Revista Metodista nº 224

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Revista Metodista “No tengo tiempo para tener prisa” (Juan Wesley)

Número

224

NOVIEMBRE/DICIEMBRE 2018

“Mi pueblo huele a jazmines,

es tiempo de Navidad. Por las esquinas del barrio, el aroma viene y va”


Revista Metodista Nº 224 Noviembre/Diciembre 2018 Publicación de la Iglesia Metodista en el Uruguay (IMU)

Sumario Editorial

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Aprontes de Adviento Juan Damián

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Diseño: Andrea Desalvo andrea.desalvo@gmail.com

¿Queremos celebrar en serio la Navidad? ¿Sentir la alegría que anunciaron los ángeles? Pastora Iris Moreira Clok

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Diseño de tapa: Luciana Villagrán luciana-villagran@hotmail.com

Mateo 2: 13-18 Ademar Olivera

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Oscar Villagrán: redactor responsable osvillagran@gmail.com

Revista Metodista (RM) respeta la opinión de sus colaboradores.

Declaración pública sobre libertad de conciencia

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Los artículos firmados expresan única y exclusivamente el pensamiento de sus autores. Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando su fuente.

“El principal indicador del abuso sexual es el relato que hace el niño” Magdalena García

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Agradecemos el envío de un ejemplar Oficinas Centrales: Barrios Amorín 1310 Teléfonos 2413 6552 – 2413 6554 Correo electrónico: iemu@adinet.com.uy

El niño y el acordeón Carolina Vallejo 11 Emilio Castro: a 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

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Aproximación pastoral a la realidad trans

Página web: www.imu.org.uy.

Raúl Sosa 14

Colaboran en este número: Rubem Alves, Eduardo Cheda, Publio A. Cordero, Juan Damián, Magdalena García, Máximo García Ruiz, Pastora Iris Moreira Clok, Ademar Olivera, Raúl Sosa, Carolina Vallejo, Oscar Villagrán.

La fe y la diversidad Eduardo Cheda

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Los tres grandes pecados de la humanidad Máximo García Ruiz

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En la ruta del viento y la utopía

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La leyenda del lapacho

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Foro violencia, femicidio y masculinidad

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Impresión: Artes Gráficas S.A. Porongos 3035 - Tel.: 2208 4888 info@artesgraficas.com.uy Depósito Legal Nº: 361.998/2018

Oración de Intercesión

Rubem Alves 21

Día de la familia metodista

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Metodismo con “M” de mujer Oscar Villagrán

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Editorial

La última revista del año siempre coincide con el inicio del tiempo litúrgico.

bre de Jesús a los migrantes, los desposeídos, “los nadie”, al decir de Galeano.

Como cristianos nos preparamos para transitar el tiempo de Adviento, tratando de no repetir viejos gestos y celebraciones anquilosadas.

Prepararnos para celebrar la Navidad es una nueva oportunidad para renovar nuestro compromiso con aquel niño que nació pobre en un humilde pesebre en Belén.

Juntos estamos llamados a buscar espacios para redescubrir el Jesús que camina entre nosotros en todas nuestras luchas, tratando de encontrarlo en medio de aquellos que la sociedad descarta.

Les ofrecemos distintas miradas sobre variados temas, esperando que sean un aporte para fortalecer nuestra identidad metodista, la cual afirma que “Pensamos y dejamos pensar”. A todos nuestros lectores les hacemos llegar nuestros saludos y el deseo de que reciban las más abundantes bendiciones de Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Jesús fue y es amigo de todos ellos, sus hermanos más pequeños. Nuestro desafío hoy es abandonar el gueto que nos han impuesto las paredes de nuestra iglesia y que nos hace sentir seguros, para salir libres, generosos y solidarios a recibir en el nom-

¡Hasta el próximo año!

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Aprontes de Adviento

Juan Damián

torna esperanza; la esperanza, confianza de un encuentro. c) Con el Evangelio: Filipenses 2, 5-11; Juan 1, 11-14 El animador motiva a los participantes a descubrir en la fe al Esperado Jesús. ¿Qué sientes ahora que llegó tu hermano? Lo has visto, tocado, hablado con él... Te ha hablado... ¿Qué sientes ahora cuando llega Jesús, nuestro hermano mayor enviado por nuestro Padre? ¿Lo recibes? ¿Qué te ha dicho? ¿Qué ha hecho? ¿Jesús es de carne y hueso? ¿Dónde lo encuentras hoy? ¿En quiénes? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué estás contento/a? ¿Tienes ganas, deseos? ¿De qué? d) Actividades: El animador insta al compromiso de la fe que despierta solidaridad evangélica al modo de Jesús. Dios está muy cerca y para siempre. Jesús, tu Hermano, nuestro Hermano, ha venido y se ha quedado para siempre. No se va más. Va a ser tu y nuestro Compañero. Dios-con-nosotros. Si lo pierdes de vista lo vas a encontrar en los necesitados, en los despreciados y en los pobres, pero también cuando estás contento y las cosas te salen bien, en la alegría. También cuando oras y cuando lo escuchas al leer el Evangelio. Si siempre, siempre, siempre quieres hallarlo a solas, individualmente, capaz que se te nubla la vista y no lo puedes ver. Y se vuelve fantasía. (Motivar a los participantes - pueden ser adolescentes, jóvenes o adultos a acciones concretas que hagan feliz a otros/as, sobre todo a necesitados, maltratados, excluidos aquí y ahora). Cantos: Oraciones Bendición de nuestro Padre, de nuestro Hermano, el Hijo primogénito y de su Espíritu...

1 - VIENE MI HERMANO... ¡¡SÍ!! El animador ambienta la experiencia de esperanza. a) Experiencia: Toda la familia está en el aeropuerto. ¿Qué pasa? Viene mi hermano. Como tantos latinoamericanos, está afuera en el extranjero, pero nos anunció que viene. La esperanza se vuelve expectativa. La expectativa, inquietud. A veces con un poco de temor, a veces una alegría inefable. ¿Cómo será ahora? ¿Cuál su rostro y su presencia? ¿Qué nos dirá? Tengo tantas ganas de verlo, abrazarlo, estar con él, compartir mi vida. Nuestro hermano-connosotros... Falta poco... El arribo está reconfirmado. Sí, Dios quiere que se quede para siempre entre nosotros. b) Con el grupo: Trabajar con los participantes la experiencia de esperanza a partir de preguntas sencillas y afectivas. ¿Es lindo esperar? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿A quién? ¿Qué sienten? Hablen de lo que sueñan e imaginan. Hasta pueden crear breves dramatizaciones, monólogos. La certeza de que viene está reconfirmada. La fe se REVISTA METODISTA N° 224 - Noviembre/Diciembre 2018

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¿Queremos celebrar en serio la Navidad? ¿Sentir la alegría que anunciaron los ángeles?

Pastora Iris Moreira Clok

“Pero el ángel les dijo: «no tengan miedo. Les traigo una buena noticia que los dejará muy contentos. Su Salvador acaba de nacer en Belén. Lo reconocerán porque está durmiendo en un pesebre…» (San Lucas 2:10-11).

ciar esta buena noticia, porque escucharlo renueva fuerzas, la vida cobra sentido y enciende esperanza. Si nuestra vida de fe y manera de ser Iglesia es comprender las dificultades que tiene el ser humano en vivir sus frustraciones, fracasos, ansiedades y todo aquello que forma parte de la vida, entonces estaremos celebrando y viviendo la misión por la cual Dios se hizo en Jesucristo uno como nosotros, amando intensamente y recibiendo a todos; viviendo en “misión”, que no es otra cosa que “estar” especialmente donde más se necesita.

¡Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra! La mejor manera de celebrar la Navidad, como cristianos y como comunidad de fe, es buscando ser imitadores de Jesucristo. Y el camino es volver a leer el Evangelio en clave de realidad, en tiempo y espacio; es más, esta debería ser nuestra forma de ser Iglesia, aun cuando no sea fácil hacerlo. Jesús nació en un establo y de joven aprendió un oficio. Fue carpintero y también supo escudriñar el alma humana -su verdadera misión-, comprender las raíces íntimas del universo consciente e inconsciente de cada persona. Juan, su discípulo, lo decía: “Él conocía y sabía lo que pensaban” (San Juan 2:25).

mo.

