.

ATENCIÓN A LA CONDUCTA COTIDIANA En la obra de Sigmund Freud, ―Psicopatología de la vida cotidiana‖, demuestra que gran parte de nuestra conducta diaria es un reflejo de fantasías, deseos, impulsos y mecanismos de defensa por lo que se tiene (Bernstein & Nietzel, 1995): EL HUMOR: Freud notó que el humor generalmente contiene expresiones de hostilidad o agresión, ya sean abiertas u ocultas.

Freud describió el humor como una expresión segura de un conflicto reprimido, derivando en placer por la liberación de la tensión a través de un chiste. Nos reímos de chistes si expresan temas o conflictos que son importantes de manera inconsciente, pero que de manera consciente son inaceptables.

Un fanático, por ejemplo, encontrará particularmente entretenidos los chistes raciales. (Cloninger, 2003).

La transformación de estos sentimientos en humor se llama trabajo de ingenio y presenta algunas analogías con el trabajo onírico. Según Freud, las bromas proporcionan un desahogo no peligroso de la rabia y hostilidad que de ser expresados 258

directamente, podrían despertar un desagravio violento o cuando menos sentimientos intolerables de culpa. Debido a que la broma atenúa cuando menos una parte del impulso agresivo, una cierta cantidad de energía psíquica, que de otra manera se hubiera empleado en la represión continua de aquel impulso, se vuelve innecesaria y se libera en forma de risa. Por consiguiente, el analista debe analizar las bromas que hace una persona o las encuentra chistosas, para ayudar a su paciente a lograr una comprensión mayor de si mismo (Bernstein & Nietzel, 1995).

Tanto los sueños como el humor con frecuencia utilizan la técnica de la condensación, en los cuales dos o más imágenes se combinan para formar una imagen que unifica los significados y los impulsos de ambos, es decir se usa el doble significado de las palabras (Cloninger, 2003).

La condensación consiste en la unión de varios elementos separados que tienen determinada afinidad entre sí; es decir, que los rasgos u objetos A, B, C, y D se condensan en uno nuevo y único, compuesto por A + B + C + D. Esto es lo que ocurre con los sueños, donde es posible que aparezcan en un solo sujeto características de varios personajes distintos. Todo síntoma está plurideterminado por diversos afectos que se expresan condensados a través de él (Oblitas, 2004).

El chiste, el gracejo (ironía), lo cómico, son también maneras de expresar disimuladamente los complejos reprimidos. Por su uso, tanto el humorista, el repetidor y los oyentes , logran expresar deseos particularmente eróticos, cuyo significado es enmascarado por los artificios de la forma, que son a veces tan complicados que confunden la razón (Delgado, 1989).

LOS ERRORES: Tal es el caso de las parapraxis, errores de la vida diaria al hablar o al escribir. El hecho de que un escritor al revisar un manuscrito no detecte ciertos errores penosos, puede indicar la presencia de algunos deseos inconscientes. Otros hechos accidentales en los que el paciente es responsable, por ejemplo la mujer que por un accidente pierde papeles 259

importantes del marido, podría reflejar que inconscientemente la mujer tuviese una fuerte competencia con el marido o alguna rivalidad. También en este rubro entran los olvidos.

Uno de los actos fallidos freudianos más comunes es el relato inexacto, o lapsus linguae.

Freud creía que los errores de este tipo reflejaban ideas, deseos o pensamientos que están siendo reprimidos. Así, si en inglés se mezclaran las palabras chair (silla) y seat (asiento) y se dijera la palabra cheat (trampa), Freud hubiera interpretado que creeríamos que la otra persona podía intentar hacer trampa, o quizás nosotros mismos en alguna situación especifica (Smith & Kosslyn, 2008).

Por ejemplo, cuando el congresista Gerardo Cruz Saavedra en el periodo legislativo 2000 - 2001, juramentó con la frase: ―por Dios y por la plata; el regidor del distrito de Ciudad Nueva, Nicolás Mamani, pronunció: ―Sí, juro por Dios y por la corrupción" para el periodo edil 2015-2018 o cuando el teniente alcalde de Pocollay Juan Abel Llanos Paz por el año 2010, también juramentó al cargo diciendo a viva voz ―por Dios y por la plata‖.

La sustitución de palabras, los lapsus, los equívocos en la pronunciación de voces corrientes, como de las pertenecientes a lenguas extranjeras, el desorden en la construcción de las frases y en general los errores al hablar, el leer o escribir, en gran parte están supeditadas a la misma contingencia: son productos del conflicto psíquico. Sucede además, que las expresiones incorrectas usadas por personas instruidas, son a veces la revelación involuntaria de deseos secretos (Delgado, 1989).

El inconsciente dice la verdad, careciendo del tacto de la conciencia. Los errores de memoria son otra clase de acto fallido freudiano; por ejemplo, olvidar el cumpleaños de un pariente no muy querido. Otros actos fallidos freudianos incluyen los errores al escuchar, perder o dejar fuera de su lugar las cosas y los errores de acción. El determinismo psíquico nos hace estrictamente responsables por todas 260

nuestras acciones (Cloninger, 2003).

Existen otros hechos de la vida cotidiana que lo explica el psicoanálisis: por ejemplo el afán de guardar objetos inútiles o coleccionarlos, que sirve para calmar el deseo de posesión o de uso de algo que los objetos coleccionados simbolizan.

También la manía de coleccionarlo todo, el fin de tal propensión es simplemente tener una ocupación activa y constante para evitar el conflicto psíquico. La pérdida deliberada de determinados objetos, su desaparición sirve para hacer olvidar algo que trae a la memoria o conseguir un sustituto nuevo y mejor (Delgado, 1989).

A menudo se señala que la teoría psicoanalítica no acepta la existencia de los accidentes reales o equivocaciones inocentes. En términos estrictos no es cierto, los acontecimientos sobre los cuales el paciente no tiene control por ejemplo ser herido cuando un avión se estrella en su casa, son vistos como accidentes auténticos, pero si la víctima puede ser en alguna forma responsable de lo sucedido, entonces si existe la posibilidad de algún significado inconsciente (Bernstein & Nietzel, 1995).

MECANISMOS DE DEFENSA Gran parte de nuestros males emocionales se producen por sentirnos incapaces de hacer frente a los conflictos que braman dentro de nosotros, en consecuencia desarrollamos una serie de mecanismos de defensa que evitan que reconozcamos las verdaderas causas de nuestro desajuste e inmadurez (Cramer, 1982).

Freud llamó mecanismo de defensa a las diferentes técnicas que el yo emplea en contra de las exigencias de los instintos (De la Hoz et al., 1986).

El yo emplea varias estrategias para resolver el conflicto intrapsíquico.

Estos mecanismos de defensa se adoptan si la expresión directa del impulso del ello es inaceptable para el Superyó o es 261

peligrosa en el mundo real. Todos los mecanismos de defensa empiezan con la represión de los impulsos inaceptables, esto es, los fuerzan a ser inconscientes. Sin embargo, la represión consume energía. Para conservar energía, el yo utiliza una variedad de mecanismos de defensa que disfrazan un impulso inaceptable.

Al distorsionar la fuente, la finalidad, y el objeto del impulso, evitan la represalia del Superyó, permitiendo al impulso, en efecto, evadir al censor. De esta manera, no es necesaria una represión total del impulso.

Esto reduce los requerimientos de energía para la represión, en forma análoga a la manera en que se permite que el vapor salga de la olla de presión para reducir la fuerza requerida para mantener la tapa. Todavía más, evita la experiencia de la ansiedad, que es un aspecto que subyace a todos los mecanismos de defensa (Paulhus, Fridhandler & Hayes, 1997; Turvey & Salovey, 1993-1994; citados por Cloninger, 2003).

MECANISMOS QUE PROVOCARÁN UNA ÓPTIMA ADAPTACIÓN ANTE ACONTECIMIENTOS ESTRESANTES: Afiliación: El individuo, ante una amenaza interna o externa, busca ayuda y apoyo en los demás.

Altruísmo: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales dedicándose a satisfacer las necesidades de los demás.

Anticipación: El individuo, ante amenaza interna o externa o conflicto, anticipa las consecuencias y considera de forma realista soluciones alternativas.

Autoafirmación: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales expresando directamente sus sentimientos de forma no manipuladora.

Autoobservación: El individuo se enfrenta a amenazas internas o externas reflexionando sobre sus propios pensamientos, sentimientos, motivaciones, ... y actuando de acuerdo con ellos.

262

Sentido del humor: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales haciendo hincapié en los aspectos divertidos o irónicos de los conflictos o situaciones estresantes.

Sublimación: El individuo se enfrenta a las amenazas canalizando sentimientos o impulsos potencialmente desadaptativos en comportamientos socialmente aceptables (deportes).

Supresión: El individuo se enfrenta a los conflictos emocionales evitando intencionadamente pensar en problemas, deseos, sentimientos que le producen malestar.

MECANISMOS QUE PERMITEN MANTENER FUERA DE LA CONSCIENCIA LO DESAGRADABLE: Abstención: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales empleando palabras con el propósito simbólico de negar o plantear enmiendas a pensamientos, sentimientos o acciones.

Disociación: El individuo se enfrenta mediante una alteración temporal de las funciones de integración de la conciencia.

Formación reactiva: Se enfrenta sustituyendo los comportamientos, sentimientos, pensamientos inaceptables por otros opuestos.

Intelectualización: Se enfrenta generalizando o implicándose en pensamientos excesivamente abstractos para minimizar sentimientos que le causan malestar.

Represión: Se enfrenta expulsando de su consciencia (haciendo inconscientes) sentimientos o deseos que le producen malestar.

Ascetismo es la renuncia de las necesidades. Los pre adolescentes cuando se sienten amenazados por sus emergentes deseos sexuales, pueden protegerse a sí mismos inconscientemente a través de negar no sólo sus deseos sexuales, sino también todos sus deseos. Así, se embarcan en una vida como si fueran monjes, con una tendencia ascética 263

donde renuncian a cualquier interés sobre lo que los demás renuncian.