Cuando les dijo a los discípulos “hombres de poca fe”, tal vez no se refería tanto a milagros sobrenaturales, sino que buscaba enseñarles que el mejor milagro natural es dominar el miedo, la envidia, la ira, la ansiedad, la angustia y el desáni-

Jesús nace y la Navidad se celebra:

Qué mejor tiempo que este para parar, poner pausa, alimentarnos del mensaje sublime que entrega Dios por medio de cada persona; no como técnicos en la vida, sino apenas como aprendices. Dejemos que otros nos enseñen, aprendamos lecciones en errores y dificultades. Recordemos que quien nació es el Maestro de la vida. Él nos ha invitado a ser libres y a vivir vida abundante. Como discípulos, el testimonio a proclamar es que Jesucristo amó de gran manera a la humanidad y trazó un plan único para cada persona. No deberíamos dejar de anun-

Cuando las personas se quieren y respetan; cuando confiamos, porque Dios es esperanza; cuando nos arrepentimos y confesamos nuestros pecados, porque Dios es misericordia y reconciliación; cuando sufrimos o nos alegramos con otras personas, porque Dios está en ellas. Dios bendiga a todas las personas que tienen hambre y sed de justicia y son pacificadoras y misericordiosas, viviendo la expectativa del Reino y trabajando en la construcción de un mundo nuevo.

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Mateo 2: 13-18

Ademar Olivera

Meditación preparada por el pastor Ademar Olivera y leída el 25 de agosto de 1982 en la jornada de oración en la parroquia Tierra Santa. Fue publicada en la revista En Vigilia, año 1, n.º 6, nov. 1982 y tiene como base al texto bíblico Mateo 2:13-18.

y han sembrado dolor, miedo, miseria, represión. Llámese Duvalier, Batista, Somoza, o el apellido que sea. Todos se asemejan en su desprecio por la vida del pueblo, el derecho y la justicia, y por una ambición desmedida que los lleva a autoproclamarse “salvadores”. Pero, el pueblo, los perseguidos, resisten, luchan... El autor del Apocalipsis, desterrado por la autoridad romana a la isla de Patmos “por causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús”, en medio de una grave persecución contra los cristianos, exhorta a las iglesias a resistir con decisión las injusticias y crueldades del emperador Domiciano. En el capítulo, con profética inspiración, se representa la lucha entre el pueblo de Dios y el poder terrenal que se opone a su proyecto mediante la figura de un dragón que ataca a una mujer embarazada y a su hijo. Es interesante notar que, en su visión, la lucha es larga y cruenta, pero finalmente la mujer y su hijo vencerán. El mensaje de esperanza es claro: lo aparentemente frágil y débil (la vida, el amor, la ternura) triunfa sobre la fuerza despiadada del odio y la antivida.

«HERODES: hombre cruel, odiado por todo el pueblo judío. Porque a pesar de ser edomita, “medio judío”, logras gobernar durante años con brutalidad y terror en Israel. Claro, usurpas el poder con el apoyo de Roma. Para ello, no titubeas en adular al mandante de turno, sea Casio, Marco Antonio u Octavio. Con tal de mantenerte en el poder y escalar, realizas las acciones más sanguinarias: asesinas a los miembros de la Junta Suprema (Sanedrín), a 300 jueces de las cortes, a tu esposa Mariamme y sus familiares (su madre, su hermano, su abuelo, tu hijo mayor), y a todos sus parientes masculinos. ¿Y cuántos crímenes más cometiste? Con razón, hasta el mismo emperador Augusto llega a decir que “es más seguro ser un cerdo en las pocilgas de Herodes que hijo suyo”. A pesar del régimen de terror que instauras, no logras aniquilar las aspiraciones de justicia, paz y libertad en el pueblo. El odio que despiertas en la gente incrementa la gran efervescencia religiosa y sociopolítica. Así, surgen movimientos mesiánicos nacionalistas que ofrecen una firme resistencia a tu prepotencia y al dominio romano, y postulan la liberación del pueblo judío. Naturalmente, reprimes con mano férrea todo intento de oposición. Estableces una severa ley anti-terrorista. Instalas una policía secreta que espía en todo el país a los enemigos del régimen. Los sospechosos son detenidos y llevados a algunos castillos, donde desaparecen para siempre. Sus cuerpos nunca se encontrarán. A los 70 años, presintiendo tu muerte, haces encarcelar a los ciudadanos más destacados de Jerusalén y ordenas que cuando mueras todos sean ejecutados. De esa manera, pretendes lograr que alguien llore el día de tu propia muerte, ya que eres consciente del desprecio generalizado hacia ti y que nadie te lloraría. Conociendo tu calaña, pues, no es en absoluto extraño tu temor a ser destronado por “el rey de los judíos que ha nacido”, según lo anuncian aquellos sabios de Oriente. Además, ¡oh ironía!, tú mismo pretendes ser un mesías, un salvador del pueblo. ¿Qué escrúpulos podrías tener, “viejo criminal”, que te impidiese ordenar la muerte de una cantidad de niños inocentes? Por supuesto que ninguno. Tu sed de poder y tu crueldad lo justifican todo. Herodes, tú representas a los dictadores del mundo, del pasado y del presente. También a los que, apoyados por los centros del poder económico-político-militar, han derramado (y lo siguen haciendo) sangre de inocentes en América Latina,

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MARIA: Mujer admirable por tu entrega generosa, incondicional, a los designios de Dios; por tu humildad, por tu fe conmovedora y por tu fuerza vital. Tú perteneces a la clase socialmente desprotegida, a los pobres, a “los sin voz” (mejor dicho “los silenciados”), a los perseguidos... No es difícil imaginar la ternura, los cuidados que prodigaste a aquel niño, tu hijo, que, con una mezcla de temor y esperanza, trajiste al mundo. Compartes la angustia de tu compañero ante la necesidad de tomar una decisión inmediata para poder salvar al hijo amenazado. Partir subrepticiamente al exilio, a un país extraño, implica un gran sacrificio, incertidumbre, sentimiento de desarraigo. Pero hay que hacerlo. Ahora piensas, haces tuyo el dolor, el sufrimiento causado por el tirano a los familiares de los niños asesinados. ¡Las antiguas palabras del profeta parecen adquirir vigencia! “En Ramá se oyeron gritos, grandes sollozos y lamentos. Es Raquel que no quiere consolarse porque llora a sus hijos muertos”. Ah, ¡si pudieras haber evitado esa matanza! Años más tarde comprenderías, a través de tu propio hijo, lo que significa la solidaridad y la vida entregada por amor al prójimo, en medio de una sociedad llena de pecado. Ya regresas a tu tierra. Allí criarás a tu hijo con mucho esfuerzo y cariño. Pero, a medida que crece, suceden cosas que te conmueven y te causan emociones diversas. ¿Cómo comprender el comportamiento y la actitud de aquel hijo que llevaste en tus entrañas y que, ya hombre, parece alejarse de tu lado hasta afirmar que tiene otras madres y otros hermanos (los cuales no son hijos tuyos)? (Lucas:7-8: Marcos 3:3-35). A veces sentirás una extraña satisfacción

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interior al comprobar su autoridad y su poder extraordinario (Juan :-). Pero en otras ocasiones te preguntarás si no “se habrá vuelto loco”, a juzgar por las cosas fantásticas que se cuentan de él (Marcos 3:). Tu alarma aumentará, hasta darte cuenta de que será en vano el intento de disuadirlo de llevar adelante la difícil y peligrosa tarea que se ha propuesto. Recién al pie de su cruz comenzarás a comprender la grandeza de su misión: su propósito de construir una comunidad fraterna, donde no haya pobres ni privilegiados; donde todos se amen como hermanos y vivan solidariamente, sin odio, sin egoísmo, sin maldad. Vivir para los demás puede significar morir por los demás. ¡Qué doloroso es comprobar la veracidad de aquellas palabras suyas: “No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos”! ¡Qué precio tan alto! Muere tu hijo, pero, merced a su martirio, ¡cuántos hijos tienes ahora! (Juan 9: 5-7). Más hermoso aún es saber que tu hijo no está muerto. ¡Él vive! Vive para Dios, y vive para todos aquellos que aceptan su proyecto de vida para la humanidad y deciden participar activamente en la construcción de esa nueva sociedad. Vive a través de la fuerza de su espíritu que motiva, inspira y consuela a los “bienaventurados”.

sufrimiento y tu muerte adquieren un sentido vicario, representativo, expiatorio. O sea, sufres y mueres “por muchos”, en su lugar, para dar vida a otros. Asumes el mal y sus consecuencias, y lo vences por el amor. Tu comportamiento abre una posibilidad nueva para la existencia humana. Al mismo tiempo, nos enseñas que hay sufrimientos sin sentido (el hambre, la opresión, la tortura...) que no se deben consentir ni aprobar. Que no hay ninguna justificación para el sufrimiento remediable que afecta a inocentes. Criticas duramente a los que hacen sufrir a los demás (Mateo 8:6). Nos desafías a no acostumbrarnos a la injusticia y a luchar para eliminar las causas del sufrimiento arbitrario. Y haces un llamado a la reconciliación que implica “arrepentimiento”, cambio, perdón, reparación del daño causado (Mateo 5: -). Pero no eres neutral. Estás solidariamente del lado de las víctimas, de los “pequeños”, de los oprimidos (Mateo 5: 3-5). Jamás te pones de parte de los verdugos. Sigues sufriendo en cada dolor humano y demuestras que el que sufre la injusticia es moralmente mejor y más fuerte que quien la comete. Tú nos exhortas a no perder nunca la sensibilidad ante el dolor del que sufre. Así como tú lo hiciste y lo haces, cada uno de nosotros debe solidarizarse con el que transita por el sendero del dolor y la muerte. Compartir el sufrimiento del otro como una señal de que estamos vivos y que aún somos seres humanos. Porque ningún dolor nos es ajeno, ni ninguna vida nos es ajena. Es de todos, nos afecta a todos. Especialmente el dolor que se vive en silencio, acallado, frente a mucha indiferencia y demasiado cinismo. Podemos aprender en el sufrimiento y vivir de tal manera que nuestra vida exprese la esperanza de que al morir dejaremos un mundo mejor que el que encontramos al nacer. Porque tú venciste, ¡nosotros venceremos! Porque tú vives, ¡nosotros viviremos!

JESÚS: ¿Cómo comprender tu sufrimiento y tu muerte? ¿Es que no hay otros caminos para participar de tu proyecto del Reino de Dios, donde la verdad, la justicia, la paz, la solidaridad sean el “pan de cada día”? ¿Es que la nueva posibilidad de vida que tú ofreces, regida por el amor, debe terminar siempre en una cruz? Ciertamente, tú no eres un masoquista que sufre persecución y tortura por placer; ni eres un temerario inconsciente que no mide las posibles consecuencias de sus actos; ni un “predestinado” que no tiene otra alternativa que aceptar un castigo ya determinado de antemano por un ser superior, o un hecho imponderable. No. Sucede que tu Proyecto del Reino es resistido fuertemente por individuos que defienden sus intereses egoístas y por estructuras socio-políticas injustas. Y reaccionan atacando a quienes lo defienden. Eso nos recuerda que el pecado (en sus expresiones de guerra, injusticia, odio, mentira, etcétera), individual y social, no es una fatalidad inexorable, sino que hay detrás una responsabilidad humana. Tú presientes y consideras la muerte violenta como una posibilidad cierta, a corto plazo. Sin embargo, conservas con firmeza la libre determinación de ser consecuente con el mensaje que predicas, amando hasta el fin. Toda tu vida fue un darte, un ser para los demás. Aceptas el sufrimiento porque consideras que la causa que defiendes, la vida y la libertad del ser humano, bien vale la pena. Así como una mujer acepta el dolor físico de dar a luz por amor al niño que nacerá, la fuerza de tu amor al prójimo transforma el sufrimiento inútil en algo pleno de sentido. Tu

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Declaración pública sobre libertad de conciencia

La Federación de Iglesias Evangélicas del Uruguay, institución ecuménica con sesenta y dos años de funcionamiento en el país, tiene como uno de sus objetivos estatutarios actuar en defensa de los Derechos Humanos cada vez que a su juicio los mismos sean amenazados o violados, y en particular en pro de los de conciencia y religión. (Art. 2 Iit. c)

la Biblia, Jesús advierte y orienta a quienes desean seguirle, afirmando que: ”No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 7:21 Hugo Armand Pilón, Presidente. Montevideo, 18 de octubre de 2018. lglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata; Iglesia Metodista en el Uruguay; Congregación Evangélica Alemana en Montevideo (IERP); Primera lglesia Evangélica Armenia del Uruguay; Iglesia Luterana “Congregación Nuestro Salvador”; Iglesia Pentecostal Naciente; Ejército de Salvación. Entidades adherentes: Hospital Evangélico; Asociación Cristiana de Jóvenes; Fundación Gerontológica Evangélica del Uruguay; Sociedades Bíblicas del Uruguay; Juventud para Cristo y Comisión de Proyectos; Fundación Pablo de Tarso.

Por consiguiente expresa públicamente: 1. Que no se encuentra vinculada ni desea que se la identifique con otras organizaciones, iglesias, movimientos o personas, que definidas como evangélicos y gozando de las libertades que la laicidad del Estado uruguayo brinda, pretenden utilizar dicha denominación para obtener votos o para legitimar partidos o bancadas político partidarias. 2. Que las leyes y la organización del Estado son para la totalidad de los habitantes del país, quienes independientemente de su filiación o credo religioso ejercerán sus derechos, libertades y responsabilidades en forma personal y de acuerdo con su propia conciencia. 3. Lamentamos cuando, en forma generalizada e indistinta, se difunden por la prensa y las redes en general términos tales como: cristianos, iglesia o evangélicos, sin especificar los nombres, denominaciones, características o diferencias que dichas palabras presentan dentro del amplio espectro que las comprende. En el testimonio de

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Magdalena García: “El principal indicador del abuso sexual es el relato que hace el niño”

Magdalena García

El porcentaje es parejo: de los abusados, 60% son niñas y 40% son varones. También son parejos los casos según el nivel socioeconómico: “El abuso sexual pasa en las mejores familias: el médico debe estar atento a los síntomas, tanto en la policlínica barrial como en el prestador de salud privado más prestigioso; pasa en todos lados”, recalcó García. La herramienta por excelencia es el diagnóstico a tiempo; para eso es fundamental estar atento y receptivo. La psiquiatra detalló: “El principal indicador del abuso sexual es el relato que hace el niño victimizado; sin embargo, a pesar de su alta especificidad, pocas veces es tomado en cuenta tanto por las personas que lo escuchan por primera vez como por las autoridades que intervienen en el caso”. Por eso, planteó que es fundamental poder validar el relato como un indicador confiable.

80% de los casos de abuso infantil es intrafamiliar; apuntan a que especialistas puedan validar y acompañar.

El pediatra en la Justicia García cree que la creación de la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía General de la Nación va a cambiar mucho la situación en el proceder de la Justicia. Los pediatras en ese proceso tienen un rol fundamental, ya que por su conocimiento del desarrollo de los niños actúan como peritos por competencia notoria. Las historias clínicas podrían ser utilizadas como evidencia; en ese sentido la psiquiatra hizo hincapié en la importancia de aclarar que se realizó un examen físico y que, en caso de que los resultados sean normales, hay que dar cuenta de que ese es el escenario más común, ya que en la mayoría de los abusos sexuales no hay síntomas físicos notorios. Asimismo, subrayó que se deben transcribir las palabras textuales de los niños y no la interpretación que de ellas hacen los adultos, y detallar que esa forma de expresarse es compatible con el desarrollo cognitivo de un niño de esa edad.