Abreacción: a la descarga de emociones y afectos ligados a recuerdos, generalmente de experiencias penosas o dolorosas infantiles que han sido reprimidas. En el contexto terapéutico, el supuesto es que el sujeto, al revivir las situaciones originarias por la palabra y otras expresiones conductuales o gestuales adecuadas, se libera de la tensión afectiva ligada a esas representaciones. Proceso pro el cual se libera una emoción reprimida reviviendo imaginariamente la experiencia original25.

NIVEL DE DISTORSIONES DE LA IMAGEN DE UNO MISMO DE LOS DEMÁS PARA NO PERDER AUTOESTIMA O GANARLO: Devaluación: en momentos de conflicto emocional, el individuo se enfrenta atribuyendo cualidades exageradamente negativas a los demás.

25

Algunos autores emplean la palabra abreacción y catarsis de manera indiferenciada. La palabra catarsis viene del griego katarsis que como bien se sabe tiene un significado de purga, depuración y es en ese sentido que Aristóteles la empleó. La catarsis permite la producción de varios fenómenos psicológicos importantes (Seguín, 2007): - El hecho de comunicar algo de lo que nos sentimos culpables, que nos avergüenza o deprime, hace que, en cierta forma, hagamos al ayente un poco partícipe de nuestras propias culpas y diluyamos así con él nuestra propia responsabilidad.

- Este mismo fenómeno establece una relación fraternal, amistosa, etc., con nuestro interlocutor.

- Hay otro mecanismo interesante que también interviene. Es el de la acción misma de confesar algo que puede ser tomada como un castigo. Si nos castigamos de esa forma, nos veremos mucho más libres de la sensación de culpa.

- Por otro lado en ciertos individuos el hecho de confesar cosas desagradables gratifica tendencias exhibicionistas. Al hablar de nuestras propias maldades (mientras más grandes mejor) nos sentimos interesantes y nuestra personalidad se afirma de esta forma paradójica.

- La catarsis al ir enseñando al paciente a hablar de temas prohibidos, va haciéndolo más capaz de espontaneidad y sinceridad, no solo con el terapeuta sino consigo mismo.

264

Idealización: El individuo se enfrenta a situaciones de amenaza interna o externa atribuyendo cualidades exageradamente positivas a los demás.

Omnipotencia: El individuo actúa ante conflicto pensando o actuando como si dispusiera de poderes o capacidades especiales y fuera superior a los demás.

MECANISMOS QUE PERMITEN MANTENER SITUACIONES DE ESTRÉS FUERA DE LA CONSCIENCIA SIN SER ATRIBUIDOS A CAUSAS ERRÓNEAS: Negación26: El individuo se enfrenta negándose a reconocer aspectos dolorosos de la realidad externa o de nuestro interior.

En caso de darse una total negación de la realidad se denominaría negación psicótica.

Proyección: El individuo se enfrenta atribuyendo incorrectamente a los demás sentimientos o pensamientos propios que le resultan inaceptables.

Racionalización: El individuo se enfrenta inventando sus propias explicaciones, tranquilizadoras pero incorrectas, para encubrir verdaderas motivaciones que rigen sus pensamientos o acciones.

NIVEL CARACTERIZADO POR UNA ENORME DISTORSIÓN DE LA REALIDAD: Fantasía autista: El individuo se enfrenta a situaciones de amenaza interna o externa mediante fantasías excesivas que sustituyen la resolución del problema.

Polarización: El individuo tiende a verse a él o a los demás como totalmente buenos o malos sin conseguir integrar las cualidades positivas y negativas de cada uno.

MECANISMOS

DE

ENFRENTAMIENTO

A

AMENAZA

Mal llamada negación, siendo el nombre adecuado “denegación”. Términos usados por Freud: Verdrangung: Represión, Verneinung: Denegación, Verieunung: Renegación, Verwerfung: Forclusión o preclusión 26

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MEDIANTE ACCIÓN O RETIRADA: Agresión pasiva: El individuo se enfrenta con reacción agresiva interna sin que el otro llegue a percibirla, es como una máscara que esconde hostilidad y resentimiento. Puede ser simplemente una respuesta de supervivencia de un subordinado ante un jefe, que no tiene otra forma más abierta de autoafirmación.

Quejas o rechazo de ayuda: El individuo expresa quejas o peticiones de ayuda que esconden rechazo y hostilidad, y que luego se expresan con rechazo o desagrado a cualquier ofrecimiento de ayuda.

Retirada apática: Individuo que en vez de enfrentarse, simplemente se retira sin dar muestras de cambios en sus sentimientos.

Los mecanismos de defensa varían desde los muy infantiles, desarrollados en los primeros años de vida, hasta los más maduros, que se desarrollan más tarde. Mientras que todo mundo necesita de los mecanismos de defensa para enfrentar la vida, la gente que está mejor adaptada utiliza defensas más maduras, mientras que el empleo extenso de defensas primitivas es enfermizo (Cloninger, 2003).

AUTOEVALUACIÓN Nro. 18 - ¿Qué es un mecanismo de defensa?

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- Escoja seis mecanismos de defensa y realice dos ejemplos de cada uno de ellos

Realizar el siguiente crucigrama 1.

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El yo emplea varias estrategias para resolver el ..................intrapsíquico Todos los mecanismos de defensa empiezan con la ................ de los impulsos inaceptables El individuo se enfrenta a los conflictos emocionales evitando intencionadamente pensar en problemas, deseos, sentimientos que le producen malestar.

El individuo se enfrenta a conflictos emocionales empleando palabras con el propósito simbólico de negar o plantear enmiendas a pensamientos, sentimientos o acciones.

El individuo se enfrenta negándose a reconocer aspectos dolorosos de la realidad externa o de nuestro interior Los mecanismos de defensa varían desde los muy infantiles, desarrollados en los primeros años de ..............., hasta los más maduros La palabra catarsis viene del griego katarsis que como bien se sabe 267

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tiene un significado de ...

La gente que está mejor adaptada utiliza defensas más maduras, mientras que el ..............extenso de defensas primitivas es enfermizo Por otro lado en ciertos individuos el hecho de confesar cosas desagradables ...............tendencias exhibicionistas.

También es una manera de expresar disimuladamente los complejos reprimidos Tanto los ...............como el humor con frecuencia utilizan la técnica de la condensación, ............notó que el humor generalmente contiene expresiones de hostilidad o agresión, ya sean abiertas u ocultas.

Cuando el paciente se está resistiendo al proceso de análisis y cambio, el analista se lo hace ............. y le indica cómo lo está haciendo.

Las ............ proporcionan un desahogo no peligroso de la rabia y hostilidad La condensación consiste en la unión de varios elementos separados que tienen determinada afinidad entre ........

Uno de los actos fallidos freudianos más comunes es el relato inexacto, o ........linguae.

Sucede además, que las expresiones incorrectas usadas por personas instruidas, son a veces la revelación involuntaria de .............. secretos El inconsciente dice la ............., careciendo del tacto de la conciencia.

El individuo se enfrenta a las amenazas canalizando sentimientos o impulsos potencialmente desadaptativos en comportamientos socialmente aceptables.

El individuo actúa ante conflicto pensando o actuando como si dispusiera de poderes o capacidades especiales y fuera superior a los demás.

El individuo en vez de enfrentarse simplemente se retira sin mostrar cambios en sus sentimientos. Es la llamada retirada….

Oral, … fálica, latente, genital Es ……..iniciar la entrevista con algunas preguntas (directas o indirectas) que pongan a prueba su funcionamiento sobre varios síntomas de anclaje claves.

En pocas palabras, el terapeuta trata de decir lo adecuado en el momento…

Al distorsionar el objeto, la finalidad y la fuente del impulso, se evita la represalia del…

Freud llamo mecanismo de defensa a las diferentes técnicas que el … emplea en contra de las exigencias de los instintos.

Mal llamada negación, siendo el nombre adecuado …

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ANÁLISIS DE LA RESISTENCIA Desde el inicio del tratamiento psicoanalítico, cada paciente a pesar de su vehemente deseo de curarse, está parcial o totalmente a la ―defensiva‖. Al comunicar sus fantasías y deseos al terapeuta logra sentirse inicialmente liberado pero a la vez la duda le asalta y siente que estaría traicionándose a si mismo por revelar tales aspectos o incluso un temor a ser juzgado por el profesional tratante, lo que lo conduce inevitablemente a encerrarse nuevamente en si mismo, siendo este un proceso fluctuante en el trascurso de las sesiones.

Freud (citado por Menninger, 1960, pág. 154-156), enumera cinco tipos de resistencia: -La primera es la resistencia de la represión que proviene de la tendencia persistente, automática y normativa del Yo al tratar de controlar las tendencias peligrosas bloqueándolas. Una función del yo consiste en detener ciertas cosas a la expresión y esto se extiende a la situación analítica.  La segunda es la resistencia a la transferencia (resistencia de la frustración o resistencia de la venganza), que expresa el resentimiento del paciente por no obtener del analista (como representante de una figura temprana) la respuesta esperada. El paciente está enojado para decirle algo al analista.  La tercera se le llama ventaja de la enfermedad, que implicaría al Yo renunciar a las ventajas que ha disfrutado el paciente como resultado de su enfermedad.  La cuarta la llamó represión de la compulsión de repetición, como dijo Freud: ―comprobamos en efecto que aun después de haberse decidido el Yo a abandonar su resistencia, continúa tropezando con dificultades para deshacer sus represiones‖. A este periodo de intenso esfuerzo en el que el Yo acaba de decidir abandonar las resistencias se llama elaboración, esta se dirige contra la representación de la obsesión de repetición: ―la atracción de los prototipos inconscientes sobre el proceso instintivo reprimido‖. Esta forma de resistencia está emparentada con el principio de autodestrucción que opera detrás del yo.