Estar abiertos a escucharlos, ese es el primer paso para enfrentar el relato de un niño o adolescente que sufrió una situación de violencia. No desacreditarlo o minimizar su versión de los hechos trae muchos beneficios a la hora de empezar a sanar una herida que en 80% de los casos es producida por un adulto del círculo familiar, explicó en diálogo con la diaria la psiquiatra pediátrica Magdalena García. La médica estuvo a cargo de la presentación “Doctor, mi hijo me contó... Herramientas para el abordaje del niño violentado”, en las Jornadas de Pediatría Ambulatoria que organizó la Facultad de Medicina de la Universidad de la República el 9 y 10 de agosto.

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García detalló una lista de preguntas que el pediatra –así como el educador y el adulto referente– puede responder para validar lo que cuenta el niño. Adelantó que en el 95% de los casos, cuando los niños relatan espontáneamente lo sucedido, con palabras propias, es decir, adecuadas a su nivel de desarrollo, se confirma la denuncia. “Tenemos que estar convencidos de esta realidad; tenemos que creer que el relato de un niño que ha sufrido abuso es confiable en tan alto porcentaje, porque si no lo creemos no vamos a tener los oídos prontos para poder escuchar adecuadamente sus palabras”, enfatizó.

accidental y en una situación cotidiana, es altamente probable que lo que está diciendo sea verdad, indicó la especialista. En ese caso, las circunstancias validan el relato porque el niño busca una figura de apego, confiable, para contar lo que le pasa. Primer auxilio Si se constata que el niño o adolescente está siendo violentado, la respuesta tiene que ser inmediata. El médico debe comunicarse con sus colegas del equipo de violencia basada en género y generaciones –que por reglamento debe ser parte de los prestadores de salud públicos y privados– para poner en marcha la denuncia y un plan de contención. Sin embargo, cuando el relato hace referencia a una situación pasada, se recomienda “ser muy cauteloso, no salir corriendo a hacer la denuncia”, porque puede generar más conflictos que soluciones; se debe poner en acción un plan conjunto que dé apoyo integral al abusado.

Uno de los primeros elementos a tener en cuenta es la edad y el nivel de desarrollo del niño o adolescente que se abrió para contar una situación que le genera confusión y muchas veces dolor físico. “Todos los que trabajamos con la infancia y la adolescencia si de algo sabemos es sobre el desarrollo normal de niños, qué es lo esperable en cada etapa”, detalló. Comentó que muchas veces los adultos cuestionan sobre cómo saber que ese relato es del propio niño y no una historia que le dicen que relate; ante esto García responde: “Las palabras que los adultos intentan que los niños repitan caen por su propio peso”.

García apuntó que muchos niños utilizan la técnica de “tirar verde para recoger maduro”; con esto se refería a que plantean una situación que les está sucediendo para poder cotejarla con lo que el adulto le dice. Ejemplificó con el relato de un niño: “«Mamá, a vos no te tengo que lavar la cola como tengo que hacer con papá, ¿no?»”. Según la psiquiatra, el niño de cinco años que consultó a la madre estaba diciendo que cuando iba a la casa del padre se lo sometía a violencia y esa situación le generaba confusión porque no la vivía en ningún otro entorno.

También es importante identificar al agresor, el escenario del abuso y el tiempo en el que el niño fue violentado. Basándose en expertos españoles, la expositora aseguró que “cuando el niño es violentado por un desconocido se genera una situación que provoca que lo cuente rápidamente a sus cuidadores; como cualquier cosa que le pueda suceder a un niño, busca en sus protectores el apoyo que necesita”; en ese caso, cuando se presentan a la consulta “hay una sintomatología más florida, propia del estrés de haber sufrido una situación de violencia”.

Finalmente, es fundamental prestar atención al contenido de la historia. Múltiples investigaciones constataron que en los relatos certeros de violencia infantil se puede observar que los incidentes son múltiples y repetitivos en su estructura, que hay una descripción de acercamientos progresivos por parte del agresor; además, también que se presenta el componente del secreto –“me dijo que no se lo contara a nadie”– y que siempre forman parte del relato varios detalles colaterales y sensorio-motores típicos del nivel de desarrollo de la infancia.

Cuando la violencia sexual ocurre de forma crónica dentro de la familia se produce una serie de fenómenos de confusión por los que difícilmente el niño pueda dar cuenta en las etapas iniciales del abuso, sobre todo porque en la mayoría de los casos es presentado por el adulto como un juego. En estas situaciones, explicó García, no es raro que pase mucho tiempo antes de que el niño pueda hablar de lo sucedido: “Si el abuso sexual se inició a los cinco o seis años, recién a los nueve o diez una niña puede comprender que eso no era un juego y animarse a contar lo que le sucedía; hasta ese momento no se daba cuenta”. Un tercer punto a manejar es la circunstancia en la que se compartió la situación. Si un niño de edad preescolar revela la situación de forma

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Tomado de la Diaria con la autorización de la autora

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El niño y el acordeón

Carolina Vallejo

Lisboa, noviembre de 1999

Vidrieras de tiendas surcadas por el gallito de Portugal y sus varias interpretaciones costumbristas.

Estábamos en Lisboa. Sí, Lisboa. Yo seguía pellizcándome la mano. «Increíble», pensaba al recorrer mi vida. Pero sí, señores, era Lisboa de cuerpo presente y amante.

Preciosas recorridas nocturnas surcadas por risas, respiraciones apuradas, conversaciones rápidas, encanto sugestivo por doquier, entre aromas exquisitos y pícaras miradas insinuantes bajo el cielo lusitano.

Una preciosa ciudad con su encanto muy particular y su mágico paisaje lusitano.

Y allí, en el metro, un hermoso niño, yo diría de cuento o mejor de poesía, que en mi retina quedó grabado desde hace seis años. Era rubio como el sol, con ojos celestes como mar, blanco como la nieve.

Habíamos llegado temprano, después de una hora de viaje en avión. Arribamos al hotel y fuimos a recorrer la ciudad. Subir y bajar. Fotografías, mil. Soles y lunas, mil. Risas en hermosos castillos y palacios. La foto imprescindible en el Palacio San Jorge, en especial en una de sus almenas.

Sentí ganas de tomarlo en mis brazos, sentarlo en mi falda y contarle cuentos de otros soles, de otros cielos y de otras lunas. Después, apretarlo contra mi pecho y pedirle que me tocara hermosas melodías con su pequeño y amado acordeón. Ese acordeón que era su juguete y con el cual recorría la estación del metro sacando de su fuelle sonidos alegres y tristes, rápidos y lentos, dulces y amargos, como forma de obtener las deseadas monedas.

Recorrer calles de desgastados adoquines claros y oscuros; ver los techos de tejas rojas, tan característicos. Atravesar los techos y desde allí observar las historias humanas. Las casas de inquilinato y su centenar de ventanas, ¿qué historias ocultan? Ventanas todas iguales, como recortadas por un mismo molde, como muchas vidas recortadas por un único molde y que son incapaces de volar, crecer y tener significado delante de su Dios, de su vida y del mundo. Cuando la vida adquiere significado, uno vuela y queda todo atrás sin importar nada más.

Esos sonidos cortaban la pesada atmósfera del metro y hacían más alegre nuestra vivaz y chispeante mirada que buscaba cruzar viejas historias palaciegas de amor y odio, de lujuria y encanto. Historias públicas y privadas. Historias que el niño y el acordeón buscaban sonorizar tímidamente y transformar en hermosos acordes sin fin.

Las subidas abruptas por escaleras desgastadas, adornadas con vegetaciones que buscaban crecer y acompañar historias por millares. Historias de amor, locura y muerte. Historias en blanco y negro, que no se han disipado, continúan incólumes como muchas vidas.

Hoy, aún escucho sus sonidos y sé que continuaré disfrutándolos bajo el cielo lusitano de mi memoria y de mi retina.

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Emilio Castro: a 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

A sala llena se realizó un emotivo homenaje al Pastor metodista Emilio Castro, referente defensor de los DDHH. Dicho homenaje fue organizado por la Comisión de Patrimonio y Cultura del Concejo Vecinal de zona 7 y tuvo como presentador a Carlos Mariuri. El evento contó con la presencia de destacados panelistas como el Pastor Ademar Olivera, la Pastora Araceli Ezzatti, Juan Raúl Ferreira, Mariano Arana y Gerardo Caetano, además de la grata actuación de la murga “ Agarrate Catalina”.

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Ginebra, 14 de octubre de 2018

la historia contemporánea, particularmente en lo que respecta al colapso del comunismo en Europa del Este.

Queridos hermanos y hermanas de la Iglesia Metodista en el Uruguay:

Como oficial principal del Consejo, Emilio fomentó los encuentros con personas de otras confesiones y convicciones ideológicas y ofreció brazos abiertos de comunión a los evangélicos.

Saludos en el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. El Consejo Mundial de Iglesias le da gracias a Dios por la vida de Emilio Castro, quien sirvió durante casi veinte años como miembro destacado del personal del CMI y quien fuera nuestro cuarto secretario general entre los años 1985 y 1992.

Además, facilitó la participación y representación de las iglesias ortodoxas en todas las áreas de la vida del Consejo y abogó enérgicamente a favor de la “hospitalidad eucarística” en sus conversaciones con los líderes de la iglesia, entre ellos el Papa Juan Pablo II.

En 1973, Emilio se unió al Consejo Mundial de Iglesias como director de la Comisión de Misión Mundial y Evangelismo (CMME). Como dijo el Obispo Lesslie Newbigin: “Emilio ofrecía una seguridad incondicional sobre el evangelio y el correspondiente deseo de compartirlo; una compasión ardiente por las víctimas del mal público/ social; un cuidado pastoral para con cada persona, y un sentido del humor burbujeante”.

Por otra parte, fue un destacado ecumenista de los finales del siglo XX, y es recordado por sus esfuerzos incansables para unir la fe y la espiritualidad cristianas con un compromiso radical en las luchas por la justicia. Como dijo una vez: “Las luchas para superar las opresiones tienen manifestaciones económicas, sociales y políticas que deben considerarse por sus propios méritos. Pero en la raíz hay una realidad espiritual: principados, poderes del mal que deben ser combatidos con poderes espirituales y realidades espirituales: el poder del amor, el poder de la esperanza, el poder del evangelio”.

Como director de esta Comisión, Emilio allanó el camino para la participación activa de las iglesias de los países de Europa del Este en la vida del Consejo Mundial de Iglesias. Su liderazgo personal fue crucial para la producción de “Misión y Evangelismo: una afirmación ecuménica”, considerada como la declaración de misión más importante y completa del Consejo Mundial de Iglesias, adoptada en 1982 después de largas discusiones con iglesias de todo el mundo.

Emilio dejó un legado incomparable de ecumenismo apasionado. Su libro “Pasión y compromiso con el Reino de Dios”, publicado por primera vez en 2007, ahora se ha traducido al inglés y ha sido publicado en una versión editada.

A lo largo de su liderazgo en la CMME, Emilio insistió en que la humanización de la vida a través del evangelismo es una responsabilidad cristiana fundamental, y que el apoyo y el mejoramiento de la humanidad, motivados por el amor de Dios, son el objetivo principal de toda vocación misionera.

¡Que su legado siga inspirándonos en nuestra peregrinación ecuménica! Un cordial saludo a todos ustedes.

En 1985 se convirtió en secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, sucediendo a Philip Potter, cargo en el que se desempeñó hasta 1992. Sus siete años en el cargo hicieron que el Consejo enfrentara algunos de los cambios más críticos en

En Cristo, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit Secretario general del CMI

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Aproximación pastoral a la realidad trans

Raúl Sosa

Pero también me encontré con mucha esperanza. La esperanza de la dignidad personal asumida con valentía y responsabilidad. La esperanza de una agenda de derechos que gana terreno refuerza la justicia y la equidad y nos posibilita ser más humanos personal y socialmente. La esperanza de quien ya tiene un camino recorrido y sabe que no hay marcha atrás, aunque el avance por momentos sea más lento de lo deseado y exija redoblar la actitud de persistencia. La esperanza que convoca y desafía a la conciencia y al espíritu para que no nos resignemos pasivamente ante el dolor del otro, por más diferente y extraño que ese otro u otra nos resulte. Estoy convencido de que en esta época en la que la diversidad y la inclusión se han instalado como un signo de los tiempos, los cristianos y cristianas estamos llamados a acortar distancias humanas con la situación de las personas trans, a hacer el mayor esfuerzo por escuchar, entender y acompañar sus sufrimientos, sus esperanzas y demandas. Este convencimiento no se funda en que los creyentes debamos asumir actitudes y posiciones “políticamente correctas”, porque en lo políticamente correcto las convicciones se diluyen y pierden autenticidad; tampoco en que nuestra tesitura tenga que ser movida por una comprensión liberal de la fe –con toda la carga positiva y negativa que se le atribuye a este término en la esfera de lo político, ideológico y teológico–; menos aún creo que en este tema debamos recorrer los caminos de la heterodoxia. Todo lo contrario, en esta cuestión, como en toda cuestión impregnada y atravesada por el sufrimiento, nuestro compromiso debe corresponderse con la más fiel ortodoxia bíblica.

Confieso que hasta hace poco tiempo la situación y la condición de las personas trans me resultaba ajena y bastante desconocida; y mi reacción ante ellas y sus colectivos solía estar enmarcada por algunas de las actitudes defensivas que más frecuentemente exhibimos los seres humanos ante lo que no entendemos y altera nuestro marco de comprensión: una cierta dosis de rechazo, desinterés y prejuicio, tal vez leve en mi caso, pero no por ello menos insensible. Mi postura comenzó a cambiar decididamente hace pocos meses en ocasión de ser invitado a participar en una reunión de representantes de los colectivos trans con integrantes de algunos sectores religiosos abiertos al tema y capaces de tener una mirada diferente a la de los grupos fundamentalistas y conservadores, y que, consecuentemente, pudieran comprender y solidarizarse con su lucha, que en ese momento tenía como punto alto la aprobación de la Ley Integral para Personas Trans.

Seguramente, muchos lectores se sorprenderán: “¡¿Ortodoxia bíblica?!” La sorpresa es legítima dado que los sectores del cristianismo que rechazan la diversidad -los que más visceralmente condenan el fenómeno trans y han militado oponiéndose al proyecto de ley que ampara el derecho de las personas trans-, fundamentan su posición en su proclamada pureza bíblica y doctrinal, llegando a veces hasta los límites de la provocación, la agresividad y la mentira. Entonces, ¿de qué ortodoxia bíblica estamos hablando?

En esa reunión me encontré con mucho sufrimiento, pero también con mucha esperanza, fortaleza y dignidad. Sufrimiento encarnado en historias personales sumamente dolorosas, fruto de estar obligados por la genitalidad y por la sociedad a asumir una identidad de género extraña a la que interiormente clamaba por ser, nacer y obtener reconocimiento. Sufrimiento generado por la incomprensión, el estigma y la imposibilidad de encontrar caminos alternativos a la degradación, a la exclusión y al maltrato físico, psicológico, social y, a veces, incluso familiar.

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El lugar y la esencia de la ortodoxia

puesto en su lugar, he asumido sus sufrimientos como propios) y como solidaridad en la transformación de esa realidad dolorosa (estoy con ustedes “para liberarlos”). Por consiguiente, la correcta práctica de la fe y de la pastoral se plasma en acciones de solidaridad en la tribulación y solidaridad en la liberadora afirmación de la dignidad y de los derechos.