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 En quinto lugar está la resistencia que emana del SúperYo que se deriva de una necesidad de castigo. Por ejemplo frases como: ―yo no merezco aliviarme, es conveniente que yo sufra‖. Sentimientos de culpa que se conservan y se resisten al cambio.

Cuanto más amenazante es el material inconsciente, tanto más fuerte es la resistencia. Los conflictos emergen a medida que el paciente habla y hace asociaciones libres. El analista está atento a la presencia de conflictos profundos. Cuanto más afloran sus conflictos, tanto más se esfuerza el paciente por mantenerlos alejados de su conciencia y por defenderse de su perturbador contenido. Esta defensa psicológica se debe, en parte, a un proceso conocido como resistencia, que es una forma de oposición a los objetivos psicoanalíticos de intensificar la toma de conciencia y volver consciente lo inconsciente (Cash, 2012).

El psicoanalista supone que el paciente manifestará varias formas de resistencia durante el transcurso de cualquier esfuerzo para descubrir el material inconsciente amenazante.

Tiene importancia porque (Bernstein & Nietzel, 1995):  Ayudan a señalar los temas, áreas, acontecimientos y periodos de tiempo que más defensas despierta y que por lo tanto requieren una mayor investigación.

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 Proporcionan algunos ejemplos actuales de las defensas acostumbradas que con la ayuda del analista, el paciente puede llegar a reconocer para finalmente abandonarlas.

Debido a que solamente se logra el verdadero progreso en la ausencia de la resistencia, el psicoanálisis se ocupa de combatirla.

La resistencia en la terapia, se vale comúnmente de aquellas pautas que son características de la organización defensiva general del paciente puesto que su fin es el mismo: evita que el conflicto reprimido se haga consciente. Entonces, la forma de resistencia proporciona importantes indicios sobre el conflicto que está en la base de la neurosis y sus contenidos reprimidos (Kriz, 2001).

La resistencia se observa en conductas tan sencillas como incumplir citas para evitar hablar sobre los problemas, o tan complicadas como desarrollar nuevos síntomas para impedir que el analista aborde material más profundo. La resistencia suele ser el primer obstáculo para la curación analítica y es un fenómeno que todo terapeuta espera. Esto se debe a que, según la teoría psicoanalítica, el meollo de los problemas de la gente es su resistencia a tomar conciencia de ellos. A medida que el análisis avanza y que la resistencia cede, el paciente empieza a asociar libremente con más facilidad y a mostrar una regresión a niveles anteriores de desarrollo psicológico.

Comienza a actuar como cuando era mucho más joven, y emergen conflictos e impulsos infantiles en respuesta a las 272

interpretaciones del analista. Con el avance del proceso, surgen nuevas revelaciones (Cash, 2012).

LA SUGESTIÓN La sugestión se encuentra dirigida a la afectividad del entrevistado La sugestión está relacionada con la inducción de ideas, emociones e impulsos en un paciente. Se halla en todas las formas de psicoterapia porque se deriva de la relación entre padre e hijo, y las personas acongojadas fácilmente adoptan la posición emocional de un niño respecto del terapeuta padre.

La sugestión consiste en la capacidad terapéutica de convencer al paciente a través de elementos afectivos.

Dinámicamente los elementos que más juegan en la sugestión son la identificación y la proyección del Superyó. La sugestión es la base de la hipnosis. Tiene la sugestión dos peligros principales. Uno es el de servirse de ella innecesariamente y seducir al paciente para que se acostumbre a ese medio regresivo de apoyo. El otro es el de emplearla sin darse cuenta (Yildiz, 2010).

Dado que la sugestión es un aspecto tan significativo del desarrollo personal, resulta importante determinar si ciertas personas por su naturaleza son más sugestionables que otras (Allport, 1974).

Algunas consideraciones que se debe tener en cuenta al aplicar la sugestión (Ramacharaka, 1973):  Receptividad del paciente: Los mejores resultados del tratamiento sugestivo se obtienen cuando se induce al enfermo a que coloque en receptiva actitud su mente.

De tal manera que cuando deseamos tratar asuntos importantísimos deseamos que nuestro interlocutor nos escuche atentamente y no se distraiga, así el terapeuta ha de procurar que el enfermo se mantenga con la mente sosegada durante el tratamiento.  Atención: Se ha de inducir al enfermo a que preste toda 273

su atención, pues de esto depende los resultados. Por lo tanto conviene que el enfermo esté tranquilo antes de empezar el tratamiento. El terapeuta le hablará en muy suave tono de voz diciéndole que relaje los músculos y afloje sus nervios. Ha de adaptar la conversación a las circunstancias del enfermo hablándole tan solo de cosas a propósito para tranquilizarle el ánimo y sosegarle la mente, evitando con sumo cuidado todo cuanto arriesgue contrariarle y suscitar réplicas y discusiones. Ha de tener presente el terapeuta que no se trata de convertir ni convencer al enfermo respecto de tal o cual opinión sino de curarle y devolverle la salud.  Voz: Se ha de procurar que la voz sea simpática e insinuante, es decir sugestiva. Difícilmente cabe explicar lo que debe entenderse por voz sugestiva, pues no quiere decir que el terapeuta haya de ser un elocuente orador sino que ha de ser capaz de comunicar sentimiento y entusiasmo al tono de su voz. Ha de matizar la inflexión de ésta con las vibraciones de su pensamiento y voluntad, de modo que la perciba el enfermo. El tono ha de ser vibrante y firme, no precisamente chillón, sino intenso y robusto. Las palabras han de vibrar armónicamente, de modo que penetren en la mente del enfermo.  Ejercicio: Sentado el enfermo frente al operador se le dan las sugestiones pertinentes a su caso, diciéndole que resultados se esperan obtener y asegurándole firme y positivamente que se lograrán. En seguida pronuncia el terapeuta las palabras cuyo significado haya de asimilarse en la mente del enfermo durante y después del tratamiento y las repite hasta que comprende que son vibrantes e intensas y denotan cumplidamente su intento y significado. Por ejemplo si se escoge la palabra fuerte, se ha de repetir varias veces aumentando su intensidad a cada repetición: fuerte, fuerte, fuerte. Se repite hasta que la vibración de la palabra comunique el pensamiento que entraña. No se debe repetir como un papagayo o una grabación sino sosteniendo su intenso significado. Si el terapeuta practica con frecuencia este ejercicio adquirirá un vibrante y sugestivo tono de voz que hará sonar 274

intensamente las palabras de modo que sienta el enfermo su eficacia. Se ha de tener siempre en cuenta las ideas de entusiasmo e intensidad para lograr una voz sugestiva.  La mirada: El terapeuta ha de cultivar su mirada de modo que sea firme y seria, pero no descaradamente fija sino enérgica y serena. Puede lograrlo mediante ejercicios graduales y por reflexión. Una persona mira anhelosamente el objeto que le llama la atención y si el terapeuta se acostumbra a mirar con atento interés no tardará en adquirir el poder de la mirada. Pero no ha de cultivar este poder con la idea de emplearlo en influencias hipnóticas o de semejante índole, sino con la de concentrar el pensamiento y mantener viva la atención del enfermo e infundirle confianza en el resultado del tratamiento, pues cuando el enfermo duda o desconfía es más difícil la aplicación de toda clase de métodos, porque entonces el enfermo contraría la acción del terapeuta.  Actitud mental del operador: Debe cultivar el terapeuta una actitud mental seria y honrada, de lo contrario sería un embaucador. Ha de cuidar solícitamente de los intereses psicofísicos del enfermo pues así resultará mejor servido su propio interés. Ha de actuar con un propósito definido, sin diluir su energía en meras futilezas.

No quiere esto decir que el operador haya de llevar una vida de anacoreta sin la menor distracción, sino todo lo contrario, pues el trabajo, el recreo y el descanso son igualmente necesarios para todo ser humano normal. El terapeuta ha de concentrarse en su obra, las distracciones y la indiferencia serían funestas para el éxito, pues no solo fracasarían las sugestiones sino que el enfermo lo notaría. El terapeuta ha de tener confianza en sí mismo.  Posición del enfermo: Debe colocarse el paciente en posición cómoda y holgada. Una silla, un sillón con 275

respaldo o un diván son buenos para ello. Se ha de aconsejar al enfermo que relaje los músculos y el mejor medio de enseñarle a relajarlos es ordenarle que deje reposar la mano derecha como si estuviera muerta, entonces el terapeuta la levanta y la deja caer por su propio peso sobre el asiento, sugiriéndole al enfermo que en igual condición ha de colocar todo su cuerpo. Al efecto le dirá ―se ha de colocar usted perfectamente cómodo, cómodo, muy cómodo‖. Esta sugestión no solo contribuirá al relajamiento de los músculos sino también a la de la mente. El terapeuta se colocará en una silla, o bien de pie a su lado, o en frente del enfermo, Cada cual ha de seguir su propia inspiración, pues no existen reglas fijas.  Repetición: Dice un aforismo de la terapéutica sugestiva que las sugestiones se vigorizan e intensifican por medio de la repetición. La continua repetición de una sugestión acaba por fijarse en la mente del enfermo y por lo tanto el terapeuta ha de repetir una y otra vez la sugestión, pero variando la sintaxis de modo que evite la monotonía, aunque sin alterar las palabras principales. Tiene el tratamiento sugestivo alguna semejanza con el ataque a una fortaleza a la cual hay que embestir por diversos lados a fin de dominarla. Se ha de repetir con vibrante intensidad.  Ambiente: El tratamiento se ha de aplicar allí donde nada pueda distraer la atención del enfermo. Se ha de evitar los ruidos exteriores, la vista de objetos llamativos, de suerte que el enfermo pueda concentrar el oído en las sugestiones recibidas. Conviene recorrer la cortinas o persianas del aposento para dejarlo a media luz, lo cual tiene mucha importancia desde el punto de vista psíquico  Imagen de la condición esperada: Al dar las sugestiones habrá de estampar en la mente del enfermo la imagen de la condición deseada. Esta imagen se ha de ir trazando poco a poco según el proceso de la curación esperada, terminando con la imagen mental del mismo enfermo como si ya hubiese recobrado la salud. La representación o imagen mental tiene por finalidad que el 276