Para responder a la pregunta que cierra el párrafo anterior, es necesario aclarar, en primer lugar, que la ortodoxia es un momento del permanente proceso de configuración de nuestra fe.1 Destaco la palabra “momento” para remarcar, en primer lugar, su carácter dinámico y el hecho de que su validez y veracidad radican en ser una parte de un proceso siempre abierto; no es la totalidad del proceso, ni su culminación, ni siquiera su jalón más significativo. En segundo lugar, la ortodoxia es un momento de la fe porque necesariamente debe estar precedida y modelada por otros dos momentos igualmente indispensables para la fidelidad a Dios, para la estructuración de la pastoral y, consecuentemente, para la teología.2

En el tramo final (vv. 13-15) se plantea el momento de la ortodoxia. Allí Dios revela su nombre, se define conceptualmente: Yo soy Yahvé, Yo soy el que soy –o mejor dicho, Yo soy el que estoy siendo [en la ortopatía y en la ortopraxis] –. Dios siempre es lo que siente y hace, su ser se configura por su sentir y accionar. Dios es misericordia y solidaridad en el dolor, es afirmación de la dignidad de los que sufren, es un Dios que ha decidido definir su ser en el amor y en el encuentro con los que cargan el peso de la angustia y de cualquier tipo de opresión (social, económica, política, de género, espiritual, etc.). En efecto, ser fieles a la ortodoxia bíblica en la fe y en la pastoral es intentar denodadamente sentir como Dios siente, actuar como él actúa y, permanentemente, redefinirlo desde la comunión con el otro o la otra que sufre.

Estos dos momentos que le abren paso a la ortodoxia y sobre los cuales ella debe edificarse son la ortopatía (el correcto sentir) y la ortopraxis (el correcto hacer). De manera que la tríada sobre la que debe circular fiel, dinámica e incesantemente la fe cristiana es el sentir lo que Dios siente (ortopatía), el hacer en correspondencia con lo que Dios ya está haciendo (ortopraxis) y el entender y conceptualizar a Dios y su proyecto salvífico de acuerdo con su sentir y accionar (ortodoxia).

Repasemos muy sintéticamente el texto de Filipenses 2:5-11 para confirmar este esquema o itinerario de la fe en una de las primeras confesiones de fe del cristianismo:

Veamos esquemáticamente el funcionamiento de esta dinámica de la fe a la luz de dos textos bíblicos claves, uno del Antiguo Testamento: Éxodo 3: 7-15, y el otro del Nuevo Testamento: Filipenses 2: 5-11. Ambos textos son claves porque el primero relata el inicio de la experiencia fundante de la fe judía y, en continuidad, de la fe cristiana. El segundo replica uno de los primeros himnos cristológicos que conocemos y que sirvió a la Iglesia primitiva como confesión y resumen de la fe.

Ortopatía: “tengan ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús” (v. 5). Ortopraxis: “se despojó de sí mismo [de su condición de Dios], tomó forma de siervo y se hizo semejante a los hombres” (vv. 6-8), vale decir, se identificó solidariamente con el sufrimiento humano y se dispuso a amar y servir al que sufre.

El pasaje de Éxodo plantea, en primer lugar, que Dios “ha visto” la aflicción de su pueblo, “ha escuchado” el clamor de los oprimidos y “ha sentido” en sus mismas entrañas el sufrimiento de sus hijos e hijas (v.7). 3 Aquí estamos en el plano de la ortopatía, sentir de la misma manera en que Dios siente el sufrimiento de la gente oprimida, maltratada y humillada. No hay fe ni pastoral que pueda concebirse de manera independiente de ese sentimiento.

Ortodoxia: “Dios le dio un nombre que es sobre todo nombre… para que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor” (vv. 9-11). Jesucristo es el Señor, su señorío se reafirma cuando sintiendo y actuando como él, nos despojamos de lo que nos impide abrirnos y hacernos prójimo del que sufre, y cuando nos disponemos a solidarizarnos con las esperanzas y búsquedas de las personas, grupos y sectores sociales relegados y excluidos.

En el v. 8, el texto nos dice, en segundo lugar, que este Dios conmovido, transido de misericordia, se pone en acción. Ingresamos, entonces, en la ortopraxis. La acción de Dios allí es caracterizada como empatía, como solidaridad en el dolor (“he descendido”, es decir, me he

En conclusión, somos convocados a recorrer el camino de la inclusión y a superar todo prejuicio discriminador en el plano social, étnico, religioso, de género… Este es un llamado que nos viene del amor, de la fidelidad al Dios del éxodo y de Jesucristo, y también de la ortodoxia bíblica, que siempre y por esencia es liberadora y dignificante.

1 La ortodoxia (orthos: recto, correcto, y doxa: opinión, creencia, doctrina) apunta al aspecto conceptual de la fe y a su más adecuada formulación. 2 Esto quiere decir que la pastoral siempre debe preceder a la teología y no al revés. Invertir este orden, vale decir, colocar la teología y la doctrina antes y por sobre la pastoral es uno de lo errores de los sectores fundamentalistas y conservadores, que refuerza su dogmatismo. 3 El texto dice “he conocido sus angustias”; en el hebreo bíblico, “conocer” nunca es una abstracción, por el contrario, siempre es el fruto de una relación que se interioriza, de una identificación con el otro que se vuelve experiencia y cercanía entrañable.

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La Fe y la diversidad

Eduardo Cheda

Testimonio El pasado nos construye, pero no nos define. El amor no tiene prejuicio, es sincero y todo lo puede: así concebí y entendí el camino que quería transitar en mi vida.

quienes somos y se nos perciba por lo que somos o queremos ser. Esto es fundamental en la adolescencia, ya que de lo contrario genera angustia, depresión y, muchas veces, desinterés por la vida. Por eso felicito a mi Me llamo Eduardo Cheda, soy padre y hijo por su valentía y por optar por la vida, ya soy creyente. que ahora puedo ver a un chico pleno, deNacido en una familia católica y educado seoso de vivir, de crecer y de ser parte útil de en colegios religiosos, me desarrollé con los la sociedad y un ejemplo para todos. valores predicados por la religión. Hoy, con Por otra parte, sentí una gran desilusión 42 años, esa concepción de la religión fue de que sectores religiosos desconocieran madurando y vivo bajos los valores en los nuestro amor por nuestros hijos; aunque cuales creo y predico. Mi familia se compone también debo expresar mi gran alegría al por mi esposa, mi hijo y mi hija. Así he tratarecibir a muchos líderes religiosos que sí do de que vivan con los valores básicos que entendieron y valoraron el amor ante el mietoda religión profesa y que deseo mis hijos do de otros. Considero que estas personas interioricen para que crezcan y se conviertan realmente entienden el mensaje de vida que en personas positivas, felices y que aporten nos propone la religión y comprenden que con sus valores a nuestra sociedad. la Iglesia no es una, sino que existe una pluMi hijo Manuel Agustín es un adolescente ralidad de iglesias y que no necesariamente feliz que estudia y transita contento su ado- aquel que se diga cristiano la representa o lescencia, pero no siempre fue así. Es un está embestido de un poder divino. Esto fue varón trans y fue muy difícil para él recono- fundamental para que nosotros como familia cerse a sí mismo y expresarlo a su familia, entendiéramos que ser parte de la comunidebido principalmente a que no logró ver dad LGBTQI+ no necesariamente debía ser en nosotros -o en mí propiamente dicho- la incompatible con las religiones, sino que por capacidad de amar, valor universal de toda el contrario, como parte vulnerada de la soreligión. Se sumó a eso los miedos propios ciedad, debiéramos acoger y cuidar desde de un adolescente y la falta de madurez, lo todo punto de vista. que dificultó que pudiera expresarse con su Es hoy que como papá de un chico trans familia y el resto de la sociedad. me doy cuenta de que es mi obligación, con Hoy agradezco que mi hijo haya opta- base en mi formación religiosa, ayudar a do por la vida y celebro su felicidad. Todos otros papás y chicos y chicas a que opten y todas debemos darnos cuenta de que es por la vida, que es el mayor regalo que remuy importante que se nos reconozca por cibimos.

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Los tres grandes pecados de la humanidad

Máximo García Ruiz

Tres son los grandes pecados de la humanidad: el no aceptar su finitud, su desmedido afán de dominación y su deriva hacia un consumismo devastador. En su conjunto bien podría afirmarse que en eso consiste el pecado original. La tentación que asalta a la mujer/hombre en su primera fase de vida y adaptación a la tierra de la que proceden y de la que han sido formados, es garantizar su semejanza a Dios, consolidando su inmortalidad. El fracaso de ese intento da origen a la mayor de las frustraciones humanas, que es la muerte. La expulsión del Edén simboliza la finitud de los seres humanos; a partir de ahí, se establece un enorme abismo entre la vida y la muerte, aunque mantengan vasos comunicantes entre sí.

puede traducirse como “poner el pie” en la tierra, que bien podría indicar tanto habitar como pisotear. Es evidente que el contexto nos conduce a traducirlo como “hacer habitable la tierra”. Y precisamente este va a ser su tercer fracaso, a partir del momento en el que confunden el alcance de estos verbos y, en lugar de gestionar y administrar la tierra para seguir nutriéndose y garantizar la subsistencia de todas las especies y el futuro de las generaciones sucesivas, depreda la tierra, la pisotea, la maltrata, a partir de un consumismo enfermizo, poniendo en peligro el equilibrio ecológico y atentando contra su propia permanencia. Y mientras se sigue derrochando la herencia, la fiesta parece no tener fin. El sistema capitalista ha introducido un elemento social infernal del que no es capaz de liberarse, aplicado a la economía; se trata de la idea del crecimiento continuo, imparable. La prosperidad de los pueblos se mide, como indicador principal, por el índice del crecimiento económico de cada año. La política gira en torno al índice de crecimiento: un 1, un 2 un 3%… Ya no nos conformamos con haber conseguido el denominado “estado de bienestar” (no para todos), hay que seguir creciendo, porque de lo contrario, decrecemos, es decir, menguamos, y nos hundimos en la frustración y el fracaso. Y, con ello, entramos de lleno en la tercena dimensión del pecado original; el consumismo.

Ese sentimiento de finitud, que desemboca necesariamente en la muerte, hace al ser humano vulnerable; una vulnerabilidad que le empuja a buscar fórmulas de permanencia, bien sea proyectándose hacia la eternidad por medio de la fe en un ser superior, haciendo suya la promesa de la resurrección, o bien tratando de conseguir esa inmortalidad por méritos propios: como caudillo, como escritor, como artista, como empresario, como gobernante… Conseguir la inmortalidad, es decir, vencer a la muerte, romper el maleficio de la finitud, ese es su propósito fundamental en la vida. Despierto el instinto que lleva a los seres humanos a intentar garantizar su pervivencia a toda costa, se estimula en ellos la ambición de poseer el fruto prohibido, lo impropio, lo ajeno, lo innecesario para la supervivencia. Ya no es suficiente el pan de cada día, sino que la codicia lleva a adueñarse de lo que no les pertenece. A raíz de esa experiencia inicial, Dios concede al ser humano una cierta primacía con respecto al resto de la creación; una primacía que le habilita para “sojuzgar” o dominar la tierra. Un verbo que

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La palabra mágica es progreso. La pregunta necesaria es: ¿progreso hacia dónde? No seremos los primeros en decirlo. Ya lo anunció uno de los líderes del Mayo francés del 68, Bertrand-Henri Levy: La barbarie con cara humana[1]. En lo que a España se refiere, una respuesta tardía a ese tipo de progreso que nos conduce hacia la barbarie la dieron los protagonistas del 15M y sus confluencias en el año 2011, una iniciativa también conocida como “movimiento de los indignados”, inspirada en buena medida en el libro ¡Indignados!, del francés Stephane Hessel. El grito dirigido a los políticos que gestionan la vida social y económica fue “no nos representan”. Pero tan absorbente es el régimen, que los representantes de ese movimiento pronto fueron abducidos por el sistema, y hoy forman parte de ese mismo engranaje político, después de haber dejado huérfanos a sus seguidores. El progreso a costa de un consumismo voraz que esquilma los recursos naturales de la Pachamama o Mammatierra, no es un progreso hacia la reconquista de los valores primigenios del Edén. Un pseudoprogreso que olvida el sentido de señorear la tierra y que en lugar de gestionarla racionalmente, la esquilma, la arruina y la despoja de sus señas de identidad, no puede ser considerado como progreso con cara humana. El ser humano no puede vivir desvinculado de la naturaleza de la que forma parte. Quienes en nombre del progreso practican esas políticas depredadoras son falsos progresistas, de tal forma que, en la medida en que avanzamos en ese ilusorio progresismo, en realidad lo que está ocurriendo es que retrocedemos hacia la barbarie. La idea que pretendemos resaltar es que no somos propietarios de la tierra, sino administradores, lo cual sustituye la idea de poder que se asume como licencia para destruir, por la de responsabilidad para transformarla y administrarla responsablemente. El jesuita José I. González Faus lo ha expresado con otras palabras: “El hombre no es el rey de la creación, aunque sea el responsable de la creación”. Podemos decirlo de otra forma: se sacrifica en el altar del progreso la felicidad que supone ser consecuentes con nuestra propia identidad.

de la tierra, de la naturaleza en general, a través de la cual los quechuas perciben la presencia de Dios, produciendo en su origen no tanto un sentimiento de idolatría, sino una experiencia de respeto a esa madre a la que el ser humano debe la vida. Un concepto que refleja un sentimiento de vinculación responsable hacia la tierra de la que procedemos y a la que hemos de regresar, que en manera alguna debería caer en saco roto. En lenguaje actual, hablaríamos de ecologismo responsable; aún más, podríamos hablar de ecohumanismo o humanismo responsable. En definitiva, conforme se han ido imponiendo el capitalismo y el colonialismo en alianza con el patriarcado readaptado a las nuevas demandas del mundo moderno, se ha dado a un consumismo depredador, disfrazado de progreso, al que ya hemos hecho referencia anteriormente, que se hace urgente someter a revisión. Si la felicidad se alcanza regresando a los orígenes, revisando y corrigiendo los errores cometidos, será necesario replantearse nuestra actitud hacia las tres dimensiones del pecado original y, como resultado: 1. Aceptar sin rebeldía que humanamente hablando, seres finitos.

2. Desterrar la ambición acumulativadepredadora que esquilma la tierra y condena a la inanición a dos terceras partes de la humanidad y destruye multitud de especies animales y vegetales, produciendo un desequilibrio ecológico y malversando la herencia que es preciso transmitir a las generaciones futuras. 3. Enseñar a las nuevas generaciones que consumismo no es equivalente a progreso; no, en cualquier caso, a progreso con perfil humano. Que progreso, equivalente a sociedad de bienestar, es conformarse con el pan nuestro de cada día, incorporando a la vida social los valores del Sermón del Monte. [1] Levy, Bertrand-Henri, La barbarie con cara humana” Monte Ávila (Caracas:1978Tags : consumismo, dominación, finitud, pecado original

Volvemos sobre la expresión Pachamama, tomada de la cosmovisión quechua, una percepción sagrada

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somos,

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En la ruta del viento y la utopía

El jueves 25 de octubre, en la Iglesia Metodista Central ,Ademar Olivera, pastor metodista y militante en derechos humanos, presentó su libro “En la Ruta del Viento y la Utopía – Fe Cristiana y Derechos Humanos”. La obra es un relato testimonial en el que el autor comparte su experiencia de vida al descubrir su vocación pastoral que lo lleva a un compromiso por la justicia social- Él entiende que no hay conflicto entre vivir la fe y el actuar en el área de los derechos humanos. Son ámbitos diferentes que se entrelazan. La fe debe ser activa, pues “la fe que no tiene obras está muerta” (Santiago 2:17). Él, como cristiano, encuentra en su interior, iluminado por el evangelio, el sentido más profundo de la existencia. Esa certeza lo lleva a abrirse a los demás, al mundo. Ve la realidad desde una perspectiva nueva, diferente y al prójimo como a un hermano. El libro está a la venta y su valor es de $ 300. Comunicarse al cel. 099231416.