pensamiento en ella subyacente se convierta en acción cuando el enfermo haya contemplado la imagen representada en su mente y sin darse cuenta determine la concreción fisiológica de la idea o pensamiento representado por la sugerida imagen.  Observaciones generales: No hay magia especial en la palabras de la sugestión. Toda su virtud está en el pensamiento que las anima. En la medida que el enfermo recibe y asimile este pensamiento, será eficaz el tratamiento. Por lo tanto el éxito depende de la energía que el operador ponga en su pensamiento y en su intensidad con que lo transforma al enfermo. La mente del enfermo debe estar dirigida hacia las saludables condiciones que desea obtener.  Reglas generales: Durante el tratamiento nunca se debe aludir a la enfermedad que sufre el sujeto, sino la condición que se desea restablecer, fijándose en la mente del paciente un ideal de salud que sin darse cuenta se esforzará en realizar. Esta regla es importantísima y no se debe quebrantar, nunca se ha de hacer sugestiones negativas. Por ejemplo en vez de decirle al enfermo ―usted no está débil‖, que entraña una afirmación negativa, se le ha de decir: ―usted es fuerte y robusto‖, que expresa una afirmación positiva. La diferencia es notoria y la razón estriba en que repitiendo la palabra ―débil‖ que nos proponemos negar, afirmamos en realidad su existencia porque la idea de débil está en la palabra independientemente de la negación y el enfermo acaba por asimilársela.

En cuanto a la edad, no se puede decir en qué etapa evolutiva la sugestión desempeña su papel más significativo en el desarrollo de la personalidad. El niño de pocos años pese a su negativismo, es en verdad incapaz de resistir el peso de la autoridad de los que le enseñan y asume su primer comportamiento social casi enteramente en virtud de su sugestionabilidad inconsciente. Los niños algo mayores de alrededor de ocho o nueve años, son especialmente sugestionables debido al periodo rápidamente creciente de 277

desarrollo lingüístico, a esta edad ya se configura un vocabulario de conceptos morales, religiosos, políticos y

estéticos, todos ellos en extremo significativos para el desarrollo de la personalidad. En la edad de estudios universitarios es en algunos aspectos todavía más sugestionable, ya que en ésta época la capacidad de sumisión al prestigio y a la obra impresa ha alcanzado por obra del largo tiempo del periodo de instrucción, tal intensidad que a veces los estudiantes parecen carecer por completo de opiniones propias. Tampoco los adultos y sus personalidades maduras están libres de los efectos de la sugestión: sirva de testigo el papel de la propaganda en la formación de la conducta política y moral, también en sus efectos sobre las formas de comprar, alimentarse, viajar, vestirse, etc. (Allport, 1974).

La sugestión obedece a cánones cientificos bien delineados.

Del sugestionador pasa al sujeto sugestionable una idea, una intención y éste toma posesión del último, entrando en la categoría de ―creencia o conación decidida‖. En ausencia del sugestionador basta la presencia de seres inanimados, revestidos de una fuerza mágica, como pasa con los amuletos y talismanes que obran por acción indirecta (Cavero, 1988) 27.

27

En nuestro país, aplican la sugestión empíricamente los curanderos (Qallahuayas) que recorren en muchas ocasiones distancias considerables con un variado arsenal “terapéutico” y prontos a explotar la credulidad y la ingenuidad de los que creen en ellos más que en los profesionales de la salud mental, entre sus remedios se encuentran: la linaza, el incienso, el matico, la tara, el airampu, 278

LA PERSUASIÓN La persuasión es el convencimiento, por vías racionales, para modificar equívocos que están incidiendo negativamente en la conducta y provocando o facilitando determinados síntomas, es un mecanismo utilizado desde siempre en la profesión médica para contender con la enfermedad, ya que a través de este se logra disminuir la angustia por desinformación e inseguridad y propiciar la colaboración activa del paciente en la dirección que se pretende. Actúa sobre el segundo sistema de señales a través del cual, por el alcance de la palabra, es capaz de incidir también sobre las distintas instancias de la unidad psicofísica (Clavijo, 2002).

Este instrumento psicoterapéutico prescribe que luego de escuchar larga y atentamente al paciente, se le haga saber que se lo considera un ser humano dotado de inteligencia y de capacidad para aprender lo que aun ignora, se le explique racionalmente como se originaron sus manifestaciones y síntomas (prácticamente una lección clínica sobre la etiología de sus dolencias) así como el significado desplazante de los mismos y finalmente se intente mostrarle que es posible continuar viviendo sin necesidad de seguir soportando dichos síntomas. Con una comprensión teórica de su enfermedad, el paciente puede obtener una mejoría, incluso la desaparición de los síntomas (Rolla, 1962).

Reside en transmitir a un paciente la convicción de algo que el terapeuta ha entendido sobre él, mediante la utilización de mecanismos predominantemente intelectuales. En lo que al psicoanálisis concierne, hay elementos de persuasión en toda interpretación, por neutral que pretenda ser; además, el encuadre proporciona la oportunidad de crear y fomentar el Yo observador del paciente (Yildiz, 2010).

La persuasión suele ir acompañada de consejos, el terapeuta antepone su autoridad, su prestigio y capacidad de hacerse valer como personaje importante e imponente en el contexto de la entrevista, a fin de que sus postulaciones sean aceptadas como consejos y adquieran gravedad de directivas (Rolla, 1962). el sebo y los fetos de llama, grasas y fragmentos de animales, etc.

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LA MANIPULACIÓN Es manipulación quedar callado durante la consulta para dejar que un afecto se robustezca hasta hacerse más demostrable.

Es manipulación no analizar la transferencia para dejarla alcanzar cierta intensidad. Pero todas estas manipulaciones tienen un objetivo analítico indirecto, que es favorecer el insight. Otras manipulaciones son más sutiles. Por ejemplo, el tono de voz o la entonación tienen efectos evocadores que pueden traer reacciones y recuerdos al análisis y con ello favorecer los procesos analíticos. Lo importante es tener conciencia de la manipulación o al menos de la posibilidad de que se haya empleado inadvertidamente (Yildiz, 2010).

Así por ejemplo el artista ha sabido siempre el valor del silencio. Su importancia en poesía, en el teatro y especialmente en la música, ha sido varias veces destacada. Sin embargo en relación con la psicoterapia, relativamente poco se ha dicho de él. Ha sido el método psicoanalítico, con su énfasis en el silencio del terapeuta, el que ha traído al primer plano la real importancia que tiene en la relación humana. Si el silencio es lenguaje es un lenguaje pasivo. Vale pues, no por sí mismo, sino por el momento del hablar en el que se presenta. La real función del silencio está dada por lo que se acaba de decir o por lo que aún no se ha dicho, pero sea como fuere, el lenguaje del silencio es tan importante como el de las palabras y el de los gestos y francamente, mayor (Seguín, 2007).

En la vida psíquica de un mismo paciente, adquiere el silencio del analista en una u otra situación un distinto carácter, una significación diferente. El paciente atribuye en general a este silencio una significación afectiva: no tendrá la comprensión necesaria para admitir que se trata simplemente de la conducta natural y obligada del analista, quien debe callar para escuchar con atención. En la mayoría de los casos, tiene el silencio del analista, especialmente al comienzo un efecto benéfico y tranquilizador. El paciente lo interpreta como un signo de una reposada atención y al mismo tiempo le parece una demostración de simpatía. Es evidente que el silencio del analista infunde confianza al paciente y lo anima a poder expresarse con toda libertad. Este silencio del analista es 280

garantía del comienzo de una capacidad de valoración más tranquila y más objetiva (Reik, 1965).

La palabra pronunciada tiene un efecto reactivo. El paciente se asombra con frecuencia de lo que él mismo dice y a menudo dice cosas que aún no había osado confesarse a sí mismo. El silencio del analista refuerza este poder reactivo de la palabra, le sirve de caja de resonancia. El callar tiene, de este modo, un poder mayor del que podrían tener las palabras. El silencio del analista parece decir: "Si quieres que yo hable debes imponerte a ti mismo y seguir las reglas del análisis también aquí donde te resulta difícil, donde se trata de decir cosas casi imposibles de expresar". El enfermo, que está asombrado de ver que la confianza demostrada por medio de sus relatos, de las quejas sobre sus sufrimientos, no mueven al analista a ninguna demostración de simpatía, a ningún signo de participación, experimenta un ligero sentimiento de impaciencia contra el terapeuta. Esta impaciencia lo impulsa hacia adelante, le obliga a hablar más de sus padecimientos, de su historia, de sus síntomas lo que hace que se le ocurran nuevos recuerdos.

Pero el analista sigue callado y la impaciencia y el enojo del paciente van en aumento. Sabe ciertamente que se espera de él que sea sincero, ¿pero acaso no ha sido sincero, no lo ha dicho todo?. Si el silencio se mantiene, el paciente se acordará de que ha olvidado algo, que algunos detalles han sido relatados en forma de figurada o incompleta; corrige y completa su relato. Si el silencio es prolongado el paciente lo puede interpretar como un castigo del terapeuta. En determinadas situaciones, si esta impresión se intensifica, puede llegar a tener el mismo efecto que podría producir un apremiante interrogatorio, una amenaza o una siniestra acusación. Parece como si por intermedio del silencio se hubiera apelado al mudo sentimiento de culpa del paciente. Las reacciones de los pacientes al silencio continuado del analista son de dos índoles: la más corriente es aquel en que el paciente se rebela contra la supuesta insensibilidad del analista manifestada en su silencio, y adopta contra él o contra el analista, una actitud agresiva y la otra cuando el paciente reacciona al oscuro sentimiento de culpa exacerbado en él por el silencio, mediante una .nueva confesión de sus instintos de un sector de su vida psíquica hasta aquí ignorado por él, que surge a la superficie 281

de su conciencia (Reik, 1965).

El silencio genera ansiedad, tanto en el entrevistador como en el entrevistado. Bleger considera que la ansiedad es una señal que nos indica el desarrollo de la entrevista y se debe estar alerta ante ella, pues si bien puede ser útil cuando es moderada, perturba el proceso si supera el límite tolerable. Se pueden presentar varios tipos de silencio: paranoide, depresivo, confusional, fóbico, de insight, etc. La actitud de quien lo expresa, así como las circunstancias en que aparecen, ayuda a identificarlos para poder operar de forma adecuada (Colín et al., 2009).

AUTOEVALUACIÓN Nro. 19 - ¿Qué es la manipulación?

282

- ¿De qué formas se puede presentar la manipulación?

- ¿Cuál es la importancia del silencio en el proceso

terapéutico?

- ¿Qué significados puede atribuir el paciente a los

silencios del analista?

283

- ¿Qué se entiende por elaboración?

- ¿Qué se entiende por “la atracción de los prototipos

inconscientes sobre el proceso instintivo reprimido”?

- Mencione y describa las consideraciones

debe tener en cuenta al aplicar la sugestión

284

que se

- Realice un ejemplo de persuasiรณn:

- Realice un ejemplo de sugestiรณn:

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APORTES TEORICOS La teoría freudiana ha evolucionado hasta dar lugar a una variedad de modelos con su propia teoría y técnica, que en ocasiones solo tienen en común el respeto por la obra de Freud, y algunas características mas o menos relevantes del encuadre de trabajo. Se pueden distinguir en el contexto internacional actual, la escuela de la psicología del yo o freudiana clásica que desarrolla hasta las últimas consecuencias el esquema estructural tripartito (ello, yo Superyó) descrito por Freud; la escuela de la psicología del self, donde el narcisismo se convierte en un eje fundamental del desarrollo humano, la escuela kleiniana que pone énfasis en las relaciones objetales y los mecanismos defensivos primitivos, la escuela independiente británica, muy ligada a la anterior pero que concede un papel mucho más relevante a la realidad del entorno en el desarrollo del sujeto, la escuela lacaniana con su visión del lenguaje como estructurador del inconsciente y por tanto la vida psíquica y finalmente el conjunto de escuela relacionales, deudoras también en alguna medida de Klein y los independientes británicos, que tienden a valorar el encuentro terapéutico como una relación interpersonal de carácter más simétrico que en otras escuelas y ponen en cuestión la descarga placentera como fin último de los movimientos libidinosos (Roca Bennasar, 2010).

De la revisión bibliográfica de la obra de Clara Thompson, se resumen los siguientes aportes teóricos: ADLER Adler estableció su propia escuela de pensamiento, llamándola Psicología Individual. En su tratamiento, hizo grandes modificaciones a los procedimientos, terapéuticos ideados por Freud. Éstos consistieron en lanzar un ataque activo sobre las dificultades aparentes del paciente. Su regla fue el tratamiento corto y él mismo consideró a su método como didáctico, esto es, como una forma de reducación. En los últimos años, su gran contribución práctica se encuentra en su insistencia en la relación que existe entre el padre y el hijo.

286

Adler consideró al tratamiento freudiano de la neurosis como una exploración de las causas iniciales, pensando que éstas deben buscarse en el pasado. Su tratamiento, en cambio, las localiza en el futuro. Acentuó, así, la naturaleza intencional de la conducta humana, pensando que el individuo se hace neurótico en el empeño de perseguir "metas ficticias".

Adler propuso una teoría completamente nueva sobre la neurosis, descartando muchos puntos que eran fundamentales para el criterio de Freud.

Substituyó al impulso sexual por la voluntad de poder, como fuerza rectora de la conducta humana. Al mismo tiempo, subestimó la importancia que tiene el comprender la causa inicial. Adler fue el primero en afirmar que la perturbación sexual, en lugar de producir la neurosis, es una de las situaciones en que la neurosis misma se manifiesta.

De acuerdo con Adler, existen dos maneras generales de entendérselas con los sentimientos de inferioridad. Una de ellas es la evasión de la enfermedad, en la cual se logra un sentimiento de superioridad al atraer la atención y los trabajos de quienes lo rodean; en la otra, la necesidad de compensación se expresa en una lucha más abierta por el poder. En los intentos de hacerse un "''hombre completo'', muchas veces logra el individuo un éxito considerable, desarrollando actividades que le son auténticamente reconocidas.

Otra contribución importante de Adler es su reconocimiento de los factores culturales.

Etapas de la psicoterapia adleriana 1. Etapa de empatía y relación: Ofrecer empatía al paciente y 287

establecer una relación de trabajo.

2. Etapa de información: Reunir la información acerca del problema y la historia pasada del paciente, primeros recuerdos y funcionamiento actual.

3. Etapa de clarificación: Clarificar las creencias centrales del paciente acerca del Sí mismo, los demás y la vida.

4. Etapa de fomento: Fomentar al paciente hacia el progreso.

5. Etapa de interpretación y reconocimiento: Interpretar el comportamiento del paciente y ayudarlo a reconocer y reconsiderar su meta ficticia.

6. Etapa de conocimiento: El paciente sabe más acerca de su comportamiento y metas, sin tanta interpretación terapéutica.

7. Etapa de crisis emocional: Los patrones viejos y no sanos son expresados en crisis emocionales y son reemplazados por nuevos, a veces con la ayuda de la imaginación y de la actuación de roles.

8. Etapa de hacerlo diferente: El paciente empieza gradualmente a comportarse de manera diferente en la vida.

9. Etapa de refuerzo: El paciente empieza poniéndole más atención a las necesidades de otras personas, no solo a las propias.

10. Etapa de interés social: Se fortalece un sentimiento de comunidad.

11. Etapa de redirección de la meta: El paciente encuentra una nueva meta para seguirla.

12. Etapa de apoyo y lanzamiento: El paciente está luchando hacia la nueva meta en el espíritu del interés social.

(Preparado por Stein, 1988, y Stein y Edwards, 1998; citado por Cloninger, 2003).

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JUNG La terapia junguiana, como el psicoanálisis freudiano, se enfoca en gran medida en los sueños y en el material simbólico. A diferencia de Freud, Jung no pone énfasis en el pasado o en los orígenes infantiles de la dificultad psicológica.

Jung descartó el diván freudiano. Prefirió un encuentro cara a cara entre el terapeuta y el paciente. Esto reflejaba su convicción de que el terapeuta no debería esconderse detrás de la autoridad y de un disfraz de objetividad científica (Cloninger, 2003).

Jung poseía una experiencia mucho más grande con los psicópatas y tenía amplios conocimientos sobre los mitos, el simbolismo, la literatura y la filosofía de muchas culturas. Con todas estas fuentes, pudo hacer provechosas contribuciones al psicoanálisis, que en un principio fueron bien recibidas. Jung nunca aceptó totalmente la teoría sexual de Freud, pero se mantuvo mucho tiempo sin criticarla abiertamente.

Jung no estuvo de acuerdo con Freud sobre el objetivo de la terapia. Consideró que su método es determinista y que proporciona una comprensión retrospectiva. Un psicoanálisis funcional debe mirar hacia el futuro y tratar de hallar significado en el presente y en el futuro. En su propio método, Jung trataría de conjugar estos dos aspectos. En términos prácticos, le parecía discutible cualquier recuerdo del pasado, y creía impropia toda explicación de la situación presente en función del pasado. Creía que debe añadirse cierta planeación constructiva hacia el futuro. Los psicoanalistas actuales han utilizado una combinación de estos dos propósitos en sus aplicaciones Para Jung, la libido representa una energía primaria que forma el substrato de la dinámica de toda la vida mental (―el fundamento y regulador de toda existencia psíquica‖) y no solo de la sexual. Esta tensión fundamental o fuerza que impulsa la vida, abarca la nutrición, el crecimiento, la sexualidad, los intereses y actividades, etc. (Blum, 1966).

Jung consideró al psicoanálisis como un proceso recíproco, en 289

el cual participa el psicoanalista y el paciente. Creyó que el paciente no podía progresar más allá del punto alcanzado por el psicoanalista, pero, a la vez, consideró que éste se puede seguir desarrollando por medio del contacto con sus pacientes.

Asimismo fueron nuevas sus observaciones acerca de que las dificultades del psicoanalista obstruyen el progreso del paciente y de que el psicoanalista puede aprender algo sobre sí mismo por medio del paciente.

Después de la ruptura con Freud, Jung concentró aún más su atención en lo que llamaba los aspectos constructivos de la terapia, esto es, en guiar al paciente para que saque provecho de su sabiduría, subconsciente. Desarrollando estas ideas, su pensamiento se hizo cada vez más místico.

Para Jung el concepto inconsciente colectivo representa la sabiduría del tiempo. Así, creía que el inconsciente colectivo contiene tendencias superiores a las del individuo. Esto "tuvo una influencia importante sobre sus procedimientos terapéuticos. Parte del proceso de autodesarrollo consiste en que la persona se ponga en contacto con su inconsciente colectivo, lo que se logra, en gran parte, a través de la interpretación de los sueños. Jung creía que el sueño tiene significación en varios niveles. Existe un significado personal, en relación con la vida inmediata del paciente. Si se empujan las asociaciones más allá, de éste, se alcanza finalmente el significado del: inconsciente colectivo. Así, un sueño acerca del padre llega, por último, a la concepción de la paternidad entera, al arquetipo del padre. Se supone que en este nivel el conocimiento adquirido por la humanidad, a través de los siglos 290

se hace asequible al paciente. En la indagación del significado de los sueños, la libre asociación del psicoanalista es tan útil como la del paciente.