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La leyenda del lapacho

Cada uno contestó de acuerdo a alguna razón: porque era muy seco, muy frío, o porque había muchos incendios. Entonces Dios les pidió un favor: —Necesito al menos un árbol que embelese el invierno, que sea valiente y capaz de enfrentar el frío, la sequía y las quemas y en ese frío poder embellecer el mundo... Todos quedaron en silencio. Fue entonces cuando un árbol callado y tranquilo, que estaba al fondo de todos, sacudió sus hojas y dijo: — ¡Yo voy! Y Dios, sonriendo, le preguntó: — ¿Cuál es tu nombre? Me llamo Lapacho, Señor. Los otros árboles quedaron espantados por el coraje del lapacho y su locura de querer florecer en invierno. Entonces Dios le respondió: — Por atender mi pedido, te haré florecer en el invierno, no solo con un color, sino con varios para que también en invierno el mundo sea colorido. Además, tendrás diferentes colores y texturas y tu linaje será enorme.

Cuenta la historia que cuando Dios estaba preparando el mundo se reunió con todos los árboles y les pidió que cada uno eligiera la época en la que quisiera florecer y de esa forma poder embellecer la tierra.

Y así Dios hizo uno de los más hermosos árboles que da color al invierno. Por este motivo es que tenemos lapacho blanco, amarillo, amarillo del pantano, amarillo de hoja lisa, amarillo niebla, rosa, púrpura y morado.

En un estallido de alegría, todos comenzaron a gritar que querían florecer en otoño, en verano o en primavera. En ese momento Dios observó que ninguno elegía florecer en invierno.

¡Que podamos ser como el lapacho y sepamos florecer en los inviernos de la vida!

Entonces les preguntó: — ¿Por qué nadie elige la época de invierno?

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Foro violencia, femicidio y masculinidad

El pasado viernes 19 de octubre se llevó a cabo, en las instalaciones de la Iglesia Metodista de la ciudad de Mercedes, el foro titulado: “Violencia, femicidio y masculinidad“. Los ponentes que nos acompañaron fueron: la psicóloga Silvia Fernández, referente de género de INMUJERES; la psicóloga Patricia de Castellet y la trabajadora social Sofía Medina, integrantes del servicio de atención a mujeres del MIDES; la Sra. Carolina Silva, referente para una vida libre de violencia del INAU; el oficial principal Javier Real Acosta, director departamental de violencia doméstica y de género; y la Dra. Mirtha E. Coitinho, pastora de la Iglesia Metodista en el Uruguay.

solo por su condición de género, es responsabilidad de todos y afecta no solo a la víctima, sino a su entorno familiar y social. Como comunidad de fe inmersa en una sociedad que aún se rige por una ideología machista y patriarcal, sentimos la necesidad de aportar nuestro granito de arena a lo que se está haciendo en lo civil para cambiar esta situación y construir entre todos una convivencia basada en la tolerancia, la solidaridad y los vínculos sanos.

Tanto los integrantes del foro como el público que nos acompañó tuvieron la oportunidad de intercambiar opiniones e información sobre la realidad que se vive respecto al tema. Hubo acuerdo en que la violencia, particularmente la que se ejerce a las mujeres

Oración de intercesión por Rubem Alves

Oh, Dios, recuerdo a las personas que hoy no pueden tener alegría; padres cuyos hijos han muerto; desempleados; los que están en las cárceles, siendo torturados; enfermos, sintiendo dolor; viejos, en soledad; campesinos, sin tierra; indios, viviendo los últimos días de su pueblo; los que no tienen qué comer… Que de alguna manera el soplo gentil del espíritu haga brillar la esperanza en sus corazones y que tengan el valor de luchar por un mundo mejor, Sacramento del reino de Dios. También recuerdo a aquellos que no pueden tener alegría por estar bajo el dominio de los ídolos, poseídos por los malos espíritus; aquellos que solo piensan en sus beneficios y por ello explotan a los pobres; aquellos que pueden utilizar impunemente las armas y la violencia y por eso perforan los cuerpos y se burlan del derecho; aquellos que por solo pensar en sí mismos están impedidos de sentir la dulce ternura de la solidaridad con los que sufren. Me ayuda a celebrar en la tristeza de la que brota la nostalgia por el reino de Dios y la tristeza de aquellos que solo tienen ojos para sí mismos. Y que nunca falte a los tristes de tu reino el sacramento dulce de la sonrisa de Dios. Amén + (PE) Rubem Alves Lúcido, pastor, teólogo y gran escritor: nació en Minas Gerais el 15 de setiembre de 1933 y falleció en Campinas el 19 de julio de 2011. 21

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Día de la familia metodista

El 21 de octubre 2018 se celebró la 13º Fiesta de la Familia Metodista en el templo de Belvedere. La apertura de la jornada comenzó con la celebración del culto. La reflexión con base en Marcos 10: 35-45 estuvo a cargo del pastor Raúl Sosa. El Señor nos llama a servir, a ser humildes y pacientes. Debemos tener presente nuestra historia y a nuestros antecesores quienes marcaron el camino a seguir. Luego del culto se continuó celebrando con variada música. El Grupo por Cantar, el coro de la Iglesia Evangélica Valdense (dirigido por el pastor Hugo Armand Pilón), el grupo Fasola de la congregación Del Camino, y la banda de Betel deleitaron al público. Además el pastor Heber Cardozo junto a Blanca Cornero aportaron con sus pasos de tango. Con palabras de agradecimiento del presidente de la Iglesia, Ing. Alfredo Alcarraz y el Presbítero Raúl Sosa se cerró la jornada de alegría donde hasta el primaveral clima acompañó al numeroso público.

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Metodismo con “M” de mujer

Alba Rosalía González de Molina (Chola)

Oscar Villagrán

Nació en Trinidad el 4 de setiembre de 1923. Al casarse con Nelson S. Molina (Chito), se radicó en el barrio Primavera donde también nacieron sus tres hijos. Fueron dos referentes importantes para la vida del barrio. Pasaron a ser, para quienes preguntaran por ellos, simplemente Chola y Chito. En su casa, debajo de los parrales, la Iglesia Metodista desarrolló un rico ministerio brindando charlas al barrio sobre temas de salud, educación y convivencia ciudadana, entre otros. Violeta Briata, con sus estudios bíblicos, consiguió hacer brotar la semilla del Evangelio sembrada por muchos años por distintos pastores y laicos. Cuando éramos niños y escaseaba la comida, sabíamos que en el hogar de Chola y Chito siempre estaba la puerta abierta y un plato más para compartir con sus hijos. Al quedar viuda en sus últimos años, la empezamos a llamar “abuela Chola”. Con dificultad para caminar, apoyada en su bastón y acompañada por su nieto Juan, era la primera en llegar al culto en el barrio.

Su fidelidad a Jesucristo y a su iglesia la mantuvo siempre.

De su jardín salían las flores para adornar el espacio cúltico.

Su hija Ester y su nieta Ana María siguen su ejemplo y son, en el barrio, miembros activos de la iglesia.

Al hablar con ella, uno constantemente la notaba gozosa, y la conversación siempre terminaba de parte de ella con una invitación a acercarse a Cristo y a su iglesia.

Damos gracias a Dios por la vida y el testimonio de la abuela Chola.

Falleció el 12 de julio de 2012.

Fue un ejemplo de solidaridad, cariño y compromiso.

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ABRIÓ SUS OJOS EL NIÑO

Abrió sus ojos el Niño y en otros ojos se vio. Al verse tan pequeñito, el Niño se sonrió. Es que su madre, María, lo miraba con amor y en sus brillantes pupilas fue donde el Niño se vio. Todos los niños del mundo, lo mismo que el Niño Dios, sonríen cuando sus madres los miran llenas de amor. Publio A. Cordero


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