Dio una interpretación más extensa de los símbolos que la hecha por Freud. Este último consideraba, en genera], los símbolos como reducibles a un significado sexual. Los tenía por representaciones de la actividad psicosexual. Jung creía que esta explicación no comprende todos los casos de simbolismo, ya que el simbolismo sexual puede, referirse al futuro, como representación de un propósito positivo que se tenga en la vida. Así, considero que, en lugar de que todo simbolismo tenga un significado sexual, .el propio sexo es utilizado, en ocasiones, como símbolo de alguna otra cosa.

En el hombre las características conscientes son, por lo general, el pensamiento y la sensación, encontrándose reprimidos el sentimiento y la intuición. En la mujer, en cambio, predomina el sentimiento la intuición. El lado femenino que se reprime en el hombre es llamado su ánimo, el lado masculino reprimido en la mujer es su ánimo. La tarea de la terapia consiste en encontrar el equilibrio entre estas fuerzas: esto es, en desarrollar el ánima v el ánimo para hacer completo al individuo.

La principal crítica de conjunto que puede hacerse al pensamiento de Jung, es la de que tiende a apartar al paciente de la realidad, y le proporciona, en substitución una fantástica vida mística semireligiosa.

Esto puede ser en particular peligroso para los psicópatas, porque estimula su preocupación por los procesos fantásticos y, por tanto, refuerza su tendencia a confundir la realidad con el pensamiento autístico. El método de Jung sobre la interpretación de los sueños es un ejemplo de su teoría en acción.

El paciente arranca de su problema, pero sus asociaciones lo llevan luego, continuamente, a la contemplación de lo universal. Se supone que, contemplando la experiencia de la raza, encuentra la comprensión de su propia dificultad.

291

En el modo como se ha desarrollado la escuela de Jung, se observa la tendencia a hacer más rígido y ritual el proceso de curación, afirmando que los pacientes pasan a través de diversas etapas hasta que, finalmente, llegan a autorrealizarse.

RANK En vez de aceptar que el complejo de Edipo ocupe el lugar principal en la producción de la neurosis, propuso la teoría de que todos los trastornos neuróticos provienen del trauma del nacimiento.

Encontraba que el nacimiento produce una conmoción profunda, tanto en el nivel fisiológico como en el psicológico.

En todas las situaciones productoras de angustia, que se producen después se libera una parte de esta reserva. Los aspectos fisiológico y psicológico de la situación del nacimiento "están relacionados con el trauma que produce la separación de la madre, Rank pensaba que todas, las experiencias posteriores que conlleva una separación adquieren la propiedad traumatizante, como consecuencia del trauma primitivo.

Esto es lo que hace que el destete separación del pecho y la amenaza de castración separación del pene se conviertan en focos de angustia. De este modo, toda angustia puede interpretarse vinculada a la angustia del nacimiento.

Rank consideraba al acto sexual como un esfuerzo por reunirse simbólicamente con la madre. (La mujer puede lograrlo únicamente identificándose con su hijo, cuando lo lleva en sus entrañas.) La reunión con la madre es el anhelo vehemente y los obstáculos que impiden su cumplimiento se producen por la angustia del trauma del nacimiento. El mito de Edipo, conforme a su interpretación, es un intento por resolver el misterio del origen y del destino del nombre, probando el retorno al seno 292

materno. Los resultados trágicos que produce, representados en el mito, los considera como expresiones del funcionamiento de la angustia del nacimiento.

Pronto, Rank utilizó su teoría para establecer una nueva técnica terapéutica. Su propósito era acortar el psicoanálisis, y llegó a la conclusión de que si toda neurosis tiene su origen en el trauma del nacimiento, tal vez podría acortarse el psicoanálisis ocupándose sólo del principio del problema. Esto lo hizo empleando un tiempo definido de duración para terminar el psicoanálisis muy pronto en el curso del tratamiento.

Afirmaba que cuando procedía así, los pacientes empezaban a soñar con nacimientos.

Rank consideraba que el problema del paciente es, en realidad, el problema de aprender a afirmar su propia voluntad.

Se trataba de otra especie de nacimiento, el nacimiento de la individualidad o de la voluntad. En opinión de Rank, los individuos se desarrollan y educan de tal manera que tienden a adquirir un sentimiento de culpa cada vez que se afirman así mismos. Se comportan como si pensaran que es un delito el no someterse o el no conformarse. La tarea del terapeuta consiste, entonces, en liberar al paciente de este sentimiento de culpa.

Creía Rank que la técnica freudiana, con la importancia que da a la autoridad del psicoanalista, parece que viene a reforzar la tendencia que tiene el paciente, a someterse o sea, que debilita su voluntad. Rank propuso tres modificaciones a la técnica.

La primera consistió, como en el caso de Jung y de Adler, en destacar principalmente en el psicoanálisis la situación presente, en contraste con la acentuación del pasado que hacía Freud, y en tratar las reacciones que surgen en la situación psicoanalítica como resistencias. Para Rank, el proceso terapéutico implica una "nueva experiencia" y no es simplemente un revivir el pasado infantil. En segundo lugar, con la importancia que concedió al trauma del nacimiento, consideró que la reacción ante el psicoanalista está relacionada sobre todo con la que se experimenta ante la madre y no con la que se refiere al padre. Rank creía que es la transferencia materna la que actúa desde el principio por parte del paciente.

La tercera modificación consistió en establecer una limitación 293

definida de tiempo para el tratamiento y en considerar a la reacción observada en el paciente, ante dicho tratamiento, como el material de estudio más importante.

En los procedimientos terapéuticos activos, el peligro de que el terapeuta pueda presentarse como un sádico es mayor que en los métodos más pasivos. El método de Rank parece en particular prestarse a esta contingencia. Incitando al paciente a afirmar sus deseos, los terapeutas pueden encontrar justificado el hacer o decir ciertas cosas que sirvan principalmente para irritar al paciente. Se ha pensado que estimulando la ira de éste se logra desarrollar su independencia y su voluntad. Otro aspecto desafortunado del método de terapia de Rank es que no ofrece ninguna seguridad para el caso de un paciente demasiado dependiente. Los psicópatas y todas las personas verdaderamente incapaces de sostenerse por sí mismas, se ven forzadas prematuramente, por medio de este método, a tratar de valerse por sí mismas y a tomar sus propias decisiones. Con lo cual, lo que se logra, en general, es el pánico.

FERENCZI Su pensamiento consta de dos fases: primero, una etapa de técnica activa, y después, otra de técnica tolerante, a la que llamó terapia de "relajación".

En la terapia activa tenía un propósito similar al de Rank; provocar reacciones en el paciente.

Ferenczi, muy apegado al pensamiento de Freud, basaba su modo de actuar en la sentenciosa afirmación de éste de que el psicoanálisis debe ejecutarse en un estado de privación. Según la teoría de Freud, mientras mayor cantidad de libido carezca de manera de descargarse, mayor será también la cantidad susceptible de sujetarse a la abreacción en el psicoanálisis. Así, recomendaba que el psicoanálisis se ejecutara en un estado de abstinencia sexual.

294

Por eso, Ferenczi trabajaba al principio con la idea de qué en la medida en que el paciente careciera de placeres corporales, se contaría con mayor emoción en el momento del psicoanálisis; lo que según esperaba, aumentaría la eficacia terapéutica. Se exigía al paciente, por tanto, que renunciara a toda satisfacción sexual, que limitara la frecuencia de su orina. También se le impedía el comer o el beber por puro placer. Como esta manera de ejecutar el psicoanálisis ciertamente producía emociones mucho más violentas, pensó por un tiempo que era efectiva, pero después se convenció de que la emoción observada tiene poco o nada que ver con la emoción reprimida que se trata de liberar. Las reacciones que se observan son la cólera y la irritabilidad, que se explican, en gran parte, por las condiciones de vida nada cómodas que crean las prohibiciones. Suponía que si el paciente era capaz de gritar y enfurecerse contra el psicoanalista, se liberaba de su padre o de alguna otra figura anterior igualmente importante. Se consideraba todavía que la abreacción es un método de curación. Los experimentos de Ferenczi demostraron que los intentos pre meditados de aguijonear la cólera del paciente no producen los resultados deseados. Entonces, lentamente abandonó su método, modificando primero su actitud de intentar en todos los casos la privación voluntaria. Creyó que sólo cuando el paciente está deseoso de sufrir esta especie de autoprivación y no tiene ningún resentimiento real contra el psicoanalista, las emociones así excitadas adquieren importancia terapéutica. Pero esto no fue suficiente para resolver el problema. Muchos pacientes aceptaban la norma de abstinencia, temerosos de suscitar la reprobación del psicoanalista, a pesar de que guardaban resentimiento hacia él.

A causa de "esto acabó por abandonar por completo este método.

Por el año de 1927 osciló hasta el extremo opuesto, elaborando su terapia de relajación, en la cual operaba bajo el supuesto de que los neuróticos son individuos que en su infancia nunca encontraron aceptación o cariño y que por tanto, necesitan descubrir la experiencia del amor y de la aceptación. Pensaba que al suministrarles con el psicoanálisis un medio favorable, tal vez estos individuos podrían desarrollarse de nuevo, pero ahora con un "buen padre". En este aspecto, Ferenczi acusaba 295

la importancia que tiene realmente la relación con el psicoanalista.

No sólo puede el paciente tratar de revivir su pasado en la relación con el psicoanalista, como Freud creía, sino que a la vez, el paciente adquiere también una experiencia nueva, a causa de que el psicoanalista muestra una actitud diferente con respecto a él.

Con Ferenczi, la importancia recayó sobre la actitud del psicoanalista. Al igual que Jung, Ferenczi creía que el niño siente y reacciona ante la personalidad de los padres, aun antes de que aprenda el significado de las palabras. Y suponía que en la relación tan íntima entre el psicoanalista y el paciente debe de existir también algo semejante.

Por tanto, cada paciente reacciona ante la verdadera personalidad del psicoanalista en la medida en que se sujeta a la experiencia de la transferencia. La propia personalidad del psicoanalista es un instrumento de curación, y puesto que no existe nadie que carezca de defectos, creía que el psicoanalista debe aceptar abiertamente sus fallas y sus errores cada vez que se produzcan en el procedimiento psicoanalítico. Porque, cuando el psicoanalista niega esto, abierta o tácitamente, acrecienta las dificultades del paciente en dos sentidos. Lo confunde al punto de hacerlo considerar que sus experiencias se basan en las deformaciones de su transferencia y que, en consecuencia son adecuadas y se fundan en la relación real que existe entre él y el terapeuta, a la vez, negando que cometa errores, el psicoanalista repite en realidad la actitud autoritaria de los padres que obran conforme a la premisa de que siempre están en lo justo.

Cuando el psicoanalista se comporta en forma parecida a los verdaderos padres, según pensaba Ferenczi, el paciente termina por revivir su situación infantil sin ningún discernimiento.

En pocas palabras, Ferenczi sustentaba la creencia, de que es el hecho de que la experiencia psicoanalítica sea diferente de la experiencia pasada en la vida del paciente el que produce 296

efectos terapéuticos. La medula revolucionaria consiste aquí en la idea de que el psicoanalista puede admitir, sin perder por ello su autoridad, que haya cometido un error o de que manifieste alguna participación emotiva en la situación.

Otra innovación que hizo en este período fue la de estimular al paciente a que dramatizara, al parecer, con la idea de que, de este modo, el paciente revive su infancia con un padre mejor, por decirlo así.

De este modo incitaba al paciente a conducirse como si, por ejemplo, tuviera tres años de edad, hasta el punto de ponerse a hablar "como un niñito", a jugar con muñecas, etc. Y en esta situación participaba también el psicoanalista, tratando al paciente como si efectivamente tuviera tres años.

Al hacer de la situación psicoanalítica una experiencia vital, Ferenczi todavía tenía puestos sus ojos en el pasado.

Ferenczi creía que el pasado es importante y valioso, con independencia de la influencia real que ejerza en el presente, en tanto que Rank destacaba, ante todo, la importancia de la situación presente.

La idea de admitir los errores con el paciente también debe aplicarse con perspicacia para resolver sus necesidades, pero no debe degenerar hasta convertirse en un psicoanálisis recíproco, y a que esto agravaría las necesidades del paciente y en el caso de cierto tipo de pacientes, con facilidad podría acabar por transformarse, más que nada, en un psicoanálisis del psicoanalista.

En consecuencia, debe encontrarse un término medio entre la postura de una rectitud autoritaria, por una parte, y el colocarse enteramente bajo el dominio del paciente, por otra.

Esta es una posición difícil de mantener, y Ferenczi no tuvo en cuenta todos los peligros que contiene.

297

REICH Wilhelm Reich abogó por abordar de frente las resistencias del carácter.

Encontró que las tensiones corporales constituyen con frecuencia un modo de expresar los estados emocionales, pero además, observó que los individuos tienen maneras características de reaccionar, que también se expresan psicológicamente como tensiones somáticas.

Algunas personas, por ejemplo, por hábito se enfrentan de un modo pasivo con las situaciones de la vida. Otras tienen técnicas para conquistarse la buena voluntad. Otras más son agresivas y así sucesivamente. Reich los consideró como mecanismos protectores convencionales que se originan a lo largo de la vida pasada del paciente.

Al psicoanálisis de las resistencias del carácter lo llamó "educación para el psicoanálisis".

Creía que después de destruir estas actitudes, cuando se llama repetidamente la atención del paciente sobre ellas en todas las situaciones, comienza propiamente el psicoanálisis y a partir de aquí, adoptando el punto de vista tradicional, consideraba al psicoanálisis como el estudio de las vicisitudes de la libido.

Es probable que a causa de este modo más activo que tiene Reich de abordar las defensas es por lo que recomienda a los estudiantes que no utilicen el método con los pacientes que manifiestan angustia en grado sumo, Ya que el método mismo produce" angustia, por su activo ataque sobre el sistema de defensa.

298

HORNEY En ―La Personalidad Neurótica de Nuestro Tiempo‖, publicada en 1937, presentó por primera vez una amplia interpretación cultural de la neurosis. En su segundo libro, ―Nuevos Rumbos en el Psicoanálisis‖, se opuso abiertamente a la orientación biológica de Freud.

Otro aspecto interesante de su pensamiento es que destaca la importancia que tiene para el psicoanálisis la situación presente del paciente. Pero no sólo acentúa la situación psicoanalítica inmediata como hacían Rank, Ferenczi y Reich— sino que otorga mucha atención a la exploración de la situación general de su vida. En esto se aproxima mucho al punto de vista de Adler, aun cuando su perspectiva es mucho menos limitada. En lugar de la etiología sexual de Freud, La transferencia paternal, por ejemplo, no es una copia exacta de la actitud que tuvo el paciente hacia su padre, cuando tenía cuatro años. La actitud primitiva es la base sobre la cual se han desarrollado sus actitudes hacia la autoridad, pero la actitud original ha sido ampliada y modificada en el curso del crecimiento, por las experiencias subsecuentes con la figura de los padres, y el cuadro de transferencia es el resultado final de todas estas experiencias. De este modo, si el individuo se ha adaptado a un padre difícil haciéndose sumiso, luego, siendo sumiso- ante los problemas, podrá exhibir periódicamente cierta agresividad para superar una dificultad y así sucesivamente. Esto es, las defensas neuróticas producidas como reacción ante las dificultades, pueden a su vez producir nuevas dificultades que, por su parte, darán lugar a nuevas defensas y, de esta manera, durante el tiempo en que el paciente se someta al tratamiento, debe desenvolverse un complicado sistema defensivo a partir de la situación presente en la vida del paciente.

También revivió, Horney, con nuevo entusiasmo, la idea de Adler acerca de la importancia que tienen los propósitos neuróticos del paciente. El paciente está enfermo No sólo por lo que le haya acontecido sino también, y con esto porque persigue propósitos que entre otras cosas, lo conducen a tratar 299

de alcanzar falsos valores. Uno de sus ejemplos más interesantes es su idea de la "Imagen Idealizada". Es una defensa contra el hecho de tener una impresión falsa, o por lo menos equivocada, de uno mismo y de las virtudes y ventajas propias. Mientras más imaginaria sea esta impresión, más vulnerable resultará el individuo a las vicisitudes de la vida.

La actitud que adoptó Horney respecto al significado de la historia pasada del paciente es la de que su recuerdo no constituye el propósito de la terapia. Advertía que en el proceso de lograr el discernimiento del presente podían surgir los recuerdos del pasado y agravar la nueva comprensión de uno mismo. De este modo, de acuerdo con ella, el discernimiento se adquiere primero y no se produce por el recuerdo del pasado. En pocas palabras, pone su interés casi por entero en el modo que tienen las inclinaciones neuróticas actuales de operar y producir dificultades, dedicando poca atención a la manera como esas inclinaciones se producen por primera vez.

Pero la importancia que en la terapia concede al presente, con la correspondiente exclusión relativa del pasado, también tiene sus aspectos negativos. En realidad, proporciona una perspectiva unilateral, una especie de estructura sin fundamento y, en ocasiones, deja en el paciente el sentimiento culpable de que ha desarrollado tan "malas" inclinaciones por alguna razón de la que no se ha enterado; esto es, el sentimiento de que su vida consiste en el desarrollo continuo de experiencias con faltas de sentido, lo cual produce, con frecuencia, la aparición de angustia en un grado peligroso para el individuo.

Horney piensa, al parecer, que los pacientes siempre buscan alguien que los censure por sus dificultades. Horney destaca la responsabilidad que tiene el paciente en sus dificultades. Éste 300

era uno de los aspectos desafortunados de la teoría biológica de Freud, según la cual el niño enferma a causa de la "maldad" de sus propios instintos. Horney también afirma, en efecto, que enferma a causa de que logra bastante satisfacción de sus "malos" propósitos neuróticos. En pocas palabras, la excesiva importancia que Horney concede al presente y los propósitos neuróticos es tan unilateral como la sobrestimación del pasado y la indagación de sus causas. Para la terapia es fundamental poseer la conjunción de ambos puntos de vista. El paciente puede utilizar la discusión de la situación presente para desarrollar resistencia, en la misma medida en que sea efectiva su evasión hacia el pasado, particularmente si el hablar del presente se hace a petición del psicoanalista.

FROMM Fromm no acepta que la satisfacción del instinto sea el problema central de la naturaleza humana. Advierte que el hombre tiene al nacer menos predeterminado el curso de su comportamiento que ningún otro animal. Lo que significa que sus modos de adaptarse no son instintivos, sino que se deben al aprendizaje y a la preparación cultural, y que "la naturaleza humana, junto con sus pasiones y anhelos, es un producto cultural; de hecho, el hombre mismo es la creación más importante y la mejor realización de los incesantes esfuerzos que el hombre efectúa, a cuyo relato llamamos historia. En consecuencia, tanto las inclinaciones más bellas del hombre como las más repugnantes, no forman parte de una naturaleza humana determinada biológicamente, sino que son resultados de los procesos sociales que el hombre crea. En efecto, el hombre entra en dificultades neuróticas como resultado de las nuevas necesidades que le crea su cultura y por las privaciones y frustraciones de sus potencialidades a que lo obliga. El afán de poder y el anhelo de sumisión, por ejemplo, no son necesidades biológicas fundamentales en el hombre, sino actitudes que se desarrollan con la materia prima de la naturaleza-humana, por el impacto de una cultura específica.

Cuando las inclinaciones predominantes en esa cultura son destructivas, el individuo se frustra y se convierte en destructor de sí mismo y de los otros. De este modo, la mayor parte de los problemas que el hombre está obligado a resolver se derivan 301

de las necesidades que la sociedad le ha impuesto. Por tanto, no es el sexo, ni tampoco la agresión, por sí mismos, los que le crean las mayores dificultades.

Fromm también hizo una aportación de importancia a la comprensión del autoritarismo. Distinguía entre la autoridad racional y la irracional. La primera se apoya en la capacidad y la competencia genuinas. El profesor que transmite sus conocimientos a los alumnos se encuentra en posesión de una autoridad racional, pero ésta irá disminuyendo en la medida en que los estudiantes vayan adquiriendo la destreza del profesor.

De esta especie es la autoridad que el psicoanalista tiene en realidad. Conforme el paciente progresa, disminuye la autoridad del psicoanalista.

La autoridad irracional, en cambio, no se basa en la competencia, sino en la necesidad neurótica de poder. El psicoanalista debe percatarse de la posición de autoridad racional en que se encuentra con respecto a la vida del paciente, y estar alerta para no perderla, con lo que se provocaría una actitud autoritaria irracional.

La culminación satisfactoria del tratamiento se logrará cuando el psicoanalista ya no se encuentre colocado en esta posición de autoridad. Durante el curso entero del tratamiento, debe tenerse cuidado de cualquier tendencia que muestre el paciente por "curarse" acogiéndose de algún modo a la autoridad irracional.

Fromm no ha escrito nada que se relacione específicamente con la terapia, a pesar de que muchas de sus ideas tienen un radio de aplicación más amplio que el de ser simples aportaciones a la teoría y a la técnica del psicoanálisis. Con todo, ha ejercido una influencia notable sobre la teoría y la terapia, que es el aspecto de su pensamiento. Fromm observa que en el curso de la terapia con frecuencia se necesitan 302

destacar algunas de las tendencias fundamentalmente sanas que tiene el paciente y que chocan con la reprobación de su medio ambiente El propósito principal de la terapia no consiste en hacer que la persona se adapte a su cultura, sino en lograr que se desarrolle en ella un sentido de integridad y de consideración con respecto a sí misma. Todas las adaptaciones a la cultura que violentan la integridad de la persona producen un sentimiento de culpabilidad y de vergüenza y hacen disminuir la estimación propia, Fromm cree que la consideración real por uno mismo es una condición fundamental para tener afecto y consideración por los demás.

SULLIVAN Sullivan es el más empírico de los teóricos del psicoanálisis. En general, se apega estrictamente a los hechos observados. A las teorías que son menos susceptibles de verificación empírica las denomina doctrinas. Sullivan llama a su sistema teoría de las relaciones interpersonales. Sostiene que con un substrato biológico, el hombre es el producto de la interacción con otros, seres humanos, y que la personalidad surge de las fuerzas personales y sociales, que actúan sobre el individuo desde el momento mismo de su nacimiento. El ser humano se inquieta por dos propósitos, que no se excluyen entre sí: el afán de satisfacción y el anhelo de seguridad. El afán de satisfacción está ligado sobre todo con las necesidades biológicas; pero el anhelo de seguridad es fundamentalmente resultado de los procesos culturales. Los dos se encuentran entrelazados. Si el medio cultural interfiere notablemente la búsqueda de satisfacción, en lo que se refiere a la actividad sexual, como es el caso, por ejemplo, para ciertos grupos en nuestra cultura, es claro que puede convertirse en un problema; pero la mayor parte de los problemas psicológicos surgen de las dificultades con que se tropieza en la formación de las funciones de seguridad. En opinión de Sullivan, la seguridad se relaciona con un sentimiento de pertenencia y de aceptación. Desde el "nacimiento convergen en el niño ciertas posiciones culturales a través de las actitudes de los padres y de otras personas significativas que a su vez, han recibido el impacto de la cultura. Antes de que el niño comprenda lo que se le dice o de que sea capaz de considerarse como algo distinto del medio 303

que lo rodea ya se le comunican algunas de las actitudes de quienes lo cuidan, en particular de la madre, por medio de la "empatía". La angustia, el enojo o la reprobación de parte de la madre, por ejemplo, producen en el niño un sentimiento de desasosiego, de pérdida de "euforia". Más tarde el niño es adoctrinado activamente en las sendas de su cultura y parte del método de enseñanza está constituido por la aprobación o la reprobación que le otorgan sus padres. En otras palabras, la aprobación otorgada por los padres, o por otras personas, produce un sentimiento de bienestar; en tanto que la reprobación implica un sentimiento de inseguridad y de angustia. Después el niño se da cuenta de que los artificios que antes empleaba para obtener la satisfacción de sus deseos, como el gritar cuando tiene hambre, ya no sólo son ineficaces, sino que, en realidad, provocan reprobación. De este modo, tienen que inhibirse las normas de conducta que ya se habían establecido, con el consiguiente aumento de tensión en dos músculos conectados antes con esas actividades. Así, por ejemplo, la inhibición del grito provoca tensión en los músculos de la garganta. Esta tensión en los músculos es una condición indispensable para que se experimente la angustia, que siempre está vinculada a la interacción de otros individuos, esto es, a las relaciones interpersonales.

Tratando de evitar el sentimiento de incomodidad que le produce la reprobación, el niño tiende a desarrollar y a destacar aquellos aspectos de sí mismo que agradan o son aceptados por los adultos que le son significativos. Se mantiene alerta para advertir cuáles de sus acciones merecen aprobación y cuáles son reprobadas. Y en esta actitud vigilante se desenvuelve la personalidad. Aquellos aspectos que tropiezan con la reprobación tienden, con frecuencia, a ser "disociados" por la persona, dejando de reconocerlos como parte de ella misma. Pero no todo lo que se valora negativamente es disociado.

Algunos aspectos pueden conservarse 304

conscientemente, sólo que con el marbete de "ser malos". De este modo, el individuo puede ejecutar una acción por la cual era reprendido en su niñez, con la conciencia de que por hacerla "es malo". Parte de su actividad no atrae particularmente la atención de las personas significativas y el propio niño puede darse cuenta o no de ello. Entonces podrá hacer uso de la "distracción selectiva". Si un comportamiento semejante llega a importar después a los demás, hasta el punto de atraer.

En cambio, lo disociado no se puede incorporar con facilidad.

El individuo continuará 'negando su existencia, hasta que, por medio de un procedimiento terapéutico, resulte capaz de experimentarlo emotivamente como parte de sí mismo. Sin embargo, la frontera que separa la distracción selectiva de la disociación, no es una línea bien definida y su diferencia es solamente de grado.

Sus ideas se desarrollaron principalmente, de la observación de los pacientes, y todo lo que afirma puede aplicarse directamente a la relación que existe entre el paciente y el terapeuta. La posición del terapeuta como observador participante en la situación terapéutica interpersonal no sólo ha servido para aclarar el hecho de que el psicoanalista forma parte del cuadro. También le ha asignado un papel definido, haciendo que se comporte de manera distinta, sin ser autoritario. Advirtiendo que los importantes descubrimientos de la terapia están vinculados a la actividad interpersonal, Sullivan destacó, de modo definido, el aspecto cultural de las dificultades de la personalidad. Se quedó impresionado con la importancia que tiene el suministrar al paciente la comprensión del desarrollo de sus dificultades. A Sullivan le interesaron sobre todo dos clases de pacientes: el esquizofrénico y el obsesivo, habiendo propuesto modificaciones de importancia en la técnica de su tratamiento. En sus investigaciones con los esquizofrénicos; aprendió el significado que tiene el adoptar un criterio más flexible. Un ejemplo de menor importancia es el caso de muchos pacientes que no pueden acostarse en un diván, por el cual descubrió que la terapia puede resultar provechosa sentándose, poniéndose de pie o caminando con el paciente, si éste así lo pide. También percibió que las 305

características del terapeuta perturban más a los psicópatas de lo que puede apreciarse en el caso de los neuróticos, y que, en consecuencia, es necesario tener mayor humildad y mayor experiencia y adoptar una actitud menos autoritaria si se quiere lograr su confianza absoluta. Tales alteraciones , que son indispensables en el tratamiento de los psicópatas, también son útiles en otros casos.

AUTOEVALUACIÓN Nro. 20 Resolver el siguiente crucigrama

8

1 2 7

9

4 5 3

6

10 1.

2.

3.

4.

5.

6.

Es el padre del psicoanálisis.

La psicología del…………., donde el narcisismo se convierte en un eje fundamental del desarrollo humano.

Plantea la teoría del complejo de inferioridad y destaca además la importancia del orden de nacimiento.

Autor que considera que el propósito principal de la terapia no consiste en hacer que la persona se adapte a su cultura, sino en lograr que se desarrolle en ella un sentido de integridad y de consideración con respecto a sí misma.

Plantea la existencia del inconsciente colectivo.

La palabra……….. proviene del sánscrito, y significa Círculo Sagrado. Es un símbolo de sanación, totalidad, unión, integración, el absoluto.

306

7.

8.

9.

10.

Autor que afirma que el primer trauma es el del nacimiento.

Su pensamiento consta de dos fases: primero, una etapa de técnica activa, y después, otra de técnica tolerante, a la que llamó terapia de "relajación".

Al psicoanálisis de las resistencias del carácter lo llamó "educación para el psicoanálisis". …………es el más empírico de los teóricos del psicoanálisis

Resolver el siguiente pupiletras

Mandala- Reich- Sueño- Rank- Freud- Jung- Adler- TerapiaHorney- Arquetipo- Técnica- Bleuler- Ego- Inconsciente- SilencioBreuer- Hipnosis- Id- Diván- Mecanismo- Represión- SublimaciónIntroyección- Encuadre—Transferencia- Test- Trauma- Nacer- Eros

307

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